Notas1--¡Hola a todos!, espero estén bien, disfrutando del 'Azkaban-escolar' que ha iniciado en septiembre (al menos en mi caso). Aquí les traigo de nuevo cuenta el nuevo capítulo de 'Girahistoria'; y bueno, realmente lamento haber vuelto a tardar tanto en redactarlo, pero… siendo honesta estuve muy bloqueada con el fic, escribía y luego lo borraba, el caso es que tardé siglos en tener algo semi-decente.

Este capítulo podría decirse que es –cómico-, o al menos yo me estuve riendo en partes, es la complementación del pasado episodio (en el cual James tiene su enfrentamiento con Snivellus). Seguiré entonces esa línea del primer día, sabrán quien resulta el Profesor de DCAO, aparecerán de nuevo algunos personajes… y además, habrá un final sorpresivo. ¡Ojalá les guste!

**Este episodio tiene un dedicatoria especial: Está dedicado con mucho cariño a mi primo-sobrino AIOV por su pasado cumpleaños… ¡Felicidades!, espero te guste este regalito**

Sin más que agregar, los dejo con la lectura, MUCHAS GRACIAS por seguir mi fic, por sus reviews y mails.

PD-Es posible que este fic siga algunas líneas del libro 5 de la Orden del Fénix.

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Fanfiction: Harry Potter

~girahistoria~

Por CieloCriss

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La Usurpadora

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'Jim McGonagall' se había convertido en leyenda desde el primer día de clases. El rumor se volvió admiración, el sobrino de la Jefa de Gryffindor había sido el primero en desafiar de manera tan directa al profesor Snape. Le había dicho Snivellus… algunos pensaban en que el chico era hombre muerto, otros tantos murmuraban que entre Filch y Snape pondrían al joven a realizar trabajos forzados en el Bosque Prohibido por el resto de sus días. Lo que sí podían afirmar los estudiantes de Hogwarts, era que Jim resultaba ser el primer estudiante que había sido castigado por un año entero, ¡pobre chico!

Al principio el acto 'heroíco' de James (Jim) no les había causado mucha gracia a sus compañeros, las cifras negativas que llevaba Gryffindor no eran reconfortantes, pero por milagro de algo insólito, los puntos perdidos habían sido recuperados de manera asombrosa en las siguientes clases de Herbología y Encantamientos, la misma Hermione estaba admirada de lo inteligentes que parecían ser los sobrinos de McGonagall.

Jim no apareció hasta la hora de la cena; entró al Gran Comedor con algo de arrogancia, traía formada una irónica sonrisa de triunfo y despreocupación, como si hoy hubiera sido el día más ordinario del mundo.

-¿Qué hicieron de comer los elfos?- fue el primer comentario que realizó. Se hizo campo entre Ron y Harry para sentarse en medio de ellos.

-Hay estofado- dijo tranquilamente Simus, interrumpiendo la trayectoria de su bocado.

-¡Excelente!

Harry y Ron, al igual que Hermione, quedaron un tanto anonadados por la actitud del chico.

-¿Y bien?- terminó cuestionando la castaña de cabello enmarañado.

Jim no se preocupó por contestar inmediatamente, masticó con calma, sus ojos 'grises' estaban pensativos, pero al mismo tiempo inexpresivos.

-¿Sucede algo, Hermione?- mencionó con la vista fija en la muchacha.

-Oh, por Dios, acabas de llegar de una detención y no dices nada, ¿realmente el profesor Snape te castigará por un año?

-Cierto Pron…¡JIM!, ¿qué te dijo McGonagall?, ¡es decir! ¡La tía!- Rerius se atragantó, ante su inesperado sonrojo, bajó la cabeza. Hermione pareció analizar cada una de las palabras del chico con escrutinio, como si tuviera sospechas de algo.

-Me dio un discurso sobre lo de siempre. Me dijo que tenía que aprender a controlar mi carácter, ya la conoces; también estuve con Dumbledore, se armó todo un acontecimiento por mi supuesto atrevimiento.- respondió Jim a Rerius, y siguió comiendo. -. En cuanto al castigo, sospecho que Snape se la pasará peor que yo.

-Pero esta vez puede hacer lo que quiera por su posición de profesor- susurró Rerius, Simus le dio un codazo.

-Snape se puede ir al demonio, encontraré la manera de vengarme. Ya me sabes 'hermano', nunca suelo desaprovechar los castigos… no me aguantará y me liberará pronto.

-Pero no me explico porqué el profesor Snape te odia tanto – dijo Ron, jugando con su postre.

-Es una especie de odio natural. – aclaró Jim, con sonrisa demente -. Ese pelo grasiento y yo nos conocimos hace tiempo, sé sus movidas y no me pareció justo que te hiciera eso, Harry.

Harry pudo comprender que Snape sintiera odio natural hacia algunas personas (como hacia él), sin embargo no le cabía en la cabeza qué clase de relación podía tener Snape con el trillizo.

-Te lo agradezco – dijo Harry -, me refiero a lo de la clase de pociones.

-Eres hijo de James Potter, es lógico que Snape te odie – Simus se tapó la boca después de sus palabras. Rerius siguió cabizbajo, Jim mostró indiferencia.

-… supongo que no es raro que conozcan a mis padres – lamentó Harry.

-No conozco a tu padre sólo porque Voldemort lo haya matado, Harry Potter – dijo Jim con seriedad -. Mi madre conoció al tuyo cuando… iban en el colegio; eran buenos amigos.

-¿En verdad? – preguntó Ron.

-Entonces por eso muestran tanto interés en el profesor Lupin – creyó Hermione -. Debieron conocerlo en el colegio.

-¡Sí!, mamá nos contó sobre sus amigos los merodeadores – dijo Simus -. De James, Peter, Remus y el GRAN Sirius.

Rerius se dio de topes en la mesa de Gryffindor.

-Claro… - complementó el disfrazado Padfoot -… que ahora, ese hombre… es un…

-Prófugo- murmuró James, como mascullando -, pero aquí entre nos, sé que ustedes saben la verdad, a nosotros también nos la fue confiada. Conocemos a 'Hocicos'.

-¿Cuál es el nombre de su madre? – preguntó Harry. A pesar de que el muchacho se veía interesado, se oía algo seco e inseguro, o tal vez estaba molesto.

James aún no había pensado en el nombre de su madre, y no podía darlo sin consultarlo con McGonagall; cuando iba a improvisar su insegura respuesta, una chica de piel morena y cabello enriscado apareció frente a Harry. Su rostro parecía severo, aunque se veía que era buena persona.

-Hey Potter – quien había hablado era Angelina Johnson, una de los integrantes del equipo de Quidittch de Gryffindor, del cual Harry era el buscador. – Este viernes a las seis serán las pruebas para elegir al nuevo guardián.

-Es verdad, Wood se ha ido… - recordó Hermione -. Ya lo había olvidado.

-Ahora yo soy la nueva capitana- agregó Angelina, con gesto de impaciencia – así que asegúrate de estar a tiempo, ¿de acuerdo?, todo el equipo necesita estar en la selección. Nos vemos.

Harry asintió un tanto molesto porque su compañera de quidditch se estaba mostrando algo fría, quizá ella creía en los rumores que giraban en torno a él… y eso no le extrañaba, pues su compañero de dormitorio, Seamus Finnigan, se tragaba todas las estupideces que decía El Profeta sobre su 'inestable' personalidad. El chico de la cicatriz siguió ido en sus pensamientos y no se dio cuenta de las miradas significativas que Rerius y Simus le lanzaron a Jim, quien de pronto se había hinchado de orgullo, como un pavo real. Hermione notó que Ron, al contrario de Jim, se encogía en el asiento, contrariado.

-Uyyy, Angelina viene de un humor – interrumpió inesperadamente uno de los gemelos Weasley al tiempo en que se acercaban a Harry y compañía.

-Posiblemente será peor que Wood – rió el otro mellizo -. Dijo que comprendía perfectamente porqué Oliver era tan maniático o algo así.

-Como sea Harry, lo mejor será no contrariarle.

-Ahí estaré el viernes, descuiden – dijo Harry.

-Lo decimos porque con eso de que los castigos se huele en el aire con Snape… bueno, si comprenden a lo que me refiero. – el pelirrojo Weasley volteó hacia Jim y sonrió como demente -. ¿Qué tal tu castigo anual, trillizo?

-Cosa de todos los días, podré manejarlo – ironizó Jim.

George Weasley imitó la sonrisa de Fred, de su túnica sacó un pergamino de manera sigilosa, buscando que Hermione no se diera cuenta.

-¿Qué es esto? – preguntó Simus.

-Oh, es sólo un informativo sobre nuestros negocios, George y yo creemos que tienen talento.

-Excelente – dijo Simus, guardando el pergamino.

-Entonces nos marchamos, pequeño hermano – dijo George, en  voz muy alta -. Ahora que el nene de mamá es prefecto y nos anda siguiendo los pasos habrá que tener cuidado ¿A que sí?

-..Y ustedes trillizos, deberían pensársela e ir a las pruebas que haremos para guardián, a lo mejor tienen talento.

-Yo no, gracias – se apresuró a decir Rerius. A él no le gustaban mucho las escobas.

Simus y Jim en cambio intercambiaron miradas de complicidad.

-Bueno, pues piénsenla, ¡adiós Prefecto Ronnie!

-Ya basta – gruñó Ron, colorado, sus orejas resplandecían.

Los gemelos se reunieron con su camarada Lee Jordan y se retiraron susurrando cosas ininteligibles para sus amigos. Hermione pareció scannearlos con su mirada color nuez al tiempo en que degustaba su postre.

-¡Está delicioso! – dijo Simus, casi lamiendo el plato.

-No seas cerdo Simus, sírvete más, te aseguro que los elfos domésticos no se molestarán por eso – reprendió Rerius.

-Eso está mal, los elfos domésticos no pueden ser felices estando esclavizados. – opinó Granger, metiéndose de lleno en la conversación. – Deberían al menos tener un sindicato… derechos o garantías, sueldo y vacaciones.

-Podría ser – dijo Jim -, pero no lo aceptarían, porque los elfos domésticos tienen una forma de ver la vida muy distinta, y la felicidad de ellos, en la mayoría de los casos, consiste en servir.

-¡No es justo que vivan de manera deplorable! – renegó la castaña, de repente sentía una leve rivalidad con Jim.

-Eso es otra cosa. El maltrato no hace feliz a nadie. Sólo comento que los elfos domésticos son felices cuando tienen buenos amos a quienes servir.

-Yo también lo creo – finalizó solemnemente Ron.

Harry se sentía extraño porque todo ese día, sus amigos y él lo habían pasado con los trillizos. Eso era anormal, ya que normalmente él sólo se sentía a gusto con Ron y Hermione. Sin embargo la presencia de los McGonagall no le molestaba, hasta llegó a pensar por un momento que podrían ser buenos amigos.

En ese momento, varias lechuzas entraron al Gran Comedor. Generalmente el correo llegaba en la mañana, pero siempre había ocasiones especiales. Harry vio que una lechuza negruzca y elegante se dirigía a la mesa de Slytherin y aterrizaba armoniosamente en el brazo de Malfoy, parecía un águila entrenada, pero al final de cuentas era una lechuza y no más bella que Hedwig. Por observar ese hecho no se percató de que su amiga del correo llegó hasta él y ululó reclamando atención.

Hedwig! – saludó Harry, acariciándola.

-¿¡Hedwig?! – se angustió James, pues cuando había llegado a ese tiempo, había improvisado ese nombre para su desmayado amigo Remus (*cap 1).

-Así se llama su lechuza. La mía se llama Pigwingeon – informó Ron.

-No me digas… - susurró Remus, sonriendo tenuemente.

-¿Tú no tienes lechuza, preciosa Prefecta? -  coqueteó Simus.

Hermione pudo haberse ofendido por "halago", pero a cambio de ello, se sonrojó levemente, Ron frunció las cejas pelirrojas.

-No, claro que no. Iba a comprarme una, pero preferí a Crookshanks, mi gato.

"Y siguen ciertas mujeres obsesionadas con los felinos… como Arabella…. Ahora Madame Metamorfosis" pensó mientras bufaba, Padfoot.

Harry, antes de abrir el sobre que la orgullosa Hedwig le había dado, volvió a mirar fugazmente a Malfoy; luego regresó a su tarea de leer la carta.

