¿Echas de menos San Francisco?
Cara de circunstancias, vacio mental.
¿A que viene eso ahora? Acierto a preguntar, sin saber muy bien si voy a recibir una respuesta coherente.
Solo curiosidad...
Lo sabía, siempre eludiendo mis preguntas, siempre haciendo cómo si no pasara nada, siempre respondiendo evasivas...
No la hecho de menos porque no tengo allí nada que merezca la pena.
Gil me mira con incredulidad, quizá piensa que miento, no lo sé, no puedo ver más allá de lo que él me permite ver en sus preciosos ojos grises.
No puedo creer que no exista nada que te hiciera añorar la ciudad al venir aquí.
Bueno si hay algo que hecho de menos...
¿el qué?
Lo que ocurrió entre nosotros...
Ahora calla, típico en él, otra vez le he dejado sin respuestas...
Se limita a mirarme a los ojos, preguntándose tal vez si lo que pasó allí todavía sigue vivo o por el contrario debería dejarlo correr.
¿Otra vez San Francisco, Sara?
Esta y las que hagan falta, pensé, estoy harta de que actúes con esa parsimonia tuya cada vez que hablas conmigo...
Tu preguntaste primero, el que no quiere saber no pregunta, ¿verdad?
Le dejé ahí plantado, como ocurre siempre que surgen sus preguntas que nada tienen que ver con nada.
A mitad de pasillo oigo su voz, esa dulce voz con la que cada noche sueño, y esa que en mis delirios me dice lo mucho que me ama y lo perdido que está sin mi.
¿Qué hacemos?
¿Con qué exactamente?
No estaba dispuesta a rendirme tan fácilmente, si quería algo, esperaba que fuese él quien lo pidiera...
Su mirada baja hasta el suelo, se quita las gafas y pone esa expresión bucal suya que indica que va a hablar.
Con nosotros, Sara, con lo nuestro.
¿Qué nuestro? Nunca ha habido nada nuestro, que yo sepa, tu te encargaste de que así fuera.
Ahora es diferente, he cambiado, has cambiado, podría funcionar...
Ahora es "demasiado tarde"
