~girahistoria~
Por CieloCriss
**
Siguiendo a Pigwidgeon
**
Sirius Black iba pateando los pilares del castillo con tal enjundia que en ciertas partes temblaba, como si de verdad un sismo hubiera azotado Hogwarts; sus lágrimas, también furiosas, se le escapaban de los ojos. Remus lo miraba de reojo, estaba triste, pero al menos no tan enfadado como su amigo... todo era nostálgico en el futuro, ¿qué sería de él en esos días?, ¿podría verse a sí mismo y reconocerse?
—¡Maldita sea! ¡Maldita sea!.... ¡Maldita sea!....
—Ya basta Sirius, ¿quieres calmarte?, me duele la cabeza.
—¡No es justo Remus!, es algo tan importante y tan... ¿espeluznante?... el caso es que no podemos decirle nada a James hasta que Dumbledore sepa cómo darle la noticia...
—Fíjate bien, Black. — Dijo el licántropo —¿Cómo vas a llegar a decirle a James?: ¡Hola James!, ¿sabías que estás muerto y dejaste huérfano al pobre Harry que ha sufrido mucho todos estos años?, ¿te enteraste de que por más de 12 años tu mejor amigo Sirius Black fue creído culpable de tu muerte y estuvo encerrado en Azkaban?
—¡Maldita sea mi suerte también!, ¡JA!... ¿Cómo pudieron creer que YO traicioné a mis mejores amigos? —exclamó Sirius, con la ira convirtiéndose en sudor de la preocupación y enfado.
—Oye Sirius...
—¡¿Qué?!
—¿Quién será el verdadero traicionero de Lily y James?, no sé porqué Dumbledore no nos lo dijo... se me hace que aquí hay gato encerrado.
—Te juro que lo averiguaré, Remus. Y cuando tenga al verdadero culpable entre mis preciosas garras de Canuto, le voy a pegar la rabia.
—Bueno, asegúrate de contagiarte primero, ¡pero a mí ni me babees!
—Muy gracioso. Estoy severamente dañado. Pero si estamos aquí es por algo, no fue la casualidad la que nos trajo.
—Pudimos caer en cualquier lugar, sí es una coincidencia, ¿acaso crees que estamos aquí para cambiar o reformar algo?; lo primero que debemos hacer es ir a ver a James, tranquilizarlo y...
—¡¡Mentirle!!, eso es lo que vamos a hacer... pero James no será imbécil por mucho tiempo, todavía Peter, pero James no.
—Por cierto, ¿qué estará haciendo Peter?
—El demente debe estar comiendo, ¿qué otra?, no tiene muchas opciones... Mmmh, quizá nos extrañe, aunque a lo mejor el tiempo quedó suspendido o algo así; creo que debí estudiar más sobre los efectos del giratiempo, pero bueno... estoy hablando demasiado.
—Deben ser los nervios... mira, ya llegamos a la enfermería.
—Ya sé. Qué curioso, ayer vine a que me arreglaran mi hermosa cabellera, ¿recuerdas lo que el bestia de Snape me hizo en clase de pociones?
—Sí, te dejó calvo con un hechizo extraño, que "accidentalmente" vació en tu cráneo.
—Bueno, lo curioso es que vengo al otro día a la misma enfermería, pero en realidad han pasado muchísimos años.
—¡SIRIUS! ¡¡ESCÓNDETE!!
—¿Qué?
—Haz caso – ordenó Lupin, jalando a su amigo hacia una estatua de oso que los ocultaría.
A Sirius le crecieron las ojeras del susto, el mismo demonio en persona... no, peor aún, Severus Snape con su pelo grasiento y nariz aguileña, paseaba por los pasillos como si fuera el rey del sitio.
—Sirius, ahora que recuerdo, Dumbledores nos dijo que el inútil de Snape es profesor de Pociones en esta época.
—¡Pobre de mi sobrino Harry! De mi protegido.
—Cállate, nos oirá.
—Eso estaría bien.
—¡Espera!... bueno, ¡ya qué!, tú no tienes remedio...
Sirius salió del escondite y Remus sonrió esperando un espectáculo digno de admirar, también se puso al descubierto, aunque de una manera más discreta. Sirius avanzó directo hacia el profesor de Pociones, quien no lo vio por andar viendo las telarañas del techo del castillo, se veía muy acongojado. Black sacó su varita e hizo un ruidoso ¡EJEM!
Fue entonces cuando el Jefe de la Casa Slytherin miró hacia abajo y se topó con un muchacho alto, de ojos azules, con el cabello negro, como su mismo pelo. El mocoso reía con descaro y le apuntaba con una varita.
"¿Black?" se dijo, muy extrañado "Tanto trabajo hace que tenga alucinaciones; desgraciadamente aún está vivo, pero está bastante crecidito el desgraciado".
—¡Hey Severus! — rugió la supuesta alucinación, que era más real que sus mismos calzoncillos. Snape se rascó el cráneo, y la visión susurró un hechizo muy raro que el profesor malhumorado no alcanzó a percibir por el cansancio —¡Adiós! — gritó el chico y desapareció para reunirse con su amigo de ojos grises.
—¿Qué le hiciste, Sirius? — preguntó ansioso el castaño-cenizo.
—Sólo espera, el espectáculo iniciará.
En tanto, Snape se había extrañado aún más al ver a Lupin aparecer de chiquillo... Sí, necesitaba un descanso. Volvió a rascarse el cráneo, para su sorpresa, cuando lo hizo, todo el cabello se le vino abajo: se había quedado calvo.
—JAJAJAJAJAJAJA — rió de la emoción Black junto con Lupin, de nueva cuenta salieron del escondite, esta vez con unas sonrisotas propias de los niños que están sin dientes y quieren presumirlo.
—¡¿Qué significa esto?! – gritó el calvo muy desconcertado.
—Ayer, bueno, no, hace más o menos 20 años, me dejaste calvo a mí, Severus. ¡Ah la venganza!, dulce venganza. Vamos Remus, debería agradecérnoslo, a ver si el pelo ya no le sale grasiento.
Los dos merodeadores, rodearon al hombre asombrado y huyeron como todos unos profesionales.
