Viernes

9:14 AM

··¿Lista, Leila?

··... -Yuri conocía a Leila demasiado bien como para saber que ese silencio era una afirmación – Yuri¿tú sabes que tanto han estado haciendo esta semana Sora y los demás?

··¡Cómo no te has enterado Leila! Resulta que mañana es el onomástico de Ken Robbins, y ellas, como sus amigas , le están organizando una fiesta sorpresa.

Leila estaba en silencio, recordando todo lo que hizo Sora cuando se enteró que era su cumpleaños. Y sonrió, pero como estaba a su espalda, Yuri no lo pudo ver.

··Leila... ¿no te invitaron?

··... Ahora recuerdo que Sora intentó decirme algo durante la práctica pero como teníamos que ensayar, yo le dije que no era momento de charlas. Y después ya no la vi.

··Ja, ja, ja. Leila, tan amable como siempre– dijo irónico- ¿Y?

··¿Y qué?

··¿Vas a ir?

··No me han invitado.

··Sabes que quisieron hacerlo

··Estoy segura que incomodaría a los que estén allí

··¿A qué le temes?

··... Yuri, cállate – acompañó estas palabras con una muy elocuente mirada antes de encaminarse al trapecio- ¿no íbamos a practicar?

Yuri suspiró resignado. Aprovechando que ella estaba volteada se permitió una sonrisa. Esa era la Leila que conocía. La que tanto le gustaba.

Unas horas después...

Leila y Yuri bajaron de los trapecios, extenuados después de la intensa práctica. Leila cogió su toalla mientras Yuri bebía de su botella.

··¿Qué te vas a poner?

··¿Mmmhh?

··¿Qué ropa te vas poner a poner mañana?

Yuri casi se atraganta de agua por la impresión.

··�¡QUÉEE!

··¿Estás sordo o qué? Quiero saber que te pondrás para así yo no desentonar con mi pareja

··¿Quieres ir... conmigo?

··¿Es una invitación o solo una pregunta?- Leila no lo miraba, estaba ocupada reuniendo sus cosas en su maletín

··Yo...

··No me digas que me vas a dejar sola con todas esas personas a las que casi no conozco y ...

··De negro – la interrumpió Yuri- Enteramente de negro. Te recojo en tu casa a las 7 y media.

Se acercó a ella e hizo algo inesperado: se acercó peligrosamente a su rostro y... le dio un beso en la mejilla

Sin más se fue. Leila soltó la respiración que había estado conteniendo y, varios segundos después, levantó la mano para acariciarse la mejilla premiada. Una muy amplia sonrisa apareció en su cara.

Todos se sorprendieron al ver a Leila tan amable y de tan buen humor. Durante todo el día no dijo ni una palabra dura ni ningún gesto despectivo, hasta fue amable.

Temían que el techo se les cayera encima. (1)

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10:59 AM

Una joven cruza el patio para llegar al taller de utilería. Estaba agitada por el ejercicio que había realizado durante la práctica pero tenía que llegar a su destino.

··Zach¿estás por ahí?

··Mina ¿eres tú? – el chico surgió de las sombras y Mia pudo darse cuenta que su cabello no era lo único negro que tenía: todo él estaba teñido de oscuro haciéndole parecer como quemado, solo sus ojos brillantes eran fácilmente reconocibles- ¿qué haces aquí?

··¿Quieres que te mate, verdad? TE HE DICHO MIL VECES QUE MI NOMBRE ES MIA! Oye¿qué te pasó?

··Pues... tuve que pintar el fondo de noche que se va a usar en la próxima obra. Y pues me cayo algo en la cara y, bueno, cuando me quise limpiar... –mostró una sonrisa insegura mientras se rascaba la nuca... manchandose más aún.

··Bueno, yo vine para decirte que somos los encargados e preparar el salón para mañana. Así que -miró su reloj- nos vemos allí a las 8

··No me has preguntado si estoy de acuerdo

··No es necesario. Vas a ir – Mia le mostró una luminosa sonrisa tan hermosa, que hasta sus dientes brillaron, mismo modelo de pasta de dientes

Zach solo atinó a pasar sus manos por sus brazos y luego empezó a rascarse las cejas.

