Idem: Mejores amigos

Pequé de tus labios aún tú perteneciendo a alguien más, probé tu cuerpo exquisito, te demostré sin palabras que ante todo somos mejores amigos; e ingenuo fui al jurar que sólo sería una vez.

Angst, lemon slash.
R
Harry x Ron, Ron x Hermione, Harry x ....

Nabichan Saotome


Capítulo 05. Como antes

Los ojos verdes ocultos bajo las largas pestañas, se entreabrieron en un acto de resignación, al tiempo de ponerse de pie y dar media vuelta, sabiendo de antemano el cuerpo albino tembloroso que encontraría tras de sí.

Las mejillas rojas, la mirada índigo ensangrentada de odio, los dedos que se crisparon en un trozo de su playera, demandando explicación, halándolo, todo ello lo esperaba. Incluso, si ahora bajo el agresivo contacto de su mejor amigo, se atrevía a alzar un poco los dedos, sabía que su piel se encontraría caliente, el mármol hirviendo bajo la estela de perfección y rencor, temblaba, tal y como sus labios cálidos entreabiertos no decían nada, se limitaban a borrar la memoria de Remus. El odio en un beso correspondido los llevó sin darse cuenta fuera de la habitación, apenas tomándose el tiempo de cerrar la puerta.

En el segundo en que la fina madera llegó al límite, dando un ligero golpe seco, Ron le empujó contra la pared contraria del pasillo, ocultando el maltrato en el eco que murió.

-...Mis hermanos...- robándole las palabras que serían réplica le besó nuevamente, cerrando los ojos dentro de aquella menguada oscuridad, haciendo a Harry imitarle en movimiento, siguiendo los pasos de aquel pequeño juego doloroso. Fue tomado de la cintura, acorralado contra su presa que, sublevada, cambió de posiciones, a la vez que el aire llevó nuevas palabras liberadas de los labios rojizos que había lastimado en la posesiva caricia.

-Sólo Fred...George fue un malentendido...- no tenía que realmente explicarlo, no habría encontrado palabras para hacerlo, no existía razón...

-¿Por qué ellos?- pero ante la insistencia halló la respuesta perfecta, alzó la mano derecha colocada en su cintura, siguiendo el recorrido de su piel (que se sentía cálida), centímetros más arriba, por encima de la ropa, antes de separarse unos centímetros, y encontrar en un gentil largo camino los labios que le esperaban.

"Por ti" ¿Qué clase de respuesta es esa?

Le besó con ternura, sintiendo un fuerte cosquilleo en todo su cuerpo al tiempo de atrapar sus labios, guiándolo lentamente hacia la recámara que ambos compartían...

Hebras azabache caían en conjunto de largos mechones, cubriendo un poco el cerrar de su mirada tranquila, siendo recorridas por ligeras perlas de sudor del precioso cuerpo trigueño, entre un instante y otro, tras el recorrido cayendo en la tela de la almohada, humedeciendo un poco la única sábana que le cubría parcialmente. El blanco de las prendas era claramente opacado por la suave textura de su piel, el cabello negro, los labios rojizos, con tal aire de irrealidad que le pareció imposible.

Nuevamente Harry le había hecho el amor. Con quizá, si tal era posible, aún más pasión y ternura que la vez primera, besando con lentitud cada trozo de su cuerpo descubierto en imperceptibles movimientos de instantes alargados, hasta que la ansiedad pudo más y fue rogada una pronta continuación. Sólo hasta entonces Harry había dejado de torturarlo, dedicándole una sonrisa amistosa, fuera de toda pretensión, procediendo a cumplir sus deseos tal y si fueran órdenes, no sin antes callarlo con un dulce beso, recriminándole ser tan escandaloso.

Los ojos verdes se abrieron, permitiéndole dentro de la casi entera oscuridad, imaginar el brillo intenso cubierto de melancolía y soledad, aquella mirada que a pesar de cinco años como amigos, jamás había desaparecido por completo.

-Duerme- dio media vuelta en la cama, dándole la espalda a Ron, hasta que la respiración tranquila aligeró aún más el ritmo, volviéndose casi inaudible e imperceptible tras varios largos minutos. Esa ocasión no viró hacia atrás, ni dedicó una última despedida entre sueños al que era su mejor amigo, simplemente cerró los ojos, dejando que el aroma impregnado a ambos le envolviera cálido, cayendo en un profundo sueño obligado.

Había tomado la decisión.