--
James Potter abrió sus grandes y astutos ojos con lentitud, se puso las gafas, se sentía avergonzado por haberse desmayado, pero lo peor era que no recordaba el porqué de su repentino acto. Estaba en la Enfermería de Hogwarts. El acomodo de la misma había cambiado, las sábanas eran nuevas, ¡menos mal!, las recordaba algo rotas y desgastadas, él siempre visitaba con frecuencia la enfermería por sus diversas actividades "extra-clase" que casi nadie sabía apreciar. La señora Pomfrey llegó hasta él, le dio una bebida extraña, ahí fue cuando James recordó al giratiempo y su nueva aventura; nada más viendo arrugas en su enfermera favorita entendió que estaba en otra época, en una época donde ÉL, estaba... ¿casado con Lily?, y... ¡tenía un hijo!
—¡No, yo casado no! —gritó contrariado — ¡Y con un hijo!, qué perturbador, quiero irme a mi casa.
—Muchacho, estás alucinando. Tómate este jugo especial de membrillo.
—¿Me-qué?... — se tragó el contenido, sabía raro pero él no pensó en eso.
Hagrid entró en escena de pronto, sus pasos eran indistinguibles, resonaban de manera rara, propia de alguien anormalmente alto. A veces el semi-gigante tenía que agacharse para cruzar las puertas.
—¡Ah... ya despertaste! JAAAAARRRY.
—Yo no soy Harry – corrigió el muchacho. La señora Pomfrey estaba ligeramente confundida, pero bueno, su deber era curar, y no andar metiendo las narices en donde no le importaba. Sólo esperaba que Harry, o quien quiera que fuera, estuviera bien.
—No lo perturbes mucho Hagrid, el chico está débil.
Se fue sin decir nada más. Parecía que la mujer estaba feliz de atender a un enfermo, en verano la enfermería estaba más sola que un desierto abandonado.
—Escucha James... nadie debe saber que eres James.
—Ah.
—Esto es serio James, estás aquí, pero no deberías estar, si Quien-tú-sabes se entera de que estás vivo, como mínimo regresa a matarte... OUUUHH
—¿Regresar a matarme? – cuestionó, extrañado.
—No debí decir eso. Escucha James... los Mortífagos quieren hacer que... Harry Potter muera... y pues, si te ven niño, creerán que eres él... y por eso regresará a matarte, pero en realidad no ha matado.
—Me parece que tienes problemas para expresar lo que quieres que oiga. —admitió el joven, sin prestar demasiada atención —¿Dónde están los chicos?, ¿quién sabe de esto?, ¡quiero saber!
—Dumbledore lo sabe, estuvo hablando con los muchachos sobre el giratiempo, vendrá a verte.
—¡Dios mío!, en qué lío nos metió Sirius esta vez .
—¡Cómo que yo, James!, según recuerdo fue tu idea — y Sirius fingió la voz de su amigo:—"Siri, le tomé prestado a McGonagall un descubrimiento único que podremos reproducir con ciertos detallitos para viajar por el tiempo".
—El que siempre pide cosas prestadas de forma ilegal eres tú, Sirius. Ya ni sabes qué es real y qué no es. Además, ¡yo no hablo así!
—Bueno, admito que soy el de la ideas geniales.
—Ideas perversas, agregaría yo —sinceró Lupin, llegando hasta James.
—¿Y qué hablaron con Dumbledore?
—Deja esas preguntas para después. Tendrías que haber visto la calvicie de Snape.
—¿Snape? ¿Calvicie?, el que quedó calvo fuiste tú Sirius, y eso fue hace muchos años.
—Ya no más – respondió Sirius con una sonrisa maligna y un movimiento soberbio de su abultada cabellera..
A lo lejos se escucharon murmullos, Snape hablaba con Madame Pomfrey. Y no pasó mucho tiempo para que Severus entrara lanzando injurias al aire de reniegos incoherentes, según la curandera. James Potter no sabía si reírse, contenerse o tener un poco de miedo, digo, ver a tu enemigo de "anciano" siendo aún joven era algo único, inverosímil... la mollera calva del adulto era bastante graciosa. Severus rápidamente sintió abejas en el estómago, algo parecido a un malestar que surge gracias a los odios. Primero olió raro, olía a bestias (según él), y luego, cuando vio las masas de los conocidos que habían atentado en contra de su dignidad (y que lucían como sus enemigos del pasado) quiso infartarse del coraje.
—¡TÚ! — exclamó iracundo, señalando a Black.
—Ehhh, hola.
—Sirius es experto en cinismo —musitó Remus, James asintió.
Snape hizo girar sus ojos de forma rara. Le dolía la cabeza. No sólo miraba a sus pesadillas humanizadas, sino que, además, veía al fantasma de James Potter encogido en una cama de la escuela.
—No puede ser. — Negó asombrado, histérico, horrorizado; entonces alzó su varita y golpeó a sus pesadillas reales, eran de carne y hueso, ¡estaban vivos!
—Oye, eso dolió Snape; si Dumbledore se entera de que abusas de los menores le bajará puntos a Slytherin.
—Eso ya no importa, ahora es profesor.
—¡Qué demonios hacen aquí, ustedes dos! —les gritó a Lupin y Black — Ya sabía yo que no eran de fiar, se ponen a jugar en vez de estar... ¿trabajando?, ¿tomaron la poción de la fuente de la juventud?... y tú, Potter... ¿No deberías estar con los muggles?
Sí, seguro no era James, sino Harry. Tenían un odioso parecido, aunque Snape podría haber jurado que era su archi-enemigo de la niñez.
—¡Profesor Snape, está usted haciendo mucho escándalo!, el pobre chico está confundido, tiene visiones, necesita descansar. Tome su remedio y recuperará su cabello. Qué raro, no me tocaba este caso de calvicie desde hacía muchísimos años.
—Yo diría que fue ayer —opinó Sirius.
—Ya, fuera, fuera... llévate a estos chicos, Hagrid, directo a sus casas. — luego volteó a ver a Snape, quien miraba una extraña poción verdosa, parecida a la multijugos —Y usted, profesor Snape, tómese la pócima, dentro de unas horas recuperará su cabello.
—... grasiento — musitó Sirius, muy inspirado.
—Sí, se ve mejor calvo el pobrecito —siguió James —, pero no tiene muchas opciones.
