Notas1.-(19-10-03) ¡Hola a todos!, por fin he traído el 8° capítulo de esta saga de Girahistoria. Nuevamente, como de costumbre, me disculpo por la tardanza… según esto iba a tardar alrededor de tres semanas en actualizar, pero con el cuento de los exámenes finales y las vacaciones no había tenido tiempo, ¡en verdad lo lamento!... tardé en este capítulo porque tuve que reestructurarlo y hacerle bastantes cambios, espero esos cambios hayan sido para bien.
Durante este capítulo se sabrá más sobre la Lily y el Peter del pasado, los 'sobrinos de McGonagall' entrarán a quinto curso con Harry (por lo que el susodicho ya tendrá más intervención). ¡No se pierdan la primera clase de Pociones!, seguro que a los merodeadores no les gustará tener a Snape-Snivellus de profesor. Bueno, ojalá les guste, ciertamente las ideas locas que rondan en mi mente no terminarán de ser expresadas en este capítulo, pero espero no haya quedado tan mal.
Sinopsis del capítulo anterior.- Lily y Peter del pasado fueron absorbidos por un extraño pergamino que tiene la esencia de James. Sirius, Remus y James se encontraron con el Sirius-adulto y el cap terminó con una luna llena, dos licántropos, dos Padfoots y un Prongs en una noche única.
Por cierto, como nota anexaré que 'Girahistoria' tiene algunas adaptaciones concordes con el libro 5.
¡Muchas gracias por seguir leyendo!, y bueno, los dejo con la lectura.
Nota Especial: Hay algunos fragmentos de este capítulos basados al 100 por ciento en el libro 4 de Harry Potter (algunas líneas incluso son idénticas, pero esto con el fin de darle más entendimiento a mi fic)… Así que, aclaro que todo lo referente a Harry Potter le pertenece a JK Rowling, yo hago esto sólo por diversión.
Fanfiction: Harry Potter~girahistoria~
Por CieloCriss
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Quinto curso de Hogwarts
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El tiempo quizá no sea un juguete, pero al tenerlo al alcance se desea jugar con él, al menos de vez en cuando…
Había sentido que el giratiempo había brillado cuando el extraño pergamino mágico se la había tragado a ella, y también a Wormtail. No estaba segura de qué sucedería, su razonamiento era secundario, pues su mente era opacada por un fuerte sentimiento que nacía y crecía por todo su pecho. Por eso el viajar a otro espacio, sin saber qué sucedería, no la aterraba tanto, James la cuidaría, aunque todavía no estaba totalmente tranquila ante la aparición de un James salido de un pergamino, ¿qué estaba sucediendo en su época? ¿A dónde irían? ¿Estarían bien Remus, Sirius y James?...
Su cuerpo fue acariciado por algo parecido al viento. Mientras la jalaba el pergamino al sitio desconocido, sentía el ondeo de su rojiza melena ondulada al tiempo en que sus esmeraldas asustadas se cerraban bajo sus párpados pesados y cansados. Por unos momentos Lily se preguntó sobre lo que sería de Peter, intentó buscarlo con la mirada, pero el mareo era tal, que no le permitía abrir sus ojos y enfocar; además, todo ocurría con demasiada velocidad, casi no se dio cuenta cuando aterrizó en un terreno tenebroso, repleto de tumbas.
Lily, al momento de tocar tierra firme, cayó al suelo por el impulso, el giratiempo que pendía de su pecho por una cadena había dejado de brillar. Exhaló aire, y al visualizar su entorno se aterrorizó todavía más: no distinguía colores, todo estaba a blanco y negro, excepto ella. Estaban en otra dimensión.
El pergamino se fue dibujando en su bolsillo, Lily lo notó consternada.
—¡Lily, ¿en dónde estamos?! — preguntó Colagusado, se estaba comiendo las uñas del terror.
—No tengo la menor idea, pero el giratiempo ha funcionado, seguramente viajamos por el tiempo—dedujo la chica mientras suspiraba acongojada; bajó su cabeza.
Se hallaban muy lejos del Bosque Prohibido, ni siquiera estaban dentro del territorio de Hogwarts, lo peor era que tampoco podían deducir en que época estaban. El lugar que los dos pares de ojos veían, era tenebroso a más no poder, parecía un cementerio descuidado, arcaico, tieso y lleno de oscuridad, atrás, gracias a los leves reflejos de la luz lunar, se delineaba una iglesia muy chica, al lado contrario, más al fondo, se alzaba una colina gris y se delimitaba la silueta de otra construcción, la de una casa.
—Parece la escena de una clásica película de horror muggle—opinó Lily, con la respiración entrecortada—. Lo mejor será investigar.
—¿¡Estás loca, Lily?! —bramó en balbuceos Peter, con sus ojitos acuosos asustados—. Este lugar no me da buena espina, ¡no sabemos en dónde estamos!, y luego…
—No podemos quedarnos aquí, Pettigrew—interrumpió Evans, desafiante—. James nos trajo aquí por algo.
—Querrás decir el pergamino…—bufó Colagusano, aferrándose de la túnica de Lily.
La pelirroja comenzó a andar si importarle los quejidos estúpidos de su acompañante, ella iba a averiguar de una buena vez lo que estaba ocurriendo; quería saber el paradero de sus camaradas Gryffindor, y sobretodo, anhelaba enterarse de más cosas sobre Harry Potter.
Los pies no crujían ente la destrucción de las hojas secas que pisaban en el terreno del cementerio. Lily tenía la impresión de que ella sólo era parte de la brisa de ese lugar. Ruidos de risas comenzaron a escucharse a lo lejos, junto con un delgado viento posiblemente veraniego. Ambos se quitaron las bufandas, no estaba haciendo frío, o al menos ellos no lo percibían.
—¿Escuchas? —preguntó Lily, haciendo un ademán con su mano izquierda, para oír mejor.
—¡No, pero veo! ¡MIRA! —gimió Peter. Apuntó hacia la derecha, en una tumba, tenían amarrado a un chico, alrededor del chico, había muchas siluetas de hombres.
—Sombras de hombres… echemos un vistazo—propuso mientras se encaminaba al sitio.
—¡Nooo!, mejor vayámonos, no seas idiota, ¿no te das cuenta?
—El idiota eres tú, ¿o qué?, ¿sabes como largarte de este lugar? —renegó la chica, frunciendo el entrecejo—No creo que ellos nos noten… yo tampoco quiero acercarme, pero no tengo otra opción; si tan solo pudiera oír mejor…
Desgraciadamente Lily no tenía acceso a las "orejas extensibles" que ofrecían sortilegios Weasley, por eso se fue acercando, Peter la siguió por temor a quedarse solo, nuevamente se sujetó de la túnica de la futura esposa de James.
A cada paso que daban, las voces tenebrosas se oían con más fuerza. Lily estaba segura de que nadie la veía, se había asegurado de hacer mucho ruido. Las presencias de ella y de Peter eran omniscientes en ese mundo.
Cada vez eran más notables las túnicas con capucha que cubrían a la mayoría de los hombres, uno de ellos avanzaba lentamente hacia la lápida en donde estaba amarrado un muchacho.
—¡ES JAMES! —gritó Peter, petrificado al ver al joven estar prisionero.
El ser que se acercaba tenía la voz tan podrida y malvada, que hizo que a Lily la acogiera en el peor de los escalofríos.
—¡Crucio! — dijo el sujeto. Lily y Peter corrieron hacia la tumba, pero ni siquiera pudieron tocar al chico, lo traspasaban… solamente pudieron ver cómo se retorcía del dolor: los ojos del pobre giraban, temblaba incontrolablemente, parecía incluso que su pierna tenía vida propia.
—¡Le lanzaron a Prongs una maldición imperdonable! —chilló Peter, sin saber que hacer.
Lily alzó la vista con desesperación, y por primera vez vio al sujeto que tenía enfrente, el creador del Cruciatus… era un ser abominable, con nariz de víbora, piel blanca, ojos rojos, con pupilas de gato.
La joven ahogó un grito, ¿estaban dentro de una pesadilla?; de pronto cayó en cuenta de que el que estaba frente a sus invisibles siluetas era El-que-no-debe-ser-nombrado, y los que lo acompañaban eran sus mortífagos. Tembló. Peter seguía tratando de rescatar al muchacho, al mismo tiempo continuaba sujetándose de Lily.
—¡ES…QUIEN-TÚ-SABES! —exclamó Wormtail.
El cuerpo del chico dejó de moverse. Las risas malévolas surgieron entre las sombras del lugar, un par de lágrimas salieron del rostro de Lily, su corazón palpitaba sin cesar.
—Creo que ven lo estúpido que es pensar que este niño haya sido alguna vez más fuerte que yo —dijo el ser de ojos rojos—. Pero no quiero que queden dudas en la mente de nadie. Harry Potter se libró de mí por pura suerte. Y ahora demostraré mi poder matándolo, aquí y ahora, delante de todos ustedes, sin un Dumbledore que lo ayude ni una madre que muera por él. Le daré una oportunidad. Tendrá que luchar, y no quedará ninguna duda de quién de nosotros es el más fuerte. Sólo un poquito más, Nagini —susurró, y una horripilante víbora siseó retirándose con su cuerpo hacia los otros encapuchados—. Ahora, Colagusano, desátalo y devuélvele la varita.
Lily y Peter gimieron del terror al mismo tiempo. Lily por enterarse que quien estaba amarrado en la tumba era Harry Potter, y Peter por escuchar su sobrenombre en la boca sin labios de Lord Voldemort.
Peter observó que un mago pequeño y con una mano plateada se acercaba al muchacho llamado Harry, se aterrorizó más al distinguir en la cara del tipo, una mirada acuosa igual a sus ojos: era él, Colagusano, ¡ERA ÉL!, y estaba obedeciendo a… a… ¡Al Señor Tenebroso!, volvió a comerse las uñas.
—¡Tenemos que irnos! —rogó a la pelirroja.
—¡¡NO!!, debemos ayudarlo, ¡a Harry!, no es James, ¿te das cuenta?, ¡Ese chico es mi hijo!, estamos en el futuro, él… ¡debo ayudarlo!
—Pe-pe-p-per-ooo…—Pettigrew hubiera querido agregar "Pero ese que obedece las órdenes de Quien-tú-sabes soy YO, ¡y no quiero verme haciendo eso!", sin embargo su valentía no llegó a tales extremos.
El Colagusano de esa dimensión sacó de la boca de Harry una bola de tela, luego desató las cuerdas que sujetaban al chico y con brusquedad le devolvió la varita, que se hallaba a unos metros de la lápida, al lado del cadáver de otro joven, totalmente desconocido para Lily y Peter. La mirada de Harry, era más clara que la de James, y su rostro entero era valiente, se veía que buscaba la manera de huir de ese lugar. Sin embargo estaba herido, la pierna le sangraba y lo hacía tambalearse.
