AMOR DE AMANTES
Notas: No quieren salir los guiones al principio de dialogo. Alguien sabe que se tiene que hacer?.
Capitulo
2: Lagrimas amargas
Fred apretó la mano de George para darle ánimos o quizás para dárselos a si mismo. Había llegado el fatídico día en que iban a tener que ir a la Madriguera y estar rodeados de toda la familia que poco a poco iba creciendo más.
Y, por si fuera poco, su madre les había pedido, más bien suplicado, que se quedarán a pasar unos días. Los dos intentaron negarse, pero ante la insistencia de su madre y la ilusión que tenía, acabaron por aceptar resignados.
Fred fue el primero en entrar en la chimenea y llegar a su antigua casa. Lo primero que vio cuando apareció allí, fue a su madre que se lanzó encima de él para abrazarlo fuertemente con lágrimas de alegría en los ojos.
Hijo mío, cuanto tiempo sin verte. Si no fuera porque de vez en cuando me paso por vuestra tienda, no sabríamos nada de vosotros.
Tranquila, mama. Hemos venido¿no?
Sí, es verdad. ¿Y tú hermano? Creí que vendría contigo.
Yo también lo creía.- dijo Fred mirando hacía la chimenea. "¿Donde se habrá metido este? No pensara dejarme solo¿verdad?"- Supongo que se habrá acordado de algo y habrá ido a hacerlo antes de venir.
Fred.- dijo un joven pelirrojo entrando en la cocina.- Y ¿George¿No viene?
No lo sé, Bill. Por cierto, muchas felicidades. Te estás haciendo viejo hermanito.
¡EY!
Antes de que Bill pudiera acabar de reprocharle a Fred lo que acababa de decir, apareció George envuelto en cenizas.
Odio viajar así.- refunfuñó el recién llegado.- Buenos días mama. Siento el retraso, me surgió un... un imprevisto. Felicidades Bill. Se te empiezan a notar los años.
¿Tú también?- exclamó Bill ofendido.- Seguís siendo iguales los dos.
¿Por qué has tardado tanto?- le preguntó Fred al oído.
Lo siento, no me atrevía a venir.- le contestó en el mismo tono. Luego en vos alta se dirigió a su madre.- ¿Y la resta de la familia?
Están afuera, preparándolo todo para cuando estemos todos. Todavía tiene que llegar Charlie.- dijo sacando un pastel del horno.- Y no os vais a librar vosotros. Venga, a trabajar.
Fred y George se miraron el uno al otro y, tras un suspiro, siguieron a Molly hasta el patio. Allí estaba la resta de la familia poniendo la mesa y preparando las sillas.
Arthur estaba enfrascado en una conversación con Luna Lovegood, la actual pareja de Ron. Este, mientras, jugaba con su sobrino de tres años, hijo de Percy y Penélope. Giny, Hermione y Harry eran, realmente, los únicos que parecían trabajar.
Todos saludaron a los gemelos con besos y abrazos. Les preguntaron cómo les iba la vida y los negocios, recordaron las bromas que solían hacer en las fiestas... Hasta que, casi después de dos horas que a Fred y a George se les hicieron eternas, llegó Charlie acompañado de una hermosa mujer, Fleur Delacour.
¿No me digas que tienes novia nueva?- bromeó Fred cuando ya estaban todos sentados en la mesa.- Yo de ti iría con cuidado, Fleur.
No le hagas caso a mi hermano. Está vez va en serio.- contestó Charlie poniéndose serio.
No sabes como me alegro que hayas sentado la cabeza. Ahora solo faltáis vosotros dos.- dijo Molly dirigiéndose a los dos.- A ver cuando nos traéis a vuestras novias a casa para que las conozcamos.
Estamos muy bien sin novias, mama. No tengas tanta prisa.- dijo George intentado dar por zanjado el tema.
¿Pero tú no estabas con esa chica tan mona? Silvia creo que se llamaba.- preguntó Charlie curioso.
No, rompimos hace dos años.- "... cuando descubrí que estaba enamorado de mi hermano gemelo y que no podía vivir sin él."
¿Hace tanto? Por eso no estaba en la boda de Hermione y Bill. Ya me extrañó no verla. Y ¿qué pasó?
Que me di cuenta de que no estaba enamorada de ella y pensé que era mejor dejarlo que seguir haciéndole creer lo contrario.
Tenemos que repetir más comidas como está.- sugirió Charlie.- Aquí solo nos vemos para bodas y bautizos. ¿Qué pasara cuando nos hayamos casado todos?