-Es curioso, porque la carta es de Tonks –mencionó con voz audible para el agudo oído de los animagos y el licántropo.

-¿Qué dice? – cuestionó Ron, bastante extrañado. Hermione vio lo interesados que se mostraban los McGonagall y tosió levemente. Harry y Ron se dieron cuenta de que estaban llamando la atención.

-¿Hablan ustedes de Nimphadora Tonnnks?, ¡Claro! – se entusiasmó el disfrazado Simus, pues recordó que el tío Lupin le había dicho que esa chica era su 'sobrina'.

-Ehh, sí - dijo nerviosamente Ron.

Harry se puso a leer con mucha calma la comunicación. En ella Tonnks decía que les haría una visita uno de esos días. Viajaría en el autobús noctámbulo y llegaría al colegio para resolver varios negocios, pero que se daría tiempo para visitarlos.

-¿Qué dice Tonks? – preguntó Simus con ansiedad - ¡Oh vamos, Harry, te aseguro que estamos muy relacionados con esa mujer!, dinos.

-Ella vendrá de visita…

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La noche tenía como encabezado un  rayo de luz lunar que salía de las espesas nubes que rodeaban Hogwarts. Remus Lupin miraba con mucha nostalgia el firmamento…  frío, lejano, pero a la vez tan temido. El mismo haz de luminosidad que se extendía desde el cielo hasta su rostro, era el causante de su más terrible desgracia. Suspiró, pero ese tenue sonido fue imperceptible para sus dos amigos, que veían atentamente el mapa del merodeador y planeaban algo.

-¿Cuándo empieza tu calvario con Snivellus, Prongs?

-Mañana en la noche. – respondió James Potter, mientras se remangaba su pálida pijama.

-¿Crees que te ponga a hacer trabajos forzados? – volvió a preguntar Sirius Black.

-Si se alía con Filch seguramente que sí – mencionó James, con indiferencia, como si el castigo fuera algo secundario. – Canuto, ¿notas algún cambio en el mapa?

-Nada anormal, aparentemente el colegio sigue siendo el mismo.

-Esta misma noche debemos ir a la sección prohibida, mientras esté castigado no podré avanzar mucho en las investigaciones… pero confío en que habrá varios libros que hablen de giratiempo, digo, aparte del que usamos aquella vez para fabricar nuestra versión.

-¡Hey Moony!, alístate, haremos una expedición a la biblioteca. – Remus dejó de ver por la ventana y dirigió su preciosa mirada de plata a sus amigos.

-No creo que debamos salir sin la poción,  el efecto ya pasó…  si la tomamos ahora, nos durará menos mañana y no alcanzaremos a cubrir el tiempo de clases estando transformados.

-Entonces iremos sin transformarnos – propuso Sirius. -¿Quién podría descubrirnos?, llevaremos el mapa y estaremos alertas en todo momento, además tenemos la capa de invisibilidad de James.

-Para nada, esa la tiene Harry – recordó Cornamenta.

-¿Y si se la robamos?

-No podemos estar robándole todo a Harry, Padfoot – creyó James -. Harry corre el peligro de ser rastreado por Voldemort, necesita pasar más desapercibido que nosotros… el mapa por supuesto que era necesario que volviera junto a sus creadores, está tan bien hecho que el margen de error es casi imposible; le he hecho algunos encantamientos al mapa para ajustarlo, pero aún no puedo borrar nuestros nombres. No necesitamos de la capa, iremos sin ella.

-De acuerdo – dijo Sirius -. Si conociéramos el efecto correcto de la poción metamórfica podríamos tener una mejor estrategia, pero la ingrata de Figg no nos explicó nada con claridad.

-Es curioso que sea Arabella Figg la anciana de la metamorfosis – sonrió Remus. – Por eso era algo ruda con nosotros.

-¡Bah!, siempre lo sospeché – mintió Black -. Tenía la misma cara demente.

Lupin se sacudió la ropa y se encimó una bata, fue el primero en salir.

-¿Qué tiene Moony?, ¿lo sabes, James?

-Está pensando en si será el maestro de Defensa Contra las Artes Oscuras.

-¡Sería fantástico tener a tío Lupin como profesor! – exclamó Sirius -. Por otra parte me preocupa que Moony  no se vea lo suficientemente animado…

-A Remus no le gusta la vida que lleva – mencionó James.

-A ninguno de los tres nos gusta este futuro… y al paso que vamos, no dudo que sólo tú seas el muerto – dijo Sirius con dejo de furia.

-Cuando perfeccionemos el giratiempo lo primero que debemos hacer, es evitar que Remus sea mordido por el hombre lobo que lo ha hecho tan infeliz.

-Pero si eso llegara a pasar, nosotros no seríamos animagos.

-Eso lo resolveremos luego – James dejó de charlar con su mejor amigo para seguir a Remus, Sirius se puso la capa y caminó más lento que sus coetáneos con actitud pensativa.

Los corredores estaban vacíos. Se oía un leve eco proveniente de las columnas, un maullido de gato se desvanecía en el silencio mientras los tres chicos se desplazaban sigilosamente por los corredores que llevaban a la biblioteca.

Caminaban juntos, como si trajeran puesta en verdad una capa de invisibilidad; en ocasiones Remus pisaba los talones de Sirius, quien se vengaba indirectamente haciendo lo mismo con James.

-¡Auch!, de nuevo me pisaste, Lunático.

-Lo lamento, no te vi.

-Shhhh – calló James – Sirius, Remus, alguien se acerca.

Los chicos se ocultaron tras unos anchos pilares que actuaban como soportes para los techos. Sirius se aventuró a asomarse con cuidado y observó las siluetas apenas delimitadas de tres mujeres. Una era McGonagall, por supuesto, pues traía su clásico sombrero picudo.

-Es la tía Minerva – avisó Sirius.

-¡Madre mía! – susurró angustiado James –pero hay alguien más ¿Cierto?

-Dos más.

-¿Sabes quienes son, Sirius?

Sirius negó, en cambio Remus arqueó la ceja y comenzó a husmear con la nariz.

-Se trata de Madame Metamorfosis, por el olor a repollo – informó el cenizo con desagrado.

-Y ahora que me fijo, la otra mujer es la que vimos en la estación, se trata de Tonks, mi sobrina.

-Sí, debe ser. Harry mismo recibió una carta de Tonks.

-Y de dicha carta no nos enteramos mucho, sólo de que vendría.

-Si Figg está aquí lo mejor será regresar a la habitación, es posible que McGonagall vaya a buscarnos o algo así – dijo James.

-¡Fatalidad!, la biblioteca estaba tan cerca.

Las sombras de las mujeres desaparecieron porque el nublado del cielo fue más intenso, y en las ventanas ya no entró tanta luz. Los chicos aprovecharon la nítida oscuridad para escabullirse entre los pasillos.

-Tomemos un atajo.

Sirius dobló la esquina y vislumbró la vieja estatua del caballo de dos cuernos, sonrió al notar que aún tenía las dos largas palancas que servían para accionar el pasadizo, y sin esperar a sus compañeros saltó con agilidad para tomar el cuerno derecho.

-El mapa James, revisa el mapa – dijo Remus, mientras veía que Sirius accionaba el atajo y una puerta se abría tras la desgastada estatua.

-De acuerdo – Prongs sacó el pergamino merodeador, alzó su varita, pero en la penumbrosa noche alcanzaron a ver unos rojizos ojos mininos que avanzaban directo a ellos.

-La gata de Filch… estúpido animal – masculló James. –Debemos darnos prisa o nos encontrarán. ¿Qué tal va el atajo?

-Todo listo, vámonos -  dijo Padfoot, introduciéndose al sendero en forma de cueva.

-Después lo reviso, de cualquier manera no creo que venga nadie.

-Vale James, démonos prisa – agregó Lupin.

James todavía tuvo el descaro de arreglarse los lentes antes de jalar el cuerno izquierdo del bicornio para cerrar el atajo.

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La cueva estaba totalmente negra, hasta el aire era denso. Generalmente los chicos evitaban ese atajo por incómodo y angosto. Cuando iban los cuatro juntos, siempre hacía falta aire. Esta vez no estaba Peter, pero aún así el lugar no estaba impregnado de mucho oxígeno.

Avanzaron hasta que el túnel se había achicado a la mitad, los jóvenes apenas cabían al deslizarse.

-Odio el atajo del Bicornio – expresó Sirius, repleto de sudor.

-Descansemos un poco, quiero revisar el mapa, si la tía y sus invitadas ya desaparecieron de nuestra vista podremos evacuar este lugar por la primera salida, no me gustaría llegar al retrato de la Dama Gorda por aquí.

Remus se detuvo inmediatamente, Sirius se echó al piso. Un extraño ruido pareció salir de las paredes por un derrumbe.

-Silencio Canuto – ordenó Cornamenta.

-No fui yo – renegó Sirius.

Lumus! – dijo James alzando su varita para iluminar al mapa – 'Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas'.

Pero cuando las chispas salieron de la varita, la lividez invadió a los tres merodeadores al ver dos siniestros rostros desconocidos frente a ellos con cara de asombro.

-¡Madre mía! – expresó James.

Los desconocidos desenvainaron sus varas y les apuntaron con rapidez, sus caras se veían coloradas por la luz del lumus, sin embargo los chicos estaban estupefactos y no reaccionaron con la misma presteza.

Expelliarmus! – gritaron al unísono los desconocidos, las varitas de los chicos volaron a las manos de uno de los extraños.

-¿Quiénes son ustedes? – gritó Sirius.

Desmasius! – obtuvo como respuesta.

Sirius y sus amigos habían perdido el conocimiento.

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Harry despertó súbitamente en su habitación, con el pecho despampanante de sorpresa. Sudaba. La noche estaba serena, un suave viento ondeaba las cortinas de la ventana con gracia, como si de repente algo mágico, como una estrella, estuviera a punto de aparecer ante él. Todo parecía estar normal, los leves ronquidos de Neville se oían como fondo, asimismo los salvajes movimientos de Ron hacían crujir la cama. Fuera de eso lo único intranquilo era el interior de Harry, y toda esa presión le salía por la cicatriz, que de pronto le estaba empezando a doler en demasía.

Últimamente odiaba soñar, no le gustaba que sus sueños significaran algo, casi prefería no dormir. Trató de apaciguar su respiración, y entonces, la pesadilla que debería estar olvidando, revivió una y otra vez en su mente.  Harry no se sentía del todo cómodo en Hogwarts a pesar de que lo consideraba su verdadero hogar, algo había cambiado, tal vez se trataba de él. Ya no le entusiasmaba estar ahí, tenía además un ligero resentimiento hacia Dumbledore e indiferencia para las clases… sólo quería ser normal, y no podía. Volvió a arroparse, cambió de lado varias veces; no dejaba de recordar su sueño, le inquietaba, al mismo tiempo reflexionaba sobre su estancia en Hogwarts, pensaba en cómo estaría su padrino, solo y abandonado en su casa de Grimmauld place.

La mansión era un lugar escalofriante, pero para Harry había sido mejor que estar con los Dursley, de hecho, a pesar de lo mal que la había pasado el verano, Harry se había sentido feliz de pasar sus vacaciones repartiendo su tiempo en casa de los Weasley y en la vieja mansión de los Black, en donde sólo había estado unos días mientras esperaba su audiencia para ser juzgado por el delito de haber usado magia fuera del colegio sin autorización.

Sacudió la cabeza, tampoco quería pensar en la audiencia y sus consecuencias, quería tener la mente en blanco, pero por más que lo intentaba las imágenes de su sueño aparecían más y más.

Él había soñado con un largo pasillo lleno de puertas, unas sombras lo seguían como si fueran sus amigos… cruzaba puertas de manera inconsciente y pasaba habitaciones con cosas extraordinarias… luego todo se oscurecía, veía a sus padres llamándolo, mientras una esfera pequeñita volaba por el cielo… todos gritaban. La esfera caía  al suelo, se rompía, el contenido se vaciaba, la esperanza se moría. Harry veía que los cuerpos de sus papás se volvían calacas, y sus acompañantes se hundían en las sombras junto con él, que exclamaba asustado '¡he perdido la profecía!'

