Fecha: Viernes 20 de Agosto de 2004.

Nota de la Autora:

¡Aiya! Bueno, acá van mis comentarios…

Primero: Perdón por el atraso, causas externas me han impedido dedicarle el tiempo que quisiera a lo que más me llena de felicidad, voy a tratar de avanzar más rápido.

Segundo: Este capítulo es de prueba, sé que nada tiene que ver con la trama de mi FF, pero yo quiero describir la relación entre Fara y Boro y no pude resistirme (además se lo había prometido a Vale). No sé si mi interpretación de los hermanitos de niños sea errónea, pero debo admitir que siempre imaginé a Faramir súper encariñado con su madre y a Boromir con un pequeño problema de paciencia jejeje, no es que Faramir sea súper mimado, pero no se les olvide que acá tiene 4 añitos... ES CASI UN BEBÉ... so sweet!!

Tercero: Gracias por sus comentarios y sus palabras de aliento... ya volví a retomar la historia original y voy a escribir lo que estaba planificado (o sea muchos capítulos) y apresurándome y quitándome el ocio que en ocasiones (por no decir siempre) me ataca.

Cuarto: Comentarles que he encontrado una nueva canción para agregar en un capítulo no muy distante (ustedes saben que las canciones me inspiran).

Quinto: Estoy intentando volver a postear un capítulo por semana (como hacía al principio), así no tendrán que esperar tanto (la espera es tediosa... lo sé, lo sé).

Sexto: me estoy dedicando a conocer la esencia de algunos personajes para tratar de incorporarlos a mi FF, ya que hasta ahora únicamente he mencionado a Faramir, Éowyn, Anleth, Bergil y Beregond. Me gustaría incluir al rey Elessar, la reina Arwen, el rey Éomer y uno que otro hobbit (adoro a Pippin y a Ferry) creo que hacen faltita.

Séptimo: Adoro los reviews largos, les agradezco el tiempo que dedican en dejarlos ¡Gracias a ustedes tengo una sonrisota de oreja a oreja!

Octavo: Quiero pedirles un GRAN favor (bueno, que sean dos... jejeje). Serían tan amables de informarme, ya sea por review o por mail, qué situaciones o recuerdos les gustaría que agregara a mi FF... así tengo más para inspirarme , como ejemplo: Vale me dijo que le gustaría que escribiera algo de los hermanitos cuando eran niños y acá está. El otro favor es que me hagan saber qué prefieren: Angustia, romance, ternura, acción, etc, etc, etc... y en qué grado, por ejemplo: yo adoro (como dice mi HB) mezclar lo dulce y lo amargo, pero adoro la ternura y el romance sobre todas las cosas. Me gustaría conocer sus opiniones al respecto... así mejoro

Y Bueno, como esto parece un ENORME testamento, mejor dejo de escribir ya; ahora me paso a responder sus reviews... no sin antes dejarles esta frase, cuando la leí me dio tanta pena... Sniff...

"Sin una palabra de gratitud, sin una bendición, envié a mi hijo a afrontar un peligro inútil, y ahora aquí yace con veneno en las venas" –Denethor en El Retorno del Rey. (para que vean que si no valoramos lo que tenemos, luego los remordimientos nos matan).


Respuesta a Reviews:

...Natadriel

¡HB! jejeje... bueno, es que si no mezclo lo dulce y lo amargo no le encuentro sabor, jijiji. Debo darte las gracias por haberme hecho recordar que la idea original era hacer este FF extenso para que me aburriera de escribir, no sé porqué razón lo había olvidado, quizá el estrés de mi Universidad, pero tienes razón: "Al fanatismo nunca le basta" y yo sé "supone" soy fanática. Me alegra que te haya gustado el flashback de Éo y Éomer, admito que no estoy muy segura aún con eso. Sí, te aseguro que escribiré el reencuentro en Édoras, sobre la boda, Minas Tirith, Las Casas de Curación... y uno que otro recuerdito que vaya surgiendo por allí. ¡Gracias HB!

Aralinde

¿Te emocionaste con el nuevo capítulo? oO (Estoy sonrojada), yo me emociono bastante cuando suben nuevos capítulos de las historias que leo, pero nunca creí que alguien sentiría esa misma emoción por mi FF... ohhhh ¡QUÉ ALEGRÍA!