—¿Te han dado clases de duelo, Harry Potter? —preguntó el que seguro era Voldemort, la voz irónica sonaba "dulce".
El joven no respondió, Lily corrió hacia él, trató de ayudarlo, ¡pero no podía tocarlo!, ella parecía estar en el sueño de una persona, ¿acaso el pergamino que los había llevado hasta ese sitio tenía ese recuerdo?; Lily había escuchado cómo Voldemort hablaba de que a Harry ya no podría defenderlo su madre, porque estaba muerta; un extraño sentimiento la invadía, quería gritarle al casi doble de James que ella estaba con él, que lo sacaría de ahí… era como si el amor de madre palpitara en su pecho, pero ella sencillamente no lo comprendía, porque sólo tenía 15 años.
—Saludémonos con una inclinación, Harry. Vamos, hay que comportarse como caballeros... A Dumbledore le gustaría que hicieras gala de tus buenos modales. Inclínate ante la muerte, Harry.
Las carcajadas de los mortífagos se escucharon nuevamente, pero el llamado Harry, con un temple increíble, no se inclinó.
—¡Que se incline! —opinó Peter—¡Lo va a matar!
—¡Cállate! —rugió de repente Lily, el tiempo no le había permitido pensar en que el Colagusano del futuro era un traidor, su prioridad estaba solo en el ayudar a Harry Potter, pero siendo parte del viento no podría—. ¡No debe inclinarse ante ESE!
—He dicho que te inclines —repitió Voldemort, alzando la varita.
Por fuerza sobrenatural la columna de Harry se torció, se volvieron a escuchar más risas.
—Muy bien; ahora da la cara como un hombre. Tieso y orgulloso, como murió tu padre...
—¡Mató a JAMES! —dijo de pronto Lily, con desesperación. Peter se tapó el rostro al oír que el duelo daba inicio.
Era demasiado cruel ver todo aquello, Peter constantemente miraba a su Yo del Futuro esperando que ayudara a Harry, pero el Colagusano de esa época (o dimensión) estaba escondiendo la cara, mientras observaba esa mano de plata. El Wormtail de 15 años miró su mano de piel rosada "YO NO SOY ÉL" se dijo tenuemente, pero no fue suficiente para animarlo.
La batalla seguía, parecía una guerra despiadada antes que un duelo, Lily corría junto a Harry tratando de ayudarlo con su propia varita, pero todo era en vano, veía en el rostro de Harry tantas cosas… veía a James Potter, veía esperanza, aunque asimismo parecía que Harry sabía que iba a morir. Voldemort intentaba manipularlo con la maldición imperius, para provocar que el chico implorara o respondiera a crueles indagaciones… y para sorpresa de Peter y Lily, Harry nunca flaqueó ante el poder persuasivo del grito del Imperio. En el último ataque el chico rodó y desvió el rayo maldito. Lily lo siguió, Harry se escondió jadeando.
Mientras la voz fría de Voldemort se oía tras esa lápida, Lily observó que el rostro de su futuro hijo cambiaba de expresión. Lily supo que Harry dejaría de esconderse y daría la cara: él no iba a morir como un cobarde que se escondía de su destino.
—No… no lo hagas…—rogó Lily.
Harry se levantó, sujetó más fuerte todavía su varita, y al momento en que gritó 'Expelliarmus', el enemigo lanzó un Avada Kedavra.
—¡NOOOOOO! —gimió Lily, ¡Voldemort iba a matar a Harry! ¡Esa maldición no tenía forma de ser interceptada!
Pero extrañamente las varitas comenzaron a vibrar. Un estrecho rayo de luz de color dorado intenso y brillante, conectó las dos varitas. Ninguno de los dos soltaba la varita, pero era en parte porque no podían hacerlo. Peter llegó hasta Lily "¿Qué está pasando?" indagó, pero Lily negó con pesadumbre mientras observaba que Harry y Voldemort se elevaban del suelo todavía conectados por el hilo dorado que emitían las varitas. El haz de luz no dejó la conexión, pero alrededor del mismo surgieron ramificaciones, como si se tratara de las raíces de un árbol.
Los mortífagos pedían instrucciones a Quien-No-Debe-Ser-Nombrado, sacaron sus varitas, listos para ayudar a su señor.
—¡No hagan nada! —les gritó Voldemort.
Asombrados, sin poder moverse y con las varitas en alto, Lily y Peter comenzaron a oír el canto de un fénix… del mismo fénix que momentos antes les había entregado un pergamino y un giratiempo.
El rostro de Harry Potter, que a lo mucho debía tener 13 o 14 años, se estaba impregnando de esperanza; la misma Lily creyó que todo iba a cambiar para bien.
—¡No rompas la conexión! —gritó de pronto, no pudo precisar si Harry la escuchó, pero aquello lo dijo desde el fondo de su corazón.
Las varitas vibraron todavía con más fuerza, formándose guijarros que se deslizaban constantemente, y parecían calentar las varitas hasta el punto de derretirse
—No entiendo qué pasa, ¡quiero irme de aquí! —suplicó Peter, cayendo de rodillas en una lápida que tenía plasmadas las letras de "TOM RIDDLE".
Ni Harry ni Lily sabían lo que pasaría, los guijarros comenzaron a detenerse para ahora desplazarse hacia Voldemort, quien puso expresión anonadada.
Lily vio que la varita de Quien-Ustedes-Saben prorrumpió en alaridos. Algo pareció brotar de la misma, parecía que era una mano formada por humo… hubo más gritos que salieron de la varita, y para sorpresa de todo el que veía, comenzó a salir la grisácea figura de un muchacho.
—¡Es el que está muerto! —chilló el Peter del pasado, mirando el cadáver de Cedric Diggory entre la hierba. — ¡Es un fantasma!
Los ojos de Harry crecieron al triple, el rostro se le contorsionó. Lily se dio cuenta "Por favor" rogó pensando "No sueltes esa varita".
—¡Aguanta, Harry! —dijo el eco de una voz lejana, que había salido del espectro.
—¡Y HABLA! —gimió Peter.
Lily no respondió, siguió mirando atónita la escena, como todos los demás; los mortífagos estaban alrededor de Voldemort, totalmente asombrados, el mismo Señor Tenebroso tenía una cara perdida de susto.
A cada grito de la varita, salía un nuevo espectro. Lily miró el espectro de un anciano. El viejo le dijo algo a Harry y comenzó a volar alrededor de la escena. Más gritos, y de pronto salía una mujer que a Peter y a Lily les pareció familiar.
—¿Por qué tenemos qué ver esto, Lily? ¿Por qué no podemos regresar…?
—¡No sueltes! —le gritó la mujer salida de la varita—. ¡No sueltes, Harry, no sueltes!
—Las varitas, de alguna manera están conectadas… y James, quería que viéramos esto, Peter.
Ocurrió entonces algo extraordinario que dejó aún más estupefactos a Lily y Peter: los alaridos se repitieron, y de la punta de la varita del mago tenebroso, comenzó a salir la silueta gris de una mujer muy hermosa; Harry abrió su boca impresionado, mientras que Lily, totalmente estática, veía sin saber qué hacer: ella era quien salía de esa varita con un rostro fantasmal, con una edad más avanzada, ¡pero era ella!
—Tu padre está en camino... —dijo ese espectro con forma de Lily—. Quiere verte... Todo irá bien... ¡ánimo!...
Sin que el tiempo les diera minutos para razonar, el padre que la Lily muerta mencionaba, comenzó a salir de la varita… Era James Potter. Lily supo de inmediato que se trataba del James Potter que le había hablado por medio del pergamino misterioso.
—Cuando la conexión se rompa, desapareceremos al cabo de unos momentos... pero te daremos tiempo... Tienes que alcanzar el traslador, que te llevará de vuelta a Hogwarts. ¿Has comprendido, Harry?
—¡ES JAMES, LILY! —gritó Peter. Entonces la pelirroja con extraña expresión le exigió silencio, escuchó que Harry le contestaba con un jadeante 'sí' al espectro de su padre. El 'fantasma' del muchacho volvió a hablarle a Harry, "Lleva mi cuerpo" le dijo "Lo haré" respondió Harry.
—Prepárate —susurró la voz del James-espectro—. Prepárate para correr... ahora...
—¡YA!
De alguna manera, Harry trascendió la conexión y comenzó a huir; todo fue demasiado rápido por lo que Lily y Wormtail no tuvieron tiempo de reaccionar siquiera... Harry corrió con todas sus fuerzas mientras otros le atacaban por la espalda, pero el joven, con la cicatriz en forma de rayo tenía suerte y no lograban pegarle.
—¡Atúrdanlo! —gritó Voldemort.
No pudieron precisar lo que aconteció después. Peter y Lily sólo pudieron ver de reojo cómo huía Harry porque de repente el pergamino que los había transportado había salido de la túnica de Lily y brillaba. La chica lo abrió.
¿Ahora comprendes, pequeña Lily?; esto que has visto va a pasar dentro de muchos años… en ese entonces tú y yo no estaremos vivos, ni tendremos a Harry, ni lo cuidaremos… Y tú, Peter, serás 'eso'… ¿realmente quieren que esto suceda así? se escribió en el pergamino.
—¡NO! —gritó la chica. Peter negó con inseguridad. Seguía muy asustado.
Lily tembló aún más cuando notó que los espectros de James y de ella misma se acercaban y volaban alrededor de ella y Peter.
—¡Ellos sí pueden vernos! —dedujo Pettigrew.
El pergamino se iluminó en un verde pino más fuerte, los espectros de Lily y James sonrieron, y se metieron adentro del pergamino, fueron absorbidos, como si ellos mismos hubieran estado esperando ese momento.
—¡Dios mío! —dijo Lily, mientras sentía una calidez en el pecho—¡Los espectros se adhirieron al pergamino!
Estamos contigo… estamos juntos… queremos estar con Harry, ¿Van a cambiar la historia?
Peter se aferró a Lily al leer esas líneas, Lily-joven observó la desvanecedora sonrisa del espectro del muchacho llamado Cedric, quien de pronto le asintió.
Y entonces la muchacha dio un paso al frente, rápidamente miró que Harry desparecía al asir una copa, volvió su vista y exclamó con firmeza:
—¡Yo necesito cambiar la historia!
Esas palabras provocaron un remolino que volvió a hacer brillar al giratiempo y volvió a absorberlos. Wormtail y Lily Evans regresaban… o tal vez no, tal vez ese era el comienzo…
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2
El Expreso a Hogwarts estaba a punto de partir. Un muchacho alto, con nariz recta y ojos vivaces, observaba King Cross con mucha atención. Miles de muggles pululaban como larvas recién nacidas, él miraba cómo se comportaban las personas, apreciaba con curiosidad todos los artefactos que portaban los normales. Para él no era normales, sino todo lo contrario. De vez en cuando echaba una ojeada al andén 9 ¾ y mientras esperaba a su objetivo, se dejó llevar por el mar de recientes recuerdos que ayudaban a que el muchacho aceptara más su situación actual, de hecho, él ya no tenía situación actual.
