AMOR DE AMANTES
Nota: Aquí está el final de la historia. Perdón por el retraso. La verdad es que ya había empezado este capitulo antes de subir el anterior, pero me bloquee de golpe. Tantos exámenes y deberes me estresan demasiado. Espero que os guste, no ha quedado tal como yo quería, pero es mejor que nada.
EPILOGO
.-Trae ya tu maleta que el trasladador se va a poner en marcha de aquí a unos momentos y me voy a ir sin ti.- gritó el joven pelirrojo perdiendo la paciencia de tanto esperar.- ¡Venga, George! Que no tenemos todo el día.
.-Espera un momento, que no consigo cerrarla.- respondió el otro chico desde la habitación de al lado haciendo un gran esfuerzo para lograr que la cremallera se cerrara al fin.- Ya casi acabo. Solo serán unos segundos.
.-Pero ¿que has metido ahí dentro? Piensa que aunque esta maleta sea mágica tiene sus límites. Cualquiera diría que te llevas la casa entera.
.-He metido la ropa, los bañadores, las toallas, los zapatos... ¡ah, si! También he metido ingredientes para preparar nuevos productos. No podemos desentendernos del negocio ahora que marcha tan bien. Espero que Ron no se meta en ningún lío mientras se haga cargo de la tienda.
.-Tranquilo. Confía en él.- dijo Fred no muy seguro.
.-Más le vale que no haga nada raro o, sino, lo mato.
.-Quedan dos minutos para que se ponga en marcha, date prisa. Eres peor que mamá cuando nos vamos de vacaciones toda la familia junta.
.-Ya estoy.- dijo apareciendo a su lado arrastrando una pesada maleta.
.-Por fin. Empezaba a pensar que no saldrías nunca.
.-En vez de tanto quejarte habrías podido ayudarme un poco ¿no?
Fred no le contestó. Se dio la vuelta y fue a buscar los dos transportadores y le entregó uno a George.
Justo cuando el reloj marcaba las diez en punto de la mañana, se pusieron en marcha. En ese momento, Fred sintió una sacudida y cuando abrió los ojos se encontraba en un lugar completamente diferente a su pisito.
.-Wow, es maravilloso.- exclamó George observando a través de la ventana.- No sabía que fuera tan hermoso cuando alquile la casa.
.-Desde luego, no te equivocaste al elegir el lugar. Es el mejor regalo que me han hecho nunca.- dijo Fred besando a su "hermano".
.-Me alegro que te guste.
Fred se acercó a la ventana y le recibió un paisaje sorprendente. Nunca había estado en un lugar como ese, tan diferente de Inglaterra. El cielo estaba totalmente despejado. No había ni una sola nube que lo cubriera y el sol brillaba con una gran intensidad.
La casita estaba rodeada por un lado de montañas y, desde el otro lado se podía ver un manto azul. ¡Que bello era el mar! Nunca lo había visto a no ser que fuera en las fotografías de los libros.
Fred se sentía libre en ese lugar rebosante de frescura y tranquilidad. Estaba feliz como no hacía tiempo. Estaba con la persona que más amaba en un lugar maravilloso donde podrían ser ellos mismos.
¿Qué más se podía pedir?
La relación entre los dos había sufrido muchos altibajos desde el primer momento, pero ya lo habían superado y eso había vuelto más fuerte su relación. El apoyo de su familia había sido la mejor ayuda para superarlos. Les habían ayudado a abrir los ojos y darse cuenta de lo que realmente sentía. Les habían hecho sentirse comprendidos y seguros. Ya no necesitaban nada más.
Molly Weasley no había reaccionado como toda la familia había esperado, no hubo gritos ni peleas. Después de recuperarse del primer impacto al encontrarlos en esa posición tan comprometida, había resultado muy paciente. Había escuchado la explicación de los mientras sus otros hermanos les mostraban su apoyo. Después de eso no dijo nada. Se encerró en su habitación y no volvieron a verla hasta el día siguiente.
Durante un tiempo se mantuvo distante ante ellos y no había vuelto a tocar el tema. Parecía que quisiera olvidarse de lo que había sucedido, como si de esa manera pudiera fingir que nada de eso era real.
George y Fred no habían soportado la actitud de su madre. Antes hubieran preferido sus gritos y reproches, pero no esa indiferencia. Finalmente le habían plantado cara. Se habían encerrado con ella en la cocina y no le habían dejado salir hasta que ella había aceptado la verdad.
