AMOR DE AMANTES

Nota: como no se si hoy van a querer aparecer los guioncitos de las conversaciones, las pongo en cursiva.

Capitulo 3: Confesión

-Ron¿tu hermano estaba bien cuando has subido antes? Ya es casi la hora de la cena y todavía no han bajado. Estoy empezando a preocuparme.

-Tranquila, no te preocupes por ellos. Estaban bastante bien cuando subí- contestó el pelirrojo irónico, cosa que paso desapercibida para todos, excepto para dos chicos que se miraron interrogantes.

Alguien debería ir a llamarlos. La cena ya está casi lista.

-Ya voy yo.- se ofreció Bill que salió corriendo hacía la habitación de sus hermanos.

Bill entró en la casa. La madriguera había cambiado mucho en los últimos años. A medida que los hijos habían ido independizándose, los gastos habían ido disminuyendo y la casa cada vez estaba en mejores condiciones.

Llamó varias veces a la puerta de la habitación que compartían los dos gemelos. Al no recibir ninguna respuesta, se preocupó y con un hechizo, la abrió. Dentro solo estaba uno de sus hermanos tumbado en la cama de espaldas a la puerta, dormido.

-¿George¿Fred?- preguntó algo inseguro al no reconocer cuál de los dos era. –Despierta.

El chico despertó y Bill pudo ver que tenía los ojos rojos e hinchados y que todavía quedaban restos de lágrimas.

-¿Qué quieres, Bill?- preguntó secamente.

-¿Fred?

-Si soy yo. ¿Qué haces aquí?

-Mama estaba preocupada por que no bajabais. Ya esta la cena preparada.

-¿La cena¿Tan tarde es?- dijo sorprendido.- Me quede dormido.

-Ya lo vi.

-No tengo mucha hambre.

-¿Donde está George?- preguntó mirando alrededor suyo.

-¿George? Me dijo que tenía que marcharse.- dijo tristemente bajando la vista.- Creo que estará ocupado algunos días.

-¿Como que tubo que marcharse¿Por qué no se despidió de nosotros¿Tanta prisa tenía? A mama no le va a gustar esto

-Nos surgió un imprevisto en la tienda y decidió ir él a arreglarlo. Supongo que no dijo nada para evitar que montarais un numerito. No se.- explico Fred.- Mama se hubiera puesto pesada y no le hubiera dejado marcharse.

-Fred ¿que te pasa¿Estás bien?- preguntó Bill sentándose al lado de su hermano.- ¿Os habéis enfadado¿Por eso se ha ido?

-Solo nos hemos enfadado un poco, pero no es nada importante. Pronto se pasará. De verdad.- mintió poco convincentemente.

-¿Qué no es nada importante? Yo no creo eso. ¿Vas a decirme que George se ha ido de esta manera por nada y que tú te has encerrado aquí llorando toda la tarde también por nada?

-Tú que sabrás. Y no he estado llorando.

-Por favor, Fred, mírate como tienes lo ojos.

-Bueno... Da igual. No pasa nada. Ya lo arreglaremos.

-Fred, puedes contarme lo que sucedió. Sabes que puedes confiar en mí.

-No puedo explicártelo, Bill, no lo entenderías.

-Dame una oportunidad. Si no me lo dices seguro no lo entenderé.

-No sigas, por favor. Ahora no tengo ganas de hablar de ello.

-No insistiré más, pero que sepas que estaré aquí para cuando necesites hablar con alguien. Ya les diré a todos que no bajarás a cenar, porque no lo harás ¿no?

-No.

-Entonces ya me voy. Recuerda lo que te he dicho.- dijo saliendo por la puerta.

-¡Bill!- lo llamó Fred.

-¿Si?

-Gracias- dijo sinceramente.

La cena trascurrió tranquila una vez consiguieron calmar los ánimos de Molly, a quién no le había sentado muy bien que uno de sus hijos se hubiera marchado sin despedirse de ella. Una vez consiguieron evitar que saliera a buscarlo para que lo trajera a rastras, las conversaciones pasaron a tomar un aire más banal.

-Bill¿qué ha pasado?- preguntó el hijo mayor de los Weasley a su hermano en voz baja, de manera que nadie más pudiera escucharlos..

-Aquí no. vamos a dar una vuelta y te cuento.

Los dos hermanos anunciaron que iban a dar una vuelta y se levantaron de la mesa. Caminaron hasta estar suficientemente alejados de los demás y Bill comenzó a explicarle lo que él pensaba que estaba sucediendo.

