SONRISA IMAGINARIA
TERCER CAPÍTULO
Los objetos volaban por toda la habitación. Lo que había comenzado como un ordenado proceso de "hacer el equipaje" al estilo Hermione, se había convertido en un caos mas propio de Ron o de ella misma. Tenía ropa tirada en el piso, en la cama, sobre el escritorio, y hasta una remera verde arriba del espejo.
Los gemelos no colaboraban mucho irrumpiendo cada quince minutos para pasar a los saltos por toda la habitación cantando una insulsa cancioncita que estaba volviéndola loca. Hasta los consejos de Bill se le hacían parecidos a los que solía dar Percy.
Faltaba tan solo media hora para que su padre volviera del Ministerio y la llevara a la estación. Suspiró. No era fácil la idea de irse en tren hasta la Universidad, le recordaba demasiado la estación 9 ¾
Volvió a concentrarse en la tarea de saltar sobre su valija para intentar cerrarla. Un momento... debería llevar los patines??
Draco Malfoy se encontraba parado en la estación de trenes que lo llevaría a la Universidad. Era su segundo año allí y aunque jamás lo admitiría, comenzaba a sentir cierta tolerancia por los muggles.
A pesar de que como magos, la familia Malfoy había sido una de las mas poderosas y adineradas, con la caída de Voldemort y la cobarde huída de su padre, la fortuna familia había desaparecido casi por completo.
Al morir su madre, producto de las heridas infringidas durante la batalla, Draco pasó a ser el dueño de todas las posesiones. Vendió la mayoría de sus propiedades y juntando eso mas los restos de la fortuna de sus padres y su propio dinero, volvió a tener una cantidad mas que respetable con la que podía vivir el resto de su vida.
Sin embargo, la ambición es una característica slytherin, y él como buen representante de su casa, estaba dominado por ella. Quiso triunfar en el mundo muggle tal como lo había hecho en el mágico.
Luego de hacer cálculos, comprendió que podía ir a una de las mas grandes universidades como Harvard o Yale, pero su estilo de vida se vería afectado. Ningún Malfoy viviría a sopitas de lentejas para economizar así que resolvió buscar otras opciones.
Encontró buenas universidades, si bien no tan prestigiosas como las ya nombradas, que eran mas baratas. Ir allí le permitiría seguir con el estilo de vida al que estaba acostumbrado.
Calculador al máximo y haciendo uso de su atractivo y arrogancia naturales, enseguida trabó amistad con el grupo mas selecto del lugar y muy pronto era considerado uno de los líderes. A pesar de su repulsión por los muggles hizo buenas migas con algunos de ellos y estuvo con muchas mujeres, incluido el equipo entero de porristas.
Acostumbrado a fórmulas complicadas de pociones o encantamientos, el estudio se le hizo cosa fácil. Pasaba de fiesta en fiesta, y de mujer a mujer.
La estación de trenes era la misma en la cual tantas veces había estado, sin embargo esta vez algo había variado. Ya no tendría que ir con cuidado para pasar por la columna que la llevaría al Expreso de Howarts.
En comparación, el tren común resultaba tan corriente que la desesperaba. Y su madre no estaría allí para despedirla... o sus amigos...
"Basta!!" – se dijo así misma. A este paso cuando llegara en lugar de subirse se tiraría bajo sus ruedas.
Los gemelos se paseaban por la estación repartiendo unos volantes. Con curiosidad Ginny se acercó a Fred y tomó uno del montón. Estos anunciaban su tienda de bromas, sede en la universidad a la que asistían. Sonriendo mientras recordaba los efectos de algunos de los artículos que ofrecía (como los que producían desmayos, fiebre o sangrado para faltar a clases).
Finalmente la dichosa máquina llegó y los pasajeros se apresuraron a subir. Luego de abrazar a su hermana y prometerle una visita, los gemelos llevaron su equipaje hasta el vagón de carga.
Ginny abrazó a su padre y a Bill varias veces antes de subir.
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Una vez dentro buscó un compartimiento vacío, no tenía ganas de compartir el largo viaje con un montón de ancianos que tosían y mujeres con críos llorones en brazos.