Pocos minutos antes del mediodía, tras un largo trayecto rápido en el Autobús Noctámbulo (dada la renuencia de Harry de utilizar un traslador), el pequeño laberinto recorrido desde la casilla de teléfono hasta el departamento adecuado dentro del Ministerio de Magia, en una de las mazmorras, sala 16, donde sabrían el fallo, vieron terminado su viaje.

El joven Potter vestía una camisa índigo de mangas largas, en conjunto con un pantalón de mezclilla negra, así como tenis en varios tonos oscuros. Sus gafas habían sido reemplazadas por unas de cristales rectangulares, sin mayor armazón que un fino perímetro negro. Sobre la ropa llevaba el largo abrigo de Remus que caía hasta sus rodillas. Todo en conjunto formando un carácter casual y elegante, al igual que la mueca inexpresiva.

-Es hora- le dedicó a su antiguo profesor una pequeña mirada en son de comprensión, antes de respirar profundamente y abrir la oscura puerta, permitiendo que sus dos acompañantes pasaran junto con él, antes de regresar la entrada a sus goznes con un pequeño golpe. La leve algarabía de los presentes fue roto con su sola presencia, al tiempo de caminar hacia los asientos desocupados, los acontecimientos tan diferentes de la vista en su año pasado. En medio de veinte (sin duda un número menor) magos en sus respectivos lugares, se hallaba una mesa de madera, cubierta con un largo mantel púrpura, frente a tres sillas normales, aguardando su llegada. -Buenas tardes- se anunció Remus, coreado entre susurros por los dos adolescentes aún recelosos de su estadía, al tiempo de tomar asiento a la derecha de Harry, dejando que Ron tomara su izquierda con toda paciencia. El pelirrojo temblaba un poco, a pesar de las advertencias durante el trayecto, luciendo demasiado pálido, casi trastabillando en sus pasos formando un eco desigual; cuando éste viró a su mejor amigo, lo supo furioso, visible por el entrecerrar de los ojos verdes, fijos en el Ministro de Magia en el centro de la primera fila. Prefirió no preguntar.

-Buenas tardes, señores- Fudge al parecer tuvo la sensatez de no tentar el camino, evitando la escrutadora mirada del trigueño. Harry sólo dejó de verle para examinar a las personas a su alrededor, con cierta desdeñosa curiosidad, deteniéndose en la persona al lado del Ministro, Percy Weasley. Su mueca de disgusto se acrecentó de manera notable antes de desaparecer por completo, regresando al lugar inicial. -Como la última fecha de las constantes vistas en los últimos dos meses, esta pequeña reunión sólo será para tomar testimonio de los presentes y dar a lugar el fallo con respecto al caso SB05291, en petición de la verificación de datos y sucesos acaecidos a aproximados 15 años de anterioridad, tomando en obvia cuenta las averiguaciones previas, y pruebas indiciarias en vínculo con el respectivo tema a tratar. Confiaremos en que sus próximos testimonios sean pues, verdaderos, de hallarse en contra de esta regla, se ha autorizado tomar represalias posteriores como consecuencia de actos impropias de esta institución...- Harry observó el techo por un instante, dando por entender su aburrimiento y el poco sentido de las palabras mencionadas por Cornelius, tomadas por el escriba a uno de sus costados en un rápido movimiento. -...que por la misma ley acepta los cargos...- compartió con Ron una mirada de fácil desinterés, antes de regresar ambos la mirada hacia delante. -Harry Potter- el aludido, incómodo se removió en su asiento, esperando la serie de preguntas a continuación de su nombre. -Como espero esté enterado, la razón de nuestra presencia aquí es la petición del retiro de cargos hacia el fallecido Sirius Black, legalmente su padrino y tutor legar. En tal caso, de ser aceptada la moción, el Ministerio de Magia aceptará su responsabilidad a través del caso anterior, cerrado en noviembre del año...- no pudo evitar un pesado bostezo de completo cansancio en los pocos minutos presente. Ante tal, el silencio alrededor de la voz que carraspeó incómoda, se volvió tenso, recriminatorio con su comportamiento inapropiado. -...cuyo fallo en contra del nombrado occiso...-

Varios minutos después, el interrogatorio comenzó.

