UNA LÁGRIMA EN LA OSCURIDAD

CAPÍTULO 1:

Es extraño como comenzó todo. Aquel trágico final trajo un nuevo amanecer al planeta Tierra, y con ella, una nueva esperanza. Esperanza de vivir, de soñar con un futuro, esperanza de paz. Pero Serena jamás pudo olvidar como fue su vida anterior. Una vida compartida con otras ocho jóvenes guerreras que iluminaban sus días y con su príncipe, su amado Darien. A menudo cuando veía las estrellas, Serena pensaba en sus amigas, en como habían muerto por una causa en la cual creían, en una promesa no cumplida y su corazón volvía a llenarse de tristeza.

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flashback

Serena volvió la vista hacia el desolado terreno. La batalla había concluido, el caos había sido vencido. Pero las consecuencias de aquel odio habían sido fatales. Sus amigas habían fallecido por protegerla, por intentar brindarle un futuro a los habitantes de la Tierra, seres ignorantes de lo que había sucedido. Humanos que jamás sabrían lo que ocho guerreras habían hecho por todos ellos demostrando su gran amor por el mundo y sus habitantes.

Serena caminó entre los escombros tratando de descubrir algún sobreviviente pero ella era la única que quedaba. Cayó de rodillas llorando por sus amigas, por Darien y por aquellas tres Sailors que solo habían comprendido todo al final.

- Seiya - susurró.

Luego de meditar durante un rato volvió a su casa caminando tristemente.

- perdóname Rini – pensó – por mi debilidad ahora tu nunca podrás nacer.

fin del flashback


- Serenaaaaaaaaa, se te hace tardeeeeee - gritaba Maya mientras preparaba apresurada el desayuno para las dos.

Ya habían pasado varios meses desde aquella batalla, desde aquel día en el cual su vida había cambiado por completo.

Nunca supo como logró llegar a su casa. Los únicos recuerdos de aquellos momentos fueron las imágenes que habían aparecido dentro de su mente. Imágenes de Darien, de las chicas, de cada uno de sus queridos recuerdos con todos sus amigos. Desde el primer día cuando le había arrojado un examen suyo en la cabeza a Darien, como conoció a cada una de sus amigas, las batallas, los momentos compartidos..

Durante meses estuvo sumida en sus recuerdos. En poco tiempo había dejado de ser la Serena alegre que todos conocían. Ya no asistía a clases, ya no hablaba con nadie. Pasaba todo el día encerrada en su cuarto mirando por la ventana y llorando. Toda su familia estaba muy preocupada por ella ya que no sabían que le había sucedido. Fue en esos días de crisis cuando por consejo de un psicólogo sus padres la obligaron a levantarse e ir a la universidad a anotarse en alguna carrera. Ellos sabían que la única manera de que Serena saliera de su enorme depresión era instándola a hacer algo para poder empezar a olvidar. La joven jamás les había contado que había sucedido ese día. Apenas abría la boca para hablar volvía a cerrarla con los ojos llenos de lágrimas.

Luna estaba desesperada. No podía ver a su amiga caer en semejante estado pero no sabía que hacer. Junto con Artemis había intentado de todas las maneras posibles de animarla un poco. Luna valoraba el esfuerzo que estaba haciendo Artemis ya que sabía de su enorme sufrimiento. Mina era su ama y su mejor amiga y sabía que, a pesar de disimularlo, Artemis seguía muy mal.


Lunes. Primer día de la semana. Para Serena era como cualquier otro día. Ya nada tenía sentido. Ni siquiera los días de la semana. El mundo se había vuelto un lugar gris y sin alegría.

Indiferente a todos los jóvenes que pasaban a su lado, caminó mecánicamente hasta la secretaría para inscribirse. Como no tenía interés en nada escogió una carrera al azar: música. No le importaba. Nada le importaba. De todas formas daba lo mismo en que se anotara ya que no tenía intenciones de estudiar. Solo lo hacía por complacer a sus padres.

Luego de cumplir con todos los requisitos salió al parque. Todavía no quería volver a su casa y responder las millones de preguntas que su madre le hacía todos los días sobre su estado de ánimo.

Comenzó a caminar. No era un día muy frío. De pronto deseó que lloviera. Necesitaba caminar bajo la lluvia. Pero no, había sol. Porque diablos tenía que salir el sol justo hoy?. Sonrió con tristeza cuando se dio cuenta de lo que se estaba planteando:

"soy realmente patética" - se dijo a si misma.