··Te estás manchando más.

Mia levantó la mano y apartó la de él de su rostro. Sintieron un escalofrío. Ambas miradas, esmeralda y zafiro, se enfrentaron y naufragaron en los ojos del otro. Parecía una ensoñación: sus presencias acercándose...

··Ahhhhhhhhhhhhhhh!

Mia y Zach voltearon a mirar al lugar donde había provenido el ruido: el depósito. (NA: sus caras habia estado solo a 20 centimetros de distancia)

··Tengo que ir a ayudar

··Este... sí, nos vemos. – Mia estaba aturdida: era su imaginacióno habían estado por besarse?

(En el depósito)

Zach entró precipitadamente, buscando a quien dio el grito. Mas cuando encontro a la "victima" solo pudo tirarse al piso y matarse de la risa.

Ken era el relleno de un sánguche de varias colchonetas que estaban sobre él. Su cara mostraba todas las tonalidades de azul.

··Oye ¿podrías ayudarme? – dijo Ken algo molesto

··Perdona, enseguida voy – dijo el de ojos verdes mientras se limpiaba las lagrimitas que habían brotado por la risa

Sin embargo, Zach no pudo evitar seguir riéndose. Y Ken le iba a dirigir un sentido "púdrete" cuando reparó en la apariencia ligeramente estrafalaria de su amigo.

··Ja, ja, ja ¿problemas para pintar?

··No molestes. Yo no fui el que provocó a las fieras colchonetas a aplastarme.

··�¡Yo solo vine a dejar los desarmadores!

Se echaron a reir nuevamente pero en seguida ambos tomaron aire mientras recuperaban (o eso intentaban) la compostura. ¡Caramba, eran hombres, no niños! (NA: si claro)

··Oye¿dónde estabas? Cada vez te veo menos y las malas lenguas dicen que te ven a cada rato con una chica del elenco

··¿Yo con esa pelirroja desabrida? Si parece una zanahoria cruda. No hay quien la aguante, es la persona más molesta del mundo y conversar con ella es un martirio, si se digna hablar contigo es para gritarte...

··¿Quién está hablando de Mia? – Ken sonrió: había dado en el clavo sin querer

··... – Zach se agachó ya que ¡oh, coincidencias de la vida! tenía los pasadores desamarrados pero el otro chico creyó ver sus mejillas rojas - Supongo que vienes mañana para tu agasajo, creo que no tengo que repetirte la amenaza (el miércoles Zach le habia dicho que si Ken se quedaba en su cumpleaños en su casa, sus amigos lo arrastrarian a una fiesta)

··Pues ya que no tengo nada mejor que hacer...

Ken hubiera querido continuar sonsacándole información a Zach sobre su relación con Mia pero justo llegó Ian y se fue con él hablando sobre el escenario para la nueva obra

Zach solo pensaba "estuvo cerca. Creo que hasta a la suerte le gusto" y soltando una risita, se dio media vuelta, feliz de la vida

··De vuelta al trabajo.

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3:30 PM

En la calle, una chica camina con pasas rápidos a lo largo de la vereda, hasta que de repente paró y se quedó mirando la pared. Miró a todos lados, antes de desaparecer tras una puerta, decidida.

A través de un vidrio semi-polarizado se podía observar como la joven hablaba animadamente con un chico y su rostro azorado combinaba a la perfección con sus extraños cabellos rosáceos...

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7: 32 PM

Desde que se había separado de él, Mia se había hecho a sí misma el firme propósito de no pensar más en Zach por el resto del día.

No fueron más que vanos intentos.

Durante la práctica, estaba tan distraída que en vez de hacer los pequeños saltitos con giros en el aire que les pedía el profesor se puso a hacer abdominales. El profesor estaba tan sorprendido de que Mia no le prestara atención, que no supo que decirle y al principio optó por ignorarla pero viendo que desconcentraba a las otras chicas le pidió que se retirara.