Por inercia quiso acomodarse las antiparras, pero por enésima vez en el día recordó que por culpa de la metamorfosis él ya no usaba lentes, ahora el 'cegatón' era Simus (Sirius). "Espero que Sirius no destroce mis anteojos, mejor le hubiera tocado mi problema visual a Moony en la metamorfosis, después de todo él es más cuidadoso; pero realmente no tengo idea de lo que pudo haber hecho Madame Metamorfosis para realizarla, todo un misterio esa señora".
-¡Hey, ya sabíamos que te encontraríamos aquí, Jim!
-¿Estás esperando que llegue Harry, no es así?
-Por supuesto, - respondió James Potter con mucha ilusión.- Pienso hacerme amigo de Harry Potter desde el primer día del curso. Tío Lupin mencionó que Harry aparecería en la plataforma con una escolta…
-Aunque quien sabe si los planes hayan cambiado – dijo Simus-Sirius -. De cualquier manera hace días que no vemos a mi gran-Yo y a Lupin, se fueron a restaurar 'la antigua y "noble" casa de los Black'.
-Supongo que no tendrás ganas de ir para allá nuevamente, ¿cierto? – burló James, con un poco de crueldad.
-Estás en lo correcto. De cualquier manera la casa debe estar más… ehh, más hospitalaria ahora que se ha convertido en el cuartel de la Orden del Fénix. Mis padres están muertos, mi hermano también… El Gran-Yo me confirmo que sólo la alimaña de Kreacher sigue estorbando y haciendo más complicada la vida de todos – masculló Sirius, pero con un toque de melancolía.
-Realmente Padfoot, lamento que tus padres y Relegus estén muertos – sinceró Moony.
Sirius se encogió de hombros, pero no respondió inmediatamente. No sabía qué sentir respecto a su familia; días atrás había hablado con el Sirius de esa época de que él era el único Black vivo. A Sirius lo acongojaba un poco más la muerte de su hermano, porque aunque el susodicho había sido mortífago, al descubrir las verdaderas intenciones de Voldemort se había arrepentido y finalmente lo habían matado… había terminado muerto. ¿Hasta dónde podía llegar la maldad de Lord Voldemort?, Sirius no tenía una idea clara de eso.
-Como te he dicho: si Harry heredó tu poca cordura, seguro nos llevaremos muy bien. Con lo poco que lo hemos espiado me ha simpatizado bastante. – desvió Sirius, quería olvidar el tema anterior, y eso era lo mejor, porque todo parecía indicar que no sólo él ya no tenía a su familia: el tío Lupin no había dado informes a Remus sobre su gente, y era casi 100 por ciento seguro que los abuelos de Harry estaban muertos.
-Lo que yo no entiendo es que hacemos aquí, nosotros estuvimos un mes entero en Hogwarts, es prácticamente nuestro nuevo hogar... ahora McGonagall nos obliga a tomar el Expresso para ir al mismo lugar del que vinimos.
-¡No seas tonto Moony!, lo ha hecho para no despertar sospechas - regañó James -, además será una buena experiencia, conoceremos a la mayoría de los estudiantes.
-En palabras más acertadas, conoceremos a los compañeros Gryffindor, Ravenclaw, Hufflepuff y a las víctimas Slytherin.
-Bueno, esa es otra manera de decirlo. - razonó James, encogiendo los hombros con simpatía.
-James, comprendo que quieras ver llegar a Harry, pero ¿No sería mejor ir subiéndonos al tren?, se hace tarde, ya lo verás mientras estemos en este tiempo. No debes ser tan paranoico.
-El día en que ustedes se enteren de que serán padres, estoy seguro de que me comprenderán.
-¿Una partida de ajedrez mágico cuando subamos al Expresso, Moony?- preguntó Sirius, ignorando a su amigo Cornamenta.
-De acuerdo- respondió Rerius, con una media sonrisa.
-Hay que abordar de una buena vez.- murmuró Jim.
Revisaron que los muggles no estuvieran al tanto de lo que el trío hacía, poco a poco se fueron infiltrando al andén seleccionado. Atrás quedó King Cross, frente a ellos estaba una nueva estación, un nuevo Expresso, más clásico y mágico que los demás transportes.
-¡Hey, esperen un momento! - paró Sirius, jalando la túnica de los otros dos merodeadores -. Esas chicas de allá nos están apuntando... ¡qué lindas! creo que deberíamos hablarles, parecen hermanas.
-Sirius, eres un cerdo. Todas las chicas de esta época podrían ser nuestras hijas.
-¡No porque estemos en otra época dejo de ser un apuesto muchacho!, es natural que me fije en ciertas peculiaridades... así que, andando con las muchachas.
Siguió sujetando a sus "hermanos" y se acercó a las chicas, a las cuales les sonrió coquetamente.
-¡Buenas días señoritas! - saludó el extrovertido.
-Mi hermana Padma y yo nos preguntábamos sobre si serían nuevos alumnos del colegio, pero es seguro que ustedes no pueden ir en primer año ¿Vienen de intercambio? ¿Son extranjeros?
-Podría decirse, estuvimos fuera de Gran Bretaña por muchos años - dijo Jim -, pero finalmente tuvimos que mudarnos.
-Sean bienvenidos entonces - siguió la muchacha, con cierto aire ilusionado por ganar esos compañeros tan guapos - Mi nombre es Parvati Patil, quinto curso de Gryffindor, y ella es mi hermana gemela Padma, de Ravenclaw.
-Son de las dos mejores casas - animó Sirius -. Mis hermanos y yo esperamos ser seleccionados para Gryffindor.
-Pues Ravenclaw es una buena opción - defendió Padma.
-Sí, pero a nuestra tía le decepcionaría que no quedáramos en Grynffindor, ¿cierto, hermanos?
-Creo que le daría un infarto - dedujo Remus.
-Mi nombre es Jim McGonagall.
-Yo soy Rerius McGonagall.
-Y a mí pueden decirme Simus solamente, no hace falta el apellido, preciosas.
Gotas de sudor aparecieron en Jim y Rerius.
-¿Han dicho McGogagall? - interrumpió una voz fría y algo sarcástica, la frente de las gemelas Patil se arrugó, los tres merodeadores miraron hacia atrás y vislumbraron a un joven rubio y pálido, algo flaco y con rostro pedante pero apuesto. No hacía falta hacer estudios minuciosos, ese mocoso era un Slytherin.
-Así es, eso dijimos, M-C-G-O-N-A-G-A-L-L - aclaró Sirius, respondiendo con ironía al sarcasmo -, Siendo precisos, Minerva McGonagall es nuestra tía, así que por eso queremos estar en su Casa, ¿te parece, rubio?
-¡¿Sobrinos de la Profesora McGonagall?! - se admiró Parvati, con los ojos canelos bien abiertos - No sabía que ella tuviera parientes.
-Pues ya ves que sí - dijo con nerviosismo Jim.
El rubio que antiguamente había hablado con tal tono de autoridad había sido Draco Malfoy, el archienemigo de Harry Potter. Él y sus guaruras Goyle y Crabbe pusieron cara de asco y los pasaron de largo como si nunca se hubieran dirigido la palabra.
-Qué sujeto tan desagradable - sinceró Simus - ¿Quién es él, preciosas?
-Se llama Draco Malfoy... en realidad, no es una buena persona - opinó Padma.
-Oye Parvati - habló Jim olvidando a Malfoy -. Si vas en Gryffindor seguro conoces a Harry Potter.
-Oh… sí, le conozco – cortó de pronto Parvati, como si se avergonzara de conocerlo. La fama que le daba El Profeta a Harry Potter no era muy buena, eso lo sabía James, pero quería comprobarlo.
-¿Qué me dicen de Ron Weasley y Hermione Granger?
Padma Patil puso cara de indignación y se retiró algo molesta, Parvati sonrió, le contestó a los muchachos que Ron no había sido muy "agradable" con Padma en el baile de Navidad, y que Hermione era una sabelotodo. Luego se despidió con un gesto y una risita bastante boba.
El Expresso comenzó a eructar con más fuerza, como avisando que pronto partiría. Jim McGonagall miró hacia atrás y vislumbró a Harry, respirando hondo y profundo. Al lado de Harry había dos mujeres, una era la Señora Weasley, la otra, una desconocida con rostro muy simpático; también había un perro negro y grande al lado del chico Potter. James le dio un codazo a Remus y Sirius, y lo siguieron hasta toparse con Harry.
-Espero que los demás lleguen a tiempo – escucharon que dijo Molly Weasley.
-¡Hey, Hola Harry! – saludó Jim.
-¡Precioso, encantador, único! – gimió Simus, inclinándose ante el perro negro para acariciarlo - ¡qué bonito perro, Harry!
-Ehh, gracias – respondió Harry, recordando que los tres chicos que estaban enfrente de él eran los sobrinos de la profesora McGonagall que había conocido en el transcurso del verano.
Hocicos le meneó la cola con exageración a Simus, quien lo siguió acariciando con euforia mientras Molly fruncía el ceño preocupada por las imprudencias de los dos Sirius (ella ya sabía el secreto de los chicos del pasado).
-Oh, menos mal que ahí viene Alastor con el equipaje.
Los trillizos retrocedieron un poco al ver a Moody y jalaron a Harry con ellos.
-Si nos recuerdas, ¿verdad Harry?
Harry asintió sin prestarles mucha atención. Observó que el Señor Weasley acababa de entrar al andén 9 3/4 con Ron y Hermione; más atrás venían el profesor Lupin, Fred, Ginny y George.
Todos comenzaron a amontonarse alrededor de Harry y los McGonagall. Rerius le sonrió al Lupin adulto y este dijo en voz alta y serena.
-Ellos son los sobrinos de la profesora McGonagall – presentó. – Rerius, Jim y Simus. Según nos informó Minerva, estudiarán quinto año de Hogwarts con ustedes. Y no se preocupen, estos chicos están enterados de las funciones de la Orden del Fénix.
-¿La profesora McGonagall tiene sobrinos? - indagó Hermione con mucha curiosidad.
-Bueno pues, sí. A todo el mundo se le hace raro, pero la verdad es que tía Minerva no es de muchas palabras.
-Ohhh, no sabía que la Profesora tuviera parientes - admitió Ginny Weasley.
-De cualquier manera creo que ya tendrán tiempo de conocerse – dijo Lupin, viendo el reloj -. El Expresso no tarda en salir. Espero tengan un buen curso.
Lupin sonrió y agitó el brazo en señal de despedida, le tendió la mano a Harry.
-Ten mucho cuidado – aconsejó.