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Los tres pares de ojos se abrieron al mismo tiempo como si con anterioridad alguien les hubiera mandado despertar. Sirius notó que estaba amordazado en una silla, con la boca tapada por una pañoleta y los pies firmemente amarrados entre sí. Veía borroso. A su lado estaban Remus y James en la misma situación que él.

Padfoot comenzó a rezongar por el abuso ¿Quién les hacía eso? ¿Quién había aparecido en el pasadizo del Bicornio?; intentó zafarse de sus cadenas moviéndose como gusano, en la mente mascullaba su suerte… no tenía ni la ligera idea de quienes eran sus captores y cómo lo habían atrapado.

Cuando la silla estaba a punto de caerse con Sirius abordándola,  el animago Black sintió que alguien le cogía los cachetes con brusquedad y desamarraba el pañuelo que tenía atascado en la boca.

-Tranquilo – dijo una voz burlona -, que no comemos.

Sirius estuvo a punto de morderlo.

-Pero parece que él sí – rió otra voz similar.

-¿Quiénes se creen que son para hacer esto? – indagó James, cuando fue desatado al igual que él. Moony permaneció en silencio mientras observaba el lugar con pesadumbre, sí que tenían mala suerte.

-Den la cara. – exigió Sirius.

-No nos levanten la voz, después de todo nosotros los hemos pillado a ustedes y no los hemos delatado, ¡Oh, más les valdría darnos un agradecimiento!, pero las nuevas generaciones de hoy son tan…

-inconscientes…

-maleducadas…

-desconsideradas.

-¡Los gemelos Weasley! – descubrió Remus Lupin, ya libre del pañuelo que le cubría la boca.

-Vale, vale – sonrió Fred Weasley, dando la cara que portaba como primer plano una sonrisa de complicidad – pero no lo grites, ¿quieres Rerius?

Remus abrió los ojos de la impresión, ¡ni él ni sus hermanos se habían tomado la poción para salir a la biblioteca!, pero él… tenía, la imagen de Rerius, no la de Remus. Sirius también notó que traía los anteojos de James como Simus.

"Pero esto no es posible" pensó James "Nosotros no nos habíamos tomado la poción, ¿será que los gemelos nos la dieron? ¿O será que… no sabemos exactamente cuales son los efectos de la fórmula?".

-Me da la impresión de que están perplejos – dijo George, cruzando los brazos.

-Sí, nos preguntamos cuándo demonios nos van a soltar, clones – exigió Simus con mucha dignidad.

-No tan rápido, mi buen amigo – sonrió de nuevo George Weasley -. Antes de que se marchen Fred y yo tenemos que resolver algunas duditas en torno a ustedes.

Sirius tragó saliva de manera ruidosa, miró que Remus palidecía y James fruncía el seño, como si estuviera ofendido.

-¿Cuál duda? – preguntó Lupin.

-Al principio no los reconocimos – dijo Fred -, por eso los capturamos por sorpresa de  manera algo, ¿cómo se diría?

-Drástica – ayudó George

-Cierto, drástica – agregó el gemelo -; pero ya que nos dimos cuenta de quienes eran decidimos que lo más conveniente era secuestrarlos.

-¡¡Pero si somos Gryffindor!! – se exaltó Simus -, sólo deberían hacerle daños a los Slytherins.

Los gemelos se miraron a los ojos unos segundos, aún se les veían caras bonachonas, pero a la vez traviesas.

-¿Qué es exactamente lo que vieron? – preguntó Jim.

-Lo suficiente para preocuparnos – opinó Fred.

-No cualquier alumno conoce el cruce del Bicornio – agregó George -. Claro que eso no fue lo perturbador.

Los mellizos fingieron estar severamente preocupados, acto seguido se les soltó una risa malévola.

-¿Estoy capturado sólo por pasar el cruce del Bicornio? Esa no me la creo – insistió James.

-Por supuesto, ese no fue el problema. – dijo Fred -. El problema  es que ustedes tenían esto.

El pelirrojo alzó un viejo pergamino, los chicos comenzaron a sudar frío. ¿Acaso los clones conocían el Mapa del Merodeador?... lo más seguro era que Harry se los hubiera enseñado.

-Y he aquí un dato curioso – replicó George, aún extrañado:- saben usar nuestra pequeña maravilla.

-¿Su pequeña maravilla? – rugió Simus - ¡El mapa no es suyo!

-Nosotros honramos la memoria de magos traviesos – resumió George -; siempre he creído que este mapa nos fue confiado por sus creadores.

Las reacciones de los merodeadores eran variadas. Sirius ardía en furia porque los clones se decían 'dueños' del mapa; James reía disimuladamente por lo que les ocurría,  Remus estaba igual de pálido, como angustiado.

-¿No te causan gracia este par? – susurró James al licántropo -. Somos sus héroes.

-Me preocupa que abran el mapa y se den cuenta de quienes somos.

-Ya veo.

Los gemelos comenzaron a caminar en círculos sin dejar de observarlos y secretear entre ellos. Sus cabellos rojizos brillaban tenuemente con la luz de la noche, ninguno de los sobrinos de McGonagalla sabía dónde estaban y qué horas eran.

-Entonces… ustedes creen que robamos el mapa, ¿cierto? – preguntó Jim con la misma risita burlona.

-Me temo que sí, mi buen amigo Jim.

-Y según esto, ustedes honran la memoria de los Señores Colagusano, Cornamenta, Canuto y Lunático, ¿verdad?

-Oh, les debemos tanto – mencionó George, con cara de ilusión.

-Hombres nobles que trabajaron sin descanso para ayudar a una nueva generación de quebrantadores de la ley – agregó Fred solemnemente.

Sirius Black se olvidó del enojo, ahora se le veía pinta de orgullo: podía ser considerado como un delincuente de lo peor en esa época y estar prófugo, pero la nueva generación de quebrantadores de la ley lo 'adoraban' a él y a sus grandiosos amigos.

-¡Por supuesto, ellos trabajaron con tanto empeño y nobleza para todos! – anunció Padfoot con emoción extraña.

-De cualquier manera, este mapa no les pertenece a ustedes. Y a Fred y a mí nos gustaría saber cómo es que lo tienen.

-¿Porqué no le preguntas a los señores del mapa?, ellos podrían contestar tu pregunta – agregó James -. Primero ciérrenlo y cuando esté en blanco, diríjanse a él de frente y háblenle, les aseguro que les responderá.

-Fatalidad – masculló Sirius, pensando en que los gemelos verían los puntos con sus verdaderos nombres.

-Piensa Simus – murmuró James con voz queda -. Estamos en grupo, nos marcará como tal, no se escribirá cada nombre, hay que confiar.

George estiró el mapa, no lo observó bien, por alguna extraña razón lo veía borroso, como si  le hicieran falta lentes. Con su varita apuntando directamente  dijo firmemente "Travesura realizada". El mapa quedó en blanco. Fred frunció el ceño, no sabía porqué su hermano obedecía lo que reclamaban sus prisioneros.

-Los presentaré ante el mapa; si de verdad lo han utilizado ellos sabrán responder. –a visó Jim.

-Parece divertido – opinó George, sonriendo.

Fred encogió los hombros.

-Sí, tienes razón… aunque luego ustedes tendrán mucho qué explicar, trillizos.

Jim asintió, Simus lo imitó, Rerius sólo miró con suspicacia al mapa.

-¡Fred y George Weasley, alumnos quebrantadores del colegio Hogwarts, quieren saber porqué tenemos en nuestro poder el mapa del merodeador! – gritó Jim, sonriendo.

El señor Cornamenta presenta sus saludos a los clones quebrantadores de la ley, les comenta que le da gusto volver a verlos en acción.

-¿Qué el mapa tiene ojos? – opinó George, atónico, los merodeadores sonrieron, el mapa era la mejor creación que habían hecho.

El señor Colagusano está de acuerdo con el señor Cornamenta, y le ruega a los clones Weasley que tengan menos cordura para sus próximas acciones

-No George, el mapa tiene vida – corrigió Fred, riendo. -¡Pero si nunca hemos estado cuerdos! – reclamó al mapa.

El señor Lunático le recuerda a los clones que amordazar a los señores de las sillas fue un acto demasiado cuerdo

El mismo Remus abrió la boca de la impresión, volteó hacia James quien entrecerró el ojo, entonces Lupin se sintió muy tranquilo y también rió.

El señor Canuto les expresa que los señores amarrados son sus protegidos. Por eso les da la sugerencia de soltarlos inmediatamente y regresarles el mapa

-¿Sus protegidos? ¿Protegidos del mapa? – inquirió Fred.

-Así es. – respondió Jim con seguridad. – A decir verdad, nosotros conocemos a los creadores del mapa.

-Nahhh, nos están tomando el pelo. – Fred le arrebató el mapa a George, pero al mismo tiempo el otro pelirrojo también lo sostuvo.

-¿En verdad estos chicos son SUS protegidos, señores del mapa del merodeador?

Mientras los gemelos estaban entretenidos esperando la respuesta del mapa, las cuerdas que amarraban a los prisioneros se desvanecieron; James alzó la mirada intrigado y descubrió a sus rescatadoras, al verlas sonrió y siguió las señas que le hacían a él y a sus amigos.

El mapa entonces respondió.

Los señores amordazados somos el señor Lunático, Cornamenta y Canuto.

-¿¡Quéééé?! – cuando los Weasley levantaron la cara atónita hacia los capturados, los sobrinos de McGonagall ya habían desaparecido.

-Curiosos los trillizos…

-Cierto, muy cierto

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El traslador zumbó de manera patética. James hubiera querido taparse los oídos, sentía un leve mareo al estar viajando a través del espacio por medio de una bufanda vieja y encantada. Un leve soplido le indicó que había aterrizado en el sitio solicitado, sus pies tocaron el suelo de manera brusca, casi perdió el equilibrio. Por alguna razón el traslador le recordaba al giratiempo.

-Llegamos – dijo la voz ruda de una ancianita.

-Tengo sueño, ¿por qué nos trajeron de nuevo a Gatolandia? – renegó Sirius Black, cruzando los brazos.

Madame Metamorfosis bufó con desespero y jaló la oreja de Padfoot para arrastrarlo a la sala de té.

-AUCH – renegó Sirius - ¡Déjame en paz, Figg!

-¡¿FIGG?! ¡Falso, falso! – gritó la anciana - ¿Quién dijo esa blasfemia?

-Errr… Arabella, ¿vale la pena que sigas mintiendo? – dijo la voz alegre de una muchacha.

-¡¡Sabemos que eres tú, no lo ocultes!! – bramó Sirius -¡Suéltame!

-A callar los tres – exigió la anciana disfrazada –, y siéntense.

-Más valdría menos gritos, señora Figg – mencionó Jim.

-¿Por qué hemos vuelto a tu casa? – preguntó Rerius.

-Ohh, porque necesitamos compartir algunas instrucciones con ustedes sobre la poción.– sonrió Tonks -. Además yo tenía ganas de verlos.

-Ahh, sobrina mía – sonrió Sirius -. Qué rápido pasa el tiempo, la última vez que te vi eras una chiquilla mocosa muy molesta.

-¿Cómo? – rezongó Tonks.

-Ehh, nada – respondió Sirius, chiflando para despistar. Cuando tío Lupin le había comentado sobre Tonks, Sirius se había puesto a hacer memoria, y había adivinado que Tonks era la hija de su prima Andrómeda.

-Iré por el té, querida Tonks, cuida de estos demonios.

-¿Por qué no actúas como la verdadera Arabella Figg? – renegó James.

-¡Nombre falso!, yo soy Madame Metamorfosis y no se hable más.

Madame M. salió de la sala y se internó en su extravagante cocina.

-No entiendo a las mujeres rodeadas de gatos – rezongó Sirius.

-Bueno, Arabella ha sufrido bastante, por eso se ha vuelto algo excéntrica – excusó Tonks, sonriendo -. Pero no hablemos de cosas tristes, ¡yo quiero saber cómo es que llegaron hasta este presente!

-Es curioso, pero la primera vez que te vi traías un peinado muy diferente – recordó Remus.

Tonks le sonrió con simpatía al joven Lupin, pero al notar que este no respondía con el mismo ánimo palideció y corrió al espejo.

-Ayy, el violeta me hace ver tan pálida – susurró con pesadumbre al tiempo en que cambiaba el tono de su cabello a verde limón -. ¿Mejor así, verdad?

-Madre mía… - James quedó con la boca abierta.

