N/A: gracias gente por la cantidad de reviews, y me disculpo sinceramente pq la verdad no he tenido tiempo para continuar con este fics… no tuve tiempo para continuar con ningún fic! Toy a full con el cole, me come todo el tiempo, y como ahora son las winter vacation, me he tomado un tiempito cada día para escribir… MUCHAS GRACIAS POR VALORAR MI TRABAJO, y seguir leyendo esta hermosa historia. ¡Feliz Navidad! Y ¡Feliz Año Nuevo!
Capitulo 6
Hermione se levanto la mañana del jueves, porque las maripositas en su estomago no se quedaban quietas. Todos irían a Paris aquella mañana para visitar lugares Muggle y Mágicos significativos en la historia, y para la gente, durante los siguientes próximos dos días, y pasarían la noche en el fino Hotel Sorciere. Su presentación delante de los ministros franceses y británicos, era el último punto en su agenda para la reunión del sábado, que seria continuada por una gran cena. Luego que Hermione chequeo doblemente su bolso para dormir, para asegurarse que había empacado todo lo necesario, Hedwig aprecio volando por la ventanilla.
Hermione,
Espero que Hedwig te haya encontrado antes de que te dirijas a Paris. Quería desearte buena suerte para este Sábado, pero se que no la necesitaras. Desde que el papá de Ron fue ascendido a Ministro de Magia, estará allí también, el sábado. Solo piensa esto, solo dos semanas más antes que vuelvas a Hogwarts y solo dos semanas más de Draco Malfoy. Crookshanks te extraña al igual que todos nosotros.
Nos vemos pronto,
Harry.
Seis semanas atrás, Hermione hubiera re leído la ultima oración de Harry una y otra vez, buscando intenciones ocultas o algunas declaraciones faltantes. Pero no el día de hoy. Los ojos de Hermione no abandonaban la frase de "solo dos semanas más de Draco Malfoy" sin embargo.
Hermione no podía dejar de preocuparse por el. Para ella impresionar a los ministros era solo una muy buena nota en su ya excelente reporte, pero para Draco todo significaba mucho mas. Draco había enfrentado la decisión de su padre de mandar a Hermione avergonzada a Hogwarts. La única forma de salvarse de dios no sabe el castigo de su padre, era dejar boquiabiertos a los ministros. Aquella semana este se había pasado casi todo el día estudiando, preparando lo que decir, y revisando sus ya sacados apuntes. El trabajaba tanto, que le pareció incluso a Hermione, que este necesitaba un poco de relax. Pero cuando este la ojeaba a ella con ojos de tormenta, Hermione sabia que este necesitaba mantenerse ocupado para no pensar en su padre.
Parte de ella temía que las cosas volvieran a la normalidad de cómo eran antes de Beauxbatons, cuando regresaran a Hogwarts. Actuaria el de la misma manera con ella como lo hace aquí? O era su pequeña y rara amistad temporaria? Mucho mas importante seguiría ella sintiendo un temblor cada vez que este fijaba su vista en ella? No estaba segura de si quería que aquel sentimiento desapareciera por completo o permaneciera. Su lado sensitivo asumió que todo lo que esta estaba sintiendo por Draco Malfoy, era por las circunstancias en que se encontraban los dos, y por lo cual, no real. Pero no podía negar que si extrañaría sus tardes de estudio, y el calido sentimiento que sentía esta cuando Draco estaba cerca.
Su mente estaba ocupada de pensamientos acerca de Draco, que Hermione, que no se dio cuenta que estaba dibujando sobre el nombre de este, en el papiro que se encontraba a su lado. Un pequeño golpecito en la puerta la despertó de sus sueños. Apoyo la carta sobre la mesa, coloco a Hedwig sobre su mano y se dirigió a la puerta. Cuando se dirigía a abrirla, la puerta se abrió obligándola a retroceder.