-¡Alerta ante todo, Potter!, debes estar expectante, y por supuesto, debes tener cuidado cuando escribas, no debes dar pistas de nada – ordenó Alastor Moody, con su ojo mágico girando por toda la estación.
-Pts… tío Lupin, ¿quién es la otra mujer que vino a traer a Harry?
-Bueno Simus – murmuró Lupin al joven -. Se trata de tu futura Sobrina, según dice Sirius, Tonks es hija de tu prima favorita.
El disfrazado de Simus abrió los ojos al tiempo en que la tal Tonks le entrecerraba un ojo antes de abrazar a Hermione y Ginny para despedirse de ellas.
La Señora Weasley comenzó a exasperarse porque el ferrocarril casi salía, se despidió apresuradamente de todos sus hijos y de Hermione y Harry, y en ningún momento dejó de darle consejos a ese último. Los McGonagall, quienes estaban ya arriba del Expresso se dieron cuenta de lo mucho que Molly quería a Harry, eso hizo que Jim sonriera tenuemente.
-¡Oh, por Dios!, actúa más como un perro – bufó Molly, cuando Hocicos se despidió de Harry con un abrazo parecido al que un humano le da a otro humano.
Los merodeadores se alejaron más de los chicos para buscar un vagón. Jim hubiera querido compartirlo con Harry y sus amigos, pero Rerius tenía razón, no podían estar con Harry día y noche puesto que éste aún no los conocía bien.
-Maldita sea, no hay vagones vacíos – renegó Sirius.
Llegaron al final del Expresso y suspiraron, se asomaron en el último compartimiento y vislumbraron a una chica rubia bastante extraña que leía una revista al revés. Afuera del vagón, estaba un chico rechoncho, de cabello castaño y mirada inocente, también dudaba en entrar. Antes de que le hablaran, el chico abrió su boca.
-Hola… no he podido encontrar sitio.
Simus pensó que le hablaba a él y a sus 'hermanos' pero la voz femenina y determinante de Ginny Weasley le hizo notar que ella y Harry habían aparecido tras ellos.
-Aquí solamente está Luna Lovegood, no creo que le moleste si nos sentamos con ella, es simpática.
La menor de los Weasley se aventuró a preguntar, y ante la afirmación de la chica, todos se adentraron al compartimiento en donde estaba Luna.
El Expresso se puso en marcha, las vías hacían que se movilizaran los vagones... entonces el ritmo de la velocidad comenzó a estabilizarse, se hizo monótono. Jim y sus hermanos conversaron un rato con Harry y compañía. Se enteraron de que la excéntrica chica llamada Luna era de Ravenclaw, se presentaron con Neville Longbotton y convivieron más con Ginny y Harry; también por breves instantes una chica oriental había pasado por el compartimiento para 'saludar' a Harry; Simus y Jim, al ver la torpeza de ambos para saludarse, dedujeron que se gustaban. Una hora más tarde aparecieron Ron y Hermione, quienes habían estado ausentes porque eran los nuevos prefectos.
-¡Me muero de hambre! – dijo Ron, mientras se sentaba junto a Harry para arrebatarle una rana de chocolate.
-Vaya, estaremos algo incómodos en el compartimiento- habló Hermione al ver a tanta gente.
-Eso no importa, pásale- dijo Rerius.
-¿De dónde conociste a los sobrinos de McGonagall, Harry? - interrogó Ron.
-Los conocí cuando me encontré con el Profesor Lupin en casa de Ara... de, de mi antigua niñera - respondió Harry, evitando decir "Arabella Figg", recordaba que la susodicha le había rogado que no le dijera a los muchachos quien era en realidad.
-¿En casa de Arabella Figg? - preguntó Ron.
-¡ARABELLA FIGG! - gritaron en coro los tres McGonagall.
-¡Ya sabía yo que en Madame Metamorfosis había un misterio! ¡¿Cómo fue que no la reconocí!? - gritó Sirius mientras James y Remus lo pisoteaban.
-A... a ustedes dos - dijo Jim, apuntando a Hermione y Ron, para cambiar la conversación -, los conocimos antes que a Harry, pero estábamos disfrazados.
-Ron, ¿de casualidad recuerdas a los "Paladines del bien"?
-¿Son los chicos que rescataron a Hermione de...?
Los tres asintieron. Harry sonrió agradecido y Hermione se sonrojó.
-¡Entonces ya nos conocíamos! - replicó Ron, sintiéndose más en confianza.
Después de ese encuentro habían comenzando a socializar apropiadamente. Rerius había dejado el juego de ajedrez y Ronald había retado a Simus, ambos parecían buenos. Jim frustró varios intentos de platicar con Harry, no sabía que preguntarle, pero después encontró la clave: Quidditch. Desde entonces la boca no les había parado. Hermione, en tanto, conversó con Neville, Ginny y Rerius McGonagall sobre todas las millonadas de normas del Colegio y el deber de los Prefectos.
-... es por eso que en mis ratos de ocio, trataré de fortificar el PEDDO, para luchar por los derechos de los Elfos Domésticos, estoy segura que es un proyecto muy ambicioso, pero por algo se empieza, los Elfos Domésticos viven en condiciones miserables, son esclavos, ¿cómo estar tranquilos si hoy en día no hay libertad en el mundo mágico?
-@___@ ¡Vaya!, admirable - admitió Remus, algo mareado.
La bruja del carrito de dulces volvió a pasar. Harry se mostró generoso y les compró golosinas a todos. "Y pensar que en realidad yo fui quien compró los dulces, porque Harry está usando el dinero que le heredamos Lily y yo" pensó orgulloso James. No pasó ni un minuto cuando dos cabezas de fuegos aparecieron en el compartimiento de los chicos.
-¡Hey, así que aquí estaban!, estuvimos buscándolos por todo el tren, se perdieron de un espectáculo digno de admirar - habló Fred Weasley, saludando con la palma.
-Sí Harry, hubieras visto cuando al bobo de Finnigan le explotó nuestro torpedo mágico; ese sujeto no tiene suerte. – George visualizó a demasiadas personas dentro del compartimento. Sonrió al ver a los sobrinos de McGonagall.
-Bien – dijo Fred, leyéndole la mente a Geroge -, ¿qué tal un obsequio por ser los nuevos compañeros? Sácalos George.
El pelirrojo sacó un dulce y se lo ofreció a Simus, quien lo cogió de buena gana.
-Mh, muy amables – agradeció Padfoot mientras miraba el dulce por todos lados. Ron se había tapado la boca, Harry sentía pena por Simus, ya que ese caramelo era una broma segura y tal vez fatal; según recordaba Harry, si mordías una parte del caramelo, o vomitabas o te salía sangre de la nariz o te desmayabas… y puras infamias así; la otra mitad era la 'cura'. Ginny y Hermione se avergonzaron, estaban a punto de pedirle a Simus que no comiera cuando...
-Oigan clones, esta broma mágica está muy bien hecha - dijo Simus -. Ve esto Jim, mejor que en nuestros tiempos.
-Oye, tienes razón, ¿vamos a probarlo? - sugirió Jim, asombrado por la calidad de producto.
-Sí - respondió Simus, mientras observaba afuera del compartimiento.
Jim y Simus salieron sin importarles sus antiguas actividades. Hubo un corto silencio que se vio interrumpido por la risa nerviosa de Rerius al notarse observado. Luego se oyó un grito, luego risas, luego un hechizo, y luego más risas. Un minuto después los bromistas regresaron.
-Excelente broma, gemelos - sinceró Simus -. Un chico llamado Colin cayó en la trampa, pero al menos remediamos el problema con la otra mitad y no seguirá vomitando, ¿ustedes fabricaron el producto?
Los gemelos sólo pudieron decir al unísono "Increíble", era muy extraño encontrarse con tipos tan peculiares como aquellos.
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El viaje de vuelta a Hogwarts había sido muy ameno para Harry Potter. Se sentía muy feliz por al fin volver a respirar el aire de su colegio... él siempre había dicho que ése era su verdadero hogar, pero estaba consciente de que no podía depender del colegio para siempre. En esta ocasión se sintió acorralado por un dualismo cruel: estaba feliz al mismo tiempo que iracundo por los recientes sucesos, además, para rematar su furia, Malfoy –quien había sido nombrado prefecto de Slytherin- había estado molestando con indirectas de que había visto a un PERRO en la estación de ferrocarril, y por si fuera poco la mayoría de los estudiantes lo miraban como si fuera un desquiciado mentiroso... Movió la cabeza, quería escabullir todo aquello, ahora todo eso estaba en el pasado, Sirius, su padrino, se lo había dicho este verano "No pienses en nada perturbador en estos momentos, está todo en el pasado, cuando te liberes del dolor, te puedes permitir recordar", quizás Hocicos tenía razón, pero no era sencillo controlar a su inconsciente, las cosas fluían sin que él pudiera controlarlas.
Se encontraba en la mesa de Gryffindor del Gran Comedor esperando la selección de los alumnos de primero. En esa ocasión también esperaba ver la selección de los sobrinos de la Profesora McGonagall, pues si estos quedaban en su casa, irían juntos a clase. Le simpatizaban esos muchachos.
Harry, Ron y Hermione observaron lo pálido que lucía Albus Dumbledore. Estaba decaído y ojeroso, sin su cándida sonrisa, sin sus barbas resplandecientes. Harry comenzó a sentirse mal por su Director, ¿qué problemas habría enfrentado Dumbledore en el verano?, él había estado los últimos días en el cuartel de la Orden, pero no había tenido la oportunidad de ver al Director para agradecerle su presencia en la audiencia que había tenido con el consejo de magos que amenazaban con expulsarlo para siempre de Hogwarts.
-Oí a mi padre esta mañana hablar sobre que Dumbledore fracasó en su misión de traer a los Dementores de nuestra parte, ha sido una lucha en vano - susurró Ron, bajando la mirada.
-Al menos Hagrid debió tener éxito en la misión que le encargó Dumbledore porque ya está de vuelta.
-Pero Hermione, ¿qué pudo haberle pedido el Profesor Dumbledore a Hagrid?
-¿No te lo imaginas, Ron?, ¡Fíjate bien! - regañó Hermione, susurrando -. A Dumbledore le conviene tener aliados, y Hagrid es un semi-gigante, lógicamente Hagrid fue enviado a tratar de convencer a los gigantes de unirse a nosotros… la Orden no ha dejado de trabajar, incluso ha detenido varios ataques, pero como siempre, el Ministerio cubre todo, El Profeta sigue mintiendo… todavía no sé cómo lograron cubrir lo de la toma de Azkaban, pero no podrán ocultar ese hecho por mucho tiempo.
-Silencio, la Selección va a iniciar - regañó Ginny.
Entonces de la mesa de los profesores se alzó triunfante Albus Dumbledore. Su mirada nostálgica hizo un brusco intento por volverse cándida, y al parecer al segundo intento lo logró. Dio un discurso ameno a los "principiantes", para sorpresa de Harry, Ron y Hermione, no se dijo nada sobre el retorno de Voldemort.
