Un agradecimiento especial a mi amiga Dadaiiro por prestarme el libro 5, también porque tomé unos tips de una traducción que hizo para una descripción. Agradecimientos a AIOV por sus ánimos, y a todos los que me han mandado mails.
Resumiendo: En el último capítulo que publiqué, Hubo un ataque por parte de la Orden del Fénix a la prisión de Azkaban, en donde Dumbledore cayó en una trampa y fue gravemente herido. En el pasado Lily y Peter descubren que el pergamino que hallaron es un James diferente al que ellos conocen. Por otra parte, los merodeadores del pasado enfermaron a causa de una especie de maldición que Peter le lanzó a Remus en un cap pasado; pero luego se recuperaron y James Potter usó la pócima de la verdad para descubrir la realidad, pero la emplea en Filch y cae en el error de ser mal-informado sobre el tema **Sirius**… el caso es que los chicos y James tienen un enfrentamiento, luego el Lupin adulto les manda una carta en donde les informa que él y el Sirius-grande están en la casa de los gritos… eso es más que nada a grandes rasgos lo que ha pasado.
Bueno, los dejo con la lectura… ojalá la estructura del fic no los confunda (manejo varios personajes, tiempos y escenas). Como recordatorio diré que lo que está en negritas es del pasado, uso los sobrenombres de los merodeadores en inglés y en español.
Fanfiction: Harry Potter~girahistoria~
Por CieloCriss
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Casi Luna Llena y Las dos versiones de Sirius Black
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Había un atardecer en el corazón de James Potter, no era sólo la noche que caía y a la vez arropaba con un manto estelar. Sin duda alguna había sido un día muy difícil para él y sus amigos, y lo peor era que aún no terminaba. Por eso Prongs miraba con temor la estrella más brillante de la constelación del Can Mayor, sabía que el astro más destacado era la razón del porqué su mejor amigo se llamaba Sirius... en pocas palabras, la estrella que observaba y trataba de fijar en su mente, era la Sirio, la más brillante, la más sorprendente para él en esos momentos. ¿Sería realmente cierto todo lo que había descubierto?, James nunca iba a olvidar el momento en que la poción de la verdad, en boca del squib Filch, le destapó que su mejor amigo era un asesino. Sintió impotencia, furia, tristeza, pero por alguna extraña razón la decepción no aterrizó en sus sentimientos: Sirius debía haber tenido una excusa lo suficientemente válida, ¡no podía haber matado a Peter!, ¡no los había entregado a Voldemort!... El hecho de que los amigos de su tiempo le hubieran ocultado la verdad le dolía mucho más que el futuro, porque James tenía planeado cambiarlo, ya no era una tentación, era un necesidad.
Por eso estaba ahora frente al Sauce Boxeador, el árbol más sorprendente de todo el colegio Hogwarts, el árbol que más guardaba secretos, el árbol que encerró por muchos años a Lupin en una pesadilla que sus amigos convirtieron en tertulia. Por el pasadizo se encontraría justamente con dos de los merodeadores, pero no a los que tenía al lado (que tenían, como él, 15 años) sino a dos adultos que ya habían transitado una vida llena de pesadillas y de Voldemort. Iba a ver al Sirius del futuro, él le contaría todo, es lo único que anhelaba en esos momentos, por eso el raciocinio no le permitía percibir el calor que fluía por su cuerpo como una rezagada fiebre... James quería afrontar la verdad, saber porqué el mundo mágico culpaba a Canuto de su muerte y la de Lily, ¡y ni hablar de Peter Pettigrew!
Sirius estaba estático, buscando con la mirada el nudo que debían pulsar para paralizar al Sauce Boxeador. Sin Peter no era sencillo, sin su amigo que se convertía en rata las cosas seguro nunca serían las mismas, ¿por qué demonios lo culpaban a él de la muerte de Wormtail? ¡El nunca lo mataría!, Peter era un chico al cual le gustaba proteger, jamás herir y denigrar. Sirius se sentía muy desgraciado, por eso no podía moverse, no quería estallar enfrente de los chicos, él siempre tenía pinta de ser un muchacho fuerte, alegre, con casta. No debía caer devastado por las noticias del futuro, nunca se lo perdonaría. Vería a su Yo-Adulto con la mayor calma posible, mostrando su alegría "Sé que en mi estado adulto ya no sonrío, si llego y me derrumbo ante mi Yo-grande, perderé mi energía antes de tiempo, y no creo que eso le agrade al Sirius de esta época" pensó muy seguro, cruzó los brazos, y abrió la boca para romper el silencio que se había gestado desde hacía unos minutos.
-Si no queda más remedio, comenzaré a lanzar piedras al azar. No recuerdo cómo entrábamos a pesar de que apenas hace un mes que estuve aquí. Todo parece diferente, el árbol ya no es el mismo.
-Tampoco nosotros- sentenció James, con la voz quebradiza, como la de un cristal.
-Quizá yo pueda hacer algo; cuando la señora Pomfrey me trae, bueno... ella tiene su técnica para adentrarse al pasadizo del Sauce Boxeador. - avisó Lupin, quien traía mayor cordura en aquellos momentos - Nada más denme algo de tiempo para recordar exactamente lo que hace.
-Entonces lo dejaremos en tus manos, Remus - delegó James.
Remus suspiró y trató de recordar cómo la enfermera del colegio podía calmar al Sauce Boxeador, el chico no se explicaba el porqué esto no le estaba resultando fácil, las miradas de sus amigos lo ponían nervioso, era como si el licántropo fuera una gota de esperanza en medio de un desierto sediento de alegrías.
-¡Accio leño!- gritó sin pensarlo mucho. Había apuntado con su varita una larga rama que no traía hojas a su alrededor, era lisa y de color gris.
-¿Con esa cosa abrirás el pasadizo y paralizarás al árbol? - preguntó James, tocándose la cabeza - ¿Será un tiro al blanco o algo así, Moony?
-Algo así - sinceró Lupin -; a decir verdad me sorprende que esta vara vieja aún esté aquí. A simple vista es un palo cualquiera, pero la verdad es que es un bastón amaestrado, es muy probable que mi tono de voz funcione y obedezca.
-¿Eh? - se admiró Sirius - Bueno, realmente no importa, sólo date prisa, estoy seguro de que McGonagall y sus secuaces han de estar buscándonos por todo el colegio para encamarnos de nueva cuenta… dizque todavía no estamos curados de la estúpida fiebre que casi nos mata.
-Lo único que tengo que hacer es recordar como lo lanzaba Madame Pomfrey, y ¡claro!, tengo que darle la contraseña.
-¡¿Contraseña?! - se exaltaron los muchachos.
-No se preocupen, llevo 5 años en el colegio y nunca la han cambiado, debe ser la misma.
Respiraron más tranquilos, Remus visualizó el panorama y lanzó el palo, después gritó.
-¡Ranas de chocolate!
-¿Esa es la contraseña? ¿La puso Dumbledore? - preguntó James, alzando la ceja. Remus encogió los hombros y apuntó hacia el "bastón domesticado".
El palo había seguido una trayectoria elíptica perfecta. La velocidad fue en aumento hasta estrellarse en un nudo de raíces que estaba en cierta parte del árbol. El movimiento cesó de pronto, los animagos y el hombre-lobo sonrieron agradecidos, el plan había funcionado.
-Recuérdame que te dé un regalo, Remus - le dijo Sirius mientras tomaba la delantera y se metía al pasadizo.
-Eso no se me olvidará – respondió Lupin, tratando de animar a sus amigos con su sutil humor. Esperó a que James se infiltrara, pero éste le dio el pase, James quería ir a mero atrás, y Remus no supo porqué.
Fue así como empezó la caminata por el largo pasadizo que conducía a la Casa de los Gritos. Aunque dicha casa se distinguía por leyendas de fantasmas angustiantes, el silencio se hacía presente, parecía que era el dueño de toda la región. Sirius iba a la cabecera del grupo, casi no se detenía y pocas veces se cercioraba de que lo seguían Remus y James. Agradecía ir un poco más separado, porque podía llorar libremente sin que nadie lo viera. Sus lágrimas iban cayendo una tras otras, era un llanto quedo, callado, pero que tenía impreso dolor. ¿Qué le diría a su Yo-Adulto para animarlo? ¿De qué hablarían?, ¡Pardiez!, ni siquiera tenía idea de cómo saludarlo, mucho más complicado iba a ser decirle que lamentaba el futuro... todo era un revoltijo de emociones que chocaban como autos con conductores ebrios. Lupin iba en el centro, él sí iba pendiente tanto de Sirius, como de J. Potter. Uno iba muy rápido, otro más lento. Sus adorables ojos plateados se arqueaban de un lado al otro, era como ver un "partido de tenis" en vivo. Entonces sucedió lo que llevaba imaginando minutos atrás, Cornamenta se detuvo y se recargó en una de las paredes de la caverna.
-Espérame un momento, Remus - pidió con la misma voz quebradiza e indecisa.
Remus asintió.
-¡Sirius, detente un rato! ¡Sirius! ¿Qué no escuchas?
-Deja a Sirius, quiero que se adelante - admitió James -. De hecho, es por él que me he detenido.
-¿Qué dices?