—Concurro — agregó Remus.
Por suerte Snape no escuchó esos comentarios, salió del sitio muy consternado, había decidido hablar con Dumbledore, ¡se volvería loco con esas visiones!
James pensó, y no comunicó "¿Por qué Harry debe estar en casa de los muggles si es mi hijo?"
--
Había transcurrido un día desde aquél aterrizaje de los tres jóvenes magos en el futuro. Dumbledore, en sus ratos libres /que eran pocos debido a la cercanía constante de Voldemort y los Mortífagos, con sus redadas y desastres/ trataba de analizar el problema del giratiempo, pero aún no había descubierto nada relevante, no sabía cuál era el problema, y mientras no se supiera la falla, no podía permitir que los ex—alumnos de los merodeadores usaran ese aparato una vez más. Algunos profesores estaban enterados de la verdadera identidad de los jóvenes, Snape casi había sufrido un paro cardiaco al saber la verdad, seguro que tener que lidiar con dos Lupin, dos Black y dos Potter (por Harry) sería el reto de su vida. Incluso McGonagall le había dicho que si no encontraban la solución al problema, los chicos perdidos en el tiempo entrarían a clases junto con el nuevo año escolar "Albus dice que es lo más conveniente, Black, Potter y Lupin son aun unos niños y no pueden quedar abandonados. Se le dirá a los alumnos que son estudiantes foráneos o alguna excusa parecida" había informado Minerva, la Jefa de la Casa Griffyndor.
En tanto, James había vivido en la más completa ignorancia. Sus amigos le habían dicho un montón de mentiras que el anteojudo padre de Harry se había tragado:
Harry Potter es tu hijo, pero está con los parientes de Lily, ¿recuerdas a su hermana? (...) Lily y tú están en un viaje que servirá para desarrollar una estrategia que tiene como fin matar a Voldemort... el caso era que parecía que el pobre de James no sospechaba nada, hasta la idea de estar casado y tener un hijo ya no le era tan incómoda.
Los chicos habían repasado el castillo tantas veces, que podían irse con los ojos cerrados sin perderse. Estaban aislados, no se les daba noticias de los hechos externos, todos los profesores que conocían el secreto decían que no era conveniente seguir alarmándolos. Estaban aburridos. Remus y Black (e ingenuamente James) querían conocerse a sí mismos, estaban hartos de rondar como zombies, todos tenían algo qué hacer, menos ellos, que no pertenecían a nada en este presente.
—Tengo ganas de ver a Lily — expresó James, sentado cerca de la cabaña de Hagrid.
—¿Cómo? – se admiraron sus amigos.
—Lily va a ser mi esposa... — Potter se sonrojó, sus amigos sabían que tenían dos opciones: cambiar la conversación o huir de James para evitar decir algo indebido.
—Vamos a ver qué cocina Hagrid – aconsejó Lupin, alejándose, se notaba, quería huir del "tema" que James acaba de mencionar.
Sirius y James suspiraron, la soledad era terrible, no había a quien hacerle diabluras. El moreno de ojos oscuros pensaba en que Sirius estaba más serio justamente por eso, no se imaginaba lo que su coetáneo en verdad pensaba.
—¿Y si no regresamos a nuestra época, Sirius?
—Sí vamos a regresar, tenemos qué, James, yo no me muero sin haber arreglado unos problemas — renegó el joven animago ilegal.
—¿Cuáles?
—Ya te lo dije, no me casé y tampoco tengo hijos. Yo quiero que en este futuro haya un Black Junior merodeando — mintió Canuto, pues lo que él deseaba era que SU amigo estuviera vivo, él libre y Remus en paz, ¡ah!, y Peter comiendo.
—Te comprendo. Al principio me extrañé, hasta me incomodé, pero ahora veo la situación con otros ojos... ya conoces a mi padre, siempre estuvo ocupado en su trabajo. Creo que quizás estoy siendo buen padre para Harry, no sé, deben ser instintos paternales o algo así, pero quiero conocerlo. Aunque no nos dejan salir de aquí sé Voldemort anda suelto, quiere acabar con mi hijo ¿Te das cuenta?, tengo qué ayudarlo, desde que llegamos he estado ensimismado en la nada, ni siquiera me he puesto a leer un libro... sé que es interesante revisar el castillo, pero no hay muchas novedades, a excepción de esas bromas de caramelo que encontramos en la estatua de la bruja tuerta. ¿Dónde estará nuestro mapa?, hay muchas cosas por saber.
—Pues yo digo que debemos averiguarlas — propuso Black —. Todos los maestros andan escondiendo cosas misteriosas, hasta Snape nos huye, seguro que Dumbledore le indicó que si no puede contenerse no se nos acerque, jeje.
Remus salió de la cabaña.
—Muchachos, necesitamos ayuda, parece que la masa que cocinamos está a punto de explotar — sonrió el de cabello claro—. Además, Hagrid quiere enseñarte unas fotos, James... son de Harry.
—¿En serio?, genial —admitió el chico, se levantó de un salto y ayudó, en el acto, a Black a ponerse de pie con un jalón.
La cabaña de Hagrid tenía el mismo aire casero y agradable que los chicos recordaban. Fea en decoración, pero con buena vibra. Suciedad, descuido, pero amabilidad impresa en las paredes viejas y la chimenea cálida. Percibieron un olor putrefacto, salía de la olla. Sirius se asomó y miró un caldo negruzco indescifrable.
—¿Qué es esto, Hagrid?
—Será un pastel — dijo muy contento el semi-gigante, que traía en sus manos un álbum extraño. Caminó hacia James y Remus, con una sonrisa amena y sincera, les entregó lo que cargaba —. Oh... son algunas fotografías donde sale Harry, es un álbum mío sobre Hogwarts, pero aparté algunas fotos porque pensé que te interesarían.
—Gracias Hagrid — respondió James, abriendo donde indicaba un separador con forma de hipogrifo.
En la primera fotografía, James Potter y su esposa cargaban con un bebé, James comenzó a sudar y a enrojecerse.
—¡Vaya James!, ya estás viejo ahí —dijo Sirius, quien ya estaba en medio de sus amigos—. Y Lily sale bien, ¿qué se hizo en el cabello para que no estuviera tan parado?