Reclinándose en la mesa, intentó mantener la calma. -¿Acepta que el acusado, de nombre Sirius Black, ha sido pues en su historial, mejor amigo de su padre, James Potter, también occiso, hecho posteriormente padrino y tutor suyo por medio de explícita autorización legal en conscientes facultades mentales por el ya mencionado y Lilian Potter, fallecida, cuyo último cargo fue irrealizado en vista de su aprensión en el año de 1981 bajo cargos de múltiple asesinato y traición?-

-Así es-

-¿...Igualmente acepta, señor Potter, la equilibrada comunicación sostenida entre el acusado y usted en meses posteriores a su fuga de la prisión de Azkaban, cuyos términos han sido esclarecidos en anteriores vistas, bajo el claro interés en una relación estable, permitida por las leyes, en continuación con antiguos hechos presentados como vínculo de mutua aceptación...?- Harry sin embargo, le interrumpió, dispuesto a terminar con tanta palabra innecesaria.

-Sirius es...fue...mi padrino y uno de mis mejores amigos. Al término de mi tercer año en Hogwarts, se presentó con la mejor intención de reponer su ausencia...y durante el tiempo restante hasta su...- calló por instantes, bajando su volumen antes de recomenzar, con firmeza renovada. -...muerte, la cumplió. Él no es responsable del asesinato de mis padres y los siguientes crímenes que le atribuyen, muy por el contrario ha sido una de las víctimas que en confusión, así como una clara deficiencia de parte de la averiguación que enaltecen...- Harry casi escupió las palabras, formando una clara mueca de disgusto incontrolable. su libertad y vida. Pettigrew fue el guardián secreto de mis padres, lo sé así por su propia confesión...antes de que hace dos años se escapara tras presentarse como un animago no registrado...- los murmullos no volvieron, así que supo estaban conscientes de la verdad de sus palabras. -...y él es el que debió morir aquel día, no Sirius...- todo en silencio permaneció antes de que la voz del Ministro de Magia se hiciera paso entre el tenso y callado ambiente.

-Integrantes de los grupos B y G, hagan favor de retirarse- más de la mitad del jurado se retiró sin recriminar en absoluto por la puerta al fondo de la mazmorra oscura, a la que no había puesto atención más allá de unos instantes. Sólo quedaron en su lugar ocho personas, los que formaban parte de la primera fila frontal. Cuando la puerta fue cerrada tras la ida, Fudge se permitió un ápice más tranquilo, casi acongojado con lo siguiente que convocaría. -Está bien, Potter, el jurado ya ha fallado a favor tras tu declaración. Sin embargo hay otro tema a tratar, estrictamente confidencial ¿Estás de acuerdo?- casi mecánicamente, asintió. -Bien. Es sobre la profecía- se tensó en el asiento, pues hacía tiempo no tenía siquiera la paciencia para pensar en ella. -Dumbledore me ha mantenido al tanto, así que no es necesario que digas nada al respecto. No es de sorprender su contenido a pesar de las abrumantes consecuencias pero... queremos saber si podemos contar con tu ayuda en esta lucha. Es difícil el cargo que se te ha impuesto, y aún así, eres el único que puede llevarlo...- suspiró largamente, aceptando. -...eres el único que puede acabar con "El-que-no-debe-ser-nombrado" así que ¿Estarás de nuestra parte cuando llegue el momento?- Harry viró hacia su derecha, observando a Remus, que le mostró una sonrisa de comprensión, cualquiera que fuese su réplica. Fue todo lo que necesitó para responder, virando hacia Fudge, convencido.

-Sí- se oyó un suspiro general de alivio en los miembros del Ministerio antes de que un leve carraspeo de parte de uno de ellos les hiciera despertar del ensueño, y el principal continuara.

-Muchas gracias- se permitió una leve sonrisa verdadera, que logró aligerar un poco el enojo que aún sufría Harry. -Bien. En ese caso el tutelaje de tus tíos será revocado. Se te pedirá a partir de próximas fechas, te mudes con tu nuevo tutor a una secreta locación donada por el Ministerio, cuya perfecta seguridad será rival de tu actual escuela...- dijo esto último con gran orgullo, y mientras Harry digería las palabras, la palidez en su rostro comenzó a ser alarmante. -...tus cosas serán enviadas lo antes posible a tu nueva casa, donde se te dará el entrenamiento adecuado en complemento de vacaciones, sin exceptuar claro, las sesiones de Artes Oscuras, Defensa y...diversos, así como las...- fue interrumpido nuevamente, por el chico que temblaba de ansiedad.