-Creo que sería muy incómodo interrumpir el momento en el que los dos Sirius se encuentren... además... creo que estoy muy... descontrolado. No quiero que nadie me vea así, Remus. Estoy muy mal, no puedo controlarme a mí mismo. Quizás fue... precipitado esta decisión de desobedecer a tío Lupin para adentrarnos a la Casa de los Gritos... yo pensaba en llegar a reclamar, pero no tengo derecho, menos si el Sirius actual no tiene la culpa. Pero es que no entiendo lo que siento, quiero que alguien pague todas estas tragedias de Lily muerta, Harry huérfano… y definitivamente Sirius Black no va a ser ese sujeto, ¡menos si ha sido el mayor perjudicado! - la voz del chico tenía altibajos incomprensibles para Remus, lo único que pudo hacer para hacerle ver su empatía fue rodear a su amigo con su brazo.
-No tienes porqué perturbarte por tu descontrol, has sido muy valiente al afrontar todo esto. Creo que fue una buena idea dejar que Canuto se nos adelantara, le espera un momento especial - Al tocar a James el canelo hombre lobo percibió que su amigo ardía en fiebre. No dijo nada porque no valía la pena mencionar ese detalle que no detendría al joven Potter de sus terquedades.
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-¿Y no puede ser hoy, Remus? He esperado mucho tiempo.
-Ya te dije que aún están recuperándose del veneno del morbo Affligi, no es bueno causarles un infarto antes de tiempo. Les mandé una lechuza para prepararlos, por otra parte McGonagall aún no está enterada de que hemos regresado, mañana me presentaré ante ella para explicarle las nuevas órdenes de Dumbledore. Al parecer será la encargada de resolver los problemas legales del colegio hasta que Dumbledore se recupere; como ves, no podemos actuar por impulso, suficiente fue con lo que aconteció en Azkaban y luego con Harry. Las cosas van lentas, pero seguras.
Sirius Black cruzó los brazos y se recargó con desgano en un viejo sofá, los años que llevaba fuera de Azkaban le habían hecho bien, al menos ya no parecía un cadáver viviente. Estos meses que había pasado con su amigo Remus habían mejorado su ánimo a pesar de la pasada misión que había tenido en Azkaban, le gustaba tener a Moony cerca. Era como en los viejos tiempos, ambos eran parte de una organización prestigiosa que luchaba en contra del mago más tenebroso del mundo: Lord Voldemort. Sirius era ahora parte de la acción, estaba cerca el día en que recuperaría su honor y 'asaría viva' a la rata traicionera de Wormtail. Además, su ahijado Harry confiaba ciegamente en él: el mejor amigo del /ahora/ difunto James Potter sentía que podía pagar sus crímenes cuidando a Harry, después de todo ese muchacho era lo único que le quedaba.
Recientemente Black se había enterado de que tres polizontes del pasado habían aterrizado en su época. James, Remus y el mismo Sirius estaban de visita en ese tiempo pero aún tenían 15 años. La sangre le saltaba de la emoción y del nerviosismo. Era su única oportunidad de pedir perdón a James por no haberlo salvado, era el momento en el que de nueva cuenta se vería como solía ser cuando era feliz. Sin duda alguna la vida sabía dar sus buenas sorpresas.
-Aunque es posible que... no reúna las fuerzas para hablar con los chicos, ¿por qué ellos no saben nada?- preguntó el adulto Sirius.
-Porque Dumbledore creyó que tendrías que ser tú mismo quien les contara la verdad, yo estuve de acuerdo, toda esa verdad gira alrededor de tu persona, imposible que yo les dijera la realidad... ¡menos lo de Peter!
-¡No menciones ese nombre en mi presencia Remus!
-El Peter de la época de ellos no es el que tú odias...
-Eso me tiene sin cuidado - renegó Sirius, interrumpiendo en el acto a su amigo Moony -. El problema será decírselos sin causarles ese dolor... pero no hay remedio, sé muy bien que terminarán por averiguarlo.
-Eso mismo pensé yo, pero el estar enfermos los detuvo el tiempo suficiente para que no cayeran en equivocaciones.
-A lo mejor no fue el tiempo suficiente - habló una voz juvenil, que se escuchó de pronto. El ruido de unos pasos desconcertó a los amigos-adultos. El que habían escuchado era Sirius-adolescente.
-¡Sirius Black! - regañó Lupin, haciendo a un lado una de las mecedoras. Ahí había permanecido oculto el joven animago del pasado.
-Err... hola, tío Lupin - saludó con nerviosismo mientras el antiguo profesor cruzaba los brazos en señal de repruebo.
-Maldita sea, confío en ustedes y me salen con una desobediencia. Sirius, les dije claramente que mañana nos íbamos a encontrar. ¿Qué tal si los vio algún mortífago?, les advertí que esto no era un juego, pero ¡Un momento!, ¿están James y Remus aquí?
-En efecto, no pudimos esperar - sinceró el ojiazul con el rostro angustiado.
Lupin suspiró y se golpeó la frente, al darse cuenta de que ahora no le correspondía intervenir, dejó que las dos versiones de Sirius tuvieran un momento íntimo para saludarse. Él les miró con interés, pero al mismo tiempo discreción, sabía (por experiencia propia) que saludarse a sí mismo no era algo sencillo de efectuar.
-Así que... finalmente tengo el gusto de verme... ¡es decir, verte! - dijo con sutileza el Sirius de 15 años a su homólogo del presente.
-... - el Sirius adulto no respondió, lo siguió observando.
-Esto es vergonzoso, realmente no sé qué decirme - admitió el 'little Padfoot', un tanto consternado -. Pero al verte me doy cuenta de que todas aquellas barbaridades que dicen en contra mía son puras mentiras... estás demacrado, es decir, al menos en mi época, cuando hago algo que algunos consideran "malévolo", me siento hasta orgulloso de mis diabluras y...
Entonces Sirius-Adulto se acercó a su Yo-Pequeño y le sonrió. Le dio gusto ver la energía y el esfuerzo que hacía el muchacho para no flaquear ante él, se notaba que era complicado para el pobre animago tratar de verse fuerte ante él.
-Sí, es vergonzoso verte a ti mismo otra vez de joven, porque siendo adulto piensas que el joven se decepcionará de lo que ha sido su vida. – dijo el adulto y sin decir nada más le dio un abrazo cándido, cosa que dejó a Lupin boquiabierto: el Sirius actual ya no era tan expresivo, evitaba el contacto. Sin embargo ahora abrazaba a su Yo del pasado con mucha melancolía. -Quizás debas derrumbarte joven Sirius, yo no me sentiré decepcionado.
Pero Canuto-chico no se derrumbó, le entró fuerza para explicar.
-Teníamos qué venir - habló mientras abandonaba el abrazo -, ya no podíamos más con esta angustia. Si James no hubiera averiguado por su cuenta hubiéramos esperado, ¡pero es que!
-¿¡Que James averiguó por su cuenta!? - exclamó Sirius-adulto, de nuevo sus ojeras crecieron como por arte de magia.
-¿Qué fue exactamente lo que averiguó?
A Sirius-joven se le nublaron los ojos y bajó la cabeza. Luego le brillaron sus pupilas negras y desafiantes, se dirigió al adulto que sería en años después.
-Dime que no es cierto Sirius Black, dime que no maté a Peter Pettigrew como lo dicen los libros. ¡Dile a James que yo no lo traicioné! ¡Ni a él ni a Lily!... ¡Yo no pude matar a Peter! ¡No soy un asesino! ¡Nunca me rebajaría a trabajar para el maldito de Voldemort! ¡JAMAS!... ni siquiera podrían controlarme con el Imperius, ¡Dime que todo esto es mentira! - gritó Padfoot al borde del colapso.
-¡Maldita sea! - gruñó Sirius-adulto - ¡Maldita rata! ¡Claro que no la maté, pero la mataría si la tuviera enfrente!
-¿¡Cómo dices?! - se asustó Sirius-joven.
-¡Basta Canuto, si actúas así vas a confundir más a tu Yo del pasado!
Sirius-adulto volvió a gruñir y se silenció.
-¡Quiero saber todo, tío Lupin! - reclamó el muchacho.
-¿Has dicho que James y Remus están aquí?, pues será mejor que salgan de sus escondites, si la verdad tiene que salir a la luz hoy, tiene que ser de frente a frente. Y con cordura, no a base de gritos, como en estos momentos. Todo puede complicarse, como la vez en que Harry descubrió la verdad.
-No están escondidos, sólo se retrazaron, deben de seguir en el túnel.
-Bien, iré por ellos, así les daré tiempo a solas, para que se calmen. ¿Dices que James averiguó por su cuenta? ¿Qué exactamente averiguó?
-¿Qué otra cosa?, ¡cree que soy un asesino en la actualidad! ¿Acaso eso no es suficiente?... además, Dumbledore no nos había dicho que YO había matado a Peter, ¡lógicamente James se puso muy mal!, le molestó no estar enterado. Sé que él aún cree en mí, pero necesitamos saber, no podíamos esperar.
-James... - susurró Sirius-adulto - ¿aún cree en mí?, ¿hablas en serio?
Lupin se adentró al pasadizo para traer a los jóvenes restantes. Los dos Sirius quedaron solos.
-Sí, hablo en serio. James Potter cree en Sirius Black.
-Jamás he podido perdonarme lo que sucedió. Yo no maté a James, pero fue como si hubiera escrito su sentencia de muerte - lamentó el viejo Padfoot -.A lo mejor esta es mi oportunidad para pedirle perdón, ¿te das cuenta?
-Sí, pero la verdad es que no entiendo qué rayos pasó. ¿Qué tendré que ver yo en todo ese asunto? No lo entiendo, no lo entiendo, no lo entiendo, no lo entiendo.
