Sasuke y el príncipe mimado.
By: Vodka

Warnings: Shonen Ai, AU, OoC.
A/N: Hum. Las advertencias, son demasiado obvias. Respecto al AU... no estoy seguro, porqué... bueno, cuando lo lean, verán. Y pues el OoC... todos están fuera de personaje xD!...
Disclaimer: Poner a dos chicos haciendo cochinadas, no me da la autoría de ellos :D, todos los personajes son propiedad de Masashi Kishimoto u.ù...

Capítulo IV: La persona que me trata diferente que los demás.

El cuarto estaba completamente iluminado, por una ventana de vidrio transparente justo sobre una cama de hermosas sábanas de seda anaranjada. En las paredes, había pinturas de Naruto, por todos lados. Todas, sin sonrisas. Otra cosa que había por todos lados, eran animales de peluche, en su mayoría osos, gatos y zorros de peluche. Por esto, Sasuke se preguntó en qué época estaba.

En el centro de la cama, con la luz del sol sobre él, se encontraba Naruto recostado bocabajo.

Oi... – dijo Sasuke viendo a Naruto que sollozaba –¿Qué pasa? –

Sasuke caminó hasta encontrarse de pie al lado de la cama de Naruto. Acercó su mano lentamente para sacudir el hombro del rubio.

Pero súbitamente, se encontró cayendo en la cama, sobre Naruto con los brazos del chico alrededor de su cuello y el rostro en su cuello. Al caer, Naruto lloró. Lloró muy fuerte, apretando sus puños, mientras sus brazos estrujaban fuertemente al chico de cabellos oscuros.

Sasuke sintió como si su corazón hubiera sido estrujado, al oír un horrible gemido de profunda amargura. Una lágrima resbaló por su mejilla, arrancándole su orgullo. Con sus brazos, acarició el cabello rubio, mientras lo oía desahogarse.

Después de dos segundos, se separó bruscamente, recuperando su soberbia.

–¡Baka! – exclamó sonrojado. –N... ¡No llores¿Eso es lo único que sabes hacer?–

Naruto levantó su espalda de la cama y permaneció sentado. Su cara era tan inocente. Pasó sus muñecas por sus ojos y limpió sus lágrimas. Sus ojos estaban hinchados y su nariz, roja.

–¿Por qué llorabas? – cuestionó Sasuke volteando el suelo.

–Pe... pensé que no ibas a venir. – dijo Naruto, con una amarga sonrisa.

–¿Cómo no iba a venir si me obligaron? – Sasuke confesaba mientras su mirada se clavó en el edredón anaranjado.

–Te... ¿Obligaron? – preguntó Naruto dudoso. Sus ojos azules se abrieron rápidamente llenos de duda e incredulidad. –Mi padre... dice que siempre aceptan venir mis amigos. –

–Pues no. Los obliga. – Le espetó Sasuke indiferente. Ahora se había dispuesto a observar una de las pinturas del joven príncipe. Entonces, Naruto bajó la cabeza. – ¿Qué pasa? –

Naruto levantó su mirada. Sus ojos estaban llorosos de nuevo.

–Puedes irte si quieres. – Dijo Naruto. Trató de sonreír, pero se volvió muy amarga. –Eres libre de irte. Nadie te tendrá amarrado aquí. –

–N... no. El rey podría sacarme del reino. – dijo Sasuke. Naruto se quedó callado. Sasuke sabía lo que Naruto necesitaba oír pero no lo dijo. Ambos oían el silencio, mientras cada uno clavaba su mirada en lados contrarios. –¿Por qué me elegiste a mi, Naruto? –

–P..porque... eres diferente a todos. No me saludaste, no me alabaste, como todos, por conveniencia... me llamas por otro... –

–¿Y querías que yo también te alabara igual que ellos? – repuso Sasuke enojado.

–N... no es eso. Yo... – Naruto movió sus ojos, desesperado, buscando una respuesta. –Yo... es que... –

–Nada¿verdad? No tienes nada que decir. – dijo Sasuke volteando hacia el cielo. La luz del sol, tocó su cara y tuvo una tibia sensación de que la sangre en su cuerpo, hervía. –No te han enseñado las palabras necesarias que debes decir en esta situación. –

–Yo no... – Naruto se quedó callado.

–¡No trates de arreglarlo! – le gritó Sasuke. Su voz retumbó en la habitación.

–Per... perdona... yo... – Naruto tenía la voz quebrada de nuevo. El nudo en su garganta, se apretaba más y más, casi sin dejarlo hablar.

–Ya. Es suficien... –

–¡NO QUIERO QUE ME ALABES! – gritó Naruto. De nuevo, lloró. –¡No necesito que me alabes¡Necesito que me ...! –

–Que te... ¿Qué? – preguntó el otro chico. Viéndolo por primera vez a los ojos por un periodo tan largo.

–Que... me... quie..ras... – la última sílaba, sonó como suspiro. Sasuke desvió la mirada mientras un tono escarlata, se reflejaba en su cara.

–No tengo por qué hacerlo. – dijo Sasuke dándole la espalda, quien se había levantado y alejado de la cama. –Ya tienes muchos súbditos. –

–¡No! – Naruto corrió y lo abrazó por la espalda. –Yo no quiero que ellos me quieran. Quiero que tú me quieras. –

–Es... capricho. – dijo Sasuke retirando los brazos de Naruto de su cuerpo. –Algún día llegará otra persona con la que puedas jugar y a mi me rechazarás como a todos. –

–Yo no te quiero para jugar. – Naruto estaba de pie con las manos apuñadas entre su pecho y la espalda de Sasuke.

Naruto puso sus manos en su cara y cayó al suelo, sollozando de forma silente. Sasuke se hincó a su lado.

–Ámame... por favor, ámame. – Naruto decía entre sus palabras casi inaudibles.

–No... no quiero... que...llores, príncipe. – dijo Sasuke que con su mano derecha, le levantó la cara y secó sus lágrimas. Sasuke lo abrazó suavemente. Naruto corresponió..

Y ahí, se quedaron ambos, por muchas horas, abrazados. Juntos, sin muchas palabras de por medio. Viendo el anochecer, y las estrellas brillar sobre ellos, Naruto se quedó dormido abrazado del chico, quien lo recostó en la cama. Y lo cubrió con una manta. Caminó sigilosamente hacia la puerta y al tratar de abrirla, Naruto le habló.

–Quédate. – dijo Naruto. Su cara estaba de nuevo envuelta en tristeza.

–Cla...claro, príncipe. Sólo iba... a avisar que te habías quedado dormido. – explicó Sasuke. La mentira era obvia. Caminó hacia la cama y entró entre las suaves sábanas. Sin saber cómo reaccionar, Sasuke se quedó quieto. Después, sintió el brazo de Naruto rodear su pecho.

Al cabo de veinte minutos, Sasuke se quedó dormido y no hubo despertado hasta la mañana siguiente, con un estruendo.