-Espere... ¿Nuevo tutor?- la respiración estaba acelerada al tiempo de pronunciar con voz grave su pregunta incrédula. -¿Quién?-

-¿Oh? ¿No lo sabías? El señor Lupin ha sido nombrado bajo expresa petición tu tutor el consentimiento del Ministerio y los propios cuidados debido a ón- el joven Potter se permitió separar los labios sin decir nada, virando hacia Remus, quien sin embargo no compartió su mirada con toda entereza, limitándose a observarle por sobre el rubor en sus mejillas, fijando una nerviosa mirada correspondida, pálido y avergonzado.

Era libre.


El único con poder para derrotar al Señor Tenebroso se acerca... Nacido de los que lo han desafiado tres veces, vendrá al mundo al concluir el séptimo mes... Y el Señor Tenebroso lo señalará como su igual, pero él tendrá un poder que el Señor Tenebroso no conoce... Y uno de los dos deberá morir a manos del otro, pues ninguno de los dos podrá vivir mientras siga el otro con vida... El único con poder para derrotar el Señor Tenebroso nacerá al concluir el séptimo mes...

-¿Por qué no me lo habías dicho?- el ocaso iba cayendo, los tres de nueva cuenta en el cementerio, después de un descanso tras la vista, que se alargó una hora más, la deliciosa comida en un restaurante cercano, y una pequeña plática acerca de los hechos a suceder. Un ramo de rosas blancas yacía sobre el césped húmedo, a un lado del anterior y contrario, formando un contraste melancólico que no pudo ser ocultado. La paz y el luto, la justicia demasiado tarde. Ambos chicos se habían dispersado un poco, dejando que Remus abandonara palabras al aire, con la esperanza de que Sirius las escuchara, frente a la tumba.

Como toda respuesta, Harry suspiró, bajando los hombros un ápice, evitando su mirada azul escrutadora, de tal forma que el aludido no se dio por satisfecho. -¿Desde cuándo...?- quizá tenía razón...pero por otra parte no lo había tenido en mente hasta ese día. Tal vez bloqueaba todo recuerdo de aquella noche.

-Ese mismo día...- no necesitó más para imaginar el contexto en la tácita frase. Guardó total silencio, por primera vez en largos minutos virando hacia la hierba mojada bajo sus pasos, brillando un rojizo precioso en el espectáculo eterno, al lado de él.

-...Fue por Sirius ¿Verdad? De no haber...sucedido...tú...- asintió en respuesta. Ron obvió una sonrisa, dándose verdadera cuenta de algo. Subió la mirada. -Dejaste de hablarnos...- más tranquilo, dejó pasar el tema por unos segundos antes de continuar. -...también fue por Sirius- no era una pregunta, en caso de realmente ser algo, había sido una afirmación melancólica, algo que desafortunadamente necesitaba decir. -Por eso siempre...estabas triste...- sonrió. -...y enojado-

Harry asintió, con una ligera sonrisa correspondida antes de que toda mueca desapareciera, liberando la certidumbre que le había permitido conciliar el sueño, así como la valentía Gryffindor que le daba fuerzas para continuar. Al final y al cabo era lo mejor.

-Vamos, parece que Remus ha terminado- el pelirrojo entendió las ciertas palabras, observando a su profesor totalmente callado, acercarse, pasando tumbas de desconocidos cuya muerte igualmente había sido llorada sobre el mismo césped; pisadas finas lanzaban pequeñas gotitas de lluvia caída en un ligero sonido de nada, al tiempo de caminar nuevamente a la Casa, sosteniendo la mano izquierda de Harry entre la suya.

Al pasar la tumba de Sirius, Ron no reprimió un profundo suspiro que no musitó el desasosiego, observando al trigueño que no correspondió la mirada y siguió de largo. Sonrió triste, en la esperanza rota, tan sólo pensando lo que no se atrevió a decir.

"Si yo muriese... ¿Te importaría?"


Sin embargo, al llegar escoltados por Lupin, quien totalmente serio parecía no poner atención al mundo a su alrededor, éste les llamó por un segundo, emprendiendo la ida.

-Tengo unos asuntos que tratar con la Orden, respecto al fallo- del bolsillo derecho de su túnica sacó las llaves, procediendo a abrir la puerta, dejándolos pasar cuando lo hubo hecho así y regresando las llaves a su bolsillo, despidiéndose. -Regresaré un poco tarde así que...bueno, pueden dar una vuelta por el pueblo o quedarse en casa a ver unas películas muggles. Hay comida hecha en el refrigerador, sólo falta calentarla ¿De acuerdo?- ambos asintieron, optando por quedarse en casa, lo cual era esperado por el licántropo. -En ese caso, los veo en la noche- se adelantó al trigueño, alzando el brazo izquierdo, levantando entre sus dedos los mechones azabache que caían sobre la frente, y le besó. -Tengan cuidado- sin más que decir le soltó, dando media vuelta, unos pasos más al noreste antes de desaparecer.