-Lo vas a entender Sirius... pero tendrás que ser fuerte, porque tu voluntad es lo que me ha mantenido con vida a mí. Todos los recuerdos que tú me formaste me dan ánimos, y por eso vivo, por Harry y los recuerdos.
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El antiguo Profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras encontró a su Yo-Pequeño y a James muy cerca de la Casa de los Gritos. Los saludó; mientras iban hacia los Sirius les explicó la situación.
-Nos adelantamos, es verdad. Aunque creo que por razones válidas - había admitido Remus-chico -No podíamos seguir con la incertidumbre, las malas informaciones están a nuestro alrededor, era posible que más mentiras llegaran a nuestros oídos, no podíamos seguir así.
-Yo necesito saber toda la verdad- exigió James.
-James, eso ya lo sé, pronto sabrás, así que te ruego que tengas paciencia, también debes decirme quién te informó lo que averiguaste- mencionó Remus-adulto.
-Le apliqué el suero de la verdad al conserje, luego revisé en libros - se limitó a contestar. En esos momentos el joven Potter no era de muchas palabras.
Cuando estaban a punto de entrar a la habitación en donde la chimenea brillaba de lumbre, James volvió a tomar la palabra.
-Será mejor que vayas primero tú, Remus - le dijo a su amigo licántropo de 15 años -. Después de todo así será más sencillo... creo que para el Sirius actual debe de ser muy complicado todo esto, y bueno, salúdalo tú primero...
-Eres muy considerado - le sonrió el profesor Lupin, mientras su otro Yo entraba al cuarto.
-Yo creo en Sirius Black, tío Lupin, eso es todo. Porque creo en él considero por él, no puedo decir que lo comprendo... pero pienso en sus dificultades. Mi mejor amigo NUNCA será un hombre sin honor, quizá dudé y me tambaleé un poco al enterarme de la verdad, pero al ver al Sirius de mi época declarar en su propia defensa me detuve, no por sus palabras, sino por su mirada.
-No recordaba que fueras tan maduro James, Harry estaría muy orgulloso de ti.
-¿Tú crees?, nahh, no creo que antes de llegar a esta época fuera maduro. Son las circunstancias las que me obligan a crecer, aunque yo no lo desee. ¿Oye Remus?, tú crees que ya deba entrar, muero por saber todo, y por saludar al Sirius de esta época...
-Creo que ya has esperado lo suficiente, entremos.
Las piernas le temblaron en ese momento. Era el momento de la verdad. El muchacho se mordió el labio y con paso indeciso se fue acercando adonde afrontaría algo que volvería a hacer girar su vida. Se asomó con presteza y vislumbró a sus dos amigos jóvenes entablar plática con Sirius-adulto. A ése Sirius lo fotografió mentalmente para analizarlo a su ritmo: Pelo oscuro, desordenado, largo. Ojos hundidos, cansados, ojerosos, nerviosos. Figura levemente jorobada, no se erguía… Al lado de ésa triste silueta estaba otra muy similar, pero mucho más joven y con alegría interna. Había dos Sirius, dos personalidades, lo curioso es que tenían la misma alma. James lo sabía.
Entró sin pensar más, hizo ruido para llamar la atención de todos, no quería quedar oculto en la sombra. Era un momento muy incómodo porque no sabía cómo actuar, pero tenía fe en que pasaría con rapidez y todo ese miedo se esfumaría cuando supiera la verdad.
-Sirius... - murmuró, intentando saludar. Black-Adulto se sintió atrapado en un laberinto sin salida. Los recuerdos le llegaron de golpe y muy reales. Ya no había más ilusiones, tenía enfrente a su mejor amigo James Potter. ¡En estos momentos estaba viendo a James vivo!, con los lentes y los ojos marrones, con la mirada inteligente y suspicaz... ahí estaba James ¡Su James!, a quien no había podido ni salvar ni proteger. ¿Cómo saludarlo sin estallar?, Sirius-Adulto sabía que ese día todos habían sufrido lo suficiente.
-Ho-hola James - tartamudeó, se acercaba con torpeza.
Cuando llegó hasta el muchacho se inclinó ligeramente y lo sostuvo de los hombros.
-¡James, ¿realmente eres tú?!
James asintió, nuevamente incómodo, Sirius-adulto prosiguió.
-James... esto es un milagro, es mi oportunidad de redimir todo aquello que... ¡Perdóname James, por favor!, ¡perdona que te haya metido en esa trampa!, me di cuenta, pero fue tarde ¡ya te había entregado!... y cuando llegué, te vi inerte, ¡y a Lily!... Oh James, cuánto lo siento, ¡fue culpa mía!, pensé que, podría ayudarte, que te sería de utilidad, ¡Y HARRY, JAMES!, ni siquiera pude cuidarlo, ¡él me creía culpable, justo como ahora tú lo crees!, pero tengo qué explicártelo James, tienes qué saberlo. - rogó el prófugo de la justicia, todos los presentes estaban atónitos mientras oían. Sirius-adulto estaba a punto de llorar. – Perdóname James, por lo que más quieras, perdóname por no haberte salvado…
-Yo... no puedo perdonarte - sinceró James -. No sé que debo perdonarte Sirius... yo no soy el James con el que te debes disculpar si acaso hiciste algo... yo soy un James diferente, más joven...
-Sólo perdóname James... si lo haces tú, el James adulto lo hará, porque ambos fueron la misma persona, ambos son mi mejor amigo.
-Entonces te p-p-per-dono - dijo James, tallándose los ojos.
Sirius se sintió aliviado por primera vez en catorce años, soltó a su joven amigo y se desvaneció en el sillón que se hallaba atrás de él, la vista se le hundió en sus recuerdos, poco a poco fue controlándose. James no fue capaz de preguntar acerca de Peter y del traidor.
-Remus, acompáñame a traer el té, necesitamos relajarnos, nos espera una larga noche - le dijo Lupin a su Yo-niño, éste asintió rápidamente.
-Remus, no hay tiempo para ningún té - sentenció Sirius-adulto -. Estoy seguro de que los merodeadores querrán saber toda la verdad, así que... lo mejor será tomar asiento, necesito de tu ayuda Remus, ya me conoces, en "cierto" tema no puedo controlarme.
-Como digas...
Todos se sentaron en la vieja sala, gastada y apolillada. El fuego mágico ya no ardía, la noche era cálida a pensar de estar nublada. Los corazones temblaban. Era el momento de la verdad.
-Se los ruego... yo sólo quiero que me digan que yo no maté a Peter, no podré estar en paz si lo hice - pidió Sirius-chico, con la mayor paciencia posible.
Sirius-adulto quiso hablar, pero hizo un esfuerzo supremo para cerrar la boca. Todo lo referente a Peter lo enloquecía de la furia. Volteó hacia Remus, para que éste contestara.
-Sirius, primeramente debes quitar de tu mente la posibilidad de haberte convertido en un asesino. ¡Tú no mataste a Colagusano!, no puedo negar que quizás hoy en día tengas intenciones de hacerlo, pero estoy seguro de que siempre te detendrás por el recuerdo de tu futuro ahijado.
-¿Por Harry?, no entiendo, ¿O sea que Sirius desea matar a Peter? - preguntó James, sin entender.
-Sugiero que comencemos por el principio - dijo el antiguo profesor.
-Lógico. - musitaron los dos Sirius, con ligero sarcasmo. Los demás notaron ese hecho con curiosidad.
-Yo... comenzaré - avisó Sirius-adulto -. Los tiempos aquellos eran otros, quizá Voldemort era una amenaza viviente, pero para mí eran tiempos más alegres... era joven, creía que podía comerme al mundo con mi voluntad, ¿comprenden?... era creer que con esfuerzo podría lograr lo que sea. Por eso tenía fe en que podría proteger a los Potter.
-Perdón por interrumpir, pero es que yo quisiera saber porqué Voldemort quería acabar con mi familia, ¡no lo entiendo!
-Yo tampoco James, es algo que aún no descifro. Voldemort odiaba a todos los miembros de la Orden del Fénix, pero no me explico porqué justamente les tenía tiña a Lily y a ti - sinceró Lupin.
-... Se hablaba de que había un traidor entre los nuestros, podría ser cualquiera, yo temía que ese traidor entregara a los Potter, por eso Dumbledore desarrolló un plan para salvarlos, el plan consistía en aplicar el encantamiento Fidelio para ocultar a los Potter... el plan fracasó por mi estupidez... – siguió diciendo Sirius-adulto - James, yo iba a ser el guardián de tu familia por el Fidelio y se me figuró que Voldemort sabía eso, por eso quise protegerte con alguien más e imaginé que Peter, siendo débil como era, sería insospechable como protector... ante todo yo quería descubrir al traidor, por eso me dejé llevar... luego yo te persuadí para que accedieras tener a Peter de guardián. Recuerdo lo que me decías: "Padfoot, yo nada más puedo confiar ciegamente en ti", pero yo no lo entendí, creía que así protegería a mi mejor amigo y a su familia.
-Entonces Peter... - dijo Remus-joven, pero guardó silencio al notar que interrumpía.
-No le dije a nadie de mi plan. Incluso Moony lo ignoraba, en aquél entonces se estaba comportando extraño y creí que él podía ser el espía, ¡todo era posible!, a veces no podía concebir que alguno de mis amigos fuera un farsante, pero dado los sucesos que acontecían todo era posible... debí confiar en Remus, al menos debí preocuparme por sus problemas, todo hubiera sido más sencillo... es por eso que cuando todo pasó, él no pudo creer en mí, nos habíamos distanciado. Cuando Peter se convirtió en el guardián de Lily y James me dediqué a buscar al traidor, pero lo descubrí demasiado tarde... Peter Pettigrew era el traidor, el mortífago escondido entre nuestras narices, ¡y yo le había dado la llave de su triunfo! ¡Él sabía, por medio del Fidelio, en donde se ocultaban los Potter, supuestamente los protegía!