No podía decirse que la idea le hubiera hecho mucha gracia, pero cuando se había dado cuenta de que ellos no tenían pensado volverse atrás, ella había acabado por resignarse. No quería arriesgarse a perder a dos de sus hijos por eso, especialmente después de la experiencia con Percy. A Molly le había dolido mucho que su hijo se fuera de esa manera.
El resto de la familia, quien más y quién menos, lo habían aceptado con más facilidad. A Arthur la impresión le había durado varios días, pero después de largas conversaciones con sus hijos mayores había terminado aceptándolos.
Fred sonrió al recordar como habían acabado arreglándose las cosas. Ahora ya podían estar tranquilos.
En seguida se pusieron a investigar el resto de la casa. Era un edificio del siglo XIX de tres pisos. En la planta baja estaba la cocina, el comedor y sala de estar y tres habitaciones para los sirvientes, aunque estas habían terminada convirtiéndose en un trastero, un despacho y un taller, donde iban a poder investigar nuevos artículos de bromas.
A través de unas escaleras de caracol, se accedía al primer piso. En este, estaban las habitaciones de los dueños, amplias y muy iluminadas, igual que todo el resto de la casa. Había dos baños, uno pequeño y otro más grande con una bañera enorme, en la que podían llegar a caber hasta tres personas. Todas las habitaciones, daban a la pequeña terraza.
Por último, el tercer piso era la continuación de la terraza del piso anterior. El suelo estaba recubierto de hierba artificial y había una pequeña piscina actual que habían instalado los últimos dueños de la casa.
Fred y George estaban impresionados. Esta casa no tenía ni punto de comparación con el pequeño piso en que vivían ni con la Madriguera.
.-Ahora que la tienda va bien, creo que podríamos permitirnos el lujo de comprar esta casa, así podríamos tener un sitio donde pasar las vacaciones. ¿Tú que piensas?
.-Creo que podría acostumbrarme a venir más a menudo aquí. Nunca había visto un lugar tan maravilloso como este.
.-¿Que te parece si cuando arreglemos las cosas nos vamos a dar una vuelta por la playa?
.-Tengo una idea mejor. ¿Por qué no vas a coger tu bañador y nos vamos a la playa ahora?.- propuso ansioso Fred.- Ya tendremos tiempo de guardar las cosas después. ¿No te apetece darte un baño en el mar? Y luego podemos venirnos a la piscina de aquí. Tengo el presentimiento que nos lo vamos a pasar muy bien.
.-Con una condición.
.-Lo que tú quieras.
.-Me tienes que invitar a comer. Llevo desde que alquile la casa deseando venir para comerme un buen plato de pasta.
Después de dejar las maletas en la habitación, prepararon las cosas para irse. Fred se lanzó un hechizo para cambiarse el peinado y el color de pelo. Iban a hacerse pasar por primos. Querían pasar unas vacaciones tranquilas y no hubiera ayudado mucho que todo el pueblo supiese que eran gemelos y amantes. Así, por lo menos, a primera vista no parecían hermanos.
Pasaron toda la mañana en la playa. El lugar estaba lleno de turistas tomando el sol y niños construyendo castillos de arena. Estuvieron jugando en el agua como si de niños se tratase.
De vez en cuando, notaron miradas que se posaban sobre ellos cuando se besaban o hacían cosas poco comunes entre dos hombres, especialmente por parte de la gente mayor. Los más jóvenes parecían ni notarlos aunque, en algunos momentos, vieron como les dirigían miradas curiosas y divertidas. Parecía que para los muggles la homosexualidad fuera algo más bien vista que entre los magos, cosa que les sorprendió ya que siempre les habían dicho que los magos eran más avanzados y tolerantes.
A la hora de la comida, tal y como Fred le había prometido a George, lo llevó a comer al restaurante más caro que encontró. Fred se pidió una pizza que resultó ser enorme, mientras que George se decidió por probar una lasaña. Y, de postre, helados con tres bolas grandiosas de todos los sabores.
.-Como sigamos así cada día, cuando volvamos tendré que apuntarme a un gimnasio.
.-Es cierto, como continuemos comiendo de esta manera, acabaremos reventando. Pero no puedes negar que estaba buenísimo.
Después de eso, fueron a dar un paseo por el pueblecito. Era una zona turística, pero estaba muy bien conservada. Los hoteles se encontraban a las afueras, de manera que no rompían con la estética del pueblo. Aunque los visitantes preferían instalarse en casas de alquiler como habían hecho ellos.