—Ya Sirius, deja a Lily en paz.
—¡Bah!, ni me escucha.
—Harry parece un bebé sano — agregó Remus, nostálgico "Aún James estaba vivo... se ve tan feliz con su familia... Sirius tiene razón, no es justo para él ni para nosotros tener este futuro; debemos cambiarlo".
Le dieron la vuelta a la página del álbum, había una pintura de la boda de James y Lily, más atrás estaba Sirius haciendo diversos gestos considerados como graciosos.
—¡Miren!, ahí estoy yo — se apresuró a decir Black, apuntándose frenéticamente —. Saludo como todo un galán, no lo entiendo James, ¿cómo te casaste tú y no yo, que soy un casanovas?
—Es de lo más raro eso de ver tu propia boda, siento como si estuviera en clase de Adivinación —murmuró James, mirando al rubio-cenizo.
—Tienes razón — Lupin siguió mirando, al lado de esa fotografía había otra de un chico de más o menos 11 años, salían a su lado dos personas más —. Oye James, yo creo que este es Harry, tu hijo.
James dejó de ver su boda y fijó la mirada en la otra foto móvil.
En efecto, ese debía ser Harry. Tenía el cabello oscuro, quizá no tanto como el mismo James, pero no dejaba de ser negro. Los ojos color verde-pino le daban elegancia al rostro. El niño usaba gafas, sonreía al lado de los que supusieron los merodeadores, eran sus amigos.
—¿Es Harry, Hagrid? —preguntó Remus.
—Oh, sí. ¿Verdad que se parece mucho a James?
—Sí, en definitiva — respondió Lupin.
—¿Y quién es esa chica?, debe estar muy linda ahora que han pasado los años.
—Esa es Hermione Granger, la mejor amiga de Harry. Es una niña muy inteligente.
—Sirius, te prohíbo que le coquetees a la amiga de MI hijo — rugió James —¡Pervertido!
—James, déjame decirte que estás actuando como un padre posesivo, ni que la tal Hermione sea novia de Harry, ¿o sí?
—Pero Sirius, James tiene razón. Esa chica podría ser tu hija. — siguió Remus, sonriendo —, eso es lo pervertido.
—Lunático, nunca dije que iba a hacer algo prohibido con la chica, sólo enfaticé en que posiblemente los años le habían hecho bien.
James ya había dejado de oír a sus amigos, volvió a dirigirse a Hagrid.
—¿Y el pelirrojo?
—Ahh, él es...
Algo interrumpió la conversación. Sirius Black, con sus enormes y hermosos ojos azules visualizó a un extraño animal, con parecido a una snitch viva, que movía sus alas como un colibrí en busca de miel, era una ¿lechuza?, el ave ululaba y picoteaba la ventana de la cabaña, rápidamente llamó la atención de todos.
—Es Pigwidgeon. — avisó Hagrid, encaminándose a la ventana con madera desgastada —. ¡No esperaba que Pig me visitara hoy!
En cuanto le permitió el paso al animalito acelerado, éste comenzó a gorjear contento porque había cumplido su misión. Volaba con rapidez, recorría las pequeñas dimensiones de la casita en un dos por tres.
—Si gustas la atrapo, o va a perder las cartas y el paquete que trae...
—Creo que el cargamento está más grande que la lechuza —opinó Remus.
Sirius se encaramó en él sofá de Hagrid, saltó del mismo, y apresó a Pig, con ambas manos, formando un gran puño.
—Auch, esta cosa está picoteándome.
—Gracias Sirius, ahora permíteme tomar la carta, a Pig le gusta saber que ha hecho las cosas bien, es muy expresiva.
—Si tú dices... más bien es insensata — Sirius abrió los puños y agarró con velocidad la carta. Pigwidgeon pareció molestarse porque el ser "equivocado" tomó su carta, así que volvió a arrebatársela al mago del pasado, y voló hacia Hagrid.
—Muy bien, Pig, has sido muy buena, ¡una entrega fenomenal!, Ron se pondrá contento.
—Si Cerdo, muy bien, ataca al buen Black —gruñó el herido por pico de lechuza, entonces le susurró a James —¿A quién se le ocurre ponerle Pig a una lechuza demente?
Su amigo cuestionado encogió los hombros, estaba muy entretenido viendo cómo Hagrid leía la carta con mucho interés, ¿quién se la mandaría?... no era que quisiera ser chismoso, pero ¡había tantas cosas que quería saber y no entendía!
Rubeus se dirigió a su caldero con "veneno" y lo apagó. Vació en contenido en un recipiente de aluminio y en seguida metió el pastel al horno.
—Perdonen mi distracción, chicos... me decías algo, James.
—Preguntaba sobre quién era el pelirrojo.
—Es Ronald Weasley, el dueño de Pig.
—Me suena el apellido Weasley — opinó Lupin, acomodando su cabello lacio tras la oreja.
—Es posible que conozcan a Arthur Weasley, debió estar en Grinffyndor años más arriba que ustedes.
—Por supuesto, ya me acordé. — recordó Remus.
Hubo una pequeña explosión en el horno, el postre no había resistido la lumbre que se necesitaba para cocer la masa. Hagrid lanzó un bufido simpático de descontento, el perro Fang salió calmadamente de la cabaña para bostezar sin ser perturbado.
—¡Por todos los cielos!, tendré que ir por más material para el pastel, debe estar hecho para hoy.
—¿Es el cumpleaños de alguien, Hagrid?
—Chicos, tendré que ir a la cocina, quizá los elfos domésticos tengan más masilla de calabaza. —avisó el semi-gigante antes de salir con algo de prisa. La casa retumbó con su salida.
—Ese Hagrid sí que está loco, en el buen sentido de la palabra, claro— infirió Sirius, mirando con recelo a Pig revoloteando.
James Potter, sin que sus amigos se dieran cuenta, caminó con calma hasta la mesa de encino, miró la carta que Hagrid había olvidado guardar, y la tomó sin ningún remordimiento. Había escuchado que el dueño de ese búho era el mejor amigo de su hijo, quizá el llamado Ron mencionaba algo relevante... James quería saber.... era curioso.