La cabellera dorada y rostro pálido de Draco se asomaron por la puerta tan rápido que su cabeza casi se golpea con la suya. "Oh lo siento Hermione" balbuceo. "Golpee unas cuantas veces pero no me contesto nadie. La profesora McGonagall pensó que quizás te habías dormido otra vez, y me mando para que controlara que aquello no sucediera"
"Oh esta bien" le dijo, frotándose el cuello. "Nada mejor que un shock a mi sistema para hacer que la adrenalina corra en la mañana" Luego de recuperar el aliento luego del susto que Draco le había ocasionado, Hermione recupero el sentido y dio un paso hacia atrás, permitiéndolo pasar. Sonrió suavemente y lo recibió "Pasa". Pero en seguida lo lamento, porque cuando Draco entro en su habitación en seguida la habilidad de esta para hablar desapareció por completo. Como aquel día estarían visitando el Paris Muggle, decidieron vestirse en ropa Muggle, habían decidido vestirse con ropa muggle, y cambiarse a sus túnicas solo cuando se dirigieran al Paris mágica, para su paseo al Musee Du Louvre. Su apariencia, agregándole los tiernos pensamientos de ella hacia el, transformo a Hermione en una completa gelatina. Todo tipo de esperanzas de que Draco no haya notado la incomodidad rápidamente desaparecieron cuando Draco la miro a los ojos preocupadamente "Te encuentras bien? Te ves roja" Mierda!. Hermione dio media vuelta y se dirigió a su cama para cerrar la valija y poner sus manos a hacer algo mientras recuperaba el oxigeno en su cuerpo. Se había visto siempre tan lindo? Respiro profundamente y dio media vuelta para enfrentar al alto, innegablemente mago atractivo que estaba hora parado exactamente al lado de su cama, ansiedad se veía escrita en su cara " Estoy bien" le aseguro. "Estaba un poco sorprendida, pero ya paso, estoy bien gracias." Sus ojos rodearon todo el cuerpo de este, desde su polera de cuello tortuga color gris de lana fina que le quedaba muy bien y resaltaba su muy perfecta naturalmente figura que mostraba sus musculosos brazos. Siempre había visto a Malfoy en túnicas de colegio, nunca había podido realmente apreciar cuanto este había cambiado durante los años, de un flacucho cara puntiaguda insoportable mocoso, a un bien formado, cuerpo envidiable, inteligente joven. Mientras sus ojos se movían hacia abajo para apreciar como los jeans de Draco parecían mágicamente diseñados para encajar exactamente en Draco. Sentía su rostro volverse mas y mas rosa, con cada respiro, que decidió que el estudio del cuerpo de Draco debía ser pospuesto.
Draco no era tan despistado. Los cachetes color rosa, la colorada expresión y la rápida explicación, la inconsciente forma en que esta mordía su labio, mientras sus ojos se movían por alrededor de este… aunque si lo quisiese o no Hermione lo estaba ojeando. Era una oportunidad genial. "Que piensas?" le pregunto casualmente, moviendo los brazos así Hermione podía tener una mejor vista. "Pasaría como un muggle? Eso fue lo que me dijo mi estilista personal en Madame Malkin que ningún muggle deja nunca de usar jeans, están atados a ellos". Le flasheo su mejor sonrisa para adherir a todo esto.
Tomo unos cuantos momentos embarazosos, pero Hermione finalmente recupero el habla. Tratando de actuar como si no le afectara, le contesto " Te ves bien. No vas a salir de lo común. He visto un millón de chicos muggles vestidos así como tu." Pero debía admitirlo que a ninguno le quedaba tan bien como a Draco. Cual era el problema con ella? Se estaba poniendo toda estupidita por Draco Malfoy. Finalmente supo lo que era estar en la cabeza de Lavander Brown, y estaba disgustada por la falta de autocontrol. Con una mental patada en la cola, recogió su bolso de la cama. "Porque no vamos llendo?
Dijiste que McGonagall nos esta esperando"
Se dirigió hacia la puerta, pero con su mano toco su brazo. "Hey, déjame llevar eso a mi" se ofreció, aliviándola a ella de su maleta, y llevándola el. Su mano rozo con la de ella cuando tomo la manija de la maleta, pero ninguno la saco por un largo momento. Sus ojos se clavaron en los de este, pero en seguida el miro hacia otro lado, el rose de sus manos hizo que los dos adquieran un color rosa en su rostro. Hizo un ruido con la garganta, el, rápidamente y un movimiento de ojos hacia la puerta "Nos vamos?".
La profesora Mcgonagall se encontraba de hacia rato esperándolos en el comedor, cuando Hermione entro con Draco. Se encontraba hablando con el profesor Lemieux, quien se dirigía al viaje junto a ellos, para dar los últimos toques para el sábado, y encontrarse con los alumnos de Beauxbatons que habían cambiado el lugar con Draco y Hermione en Hogwarts. Otra sorpresa la esperaba a Hermione en la sala V.I.P- Phillippe. Apenas había registrado la presencia de este cuando entro al comedor, hasta que le dio un gran abrazo y un beso en la mejilla. "Oh Hermione, he mucho esperado, ser capaz de poder ir contigo a Paris. Hay tantos lugares en Abeille Ruelle, que deseo mostrarte. Tendremos un maravilloso día juntos."
De alguna manera Hermione pudo liberarse del brazo fuerte de Phillippe. "Esta bien Phillippe realmente lo entendí. Tienes un importante partido el sábado en la tarde. Y todos aquellos cazadores de estrellas estarán aquel día para verte. Solo juega bien, y captura la snitch ok?" le sonrió, secretamente agradecida que no los acompañaría en el viaje. Draco solamente se ponía tenso y más tenso cada vez que el sábado se acercaba, y Hermione no quería hacer de escudo humano nuevamente. "Además, Con todo lo que la profesora McGonagall ha empacado para la presentación del sábado, creo que no tendré ni tiempo de divertirme un rato."