-Por último - mencionó Albus antes de sentarse -, tres alumnos, sobrinos de la profesora McGonagall estudiarán este año en Hogwarts, a ellos también se les seleccionará una Casa, espero también sean buenos con ellos.
El Director se desplomó ante todo el auditorio, se veía agotado. Minerva se secó el sudor de la frente, tomó valor de la nada y colocó el viejo sombrero sobre el taburete. El sombrero seleccionador cobró vida y cantó su clásica canción anual (esta vez más larga que de costumbre, Hermione Granger nunca dejó de poner excesiva atención a la letra). Cuando el sobrero calló, Minerva comenzó a nombrar lista para que cada alumno fuera seleccionado.
-Jim McGonagall - llamó, al parecer primero iba a asignarle Casa a sus sobrinos.
Jim (o más bien James), sonrió a la mesa Gryffindor, se sentó en el banco y luego se puso el sombrero.
"...¡Un momento, Gryffindor!, a ti ya te había seleccionado" rezongó el Sombrero Seleccionador.
"Vamos Sombrero, no te enojes, viajé por el tiempo, asígname a Gryffindor de una buena vez" exigió James,
"Un Gryffindor es un Gryffindor hasta el final... y aunque tú y yo podríamos platicar por horas, creo que diré:"
- "¡GRYFFINDOR!"
-Excelente - sonrió Jim. Volteó hacia su Casa y vio como todos gritaban con euforia, especialmente los clones pelirrojos.
-¡Rerius McGonagall!
El muchacho realizó los mismos pasos que Jim. Una vez sentado dialogó en silencio con el sombrero, y al cabo de un minuto, lo declaró un Gryffindor, por lo que Rerius se encaminó a su mesa.
-¡Simus McGonagall! - dijo Minerva, mientras entornaba los ojos pidiendo paciencia, pues Simus parecía querer llamar la atención. Su sobrino se puso el sombrero y en menos de lo que canta un gallo fue declarado miembro de la casa de los Leones rojiamarillos.
"Lógico, siempre seré un Gryffindor" dedujo cuando se sentó junto a la linda hermanita de Ron para seguir escuchando la selección de los alumnos de primero.
La cena había transcurrido sin novedades aparentes; Harry no vio rostros nuevos en la mesa de profesores, se preguntó si verdaderamente Remus Lupin sería su profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras ese año, pero el no ver a nadie lo intranquilizó. Trató de olvidar ese pensamiento, ya sabría más adelante sobre si Lupin volvería darle clases, o de lo contrario, conocería a su nuevo profesor.
Harry se deleitaba con la comida, los McGonagall jugaban con ella, se veían muy familiarizados con el lugar, a lo mejor era porque la profesora de Transformaciones ya los había traído de visita. ¿De dónde habían salido esos trillizos?, eran un misterio para toda la escuela.
-¡Hey, Simus McGonagall! - le gritó Parvati Patil, junto con su mejor amiga Lavender Brown - Creo que a McGonagall no le dará un infarto, han quedado en su Casa.
-Así es, preciosa - respondió Simus, mientras le lanzaba una pierna de pavo a Rerius en la cara.
-Un pregunta - habló ahora Fred - ¿Cómo fue que descubrieron que nuestro dulce era una broma?
-¿Es que fuimos muy obvios? - cuestionó "angustiado" George, con risita loca.
-Para nada, por eso les dijimos que fue un excelente trabajo - admitió Jim -. El problema radica en que nosotros somos unos expertos en asuntos y artículos para magos bromistas, no es fácil engañarnos, ¡eso sí!, mis hermanos y yo sabemos apreciar un buen trabajo, nos gustaría hacer negocios con ustedes.
-Interesante - opinó Fred, ante el asentir de su hermano. - Cuando quieran, pero claro que tendremos que probarlos.
-Nah, sería mejor que nosotros los probáramos a ustedes - corrigió Simus -. ¿Tú que opinas, Harry?
Harry casi escupió su comida, se atragantó por culpa de la pregunta.
-¿Cómo?
-Harry ¿No me digas que no eres un mago travieso? - cuestionó Simus, como si se tratara de una tragedia.
-Deja a Harry en paz, Simus - reprendió Jim -. Claro que Harry hace cosas de magos traviesos, pero permanece en el anonimato, ¿cierto Harry?
-Pues...
Finalmente era hora de ir a sus respectivas Torres. La Prefecta Granger iba al frente con imponencia, hablando de las normas a los pequeños de primero. Cuando hubo finalizado su tarea, se dirigió a los sobrinos de McGonagall:
-Me han pedido que los lleve a su cuarto porque Ron no sé donde demonios quedó, supuestamente era su tarea… síganme.
-Adonde quieras, preciosa. - coqueteó Simus, sus hermanos le lanzaron una mirada de reprobación.
-¿Estará cerca la alcoba de Harry, Hermione? - preguntó Jim.
-Me parece que está al lado - razonó la castaña.
Llegaron a la habitación elegida y la muchacha les abrió la puerta.
-Generalmente en las habitaciones están cinco alumnos, pero esta tiene cupo para tres. Espero estén cómodos.
-Gracias, es más que suficiente - sonrió Jim (James) - En nuestra "antigua" escuela las habitaciones eran para cuatro personas.
-Por cierto Hermione, podría hacerte una pregunta - interrumpió Rerius, ilusionado.
-Claro que sí - respondió la brujita, cruzando los brazos.
-Según me enteré, hace unos años dio clases en el colegio el profesor Lupin, quisiera saber, ¿qué opinión tienes tú de él?
Hermione se extrañó por la cuestión, ciertamente le pareció sospechoso, por eso se le quedó mirando a Remus, sin embargo después de analizar cuál sería su respuesta, dejó mostrar una sonrisa muy sincera.
-Te resumiré todo en lo siguiente, Rerius: Ha sido el mejor maestro que he tenido en Defensa Contra la Artes Oscuras.
-Bien - soltó el muchacho.
-Oh no, debo irme, hay junta de prefectos. ¡Espero estén cómodos en la escuela!... ah, y chicos... realmente les agradezco que me hayan salvado aquél día.
-Un placer, señorita Granger, un placer - se despidió Simus, con una reverencia que la muchacha, por despistada, no apreció.
-Bueno "hermanos", dulces sueños. Ha sido un buen día, pero temo que necesito dormir.- dijo Remus
-... y Mañana será un día mejor, porque comenzaremos con nuestros planes para cambiar el destino - enfatizó solemnemente James Potter.
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El día vivía una vez más gracias a la esclavitud del sol, que siempre tenía la misión de brillar y hacer vibrar a la vida. James despertó con un respiro profundo y glacial, fresco, como la mañana que iniciaba, rápidamente trató de acomodarse los lentes, pero al recordar que se debía tomar una poción para cambiar de identidad, cambió de opinión, ya que una vez engullida esa sustancia ya no necesitaría usar sus anteojos. "Cielos, la verdad es que nunca pensé en extrañar ese par de cristales... si le dijera la verdad a Sirius y Remus, me creerían loco, aunque bueno, ser Jim McGonagall no es tan malo, después de todo sigo teniendo la misma esencia, y al final es lo que cuenta. Me pregunto qué repercusiones traerá toda esta farsa, me gustaría que Harry supiera todo; sin embargo, tengo que admitir que me da terror contarle la verdad, no entiendo ese sentimiento de miedo, ¡es justamente lo que debería de hacer!, llegar con Harry y decirle: ¡Harry!, soy tu padre, vengo del pasado... pero justamente es eso lo que me molesta, a pesar de que en el futuro yo seré su papá, presentarme ante él diciendo eso sería inapropiado, yo aún no soy padre, ¡ni siquiera me he convertido en novio de Lily! Maldita confusión, no puedo estar en paz ni en una mañana tranquila como esta, a veces me gustaría dejar de pensar" hizo una pausa para levantarse y mojarse la cara "No debo preocuparme por eso en estos momentos. Lo mejor será planear todo el asunto que nos concierne, si queremos cambiar este presente, habrá que trabajar mucho... lo principal es estudiar sobre lo que es necesario modificar... quizá todo empiece cuando Peter decidió traicionarnos, pero ¿Por qué querría Peter traicionarnos? ¿Por qué accedió hacerse cómplice de Voldemort?, alguna razón fuerte tuvo que haber existido" el joven suspiró, no quería pensar en Peter, no quería reprocharse nada en cuanto a su amigo, pero tenía que admitirlo, le tenía recelo, mucho recelo.
-¡Despierta Sirius! - saludó con violencia al lanzarle su almohada a su camarada - Debemos ir comenzar nuestra investigación.
-¿Estás demente? - renegó Sirius, abriendo un ojo - Es muy temprano. No sé si sepas, pero existe lo que se llama sueño y... - el muchacho no terminó la frase, volvió a roncar.
James resopló "Flojos, aunque quizás tengan razón. Los dejaré descansar, yo puedo iniciar esto solo, claro, no quiero que luego se quejen" pensó decidido, mientras se tomaba la poción que lo convertiría en Jim. Bebió rápidamente, tapándose la nariz con asco; notó que su rostro cambiaba, su cuerpo se estiraba un poco, se enanchaba, su cabello se aclaraba y se volvía más lacio, sus ojos cambiaban de tonalidad, ahora eran grises.
-Me pregunto si... si apareceré como Jim McGonagall en el mapa del merodeador - reflexionó, de repente abrió más los ojos - ¡Maldición, lo más seguro es que no! ¡El mapa del merodeador nunca miente y...! ¡¡SIRIUS!! ¡¡REMUS!!
-James, por favor, duérmete. - rogó Lupin, tapándose la cara con su cobija.
-¡Harry tiene nuestro mapa del merodeador!
-Eso ya nos los dijo tío Lupin, ¿ahora sí te puedes dormir? - renegó Sirius-joven, refunfuñando cosas ininteligibles.
-¡Madre mía! ¿No se dan cuenta?, aunque nos hemos disfrazado de los sobrinos de la profesora McGonagall, en el mapa del merodeador sí apareceremos con nuestra verdadera identidad, ¡y Harry puede verlo!, si piensan un poco descubrirán que corremos peligro.
-Creo que... Jimmy tiene razón - dedujo Sirius, lavándose la cara -, así que date prisa Remus, le haremos una visita al buen Harry.
-¿Quieren decir que le robaremos el mapa? - indagó Remus, sorprendido.
-No nos queda otra salida - dijo James.