-¡¿Cómo!? - reclamó Remus-joven - ¡Peter no podría!, ¿por qué habría de traicionarnos?, ¡siempre lo hemos protegido! ¡Diablos!
-Ese Peter no es el mismo que el actual, Remus - corrigió Lupin grande.
-Apenas me lo puedo creer... - dijo James con nostalgia -. Eso quiere decir que hace rato le agradecí en vano a Peter todo, creí que era un mártir de los mortífagos. ¿Cómo es posible que se haya dejado tentar por el poder? Es muy doloroso que él haya caído en esa... seducción.
-¡No seas considerado, James! ¿Te das cuenta?, ¡él te mató!- chilló Sirius-joven, soltando la histeria.
-Debió haber una razón - contrarrestó James, aún no terminaba de asimilarlo.
-¡La cobardía!, Peter siempre fue cobarde, por eso se dejó tentar - siguió Sirius-adulto con mucho rencor -. Pero no fue culpa sólo de Peter, yo le di la llave, caí en esa trampa. Me enteré e inmediatamente fui a la casa en donde se ocultaban los Potter, recuerdo la incertidumbre que sentí ese día al viajar con mi moto voladora, me reclamaba la culpa... Voldemort iría ahí, pero a lo mejor yo podía llegar antes que él; todo fue inútil. Recuerdo todo con mucha claridad, el verte ahí James, con los ojos abiertos, asustados... muertos, ¡muerto enfrente de tu casa, defendiendo a tu familia!...
James se tapó la cara, no podía soportar todo aquello; el antiguo profesor estuvo a punto de decirle a su amigo adulto que midiera sus palabras, pero la verdad era que Remus no podía hablar. Sirius y Remus chicos estaban con los ojos abiertos, como platos redondos.
-... James, la verdad es que hubiera querido encontrarte moribundo, así hubiera podido verte vivo al menos otra vez, y me hubieras hablado para encargarme a Lily y al bebé, hubiéramos llorado juntos. Pero Voldemort no me cumplió ese capricho, ni siquiera pude pedirte perdón, ni siquiera me hinqué para llorarte, ¡tenía que buscar a tu familia!... me adentré a tu casa, estaba destrozada. Cuando entré a la recámara principal me hallé a Lily, desvanecida. Estaba muerta. No tienes idea de lo que sentí en ese momento, sin pensar más salí de ahí, era una pesadilla. Corrí y subí a mi moto para buscar por los alrededores a Voldemort, quería descuartizarlo, pero no hallé a nadie, y cuando regresé, vi que Hagrid salía de la casa, con un bulto en brazos... con Harry.
-¡Madre mía! - dijo James, seguía con el rostro oculto, le temblaba todo el cuerpo.
-... Hagrid me contó que Harry había vencido a Voldemort, le vi una cicatriz en forma de rayo, en esos momentos me conmoví, quise cuidarlo y criarlo en nombre de James, quería llorar junto a Harry pero Hagrid no permitió que me lo llevara, él tenía órdenes de Dumbledore. De cualquier manera yo comprendía que mi destino no era estar con mi niñito en esos momentos, ¡yo debía vengar a James!, y no exactamente buscando los residuos de Voldemort, sino despellejando a Peter, ¡nunca me lo perdonaré!...
-... bus-buscasteee a Peter ¿Para matarlo?- preguntó Sirius-joven
-Tenía un gran dolor en mi pecho, y sí, Sirius, lo quería matar - Sirius-joven tragó saliva, su Yo-adulto siguió hablando: -. Cuando lo encontré lo arrinconé en una callejuela, era una ciudad muggle, pero no me detuve a pensar en ello, armamos un desastre... él gritaba como si YO fuera el traidor... y al final, logró vencerme... al momento de mi ataque él se cortó un dedo, lanzó su hechizo y se convirtió en rata... mató a muchos muggles y lo creyeron muerto. Como pueden imaginarse, terminé en Azkaban, hasta hace dos años, que lo descubrí.
-Casi... casi no lo puedo creer - dijo el joven Lupin.
-¡¿O SEA QUE APARTE DE QUE SOY INOCENTE POR CULPA DE PETER ESTUVE EN AZKABAN!? - gritó Sirius-joven - ¡Cuando regrese al pasado me desharé de Peter!
-El Peter del pasado es sólo un niño que no sabe lo que hará, que no tiene la culpa - interrumpió de golpe James - ¿Entiendes Sirius?
-¡No me importa!
-No seas irracional, James tiene razón - ayudó Remus-chico, entonces volteó hacia Sirius-adulto e indagó: -¿Cómo fue que escapaste de Azkaban? ¿Dónde encontraste a Peter?
-Peter estaba en Hogwarts, era la rata de Ronald Weasley, el mejor amigo de Harry.
La impresión volvió a invadir los corazones de los tres merodeadores.
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Después de una larga charla que estuvo envuelta de verdades, los chicos se hallaban más tranquilos. Los Remus habían traído té para todos y tenían una velada un tanto tranquila.
-Chicos, será mejor que los regrese al colegio, debe haber un gran revuelto por sus ausencias – dijo tío Lupin.
-Sólo un rato más - rogó Sirius.
-Mañana nos veremos de nueva cuenta. Tengo que llevarlos otra vez con Madame Metamorfosis y...
-¿Con ella? - gruñó el Black prófugo.
-¿No querrás ir con nosotros, verdad Hocicos?
-Claro que no.
-Entonces van a darnos esa poción rara... Al menos esta vez no será de sangre contaminada por el morbo affligi- dijo el pequeño Remus.
-Olvida eso ya Remus, que no fue tu culpa. Entonces nos veremos mañana... ¡Ah!, además Moony, ¡mañana es luna llena!, a fuerzas tendremos que volver a la Casa de los Gritos. Aparte necesitamos que nos cuenten más sobre los problemas actuales-dijo Sirius-chico.
-No señor Padfoot. El hecho de que se necesitara que supieran la verdad no quiere decir que sabrán las movidas actuales. Esto no les concierne - regañó Remus-Adulto.
-¿Te das cuenta, Moony?, cuando crezcas te harás un tanto regañón, pobre Harry, que lo tuvo de maestro. – El Remus-chico sólo sonrió.
-Ya chicos, basta, regresemos a Hogwarts. ¿De acuerdo James?
El muchacho estaba inundado en sus pensamientos, tenía la mirada perdida e hinchada.
-¿James? - llamó Sirius-Adulto.
-¿Si?
-Lupin los llevará de vuelta al colegio.
-Ya veo...
-¿Estás bien? - preguntó preocupado su mejor amigo.
-Pensaba... pensaba en que me da gusto a pesar de todo. Es decir, me duele que Peter nos traicione, no lo imagino haciendo traición, pero me da gusto que al final de cuentas que no... no seas tú, Sirius, el quien nos traicione, porque sería mucho más doloroso para mí.
--*--
--/Mientras tanto, en el pasado/--
--*--
Deben… cambiar la historia
Cambiar la historia, eso había escrito el pergamino verde con las letras doradas Cambiar la historia, ¿qué significaba eso para Lily?, ¿cómo podría ella cambiar el curso de la historia si ni siquiera sabía lo que estaba pasando o lo que tenía qué pasar?; realmente, para la bruja, lo único viable a transformar para un mejor mundo mágico era que Quien-ustedes-saben sucumbiera, pero ella era una simple hija de muggles que a su juicio no podría lograr nada. Era demasiado ordinaria, o tal vez menos ordinaria de lo que debería de ser; pensaba en que era demasiado insignificante para una misión de esa magnitud, por otra parte su querido amigo James Potter no se pondría a jugar con estas cosas, ¿o sí?
—¿Y cómo? ¿Cómo supones que vamos a cambiar la historia?, me has dicho que el James que yo conozco está lejos, ¿es que acaso puede haber más de un James Potter?, ¿Quién es Harry Potter?
—¡Lily, date cuenta! —graznó Peter Pettigrew, un poco hastiado—Son los chicos, nos están jugando una broma, ¡de muy mal gusto!; estuvo peor que el día en que usaron la Multijugos para convertirse en Arpías y así asustar a Snape— siguió diciendo Colagusano, con sus cachetes gorditos y helados por el mal tiempo. Realmente hacía mucho frío, realmente quería regresar al castillo, prefería asear una y otra vez la Sala de Trofeos como castigo, que seguir lidiando con las travesuras de sus amigos.
Tú también debes ayudarla, Wormtail; pero no deberás hacerlo porque te obligue, deberás hacerlo por ti mismo, y sólo si quieres, por eso quise que estuvieras aquí escribió el pergamino.
—¡Basta James! ¡Basta Sirius!, Remus, diles que dejen de hacer eso, nos asustan, ¿cierto Lily?, sencillamente es imposible que no sea un juego, ¿qué otra cosa podría ser?, es de noche, hace frío… queremos regresar al castillo—gimió débilmente el animago-rata.
