Título: Lo mejor del sol, el brillo de la luna
Autor: Txiri E-mail:
Pareja Harry/ Severus

Disclaimer: Los personajes de esta historia son propiedad de J.K. Rowling y Warner Bros. Esto es puro entretenimiento y no me reporta beneficio económico alguno.

Capítulo 8: Citas

Harry fue el primero de los dos en despertarse. Miro el reloj, el cual marcaba las nueve, para seguidamente, dirigir su mirada al hombre que se acurrucaba a su lado y empezó a pensar en la conversación de la noche anterior.

-Buenos días, Harry- le sobresaltó la voz del profesor de pociones.- El chico no pudo contestarle pues tuvo que salir corriendo al baño.

Una hora despúes mas tarde los dos morenos se encontraban esperando que les sirvieran el desayunó mientras charlaban con Lur.

-¿Cuántos años tienes Lur?- preguntó sorpresivamente Harry.

-19, ¿porqué?

-Mera curiosidad, ¿y qué estudias?

Lur se rió ante la curiosidad de Harry aunque le pareció normal.

-Estudió Medimagia

En ese momento entraron los elfos domésticos con las bandejas del desayuno. Severus y Lur siempre tomaban café a diferencia de Harry al que esa bebida no le gustaba, al contrario el aroma le agradaba mucho. Pero esa vez fue diferente, en cuanto olió el café, sintió una gran arcada y tuvo que salir corriendo para poder llegar al baño antes de vomitar.

-Harry, ¿estás bien?- preguntó preocupado Severus desde la puerta.

-Saca eso de la mesa.

-¿El que?

-¡EL CAFÉ!

-Pensé que te gustaba el aroma.

-¡¡¡SÁCALO!!!- gritó histérico

-Papá, creo que deberías llamar al medico, yo me encargo del café, ¿deacuerdo?- diez minutos después Lur lo llamó.

-Lo siento.- dijo avergonzado.

-Tranquilo es normal.- lo intentó tranquilizar la chica,- ¿y que a quieres dedicarte tú?

-Me gustaría poder ser Auror.

-A mi padre le dará un ataque.

-Bueno no anticipemos. Primero tengo que ver si las notas de mis TIMOS me dejan estudiar la carrera.

-¿Cuál?- pregunto Moony que acababa de entrar.

-Quiero ser Auror.

-Serás un gran Auror, Harry- le animó Remus,- ¿habéis llamado al doctor?

-Sí, Lupin, tenemos hora a las doce. Harry debes empezar a asearte y vestirte, no podemos llegar tarde.

Dos horas mas tarde los dos morenos llegaban a la puerta de la consulta.

-Buenos días, ¿tienen hora?- preguntó la secretaria en cuanto atravesaron la puerta.

-Sí, señorita.

-Nombre por favor.

-Harry Snape y Severus Snape.

-Pasen a la sala 232.

-Gracias.

Los dos Hombres entraron en la habitación que les había indicado la mujer. Era una habitación de color azul clarito, con preciosos dibujos de jirafas que se movían. En medio se posaba una camilla con sabanas blancas, mientras que en la pared de enfrente se posaba un escritorio con una silla en el frontal para el médico y dos justo enfrente para los pacientes. En la pared izquierda reposaban dos armarios de madera con las puertas cerradas y en la pared de la derecha se encontraba un biombo.

-Bienvenidos- les sobresalto una voz que provenía desde la puerta.- Soy el Doctor Mark McGregor.

El doctor era un hombre un poco extravagante, pues no llevaba la típica túnica blanca de los mendimagos sino que vestía una túnica de colores. Era un hombre alto que media cerca de los dos metros, no era muy robusto mas bien era flaco cosa que resaltaba mas su estatura. Su edad engañaba, ya que aparentaba ser muchísimo más joven de lo que era. Tenía el pelo color zanahoria y sus ojos eran de un azul intenso.

-¿Quién de los dos lleva él bebe?

-Yo.

-Me lo imaginaba. Voy a explorarte y para eso necesito que vayas detrás del biombo y te pongas la bata que hallaras en él, la parte abierta a la espalda.

Harry se encamino detrás del biombo sintiéndose cada vez más nervioso puesto que no sabía que era lo que el Doctor le haría, ¿y si su cuerpo no era compatible? ¿Y si perdía el bebe?, ¿Y si....?. Miles de preguntas de esa índole pasaban por su cabeza mientras salía y se echaba donde el doctor le indicaba.