"Querido Hagrid:
Mamá ha querido que mande a Pig contigo, dice que las lechuzas que salen de Hogwarts tienen una protección de invisibilidad para que no sean rastreadas por los Mortífagos. Y como quien-tú-sabes está detrás de Harry, lo mejor es protegerlo, ¿verdad?
En el Ministerio siguen sin tomarse en serio a Dumbledore, no creen que la era del Señor Oscuro ha comenzado. Papá dice que Fugg es un tonto, que sabe la verdad pero que aparenta no saber; por eso no sale nada en El Profeta, ni lo de Diggory, ni lo de Harry. Todo el verano hemos estado incomunicados, pero mamá dice que le comentará al profesor Dumbledore si Harry puede venir unos días a casa, estar tanto tiempo con los muggles esos debe ser horrible.
Espero que Pig logre llegar a Privet Drive sin llamar mucho la atención. Harry tiene qué recibir lo que le compré, eso lo animará en su cumpleaños. Hermione me escribió y dice que los muggles han sufrido varios ataques que achacan a bandidos o a clanes de asesinos, aunque todos sabemos quienes son los causantes.
¡Hagrid, tengo qué despedirme!, si no envío a Pig rápido, tal vez no llega a tiempo.
Ron Weasley".
—¡Excelente! — gritó James.
—... y luego no me salgas con que YO soy el que revisa la correspondencia de los demás— renegó Black, cruzando los brazos.
—Sí James, no debiste hacerlo.
—¡Al demonio con eso!, no pienso quedarme cruzado de brazos mientras esté aquí. Si quiero conocer a Harry y verme a mí mismo, nadie, ni siquiera Dumbledore podrá prohibírmelo... Eso me extraña, es decir, siento como si todo el mundo me ocultara algo.
"Y yo que pensé que James estaba convencido de lo que le dijimos" pensó Remus.
—No te alteres, Cornamenta, mejor dinos qué dice.
—Es una carta de Ron Weasley, el amigo de Harry — informó el futuro papá —. Menciona que su lechuza será enviada a donde vive Harry porque hoy es su cumpleaños... por eso Hagrid estaba haciendo un pastel, quería enviárselo a Harry. Al parecer las lechuzas no se perciben en el radar de los Mortífagos si salen del colegio...
—Seguro cortesía de nuestro Director — supuso Sirius.
—¿Se dan cuenta?, si seguimos a Pig, podremos llegar hasta Privet Drive, que es el lugar en donde está mi hijo... y hoy es su cumpleaños. Está decidido, nos escaparemos.
—Sí que te pegó fuerte la paternidad... pero es comprensible... James, ¿cómo lo haremos sin que nos metamos en líos?, ¿y si Voldemort nos encuentra o algo así?
—No tiene porqué pasar nada malo... Seguiremos a la lechuza — A James le brillaban los ojos de la emoción, resultaba interesante que el giratiempo se hubiera descompuesto después de todo.
"James puede descubrir toda la verdad si va con Harry" reflexionó Sirius ", pero no puedo impedirle nada, sospecharía y eso sería peor" concluyó... decidió ayudar a su amigo en el acto.
—Se me ocurre que podríamos raptar al pajarraco, atarle en la pata un hilo que seguiremos... ¡no!, ya sé, le pondremos un radar y buscaremos la manera de seguirlo... un transporte...
Los merodeadores no conocían la palabra límite. Si querían convertirse en animagos ilegales, ¡lo hacían!; si se les antojaba construir un mapa mágico, lo edificaban. ¿Acaso buscar la manera de conseguir un transporte para seguir a una lechuza loca los frenaría?, ¡claro que no!
--
Las siguientes horas de la mañana las dedicaron a pensar y pensar y a seguir pensando. Los maestros del desastre, Potter y Black, maquinaban pensamientos y musitaban secretos mientras que Remus Lupin se dedicaba a distraer a Hagrid, y de paso le ayudaba a cocinar el pastel que tanta lucha le daba al gigante. Lo estaban haciendo de chocolate, Lupin le repetía una y otra vez a su amigo barbudo, que todo ser vivo era irresistible a dicho sabor.
En la entrada de la cabaña, justo en los irregulares escalones para arribar a la casa del guardabosques de Hogwarts, estaba sentado el par inseparable. James tenía mirada extraviada y actitud pensante. Sirius miraba de reojo cómo Pig molestaba a dos lechuzas más que Hagrid había traído después de consultar a los elfos domésticos.
—Lo mejor es lo que ya dije: secuestremos a Pig, le amarramos la pata y lo seguimos al estilo detective.
—Black, pobre lechuza, es inhumano hacerle eso.
—Claro que es inhumano, las lechuzas son animales, Potter.
—Muy gracioso... —James se recostó en sí mismo —Lo más viable sería conseguir un Traslador, ¿no crees?, aunque sería difícil seguir a Pig así. Tal vez sí tengamos qué raptarla, nos trasladamos a Londres y luego la dejamos libre, tomamos un transporte muggle y la seguimos... Sirius, ¿has oído hablar de los Taxis?, Lily me ha contado sobre ellos, lo único es que debemos conseguir dinero muggle.
—¡Ah!, ahora que recuerdo, he leído acerca de cómo hacer un Traslador el otro día que fuimos a la sección prohibida con tu capa... podríamos hacer nuestro propio Traslador.
—Con que no resulte como nuestro giratiempo... generalmente las cosas nos salen bien, pero ese sí que fue un experimento fallido.
—Yo no creo que tan fallido. Nuestro propósito era invertir el proceso para lograr viajar al futuro, lo cual, era técnicamente imposible y lo logramos; no sé si los giratiempos actuales ya tengan la doble función pero seguramente debe estar prohibido viajar al futuro. En nuestro caso sólo hubo un pequeño fallo en los cálculos.
—Entonces hay qué hacer lo del Traslador, es la mejor opción.
—Déjalo todo en mis manos, iré al Bosque Prohibido y traeré una rama ideal para hacer la conversión... si gustas quédate con Remus y Hagrid.
—No. Yo voy. — se entercó el muchacho, Potter tenía la ligera impresión de que Sirius quería hacer las cosas solo y eso era muy anormal.
Se levantaron, voltearon hacia el interior del jacal, y en unísono le avisaron al castaño que iban a dar un paseo para librarse del olor infernal que provocaba el mentado pastel.