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La habitación ya casi no estaba en penumbras, los tres chicos se asomaron y distinguieron cinco camas, por tanto, cinco bultos dormidos. Los merodeadores sabían que con Harry dormían Ron Weasley, el gordito Neville, Dean Thomas y Seamus Finnigan, los cinco roncaban libremente, como bestias salvajes y despreocupadas. Sirius Black cruzó los brazos y les hizo una seña a sus amigos, éstos comenzaron a avanzar mientras que Simus hacía guardia. Jim y Rerirus abrieron con calma siniestra un baúl y lo comenzaron a batir con el mayor silencio posible, ellos buscaban un pergamino viejo y al parecer vacío, sin letras.
-... hey, aquí está - murmuró quedamente Rerius, mientras lo tomaba.
Jim lo dobló y lo metió en su túnica, sonrió mientras que él y su "hermano" cerraban el baúl. Entrecerraron un ojo, el plan había sido un éxito, al parecer había sido muy sencillo quitarle el mapa a Harry Potter.
-¿Ehh? ¿Qué sucede aquí? - se despertó de pronto Harry, mientras se ponía los anteojos -¡AHHHH buenos días! - improvisó Simus - ¿Qué tal Harry?, bonito día, ¿no es así? El sol está muy brillante hoy, ¡hemos venido por ustedes porque es hora de desayunar!
-¿Tan temprano? - Ron se quejó en un bostezo.
-Claro que sí Weasley... que-que-re-mos que nos muestren el Castillo, debe de haber muchos lugares recónditos por aquí, ¿verdad hermanos?
-De hecho le dijimos a Simus que era muy temprano, pero el terco nunca entiende... mi hermano Jim y yo, nos iremos a dormir, ¡les encargamos a Simus! - dijo Rerius, mientras él y Jim salían como rayos de la habitación.
"Como siempre, yo tengo qué hacer el trabajo pesado en estas misiones" suspiró Sirius, mientras volvía a mostrar una sonrisa demente a Ron y Harry.
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-En efecto, es el mapa. Está muy bien conservado, ¿no opinas?
-Ya lo creo Remus, quien quiera que lo haya encontrado, lo ha sabido usar bien, ¿cómo habrá llegado este mapa a manos de Harry?
-Quizá mi Yo-Adulto se lo dio. - dedujo Rerius, observando todos los puntos en el mapa. Por cierto James, ¿tienes alguna idea de cómo cambiaremos la historia?, he estado pensando mucho en eso, pero no encuentro la solución.
-Además debemos perfeccionar el giratiempo, debemos hacer un aparato incapaz de errar... podría ser como la leyenda muggle sobre la máquina del tiempo.
-¿Leyenda?, ¿qué no es una novela?
-Sigue siendo ficción. Para los muggles todo lo que tiene qué ver con la magia es ficción, Remus - Jim guardó el mapa. Él y su 'hermano' estaban charlando en su habitación -. De cualquier modo esta semana la dedicaremos a eso, y cada quien podrá ir pensando en el acontecimiento correcto que habría qué explorar o revisar. A mi juicio deberíamos trastornar la época en la que Peter fue corrompido.
-¿No sería más ambiciosos retornar a la época en la que Voldemort era un intento de persona?
-Sería mucho más riesgoso, pero asimismo ambicioso ¿A que sí?, pero lo que haríamos sería desmentir el pasado, deshacer a Voldemort, que fue parte de tantos destinos... no lo sé, por eso mismo hay que estudiar las consecuencias de nuestros actos, un acto inconsciente puede costarnos muy caro...
-Tienes toda la razón.
-¡En fin, dejemos eso para después del desayuno!, me muero de hambre. A lo mejor Simus, Harry y Ron ya están ahí.
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El desayuno en el Gran Comedor no tuvo una gota de serenidad. Harry tenía el semblante severo. Simus agradeció que Prongs y Moony llegaran pronto y les secreteó que Harry había tenido una disputa con Seamus Finnigan porque el susodicho no creía en Harry; más tarde Hermione había tenido una discusión con Harry acerca de que todo el colegio debía estar unido, como lo había aconsejado Dumbledore, pero Simus estaba de acuerdo con Ron y Harry en que los Slytherin eran la peor bazofia y nadie querría unirse con ellos.
-Harry, ¿qué clase nos toca? - preguntó Rerius
-No lo sé, Hermione tiene los horarios... Este, Hermione, ¿podrías...
-¡Oh no!, nos toca una clase doble de Pociones con los Slytherin - se adelantó a decir la prefecta
-O sea que tendremos que soportar a Snape desde la primera clase, creo que el desayuno me caerá pesado - opinó Ron -. Oigan trillizos, ¿ustedes habían oído hablar del profesor Snape?
-¿Del pelo grasiento? ¡Pues claro que sí! ¡Es el demonio viviente!
-¡¡SIMUS!! - regañaron sus hermanos.
-No le hagas caso Harry, mi hermano tiene problemas - dijo Rerius -. Hemos oído hablar de Snape, ciertamente, pero no es para tanto... claro que a simple vista se nota que su cabello nació de la grasa misma.
"Sospechosos" pensó Hermione, con suspicacia.
Se dirigieron a las mazmorras con el ánimo por los suelos, a Harry le parecía extraño que los tres sobrinos de McGonagall se notaran tan molestos y desconcertados, era como si revivieran sucesos desagradables... era cierto que el rostro de Snape era desagradable a primera vista (y más para los Gryffindor), pero creyó que se trataba de algo más... era como si los tres muchachos ODIARAN a Severus Snape, sus caras los delataban. "Además" analizó Harry, mientras caminaba junto a Ron y Hermione hacia las hediondas aulas "... le dijeron 'pelo grasiento' con tanta familiaridad…".
-Oye Harry - llamó en voz baja Ron.
-¿Ehh?
-¿Sabes?, no sé, pero estos chicos - murmuró señalando a los disfrazados -, ¿no te parecen MUY informados?... he pensando en el rescate de Hermione... no dejo de imaginar cómo supieron que habría un ataque, ¡y luego eran diferentes!... Jim McGonagall estaba muy parecido a ti...
-Pero no hay otra explicación, McGonagall luce muy orgullosa de sus sobrinos, se le nota en la cara - dijo Hermione.
-Quizá sean parte de la Orden del Fénix - dedujo Ron, pero luego negó -¡Bah!, no es justo que ellos sean parte de la organización y nosotros no.
Harry se encogió en hombros sin saber que responder; Hermione suspiró y miró su reloj.
-¡Santo cielo!, si no nos damos prisa el Profesor Snape comenzará a quitarle puntos a Gryffindor.
-No hay problema Hermione, ahora que somos prefectos si Snape nos quita puntos… - bromeó Ron.
-No Ron, debes estar consciente del deber de un prefecto - regañó.
Apresuraron el paso y dejaron de pensar en los McGonagall, ya habría tiempo para eso. Se introdujeron. Snape nunca en su vida se había visto tan maniático. Su entrecejo estaba fruncido pero una sonrisa cínica se asomaba en su cetrino rostro de tinieblas.
-Juraría... que Snape está contento - susurró Ron, muy admirado, sus amigos asintieron y se encaminaron a tomar una mesa para empezar con Pociones del quinto grado.
A James se le turbó el semblante al analizar el lugar. Era más tétrico de lo que recordaba, o tal vez se debía a que su verdadero maestro de pociones no era tan temible como Snape. Desvió su vista hacia el caldero, había en él un panorama más agradable, quiso respingar, pero se abstuvo y mejor miró fugazmente a Harry. Se cruzaron las miradas porque Harry volteó y se encontró con los falsos ojos grises de Jim. Harry le sonrió sin saber que hacer, James le siguió la corriente mientras mentalmente pensaba en los esmeraldas ojos de su futuro hijo. Se parecían a los de Lily, por eso por un breve instante creyó que todo era un sueño y que pronto despertaría en la clase de Historia de la Magia que daba el aburrido señor Binns. Sirius, por su parte, tenía ganas de sacarle la legua a Snape; se enfurecía cuando sentía la gruesa e insatisfactoria mirada del "afamado profesor", tenía ganas de desgarrarlo. Remus estaba pálido, contaba con impaciencia a todos los alumnos que iban entrando. Vio al llamado Draco Malfoy, quien se dirigió hacia Snape, le dijo algo... parecía el consentido. Rerius le dio un codazo a James, quien secreteó.
-Ya veo... este es el Severus de la época de Harry - mencionó James a Remus, Sirius estaba muy molesto como para prestarles atención -, lástima que no tenga pelo grasiento; apuesto a que ese rubio y Harry son enemigos naturales.
Remus sintió que la risa quería salir de su cuerpo, se tapó la boca para no emitirla, seguro que si Severus lo oía le bajaría puntos. El sentido del humor en ambos desapareció cuando el profesor hizo un extraño ademán de imponencia y comenzó a hablar de los TIMOS y de que en su clase había alumnos que SÍ valían la pena por sus méritos y no por ser "celebridades" o "nuevos entrometidos dimensionales" o algo así (esto último confundió a la mayoría de los alumnos y puso nerviosos a los chicos del pasado). Severus además de lucir poseído, parecía sumamente estricto, más de lo habitual, eso lo notaron los McGonagall cuando los rostros de las chicas y los chicos comenzaron a ponerse cada vez más lívidos. Todavía no terminaba el prólogo del "inicio de cursos", cuando Simus se exalto, no soportaba tener enfrente al pelo grasiento como si fuera su superior, ¡no podía ni respirar!
-Maldita sea - masculló, revolviéndose el cabello -. ¡Mi peor pesadilla hecha realidad!
-¡Simus, silencio! - sentenció Rerius, golpeándolo.
Pero parecía que eso estaba esperando Snape para su ataque, "una razón".
-¡¡15 puntos menos para Gryffindor!! - entonó Snape, con satisfacción indudable - Al parecer vas llegando a la escuela para causar desastre en mi clase.
-¡Pero...! - respingó enojado Simus.
-¡20 puntos menos por contradecirme! - chilló emocionado, esa era su venganza sin duda alguna.
-¡Grrrrrrrr!
-Simus, ¡cállate! - regañaron al unísono Rerius y Jim.
-5 puntos menos por entrometerse, ustedes dos - remató el pelo grasiento.
Simus iba a abrir la boca, pero en ese momento sintió que algo le golpeaba la nuca, volteó hacia atrás y se topó con los rostros molestos de todos sus compañeros de Casa, los Slytherin celebraban con sonrisas, Malfoy cuchicheaba con Crabbe y Goyle.
-¡Shhh! - calló Lavander, en son de súplica.
-... ni siquiera habíamos ganado puntos porque vamos comenzando, ahora tenemos cifras negativas - se lamentó Dean Thomas en voz audible para Simus.
El joven no quería ganarse enemigos, menos si debían ser sus amigos, por ello dio su máximo esfuerzo y se mordió los labios, miró con furia a Snape, como mínimo el muy maldito decía "tantos puntos menos por mirar feo", pero Sirius no podía mirar a su peor enemigo escolar de otra manera. James y Remus suspiraron cansados, casi pensaron en ir a rogarle a Dumbledore que no les obligara a tomar la clase de Pociones, pero ellos no eran cobardes y podían con el reto... al menos eso creían. James escuchó que Ron le dijo a Harry ¿Te das cuenta Harry?, parece que los odia más a ellos que a ti.