-¿Cómo haces eso, sobrina? – preguntó Sirius, sorprendido.

-Es un don natural, Sirius – contestó Tonks con orgullo -. Soy una bruja metamórfica.

-¡Excelente!, ¿eso viene de familia?

-Me temo que tú no eres metamórfico, pero si te sirve de consuelo, te conviertes en un perro simpático.

-¬¬ No me digas…

-Pero chicos, aún no me han contado bien cómo es que aparecieron aquí – dijo la jovial y despistada bruja -. Sólo sé de ustedes por Lupin y Moody.

-No hay mucho que contar Tonks – replicó James -. A mí me queda la duda de qué hacían Figg y tú en Hogwarts.

-Ahh, yo quise acompañar a Arabella, quien los buscaba a ustedes – admitió Tonks -; queremos hablarles del perfeccionamiento de la poción de la metamorfosis y sus efectos.

-¿El perfeccionamiento de la poción?

-Sí. Arabella estuvo todo el verano perfeccionándola con mi ayuda.

-Así que se te dan las pociones…

-No chicos, para nada… siempre derramaba más de lo que creaba – mencionó Tonks, un poquito recelosa -. Pero Arabella sí necesitaba la ayuda de un mago con mis habilidades metamórficas para el perfeccionamiento de la Metamorfosis. – Tonks se puso de pie con mucho ánimo -. Quédense quietos para que Figg no se moleste, iré a ayudarle con el té.

La joven de cabello corto y colorido se encaminó torpemente hacia la cocina, a su paso tumbó un florero y se tropezó con el tapete.

"Figg, déjame ayudarte" la oyeron decir con simpatía. "Aléjate amenaza" cortó Arabella al tiempo que se oían quebrar varios frascos, "Ohhh, lo siento mucho, déjame ayudarte a recogerlos", "Tonks, abandona mi cocina ahora mismo antes de que te aniquile".

-Ya entiendo porqué no era buena en pociones – susurró James.

-Cierto Prongs, ya ni Wormtail.

A la mención de Peter los tres animagos guardaron un incómodo silencio, no sabían cómo afrontar ese tema de Colagusano y sus derivados… ninguno de los tres podía evitar tenerle recelo al animago roedor.

-Ya estamos de vuelta – saludó de nueva cuenta Tonks, cargando con un vaso de plástico azul fosforescente.

-Agarren su té – mandó Madame Metamorfosis.

Los chicos sujetaron sus vasos con extrañeza, se sentaron el la sala plastificada.

-¿Ahora sí nos dirás por qué nos raptaste, Figg?

-Malagradecidos – bufó Arabella, gruñendo -. Si no fuera por nosotras estarían todavía atrapados con los gemelos Weasley.

-Además tenemos el permiso de McGonagall – agregó Tonks.

-¿Cómo se dieron cuenta de que los clones Weasley nos habían encontrado? – preguntó Remus

-Porque Tonks es aurora, cabeza de chorlito – dijo Arabella.

-Los vi tras unos pilares, luego entraron por el Cruce del Bicornio – dijo Tonks, los chicos se asombraron -.Bueno, yo también fui chica y estudié en Hogwarts, conozco algunos pasadizos.

-Como buena representante de Sirius Black, me supongo.

-Además vi que los gemelos los seguían – agregó la bruja metamórfica, mientras observaba con curiosidad el vaso muggle -. Ustedes iban sin protección de la poción, y conozco  lo suficiente a George y Fred para saber que los descubrirían, por eso Arabella y yo nos despedimos de Minerva y acudimos a salvarlos.

-Entonces la razón por la que aparecimos mutados con nuestras falsas identidades se lo debemos a ustedes.

-A Tonks – corrigió Figg -. Yo no hubiera hecho nada por ustedes. Ella lanzó un hechizo metamórfico para crear una ilusión temporal que les hiciera creer a los gemelos que eran Simus, Rerius y Jim McGonagall.

-Maravilloso – creyó Remus.

-Pero tú también ayudaste, Arabella – agregó Tonks –. Le lanzaste al mapa del merodeador un encantamiento  para que se viera borroso, y desataste las cuerdas de los chicos para que pudieran escapar.

Madame Metamorfosis desvió la mirada con actitud molesta, los tres jóvenes suspiraron. "Sabrá Dios que le habremos hecho a esta mujer para que esté tan enojada miles de años después" pensó Sirius.

-Tomemos el té, o se enfriará – propuso la sobrina de Sirius Black -; luego charlaremos sobre los nuevos usos de la poción de la metamorfosis.

Las horas transcurrieron rápidamente. Las dos mujeres les explicaron a los merodeadores los usos correctos y las horas en las que debían tomarse la poción, que duraba aproximadas 16 horas, estaba mejorada y  contaba con la posibilidad de invocar un encantamiento metamórfico –enseñado por Tonks- para emergencias. La aurora disfrutó en grande el momento.

-Denle mis saludos a Harry y a los demás, les escribí una carta en donde les dije que los visitaría, pero creo que no sería convenientes despertarlos a las 2 de la mañana. Que tengan buenas noches, chicos – se despidió Tonks, cuando los dejó de vuelta en el castillo.

-Salúdanos a la Orden – pidió James.

-Así lo haré, y tengan cuidado por favor, no anden buscando problemas, ¿quieren?

Desapareció usando la bufanda-traslador, los chicos comenzaron a regresar a la Torre de Gryffindor.

-Es muy simpática – opinó Remus, refiriéndose a Tonks.

-En efecto Moony, estaba pensando en que lo mejor sería que en el futuro te casaras con ella, ¿cómo la ves?, harían linda pareja.

James rió al escuchar a Sirius, Remus se sonrojó.

-¡No digas tonterías, Canuto!

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Hermione se despertó muy temprano para comenzar a tejer su meta, que podía traducirse en gorros, calcetines y trapos de estambre  que darían pie a la libertad, la libertad de los Elfos domésticos. La chica tenía fe en que su plan de liberar a los elfos no podía fallar, ¡cuántas prendas no recogerían los elfos cuando limpiaran la sala común!, ella se encargaría de amontonar las extrañas 'ropas' en lugares estratégicos. Cuando la mañana era ya demasiado clara fue a despertar a Ron y a Harry para que bajaran a desayunar, ambos chicos traían una cara de zombis como si no hubieran dormido en todo el día.

-¿Qué tienen ustedes dos?

-Nada…

-Imposible que se hayan desvelado haciendo la tarea. – dedujo la castaña.

-Hermione, ¿qué estás haciendo con esa cosa?

-¿Cómo que cosa?, ¡Es un gorro, Ron!

-Un gorro… pobre del que se lo ponga

-Grosero – mugió Granger, guardando su costura -. Ya que, nunca lo comprenderías. ¿Te pasa algo, Harry?

-Nada. – dijo Harry, pero luego se la pensó mejor -. En realidad… sí pasa algo, ayer tuve un sueño algo inquietante.

-¡No me digas que soñaste con… q-q-uiiie-n tú sssab-b… con Voldemort! – la chica, tras su ataque mortífago, trataba de llamar al mago tenebroso por su nombre proclamado, no por "quien tú sabes" como la mayoría de los magos y brujas.

-No lo sé, fue extraño.

-¿Y la cicatriz, Harry? – siguió preguntando Hermione, con expresión preocupada -¿Te ha dolido?

Harry asintió. Él pensaba que la cicatriz ya no le dolería más porque Voldemort era un ser real y encarnado nuevamente, pero se había equivocado, la maldita cicatriz en forma de rayo le punzaba cada vez más.

-Supongo que me estoy imponiendo a ello…

-Oh, yo creo que deberías decirle al Profesor Dumbledore – creyó Hermione.

-Sí, esta vez estoy de acuerdo con Hermione, compañero – dijo firmemente Ron, rascando su nariz.

-Olvídenlo, no es para tanto, seguro que estará 'muy' ocupado.

-Pero Harry, es que…

-Hermione, vamos a desayunar – cortó el niño que vivió, mientras salía del retrato de la Señora Gorda.

Hermione suspiró pidiendo paciencia; su amigo Harry se estaba volviendo desidioso y malhumorado, a ella no le parecía justo que Harry se comportara así, Ron y ella sólo querían que  estuviera bien. Sus canelos ojos se desviaron al sitio de avisos, carraspeó sus perfectos dientes de conejo y cortó con enjundia una hoja de pergamino que anunciaba los 'proyectos' y 'productos' de los gemelos.

-Creo que deberíamos ponerle un alto a tus hermanos, Ron – murmuró Hermione, decidida.

Ron se apresuró a alcanzar a Harry para no tener que  responderle a la temible prefecta.

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El desayuno en el Gran Comedor estuvo lleno de barullo expectante. Los alumnos de las cuatro casas hablaban acerca de los posibles candidatos a ocupar el siempre vacante puesto de profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras. Hasta ahora nadie había tenido esa clase y el profesor era un total desconocido para el colegio; por otra parte nadie en la mesa de profesores parecía dispuesto a revelar el misterio, sólo se le veía la cara arrugada a Snape.

Harry tenía fe en que el Profesor Lupin resultara ser de nueva cuenta su maestro, pero dadas las circunstancias en torno a Voldemort lo más probable era que Dumbledore necesitara al licántropo en otras misiones.

-¡Transformaciones! – se quejó Simus - ¡Una clase mortífera con la tía!

-Sólo esta clase y veremos si resulto y el profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras.

Los hermanos McGonagall entraron al aula escalonada de paredes entalladas en madera, tomaron asiento junto a Harry y sus amigos.

Aloha Harry! – saludó Simus -. Caramba, traes mala pinta.

-Insomnio – respondió Harry, de manera indiferente.

Minutos después comenzó la clase de Transformaciones, Minerva McGonagall lucía contenta por tener en clase a sus 'sobrinos'. Pero los chicos bien sabían que la Jefa de Grynffindor no dejaría de ser estricta nada más por el orgullo. A Ron se le cerraban los ojos del sueño, Hermione, Rerius y Jim escuchaban atentos a la profesora mientras Harry rayaba su  pergamino. Sirius notó la distracción del hijo de Prongs y comenzó a observarlo con interés, después de todo ese chico era su ahijado.

Little Padfoot percibía en Harry algo que él consideraba anormal, le parecía sumamente distraído... lucía como si le hubieran quitado parte de él mismo "No seas tonto Sirius" se regañó a sí mismo ". Si a ti te hubieran criado muggles locos y tus padres hubieran muerto de ESA manera, quizás no fueras como eres ahora. Y Harry a lo mejor está censurado, pero algo me dice que podemos sacarle su verdadero YO".

En efecto, Harry optaba por pasar desapercibido la mayoría de las veces, no por cobardía, sino por incomodidad, mas sin embargo en el fondo era un muchacho valiente, con un sentido de fidelidad inigualable. Harry tenía valor de sobra, a veces sangre fría, y en su corazón guardaba las mejores cualidades de sus padres.

La clase consistía en convertir una rana de chocolate, en una real. A James le interesó mucho, ya quería que Minerva dejara de dar explicaciones. Estaba sentado junto a Hermione Granger,  y a su derecha estaba Harry, sus locos hermanos estaban en la fila de atrás, junto con el pelirrojo Ronald.

-¿Algún voluntario? - preguntó la profesora-tutora -¿Alguien sabe qué tipo de hechizo necesitamos para la transformación?

Todos voltearon a ver a Hermione, quien ya tenía levantada la mano; se admiraron de que Jim también la tuviera muy alta, como si jugara competencias con la brujita.

-Sí, Jim. ¿Gustas intentarlo?

-Por supuesto - dijo Jim, muy seguro de ello. Movió la varita en forma circular, luego mencionó unas palabras un tanto ininteligibles para el resto de clase.

La ranita de chocolate comenzó a volverse color clorofila, le salieron unos ojos y empezó a croar. Prongs había tenido suerte, había una rana viva frente a los demás que saltaba por los mesa-bancos.

-¡Increíble! - opinó Hermione, con envidia -Ha usado un conjuro de séptimo.

-¿Y cómo lo sabes Hermione? - interrogó Harry.

-Porque he leído - respondió recelosa, mientras que James (Jim) se entretenía en atrapar al prófugo sapo -, yo iba a usar otro hechizo menos eficaz.

Jim tomó la rana cuando ésta se estacionó en las mechas castañas de Neville Longbottom.