Nuevamente solos, Ron no pudo sino sonrojarse, optando por hacer caso de los consejos de Lupin: Parecer inocente.

Harry sin embargo, parecía tener otros planes en mente cuando tras entrar cerró la puerta, se quitó el abrigo y se dirigió a la cocina.

-Busca una película, yo voy a preparar la comida- decepcionado por sus propósitos deshechos, el pelirrojo asintió, viéndolo partir por la puerta izquierda, tras dejar el abrigo sobre el sofá. Bien...tal vez, si encontraba una película romántica dentro de la videoteca en las repisas de preciosa madera a un lado de la televisión de plasma, conseguiría que Harry se acercara...aunque fuera un poco.

O quizá...


-¿Tendrá una de arañas?- comenzó a buscar.

Se sentaron en el suelo, apoyados en el sofá reacomodado, de cara a la televisión, colocando la mesita de centro frente a sí, los platos sobre ésta, de tal forma que el delicioso platillo, lasaña, quedó más o menos a la altura adecuada, a un lado del par de sodas. A mitad del camino, habían cambiado de papeles. De tal forma que el inexperto Ron, se deslió del asunto de las películas, y fue a la cocina. Y Harry le siguió tras colocar sin mucho interés el disco en el DVD y pausar la cinta, temiendo que el chico fuera a quemar algo. Pero al final todo había resultado bien.

-¿De qué va?- empezó la película, al igual que ellos a comer en completa oscuridad.

Ron descendió el tenedor, terminando de comer su primer bocado antes de responder, virando a su mejor amigo.

-No lo sé. En primer año dijiste que querías verla...pero que tus tíos no te habían dejado...- se hundió de hombros, luciendo avergonzado de recordar tal detalle al parecer insignificante. -...eso fue antes de intentar explicarme cómo diablos funciona...- señaló el reproductor de DVD, que iba marcando 01 00:01:18, continuando. -...esa cosa- le miró con rencor, como si fuera culpa de aquella maquinita muggle no saber utilizarla. Tras ello volvió a su comida, tomando un pequeño trozo esencialmente cubierto de queso y salsa, despegando sus labios nuevamente, exhalando, en espera de que enfriase.

Harry adoró el gesto así como el abrir mayor de sus labios separados tomando el bocado aún caliente, haciendo una mueca de disgusto al percatarse de la alta temperatura que dañó la punta de su lengua; tuvo que separar la vista de Ron para evitar besarlo, observando ensimismado el televisor. Sonrió. Lo había recordado.


Horas más tarde la mirada verde debió cerrarse, cada mano entre la otra, recargadas sobre sus rodillas separadas en cómoda posición, sentado en la mesita de centro frente al sofá. Varias palabras, una maldición en su contra llegó a sus labios pero murió tras sus dientes apretados con crueldad alrededor de uno de ellos. Movió la cabeza en un acto de negación, abriendo los ojos al tiempo que alzaba la mirada hacia el chico acostado en el sillón, y el brillo de tristeza acrecentó al observar la piel lechosa salpicada de pequeñas pecas sobre las mejillas, la sonrisa que no existía en la oscuridad, y su cuerpo precioso bajo el abrigo de Remus que sumido en un profundo sueño, no sería para él.

¿Cuándo las cosas se habían salido de control?

El cabello rojo no demostraba su color, tintado de un oscuro proveniente de la noche que había caído sobre ellos, el día finalizado filtrándose a través de las ventanas, cuyas cortinas sin correr, le permitían tomarse la libertad de observarlo.

Separando su contacto, bajó nuevamente la cabeza, inconscientemente buscando al otro cuerpo, sin poder evitarlo. Tomando fuerte su aroma, hasta que el dulce formó un vacío a su alrededor, y al no existir nada cerró los ojos, siendo ésta la única forma en que era capaz de no mirarlo.

-Idiota...- musitó, pasando una mano por su cabello azabache, tomando fuertemente unos mechones entre sus dedos, en furia contra sí; como si en la acción pudiera arrancar los pensamientos que no deseaba, o en reposición, aquel sentimiento de pérdida absoluta que no podía permitirse.

Pero el dolor no desapareció.

"Amar es verte dormir la noche entera..."


"¿Recuerdas el momento en que nos conocimos?