¿Adicta a mi Fic? oO (ahora parezco un tomate) ¡WEEEEEEEEEE! Alguien piensa que escribo bien... io happy... io happy Jejejeje... lo de Faramir aún no termina... espero que este capítulo te guste, ya que con él estoy experimentando la posibilidad de escribir un FF chiquitito de los hermanitos cuando eran niños... ¿tu qué crees?

Sobre Elboron... puedes apostar que tomará parte de mi FF... al final casi, pero no dejaré esa parte inconclusa. Muchísimas gracias Aralindë por darme tantos ánimos para seguir adelante, no tienes una idea de lo importante que ha sido tu review... ¡Hantale!

Hada

¡Aiya Hada! (yo te hago compañía saltando de una pata porque al fin este capítulo quedó más o menos bien ) Qué alegría leer que te encanta mi fic, ¡Gracias! No te preocupes porque mi historia quede inconclusa, eso no pasará mientras haya aire en mis pulmones... tengo el compromiso de terminarla por las lindas chicas que la leen y por que yo también soy fan de los Príncipes de Ithilien y si empecé algo voy a terminarlo.

Hmmmm... buena idea... si Faramir muere, eso explicaría el por qué únicamente se menciona a Elboron como su único hijo... voy a tomarla MUY en cuenta, ¡Buena Idea!

Quizá me equivoco... pero no creo que Éowyn tome precauciones cuando se ha determinado a hacer algo. Me gustaría escribir más sobre Éomer, pero aún no estoy muy acostumbrada a su personaje, no sé su esencia, quizá puedas ayudarme ahí para que tenga más participación ¿Qué dices?

¡Hantale por el apoyo! ¡Besotes y abrazotes!

Edhelren-Ar-Feiniel

¡Osellë! Muchísimas gracias por todo tu apoyo, en verdad no tengo palabras para agradecértelo (quizá con tu FF de Ereinion te agradezca un poquitito aunque sea). Ya sé que gracias sólo los monos, pero no sé otra palabras, ah sí, ¡Hantale! Jejeje, ¿para cuándo tu FF? Mira que estoy a espera de tu segundo capítulo... ese trío amoroso me da mucha gracia, en especial Fëanor. En verdad, ahora que ya tienes listo el primer capítulo, creo que deberías subirlo. Bien, te seguiré atormentando en mails... jijiji...

Mique-li Osellë!! ¡¡¡TQMMM!

Allison Black:

¡Aiya Allison! Me fascina leer tus reviews, porque fuiste de las primeras en seguir mi FF y me siento súper feliz cuando veo que aún sigues leyendo , ya sabes que cualquier crítica es más que bienvenida (así como un Balrog, un ejército de Orcos, Uruk-Hais, etc, etc, etc).

¿Matar a Éowyn? ¿Yo? Bueno, quizá sí, quien quita... así tendría ya dos balrogs tras mi rastro...

V.V me he tardado un resto en actualizar... perdón pero ha sido muy difícil... si supieras todo lo que me ha pasado... UFFFF... en verdad no he tenido tiempo. Pero ya me pongo las pilas

¡Mique-li Allison! (Hantale por seguir leyendo).

Éowyn-Princess-of-Ithilien

Aiya Éo:

Bueno, tanto como profundizar en recuerdos de Fara y Boro... no, pero sí una pequeña pruebita de un capítulo jejeje... (para que no digan que soy tan trágica que sólo lo trágico se me da).

No te preocupes por el review , yo tampoco he tenido mucho tiempo de revisar.

Si po, dos capítulos de Indomable, yo feliz porque iba a leer bastante y hasta ayer actualizaste... tsk, tsk, tsk... sólo me ilusionaste TT

Te pareció que el capítulo anterior era uno de los mejores que he escrito... hmmmm... a mi aún no me convence no sé porqué oO ¡Muchísimas gracias por leer mi FF!

Magicshadow

¬¬ hmmmm... te tengo que consultar algo importante, pero será por mails. Mique-li.