El resto de clase mantuvo la presión creada en el ambiente. Severus prosiguió la clase del día con la misma sonrisa malvada, en varias ocasiones quitó puntos, dos a Neville por una explosión, uno a Hermione por contestar cuando no le había dado permiso de hablar y otros cinco a Sirius por volver a rezongar. Snape no tenía derecho a ser tan parcial, su deber de maestro era una cosa y sus odios otra, eso era lo que no soportaba el futuro padrino de Harry. Los sobrinos de McGonagall no hicieron el intento de participar en la clase, en muchas ocasiones Snape trataba de descontrolarlos y les indagaba cosas muy complicadas, pero a Dios gracias James supo responder coherentemente. Harry se sentía felizmente desplazado, no se molestó cuando Draco le bufó ¿Qué Potter?, ¿sientes envidia de ellos, Potter?, ¿te habrán desplazado?, no tenía interés en responderle al hijo de un mortífago, de un asqueroso traidor. Tenía razones para sentirse aliviado: por primer a vez en su historia de Pociones no era el desgraciado quita-puntos de Gryffindor, estaba admirado.
Sin embargo, debido a todos esos pensamientos, no se dio cuenta cuando Snape aterrizó como buitre cerca de su pupitre.
-¿Qué se supone que es esto, Potter?
Harry dio el nombre de la poción que elaboraba.
-Dime Potter, ¿sabes leer?, porque todo parece indicar que no. Lee las instrucciones. Dime Potter, ¿pusiste todos los ingredientes?
El chico bufó al ver que había errado en la poción porque no había puesto unos polvos que estaban señalados en las instrucciones.
-No.
-Lo sabía Potter, esta cosa está inservible.
Snape hizo desaparecer la poción de Harry sin ningún tipo de piedad. Jim se enfureció tanto como Harry, ¡había pociones mil veces peores que la de Harry!
-Hey, Snivellus (*)– dijo James, olvidando que era Jim - ¿No estarás pasándote de listo?
La mirada de Snape se volvió temible en un dos por tres, su piel cetrina cambió de color varias veces, apretó los puños para evitar estrangular al odioso James Potter.
-¡¡Potter!!- gritó fuera de sí, Harry frunció el ceño y masculló molesto, mientras se ponía de pie, no era justo que Snape quisiera vengarse con él, él no había sido quien le había dicho S-n-i-v-e-l-l-u-s a Severus Snape. - ¡Tú, siéntate! – volvió a gritar Snape, apuntando a Harry, pues al decir Potter se había referido a James y no a su futuro hijo.
Neville tragó saliva, Hermione estaba asustada por la mirada desafiante y burlona de Jim McGonagall.
-¿Qué sucede, Snivellus?, ¿te equivocaste de persona?, esto no tiene que ver con él, sino conmigo.
-¡Jim, cálmate! - Pidió Rerius mientras que anonadado veía que Snape alzaba su varita.
-No podrías atacar a un estudiante – le dijo Simus a Snape, también traía una cara iracunda y demente -. A Dumbledore no le gustaría… al parecer, los años no han hecho que superes lo de Snivellus, ¿cierto?
Severus temblaba de la repulsión, sus dientes rechinaban, y pasando los segundos pudo tranquilizarse.
-Me… las… vas… a pagar… - susurró, nadie le oyó decir eso, pero Jim leyó los labios de su enemigo. – ¡ESTÁS EN DETENCIÓN POR TODO EL AÑO, Y QUIERO QUE LE LLEVES ESTA NOTA A MCGONAGALL!
-Como Snivellus quiera – replicó en voz queda Jim, pero Snape también le leyó los labios.
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A comparación de ese caldazo, las tinieblas de la noche eran hermosas y claras. Parecía un preso que estaba destinado a morir en la horca pero sólo estaba encogido por un miedo intenso, fuera de lo común… se había alejado de todos sus compañeros, del Señor Tenebroso, quien lo había notado muy raro. Estaban en Azkaban, pero Azkaban, ya no era una prisión, Lord Voldemort acababa de apropiarse de ella, había ganado el "cariño" de los Dementores al prometerles sentimientos y almas de mentes sanas, apetitosas… el viejo y famélico Dumbledore no había tenido éxito al intentar convencerlos de lo contrario. Tom Riddle tomaba el poder que un crío sin gracia, llamado Harry Potter, le había quitado. La prisión ahora era como el "castillo" o centro de operaciones del gran señor, sus mortífagos aparecían constantemente. Algunos estaban siempre con él, otros, como en el caso de Lucius Malfoy, tenían que seguir aparentando ante la comunidad Mágica, que habían cambiado.
Peter Pettigrew era el hombrecito torturado que yacía en la esquina de esa celda; estaba en ella por órdenes de Voldemort, quien lo quería tener bien vigilado, pues no estaba seguro de la lealtad de la rata. Peter no se sentía feliz junto a los mortífagos. A pesar de que gracias a él su Señor había regresado al poder, lo trataba como escoria. A Colagusano le daba la impresión de que no lo mataba porque sabía que aún podía serle útil… Utilidad… esa palabra resonó varias veces, en verdad nunca se había sentido útil, pero al menos cuando era un niño y tenía protectores, se sentía sumamente feliz. Con Voldemort podía estar del lado de los fuertes –pensaba el imbécil- pero jamás tendría amigos, y eso Peter lo sabía, porque era un traidor.
En ocasiones sentía unas ganas tremendas de volver con sus antiguos amigos…le hubiera gustado que Sirius, en vez de querer matarle le hubiera hecho una broma, y Remus le hubiera estrechado la mano, ¡pero no se lo merecía!, aunque clamaba piedad y se arrastraba como un gusano en el suelo, sus acciones, su cobardía, su estupidez impedían que alguien en verdad lo apreciara… era un asesino, había regalado la vida de James Potter y su esposa mientras que ellos sólo tuvieron para con él buenos gestos. Todo era su culpa, a veces deseaba matarse, pero tampoco tenía valor para aquello. Estar en ese calabozo, en donde ordinariamente estaba un preso, era aún peor que permanecer un año en las mazmorras de Hogwarts; y Sirius Black había estado encerrado ahí por muchos años siendo inocente… Sirius Black, otro de sus protectores. Si Sirius Black no le hubiera descubierto como Scabbers años atrás, él aún sería la rata de Ron, no habría tenido que buscar a Voldemort, no hubiera tenido miedo de sus antiguos amigos… posiblemente Remus Lupin aún fuera profesor de Hogwarts y lo pudiera seguir viendo, ¡y a Harry también!
Peter era un ser muy pobre de alma. Estaba en una guerra en la que no sentía odio por los que ahora eran sus enemigos. Peter no odiaba a Harry, le recordaba a James… incluso el chico le había salvado la vida. Tampoco odiaba a sus viejos merodeadores, les temía, el afecto parecía haberse esfumado. Sin embargo a quien más temía era a quien servía. Le temblaban las manos. Ninguna de estas reflexiones cruzaban por la mente del animago ilegal y traicionero, lo que lo estaba enloqueciendo provenía de días atrás. Wormtail había tenido alucinaciones en el último ataque de los mortífagos. Había visto a su pasado, a sus amigos cuando eran chicos… se le había estremecido la piel, se asustó tanto que atacó al pequeño Remus con su varita sin pensar en la gravedad de la maldición. Eran tan reales que no parecían ilusiones, soñaba una y otra vez con lo mismo… no le había importado los azotes que Voldemort le había dado por su cobardía (ya que había huido), era más tormentoso el rostro vivo de James, el alegre de Sirius, y el sereno de Remus… sus antiguos amigos, él los había traicionado y ni siquiera tenía la capacidad de sentirse avergonzado. ¿Por qué los había vuelto a ver de chicos?
Gimió… sintió unas ganas tremendas de huir despavorido hacia un nido de ratas, las ratas normales casi siempre lo rechazaban, pero prefería ese rechazo al de los humanos.
Una tenue luz comenzó a formarse frente a él, los ojitos de piquete de Pettigrew se agradaron ante el nuevo temor que se fue gestando en su vientre. Le dieron nauseas y se acorraló en la esquina de la inhóspita celda cuando se dio cuenta de que la luz crecía. Por instinto buscó su varita, la tocó, pero no pudo alzarla. Chilló como rata y se tapó la cara con ambas manos, esperando un ataque furtivo y fugaz.
Para cuando volvió a atreverse a abrir los ojos, miró hacia arriba al notar que la luz se empequeñecía a cambio de la aparición de un Fénix glorioso, rojo y brillante, como el sol de mediodía.
-¡Estoy en… en… enloque… enloqueciendo! – tartamudeó Colagusano. Ése fénix piaba un canto único, tan hermoso que por un momento pudo tranquilizarse.
¿No te gustaría ser tú mismo una vez en la vida? escuchó que le dijeron. ¡Era la voz de…!
El ave traía en sus garras color naranja un pergamino que provocó en Peter más espasmos aún. Lo soltó, acto seguido la luz volvió y el fénix volvió a desvanecerse.
-¿Quién eres? – preguntó horrorizado la rata, mientras se arrastraba hasta conseguir el pergamino - ¿Es el mapa del merodeador? – preguntó mientras examinaba que no había nada escrito.
Unas letras comenzaron a escribirse en el pergamino.
NO fue la respuesta que obtuvo del papel.
Gimoteó asustado, y con la varita amenazó al papel.
-¡Muéstrate!... ¡Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas! – dijo rápidamente, temiendo que algún mortífago apareciera.
No bastará con eso escribió el pergamino.
Peter intentó romperlo, tampoco pudo. Finalmente se escribió en la hoja:
¿No te gustaría buscar la manera de ser tú mismo una vez en la vida?
Observó con escrutinio el pergamino, el fondo de este se volvió transparente, y se vio a sí mismo, pero de jovencito… era su silueta de joven… en la profundidad del papel, pudo ver las figuras opacas de los Potter. Se estremeció y dejó de mirar. Era demasiado para el cobarde ex–Scabbers, con desespero guardó el pergamino en su túnica. Se levantó temblando y salió de la celda como si acabara de recibir una decepción amorosa… el torpe no se dio cuenta de que anteriormente la celda estaba cerrada…
Al verlo salir, tres sombras salieron del pasillo de la prisión, Lord Voldemort estaba ahí. Con sus intensos ojos escarlatas, su nariz hundida, su boca seca; le sobaba la cabeza a su querida Nagini, quien siseaba como buen reptil.
-Síguelo – dijo el Señor Tenebroso a la otra sombra que se inclinaba a él, como si lo adorara.
-Sí, mi señor, le aseguro que investigaré qué se trae ese gusano entre manos.