Ambos estábamos nerviosos. Y ahora la escena se repite. Como si fuera la primera vez que veo tu cabello rojo, los ojos azules, tu tierna piel. Pero el tiempo ha cambiado, los sentimientos lo han hecho. Mira el deseo, el que se interpone en nuestra amistad. Mira los trozos de mí en el suelo, los que yacen bajo los pies de alguien más: Es el corazón que roto por ti he entregado con una sonrisa de mejores amigos. Date la vuelta, mira el nuevo reflejo en el que antes eras tú. ¿Lo reconoces? Ese cabello rojo, ahora más largo que en un principio, ha sido recorrido por la punta de mis dedos mientras yacías sobre mi pecho. Los ojos azules brillan de deseo, lujuria y sueños inalcanzables, sin embargo en él aún se halla la imagen de alguien más, mientras dejas que yo te ame. Tu tierna piel ha dejado de ser virgen, mis labios te han violado en pequeños besos. Tu boca... ¿Cuántas veces te he hecho el amor? ¿Cuántas veces, esos mismos labios que suspiraban semanas antes el nombre "Hermione", han suplicado por más?

Nuevamente. Acercarme más: Sé cómo reaccionará tu cuerpo. Tu respiración se acelera, pero es incomparable con el fuerte latido contra la piel, las mejillas se vuelven rojas, tus pupilas se dilatan antes de que cierres los ojos, en espera de que haga nulo el espacio entre los dos. Los labios tiemblan, entreabiertos, suspirando mi nombre. ¿Lo ves? MI nombre. Si te hago mío es MI nombre el que gritas, es en mí en quien piensas todas las noches, en las tardes en que podemos estar solos es a mí a quien besas, dentro de lo inconfesable es a mí a quien amas. Aunque sea sólo mi cuerpo, que se entrega a ti obligándote a amar.

¿Eres tú? Incluso yo...a veces...cuando me reflejo en tu mirada...no me reconozco."

La noche había pasado rápido. Quizá porque las horas transcurrieron entre sueños, y al final sólo fue el acto de abrir y cerrar los ojos. Cuando lo hubo comprendido, Remus ya los estaba despidiendo a últimas horas de la mañana, viéndolos subir al Autobús Noctámbulo, prometiéndole que se verían muy pronto, al finalizar los problemas que se hallaban pendientes. Sus pensamientos le hundieron en un éxtasis intemporal, con el cual el silencio ocurrido no tenía importancia, y no ver a Ron directamente fue apenas un hecho notable. Hasta que, tras descender del vehículo, Harry vio a la puerta de la casa Weasley, el motivo de su ansiedad.

-¡¡Ron!! ¡¡Sorpresa!!- la chica se acercó hasta su novio y su mejor amigo, acorralando al primero en un posesivo abrazo, sonriendo al segundo con total sensatez y honestidad. -Muchas gracias, Harry-

En lo perdido logró sonreír.


Subió las escaleras, desvaneciendo la sonrisa forzada dedicada a su novia, siguiendo los pasos que había recorrido Harry hasta su habitación. Al llegar al último rellano abrió la puerta, pasando en fingida tranquilidad, cerrando la puerta con un pequeño 'clic' que no logró transformar el ambiente cargado de angustia. Pero no así las palabras tintadas de furia, que descargó contra el chico que miraba fuera de la casa, a través de la pequeña ventana, en un mar naranja de completa soledad.

-¡¿Porqué?!- el tono demandante no logró mayor impresión en el trigueño, quien sólo le lanzó una mirada de reconocimiento antes de regresar al paisaje que no observaba, al cristal despostillado desde el cual observaba a Ron. Sin embargo fue escuchado, y la respuesta no tardó varios segundos en concluir.

-Quiero que sea como antes- la furia desapareció por completo, siendo reemplazada por el sentimiento ansioso del desconcierto. -Tal vez...debí avisarte acerca de mi decisión. Pero insististe en que continuara...que no parara de besarte...y lo olvidé. Ayer al despertar, mucho antes de ir al Ministerio, le escribí a Hermione una lechuza, sugiriéndole te diera una sorpresa al venir a visitarnos...le indiqué la hora aproximada en que llegaríamos, dónde nos quedaríamos de ver. Ahora ves la respuesta. Quiero que las cosas sean como antes...sólo amigos. Faltan dos semanas para volver a Hogwarts y debemos acostumbrarnos....antes de que alguien se dé cuenta- suspiró con pesadumbre, regresando la mirada verde en una actuación divertida, a su mejor amigo. -...O antes de que Hermione nos escuche desde el cuarto de las chicas- de largas zancadas alcanzó su altura, observándolo desde centímetros arriba sin llegar nunca a intimidar, tomándolo desde el cuello del abrigo de Remus que aún portaría su aroma fresco, halándolo.