Esa misma tarde, mientras daban el paseo, conocieron a un grupo de jóvenes de allí con los que pareció que congeniaban bien.
.-¿Así que acabáis de llegar hoy?.- preguntó Ángel, un chico moreno con claro acento italiano.
.-Si. Dejamos la tienda a un familiar y decidimos tomarnos unas vacaciones.- les explicó George.- Aquí se está muy bien. Estamos pensando en venir cada año.
.-¿Sois familia? Os parecéis mucho.- dijo la chica que estaba abrazada a Ángel. George miró a Fred antes de contestar.
.-Somos primos.- mintió.
.-Yo creía que erais pareja. Os vi en la playa esta mañana y me pareció que...
.-Es que también somos pareja.
.-¡Guau! ¿En serio? Y ¿no han dicho nada vuestros padres?
.-Bueno... acabaron aceptándolo.- "Si supierais la verdad", pensó Fred.
.-¿Os apuntáis a ir de fiesta esta noche? Os enseñaremos en que se convierte este tranquilo pueblecito cuando el sol se esconde.
.-¿Qué te parece, Fred? ¿Nos apuntamos?
.-¿Por qué no?
.-Pues quedamos a las diez en este mismo lugar.
A las diez fueron a encontrarse con sus nuevos amigos. Esa noche se la pasaron bebiendo y bailando. Era la primera vez que iban a salir con alguien más sin tener que ocultarse. Ciertamente, eso se sentía muy bien.
.-Creo que he bebido demasiado.- dijo George cuando llegaron a la casa.- Me empieza a dar vueltas la cabeza.
.-No deberías haber bebido tanto, sobretodo si no estas acostumbrado a eso. Mañana no podrás con tu cabeza.
.-Pero tú estarás para cuidarme.
.-Y para hacer todo el trabajo mientras tú estés tumbado y quejándote.
.-Estamos de vacaciones. Hay que divertirse. Mañana repetimos.
.-Lo que tú digas. Total, siempre acabamos haciendo lo que tú quieres.
.-¿Qué te parece si vamos a probar como de cómoda es la cama?.- propuso George con una sonrisa traviesa arrastrando al otro hasta la habitación.
.-Me encanta esa idea.
.-¿Podrías devolver tu pelo a su estado natural? Me gustas más de la otra manera.
.-Eso esta hecho.- con un movimiento de varita, su pelo volvió a ser como el de George.
.-Es cómoda la cama.- dijo tumbándose en ella.- ¿Por que no vienes a probarla?
.-Pues tienes razón, no está nada mal.
George se coloco sobre Fred y lo besó apasionadamente. Las manos de Fred se dirigieron a la camisa del otro desabrochaban los botones. George lo imitó deshaciéndose de la ropa de Fred. George se dejó llevar por las caricias de su amante, Mientras la lengua de este comenzaba a juguetear con la suave piel de su cuello y de su torso.
Después de juguetear un rato, George abrió las piernas del otro y se coloco entre ellas. Él se dejaba hacer, no podía pensar en nada en ese momento. Fred sintió como introducía un dedo en su entrada al cual siguieron otros dos. Cuando los quitó deje escapar un gemido por la perdida. Ya no aguantaba más. Entonces, George introdujo su miembro.
.-George.- susurro entre jadeos.
.-Fred...
LAs embestidas aumentaron de ritmo poco a poco enviando oleadas a través de todo su cuerpo. Hasta que, finalmente, Fred se vino entre los dos cuerpos. Poco después, George lo hacía dentro de él.
.-Fred, quiero que sepas que te amo.
.-No hace falta que me lo digas para que lo sepa. Yo también te amo.
Durante un rato se mantuvieron en silencio pensando en todo por lo que habían pasado en esos últimos años.
.-¿Contento?.- preguntó George rompiendo el silencio.
.-Mucho.- contestó depositando un beso en los labios de su amado.
FIN
Mirels: Me alegro que te gustara. No eres la única que no se esperaba eso de Ron, allí estaba la gracia de que fuera él el que los ayudara un poquito al final. Como ves, a Molly no le paso nada grave, por lo menos no hizo falta ingresarla, jajaja.
Fantasma de la niebla: Hola! Me alegra mucho que te gustara, muchas gracias por dejar un comentario. Como ves al final si que son felices. Espero que te guste el epilogo.