--
Entraron al Bosque Prohibido con mucha tranquilidad. El espesor verde y tenebroso era muy normal para ellos, ya que en varias ocasiones habían estado merodeando por ahí en sus formas animales durante los días de luna llena. Esos días se divirtieron mucho a pesar de que nunca tuvieron plena conciencia de lo que hacían. La hojarasca sonaba con ritmo cuando avanzaban, el calor de verano era ligero en esos momentos, y a pesar de que el mediodía estaba por hacer que el sol reinara en esa parte de la tierra, no estaban sudando.
—Agarra cualquier rama — mandó James, al ver que Black seguía adentrándose más y más, estaba cerca la zona de los Centauros.
—Es mejor tomar algún objeto que haya sido tocado por los unicornios...
—¡Esas son patrañas, Sirius!, seguramente lo acabas de inventar — renegó Potter, dándose cuenta de la mentira de su amigo, lo conocía demasiado bien y eso era una desventaja para Black. —. Pensé que sabías perfectamente que no soy idiota... sé que Remus y tú me ocultan algo... nunca me dijeron qué hablaron con Dumbledore; cuando el profesor Dumbledore fue a verme no me dijo nada relevante, más bien no habló de lo que indagué. Algo malo pasa aquí.
—Escucha, James...
—Yo no me explicó porqué Voldemort quiere matar a un muchacho de 15 años, ¿qué tiene Harry Potter de especial?, ¡es sólo un chico!, ¿o qué?, ¿lo quiere usar de anzuelo para matarme a mí? ¡Explícamelo!
Sirius bajó la cabeza con expresión seria, no contestó.
—Bueno, si quieres quedarte callado, hazlo. De todas maneras yo averiguaré las cosas, descubriré el secreto así tenga qué batir todo el futuro.
—Tranquilízate ¿Quieres?... si yo supiera lo que necesito saber, te lo diría.
—Olvídalo — el joven de antiparras recogió una vara cualquiera —. Espero en verdad sepas hacer Trasladores; regresemos.
--
Remus Lupin estaba seguro de que ahora, gracias a su intervención, el pastel estaba comible, se percibía un agradable aroma en el ambiente. Notó que Hagrid garabateaba unas palabras y echaba la nota en una canasta vieja, luego envolvió la tarta en una caja y la acomodó, amarró con una cinta roja las demás cartas y le acarició las plumas a Pig.
—¿Mandarás hoy este pastel?, ¿todas esas cartas son para la misma persona?, debe ser alguien importante entonces, te has esmerado mucho, Hagrid — fingió Remus, pues sabía quien era el destinatario.
—Sí, hoy debo mandar todo esto. ¡Caramba!, ya es bastante tarde, si no envío en encargo ahora, no llegará a tiempo.
—Err... mejor espera a que regresen Sirius y James — el adolescente-lobo sabía que si Hagrid enviaba a Pig y las otras lechuzas, la oportunidad de seguirle la pista iba a ser imposible, pues el joven no recordaba que sus amigos le hubieran puesto el radar al pequeño animal.
—¿Y eso para qué?... Pig, Venus, Prosperina, es hora de que hagan el encargo — las lechuzas gorjearon de la emoción, Remus se golpeó la frente con su mano mientras veía que el semi-gigante amarraba la canasta a las dos aves más grandes, para que la sostuvieran con las garras.
El de ojos grises trató de llamar la atención de su enorme amigo, al no lograrlo se empezó a comer las uñas.
—Vayan a llevarle las cartas a Harry — dijo alegremente Hagrid, sin darse cuenta de su imprudencia, Remus ni se molestó en hacerle notar a su amigo ese error, esperó pacientemente a que Hagrid se metiera a su cabaña, sus ojos se movían del arriba hacia abajo. Veía a Pig y las otras desaparecer en el horizonte... después de unos segundos Rubeus se internó en su casa silbando muy contento una especie de canción, se veía muy complacido.
Remus ahogó su grito, corrió hacia el Bosque Prohibido para buscar a sus amigos y comunicarles la mala noticia.
—¡Canuto! ¡Cornamenta!, ¡reunión urgente! — gritó Lunático, siempre que surgían problemas se llamaban de esa manera, les agradaba usar sus apodos como señas de detectives.
—No grites, me dejas sordo, ¿qué pasa?
—Hagrid mandó a las lechuzas, las he perdido de vista.
—¡Maldición! —renegó Potter —, así nunca sabremos adonde va la lechuza del chico Weasley...
Pero los chicos no se imaginaban que les ocurriría algo insólito. En cuanto James gritó el nombre Weasley, un extraño vehículo salvaje comenzó a acercarse por un camino que hacía al rodar sus ruedas redondas y ponchadas. Un azul pálido, repleto de lodo y tierra, era el color que traía ese auto raro que se acercaba a ellos a una velocidad descomunal.
—¡He visto Centauros corajudos, bestias salvajes, a Lupin convertido en hombre-lobo, pero nunca un carro loco!
—¡Corran, esa cosa nos quiere atropellar! — avisó James, tomando la delantera.
Los animagos y el licántropo comenzaron a evacuar el bosque, corrían lo más que podían, pero ese coche encantado tenía intenciones desconocidas y no les daba muy buena espina verlo avanzar directo hacia ellos a toda velocidad.
—¡Un fantasma debe estarlo conduciendo!, ¡esa cosa no puede tener vida propia! —razonó Remus, quien a Dios gracias volvía a ver el cielo despejado y celeste porque había salido de la gruesa arboleda del bosque.
El auto comenzó a volar y los rebasó, aterrizó con brusquedad enfrente de ellos, y abrió las puertas con ritmo, una, dos, tres, ¡varias veces!
—Muchachos, ¿es mi imaginación o esa máquina quiere que entremos? —preguntó James, con respiración entrecortada.
—Quiere que entremos— afirmó Remus —... eso creo.
—Pues hay que entrar.
—¿Estás loco, Sirius? —James hizo una corta pausa, se tocó la barbilla y sonrió —¡Claro!, este carro quiere ayudarnos a seguir a Pig, seguramente conoce a Harry.
El auto hizo sonar su viejo claxon.
—¿Ven?, Mi hijo es popular. A lo mejor también conoce a Weasley.
Se volvió a oír el pito, esta vez dos veces.