-Es bonita la luna ¿no crees?- dijo Charlie morando hacia el oscuro cielo donde brillaba una hermosa luna plateada.

-Si, es preciosa.- dijo Bill.- ¿sabes, Charlie? Estoy empezando a preocuparme por ellos dos.

-¿Por qué se ha ido George?- preguntó interesado.

-No lo se. Fred me ha dicho que se han enfadado, pero no lo encuentro suficiente motivo para que se haya ido. Tendrías que haberle visto... Empiezo a creer que tenías razón con aquello.

-Tenía la esperanza de estar equivocado. Aún la tengo. ¿De verdad crees que ellos dos...?

-Tú mismo dijiste que te había parecido verlos besándose. Además, eso explicaría muchas cosas. ¿Piensas que deberíamos hablar con ellos?

-Si.- dijo tras unos segundos de pensarlo.- Aunque no sabría que decirles. ¿Qué posición tenemos que tomar?

-No se. ¿Tú que opinas?

-Primero tendríamos que averiguar algo sobre su relación. No encuentro bien que estén juntos, pero si de verdad se quieren y son felices... tendríamos que apoyarles, lo necesitarás.

-Creo que tienes razón.- declaró Bill.- Aprovechamos estos días para hablar con Fred y depende lo que veamos hacemos una cosa u otra. A lo mejor no estamos montando nuestra propia película y no hay nada entre ellos.

-Eso espero, por el bien de ellos y de nosotros.

Los días fueron pasando sin ningún cambio aparente, aunque quién se fijara un poco, habría visto la tensión que había entre Fred y Ron. Este último, siempre que veía a su hermano, se iba o le dedicaba algún comentario hiriente. Por su lado, Fred, se había decidido a salir de su habitación, pero su estado de ánimo cada vez era más triste.

Bill y Charlie continuaban buscando una oportunidad para hablar con Fred, pero esté siempre estaba acompañado por alguien o los evitaba cuando intentaban acercarse a él. No obstante, ese día iba a ser diferente. No iban a dejarle escapar de sus preguntas. Así, que a la más mínima oportunidad, lo acorralaron en la habitación de ellos dos.

-¿Se puede saber que pretendéis?- preguntó bruscamente el más joven de los tres.

Queremos hablar contigo.- contestó el mayor seriamente.

-¿Y para eso tenéis que montar este numerito?

-Sí, si huyes cada vez que nos ves.

-Fred, estamos preocupados por ti y por George. No podéis continuar así.

-Eso es cosa nuestra. No os metáis donde nos os llaman.- Dijo enfadado. Lo último que quería era que también ellos descubrieran lo que había pasado entre los dos.

-No tienes que temer como vayamos a reaccionar si nos lo cuentas todo. Ya lo sabemos todo.

-¿Todo¿Os lo ha dicho Ron?- preguntó con miedo en la voz.

-¿Ron¿El lo sabes?

-¿Qué sabéis vosotros?

-Saber, saber, nada, pero tenemos una ligera idea. Charlie os vio besándoos el día de mi boda. Queremos saber si hay entre vosotros lo que nosotros creemos que hay.

-Siempre escondiéndonos y para dos veces que nos dejamos llevar, nos descubren. ¡Hay que tener suerte!- dijo indignado por su mala suerte.- Suerte que fuiste tú la otra vez.

-¿Quién mas lo sabe¿Ron?

-Sí, lo descubrió el otro día, antes de que se marchará George. No se lo tomo muy bien.

-Por eso ha estado así estos días.- dijo para si mismo Charlie.

Dejo muy claro lo que pensaba. Dice que somos una vergüenza para la familia y que le damos asco.- el tono triste y desesperado con que lo explico, hizo que ambos hermanos se mirasen. Acababan de decidir la postura que iban a tomar ante esa situación y aún más después de escuchar la angustia de la siguiente pregunta.- ¿Vosotros creéis que somos unos monstruos?

¿Por qué no nos cuentas como empezó todo?- preguntó Bill intentando evadir el tema.

Fred comenzó a explicarles como había comenzado todo. Como se habían dado cuenta de que se amaban, como habían iniciado la relación, como habían vivido esos dos últimos años escondidos de todos y como, finalmente, George lo había dejado hacía solo cuatro días y como Ron los había descubierto.