Casi al fondo encontró lo que buscaba. Arrojó su bolso de mano en el asiento de enfrente y se tiró cómodamente, resignada a aburrirse varias horas.
Draco se acomodó en el asiento junto a varios de sus amigos y un par de chicas a quienes no conocía mas que de vista. Poco interesado en la charla frívola de aquellas dos, se limitó a mirar el paisaje. Estos eran los momentos en que daría lo que fuera para volver a ver a Crabbe y Goyle. Aunque cortos de genio y bastante torpes, habían sido sus amigos desde que eran pequeños y los extrañaba.
Se había encontrado con varios magos conocidos, aunque la mayoría tan solo le había mirado con el odio reservado para aquellos que eran considerados asesinos. Draco, como hijo de uno de los mortífagos mas poderosos, tenía gran fama por ello dentro del mundo de la magia y nadie comprendía por que las autoridades del Ministerio no lo encerraban (no eran Azcabán... pero funcionaban cárceles menores donde tenían a unos pocos).
"... y entonces Sarah me dijo, que la hermana de Flo le había dicho a su prima, quien lo había escuchado de su cuñada que el tinte para cabello fucsia...
Click... desconectado de la conversación otra vez. No le interesaban los productos para el cabello que alteraban el color.
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Draco era muy conciente de su atractivo y del efecto que producía en las féminas. Tenía una elegancia natural que resaltaba en cada uno de sus cuidados movimientos. Y el ser dueño de una pequeña fortuna a su edad no era cosa de despreciar tampoco.
"no opinas lo mismo?" – la pregunta lo hizo volver a la realidad. Parpadeó un par de veces confundido.
"Perdón?" – no estaba seguro que la pregunta fuera para él, pero tampoco tenía muchas dudas ya que los cinco restantes lo miraban con curiosidad.
"Te pregunté que opinabas al respecto" – dijo una joven de cabello castaño y ojos verdes (no recordaba el nombre).
"err.. disculpa.. pero me distraje por un segundo" – respondió lanzándole una de las "sonrisas patentadas Malfoy" con la esperanza que no hiciera un escándalo. Odiaba las mujeres escandalosas!
Al parecer funcionó, ya que ella olvidó cualquier reclamo y se limitó a contemplarlo embobada. Algo incómodo pero visiblemente mas aliviado al notar que no tendría que aguantar otra histérica llorona se unió a la charla, poniendo un brazo sobre los hombros de la joven.
"Línea...línea...línea...línea.." – Ginny murmuraba por lo bajo con un muy visible mal humor mientras iba contando las ..ehm..líneas (no quería repetir la palabra) del pavimento. Hacía tiempo que no estaba tan aburrida. Ya había comido todo lo que su padre le había dado y no tenía dinero para comprar algo más. Había escrito, había intentado dibujar el paisaje con desastrosos resultados y una posterior promesa de no volver a intentarlo, había leído el final de la novela que tenía en el bolso...
El dormir no se le hacía fácil con la maquina en movimiento, y faltaban unas horas para que oscureciera.
Algo mareada por contar (si! Líneas!).. se tiró en el asiento y cerró los ojos, recordando el rostro de Harry... el baile de sexto (su quinto) donde había terminado bailando con él..
"Este asiento está ocupado?" – una voz desconocida interrumpió sus recuerdos y la obligó a abrir los ojos.
"no.. adelante..siéntate" – respondió la pelirroja levantándose hasta volver a sentarse normalmente.
"Perdona que te moleste, pero ya no soportaba la charla de las chicas con quienes viajaba. No hacían otra cosa que discutir si el salmón será el color del verano y que tipo de sombras va con una pollera naranja..." – dijo poniendo los ojos en blanco.
Ginny sonrió sin poder evitarlo.
"Soy Faye.. Faye Cornwell" – dijo la desconocida mientras sacaba un peine de su bolso de mano y comenzaba a pasárselo por el cabello. Era una joven de estatura media, cabello oscuro y ojos castaños.
"Ginny Weasley" – respondió a su vez.
"Es tu primer año? Que carrera has elegido?" – Faye dejó el peine y comenzó a hacerse trenzas.