¿Los has oído, verdad Peter?, has escuchado las voces de tus amigos muy dentro de ti, te las hice llegar… esas voces vinieron a este mapa para que yo pudiera mostrártelas. Esas voces te llenan de pánico, ¿no es así?; escucha dentro de tu corazón. Hay más de ti que no sabes…
Ciertamente, el pergamino esmeralda sólo podía redactar por magia, pero en sí la esencia que Peter percibió en él, parecía la de su amigo James, algo serio y bastante sabio, pero era él. Cornamenta no podía jugar así con él, en verdad el joven Colagusano había escuchado las voces de sus amigos, ésas voces le habían llegado al cerebelo después de la aparición del fénix que él y Lily creían que era Fawkes.
**Tengo que admitir; Peter, que me cuesta comprender por qué un hombre inocente se pasa doce años convertido en rata** (1)
**Pero tú, Peter... no entiendo cómo no comprendí desde el primer momento que eras tú el espía. Siempre te gustó tener amigos corpulentos para que te protegieran, ¿verdad? Ese papel lo hicimos nosotros: Remus y yo... y James…** (2)
—¡No James!, no sé que quieren decirme esas voces, ¡no lo sé!... pero juro que no sé nada. —chilló el rechoncho, hincándose, había perdido fuerzas porque esas voces lejanas eran las de sus coetáneos y estaban llenas de resentimientos. No le gustó que sus camaradas se oyeran así, parecían querer tener ansias de matarlo. Al remembrar la primera frase, su corazón exaltado percibió mera decepción en el tono, la voz era suave, pero algo ronca. —Moony…— susurró, era Lupin quien le decía eso, pero ¿por qué? ¿Un hombre inocente convertido en rata por doce años?; sacudió la cabeza queriendo olvidar esa frase, después de todo Remus no podía hablar así, porque no tenía la voz de anciano. La otra voz, estaba llena de un odio infinito, era una voz muy dura, y tambaleante, como si no se hubiera usado en años, sonaba a Sirius Black, pero Peter no imaginaba a Sirius diciéndole patrañas… ¿Que el era un espía?, no, él no era un espía de los Slytherins... Sí, sus amigos eran más corpulentos que él, lo protegían porque eran fuertes, y eran SUS amigos. En cambio, esas voces que oía… ya no eran sus amigos, le daban miedo.
Debes prescindir esas voces, Peter, ve más allá… estoy seguro de que jamás querrías oírlas, no quieres temerle a tus amigos redactó rápidamente el extraño papel, también tenía cierto parecido al diario de Tom, de Vodemort.
—Peter…—musitó asombrada Lily, al ver que Colagusano negaba aterrado. ¿Qué cosa oía Peter y lo asustaba así?, ¿serían voces similares a las que ella había escuchado?, tal vez, pero quizá no. Ella había escuchado a James, al James que ella conocía, no al James que les escribía a través del pergamino.
¿Ahora comprendes pequeña Lily? la muchacha de 15 años sentía que a pesar de la cruda ventisca que estaba por iniciar, al leer esas letras se llenaba su pecho de un candor inexplicable.
—Sólo explícanos… porqué estás aquí. —dijo con firmeza, mientras nuevamente recordaba frases que le había dicho su James hacía unos momentos a través del Fénix
**Estoy viendo a Harry Potter, Lily, a nuestro hijo... todos lo han dicho, tiene tus ojos. Sí, ya sé que antes lo había espiado, pero comprende Lily que estoy consternado, por primera vez voy a hablarle**
—Harry Potter, nuestro hijo—mencionó quedamente, analizando su recuerdo con énfasis. SU James le había hablado a través del corazón acerca de un Harry Potter, dijo "nuestro hijo", entonces, ¿dónde demonios se habían metido James y los demás? — ¿En verdad es nuestro hijo alguien llamado Harry Potter?
Lo sientes así, ¿no es así pequeña Lily?, yo sé que sí. Harry es hijo de James y Lily Potter. Es mi hijo y el de mi esposa. Querida Lily, el que te habla, no es el James adolescente, el que te habla es un James que lo único que anhela es salvar a su familia y evitar que su mejor amigo tenga una vida inmerecida
—¿Un James del futuro? — infirió inseguro Peter, con la bocaza muy abierta—¡Eso sí que es una broma!
—Por supuesto que no, Peter, ¿por qué eres incrédulo? —regañó Lily—¡Has oído las voces también!, no sé si las mismas que yo, pero las has oído, el fénix nos las trasmitió… lo que oímos fue nuestro futuro. ¡Y mira! —se exaltó la pelirroja, mostrando el giratiempo que el ave de las cenizas les había dado—¡Es un giratiempo!, por medio de este artefacto mágico este pergamino llegó a nosotros desde el futuro.
Estaba roja, no sabía si de la impresión o por la extraña sensación de saber que ella iba a casarse con James. En verdad el anteojudo vivaz le agradaba mucho, le gustaba perderse pensando en la mirada oscura de su amigo, en sus labios delgados y delineados con gracia, en el cabello despeinado y en la alta figura esbelta, estrechándola… eran sueños, pero no, en un futuro, eran realidades. Existía alguien llamado Harry que era su hijo!, ¡Harry!, ese nombre le gustaba mucho.
—Pero… y entonces, ¿dónde están los muchachos? —indagó Peter, agachando la cabeza—. Quiero irme a dormir, me estoy congelando, ¿por qué nos suceden estas cosas a nosotros?, el bosque es peligroso, hay muchos animales horribles por aquí.
—¿Por qué te comunicas con nosotros? —preguntó Lily—¿Por qué vu-vu-vuelves al pasado?
Para mostrarles esto… escribió la caligrafía de la esencia del James ya casado con Lily.
En seguida, las letras se distorsionaron como si tuvieran un efecto logrado por una avanzada computadora; se difuminaron, lentamente se fue formando una línea trazada en zig-zag. La cicatriz en forma de rayo, que le pertenecía a Harry Potter, había sido dibujada.
—¡Es la misma cicatriz que…—la chica no pudo continuar por el susto que se llevó al notar un brillo anormal en el pergamino. Las líneas doradas se enanchaban cada vez más. El giratiempo que tenía Lily en su poder tembló entre sus manos tiesas por el aire congelante, su miedo se intensificó, al notar que tanto ella, como a Wormtail eran atraídos a la cicatriz, como si esta pretendiera tragárselos a otra dimensión.
Cada vez la apertura causada por la cicatriz dibujada crecía, sus cuerpos se fueron borrando del Bosque Prohibido, para entrar, como Lily Evans pensaba, a otro lugar muy lejano al verdadero tiempo, a sus vidas, pero NO a sus destinos.
Querida Lily, yo sé que tú y el James que tanto quieres, cambiarán el destino de los Potter escribió el pergamino antes de desaparecer, para irse junto a los viajeros del tiempo.
--*--
--/Regresando a la época actual/--
--*--
Las nubes habían huido del paisaje después de haber estado posesionadas del firmamento por varias semanas. Se olían un viento alegre, sin prisa, sin frío. Y el calor empapaba los cuerpos vivos con gracia, enrolándolos en el sabor de la madera de los bosques, las puertas, los muebles.
Tres muchachos que parecían hermanos estaban detrás de un escritorio añejo que pertenecía a la Jefa de la Casa Gryffindor, Minerva McGonagall. Ésta los miraba con rudeza, parecía molesta. Esos chicos ciertamente eran muy parecidos, pero todo era gracias a una extraña poción que se acababan de tomar: era la poción de la Metamorfosis, por medio de dicha pócima los genes se mezclaban mágicamente, esas características se fusionaban para crear unas nuevas que cambiaban el físico ordinario del que se la administraba. Arabella Figg era la creadora de dicha poción. Remus Lupin había sido quien recientemente había llevado a 'los sobrinos de McGonagall' para que la tomaran…
-Honestamente me tienen muy decepcionada ustedes tres. Escaparse del colegio, desobedecer las órdenes de los superiores, ya no sé qué hacer con ustedes, muchachos. Por eso tendré que llevarlos conmigo al Ministerio de Magia, ahora que Lupin los hubo llevado con Madame Metamorfosis nadie los reconocerá; eso sí, les pediré compostura.
-Cuente con ello tía - sonrió Black (llamado por su disfraz "Simus").
-¡Vaya!, parece que nuestra enfermedad le ablandó el corazón, no nos ha castigado - le secreteó Rerius (Remus) a Jim (James).
-Es que mientras no entremos a clases no tiene con qué castigarnos, pero quizás tengas razón y se ablandó con nuestro encanto.
-¿De qué habla, Potter?
-De nada en especial tía Minerva, pero le aconsejo que me llame Jim, o las personas sospecharán.
-Ese no es problema, soy bastante precavida.
-Tía Minerva ¿Por qué vamos al Ministerio? ¿Hay algún problema?, ¡espero no se les ocurra erradicar a Dumbledore de su cargo!
-Nadie se atrevería - dijo McGonagall - Saben que los alumnos están a salvo con Albus. Pero como él está de viaje me haré cargo de algunos asuntos que no les conciernen, ¿han entendido?
Los muchachos se pusieron sus túnicas domingueras; Minerva parecía satisfecha con su provisional "familia", a lo mejor su vida había estado algo solitaria y el hecho de tener sobrinos la animaba un poco.
--
Atravesaron Londres con una rapidez asombrosa, los chicos estaban impresionados por el paso tan presto con el que se dirigía McGonagall cuando tenía prisa. Se acercaron a una cabina telefónica roja y hubo un "Ohhh" generalizado por los merodeadores entre risas nada inocentes; el sistema había cambiado un poco al de su tiempo, pero de cualquier manera los chicos no habían ido mucho al Ministerio de Magia, Sirius mismo había admitido en voz muy bajita que era de las primeras veces que iba. La supuesta tía se introdujo en la cabina, tomó el teléfono y comenzó a marcar varios números que los chicos no alcanzaron a ver por lo apretados que estaban todos en la cabina. Escucharon una voz.