Así que George piensa que lo nuestro no tiene futuro y que lo mejor es que nos olvidemos de esto. ¿Como pretende que lo olvide después de todo lo que hemos vivido? Dice que es lo mejor para los dos, pero yo no lo creo, no quiero creerlo. ¿Por qué no hay suficiente con que nos amemos?- acabó Fred con lagrimas en los ojos.

Esta historia conmovió a los dos hermanos mayores que no pudieron evitar sentir lástima por ellos dos. Con un intercambio silencioso de miradas, los dos hermanos pelirrojos llegaron a la conclusión de que tenían que ayudarlos para que volvieran a estar juntos. Y, cuando ellos se proponían algo, hacían todo por conseguirlo y, aún más, si se trataba de la felicidad de alguien de su familia.

No te preocupes, Fred. Ya veras como todo terminará por solucionarse. Dale tiempo a George para que se de cuenta que lo que esta haciendo es un error. Y por Ron... con él ya veremos que hacemos.- intentó consolarlo Bill.

-¿De verdad vais a ayudarme¿No pensáis que seamos una vergüenza como piensa Ron?

-Escúchame, Fred. Eres nuestro hermano y te conocemos. Sabemos que hacéis esto porque os amáis realmente.

-No podemos decir que nos guste, hubiéramos preferido que esto no hubiera pasado. Pero ha pasado y nosotros solo queremos lo mejor para vosotros dos.- continuó Charlie.- Solo tened cuidado. Hay mucha gente que no piensa así y podría haceros mucho daño.

-¿Crees que no lo sabemos? Ese es uno de los mayores problemas. George dice que no quiere seguir escondiéndose eternamente, que no quiere vivir así. A veces pienso que es culpa mía por no haber sabido retenerlo a mi lado.

-Fred...

-No os preocupéis por mí. Lo superare, simplemente es difícil asimilarlo. Hace unos días estábamos celebrando nuestro aniversario y haciendo planes para irnos de viaje donde nadie nos conociera y, ahora...

-No puedes rendirte, tienes que luchar por él. No puedes dejarle ir.

-No insistas, Bill. Él tiene razón. Lo mejor para él es que lo dejemos. Ha cambiado tanto estos años, ya no es el mismo de antes que siempre me hacía reír. No quiero que siga sufriendo por esto. Solo quiero que sea feliz.

-¿Y crees que ahora lo ser�? Yo no estaría seguro de ello. ¿Por qué no te das otra oportunidad para hacerle feliz? Ves a por él y no pares hasta conseguirlo.

-Pero no se donde esta¿como voy a encontrarlo?

-No te preocupes por eso. Mañana nos encargaremos. Hoy descansa y piensa en todo esto. Pronto volveréis a ser una pareja feliz.

-No se si funcionará o no, pero pase lo que pase, solo quiero que sepáis que me habéis ayudado mucha más de lo os podéis imaginar.

-Para eso estamos los hermanos. ¿Verdad, Bill?

-Claro que sí. Ya te dije que podías confiar en nosotros.

-Ahora ya lo se para siempre.

-Ron, ves a buscar a tus hermanos.

-¿Por qué siempre tengo que ir yo?- refunfuño el pelirrojo.- Ya no soy un niño para que me trates así.

-Pero sigues siendo mi hijo y he dicho que vayas.- ordenó Molly.

Ron buscó a sus hermanos por la planta baja y al no encontrarlos subió a las habitaciones. Llamó a la habitación donde, ahora, dormía Fred solo. La habitación estaba a oscuras y dentro no había nadie. Ron no pudo vencer la curiosidad y entró. No sabía que hacía allí exactamente y decidió que lo mejor era salir de allí. No quería tener nada que ver con ellos dos. Pero cuando iba a salir un trozo de papel le llamó la atención.

Volvió a la mesa y lo cogió. Era una carta dirigida a Fred y la firmaba George. No pudo evitar la tentación de leerla. Al principio, sintió rabia y vergüenza, pero cuando llegó al final no sabía que pensar ni que sentir. En su cabeza había un remolino de sentimientos: rabia, pena, vergüenza culpabilidad...

Pero pronto supo que era lo siguiente que tenía que hacer.

Salió de la habitación dejándolo todo como lo había encontrado y como si nada hubiera pasado fue a llamar a sus hermanos para bajarán a despedir a Percy.

Continuara...

Gracias a Chisse, a Rahel, a Fantasma de la niebla y a Krls por sus comentarios. Espero que continueís leyendo la historia que ya falta poquito para el final, uno o dos capitulos más. Tened paciencia que a mi tambien me gustan los finales felices.