Y sacudiendo la cabeza siguió caminando.

- CUIDADOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO – gritó una chica en patines viendo que se dirigía directo hacia una joven. – tienes que hacerte a un lado que no se como frenaaaaaaaaaa.. ayyyy!!!!

Demasiado tarde. Habían chocado y volado para aterrizar duramente en el pasto.

- óyeme que te pasa?? – preguntó Serena enfadada mientras se agarraba la rodilla lastimada.

- Perdóname - se disculpó la otra uniendo las manos y bajando la cabeza – es la primera vez que pruebo estas cosas y creo que no soy muy buena. Me he salido de control.

- De acuerdo.. disculpada.. – contestó Serena de mala gana mientras se levantaba.

Un silencio incómodo flotó entre las dos.

- soy Maya - dijo de pronto la desconocida mientras se quitaba los patines.

- Serena Tsukino. – respondió secamente mientras comenzaba a irse. "realmente me he vuelto odiosa" –pensó para si misma – "pero no puedo evitarlo. No se que es lo que me sucede".

- Espera Serena... – gritó Maya mientras corría para alcanzarla con los patines al hombro – puedo decirte Serena? No me gusta eso de dirigirme hacia otros con los apellidos.

- Como quieras.. – le respondió de mal humor.

- Mira .. te voy a ser sincera.. no se porque eres tan antipática. Eso no te cuadra. Me figuro que no creo que siempre eres así. Y por alguna extraña razón me caes bien. No tengo amigas ya que soy nueva en la ciudad y no me gusta estar sola. Al parecer tu tampoco tienes muchos amigos – al oír esto Serena sintió una dolorosa punzada – no quieres ir a tomar algo? O comer unos pasteles? Realmente tengo mucha hambre.

La palabra "pasteles" surtió el efecto deseado. A pesar de toda su melancolía, Serena seguía amando los pasteles.

- de acuerdo - respondió mientras sonreía. Se dio cuenta que era la primera vez que sonreía en meses.

Ambas se dirigieron a una confitería cercana. Maya resultó ser tan golosa como su recién conocida amiga y ambas dieron cuenta de varios pasteles antes de ponerse a conversar.

- sabes? – empezó Maya – no eres tan antipática como aparentas. Porque no intentas sonreír un poco mas? La vida no es tan fea como para que vayas por el mundo poniendo esa cara tan trágica.

Serena no contesto. Imágenes de sus amigos volvieron a su mente. Amy, Rei, Lita, Mina, Hotaru, Setsuna, Michiru, Haruka...... Darien.. como sonreír sabiendo que ella se había salvado porque los demás habían dado su propia vida para ello?

- que te sucede? - preguntó Maya suavemente al ver la extraña expresión de su amiga.

- Yo.. yo .. en una época yo no era así. Amaba este mundo y todo lo que hay en él y cada mañana me despertaba alegre pensando que era un nuevo día. Pero por mi debilidad mis amigas... mi novio.. todos murieron para salvarme.. y desde aquel día jamas volví a sonreír.

Maya no entendía mucho de la historia que le contaba la rubia. Que podría haberles sucedido a aquellas personas para morir todas y con ello salvar la vida de su amiga??? Pero no hizo preguntas.

- y tu crees que tus amigas se sentirían muy felices si te vieran en este estado ahora?

Serena se sobresaltó. No.. en realidad se sentirían muy tristes.

- la mejor forma de honrar su memoria es vivir con alegría. Si ellas te dieron la oportunidad de seguir viviendo, sin duda no querrían que la desperdiciaras llorando por los rincones el resto de tus días.

Dicho esto se levantó. Presentía que Serena necesitaba pensar en lo que le había dicho.

- piénsalo. Nos vemos!

Serena no se movió. Sabía que Maya tenía razón. Pero era muy difícil sonreír sin sus amigas a su lado, sabiendo que jamás volvería a verlas.

Volvió a su casa muy tarde y subió a su habitación. no quiso comer. Sus padres se miraban preocupados. Tal vez no había sido una buena idea que Serena saliera sola y se enfrentara a un montón de desconocidos. Tal vez todavía no tenía la fuerza suficiente como para abrirse camino en aquella nueva etapa de su vida.