-Bien hecho Jim - dijo McGonagall, algo entusiasmada -. 10 puntos para Gryffindor. - complementó, mientras la clase continuaba.

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Harry arrastraba los pies por el castillo, la clase doble de Transformaciones sólo había logrado turbarlo más, ahora no sólo sentía cansancio, también había perdido los ánimos.

-Es injusto, ¡tarea extra! – se quejó Ron, quien caminaba a su lado.

El hijo de James y Lily no podía olvidar su pasada pesadilla, nomás se distraía y veía de nuevo el largo pasillo con puertas alrededor. Entre más recordaba su sueño, más real lo sentía, de alguna manera poco a poco se iba haciendo a la idea de que él en verdad había estado en aquél lejano lugar  tan escalofriante.

-¿No lo crees Harry? – preguntó Ron, bufando - ¿Harry?

-¿Decías?

-¿En qué estabas pensando?, hablaba sobre la tarea de Transformaciones. Tú crees que Hermione quiera pasárnosla… o al menos ayudarnos, después de todo ella no tiene que ensayar la conversión de la rana.

-No lo creo, Ron.

-Debería, sinceramente debería – murmuró Ron, como ofendido ante la posibilidad de que Hermione no le pasara la tarea.

-¿Adónde fue ella?

-¿No te diste cuenta?, se ha quedado charlando con McGonagall. Ha quedado admirada de los sobrinos.

-Supongo.

-Pues a mí no dejan de parecerme extraños. Pensé que eran revoltosos, pero… - Harry de nueva cuenta se había quedado en silencio.

-Ojalá el Profesor Lupin esté de vuelta – dijo Harry con voz seria.

Ron suspiró pidiendo paciencia, desde el verano Harry solía silenciarse por mucho tiempo, desviaba las conversaciones, y cuando las enfrentaba, casi siempre terminaba histérico. Los altibajos del humor de Harry eran alarmantes hasta para Ron.

Se acercaban al aula de Defensa Contra las Artes Oscuras, su segunda clase del día. Los alumnos de Gryffindor iban desperdigados por todo el pasillo mientras con expectación se desplazaban al aula seleccionada.

-¡Hey Harry, espérennos! – gritó Simus, trotando hacia ellos junto con Rerius.

Ron se detuvo unos segundos y miró atrás, Harry no pareció escuchar el comentario por seguir con sus reflexiones.

-¿Y a Harry qué le pasa? – preguntó Simus, extrañado.

-Eso quisiera saber yo – respondió Ron, mintiendo. Después de todo él pensaba que Harry estaba así por su pasada pesadilla.

-Es que Harry está algo distraído, eso es todo – mencionó Rerius con notable alegría -. Seguro y ya quiere saber quien será el profesor.

El 'trillizo' rebasó a los chicos, se encaminó directo al aula, la puerta estaba cerrada. Moony miró impaciente su reloj de muñeca, se recargó en la pared… aún faltaban cinco minutos para el inicio de la clase, lo más probable era que el maestro aún estuviera impartiendo, ¿realmente Remus Lupin volvería a su puesto? ¿Qué se sentiría que te dieras clases a ti mismo?, todo eso le entusiasmaba al sereno de Rerius.

Harry se instaló a un lado de Rerius con la misma expresión perdida, ambos parecían concentrados en sus propios pensares. El silencio sin embargo duró poco, de la nada apareció un fantasma pequeño y molesto, el poltergeits, más conocido como Peeves, quien empezó a zumbar por los aires de un lado al otro lanzando una sustancia verdosa parecida a las bombas fétidas.

-¡Ohh Peeves, largo! – gritó Parvati Patil, irritada al ver su túnica nueva embarrada.

Harry se despabiló y miró hacia Peeves, quien se estaba entreteniendo de manera fantástica mientras rellenaba la cerradura de la puerta con su chiclosa sustancia.

-Yo en tu lugar quitaría esa sustancia de la cerradura, Peeves – susurró de manera serena Rerius McGonagall. Harry abrió sus ojos al escuchar al canelo.

-Locatis lunático Lupin, locatis lunático Lupin, locatis lunático Lupin, locatis lunático Lupin…

Rerius palideció y gruñó cuando Peeves berreó esas frases monótonas. Así era como se refería el tedioso fantasma a él desde los tiempos en que él y sus amigos estudiaban en Hogwarts. Harry por su parte prestó atención… y recordó que algo similar había pasado en su tercer curso… Peeves estaba diciendo 'Lupin' entre sus incoherencia, eso significaba, eso significaba…

-¡Waddiwasi! – gritó Simus McGonagall, que había llegado justo a tiempo, Ron venía tras él.

Al momento de recitar ese hechizo, la sustancia verdosa había salido disparada del picaporte directo a la cara de Peeves, quien se había retirado lanzando enjundias y maldiciones al mundo entero.

-Espero… estén bien… ese payaso nos ha irritado todo el verano – improvisó Simus, jadeando.

-¿En dónde he oído eso antes? – preguntó en voz alta Dean Thomas.

-'Locatis lunático Lupin' – mencionó Harry, de manera pensativa -. ¡Eso sólo puede significar una cosa!

La puerta del salón se abrió de par en par y los alumnos de cuarto grado de Gryffindor y Ravenclaw comenzaron a salir. Harry dirigió su mirada adentro del aula, no podía esperar a entrar, si Peeves había gritado la monótona frase con la que se dirigía a Lunático, lo más probable era que Remus estuviera adentro y fuera el maestro; en ningún momento cruzó por su cerebro la posibilidad de que hubieran dos Lupin.

-Ah, hola Harry – dijo de repente Luna Lovegood, alumna de Ravenclaw de cuarto grado.

-Hola – saludó Harry sin ánimo, quería que Luna se fuera para seguir su camino.

-He escuchado mucho murmullo en torno a ti – replicó Luna, con su mirada soñadora -. Pero no creo que tengas problemas mentales, yo te creo.

-Ehh, gracias – respondió Harry.

-Luna, qué simpáticos aretes cargas – interrumpió Simus McGonagall, sonriendo. Él y los otros dos merodeadores habían conocido a la Ravenclaw en el tren; la habían clasificado como extravagante, y ahora Simus lo comprobaba por los enorme aretes de rábano que la chica se había instalado en sus lóbulos.

-¿Te agradan? – preguntó Luna, expectante.

-Claro, me gusta lo llamativo – rió Simus.

-Les tenemos buenas noticias – soltó de repente Ginny Weasley, quien acababa de llegar a dar las buenas nuevas -. Lupin será nuestro profesor por estos días.

-¡Excelente! – soltó Simus - ¿No crees Rerius?

Rerius y Harry ya estaban adentro del salón, saludando a Lupin.

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La clase de Defensa Contra las Artes Oscuras era la favorita de Harry, más aún cuando la impartía un profesor capacitado. En el primer curso había tenido al poseído profesor Quirell, quien había resultado ser una marioneta de Voldemort con apariencia de imbécil, prácticamente no había enseñado nada de servir. El profesor Lockart había sido el ocupante del puesto el siguiente año, pero en realidad había sido un farsante que obligaba a sus alumnos a aprenderse su autobiografía. Fue en tercero cuando Harry sintió verdadera atracción por la materia mencionada, y eso se debía al excelente trabajo de docencia de Lupin, cuarto curso tampoco había estado del todo mal, pero después de todo un falso Moody con intenciones de matarlo había resultado su profesor. El tener a Lupin de vuelta era reconfortante.

Se oían leves susurros extrañados por la presencia del profesor, para la escuela no era un secreto que Remus Lupin era un licántropo. Algunos, como Dean, estaban complacidos, otros, como Lavander, dudaban, después de todo estaba dándoles clases un hombre-lobo.

El profesor Lupin lucía algo animado y menos desganado. Sus ropas eran menos andrajosas, su mirada se desviaba a cada momento de la nada para enfocar a Rerius McGonagall, a él parecían no afectarles los barullos.

-… Finalmente, y aunque estoy seguro de que hasta ahora todos sus profesores han tocado el tema, quisiera hablarles un poco de los TIMOS. Recuerdo claramente lo bien que lo hicieron en tercer año, y estoy seguro de que deben de haber mejorado. En esta clase no sé cuantos temas logremos tocar, probablemente no muchos, pero me gustaría revisar a las Arpías, los Zombi, los Yeti, la clasificación de los demonios y las principales artes oscuras de la actualidad; es importante, para lo que viene – mencionó seriamente el amable profesor, con sincera sonrisa.

-Profesor Lupin – alzó la mano Hermione Granger.

-¿Sí, Hermione?

-¿Por qué no habríamos de tocar todos los temas del programa?

-Me temo que sólo estaré unos días con ustedes – respondió Lupin -. No creo que sea conveniente que esté dando clases durante todo el año escolar, el Profesor Dumbledore tendría problemas con el Ministerio.

-Pero si usted ha sido el mejor profesor de Defensa contra las Artes Oscuras que hemos tenido – admitió Dean Thomas, Seamus asintió levemente.

-Te lo agradezco Dean – dijo Lupin con naturalidad -. Sin embargo se debe considerar que no todos son de la misma opinión.

Rerius dio un suspiro mientras de su túnica sacaba un chocolate y lo mordisqueaba, le molestaba la discriminación hacia su persona, le enojaba que todos lo vieran y le temieran sólo por ser licántropo. Jim miró de reojo a Simus y ambos asintieron.

-Como iba diciendo, en teoría revisaremos a esas criaturas, también recordaremos los hechizos elementales para la defensa, ¿alguien sabe cuales?

-Expelliarmus para el desarme – dijo Rerius.

-Sí, muy bien – Remus tuvo que morderse la lengua, casi soltaba un "100 puntos para Gryffindor". - ¿Y Neville, recuerdas el hechizo que se usa para destruir a los boggarts?

-Este… - Neville comenzó a sudar.

-Vamos Neville – animó Lupin -, lo hiciste muy bien aquella vez, ¿recuerdas?

-¿Ri…riddíkulo?

-Exacto – aplaudió Lupin – Dos puntos a cada uno por sus respuestas.

La clase con el pasar se había relajado considerablemente, todos estaban entretenidos por la amena manera que tenía Lupin de impartir sus lecciones.

-Veremos un sinfín de criaturas extraordinarias… las arpías por ejemplo, que en algunas partes son consideradas espíritus benevolentes, son en realidad muy peligrosas; su figura es parecida a la de una bruja anciana y horrible, pero se dedican a atormentar e incluso a devorar humanos – hubo una exclamación general -, la mejor manera de contrarrestar el poder de estas criaturas primeramente es conociéndolas, por ejemplo, están las arpías-jinetes, estas se…

Una extraña y desagradable tos se escuchó de repente. Lupin guardó silencio unos momentos y siguió hablando.

-… estas arpías se montan encima de las personas mientras duermen, causándoles terribles pesadillas, el humano despierta agotado, si es que despierta…

La irritante tos volvió a interrumpir, era como una especie de 'ejemph', pero más desagradable. Lupin frunció su apuesto pero cansado rostro.

-Para defendernos de las arpías…

Esta vez el 'hem hem' fue tan chirriante que todo el grupo se percató del ruido y miró hacia la entrada del aula. El 'hem hem' a modo de tos se repitió, y fue cuando los alumnos vieron al frente a una mujer baja, rechoncha, de ojos saltones y boca larga, como la de un sapo. De hecho, eso justamente parecía, un sapo humanizado. Su vestimenta era ridícula, usaban un moño amarrado de sus cabellos sin gracia, además de una túnica floreada, llena de encajes.

-¿Sí? – preguntó Lupin.

-'Hem hem', supongo que esta es el aula de Defensa Contra las Artes Oscuras.

-Supone usted bien – cortó Lupin, como si conociera a la sujeta y le cayera mal.

Harry hizo hacia atrás su banca y miró perplejo a la mujer. La había visto en la audiencia en su contra. Ese verano un dementor había estado a punto de atacarlo a él y a su primo Dudley, y él había usado magia de manera 'ilegal' para poner la situación a salvo. Si mal no recordaba, esa señora había estado en contra de su inocencia, y se llamaba…

-Entonces usted debe ser… Lupin – mencionó en son de burla  y asco la tipa.

-Así es – Lupin cruzó los brazos con desagrado -. ¿Con quien tengo el gusto?

La mujer-sapo se internó en el aula.