—¡No se diga más!, vayamos —animó Sirius —¡Yo manejo!
—No no, yo manejo —peleó Potter.
Ambos gruñeron, pero al voltear, Remus ya estaba en el asiento del conductor, tratando de hallar el cinturón de seguridad.
—¿Se van a subir o no? —cuestionó con una sonrisa.
James soltó la carcajada, se subió en el asiento del copiloto.
—¿Y cuándo decidiste ser el piloto, Remus?
—Lo hice para evitar que se peleen por esa estupidez, ¡súbete Sirius!
El mencionado, algo molesto, se subió a la parte trasera, le extrañó mucho ver el cadáver de una pata de araña gigante a su lado "¿De dónde salió esta infamia?"
--
Manejar por los cielos era la primera experiencia de Remus en el ámbito del manejo de algo que no fuera escoba, metía los cambios con inseguridad, y el carro tronaba de forma rara. Volaban a grandes velocidades, a miles de pies de distancia, ahora tenían qué hallar a una diminuta lechuza gris con otras dos color pardo.
—Si mi memoria no me falla, la ciudad de los muggles, por donde se entra al callejón Diagon, es por allá —apuntó el copiloto—. Si sigues por esa dirección, es posible que veamos a Pig-no-sé-qué.
—¡Allá va!, está atrás de nosotros.
—Upss — dijo Remus, frenando bruscamente para dejar pasar a las lechuzas.
—Una pregunta, Si Dumbledore hizo un hechizo para que los mortífagos no vieran a las lechuzas, ¿por qué las vemos nosotros?
—Mmm, buen punto. Debe ser porque nosotros somos niños benévolos y todo eso.
—Oigan, me desconcentran, manejar esto no es fácil ¿Se enteran?
—¿Y?
—Síguele Remus, no le hagas caso al demente de Sirius.
--
El vuelo por la autopista sin delineado fue tranquilo, los chicos ni siquiera se molestaron en poner el seguro de invisibilidad, así que era posible que alguien los hubiera visto. Sirius comentó que era bastante interesante viajar en artefactos muggles encantados.
Cuando comenzaron a ver edificios grandes, casas, humo, vida, autobuses y gente que lucía como hormiga, subieron más arriba de las nubes, Pig y las lechuzas habían hecho lo mismo, a lo mejor por eso los muggles nunca veían cómo funcionaba el correo de los magos.
—Estoy seguro de que estamos por llegar, ¡voy a conocer a Harry! —dijo con entusiasmo James, sin notar los suspiros de sus amigos.
Sin embargo, estaban cantando victoria antes de tiempo. Inesperadamente, ¡Oh sorpresa!, el carro se había vuelto loco. Comenzó a subir y bajar, a renegar haciendo mover su motor. Parecía estar enfadado, ¡era un enigma!
—Arréglalo Remus, ¡maneja bien! ¡Que no traes vacas de acompañantes!
—No responde, el carro no responde.
James trató de mover el cambio con la palanca, ni con la fuerza de los tres pudieron lograr un resultado fructuoso.
—Ya sabía yo que no debíamos subirnos.
—¡Agáchense, va a bajar! —avisó James, escondiéndose para no ser visto.
Sobra decir que el carro loco fue visto por varias personas, quienes quedaron atónicos sin comprender el extraño suceso que parecía una ilusión. Los jóvenes magos del pasado no supieron qué ocurría hasta que, después de varios minutos, el carro se estrelló con fuerza en algún lugar desconocido, a eso se le podría llamar aterrizaje.
—Estamos vivos... —dijo Remus, levantando la cabeza, estaban en un jardín.
—¡Bajémonos de este endemoniado carro!
—¡Chitón!, el carro percibe antipatía.
En efecto, el carro del los Weasley los arrojó como un día lo había hecho con Harry y Ron. Los desconcertados jóvenes cayeron en la tierra firme, recibiendo, en el acto otro pequeño golpecito.
—¿Dónde estamos?
El coche se elevó por los cielos y desapareció.
—¡Se ha ido!, ¿cómo vamos a regresar?
—Calma Remus, que todos los caminos llevan a Hogwarts.
—No Sirius, es: "todos los caminos llevan a Roma"
—¿Y qué me importa a mí Roma, James?
—¡Alguien viene!, escóndanse.
Los jóvenes se apretujaron en unas ramas gruesas en formas de arbustos. Por medio de agujeros entre hoja y hoja visualizaron cómo un chico con lentes y cabello parecido a James salía de una puerta trasera, seguramente estaban en una casa.
El muchacho caminó hasta las flores que el carro había aplastado y se rascó la cabeza.
—Podría jurar que vi... que vi al carro del señor Weasley a través de mi ventana... no hay duda de que necesito regresar a Hogwarts — dijo con voz audible, a James se le rompió el corazón, no, no se le rompió, se le aceleró, no había duda, estaba viendo a Harry Potter.
Se inclinó para verlo mejor. Era un chico de estatura media, con los ojos verdes y mirada soñadora, algo triste en estos momentos. James calculó que Harry estaba más bajo que él, pero seguramente era porque él tenía algunos meses más de edad (en relación con su YO de juventud, y no con su YO de rol de padre).
—¿Están viendo lo que yo?
—Estamos viendo a tu clon—le sonrió Sirius.
—Miren, alguien más apareció.
Era verdad, un obeso ser humano asomó su cabeza por la puerta de salida. Gruñó como un animal salvaje algo que los jóvenes no entendieron; Harry se dio la vuelta con desagrado y siguió a su primo.
En el cielo, después de eso, los jóvenes merodeadores vieron que tres lechuzas se estacionaban en un árbol de ese jardín ya conocido. Estaban en Privet Drive, en donde vivía Harry Potter.
--
Continuará...
--
Notas2: ¿Qué les pareció?, bueno, ya me lo dirán, recuerden que para mejorar necesito de sus comentarios (acepto sugerencias, críticas constructivas y felicitaciones ^^), Así que no se olviden del Review.
Traté de darle un giro diferente al capítulo, incluso tiene partes un poco cómicas, como la relación con Snape, la aparición del carro y de la lechuza. Sin embargo el próximo capítulo será muy dinámico, seguramente no imaginan qué pasará... como adelanto diré que los Merodeadores, en su lucha por saber de Harry, se meten en un problema grande... Hará su aparición Peter Pettigrew... el cap. se titulará: "Mano de Plata", ¡no se lo pierdan!