"Bienvenidos al Ministerio de Magia. Por favor indique su nombre y oficio"
Los chicos siguieron a su tía postiza por los pasillos del espléndido Ministerio. Después de haberse identificado, la caseta se había hundido, o al menos Rerius pensaba que eso había pasado, la cabina era muy pequeña para tantas personas, pero al mismo tiempo el casi rubio se había alegrado de que los del Ministerio no hubieran puesto objeciones a la entrada de él y sus dos amigos (al parecer, se habían tragado el cuento de que eran sobrinos de Minerva McGonagall). El piso era de madera, perfectamente pulida, sin ninguna mancha; los colores azul y dorado resplandecían en los techos y paredes. Caminaron un largo trecho, cruzaron las zonas de las chimeneas, luego llegaron hasta donde había una fuente magnífica con flamantes estatuas de un mago, una bruja, un centauro, un duende y un elfo doméstico. El agua salía de las varitas de los magos. Más tarde se introdujeron a un elevador, que conforme iba descendiendo, iba anunciando los diferentes departamentos con que contaba el Ministerio de Magia. Papeles mágicos entraban al elevador y llevaban recados a otros departamentos, Simus guardó secretamente uno de los aviones de papel en su túnica y chifló despistadamente. Salieron del elevador después de varios descensos. De nueva cuenta movieron sus pies por los pasillos…
En medio del sitio, la Subdirectora de Hogwarts se detuvo para saludar a un muchacho que vislumbró al fondo del pasillo. Era un Weasley, lo detectaron inmediatamente, porque además de que todos los Weasley eran pelirrojos, tenía toda la pinta de serlo.
-Weasley… – saludó Minerva, algo desanimada. Sabía que Percy había sido ascendido a Asistente de Primer Ministro, pero no le entusiasmaba el haberse enterado que un digno alumno de Hogwarts le hubiera dado la espalda a su colegio y a su antiguo Director, más aún, ¡a su familia!, Percy Weasley parecía haber sido absorbido por la ambición. Minerva miró a sus sobrinos con su rostro de severidad, aún así tomó paciencia de la nada, necesitaba que Percy le hiciera un favor - Muchachos, Percy Weasley ha sido uno de los mejores estudiantes que ha pisado Hogwarts, fue premio anual.
-Ahhh
-Soy el asistente del Señor Fudge- dijo el pelirrojo con arrogancia, con orgullo desbordado, el clásico de Percy. Los merodeadores pensaron que el tal Fudge debía ser alguien "importante", pero no prestaron mucha atención al nombre.
-Señor Weasley, ¿qué hace usted tan lejos del sitio del Ministro?
-Me encuentro cubriendo este Departamento- mencionó Percy-. Eso mientras regresa el Jefe del Departamento. El Señor Fudge considera que no hay que descuidar ningún sitio del Ministerio, y yo a veces le cubro.
-Eso está bien – mencionó McGonagall con esfuerzo – Entonces no veo inconveniente en que me haga favor de cuidar de mis sobrinos mientras regreso, ¿no es así?
-¿Sus sobrinos, profesora McGonagall? - se admiró Percy, frunciendo el ceño con admiración -. No sabía que usted tuviera... parientes.
-Oh, es que la tía Minerva no habla mucho de nosotros - sonrió Simus.
"Ya veo porqué, parecen un trío de dementes" pensó Percy, recordando fugazmente a sus dos hermanos gemelos.
-Tengo que atender asuntos, y mis sobrinos no pueden acompañarme.
-No se preocupe profesora – tratando de quedar bien. Por supuesto que en realidad no le gustaba la idea de hacerse cargo de esos chicos, pero después de todo la Jefa de Gryffindor siempre había sido considera con él y sus conocimientos.
-Se lo agradezco Weasley. – dijo secamente Minerva, recordando con cierto pesar que Percy había abandonado a su familia por considerar que ésta no apreciaba sus triunfos; Percy era el único Weasley que parecía no creer en el regreso de Quien-ustedes-saben.
La profesora McGonagall se fue a atender los asuntos que le había encargado Dumbledore, muy en el fondo confiaba en el antiguo prefecto de Gryffindor, sabía lo estricto que podía ser Percy, a lo mejor sí podía hacerse cargo de 'sus sobrinos'.
-¡Qué tal Percy! - saludó Sirius -, mi nombre es Simus, ellos son...
-Jim
-Y yo soy Rerius.
-Mucho gusto, soy Percy Weasley.
-¡Claro, el hermano de Ron!
-¿Conocen a Ron?
-Bueno, podría decirse, tu hermanito es famoso - sonrió Simus, mientras se introducían al Departamento - ¡Wooow!, bonita oficina pero algo anticuada, quizás necesite una remodelación, ¿no creen, hermanos?
-Sí, la modernidad ante todo.
-¡Hey, así está bien! - se quejó Percy - No muevan nada de la Oficina del Señor White.
-¿Y qué es esto? - preguntó Jim.
-¡Deja eso, es un traslador secreto que confiscaron esta mañana! - gritó mientras le arrebataba el objeto al "trillizo".
-¿Y esto?
-¡Deja esa muchacho, son papeles secretos!
-¿Esta es tu lechuza secreta?
-¡Dejen a Hermes!
-¿Se dan cuenta de que todo es secreto en esta oficina?
-¡Suelten esos polvos! ¡No no! ¡No te cuelgues del abanico, un mago lo hechizó para matar a su gato! ¡Hey, no desacomoden mi tinta!... ¡AUUAAAAAHHH! - gritó Percy cuando Sirius obedeció y soltó unos polvos extraños que cayeron encima de Percy; se encontraban en el Departamento de Objetos Mágicos Confiscados.
-¡Madre mía!, debiste fijarte Simus, el pobre se ha puesto raro...
Rerius tocó a Percy, quien se desplomó en el acto.
-Creo que el tal Percy perdió el conocimiento por los polvos raros que le arrojaste, Simus.
-Entonces vayamos a dar un vistazo al sitio, nos libramos del verdugo -propuso Padfoot con mucha alegría.
-De acuerdo - dijo Jim (James).
-Pobre Percy - concluyó Rerius - debimos alterarlo mucho.
-Me recuerda a alguien, jeje - siguió riendo el falso Simus.
Los chicos iban saliendo, pero al escuchar por los pasos que alguien se acercaba, se escondieron tras la puerta.
"Te digo que mientras Albus Dumbledore esté en Hogwarts el plan del Señor Tenebroso no podrá efectuarse, necesitamos un aliado" se escuchó una voz fría.
"Vamos hombre, baja la voz, no deberías hablar de esto en el Ministerio".
"¡Bah!, como si importara el Ministerio, el imbécil de Fudge es un papanatas manejable, no quiere creer en Dumbledore, me hallo en este detestable sitio porque le estoy siguiendo a…".
"Ya lo sé, aún así, sabes que al Señor Tenebroso le gusta que seamos precavidos".
"Bueno, reanudemos la conversación en otro sitio".
-Maldita sea, se han ido... ojalá hubiéramos escuchado más - se quejó Sirius-Simus.
-De cualquier manera lo conveniente sería poner en aviso a la Orden del Fénix, es un dato útil, en el Ministerio hay un Mortífago... y esa voz me suena conocida.
-A mí también... – hubo una extraña pausa, luego el futuro padre de Harry prosiguió - Cambiando de tema, ¿recuerdan el ataque mortífago contra Hermione Granger? - preguntó James, sus amigos asintieron -. Creo que el pequeño mago que huyó de nosotros e hirió a Remus fue Wormtail.
-Yo también pensé eso - admitió Sirius -.Debió parecerle perturbador vernos, maldita rata.
-Todo va a cambiar, haremos que el pasado cambie, es nuestro deber. ¿No han pensado que a lo mejor para eso aparecimos en esta época?, yo me propongo cambiar la historia, me valen un comino las consecuencias.
-Cuenta con nosotros - sonrió Lupin -, buscaremos un futuro más prometedor, pero eso sí, debemos ser precavidos.
-Empezaremos a planearlo todo mejor cuando comiencen las clases ¿Les parece?
-Hecho, no creo que Fletcher le encuentre el fallo al Giratiempo, yo sospecho que sí sirve, pero que el destino nos trajo acá.
-Oigan, Percy ya está regresando en sí.
-¿Y si lo pateamos para seguir conversando?
-Eso es inhumano, "Simus".
-¿Y qué?, los polvos que lo noquearon son inhumanos.
-Shhh, subámoslo a la silla.
Jalaron a Percy hasta acomodarlo en el escritorio de la oficina, de paso tomaron algunos objetos interesantes y los ocultaron en sus túnicas, cuando el hijo de Molly y Arthur volvió en sí, no recordaba lo que había pasado.
-¿Qué sucedió?
-¿Cómo que qué?, Tía Minerva pidió que nos cuidaras y te quedaste dormido.
-¿Quéééé?
-Vaya Percy, qué descuidado, a tu hermanito Ron no le pasan esas cosas.
-¿Cómo que a Ron no?
--
James consideraba que su visita al Ministerio de Magia había sido muy provechosa. Él y sus amigos habían adquirido una serie de objetos que habían 'pedido prestado' al arrogante de Percy Weasley mientras estaba noqueado; habían escuchado una conversación interesante entre dos mortífagos, y le habían dado una ojeada al Ministerio y a la manera escéptica en la que éste organismo mago se desempeñaba. A los merodeadores les daba cierto enojo que no creyeran en el regreso de Voldemort, pero lo que más los 'enchilaba' era haberse enterado de que habían estado a punto de expulsar a Harry del colegio.