-Me da tanto gusto estar de nueva cuenta en Hogwarts para ver sus sonrientes caras dirigidas hacia a mí – le dijo a los alumnos, mirándolos de forma enfermiza.

-Vieja loca – musitó Simus -, nadie le sonreiría a tal adefesio.

Jim rió ante el comentario de Canuto.

-Soy Dolores Jane Umbridge, Viceministra del Ministerio y… la nueva profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras – Umbridge caminó con arrogancia al escritorio y dejó caer su meloso portafolio de corazoncitos, miró a Lupin como si ella fuera superior, los alumnos se mostraban incrédulos. – Debido a la incapacidad de su Director para elegir profesores capacitados, el Ministerio le prestó su ayuda – entonces agudizó la mirada de repudio a Lupin -. Y ya veo porqué…

Harry sintió que la ira fluía en él, se puso de pie por la inercia y vio con desafío  a la nueva profesora.

-No me lo parece -  dijo –. Al contrario, nos ha traído de nueva cuenta al mejor profesor que hemos tenido.

-La mano, señor Potter, ¡siempre que haga una pregunta debe alzar la mano!

Harry bufó, pero alzó la mano.

-¿Exponerse al peligro de que un hombre-lobo los mate? ¿Eso es ser el mejor profesor, señor Lupin?

Lupin seguía con las manos cruzadas y la expresión ceñida.

-Nunca nos ha pasado nada con él – interrumpió súbitamente Ron.

-¿Qué no les enseñaron a levantar la mano antes de hablar, señor…?

-Weasley.

Umbridge ignoró al pelirrojo, esperaba la respuesta del Profesor Lupin.

-Un hombre-lobo sólo es peligroso en luna llena, y actualmente ya hay una poción indicada para que lo vuelva inofensivo- retó Jim, al ver que su amigo Rerius se mordía los labios -. Por tanto, estoy seguro de que todos están de acuerdo en afirmar que Lupin no es peligroso en ningún sentido de la palabra.

-No pienso juzgar el cómo son las cosas en esta escuela, por ello el Ministerio ha decidido investigarlo, ¿ha tenido usted el permiso de hablar, muchacho?

-No. – respondió Jim.

-De cualquier manera usted ignora a los que levantan la mano – carraspeó Rerius, enojadísimo.

Lupin pidió calma a los chicos, sabía que si no intervenía rápido se podía armar una revolución, después de todo él sólo era el suplente.

-Me da gusto que Dumbledore haya conseguido al docente. – Lupin comenzó a empacar sus cosas, ahora se veía levemente dolido. Rerius tenía los ojos húmedos, tenía ganas de gritarle sus verdades a esa mujer… si no fuera porque su Yo-adulto le rogaba con la vista prudencia, él, Simus, Jim, y seguramente otros chicos, ya hubieran reclamado la humillación de la sapo hacia Lupin.

-Fue un placer verlos de nueva cuenta, que tengan un buen curso. – se despidió Remus Lupin colocándose su sombrero.

-Me encargaré de que no encuentre trabajo nuevamente – le dijo Umbridge -, debe estar consciente de que es un peligro para la sociedad, ¡un licántropo dando clases como si fuera un ser humano!

Remus adoptó una mirada de odio, no dijo nada. Se marchó. No era que no tuviera orgullo, era sólo que no se rebajaría al nivel de esa mujer.

Harry apretó los puños. Simus intentó pararse pero Jim lo contuvo. Rerius seguía con los ojos llorosos. Los demás estaban consternados, y se sentían terriblemente indignados con esa fulana.

-Ahora podemos iniciar la clase – bramó la fastidiosa vocecilla de la mujer.

Se dirigió a la pizarra y escribió su nombre y el de la asignatura.

-Buenos días chicos – dijo con entusiasmo.

Muy pocos contestaron.

-Oh no, así no, todos deben decir "buenos días, profesora Umbridge"

-¿Qué vamos en preescolar? – bufó Sirius en voz baja.

Los alumnos repitieron como pericos el saludo con notable desagrado. Dolores Jane Umbridge podía haber entrado a suplantar a Lupin humillándolo en el camino, pero no sabía que además de alumnos apáticos ante su incapacidad para impartir bien la materia, se había ganado verdaderos enemigos.

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-Estúpida, estúpida, estúpida, estúpida, estúpida, estúpida vieja sapo– gritó Sirius, en la Sala Común de Gryffindor, estaba sudoroso - ¡Pero nos vengaremos Rerius, ya lo verás!

-Ella no tenía ningún derecho a hacerte sentir así, Rerius.

-Yo soy de lo de menos… pero Lupin… - susurró Moony-pequeño, desanimado -. Ahora debe haberse ido a la mansión de Sirius, o si no a la Casa de los Gritos.

-Además de todo es totalmente incapaz, terca, fea, ¡¡estúpida usurpadora!! – gritó Simus.

-Padfoot y yo estuvimos pensando en la venganza, será hoy mismo. – agregó James, solemnemente.

-Invitaremos a Harry y a los que quieran unírsenos – replicó Sirius -. Después de todo se nota que Harry te tiene aprecio, Moony… estuvo tan fiero que se ganó una detención triple.

-Sí, y después de que nos venguemos de la Sapencia le tengo una sorpresita  a Snivellus – dijo James -. Si cree que me tendrá en sus redes está equivocado.

-¿No nos estamos desviando de nuestro objetivo principal? – preguntó Remus, alzando la ceja. Le entusiasmaba eso de las venganzas, especialmente la de la Sapencia, pero ellos tenían otros propósitos que anteponer.

-Nah, ya he averiguado las posibilidades – susurró Jim a modo de secreto -. Hoy me enteré de algo interesante, mientras ustedes se largaban de Transformaciones, oí que la tía y Hermione Granger charlaban de algunas cosas quizá *privadas*, el caso es que, ¿a que no adivinan?, Hermione usó por un año entero un giratiempo, seguramente debe ser experta en ellos.

-Ohh, o sea que la hermosa prefecta es la clave.

-Al menos una fuente de conocimientos que debemos conocer – musitó James, decidido.

-Silencio, ahí vienen.

Harry, Ron y Hermione entraron por el retrato de la Señora Gorda. Hermione soltó a su gato Crookshanks, quien de inmediato corrió al regazo de Simus y se restregó en él.

-Odio a los gatos – gruñó por lo bajo - ¿Por qué este no me deja en paz?

El trío llegó hasta los trillizos y comenzó a sacar los pergaminos para hacer la tarea.

-¿No piensan hacerla? – preguntó Ron, con su nariz larga y recta.

-Ya la hicimos – respondió Simus, con expresión aburrida.

-Deberían aprender a ellos – les dijo Hermione a Harry y Ron. Ella en lugar de libros sacó una bola de estambre y se fue a tejer a un sillón.

-¿Qué es lo que ella hace? – preguntó en voz baja Rerius.

-Locuras – respondió Ron, mientras trataba inútilmente de concentrarse en tu tarea.

-Hey, Harry – habló Jim -. Deja la tarea a un lado, queremos proponerte algo.

-Sí Harry – siguió diciendo Simus, Harry se acordó de Fred y George Weasley -. Sé que querrás cooperar con la causa, después de todo hasta te castigaron. El objetivo es desarrollar una venganza contra la usurpadora.

-¿Dolores Umbridge? – preguntó Harry, Rerius asintió.

-Cuenten con nosotros – respondió  decidido, refiriéndose a Ron y a él (A Hermione no era recomendable invitar). Los tres McGonagall sonrieron satisfechos.

-Manos a la obra.

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En la salida de la estatua de la bruja tuerta se dibujaban cuatro siluetas. Dos eran idénticas, rojizas, pero en la penumbra de la noche se veían negras. Las otras dos eran más bajas, castañas, temibles.

Los rojos le dieron la mano a los marrones.

-Un placer hacer tratos con ustedes – dijo sonriente un muchacho de cabello café oscuro, que traía lentes.

-Los negocios son los negocios, Simus – respondió la voz de Fred Weasley.

-¿Les pegamos un buen susto ayer? – preguntó Jim-.¿Por qué han decidido regresarnos el mapa? ¿Acaso por órdenes de Lunático, Canuto y Cornamenta?

-Fred y yo ya no lo necesitamos, a decir verdad – cortó George, riendo, como si sospechara o supiera algo. – Que le saquen provecho.

Entre las sonrisas quizá se comunicaban. Los gemelos veían imposible que esos chicos fueran en verdad los grandiosos señores del mapa, pero a lo mejor eran una especie de nuevos elegidos.

-El mapa sólo nos lo prestaron, sabemos que en verdad es de Harry Potter – dijo Jim.

-Y ciertamente a Harry no le gustará saber que desapreció – rió Fred.

-Pero siendo tan buenos clientes no creo que ustedes se lo digan – manipuló Jim con cinismo -. ¿Ya revisaste la mercancía, Simus?

-Todo parece estar bien – respondió Sirius, soltando una ahogada carcajada.

-Para tanto material deben planear algo grande.

-¿Les gustaría ayudarnos?, Harry y Ron también se nos unieron – propuso Simus.

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En todo ese rato, Hermione notó extrañada que Ron, Harry y el trillizo Rerius habían estado ensayando con terquedad el hechizo que McGonagall les había dejado de tarea ese mismo día, se acercó a ellos, sin dejar de tejer en el aire gracias a la magia.

-¿Qué haces?

-Mejor di, ¿qué intentas tejer?

-Voy a liberar a los elfos domésticos – dijo decidida -. Pero no me has contestado, Ron.

-Estamos haciendo la tarea, ¿no ves?

-Oh, pues no estás teniendo buenos resultados ¿Cierto?, pronuncia bien el hechizo -regañó, mientras se alejaba adonde anteriormente estaba para seguir con sus apuntes y su tarea de tejer.

-Bien, ¡tengo que lograrlo! – renegó Ron, agitando su varita.

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Dumbledore no había sido derrocado, aún así, tras el beso del Dementor, se había debilitado notablemente. Eso lo sabía Lord Voldemort, y cabe resaltar que el detalle lo hacía sentir muy orgulloso. Hogwarts ya no se erguía amenazante; las fronteras mágicas se habían debilitado, no eran más un impedimento… sólo era cuestión de esperar el momento preciso para accionar su plan.

El animago llevaba rato deslizándose entre las alcantarillas con un pergamino en su repugnante hocico. Iba corriendo como alma que lleva el diablo en su forma de rata, de rata inmunda. La locura parecía haberse aposentado de sus sentidos después de haberse hallado un 'mapa' muy especial, parecido al que cuando chicos usaban él y sus antiguos amigos… ese pergamino le había hablado, era James… y esa voz le había retumbado en su corazón y lo había puesto intranquilo. Sin razonar siquiera, ya sea por inconsciencia o demencia, había salido de Azkaban, ¡ni siquiera había tomado en cuenta el posible castigo que le daría su señor Tenebroso por desobedecerlo!, la verdad era que Peter ni siquiera pensaba en eso.

En su mente sólo aparecían los rostros de sus amigos cuando chicos… si habían venido del pasado, seguramente estaban en Hogwarts.

Una sombra que se protegía con la capa de invisibilidad le seguía los pasos al roedor-humano, ella cumplían las órdenes que su amo le había dado, ahora era libre para seguir adorándolo. Bellatrix Lestrange era esa espía. Seguía los pasos de Pettigrew, quien no había parado en muchas horas.

La mortífaga no sabía qué podía pasarle al repugnante sujeto, pero ya había inferido que se dirigía a Hogwarts… ¿A Hogwarts? ¿Con qué objeto?

La rata finalmente llegó a los terrenos de Hogsmeade y se deslizó entre la gente. Recorrió las tiendas junto con el atardecer, se metió a la de Honeyducks

Bellatrix rió bajo la capa, desapareció, no tenía permiso de su Señor para entrar al colegio.

Ahora que Colagusano había entrado a unos de los pasadizos para ir a Hogwarts lo único que podía hacer era avisar a su señor… tal vez era el momento del ataque. Wormtail recorrió histérico el pasadizo de la bruja muerta sin pensar en las consecuencias, sólo quería verlos una vez más…

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El segundo día había resultado tan pesado como el primero. Todos los alumnos se encontraban en torno a las cuatro mesas de las Casas dispuestos a cenar. Muchos ya se habían topado con la nueva profesora en clases o en los pasillos, pero al parecer esa noche iba a ser su presentación oficial. No había rastro de Remus Lupin, Severus Snape seguía frunciendo el ceño, y lanzaba miradas de odio a los merodeadores. En realidad, ningún profesor parecía enteramente contento de que el Ministerio les hubiera mandado un profesor.