Creo que podremos volver a vernos antes.- interrumpió Harry.- Giny y yo tenemos algo que contaros.
Vamos a ser padres. Esto embarazada.
Eso es fantástico hija.- dijo Arthur con lágrimas en los ojos.- Has crecido tanto... Pensar que hace poco eras solo una niñita...
No sabes que sorpresa tan grande nos acabas de dar. ¿De cuanto estás?
De un mes, más o menos.
tenemos que empezar a preparar las cosas.- dijo Molly emocionada.
Mama, todavía quedan ocho meses. Deja a Giny tranquila.
Pero si no hacen las cosas con tiempo, después siempre hay que ir con prisas. Pero tu Giny no te preocupes. Yo lo prepararé todo.
Fred y George felicitaron a los futuros papas sintiéndose alegres por ellos, pero, a la vez, los dos sentían un nudo en el estomago.
Veían como el resto de sus hermanos eran felices con la persona que amaban, se casaban, tenían hijos, los demás los felicitan ilusionados, sus padres se sienten orgullosos de ellos... Ellos nunca iban a poder gozar de eso. Nunca iban a poder ver ese orgullo reflejado en los ojos de sus padres.
En lo único que podían pensar era en las ganas que tenían de salir corriendo de esa casa que rebosaba amor y felicidad. Un amor y una felicidad que ellos no podían compartir.
George.- llamó Charlie.- ¿Te encuentras bien?
Solo es algo de dolor de cabeza. No os preocupéis. Ya se me pasará.
Hijo, tienes mala cara. Estás pálido.- dijo Molly preocupada.- ¿Por qué no te hechas un rato en la cama para descansar?
Mama tiene razón, George.- Es mejor que vayas a acostarte hasta que te encuentres mejor. Venga, yo te acompaño.- se ofreció Fred que vio la ocasión perfecta para alejarse un rato.
Gracias, Fred.
George y Fred se levantaron dejando atrás algunos rostros preocupados por George y a otros preocupados por que sentían que había algo más detrás de todo eso. Bill y Charlie cruzaron sus miradas con un leve asentimiento.
George, nada más entrar en la habitación que había compartido con su hermano toda su infancia, se dejo caer sobre la cama de forma cansada. Fred se sentó a su lado, acercó sus labios a los de su pareja y lo besó.
¿Por qué no podemos ser como ellos?- sollozó George.- ¿Por qué?
Supongo que el precio que tenemos que pagar por habernos enamorado de alguien prohibido. No lo se.
A veces pienso que toda la gente tiene razón. Que esto nuestro está mal. ¿Tú no lo has pensado nunca?
No, nunca lo he pensado. Yo se muy bien que siento por ti y estoy seguro de que no puede ser nada malo.- dijo firmemente airándole a los ojos.
Fíjate Fred. No podemos hacer nada juntos si hay alguien delante. Nunca podremos estar como ellos lo están ahora en el jardín. Nunca podremos casarnos y ya no hablemos de tener hijos. Yo siempre he querido tener un hijo para enseñarle las bromas que nos inventamos tú y yo y que él se las haga a su Snape.- dijo con una sonrisa triste.- Ni siquiera podríamos adoptar a uno. Nadie le daría un niño a una pareja como la nuestra. Lo nuestro no tiene futuro.
No puedes decir eso de verdad. ¿Vas a rendirte ahora?
No aguanto más y solo llevamos juntos dos años.- dijo sin atreverse a mirarlo a los ojos.- ¿Qué crees que haremos dentro de unos años? Yo no voy a poder seguir escondiéndome eternamente. No podré y tampoco es lo que quiero.
George...
Lo mejor para los dos es que lo dejemos.
No.- gritó Fred sin poder creer lo que estaba escuchando.- tú puedes rendirte si quieres, peo yo no voy a dejar de luchar por ti. Te amo y tú me amas a mí. Con eso tengo bastante. No necesito nada más.
Eso lo dices ahora, pero dentro de un tiempo no tendrás suficiente.
Eso no es verdad y lo sabes.
Fred, no hagas esto más difícil.
No lo hagas más difícil tú. Nuestra relación ya tiene suficientes obstaculos para que tú le pongas más. No lo voy a permitir. No voy a dejar que te alejes de mí, Nunca. ¿Me has entendido?
Te quiero, Fred, pero no voy a quedarme. Luego iré a mama y le diré que me ha surgido un imprevisto y me iré. No volveremos a vernos sino es necesario.
No puedes hacerme esto. No puedes. No...no...