Ahora, a contestar los Reviews (esta es mi parte favorita):
*Dark Maria.- ¡Gracias por leer!,qué bueno que te pareció genial la historia. En cuanto a lo de la rata, pues ya sabrás cómo se enteran los chicos, sé paciente... por lo pronto te aseguro que el asqueroso de Peter tendrá el honor de verlos el próximo episodio.
*Lourdes Ariki.-Agradezco tu review... ya veremos si se quedan todo el año en el colegio, espero que sí, pero eso ya dependerá de cómo logre desarrollar la trama. Harry va a tener un año escolar muy diferente, ¿no crees?, ojalá el fic te siga gustando.
*Hermione Ryddle Malfoy.- ¡Hola!, gracias por tu comentario, y por tu review, aunque no haya sido el primero (después de todo el orden es lo de menos, ¿es tu primer Review?, pues gracias por dejarlo en mi historia!). Espero no decepcionarte con el fic, prometo ir mejorando.
*Luadica.-Qué bueno que te gustó el fic. ¿Has leíddo muchas historias en las que los merodeadores van al futuro? (vaya!, pensé que era la primera en pensarlo). Agradezco mucho tu comentario; la trama del fanfic será muy compleja, pero yo considero que sí es sólida, ¡gracias por leer, espero te siga agradando!
*Polgara.-Espero no haberme tardado mucho en publicar, de hecho tengo pensado llevar un ritmo de tiempo, y publicaré (si no ocurre alguna desgracia) cada semana o dos semanas. ¡Gracias por leer!, aprecio mucho tu comentario y espero el fic te siga agradando, hay muchas sorpresas por desvelar en este escrito.
*Dadaiiro.- ¡Hola Jess!, te agradezco enormemente el review y toda la ayuda que me has brindado para la elaboración del fic. Ojalá te siga gustando, para mí es muy importante tu opinión... gracias por decir que mi estilo de redacción no es malo (prometo esmerarme y mejorar). Sobre las cuestiones que me hiciste, pues ya ves que se resolvió una: al menos ya vieron a Harry, pero él ignora que su padre lo está espiando, habrá que leer el próximo episodio ¿ne?... Y sobre los nombres que usarán en la escuela, ya lo verás también, aún no estoy 100% segura. Gracias por todo y también sigue adelante con tus proyectos, agradezco enormemente tu amistad, amiga.
Sophie*Aiko.-Ciertamente Remus es un encanto bien hecho y derecho, por eso lo puse conduciendo (me pareció que se vería muy lindo), ojalá te siga agradando el fic, ¡gracias por leer amiga!
*Cris.- ¡Hola Cris!, muchas gracias por leer mi fic. Pues sí, el futuro que están viendo James, Remus y Sirius no es precisamente acogedor, pero no se quedarán con los brazos cruzados ante los designios del destino, de hecho, ya ha comenzado la acción, ahora falta ver qué sucederá con ellos y sus descubrimientos. Ojalá te siga gustando el fic.
*L-O.-Agradezco que leyeras mi fic y te gustara... Thanks!, espero te haya parecido interesante el capítulo para que sigas la historia.
*Dikana.- ¡Hermanita, no sabes el gusto que me dio leer tu review!, lamento no haberte avisado cuando subí el fic, es que ése día me dio crisis en la escuela y me escapé de la clase, me introduje al centro del cómputo y publiqué el fic sin pensar mucho. Qué bueno que te ha gustado la historia, yo aún no sé si pueda desempeñarla de forma coherente, pero prometo hacer mi mejor esfuerzo en este segundo fic que hago de HP. Ya ves que el pobre James cayó directo al suelo al enterarse de su futuro, aunque, como podrás imaginarte, Prongs no la pasará nada bien al enterarse de la verdad (puras tragedias para el pobre, ¿verdad?), sin embargo ya sabes que me gusta un poco la comedia y creo que siempre habrán situaciones así en mis escritos. Sí me quedó más largo este capítulo ¿No?, el próximo estará más largo, todo dependiendo de las inspiración. Por cierto, no te preocupes por reír sola delante del PC, yo siempre lo hago enfrente de laptopsini cuando leo R (y mis padres ya no tienen duda de mi demencia, pero no importa). ¡Gracias por leer!, agradezco tu apoyo y tu amistad más que nada.
*Lara.-Agradezco que la chiripa te haya llevado a leer mi fic, ¡muchísimas gracias!, qué bueno que te gustó amiga, para mí es muy importante tu opinión, pues ya sabes que admiro mucho tus escritos (que son totalmente geniales e impresionantes). Espero que no te decepcione el fic, le pondré mucho empeño (honestamente es más complicado escribir sobre libros porque a veces no somos fieles al estilo de la autora). Los Merodeadores en el futuro será una trama algo complicada, hay mucho jugo qué sacarle y espero hacerlo bien. ¡Gracias por leer!, ojalá a tu hermana le haya gustado el fic. Ahhhh, y sobre la carta, pues la esperaré ansiosa. ¡Hasta pronto!
*Happy-sagara.-¡Hola!, gracias por leer, aquí está la continuación y espero el fic te siga gustando, gracias por tu comentario.
*Katioka Riddle.-Sinceramente me animó mucho tu comentario, qué bueno que te interesaste en el fic a pesar de que no lees sobre los Merodeadores, pienso que al mezclar a esos chicos con el lindo Harry se logrará algo interesante. ¡Muchas gracias por leer!, ojalá la historia te siga agradando.
*Arwen-de-Black.-Me da gusto que te haya gustado mi idea, es algo compleja (de acuerdo a lo que deseo realizar), pero considero que interesante. ¿ Que si Remus y Sirius van a conocerse ?, la respuesta es sí, de hecho ya tengo la escena en la que las dos versiones de Remus se encuentran... finalmente aquí está la continuación, espero te haya gustado n___n.
Y a todos los que leyeron y no dejaron Comentario: ¡¡GRACIAS!!
¡Hasta la próxima!
P.D. Disculpen si hay errores ortográficos, es que soy muy descuidada ^^'