El se le acerco nuevamente y le dio un beso más grande y un abrazo mayor aun. Draco giro sus ojos, pero la profesora McGonagall hablo antes de que Draco comenzara a criticar las acciones cariñosas de Phillippe. Con un tono impaciente y determinado, le dijo, "Vamos ya señor Hasley. La señorita Granger estará ausente por unos pocos días. Estoy segura que encontrara alguna manera de arreglárselas sin ella hasta que regrese. No es el fin del mundo."
Finalmente Phillippe libero a Hermione completamente, y ella lo acompaño hacia la puerta. Le dio un beso final sobre su frente y le susurro suavemente "Buena suerte, Hermione. Te estaré esperando cuando regreses" Cuando lo observaba caminar por el pasillo, Hermione se sintió un poco confundida. Sabia que a el le gustaba ella, pero por mas que trataba no se le podía escapar que sus sentimientos por Phillippe Hasley eran puramente platónico. Su tocar no le enviaba temblores por toda la espalda, sus ojos no hacían que su corazón comenzara a latir sin cesar. No tenían química juntos para nada, aunque este intentara de todo para demostrarle lo contrario.
Hermione odiaba viajar vía polvos Flu. Parecía que nunca lo lograría hacer con un poco de gracia. Siempre salía arrojada de la chimenea y su cabello hecho un desastre y lleno de cenizas, por lo que se ofreció a ir primera. Decidió que había sufrido demasiada vergüenza delante de Draco Malfoy para todo un día. Hermione, Draco y la profesora McGonagall viajarían con flu hacia una panadería mágica en las afueras del territorio muggle. Desde allí se dirigirían hacia un lugar famoso de los muggles: La Sorbonne, El Campo de Ulises, y el Musee du Louvre. Hermione estaba muy excitada por el último, porque era un muy conocido edificio más un famoso museo mágico. Obviamente que la parte mágica estaba protegida contra muggles, pero habían unos cuantos pisos, llenos de pinturas, fotos, y esculturas hechas por famosos magos y hechiceras. Hermione había estado ansiosa por visitar aquel lugar mucho mas que nada desde que la profesora McGonagall les había informado acerca de su itinerario. Se sintió como Ron en su primer viaje a Honeydukes, como una niña con su dulce preferido.
Podía sentir que se estaba acercando hacia el final del viaje, mientras se encontraba temblando por las redes flu. Podía ya sentir el aroma a tortas y pan recién hecho de la panadería. Sorpresivamente apareció en la chimenea con sus pies firmemente pisando el suelo, y solo una pequeña pelusa en su cabello. Salio de adentro de la chimenea, estirando su falda y retirando cualquier tipo de mugre sobre su sweater color canela. Comenzó a ojear la pequeña pero calida tienda mientras esperaba por Draco y la profesora. Draco salio de la chimenea segundo, tal cual Hermione se había imaginado, salio de la chimenea sin perder el ritmo, como si solo estaría dando una vueltita alrededor de un parque en vez de estar viajando millas y millas por alrededor de una cantidad de chimeneas. Sin embargo era demasiado alto para el marco de la chimenea, por lo que al salir de esta se le despeino todo su cabello. Ella sonrió, era humanizante verlo a el sin embargo cada vez menos perfecto. Señalo hacia el cabello de este, "eh, tienes algo en tu cabello".
El se encontraba hundido bajo la cantidad de aromas dulces rodeándolos como una frazada por lo que no le presto atención. Pero la vio señalando hacia el, y se percato que había dicho algo "Que?"
Ella se acerco a el, una suave sonrisa asomándose en sus labios. "Tienes algo en el cabello. Debes de haber rozado con el borde de la chimenea, porque también te has despeinado cuando saliste".
"Oh gracias" le contesto y paso sus delicados dedos por sobre su cabello peinándolo a este. "Ahora?"
Hermione sacudió la cabeza. "Aquí acércate", le sugirió. Inclino la cabeza un poco, así esta podía llegar a ella. Su mano tembló un poco cuando llego al cabello de el para sacarle aquella pelusa que le despeino su cabello. Siempre se había preguntado si su cabello seria tan suave como parecia ser. Mientras deslizaba sus dedos por sobre el cabello de este, asegurándose se peinarlo correctamente y sacándole aquella molesta pelusa, estaba fascinada por lo suave que realmente era. Le recordaba a la tela satinada del vestido de novia de su mamá. Su madre se lo había mostrado por primera vez cuando ella era una niña pequeña. Deseaba siempre envolverse entre la tela de aquel vestido, pero obviamente su madre no la dejaba. En vez le prometió a Hermione que la dejaría usarlo en su propia boda. Pero una que otra vez, Hermione subía al ático de la familia y sacaba el vestido, cautivada por como se sentía sobre la piel. El cabello de Draco se sentía tal cual. Hermione despertó de sus pensamientos como sintiendo la respiración de este sobre su cuello. Se le había acercado tanto que se encontraban centímetros lejos uno del otro.