Fan Fiction "Podría Ser"

Por Sarah Starlight

Capítulo No. 12

"Sólo recuerdos distantes entre la fiebre"

El pequeño niño de cabellos oscuros conducía a su hermano mayor hacia el círculo más alto de la ciudad, no le soltó de la mano sino hasta estar frente a una cámara de la Torre Blanca, dentro se encontraba únicamente una Dama de gran belleza, Finduilas de Dol Amroth- ¡Madre! –gritó Faramir al verla, liberó al fin la mano cálida de su hermano y se abalanzó hacia la dama.

Finduilas dio media vuelta mientras extendía los brazos y rodeaba con ellos a su segundo descendiente y luego lo levantaba mientras sonreía tiernamente- mucho tiempo llevaba ya buscándoros Boromir –dijo mientras observaba amorosamente el rostro sonriente de su primogénito- pero tu hermano fue más hábil y supo encontrarte a la brevedad –Faramir sonreía mientras se aferraba al cuello de su madre.

Me dirigía a observar un entrenamiento de soldados, os ruego disculpéis las molestias que os he ocasionado madre –dijo Boromir- pero... ¿a qué se debe el menester de mi presencia? –preguntó con curiosidad y seriedad.

Vuestro pariente, mi hermano Imrahíl, me ha invitado a Dol Amroth y vuestro padre ha aceptado, por lo cual partiré de inmediato –Faramir reposó su cabeza en el hombro de su madre, mientras con sus traviesas manos acariciaba los oscuros cabellos de Finduilas.

Boromir suspiró, siendo aún un niño de tan sólo nueve años, era ya muy independiente de la compañía de su madre; sin embargo la separación, fuera breve o extensa, le llenaba de tristeza: su madre siempre llevaba consigo a Faramir y él no gustaba de separarse de su pequeño hermano- debo suponer que deseabas despedirte de mi antes de partir, ¿o me equivoco madre? Siendo así os deseo un buen viaje y espero que regreséis con bien, os extrañaré, a mi hermano y a vos –se cruzó de brazos.

En verdad deseaba despedirme de vos, Boromir, pero igualmente deseaba comentaros que en esta ocasión únicamente viajaré yo, vuestro hermano permanecerá en la Ciudad Blanca –dijo Finduilas con calma.

¿Qué? –preguntaron al unísolo Faramir y Boromir, éste último dio unos pasos hacia delante sin poder ocultar una sonrisa, mientras que al primero se le llenaron los ojos con lágrimas.

¡No, no y no! Yo deseo ir con vos –sollozó Faramir mientras se aferraba fuertemente al cuello de Finduilas.

Al ver la reacción de su hermano menor, Boromir ocultó su sonrisa –pero si siempre os ha acompañado madre –susurró con pena- llévalo con vos.

¡Si madre, yo deseo ir! –protestó Faramir sin siquiera voltear a ver a su hermano mayor.

Vuestro padre no autorizó que viajes a Dol Amroth a mi lado –dijo Finduilas con tristeza- ya es tiempo de que nos separemos, fueron sus palabras –añadió mientras observaba el rostro de Faramir.

Yo le diré que no deseo que se quede –dijo Boromir no muy convencido de querer cambiar la decisión de Denethor- con seguridad les permitirá partir juntos –añadió con presteza.

No –susurró Finduilas mientras se desprendía de los brazos de Faramir y lo colocaba de pie frente a ella- vuestro padre tiene razón, ya es tiempo de que nos separemos unos días –el niño se cubrió el rostro con ambas manos mientras sollozaba con desesperación- os buscaba también para suplicaros que cuides de vuestro hermano en mi ausencia –dijo mientras dirigía su mirada hacia Boromir.

El niño sonrió nuevamente- no os preocupéis por él madre: siempre lo he cuidado, me lo pidas o no –se aproximó a su hermano y lo abrazó- ve en paz y con tranquilidad que yo he de protegerlo en tu ausencia.

Finduilas sonrió complacida y feliz, le dolía partir y dejar atrás a su familia, en especial al pequeño Faramir que era tan dependiente de ella, pero la ilusión de volver a ver el mar le llenaba de júbilo. Así pues, esa misma mañana partió acompañada por dos de sus damas de compañía y escoltada por una pequeña guarnición de soldados, atrás dejaba la sombra lóbrega y terrible que provenía de Mordor, así como a sus dos hijos y su esposo que la despedían desde las murallas de la ciudad Blanca.