Los adultos Canuto y Lunático les habían comentado la noche anterior (noche llena de verdades), que Harry había sido atacado, por ende, se había visto obligado a usar magia fuera del colegio… por ello le habían querido expulsar, pero al parecer el asunto había sido arreglado gracias a la intervención de Dumbledore y demás personajes 'secretos' que los viejos merodeadores no quisieron mencionar a los jóvenes venidos del pasado. "Así son todos los adultos" se había quejado Sirius-joven, malhumorado; "Pero al menos Harry ya se encuentra a salvo, en casa de los Weasley" había agregado Remus "Hay que comprender que el Lupin y el Black de esta época no nos pueden decir TODO, nos conocen porque somos ellos mismos, y saben que los merodeadores no se quedarían con los brazos cruzados". James sabía que su joven amigo Moony había tenido razón al decir eso, ¡pero es que quería saber tantas cosas!, sólo sabiendo podría cambiar el presente.
Caminaba de vuelta a la Torre de Gryffindor esa misma tarde, hacía apenas unas horas que habían regresado del Ministerio. Habían merendado, luego los tres falsos sobrinos de MCGonagall se habían dispersado. James había visitado a Madame Promfey por una extraña dolencia, ésta le había dicho que eran secuelas de la cruda fiebre que había padecido días anteriores. Sirius rondó un rato sin rumbo fijo y Remus se preparó para ir a la Casa de los Gritos. Hoy sería luna llena, y el crepúsculo ya estaba amenazando con desaparecer.
-¿De dónde vienes James? – interrumpió en cuestión Sirius; tanto él, como sus amigos, habían perdido el efecto de la Metamorfosis y habían decidido no tomarla hasta el día de mañana.
-Fui con Madame Pomfrey a que me curara. Me explicó que como me levanté antes de la cama adquirí fiebre de rezago, pero ya esto curado - explicó Prongs, suspirando -. Estaba bastante contenta, aunque no lo admita, estoy seguro de que le gusta ver la enfermería llena, me estuvo platicando de las millones de veces que Harry ha estado ahí.
-¿Es enfermizo? - preguntó Sirius, mientras se acomodaba su túnica.
-No, pero le pasan infamias a tu estilo, ¿y sabes de qué me enteré? ¡Harry juega Quidditch!, según esto es un buen buscador, una vez un profesor loco lo dejó sin huesos, creo que mi hijo se divierte mucho.
-Y tú te diviertes platicando con la enfermera… me tienes todo abandonado. Remus ya fue con la Señora Pomfrey para que lo lleve al Sauce Boxeador, ¡JA!, como si nosotros no supiéramos su pequeño secreto.
-Ellos saben que sabemos, pero no saben que nos convertimos en animagos, por eso debemos fingir demencia, ¿comprendes?, el único que lo sabe (y nos interesa) es Dumbledore.
-En eso tienes razón... será mejor darnos prisa ¿No crees?, la noche es corta en verano, ¡y daremos y largo paseo por el Bosque Prohibido!, a lo mejor los mayores querrán acompañarnos.
-O tal vez nos lo prohíban, todos los adultos son muy hiperbólicos y precavidos.
-No creo que lleguen a tanto, ¡andando pequeño ciervo!
-¡Guarda silencio Sirius, trátame con respeto!, un perro es menos honorable que un GRAN CIERVO con potente cornamenta.
-Sí sí, como digas.
Los muchachos se trasladaban por los pasillos del colegio, ya no estaban influenciados por la metamorfosis que Arabella Figg había hecho de sus genes. La oscuridad iba ganando terreno, de nuevo el manto estelar hacía tiritar de gozo a los lejanos astros. Una sombra casi chocó con ellos cuando abandonaban el castillo, era una desagradable figura, Severus Snape.
-¡Madre mía! - se asombró James, al ver la mirada tenebrosa del sujeto.- ¿Y éste de donde salió?
-Potter, Black, regresen a su detestable Torre de Gryffindor.
-¡Snape, pensé que andabas de viaje!, aunque no lo creas el aire estaba más puro por estos rumbos – sinceró Sirius.
-Guarda silencio Sirius - pidió James.
-Yo diría que el aire se contaminó desde antes, ¿Adonde van, Potter?, ¿a "reunirse" con el licántropo y sus amigos fantasmales de la Casa de los Gritos?... mala suerte para ustedes Potter, no podrán ir a ningún lado mientras YO sepa de sus jugadas... si por mí fuera los echaría a la calle y así nos ahorraríamos problemas.
-Podemos ir a quejarnos con la tía McGonagall si haces abuso de tu autoridad. Debes ser detestable como profesor, amenaza tras amenaza. Y no me parece justo que te vengues de tus traumas con mi hijo.
-Qué paternal Potter, pero eso carece de importancia. Ahora regresen a sus dormitorios, les pondré guardias en la entrada de la Torre para que no puedan salir. No por venir del pasado van a andar merodeando como si fueran dueños del Colegio y...
-Como digas, pero cállate, qué voz tan insoportable - renegó Sirius, tanto él, como James se regresaron "supuestamente" molestos.
Dieron la contraseña a la Señora Gorda y se adentraron a la zona Grynffindor echando pestes de Snape, quien sonreía con malicia detrás de ellos. Los chicos se sentaron en la sala común y jugaron snap explosivo unos minutos, luego se asomaron por el retrato y vieron que el conserje, su gata y varios fantasmas hacían guardia para que ellos no escaparan.
-Esperaba más de Snape – sinceró Black-chico-. Supongo que un perro puede alterar a una gata amargada. - Padfoot encogió los hombros y se convirtió a su forma animal.
-No te distraigas mucho, con que muerdas a Filch y asustes a la Señora Norris será suficiente. Lo más que puede pasar es que el Barón Sanguinario, Peeves o Nick Casi Decapitado vayan de chismosos, pero para ese entonces ya habremos escapado. ¡Oye!, ¿sabes qué?, creo que iré contigo, se asustaran más al ver a un ciervo... quizá es algo arriesgado, pero no creo que pase a mayores.
Sin decir nada más el padre de Harry salió del sitio mientras se convertía en el flamante Prongs. Sus ojos de venado miraron los caninos de Sirius, uno ladró y otro movió los cuernos, ¡era tiempo de entrar en acción!... Hocicos-joven ladró enloquecido y comenzó la carrera, Prongs lo siguió detrás moviendo sus cuernos amenazantes. Filch pegó un grito al cielo al verse amenazado por un Grim malévolo y su secuaz con cuernos. A James le dieron ganas de cornearlo, el conserje ese había sido malo con Harry, además de que por la boca y voz de ese sujeto había caído en el peor de los malentendidos existentes. Sirius se emocionó al asustar a la Señora Norris, Filch comenzó a correr muy asustado, gritaba horrorizado, Peeves reía, El Barón Sanguinario y Nick Casi Decapitado estaban teniendo una de sus habituales peleas, esos dos fantasmas no se simpatizaban. Prongs corneó ligeramente a Filch, Padfoot mordió a Norris por la cola, le dio varias vueltas mientras la traía en el hocico y luego la lanzó directo hacia su amo; Snape no había puesto la suficiente vigilancia. Con mucha felicidad salieron juntos directo al Sauce Boxeador.
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-Es muy extraño que aún no lleguen - dijo Remus-chico mientras trataba de asomarse por las ventadas entabladas y cubiertas, había entre cada madera pequeños orificios.
-Es posible que se hayan encontrado a Severus por el camino y eso los haya frenado, después de todo acabo de verme con él porque me dio las pociones para el día de hoy, menos mal que regresó a tiempo de sus encargos... se hace tarde, pero ya están terminadas, es cuestión de beberlas. La poción que hace Severus cada vez es mejor, ahora sólo se necesita una antes del momento.
-¿Seguro que no están envenenadas? - preguntó el joven cenizo a su Yo del futuro.
-Eso le digo a 'Big Moony', que Snape es un desgraciado que puede envenenarlos, pero no me hace caso - dijo Sirius-adulto con despreocupación mientras 'Little Moony' tragaba saliva del susto.
-¿'Big Moony'?, cielos Sirius, está volviendo tu buen humor. Aunque eso no te da derecho de asustar a Remus.
-El chico tiene que estar prevenido, es por su bien. No sé como Dumbledore confía tan ciegamente en un odioso Slytherin como él.
-Tiene sus razones - explicó Remus-adulto, aunque él ignoraba esas razones. Vació las pociones en dos matraces, uno de ellos lo ofreció al chico -. Vamos Remus, tómatelo, no sabe rico, pero te hará mucho bien, ya no sufrirás en las transformaciones ni perderás los estribos, tendrás conciencia.
Remus agarró el tarro, lo miró con pesadumbre, suspiró varias veces.
-¿Y si Snape alteró la sustancia?
-Él no haría eso. Bueno, sí lo haría, pero lo reprendería Dumbledore.
-Pero Dumbledore no está - interrumpió Sirius-adulto.
-¡Deja de atormentarlo Padfoot! Vamos Remus, tómatelo deprisa, el sol ya está por desaparecer, ¡no hay tiempo!