"Estudiaré medicina y si.. es mi primer año" – Ginny miraba divertida a su interlocutora. Parecía simpática.
"Entonces estaremos juntas" – dijo Faye sonriendo – "me alegro.. no quería empezar sola en un lugar tan grande".
Ginny se quedó en silencio. Sola. La palabra tenía múltiples significado para ella, y le traía un sinnúmero de recuerdos. Era la primera vez que viajaba hacia algún lugar sin sus padres o hermanos. Hasta estaba dispuesta a aguantar a los gemelos probar sus nuevos artículos con ella...
"En que piensas?" – preguntó Faye mirándola curiosa. La mirada de Ginny se había oscurecido frente a sus ojos.
"En nada.."- negó sacudiendo la cabeza – solo me es extraño viajar sola, nada mas"
"Nunca has viajado sola?" – abrió los ojos sorprendida. Vaya! Si Ginny tenía la misma edad que ella estaba demasiado grande como para continuar viajando con sus padres.
"En realidad siempre estuve acompañada de mis hermanos" – respondió adivinando los pensamientos de la otra – "estuve pupila en un colegio durante siete...seis años, y como iban a la misma escuela siempre viajábamos juntos".
"Así que tienes hermanos.. cuantos son?" – quizás alguno estuviera bueno.. (nn)
"ÉRAMOS... siete..... quedamos cuatro" – Ginny acabo en tan solo un susurro.
"Que les sucedió?"
"No importa" – respondió poniéndose de pie bruscamente – "Tengo hambre, buscamos algo de comer?"
Faye no insistió. Se levantó de su asiento y siguió a la pelirroja por el pasillo.
Sacó un viejo ejemplar de El Profeta. El periódico había luchado por seguir existiendo a pesar de la destrucción de sus oficinas centrales. Draco recordó haber estado allí un par de veces con su padre, pero no había sentido el más mínimo interés en su momento y ahora podía recordar tan solo pequeños detalles.
La hojeó distraído, deteniéndose tan solo para releer un par de artículos. Annelise, una de las dos chicas que los acompañaban, platicaba animadamente.
Sonrió al ver las expresiones embobadas de sus amigos quienes no estaban mirándola precisamente a los ojos.
Desde niño le habían enseñado a no mostrar debilidad alguna frente a las mujeres. No era sensato. En cuanto se percataban de ello tendían a intentar manipularlos cual títeres. No podía negar que la joven era atractiva: alta, de largos cabellos rubios y buenas formas, pero lo mejor era mostrarse indiferente y esperar a que ella viniera por él. Así tendría el control.
De cualquier manera el podía tener a cualquiera... después de todo era un Malfoy, "Draco Malfoy"
Pensó sonriendo arrogante.
Ginny y Faye continuaban con su charla. La pelirroja había tenido que inventar bastante para justificar sus actividades desde que nació hasta los 16 años y no se le hacía tarea fácil. Dormida como estaba, las mentiras se iban contradiciendo unas con otras. Afortunadamente, Faye era tan despistada que no se percataba.
La puerta se abrió con gran estrépito y dos chicas aparecieron. Clásicas rubias, de ojos claros y carita perfecta irrumpieron en el compartimiento con actitud altanera. Ginny no se inmutó. Había lidiado toda su vida con cosas peores que dos chiquillas presuntuosas.
Levantó una ceja y las miró con expresión aburrida.
"si?"
"Niña... vete" – dijo una de las dos haciendo un pequeño gesto de salida con la mano. Ginny no se movió y bastó una sola mirada para que su amiga la imitara.
"... me estabas contando acerca de... – continuó dirigiéndose a Faye demostrando claramente que no pensaba hacerles caso.
"Acaso no me has oído?" – interrumpió la rubia airada poniendo los brazos en jarras.
"Perfectamente" – respondió haciendo votos por no echarse a reír – "pero no tengo ganas de levantarme".
Las dos intrusas abrieron la boca indignadas.
"Este es NUESTRO compartimiento" – dijo una de ellas comenzando a levantar la voz. Su rostro comenzaba a adquirir un lindo tono escarlata.