El sol aún no había recorrido mucha distancia en el cielo azul desde la partida de Finduilas -¿Cuándo regresa mi madre? –preguntó Faramir por cuarta ocasión mientras observaba sentado en la grama el entrenamiento de Boromir con la espada.

¡No tiene ni un día de haberse marchado! –exclamó Boromir mientras olvidaba su entrenamiento y observaba seriamente a su hermano menor.

¿Regresará al anochecer?

No, ya no volverá, así que no hagas más preguntas –respondió Boromir con enfado; la mañana había transcurrido lentamente luego de la partida de Finduilas, y Faramir no se detenía en preguntarle sobre su regreso.

No volverá... –repitió el niño con los ojos llenos de lágrimas.

Boromir suspiró al ver el rostro de su hermano- claro que volverá –dijo al ver la reacción que sus palabras habían causado en Faramir- pero no será hoy –se aproximó al niño y le limpió las lágrimas.

¿Y cuándo entonces? –Faramir observaba largamente y sin pestañear el rostro de su hermano mayor.

Eso sólo lo sabe nuestro padre –dijo Boromir, pero al terminar de hablar Faramir lo sujetó de ambas manos e intentó dirigirlo hacia la ciudadela, donde encontrarían a Denethor.

¡Pregúntale! –exclamó el niño mientras intentaba guiar a su hermano mayor, pero éste no daba ni un solo paso.

Ve tu, yo debo entrenar –dijo Boromir con seriedad mientras se liberaba de las manos de Faramir.

Bien, iré –dijo el niño y corrió rumbo a la cima de la ciudad, Boromir lo vio desaparecer tras un palacio abandonado- nada va a pasarle –se dijo a sí mismo- estará en compañía de nuestro padre –añadió para sí mientras continuaba maniobrando maestralmente la espada.

Faramir correteó sobre el patio pavimentado de blanco y se detuvo de pronto a contemplar el manantial del árbol; con creciente curiosidad metía ambas manos en el agua clara y cristalina, luego las sacaba y salpicaba agua lanzándola hacia el cielo, sus risas inundaron el patio; tan alegres eran los ecos de la risa de Faramir, que algunos guardias de la Ciudadela sonrieron al escucharlos.

Hubiese pasado allí largo tiempo, pero recordó el motivo de su visita, pronto saltó fuera del manantial y se encaminó a paso veloz hacia el interior del salón.

Y al pie del estrado, en el primer escalón, sentado en el sitial de piedra negra encontró a su padre, Denethor II, Señor y Senescal de Gondor; rápidamente Faramir se escondió tras el primer monolito de mármol negro.

Ya os he visto –dijo Denethor en un tono acusador- así que no debéis ocultaros Faramir, esperaba vuestra presencia aquí desde hacía tiempo atrás.

El niño salió de su escondite detrás del monolito y bajó la mirada- ¿Cuándo vuelve mi madre? –susurró más para sí que para su padre.

Aproximaos –ordenó el Senescal sin apartar la mirada severa del pequeño niño que caminaba lentamente hacia él- no he de reprenderos, así pues ven –añadió.

Faramir levantó nuevamente la mirada y observó unos instantes el rostro serio del Senescal, luego, movido más por la orden que por el instinto de amor hacia el padre, se encaminó con más rapidez y se sentó en el primer escalón, junto al estrado donde se encontraba Denethor, más no se atrevió a hablarle, únicamente se limitó a estar allí, junto a él.

Denethor sin embargo, conocía el motivo de la repentina visita de su hijo menor, pero no dijo palabra alguna; por el contrario golpeó un pequeño gong de plata y ordenó a los servidores que acudieron ante él que le proveyeran de unos mapas y una mesa.


Parece que se está reponiendo –susurró Mablung a su compañero mientras sonreía complacido, luego colocó sobre la frente del Príncipe de Ithilien un nuevo manto impregnado del líquido que había preparado con la planta medicinal, Faramir únicamente frunció el entrecejo- las heridas están comenzando a cicatrizar –añadió mientras retiraba unas vendas del brazo izquierdo de su Señor.