Dumbledore se puso de pie y el silencio se hizo en el comedor. Comenzó  la presentación de la profesora Umbridge de manera corta, luego entrelazó otros avisos.

'hem hem' Umbridge se aclaró la garganta, interrumpiendo a Albus, todos la miraron incrédulos a lo que había ocurrido, la Profesora McGonagall lucía terriblemente irritada.

-Ya veo que quieres decirnos unas palabras, Dolores – dijo Dumbledore mientras tomaba asiento.

Y ahí empezó el eterno discurso 'instructivo' de Sapencia. Todos los alumnos habían perdido interés porque estaba eterno, la única que ponía atención era Hermione. Pero esa fue la oportunidad perfecta.

Los  McGonagall, Harry y los Weasley habían llenado los candelabros, la mesa de los profesores y sus alrededores de su plan.

-...Porque algunos cambios vendrán para bien, mientras que otros, a la larga, serán reconocidos como errores de juicio. De igual manera, algunos viejos hábitos serán conservados, mientras que otros, anticuados e inútiles, serán abandonados. Movámonos hacia adelante entonces, hacia una nueva era de franqueza, eficacia y responsabilidad, intentando conservar lo que debe ser conservado, y perfeccionar lo que necesita ser perfeccionado, y eliminemos prácticas que deberían de estar prohibidas…

¡¡ZAZ!!

Los susurros de siete jóvenes se perdieron en esas últimas palabras. Nadie supo lo que dijeron, nadie pareció verlos por lo adormilados que estaban con el discurso, pero cuando sus voces hicieron chipas con sus varitas, la magia sucedió.

Miles de ranas de chocolate comenzaron a caer alrededor de Umbridge, y después, tras otras secretas palabras, se volvieron reales. Verdes, callosas, con los ojos y la boca tan similares a Umbridge.

Ese era el comienzo. Las ranas que antes eran de chocolate comenzaron a hincharse y a croar un nombre legible. Los alumnos azorados y los profesores casi podían jurar que las ranitas vueltas a la vida decían 'Soy Umbridge' 'Soy Umbridge', después comenzaban a vomitar al por mayor, como si las pobre ranas hubieran sido víctimas de los dulces tramposos de los sortilegios Weasley.

-Esas píldoras son la bendición- musitó Sirius, soltando la carcajada. Habían metido las píldoras en las ranas de chocolate, y al volverse reales, el efecto del 'dulce' se había activado.

Las ranas que vomitaban lo suficiente se reventaban y volvían a ser de chocolates.

La risa se hizo general. Cientos de ranas corrían por todas las mesas causando desastres y croando 'soyumbridgesoyumbridge', los manteles se llenaban de vómito, las chicas corrían de un lado a otro tratando de quitarse de encima a tan asquerosos animales, a veces las pisaban del terror.

-Menos mal que no traje a Trevor – musitó Neville.

Hermione comprendió porqué Harry y Ron habían practicado tan arduamente la tarea de McGonagall de convertir una rana de chocolate en real; agudizó la mirada y también sonrió; la tal Umbridge se lo merecía, seguro los que habían planeado todo eran esos locos hermanos McGoganall.

En poco tiempo volvió el orden. Dumbledore lo resolvió a la velocidad de la luz, y sólo quedó embarrado el vestuario de Dolores del falso vómito junto con los manteles.

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Eran las 12 de la noche. Hacía apenas unas horas que los habían dejado salir del Gran Comedor. Los profesores habían hecho una 'ardua' investigación buscando al culpable de la broma a la profesora Umbridge. Pero las sospechas no habían sido suficientes, las amenazas de Snape con traer la poción de la verdad no habían sido tomadas en cuenta. Los chicos sabían que Minerva McGonagall conocía la verdad, pero extrañamente la tía se quedó callada, se notaba a leguas la antipatía que sentía por la tal Umbridge, quien se sentía casi ultrajada por el delito. Finalmente Dumbledore había ordenado que todos se fueran a la cama, y le había prometido a Dolores encontrar al culpable.

Afortunadamente los chicos habían usado un hechizo metamórfico para que la poción de la metamorfosis no se agotara, ese hechizo se los había enseñado Tonks la noche pasada y servía para prolongar unas horas más el efecto de la poción.

A la salida los estudiantes se desplazaron a sus Salas Comunes, Jim en cambio se dirigió malhumorado al despacho de Snape para cumplir con su detención anual.

-Por aquí, por aquí y no empujen – dijo Ron, en su labor de prefecto -. Con orden, niñitos.

Él se perdió entre la gente que trataba de guiar en orden a la Sala Común de Gryffindor, Rerius y Harry fueron hacia él para ayudarle.

-¿No vas a ayudar a Ron, preciosa Prefecta? – le preguntó Simus a Hermione.

-Le toca a él esta vez – mencionó Hermione, indignada -. Ayer yo hice todo el trabajo sola.

-Ya veo…

-¿Simus, sabes que pudieron descubrirlos? – dijo la bruja Granger, la masa de gente iba muy adelantada, ella y Sirius iba más atrás.

-Por supuesto, estuvimos conscientes todo el tiempo, pero no íbamos a permitir que Sapencia se saliera con la suya después de lo del Profesor Lupin.

Hermione suspiró. ¿Quiénes eran esos chicos en realidad?

Mientras caminaban, cada vez más lento, la chica sintió que algo pasó entre sus piernas de manera veloz. Volteó al suelo y vio una rechoncha silueta con cola… era una rata que llevaba algo en el hocico…

El roedor se deslizó sigilosamente por un angosto pasillo y chillo cuando Crookshanks apareció de la nada e intentó atacarlo. La rata retornó, Sirius /Simus/ entonces fijó su mirada en el animal, sus ojos crecieron al tiempo en que la rata volvía a pasar cerca de ellos.

-¡¡WORMTAIL!! – gritó histérico Simus, pegando la carrera tras la rata, que chilló más alto al ver quien lo seguía.

Scabbers! – atinó a decir Hermione, antes de correr tras Sirius y ver que el animago llamado Peter Pettigrew se perdía en la oscuridad de los pasadizos de Hogwarts.

Continuará…

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Notas2.- ¿Encontrarán a Colagusano Hermione y Sirius? ¿Hermione se enterará de la verdad? ¿Cómo le irá a James en su castigo con Snape? ¿Encontrarán a los culpables de la broma a Sapencia? ¿Qué pasará con Colagusano si Sirius lo deja vivo cuando se enfrenten? ¿El pergamino que la rata trae es el mismo que encontraron Lily y Peter (del pasado)? ¿Qué ha pasado con ellos? ¿Por qué Arabella Figg se enterca en ser Madame Metamorfosis? ¿Quién será el nuevo guardián de Gryffindor?... léelo en el siguiente episodio.

Bueno… espero les haya agradado, no sé si quedó bien, pero al menos me divertí de lo lindo escribiéndolo, me gustó la pequeña e inofensiva bromita que los merodeadores y los chicos le hicieron a Umbridge (alias Sapencia para Sirius y compañía), si por mí fuera la matara, pero no soy tan salvaje (todavía). También quería escribir lo de los gemelos con respecto a lo del mapa del merodeador, no me quedó como quise, pero al menos salieron más mis adorables clones. Como ven, Arabella Figg reapareció, ¡y junto con Tonks!... poco a poco iré incorporando más a Harry, lo que pasa es que no puedo darle más participación  por ahora porque el fic está visto desde la perspectiva de los merodeadores, pero ya verán después. Les adelanto que a partir del siguiente cap las cosas irán a más velocidad, tengo mucho material que explotar, sólo espero no enredarme en mis propias incoherencias. También habrá más romance y acción.

Ojalá en verdad les haya gustado, por favor, no se olviden del review, ustedes me reconfortan y me dan ánimos con él.

¡En fin!, gracias de nuevo, saludos a todos y… paso a contestar los reviews.

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+o^kata^o.- ¡Hola!, Muchas gracias por tu comentario, por los ánimos que me das, te prometo que le seguiré a la historia, no sé por el bien de la humanidad (^^), pero prometo que lo haré. Ya ves que he publicado un nuevo capítulo, y si todo en mi cabecita sigue bien (esperemos que no me saturen mucho de otras cosas), pronto sacaré el nuevo cap. ¡Saludos!, espero estés bien y te siga gustando mi fic.

+Leri.-Hola Leri, finalmente traje el 9, disculpa la tardanza… ¿sabes?, yo también adoro los instintos paternales de Jamsie-pooh, es un encanto de muchacho y hace bien al enfrentar al pelo grasiento (y a mí también me cae bien Snape), como ves el joven Jim planea venganza por su castigo anual. Qué bueno que te gustó el encuentro de los Sirius, fue una escena con la que batallé mucho. Y… jeje, pues sí, más vale tarde que nunca, espero te haya agradado el cap, gracias por tu review.

+Arwen15.-Nihao amiga, espero te encuentres muy bien. Gracias por seguir atenta a mi fic… en este capítulo no salieron Lily y Peter del pasado para no saturar mucho la situación, pero reaparecerán pronto y verás el rol que ellos desempeñarán en el fic. Estate segura de que los hermanos McGonagall y Harry y compañía seguirán haciendo de las suyas (creo que Harry tiene malas influencias ahora). Estoy siguiéndole a tu fic, tendras mi comentario cuando lo termine, va muy bien.

+Dadaiiro.- ¡Amiga!, me da mucho gusto ver tu comentario siempre, ya sabes que eres una de las que más me ha apoyado en este fic, ¿recuerdas cuando lo empecé?, creo que fue una de mis ideas locas, pero nada como DD (seguro que sabes a qué me refiero, jojojo).  Yo también creo que para Peter debió ser horrible ver su futuro en eso que sucedió en el cementerio, digo, después de todo el Peter del pasado no es un traidor… y por no decir que peor le fue a Lily, verse muerta junto a James no es cosa de todos los días. Bueno, espero que la trama esté un poquito más entendible con lo que dijo el James del pergamino… estoy consciente de que tengo enredados a todos. Yo también me he preguntado sobre el porqué Peter traicionó a sus amigos, ¿cuál habrá sido la razón?, afortunadamente este texto me sirve para explorar posibilidades. Me alegra que te gusten los instintos paternos de James y las locas ocurrencias de Sirius de chulearse a sí mismo en el andén. ¿Recuerdas que te había comentado que los gemelos tendría cierta participación en el cap?, pues ahí los tienes hablando con los 'protegidos' del mapa que en realidad son los del mapa @___@ me pregunto qué pensarán mis clones de todo eso (respondiendo a tu cuestión… no sé si los gemelos sepan que Remus y Sirius son los del mapa, pero en mi fic diremos que no). Ahh, y ya salió de nuevo Figg y explicó cómo se usa la poción. Y sobre lo que se trae Peter entre manos, pues ni él lo sabe, como que enloqueció: se metió a Hogwarts en su demencia y ahora a ver que pasa. ¡Gracias por seguir leyendo amiga!, seguimos en contacto (PD-Por favor, seguidle pronto a CJ, y que Iggy no deje de salir!)

+Padme Gilraen.- ¡Hola!, Padme, lamento haberte enredado en el capítulo anterior, suelo hacerlo con frecuencia porque me complico la vida al no haber lineales las historias.  Ojalá este capítulo te haya gustado y haya estado menos enredoso, ¡gracias por seguir atenta al fic!... y bueno, prometo aniquilar a la rata de algún modo, a la estúpida de Bellatrix también la odio, pero pobre de que se le ocurra tocar algún cabello de Sirius!!, claro, yo también adoro cuando Sirius habla del tío Lupin, n__n, ¡hasta pronto!

+Princesa of darkness86.- Gracias por leer mi fic. Decidí hacerlo justo por lo mismo: me da pena que James, Lily y Sirius tenga que morir por la 'causa'… Ahh, y seguí tu consejo, salió Sapencia-Umbridge, y de ahora en adelante que se ande con cuidado la sujeta, porque sí que los merodeadores le harán la vida imposible… digo, es comprensible, después de lo que le hizo la malvada a Remus. Lamento haber tardado en actualizar, pero finalmente aquí está cap 9, ojalá te haya gustado.