"no veo tu nombre en ningún lado..." – dijo sonriendo con superioridad y mirando hacia ambos lados.
"como te atreves?"
"Ya Annelise" – dijo la otra tirando del brazo de su amiga – "volvamos con los chicos.."
"Si Annelise" – Ginny amplió su sonrisa imitándola – "vuelvan con los chicos".
"Bien.." – accedió mirando a su amiga – "pero esto no se quedará así. Lo pasarás muy mal este año".
"Si..si.. ya vete". Ambas desaparecieron resoplando indignadas.
Bajó del tren cuando este todavía estaba andando. Llevaban tantas horas allí metidas que ansiaba llegar a la universidad.
Seguida de Faye, fue hasta el último compartimiento a buscar sus valijas. Estas eran tan pesadas que volvió a lamentar vivir en el mundo muggle, si hubiera seguido en Howarts ya se hubieran encargado de su equipaje.
Caminaron juntas por el andén luego de dejar todo en el vehículo que llevaría todo hasta su nueva residencia. Charlaban tan concentradas que no vio a la persona que tenía adelante y chocó, evitando por muy poco caer al suelo.
"Ten mas cuidado asquerosa mugl...mujer! – gruñó una voz molesta que le resultó desesperadamente familiar. Draco Malfoy. Ahogando un gemido de frustración se preparó mentalmente para un intercambio de insultos. Por lo menos le serviría para descargar un poco la rabia que sentía contra aquel maldito ex mortífago. Se situó frente a él y lo miró con ojos desafiantes y puños apretados.
Un par de magníficos ojos grises se abrieron por la sorpresa al reconocerla.
"Vaya.. la pequeña Weasley – dijo Malfoy arrastrando levemente las palabras y sonriendo con arrogancia tan común en él.
"Malfoy" – saludó ella intentando que el desprecio que sentía hacia el rubio se plasmara en sus palabras.
"Ciertamente debo decir que me sorprende encontrarte en un lugar como este. Como ha hecho tu padre para pagar algo así?
"Puedes borrar esa sonrisa idiota de tu rostro.. de cualquier forma creo que de los dos, la mas sorprendida debo ser yo – replicó ella – como es que no estás en algún país lastimoso compartiendo el mismo destino que tu querido padre?
Draco no respondió, pero sus ojos se oscurecieron dándole una apariencia mas amenazadora de la que ya tenía.
"Mide tus palabras niña... no querrás meterte en problemas antes de comenzar" – dicho esto comenzó a alejarse seguido por un grupito de dos o tres personas que lo miraban como si fuera el mismo Adonis.
"Eso veremos" – le gritó ella antes de dar media vuelta y dirigirse exactamente al lado contrario seguida por su amiga. Faye quien no había dicho nada hasta el momento la miró impresionada.
"Quien es???"- preguntó volteando a verlo mientras se alejaba rodeado por los demás.
"Un idiota" – respondió Ginny de mal humor. Solo le había faltado encontrarse a Malfoy para arruinar su año.
Faye optó por callar, pero tarde o temprano averiguaría quien era.
Bueeeeeno.. acá termina el tercer (en realidad cuarto si cuento el prólogo.. ) capítulo..
Vega de la Lira: mi primer rr!!!! nn ... gracias por tu opinión.. soy nuevita en esto de contestar reviews..jaja.. supongo q ya aprenderé..
Prue!: mil gracias x leerlo!!!! Justo ahora estaba terminando de leer el último cap q hay de El Maestro.. los fics que siguen (las precuelas tbn!) de Desconstructing Sevie me encantan... ahora veo a Snape d una manera muyyyy diferente..je.. espero q te haya gustado mi fic.
Sara Meliss: como va lokaaa!! gracias por el review!! se q no sos de dejar mucho (precisametne xq vos me lo dijiste ..jejej).. Aca hay mucho Draco y el primer encuentro entre ambosss.. todvavía tengo q mejorar un poquito los diálogos..no me convencen dle todo.. pero bueh..
Sin mas que decir..me retiro a estudair q el martes me toca parcial y estoy en el horrrrno..
Besooossssss