El otro montarás se aproximó a su compañero para comprobar por sí mismo que las palabras de Mablung eran verdaderas- tenéis razón –susurró mientras sonreía.


Faramir observó con curiosidad como la orden de su padre se cumplía y luego éste se puso de pie y extendió el primer pergamino sobre la mesa, el niño lo observaba murmurar para sí mientras inspeccionaba cada centímetro del mapa; y luego de un momento de completa indecisión, retomó el valor y se puso de pie, encaminándose hacia su padre: se detuvo frente a él, luego se colocó a su lado... miraba fijamente el manto que abrigaba a Denethor, instintivamente lo sujetó con una mano y tiró suavemente de él -¿Volverá hoy mi madre? –preguntó con voz queda, casi en susurros a penas audibles.

No, no volverá hoy, ni mañana, ni en unos días –respondió Denethor mientras observaba con seriedad el mapa y continuaba murmurando para sí.

¿Y cuándo entonces? –preguntó Faramir mientras tiraba del manto del padre con un poco más de fuerza.

No lo sé, luego –respondió nuevamente Denethor sin apartar los ojos oscuros y serios del mapa.

¿Cuándo es luego? –Faramir tiraba con más insistencia de la manta.

Luego... –Denethor seguía con los dedos senderos invisibles en el mapa y murmuraba para sí, pensaba estrategias.

¿Luego es mucho tiempo Padre?

Sí, mucho tiempo –el Senescal no prestaba ni la más mínima atención a las respuestas que le daba a su hijo menor, todos sus pensamientos se centraban en el mapa.

¿Puedo ir con ella? –preguntó Faramir con seriedad.

Sí, ve con ella, ahora estoy ocupado –respondió Denethor sin pensar la respuesta que le acababa de dar, Faramir sonrió y sin esperar a más corrió hacia su Cámara en la Torre y se hizo con dos vestimentas, las envolvió en un manto oscuro y volvió hacia donde se encontraba su padre.

Ya me voy Padre –dijo el niño, el Senescal ahora consultaba otro mapa.

No tardes mucho –respondió Denethor sin percatarse del extraño bulto que abrazaba Faramir.

El chiquillo bajó velozmente hacia el primer círculo de la ciudad y se detuvo frente a la gran Puerta, donde varios soldados la guardaban con recelo. Comprobó Faramir que no se le permitiría la salida por ser aún tan pequeño de edad, así como que muchos soldados lo habían reconocido ya y no le perdían de vista.

Con presteza y valiéndose de la habilidad de la infancia, logró esconderse entre el pienso que transportaba un carretón que se dirigía hacia los valles de Tumladen, y salió de la Ciudad Blanca, los soldados no lo vieron mientras traspasaba las puertas; al verse lejos de la guardia bajó del carretón, volteó a ver hacia Minas Tirith y luego comenzó a caminar hacia el frente, ignorando completamente el rumbo que debía seguir; el sol comenzaba a ocultarse ya, sentía una molestia en el estómago: no había probado alimento desde que tomó el desayuno con su madre y su hermano, pero no importaba, en su mente infantil creía que pronto estaría junto a su madre y ella le proveería de alimento. Faramir sonrió al imaginarse nuevamente en la compañía de Finduilas.

En ese momento Boromir regresaba a la Torre de Ecthelion, extrañado de que su hermano menor no hubiese irrumpido en su entrenamiento; pensó encontrarlo en compañía de su padre, así que se dirigió con presteza hacia la Cámara del Trono, donde seguramente encontraría a Denethor, y junto a él, a Faramir.

Cuál no sería su sorpresa al encontrarse únicamente al Senescal- ¿Y Faramir? –preguntó con preocupación al no encontrarlo allí.

¿Acaso no estaba con vos? –Denethor observaba con seriedad a su primogénito.

Pasado el medio día se separó de mi lado, dijo que vendría con vos –explicó Boromir.

Y así lo hizo, pero luego se retiró, debe estar por allí –dijo el Senescal sin prestarle atención- al tener necesidad de alimento y el sueño lo venza regresará –aseguró con firmeza.