George tomó la cabeza de Fred y lo besó con ternura. El beso se prolongo como si quisieran hacerlo eterno. Ninguno de los dos tenía fuerzas para romperlo. Ambos sabían que sucedería una vez se separaran. Ese beso era un adiós.
Y no fue ninguno de los dos quien lo rompió finalmente, sino el ruido de cristal al impactar contra el suelo. Levantaron los ojos para encontrase con un Ron que los miraba horrorizado.
Yo venía para traerte una poción para tu dolor de cabeza, pero veo que no era necesario que me molestara.
Ron, por favor, esto no es lo que...
¿Lo que parece¿Qué es entonces? Yo creo que está muy claro lo que es.
Déjame hablar.
No, no quiero escuchar nada.
Ron salió corriendo de la habitación con Fred detrás de él. Antes de que el más joven llegara a la puerta del jardín, Fred lo alcanzó.
No irás a decirles lo que has visto¿verdad?
No, con que lo sepa yo ya hay bastante. No necesitan enterarse de esto, sería una vergüenza para toa la familia.
Ron.
Te he dicho que o quiero escucharte. Me dais asco.- Y, sin decir nada más, se fue.
Fred se quedó un rato allí parado. Nada podía irle peor. Por lo menos Ron no iba a decir nada a sus padres.
"Me dais asco"
"Sería una vergüenza..."
"Una vergüenza..."
"Asco..."
Fred se tapó los oídos con las manos como si así pudiera dejar de escuchar la voz de su hermano diciendo todo eso. Pero las palabras no desaparecían, sino que cada vez eran más fuertes y claras.
"Lo mejor para los dos es que lo dejemos"
"Lo nuestro no tiene futuro. Me voy y no volveremos a vernos."
"Yo no voy a poder seguir escondiéndome eternamente. No podré y tampoco es lo que quiero. "
Fred volvió a la habitación para intentar convencer a George de que se quedara, pero para su desesperación estaba vacía. George se había ido y solo había dejado una carta sobre la cama.
"Querido Fred,
Me voy. Creo que es lo mejor para todos. Se que al principio será muy duro para ti. Créeme cuando te digo que para mi no va a ser más fácil superarlo, pero acabarás dándote cuenta que esto tenía que pasar.
Diles a todos que he tenido que irme, que me ha surgido algo. Invéntate cualquier cosa. No intentes ponerte en contacto conmigo, te lo suplico.
No olvides que te amo y que estos dos años juntos, a pesar de los sacrificios que hemos tenido que hacer, han sido los más felices de mi vida. No voy a decirte que nos podamos olvidar pronto porque sería mentirme a mi mismo. No creo que pueda olvidarme de esto jamás. No creo que pueda dejar de amarte nunca. Solo espero no tener que arrepentirme nunca de esto, aunque mientras escribo esta carta ya estoy empezando a hacerlo.
Te ama, tu hermano."
Fred acabó de leer la carta con lágrimas cayéndole por los ojos. Las gotas caían sobre el papel corriendo la tinta negra. Sus mayores temores se habían hecho realidad. Él se había ido. ¿Por qué después de tanto luchar por llevar adelante su relación ahora se rendía?
"¿Por qué no podemos ser como ellos? Es el precio que tenemos que pagar por habernos enamorado de alguien prohibido."
Fred cerró la puerta y le puso un hechizo silenciador. No quería ver a nadie. No tenía fuerzas para salir allá fuera como si nada hubiera pasado. Solo tenía ganas de llorar. Sentía un vacío que sabía que nada iba a poder llenar sino era él.
Se tumbó en la cama donde unos momentos atrás había estado él. Todavía podía sentir su calor y su aroma o, quizás, era su imaginación.
"Alguien prohibido"
"Me dais asco"
"Te quiero"
"Sois una vergüenza, Me dais asco. Asco... Asco..."
Finalmente el cansancio pudo con él y cayó dormido. Y, aún en sueños, no podía dejar de escuchar esas palabras mientras sus ojos derramaban lágrimas amargas.
Respuesta a Reviews: Gracias por leerlo y dejar un review.
Vida: No voy a dejar el fic, tranquila. Le he cogido cariño. Solo espero que a partir de ahora me salga más alegre, me dan penita los personajes ahora.
Siari: Me alegro que te gustara. Aqui tienes un nuevo capitulo. Espero que tambien te guste.
Suzuka: De momento se ha enterado Ron, no se si se enterara alguien más, ya vere. Yo tambien pienso que sería mejor que no se enteraran (mas que nada porque me da pena), pero creo que si se enteran puede dar mas juego a la historia. Ya vere que hago.