-Confío en ti, Bellatrix, no me falles.
La bruja que estaba al lado de Voldemort se cubrió con una capa invisible y comenzó a seguir a Pettigrew; Lord Voldemort sonrió, sabía que la rata le iba a servir tarde o temprano.
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Continuara…
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Notas2.-¡Terminé! ^___^ ¿qué les pareció el capítulo?, espero los haya entretenido un rato con todas estas revolturas de tramas. Como ven, lo del Pergamino ya va tomando forma, ¿el pergamino que se le apreció a Peter-adulto, es el mismo que el del pasado?, si es así ¿En dónde quedaron Lily y Peter? (Por cieto, espero que se haya entendido adonde viajaron Lily y Peter… sino, denle un revisada al libro 4). ¿Qué pasará con James y sus riñas con Snivellus?... como ven, creo que James no pudo soportar que Snape hiciera injusticia con Harry y se reveló, ¡hasta el sobrenombre de juventud le dijo a Snape!, eso si duda dejó muy admirados a todos los estudiantes. ¿Quién será el Profesor de DCAO? ¿Remus Lupin?... todavía le quedan muchas sorpresas al fic, y se acerca cada vez más el momento en el que Harry descubrirá la verdad de los McGonagall, ¡así que no se pierdan el próximo capítulo!
(*) –Snivellus—es el sobrenombre que James, Sirius y Remus usaban para llamar a Snape en el Colegio.
¡Gracias por leer!, esperaré ansiosa sus comentarios.
Aquí contesto brevemente los reviews:
-Atariel2.- ¡Hola!, gracias por seguir mi fic. Espero te haya gustado el libro 5 tanto como a mí… y bueno, ojalá te haya gustado este episodio. Sirius al menos ya sabe de la existencia de Tonks y ya iniciaron las clases del quinto curso (y vaya inicio con pociones, ¿no crees?). Espero tu comentario, ¡gracias otra vez!
-Hermine 73.- Por fin le continué a mi fic, gracias por leerlo y espero que siga igual de interesante, me esforzaré para mejorarlo ¡hasta pronto!
-Kathy.-Muchas gracias por leer mi fic, espero este capítulo te haya gustado. Cierto!, Snape va a desplazar a Harry para torturar a los merodeadores, pero ya ves que Sirius, James y Remus no se dejarán, incluso lo han llamado Snivellus, como cuando Sevvy era niño. En cuando a la bruja de Umbridge, pronto saldrá, ya lo verás, aunque aún no sé cómo aparecerá la cerda-rana. ¡Espero tu comentario!, gracias de nuevo.
-Ginny W-P.- Hola amiga, ¿cómo te ha ido?, lamento si no te llegó mi último mail, es que mi correo está bien rebelde. Espero este cap te haya gustado, ya me lo comentarás, ¿Verdad?, bueno amiga, no svemos luego, gracias por escribir y leer mi fic.
-Chica.-Gracias por tu comentario; no importa si la otra vez no pudiste mandarme un review, me da un gusto enorme saber que sigues mi historia. Qué bien que te gustaron las partes en las que los dos Sirius interactúan, y ojalá este capítulo haya sido de tu agrado. ¡Gracias!
-Padme Gilraen.-Espero te haya gustado este capítulo y no te haya enredado… te prometo que pronto explicaré todo mejor ^^. ¿No se subió tu otro review?, te comprendo, ff.net siempre anda con sus rebeldías, a lo mejor, como tú dices, sí planea dominar al mundo. Bueno, te doy las gracias por leer, qué bueno que te gustó el reencuentro de los dos Sirius ¡hasta pronto!
-Hikari Takaishi Y.- ¡Amiga!, gracias por seguir mi fic revoltoso, en verdad es un honor que lo leas. Es verdad que mi historia está compleja, me la paso con infamias de miles de personajes y espero que no siga enredando a todos los lectores (según yo tengo como resolver el fic). Y también espero que los merodeadores acaban con el Mordelón, pero quien sabe lo que al final escriba, ya me conoces, cambio de opinión muy rápido en cuanto a fics y sus finales. ¿Qué tal te pareció la clase de pociones?, espero que espeluznante, yo tampoco aguantaría ser alumna de Snivellus. ¡gracias por tus comentarios!, me levantas el ánimo de una manera increíble. Ahh, y sobre tu querida Hermi, pues ya verás su rol en este fic, en este apenas y la introduje, lo mismo que a Dacro, aunque con ese chico aún no sé qué hacer. Espero te siga gustando esta larga historia. ¡hasta pronto!
-AIOV.-Champi-kun, lamento la tardanza de mi publicación, pero ya sabes que he estado bloqueada y ocupada, ya me viste en GDL. Jeje, cierto, Arabella Fig. no ha salido, pero saldrá (la pondré a tomar el té con Tonks o algo así =P). ojalá te siga gustando mi fic, prometo mejorar y también espero que te la hayas pasado bien en GDL conmigo, Babe y Pichón de vacaciones. Bueno Champ, cuidaos, ¡gracias por todo!, te prometo que algún día destruiré a la rata. Y porfa, síguele a tu fic!!!
-Shaman Ryoko Lupin-Black.-¡Holaa!, yo también estuve alejada del internet, por eso me tardé en actualizar. Espero mi historia te siga pareciendo interesante, ¡gracias por tus comentarios!, me animas mucho con ellos. ¡Hasta pronto!
-Lucía.-Muchas gracias por tu review, siempre agradezco el que se tomen la molestia de leer mi historia, en verdad es gratificante. Espero este fic siga teniendo detalles especiales, quiero que tenga diversión, pero también drama. Lamento haber tardado tanto en actualizar, pero finalmente aquí está el capítulo, espero te haya gustado, pero ya me lo dirás luego. Thanks!
-Dadaiiro.-¡Amiga!, gracias, pero muchas gracias por tu enorme y animoso review; tus comentarios tienen algo especial que hace que de verdad mis escritos valen la pena, en serio, gracias por tu apoyo. Qué bueno que este cap no te decepcionó. Tienes razón, cuando Sirius dijo "McGonagall y sus secuaces" pareció que Minerva era malvada o de que hablaba de una pandilla, pero ya conoces al encantador de Little Padfoot y sus infamias. ¡ahh! Y qué bien que os gustó el reencuentro de los Black, la intención era hacer un reencuentro intenso, y parece que en parte lo logré… y por cierto, no opinas que Remus se vería bien de padre?, por eso lo puse reprendiendo a Sirius-joven cuando este apareció de la nada en la casa de los gritos. También en este cap traté de seguirle a lo de Lily y Peter, espero esa parte se haya entendido. Yo también creo que Minerva está muy feliz con sus sobrinos provisionales, hasta fue y los presumió al Ministerio, claro que eso fue un pretexto que usé para que los merodeadores lograran mortificar al ingrato de Percy (considero que fue demasiado sutil con Percy, pero en ese entonces yo no terminaba de leer cierto escrito). Sí, mi objetivo es hacer que Big Padfoot sea más feliz, ¿no crees que se lo merece?, ¡claro que sí!... y bueno, yo también me hago la pregunta del millón: si Harry fuera animago, ¿qué forma adoptaría?... eso habría que verlo, ¿verdad?... Amiga, gracias por leer mi fic, ¡es un honor! ¡nos veremos pronto, dentro de unos días! (Cuídate, por fa!!!)
-Randa.-Gracias, antes que nada, por tus dos reviews y por lo que me dices en ellos. Qué bueno que Giurahistoria te ha gustado, espero que siga siendo de tu agrado, al menos ya puse una extraña clase de pociones y le he seguido con la trama /espero no te hayas enredado/. ¡hasta pronto y gracias otra vez!
-Rosemary Black.-Por fin le seguí a mi historia, espero te siga gustando, ¡gracia por leerla y dejarme review!, me das muchos ánimos con eso.
-Arwen15.- Como pudiste leer, ya ha salido más sobre Ron, Harry y Hermi, además también expliqué un poco más sobre lo del Lily y Peter /sé que aún sigue enredoso, pero lo iré aclarando/. Ahora que estoy de vacaciones le daré una leída a tu versión de HP5, seguro está muy buena. Bueno, gracias por seguir leyendo, ¡hasta pronto!
-Hermionita.- Muchas gracias por tu review, espero te siga gustando mi historia. La relación entre James (Jim) y Harry se va ir desarrollando poco a poco, ¡y claro!, yo también opino que el que haya dos Sirius y dos Remus le da 'sabor' al fic ^___^. ¡Ah!, y muy pronto sabrás si Lily se va al futuro de Harry. Disculpa la tardanza de este cap, prometo tardarme menos en adelante.
-Camila.-¡Hola Camila!, muchas gracias por tu review, me animó mucho. Espero mi fic te siga gustando, a pesar de todas las revolturas que hago. ¡Ahh, y lees 'Respuestas' de Dikana!, haces muy bien, es uno de los mejores fics que existen y la escritora es genial (además, es una persona muy especial y excelente amiga). Por supuesto que me gustaría ser tu amiga, tienes mi mail a tu disposición (cielocriss@graffiti.net) y a ver si te veo por el Messenger un día de estos (no entro mucho por falta de tiempo, pero estoy de vacaciones todavía). Espero que Harry pronto descubra que 'Jim' es su papá ^^
-Layla Kyoyama.-¡Hola Layla!, antes que nada te agradezco que sigas mis fics (FP, MB y G), en verdad es un honor que lo sigas, así que muchas gracias por leerlos y dejarme este comentario. Como pudiste ver, en este capítulo ya apareció Draco, sé que su aparición fue fugaz, pero en el próximo capítulo pasará algo con él y los merodeadores, ya lo verás (iba a ser en este capítulo, pero lo tuve que cortar por largo). ¿Qué te pareció la clase de Pociones?, espero que todo un martirio (para los merodeadores, pero divertido para los lectores). Definitivamente el colegio será de locos cuando los gemelos y los merodeadores se unan, ¿no crees?, ya veremos que pasa con ellos. Y bueno, ¡por supuesto que Arabella Figg seguirá apareciendo!
-Diana Cat.-Gracias por tus comentarios acerca de mi fic, me animaste mucho; espero mejorar este fic para que os siga gustando. Y bueno, te ofrezco una disculpa por la tardanza, sé que soy bastante incumplida, pero todo se pone en mi contra para que no actualice rápido. Prometo que poco a poco voy a explicar más la trama y Lily aparecerá más (lastimosamente Peter salió mucho este cap, pero prometo erradicarlo de alguna manera n_n). Ojalá este cap te haya gustado, ¡hasta pronto!
¡Gracias a todos por sus comentarios! (no se olviden de dejarme uno nuevo ^_____^)
(Espero no me haya faltado nadie por mencionar, gracias también a los que leyeron y no dejaron review)
¡Hasta pronto!
Atte. CieloCriss