Lo buscaré en las Cámaras de la Torre –dijo Boromir mientras salía de la Cámara del Trono, la oscuridad de la noche cayó sobre Minas Tirith mientras él buscaba a Faramir en todas y cada una de las habitaciones, pero al no encontrar allí a su pequeño hermano, se colocó un grueso manto de piel y se dirigió nuevamente hacia su padre.

¡No está en la Torre! –exclamó preocupado- voy a buscarle en la ciudad; quizá podríais pedirle a algunos soldados que me acompañen en la búsqueda –dijo mientras miraba largamente a Denethor.

Así lo haré –dijo el Senescal mientras llamaba nuevamente a la servidumbre por medio del gong de plata- pero estoy seguro que debe estar jugando.

Le prometí a mi madre que cuidaría de él y le he fallado –dijo Boromir con un dejo de culpabilidad en la voz- Faramir no puede estar fuera en esta noche tan fría, voy a buscarle –añadió y con una reverencia se retiró de la presencia de su padre.

Rápidamente recorrió uno a uno los círculos de la ciudad y pronto se encontró en el último de ellos, unos soldados que cuidaban la Gran Puerta le informaron que Faramir había estado allí al finalizar la tarde, pero que no había cruzado la puerta, que únicamente había observado. Sin embargo, Boromir sabía que su hermano menor había logrado encontrar la manera de burlar la guardia y en esos momentos debería estar deambulando en los campos del Pelennor.

Así pues, tomó un caballo y salió de los muros de la Ciudad sin un destino establecido, la noche se había cerrado rápida y silenciosa sobre él; por la prisa en que había salido de la Ciudad no había llevado consigo ningún cirio o lámpara para iluminar su camino; así que su fuente de luz era únicamente la luna llena que comenzaba a abrirse paso en el cielo oscuro.

Agudizó la vista para escudriñar cuidadosamente lo más lejos en el horizonte de los campos, buscando alguna sombra o alguna seña de Faramir; bajó del caballo y caminó velozmente hacia el frente, dirigiendo al animal por la brida- Faramir no debe estar lejos, no pudo avanzar tanto –susurró para sí.

Aún protegido por el grueso manto sintió el frío intenso que entumecía su rostro, era ya realmente tarde; su preocupación iba en aumento: algunos orcos lograban traspasar la guardia que cuidaba las murallas exteriores del Pelennor... ¿y si alguno de ellos encontraba a Faramir? Pero si los orcos no lo encontraban, el frío acabaría con la vida de su hermano menor; el sonido de un estornudo a la distancia llamó su atención. Boromir volvió a montar el caballo y se dirigió hacia el lugar donde creyó que provenía el estornudo y cuando estuvo cerca volvió a desmontar.

¿Faramir? –dijo entre susurros, pero nadie respondió, sin embargo la luna estaba ya en su completo esplendor e iluminaba todo a su alrededor; fue gracia a esto que pudo ver unos pasos delante de él un bulto en el suelo, se aproximó con sigilo.

Faramir dormía, acurrucado por el frío y abrazando el bulto que contenía las vestimentas, rápidamente Boromir se desprendió del manto de piel que le protegía del frío y con éste cubrió a su hermano, luego lo levantó cuidadosamente en brazos y lo colocó en la cruz del caballo, él montó también: con el brazo derecho sujetaba fuertemente a Faramir, mientras que con el izquierdo dirigía al caballo de regreso a Minas Tirith.

Faramir, sin embargo, estaba tan profundamente dormido que no sintió en qué momento habían frustrado sus planes de llegar a Dol Amroth con su madre y volvía a la Ciudad Blanca en brazos de Boromir.


Como aves de rapiña sobre un cuerpo putrefacto rodeaban los pensamientos funestos y lóbregos la joven mente de la Dama Blanca, al encontrar la daga de oro que le había obsequiado a Faramir junto a la pira de cuerpos: hasta la más remota luz de esperanza había abandonado el corazón de Éowyn, lo único que deseaba era encontrar al grupo de orcos que había arrebatado tan vilmente la vida de su Señor y acabar con cada uno de ellos... o morir en el intento de consumar su venganza.


Hasta acá por hoy chicas... espero poder actualizar este próximo viernes... o el jueves si es que puedo, pero en todo caso, gracias por seguir leyendo.