+Lizbeth.-Hola Lizbeth, muchas gracias por tu comentario. No importa que no hayas dejado review en el capítulo pasado, con el sólo hecho de saber que lees mi fic me das muchísimos ánimos, ¡gracias!, espero ya no sigas teniendo problemas con tu comp. Por cierto, respondiendo a tu duda, no voy a basarme enteramente al libro 5, sólo tomaré prestadas algunas cosillas para que se me facilite el desarrollo de la trama. Espero este episodio te haya agradado, prometo tardar menos en actualizar a la próxima.

+Dikana.-¡¡HOLAA!! Querida Karpil-chan, me ha dado un gusto enorme ver tu review, ya los echaba de menos, hermana n_n, así que de antemano, ¡gracias! (y más gracias otra vez). Qué bueno que te ha gustado el capítulo, espero este no te haya decepcionado,  pero prometo seguirle mejorando a este escrito en toda la extensión de la palabra /al menos se hará el intento/. Por cierto, sé lo que se siente que se te borre el review cuando casi lo terminas… te inspiras y desplayas y al final ¡ZAAZ!, que se borra… siempre lo he dicho, la vida es cruel. Sobre los reviews en el mail, no te preocupes, hazlos cuando tengas tiempo, gracias por la atención, me alegra que este fic sea de tus favoritos (e invirtiendo la situación, tu fic es de los mejores, mi predilecto). ¿Sabes?, a mí tampoco me cae mal Colagusano del pasado, pienso que el pobre no tiene aún la culpa, y siempre me pregunté el porqué había traicionado a sus amigos (y aún me pregunto lo mismo, no sé que vaya a inventar JK en cuanto a él), de cualquier manera el rol de Peter es importante en la historia de Harry Potter… pues, qué bien que no quedó tan incoherente la parte del libro  4 que adapté, pensé que sonaría algo inverosímil, pero hacer eso fue necesario para lo que vendrá… en cierta manera en esa escena sí que Lily 'omniscientemente' le dio ánimos a Harry mientras este se enfrentaba a Voldemort, el pergamino los llevó ahí por algo parecido a lo que inferiste, pero espero explicarlo mejor el próximo episodio. ¡¡Ahh, yo también espero ansiosa que Draco y Sirius tengan más encuentros como el del Anden!!, me fue imposible poner más partes en el cap porque me alargué mucho, pero te adelanto que a esos dos les tengo preparado algo… y sí, en parte los chicos tienen razón al decirle a Siris-mini que él es un 'cerdo' por coquetear con chicas que podrían ser sus hijas, pero hay que tomar en cuenta que Sirius Black es un galán de naturaleza, ¿por qué censurarlo al pobrecillo?... como pudiste ver, las asociaciones entre las dos generaciones de quebrantadores de ley ha comenzado,  al paso que van como mínimo destruyen la escuela ¿No crees?, habrá que ver qué sucede con ellos. Sobre Tonks y Lupin-grande sólo el tiempo lo dirá (pero ya ves que Sirius ya anda de entrometido). En cuanto a Luna, claro que va a salir más, la chica me cae bastante bien,  es un personaje entretenido y muy mono. Arabella Figg hizo su reaparición pero aún no revelo el misterio de su recelo, ya lo haré pronto, lo tendré presente. Sobre lo de cómo Dumbledore sobrevivió al beso del dementor se explicará más adelante, en un 'tipo capítulo especial' (o algo así, si no irá dentro del fic, aún no lo resuelvo). ¡Otra cosa hermana!, tienes razón al decir que debo aclarar la línea de separación entre la OdF y G, por ahora sólo he hablado de  lo que le pasó a Harry en el verano de manera secundaria, claro que eso no quiere decir que haya pasado lo mismo, en primera hubo un ataque mortífago que el Ministerio cubrió, Azkaban fue tomado por Voldie, Harry pasó parte del verano con los Weasley…. Lo que sí pasó fue lo de la audiencia, lo de los ataques de los dementores (con el cuento de que Voldie los liberó), y además estuvo unos días en la mansión de Sirius… creo que son las similitudes pasadas, de cualquier forma haré más separación en adelante. Los gemelos Weasley ya están sospechando un poquito sobre quienes son en realidad los McGonagall, pero claro que ellos se irán con cuidado, analizando los hechos, sería sublime que se enteraran, ¿cierto?, y sí Dik-chan, me has dicho que te fascina Sirius y que amas a Remus (¿quién no?). Me alegra que la clase de pociones te haya gustado, a fuerzas tenía que pasar algo, digo, Snivellus le iba a dar clases a sus peores enemigos… ya imagino la clase de castigo que Snape le dará a Prongs. Bueno, creo que ya me alargué muchooo, gracias de nuevo, espero estés bien, para que le sigas pronto a R. ¡cuidaos mucho, por favor!, seguimos en contacto.

+Hikari Takaishi Y.-¡Dragon! (se me antojó decirte así, amiga…). Muchísimas gracias por tus alentadores reviews, siempre me haces sentir mejor al leerlos, gracias,  domo, arigatoo, thanks. Bueno, estoy de acuerdo con eso de que a Snape debió dolerle el hígado, jeje, digo, James no fue precisamente censurable, y se atrevió –como debe ser- a defender a su futuro hijito en uno de sus desplantes de instinto paterno. La verdad es que los sobrinos de McGonagallan han sido de verdad muy descuidados con el rollo de sus personalidades ocultas, por supuesto que la avispada de Hermione está atenta a eso, es una chica listísima, como vos sabéis n_n (y además, como te pudiste dar cuenta, al final del cap, cuando vieron a la rata, el bobo de Sirius-Simus gritó 'WORMTAIL' a toda potencia, ya con eso los merodeadores firmaron su sentencia ¿No crees?). También me divertí cuando fue la selección, no sabía cómo hacer reaccionar al Sombrero Seleccionador, pero gracias a tu comentario confiaré en que tal vez esa parte no quedó tan incoherente. Sobre lo que pasará luego en torno al misterioso pergamino y a Lily y Peter, lo sabrás próximamente, espero que la trama ya no esté tan enredosa, trataré de dar en adelante más explicaciones (pero vos sabéis que a veces no me entiendo ni yo misma). ¿Qué te pareció la parte en la que aparece la odiosa Sapencia?, espero haberle dado su merecido… sobre el castigo que le impondrá Snape a James, aún no lo decido, pero ya vendrá a mi mente algo perverso. ¡Ah HTY-chan!, siempre ves el H/Hr en todas partes, nunca se sabe cuales parejas terminarán saliendo ¿Cierto?, de cualquier modo espero que este capítulo no te haya decepcionado, ¡gracias otra vez!, aprecio mucho tus ánimos, tú también síguele en tus fics, que son fantásticos; y por supuesto que: seguimos en contacto, cuídate mucho.

+Danae Weasley.-Lamento que la espera se haya vuelto larga otra vez!, aunque finalmente aquí está el tercer capítulo, ¿qué te pareció?, espero te haya gustado, muchas gracias por los comentarios que haces sobre 'girahistoria', en verdad me alientas a seguir escribiendo.  Bueno, por ahora me despido, gracias de nuevo y hasta pronto ^____^

+Kathy stgqvk.- Hola!, muchas gracias por leer mi fic y por tu review, me alegra que también te entusiasme la idea de cambiar la historia del mundo de HP, creo que con unas cuentas modificaciones las cosas serían más calmadas y en un fic todo es válido… Creo que tienes razón al decir que los merodeadores fueron terribles con Snape, a decir verdad James era escalofriante (pero adorable), pero creo que Snape no debería vengarse ahora, después de todo tampoco era un angelito de la caridad, n__n de cualquier manera ellos son 'enemigos naturales', como argumenta James en el cap. No creo que falten muchos capítulos para que se revele la verdad, sólo unos cuentos, y los siguientes estarán más dinámicos, o al menos eso espero… ahhh, y también próximamente sabrás qué pasará con Peter del presente, Lily y Peter del pasado. ¡gracias!, espero te haya gustado el cap.

+Ginny W-P.- Ginny, ¿Cómo has estado?, antes que nada disculpa la tardanza, ya me conoces, me suceden muchas tragedias. Espero este cap te haya gustado, Lily y Peter saldrán pronto y se sabrá que ondas pasa con ellos… y en cuanto a lo que pasó con Snivellus, pues… creo que la guerra apenas comienza, sólo ponte a imaginar que los merodeadores le hicieron la vida de cuadritos cuando estaba chico (claro que Snape debería trascender esa parte de su vida). ¿Te gustó el capítulo?, espero que sí, pero ya me lo dirás luego, muchas gracias por seguir atenta a mi fic.

+AIOV.-¡Feliz Cumpleaños, Champss!, sé que el regalito ha llegado atrasado, pero ha sido culpa del bloqueo y la escuela, ya sabes… ahh, y también culpa de Wolf's rain y X (están geniales esas series, jeje). ¿Qué te pareció este capítulo?, espero te haya gustado porque está dedicado a ti… como ves siempre sí puse a la sapo de maestra, pero la pobre va a sufrir en el puesto, como mínimo la mato o algo así (a fe mía que se lo merece). Tienes razón al decir que el pasado cambiaría radicalmente si los merodeadores cambiasen la histeria, pero ya verás luego lo que ocurre. También volvió a salir Madame Metamorfosis, prometo que pronto pondré porqué luce tan extraña… en fin, gracias por leer, me das muchos ánimos, me gusta que mi familia lea mi escrito, Arigatooo Champss-kun, felicidades de nueva cuenta; espero le estés siguiendo a tu fic de Hermi, me gustaría leerlo cuanto antes. Saludos a todos, y cuídate.

+Hermionita.- Muchas gracias por seguirle a mi fic. Harry, Ron y Hermione ya están saliendo más, poco a poco llegará el momento decisivo en el que Harry descubra quién es en realidad Jim… por mientras los puse de buenos compañeros, estoy segura de que Harry la pasó bien haciendo esa pequeña bromita junto a los 'trillizos'. Por otra parte no tardan en reaparecer Lily y Peter del pasado, y también se sabrá que pasa con el Colagusano actual. Espero este capítulo haya sido de tu agrado, ¡hasta pronto!

+Layla Kyoyama.-Hola Layla n__n , espero te haya gustado también este caítulo (y no te haya decepcionado)… de nuevo tardé mucho en actualizar, yo experta en bloquearme, sólo ansío que eso no me vuelva a pasar. En esta ocasión algunos personajes no salieron mucho, por ejemplo Draco no entró en acción a pesar de que estaba todo planeado para su movida (pero tendrá que pasar en el próximo capítulo, ya lo verás), ¿Qué te pareció la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras?, ahh, por cierto, es verdad, Harry no se ha dado cuenta de que perdió el mapa del merodeador, supongo que le dará un infarto cuando se entere. Y como pudiste leer los gemelos y los sobrinos de McGonagall ya empezaron a hacer de las suyas, pero la fulana Umbridge se lo merecía, siempre he tenido ganas de ahorcarla. Tampoco salieron Peter y Lily del pasado, pero ya harán su aparición, por lo menos Tonks y Arabella invitaron a los merodeadores al té. ¡gracias por seguir leyendo!, me das muchos ánimos en mis fics, arigatoo!

+Altariel2.-¡Hola!, muchas gracias por  tu comentario, qué bueno que te gustó la clase de pociones… creo que James se irritó un 'poco' con Snape debido a que éste criticó la poción de su futuro hijo… hey, bueno punto con eso de los ligues, seguro habrá varios por ahí, y seguro no será del todo recomendable para los merodeadores (aunque Sirius encantado, no tomará en cuenta que el tiempo pasó, n__n). Menos mal que Peter no me quedó incoherente, se me complicó un poco ponerme a pensar en su reacción, pero al final la intención es redimirlo… digo, eso espero. Tienes razón al decir que Snape es más que el.enemigo.de.los.merodeadores, a mí me gusta el personaje y trataré de darle más trascendencia en la trama. Y como puedes ver, ¡sí que hice un hueco para Tonks! (esa bruja es de mis predilectas). Bueno, espero el cap te haya gustado, gracias por seguir girahistoria.

Y a los que leyeron, pero que no pudieron dejar review, ¡gracias también!

¡Hasta pronto!

Se despide, CieloCriss