Así que acabó sus prácticas una hora y media antes de lo usual por lo que fue a su cuarto a leer una novela que le habían enviado su abuela. Pero se aburrió de permanecer inactiva así que se encerró en el lugar donde tenían todos los CDs que iban a poner en la fiesta y se puso a revisarlos otra vez, escuchando música y haciendo pequeñas modificaciones.

Pero al estar tanto tiempo oyendo canciones en su mayoría románticas, lejos de distraerla, le trajeron una nube de pensamientos sobre amor y novios, como nunca antes había experimentado. Pero después de mucho desenredar –ya que tiempo era lo que le sobraba en ese momento- llegó a una conclusión.

··No puede ser, me gusta Zach. ¡Pero si apenas lo conozco!

Y es que el corazón es así, tan ciego e impredecible. Pero Mia ni sabía nada de esto: era la primera vez que sentimientos así la embargaban

Y hubiera podido reflexionar más pero se dio cuenta que ya se podía cenar y como no quería ver a sus amigas –se sentía muy cansada como para enfrentar sus preguntas- se apresuró a llegar al comedor.

Pero la verdad es que no tenía hambre, era más por costumbre que se sentó en la mesa. Así que cuando devolvió su bandeja prácticamente intacta los cocineros la miraron entre interrogantes y amenazadores.

Pero Mia estaba en otra. Volvió a donde estaban los Cds y empezó a llevarlos de a pocos al salón donde se haría la fiesta. Ahí descubrió lo grande que era el escenario Kaleido y lo lejos que podían estar los cuartos unos de otros. Bueno, creo que después de pasar 30 veces entre idas y venidas por el mismo sitio todos hubieramos pensado lo mismo.

Cuando por fin hubo terminado de transportar la música, ahí sí que extrañó al platito tan rico de pastel de carne que le habían servido y la refrescante chicha morada que estaba fría... (2) Total no había comido nada desde que las 12 y media

Así que cuando Zach entró con una hamburguesa en la mano, ella no pensó en preguntarle porque había venido tan temprano si aún no era la hora acordada, ni de restregarle en la cara que ya ella habia traido las cosas, ni siquiera pensaba en el, sino que se quedo mirando el humeante pan con deseo y casi lujuria. (NA: XD)

Zach había despertado su instinto animal

El chico sintió las piernas como gelatina al ver la mirada de Mia pero al observar mejor... como que se dio cuenta que Mia no lo estaba mirando exactamente a él

··¿Quieres?

··¿Acaso tengo cara de muerta de hambre? Ni me contestes. Empecemos que ...

Un ruido de ultratumba resonó por toda la habitación, que para colmo tenía eco, provocando que Mia se sonrojara furiosamente y Zach se deshiciera en carcajadas al comprender el origen de aquel ruido

Era el estomago de Mia que alzaba su voz en señal de protesta

··¿Así que no tenías hambre? No me contestes –dijo mirándola burlonamente, provocando que Mia se pusiera más roja, cosa que no hubiera parecido posible- No podemos trabajar en estas condiciones. Tienes que comer algo sino no te podras concentrar. No me mires con esa cara. Anda aun falta mucho tiempo para la hora en que quedamos, asi que sobrado vamos y venimos ¿Vienes?

Mia gruñó pero lo siguió. En su interior estaba aliviada.

Salieron al pasillo, que por cierto era uno de los menos transitados a esa hora, pero a pesar de eso tenía iluminación. El encargado de apagar las luces siempre las apagaba a las 11 PM.

··Esperame aquí – dijo él antes de desaparecer tras una esquina

Mia se quedó allí, dudando si debía sentarse o esperarlo parada. Pero al poco rato vino Zach, en sus manos una bandeja con un platazo del ya mencionado pastel de carne, la chicha y una enorme porción de pastel de manzana.

··¿Cómo lo conseguiste? – dijo Mia mientras prácticamente le arranchaba la bandeja

··Hablé con la cocinera – dijo él – Ninguna mujer puede resistirme.

··Ja, ja, ja, ja.Ya pues habla en serio

··Le dije que me había enterado que una chica dejó su bandeja y que era increíble que hubiera desechado esa comida tan exquisita, digna solo del paladar de los reyes, y que ojalá yo pudiera tener un poco más de ella.