Lupin-chico asintió con valentía, Sirius se divirtió observando a los dos Moony, parecían padre e hijo "Seguramente si Remus tuviera un hijo sería justo como él, así de precavido, pensante y valiente... y si yo tuviera un hijo ¿Cómo sería?... ¡Vaya!, no debería hacerme estas preguntas, después de todo yo nunca podría tener un hijo... no teniendo yo esta vida; es una suerte el tener a Harry como ahijado". Mientras el adulto de cabello negro pensaba en aquello, los dos Remus se habían tomado la poción justo a tiempo, el sol se había ocultado y la luna llena brillaba imponente. Black había visto paso a paso la tremenda transformación: no había gritos, ni dolor en los rostros licántropos de sus amigos. Remus Lupin ya le había hablado de la poción "Mata-Lobos", pero Sirius no sabía que era tan maravillosa. Canuto se alegró y aplaudió varias veces.
-O sea que no me atacarán ¿Verdad Lunáticos?, se ven tan cuerdos, parece que Snape se portó con decencia por una vez en la vida.
Los licántropos no le prestaron mucha atención, parecían muy entretenidos olfateándose mutuamente. El pelaje de ambos tenía el mismo tono, la mirada era plateada, el hocico azabache y los colmillos eran quizás igual de largos, sin embargo Sirius podía ver más vejez en el adulto Lupin, que estaba ligeramente más alto que el adolescente. El Prófugo miraba atónito...
-¿Me escuchan? - indagó con ligera desesperación.
Pero los hombres lobos siguieron ignorándolo, habían comenzado a aullar, parecían poder comunicarse entre ellos. En esos momentos la puerta de la habitación de la Casa de los Gritos se abrió, James Potter y Sirius Black (el joven) entraron al "abandonado aposento".
-Maldito Pelo Grasiento, casi nos detiene.
-No te quejes Sirius, nos hemos divertido de lo lindo - animó James, quien se acomodó los anteojos para mirar con admiración el aullar de los Remus -. Oye tío Sirius, ¿qué hacen ese par?
-No me lo preguntes a mí. Se pusieron a dar un concierto después de que se tomaron la poción y no me han hecho caso mientras los llamaba, bueno… al menos no tienen intenciones de atacar a los humanos.
-A lo mejor los licántropos pueden comunicarse entre ellos, qué interesante.
-Interesante o no, si estos no dejan de aullar, además de reventarnos los tímpanos, no podremos salir a pasear - entonces Sirius-joven miró a su Yo del Futuro -, porque verdad que sí iremos a pasear, ¿verdad que sí Gran Sirius?, ¡Yo nunca me negaría a gozar un rato de diversión!
-Bueno pues...
-¡Anda tío Sirius!
-Un día no caerá mal después de todo. De jóvenes éramos inconscientes, ¿por qué no serlo una noche más?- se dejó derrotar el viejo Padfoot.
-¡Eso es!, hoy será nuestro descanso, olvidaremos todas las tragedias y las verdades. Lo ideal sería que Harry nos acompañara, pero que yo sepa él no se convierte en Animago... - dijo James, pensando ingeniosamente en un nuevo plan que comenzaba a gestarse en su mente "Creo que Harry está listo para convertirse en Animago, ¿qué forma adoptará?".
-James, deja de pensar y ayúdanos - pidió el Sirius-adulto.
-¿A qué?
-Arrastraremos a los Lunáticos hasta el bosque - sonrió 'Little Padfoot'.
-Presiento que será una noche "encantadora".
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Continuará…
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Notas2: ¡Terminé!, estuvo lago largo, pero tengo la esperanza de que no les haya aburrido. Creo que puse de todo: encuentros, cosas graciosas, un poco de drama, misterio… y muchos, muchos personajes. A veces seguro y parezco muy repetitiva cuando pongo Sirius-adulto, o Sirius-joven, pero lo hago para que no se confundan o no quede ambiguo ese asunto. ¿Qué tal el reencuentro de los Sirius?, honestamente no sé si quedó bien esa parte, es muy difícil poner a dos Sirius (pero debe ser encantador ver a dos Sirius…). Espero no haya muchos errores y muchas incoherencias, y también espero los comentarios. Incluí algunos detalles del nuevo libro, pero los considero ambiguos e irrelevantes, así que para los que no han leído el libro 5, no hay problema.
¿Cómo se la habrán pasado los merodeadores esa noche de luna llena, cuando había dos Lunáticos, dos Canutos y un Cormanenta? ¿Adónde llevó el pergamino extraño a la Lily y al Peter del pasado? ¿Quiénes eran los mortífagos que escucharon los chicos en el Ministerio?
Decidí darle más prisa a mi historia, así que la verán más seguido. Gracias una vez más por leerla, en el próximo capítulo Harry tendrá más participación, ¡ya entran a Hogwarts!
Y ahora, contesto los comentarios con presteza.
+Padme.-¡Hola!, gracias por seguir leyendo. Como ves, Los lindos Siri ya se han reencontrado, y ya debió haberse disuelto la duda sobre quién era el James del pergamino, pero eso lo sabrás mejor en el próximo capítulo. Ojalá te haya gustado.
+Sephirot.-Gracias por leer mi fic y considerar que es interesante ^^. Vaya!, así que eres de la Guadalajara original, qué bien. Yo no soy de Guadalajara México, pero vivo aquí. Espero mi escrito te siga gustando.
+Arwen.-¡Nihao amiga!, gracias por leer mi fic, como ves, tardo en actualizar, pero siempre le continuo a mis proyectos. Dale mis saludos a Lorien también, y seguimos en contacto.
+Dadaiiro.-¡Aloha!, antes que nada gracias por tus ánimos y tus comentarios, me alegra verlos, amiga. Jeje, bueno, ciertamente Bill sí es parte de la Orden, ¿verdad?, y me tomé la libertad de inventar a Fritz, quien, a Dios gracias, tiene estatura normal, ya verás luego, el muchacho seguirá saliendo (y sí, será muy guapo, como mi querido Pardaillan). Sobre Dumbledore, pues recibió el beso del dementor, pero como tú dices, parcialmente, luego explicaré detalladamente sobre eso. ¿Qué tal me quedó este cap?, espero no haberte decepcionado.
+Hermione73.-¡Hola!, nuevamente pregunto si les gustó, espero que sí. Gracias por tu comentario, me has dado ánimos. Ojalá sigas leyendo.
+AIOV.- hopolapa Champi-kun, gracias por estar nuevamente en los comentarios de G, me anima mucho que mi familia se interese, así que gracias por avisarle a Spiny (Luis Fco.) de mi fic y por leérselo a Babe. Finalmente aquí está el fic, ojalá te agrade, está medio enredoso pero espero que le hayas entendido, prometo que se pondrá interesante. ¡Gracias! Y espero verlos pronto a todos en Samuchil-town. (Saludos a todos).
+Hikari Takaishi Y.- ¡Amiga!, no tienes idea del gusto que me da que sigas mi fic, ¡gracias!, bueno, me encantó tu comentario… como ves, los merodeadores ya se enteraron de la verdad de la rata, y por eso están más tercos con el rollo de cambiar la historia. Sí, soy mala, hago sufrir mucho a los personajes, pero ciertamente vos también… y te prometo que la familia Potter se reunirá pronto, ya verás. Tampoco he decidido bien lo de la pareja, iré escribiendo poco a poco y a ver que sale. Qué bueno que te gustó el rollo de la batalla en Azkaban, prometo que Albus-san se mejorará, luego doy una explicada… Ahh, y espero que este episodio te haya gustado.
+Lizbeth.-Qué bueno que te gusta mi fic, como ves, ya está nuevamente continuado, espero te siga agradando, ¡gracias!
+Arwen Black.- Vaya!, lamento que te hayas enterado de la cruel verdad, todos lo lamentamos, pero para eso hay fics alternos como este, para girar la historia. Es verdad que hay muchos encuentros por enunciar, y como te diste cuenta, a Lily y a Peter ya los incluí más y se irán adentrando a la verdadera trama que pronto resurgirá. Bueno, Los Sirius se reencontraron y al menos este cap tuvo un final un tanto feliz, ¿no crees?, ¡gracias por leer!, espero tu comentario.
P.D. Ya apareció Snape, e irá saliendo más cada vez. Y Claro que saldrá Draco, en el próximo capítulo.
+Ginny W-P.-¡Gracias por tu comentario!, es verdad que hacía rato que no tenía noticias tuyas, pero ya ves que por fin actualicé. Sip, Pobre James, pero juro que tanto él como a los demás, los recompensaré. ¡Espero tu comentario!
+Lorien.-Hola Lorien, gracias por dejarme comentario. Un honor leer tu fic. Espero que mi escrito siga siendo de tu agrado. ¡Gracias!
+Piily.- ¡Hola!, muchas gracias por leer mi fic, ¡me da un gusto especial porque eres amiga de Caro!, (ella me ha hablado de ti n_n). Me animaste mucho con tu comentario… como ves, ya actualicé; pero para la próxima dame tu mail y con gusto te mando adelanto. ¡gracias por leer mi historia!, espero te siga gustando aunque esté medio enredosa.
Y a todos los que leyeron, pero que aún no me han dejado review , ¡Muchas gracias!
(Hey, Dancless, si leíste, gracias n__n, también gracias a mi prima Caro, a Zelshamada, a Lara, a mi hermana virtual Dikana, y a todos los que me mandaron mails o encontré por el chat).
¡Hasta pronto!
Atte. CieloCriss
P.D. no se pierdan el próximo episodio, la pesadilla más temida de Sirius se hará realidad (asistirá a cierta clase de Pociones).
Ahh, y espero no haya muchos errores, siempre reviso el fic, pero soy descuidada.