-Harry, ahora voy a ver tu salud general- informó.- ¿Ves esa pluma?– Señaló la pluma que flotaba en medio de la habitación,- escribirá lo que yo vea, para poder llevar tu embarazo.

El doctor empezó a circular alrededor de Harry dirigiéndole diferentes rayos que iban cambiando de color, mientras ponía cara de aprobación o negación.

-Ahora voy a ver como va el bebe, pero para eso necesito subirte un poco la bata.- después de recibir permiso de Harry, procedió a examinarle el abdomen. Primero palpando con las manos y después con un ralliito blanco que salía de debajo del ombligo del joven.

-Bien Harry, por hoy hemos terminado. Ve a vestirte y te explico lo que vi.

-Sentaros- pidió en cuanto Harry salió del biombo.- El bebe está espléndidamente, justo como debe ser en las tres semanas de gestación, que es lo que tienes. Pero Harry, tienes una carencia importante de vitaminas y minerales, para ello tienes que tomarte estas cuatro pociones, además de esta que te ayudará a evitar las nauseas matinales. Debes usar esta crema también.- informo poniendo diferentes frascos encima del escritorio.- ¿Alguna pregunta?

-¿Qué pasara con mi magia? Quiero decir, el mes que viene empiezan las clases.

-No hay problema, tu magia no sufrirá ningún cambio. Eso sí tendrás que tener cuidado con los hechizos mal dirigidos. ¿Alguna duda más? Entonces nos vemos el mes que viene.

El día fue agotador para Harry, pues después de estar con el doctor estuvieron toda la tarde comprando ingredientes que le faltaban a Severus. En ese momento acababa de salir de la ducha e iba a empezar a untarse la crema que le había mandado el doctor, pero dos manos se la quitaron.

-Permíteme- pidió Severus empezando a esparcirle la crema por los hombros. Cuando sólo iba por la espalda sintió un gemidito de Harry, y se le ocurrió algunas formas de esparcir la crema mucho más entretenidas. Snape agarró la mano de Harry y llevo al desconcertado joven a la cama donde lo depositó cuidadosamente. Empezó esparciéndole la crema en el pecho, arrancando a Harry profundos suspiros y eso hizo que el adulto no aguantara más y se apoderara de los finos labios del chico.

Harry estaba cada vez más excitado y por primera vez quiso devolveré el placer que le estaba dando a Severus, pero para eso primero tenía que quitar del medio la estorbosa ropa.

El profesor ya había dejado el pecho del chico, y ahora extendía crema por las piernas, cuando sintió unas nerviosas manos intentándole quitar la ropa, y él riéndose entre dientes las hizo desaparecer.

Harry se alegro cuando el hombre lo hizo, aunque no pudo evitar ruborizarse profundamente. Así que se concentro en darle placer al profesor de pociones. Recorrió con las manos y boca todo lo que alcanzaba, aunque en la incomoda posición en la que estaba le resultaba muy complicado, ya que se encontraba sentado con el cuerpo hacia delante mientras Severus estaba arrodillado detrás de él, esparciéndole crema por las piernas.

-Harry, si no paras no podré acabas de ponerte crema.

-Mis piernas ya están lo suficientemente untadas- dijo mientras se tiraba encima de Severus como un felino hambriento, dejando atónito a su profesor que no se esperaba una reacción así por parte del tímido joven. "Menos mal que la cama es grande" pensó.

Ahora si que Harry podía intentar dar placer a su pareja, beso y acaricio todo su pecho y fue bajando hasta que llego a la evidente erección, en donde no supo muy bien que hacer,

Al ver las dudas del joven Severus volvió a tomar el control, tumbando a Harry hacia atrás, mientras recibía la erección del joven en su boca.

-Sev- gimió Harry sin darse cuenta del diminutivo que utilizó.

Severus sentía a Harry apunto de venirse y él no aguantaría mucho mas tampoco, así que alcanzó como pudo el lubricante que tenía en la mesilla. En cuanto el chico sintió el primer dedo internándose se tenso.

-¿No le hará daño al bebe?- preguntó preocupado.

-No, tranquilízate. McGregor me dijo que incluso era bueno para él o ella.

Al oír eso, Harry se relajo dejándose llevar por las sensaciones que los dedos le brindaban. Severus retiro los dedos del interior obteniendo un gemido de protesta por parte del joven pero enseguida fueron remplazados por la palpitante erección del hombre.

Así siguieron hasta que Severus se vino en el interior de Harry y este entre los dos.