-No puedes hacer esto- los ojos azules refulgían en una súplica en tintes de mandato, pero no lograron acobardarlo.

-¡Maldita sea, Ron! ¡Es sólo sexo!- le empujó, ofendido con su actitud. Interpretaba las acciones de Weasley en palabras que no demostraban su propio sentir. Ambos habían traicionado a Hermione, el pelirrojo había sido infiel, el trigueño le enseñó el camino. Quizá lo peor fuese que no se arrepentían.

-Somos hermanos-

-...no empeores las cosas- fue nuevamente tomado del abrigo, uniendo sus labios en un demandante beso que silenció cualquier réplica, recorriendo su boca poco a poco, en una lenta caricia eterna, que lograba erizarle la piel, olvidar todo, y volver a empezar. Un pequeño mordisco en su labio inferior le volvió loco, sin darse cuenta elevando sus manos hasta la cadera de Ron, donde con una insolente caricia le tomó del trasero, empujándolo contra su cuerpo. Recogió el jadeo de placer entre sus labios, dejándolo pasar aún más profundo en su húmeda cavidad, hasta que el sabor entre uno y otro fue irreconocible.

"Tus palabras no concuerdan con tus actos"

Paso contra paso, hasta casi hacerle caer, topándose ambos con los ojos cerrados contra la cama. Un ligero vistazo antes de sentarse y dejarse recostar por el otro, desliándolo del estorboso abrigo negro en un movimiento compartido casi igual, lanzándolo a un lado para continuar con la demás ropa, procurando nunca separar sus labios más allá de dos segundos, en un capricho.

Si Hermione se hartaba de esperar en la sala donde fue abandonada por su novio, los fuera buscar, significaría el final. Y quizá por ello Harry viraba a la puerta, cuyo seguro no funcionaba, cada dos por tres, mientras se deshacía de los pantalones de Ron, dejándolos caer al suelo, librándose de la ropa interior con gran cuidado de no dejar de acariciar cada centímetro de piel, que se retorcía de deleite, siendo víctima del mismo trato en reconocimiento mutuo por última vez.

Le hizo sentarse sobre sus piernas dobladas en una cómoda posición, la espalda recta, prácticamente sentado en la cama. Y cuando lo hubo hecho así, Ron rodeó su cintura con ellas, dejando que le tomara como mejor le placiera, tomando un trozo de su cabello negro entre sus dedos, al tiempo que Harry elevaba sus caderas y le penetraba lentamente, entrecerrando los ojos por el dolor menguado en caricias sobre su cuerpo totalmente desnudo.

-...Harry...-

"Es mi nombre el que suspiras cuando te hago mío..."

De los glúteos, una y otra vez arriba y abajo entre ellos, logrando estocadas que robaban su aliento, impidiéndole gritar de dolor. A cada segundo entrando con mayor facilidad, moviendo sus caderas con cuidado, de tal forma que acariciaba el erecto miembro entre ambos con la firme piel de su abdomen trigueño, excitándolo al no tocarlo por completo. -...rápido- haciendo caso, movió sus atrapadas caderas a mayor velocidad, sin llegar a ser desesperado, aguardando a que volviera a suplicar. Entre mejores amigos...quizá uno es predecible. -¡Más!- apretó sus hombros dolorosamente, anunciándole se había excedido. Ralentizando el movimiento un poco, le permitió moverse libremente, soltándolo, abrazando su cintura, besando el cuello que de ser posible susurraba...su nombre. Y la acción le hizo sonreír, regalándole besos tiernos en su piel blanca y dulce. -Harry...más...-

"¿Cuántas veces, esos mismos labios que suspiraban semanas antes el nombre "Hermione", han suplicado por más?"

Amaba sus mejillas, igualando el color rojizo que de sobra conocía existía en su propio rostro, mientras una sonrisa blanca se formaba, gimiendo el nombre de su mejor amigo. Y aquél, enfrente de él, hacía lo mismo.

-Ron- el solo susurrar cada letra, le logró espasmos de deleite.

"¿Cómo no amar su incestuoso enlace?"