··Y nos dieron ración extra – dijo Mia debatiendose entre reir y masticar

Mia acabó de comer en 7 minutos con 35 segundos, y se apresuró a beber el refresco pero, debido a la velocidad con la que comió, se atoró y casi se ahoga, si no hubiera estado Zach con ella.

··Estira los brazos y respira hondo ¡Vamos, hazme caso! – el mismo le hizo estirar los brazos y luego procedió a frotarle la espalda para que así estimular su respiración

Mia recuperó el aire casi al momento pero no se movió. Le producía cosquillitas agradables la cercanía del muchacho, y ahora que sabía que le gustaba, quería atesorar ese momento, pues no creía que se repitiera.

Por su parte, Zach también lo estaba disfrutando. Respirar el aroma de lo hacía temblar y el sentirla tan cerca de él, pues la abrazaba por la espalda lo hacía sentir ligero, capaz de cualquier cosa y a la vez extrañamente pesado como para moverse. Lo último que quería era romper ese maravilloso momento.

Pero al escuchar unas voces acercarse, volvieron en sí y se encaminaron en silencio al salón y lo arreglaron casi sin problemas.

··�¡NO! Pon el equipo allí en la esquina para que no estorbe a los que bailan.

··Pero desde aquí se escucha mejor.

··¡Pero el DJ casi ni se puede mover!

··�¡No seas exagerada, si aquí sobrado entran dos personas!

··¡Cómo vas a poner las bebidas debajo de esa telaraña!

··¿Qué tanto miras¡Ponte a limpiar!

Y así entre pequeños inconvenientes ya era casi medianoche. Se despidieron sin ni siquiera mirarse pero, en la acogedora soledad de sus camitas, ambos se sentían eufóricos a más no poder.

Y sus sueños fueron aún más alegres.

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10:59 PM

Sora estaba metida en su cama pero no dormía. Había hecho lo que tenía que hacer, y a pesar de estar completamente agotada, se sentía complacida. Pues lo estaba haciendo por él: su amigo Ken. El, que tanto las ayudaba siempre. El que estaba siempre allí dandole animos. El, que era una parte muy importante de su vida. Una de las personas en las que más confiaba y a las que más quería.

Se sentía muy bien hacer esto por él, era una especie de agradecimiento por todo lo que él había hecho...

... y por algo más, que no podía definir bien.

Y justo cuando iba a profundizar en sus sentimientos, se quedó dormida.

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11:17 PM

Un chico rubio llegó a su cuarto, que estaba todo oscuro, y se lanzó a la cama donde permaneció unos momentos quieto. Luego se quitó sus ropas para ponerse la pijama y después se acercó a una mesa.

Ken quitó la alarma: mañana sería un día de celebración. ¡No se cumplen 18 años todos los días! Su mejor amigo se había acordado de ello, y mañana tendría una reunión y se divertiría.

Pero tenía un extraño presentimiento que no iba a ser como pensaba. Cuando ya estuvo en su cama dormitando, se sintió como en una visión. Presentia que lo que estaba por suceder dentro de unas horas cambiaría su vida para siempre

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(1) Aquí en Perú decimos que "el techo se nos va a caer encima" cuando algo es tan inesperado que parece que es una señal de que algo está por pasar. Por si acaso nomas.

(2) Pa los que no sepan la chicha morada es una bebida hecha a base de maiz, el maiz morado, que lleva aparte manzana, limon y a veces piña y canela. Es solo un refresco y es riquísima y lo máximo al ser de color morado oscuro. Si pasan por Peru avísenme que les invito :P y si se preguntan como habia chicha morada en Estados Unidos pues.. la cocinera era peruana, pero nacionalizada gringa jejeje

Pues aquí les traigo un nuevo capitulo, que espero les guste. Gracias a todos por sus reviews , lamento no contestarlos pero es que solo he podido conectarme a internet para subir este capitulo. Debo agradecerles, no solo po seguir esta historia, si no tb por darme ideas para continuarla.

El proximo capitulo q viene es el final asi q me dedicare a mis otras hitorias y algunas nuevas ideas q tengo en mente

MUCHAS GRACIAS POR LOS COMENTARIOS