Ojalá Hermione entrara por esa puerta, cansada de esperar. Deseó que fuera así, les encontrara haciendo el amor, observara el cuerpo blanco temblando entre sus brazos, con la cabeza ligeramente echada hacia atrás mientras susurraba el nombre de su mejor amigo, moviendo las caderas en la espera de su propio final, sonrojado, besando los labios curvados en una sonrisa de placer y deseo. Ojalá observara el cuerpo blanco desnudo que aún no le pertenecía a ella, que le entregaría con una mentira, aquel que cada vez que le hiciera el amor, se sabría infiel y pensaría en él, recordando lo bien que se la había pasado...a costa de un corazón roto y una venda sobre los ojos. Tal vez...si seguía besándolo, Hermione probara al tiempo su sabor cuando lo besara.

El pequeño tirón al final de su estómago, fue uno de los indicios de que estaba llegando. Los músculos internos de Ron se tensaron antes de ser envuelto por un intenso clímax, terminando, recostándose en el cuerpo de Harry, que aún se movía dentro de él, antes de parar casi por completo, dando una última embestida tan lenta y apretada que le hizo terminar, temblando ante el placer que le abrió las puertas con los ojos cerrados, vislumbrando del otro lado a su querido mejor amigo, sonriéndole únicamente a él.

La escena, lejos de producirle esperanza, le hizo abrir los ojos a la realidad. Ron no existía para él.

Aún con las respiraciones aceleradas y la mente nublada en una extraña paz, le recostó. Estaba cansado, pero no podía permitírselo.

"Promete no volverás a tocarme...pero hazlo"

-Llevamos mucho tiempo aquí, Hermione debe sospechar algo- saliendo por completo de él, le besó en la frente, antes de obligarse a separarse por completo de su cuerpo y descender de la cama, donde tomando la ropa, repartió las pertenencias de ambos sin mucho protocolo, procediendo a tomar la varita del bolsillo interior del abrigo negro, agitándola en un pequeño hechizo, magia permitida por el Ministerio desde el día anterior, limpiando ambos cuerpos por completo, así como la cama, y el ambiente denso con olor a sexo, que desapareció. -Ponte la ropa y ve con Hermione- se colocó el bóxer negro, pegado a sus piernas largas y torneadas, así como los pantalones blancos y la camisa azul de estrecho talle largo, el calzado. Finalizando con el largo abrigo negro y guardando la varita en el bolsillo derecho.

-¿Y esto? ¿Qué va a pasar entre nosotros?- le tomó de la mano derecha, desinteresándose de la ropa que le había sido arrojada. Como respuesta obtuvo un tierno beso, apenas un roce de labios y la respiración cálida de Harry, que nulificó sus defensas y le hizo soltarle, dejando que el ojiverde se fuera de su lado, poniéndose de pie y caminando hacia la puerta.

-Tenemos dos semanas para que las cosas sean como antes. Para eso llamé a Hermione- giró la perilla, obteniendo un respingo de comprensión por parte del pelirrojo. Ambas miradas se encontraron en una pequeña conversación silenciosa. Lamentando tener que cerrar la caja de Pandora que habían abierto con un simple beso. -Yo tampoco lo deseo así...pero tú la amas. Y si arruinamos esto...no me lo perdonaría- abrió la puerta, negando la despedida que una mirada azul le suplicaba. Sólo cuando la entrada fue cerrada, encontró las palabras adecuadas. Demasiado tarde.

"¿Cómo te hago comprender que antes de ti...no hubo nadie?"

Y por primera vez, en lo que sería una larga lista de sueños irrealizables, deseó no haber conocido a Hermione.


Continuará...

Hola . Uno de mis capítulos favoritos, me he tardado un poco en realizarlo pues intenté el escrito fuese casi perfecto, aunque no lo he logrado por completo, en sí creo que ha quedado muy lindo. Con muchas referencias sexuales, pero kawaii. Los veré pronto, cuando termine un capítulo de cada uno de los fics que tengo pendientes. El siguiente en actualizar es "Gravity", posteriormente, "Amarte duele", siguiendo con "Madness" y vuelta a empezar. Cualquier duda, comentario o queja (que sé que habrá), no duden en escribirlas. Por si no lo he dicho, este fic se actualiza bajo la inspiración musical de Metallica, T.a.t.u. y Mecano (Contrastante). Nuevamente esperando les haya gustado mi trabajo, un beso y mi eterno agradecimiento. 18 Noviembre 04 PD: Yo sé que a pocos les interesa, pero el 24 de este mes cumplo 18 años

Atentamente,

Nabichan Saotome.