"Se fue?" Le pregunto, su vos mas baja que lo común, lejos del chillido de tiburón filoso que era la lengua de Draco Malfoy, por muuuuchos años.
Se alejo unos pasos, queriendo poner alguna distancia entre ellos. "Si se fue todo. Ni puedes darte cuenta que alguna vez hubo algo allí"
Un fuerte "Ahhhhh!" llevo toda su atención a la chimenea. La profesora McGonagall había recién llegado y estaba saliendo de la chimenea, respirando fuertemente. "Me había olvidado lo delicioso que LaCouture de Boulangerie huele en las mañanas". Estaba sonriendo tan ampliamente que sus alumnos jamás la habían visto tan feliz. "Señor Malfoy, que le parece si nos va a comprar unos croissants de mermelada y queso antes de enfrentar el mundo muggle, se que puedo necesitar un poco de azúcar".
No se movió inmediatamente, como si sus pies estuvieran pegados al piso. Finalmente deslizo sus dedos por su cabello por última vez, y se dirigió hacia la cantina, ojeando todos los pastelitos en su camino. McGonagall miraba a los dos estudiantes con un ojo sabio, pero sus labios se mantenían cerrados.
Pasaron toda la tarde del martes en La Sorbonne, porque la profesora tenía un viejo amigo de Hogwarts, Lionel Marriwether, que se había casado con una muggle y ahora enseñaba en una famosa universidad Francesa. McGonagall había arreglado con Marriwether para que los dos estudiantes asistieran a una de sus clases de Literatura. McGonagall sonrió y Hermione también cuando con una guiñada les anuncio que estarían discutiendo los roles que envolvieron a los magos durante en la ficción desde la época medieval hasta ahora. Hermione pensaba que no era una coincidencia que Sr. Marriwheter hubiese elegido aquella tema justo aquel día.
El Sr. Marriwheter era un amoroso caballero. Luego de la lectura les mostró todo el campús de la Universidad, luego los llevo a su lugar de almuerzo preferido en el Campo Ulises. Hermione estaba sorprendida acerca del entusiasmo de Draco por aprender cuentos Muggles y folklore por el Sr. Marrywether. Por razonas obvias, Draco jamás había aprendido mucha de las historias que Hermione aprendió durante su crecimiento. Por lo que para Draco eran nuevas, y le pidió al señor Marrywether que le cuente todas las historias que la lectura contenía algunas como Hansel y Gretel, El zapatero y los rayos de luz, La bella durmiente, etc. Era refrescante ver con cuanta emoción un joven mago de 16 años disfrutaba de aquel cuento que escucharía un pequeño niño de 4 años muggle, completamente entregado a la historia.
Sin embargo, Draco hizo a todos reír, cuando anuncio que la reina bruja de Blanca Nieves era de Gryffindor. Realmente parecia sorprendido por la risa de todos y les explico "No solo fue pasada de inteligencia por una pequeña niña muggle y sus amiguitos enanos, sino que también le creyó al tipo este cuando le dijo que había matado a Blanca Nieves. La reina era muy fácil de engañar. Un verdadero Slytherin nunca le daría un trabajo tan importante a un hombre, que probablemente limpia sus dientes con lo mismo que limpia sus zapatos. Una ceguera así es típica de un Gryffindor o un Hefflepuff, pero pongo todos mis galeones en un Gryffindor. Quizás quiso hacer las cosas que hacen los Slytherin, pero nuestros municiosos instintos no se pueden aprehender. Estaba sufriendo obviamente por un caso de Envidia por Slytherin." Con un suspiro exagerado concluyo "Dios, solo lo mejor puede usar el verde y plateado."
"Ah si, los gloriosos Slytherins, los pocos, los orgullosos, los locos. Quien no estaría envidioso de aquella casa?" Hermione le contesto sarcásticamente.
Mientras alejándose se la zona de almuerzo, Hermione y Draco tuvieron la oportunidad de tomarle el gusto a la ciudad. Tomando cada oportunidad de parar en cada vidriera de cada tienda Muggle, los artefactos muggles, ordinarios para Hermione, pero asombrosos para Draco. La profesora McGonagall y El señor Marrywether disminuyeron el paso y dejaron a los jóvenes chicos adelante, mientras se contaban cosas de su juventud. Cuando justo habían llegado al final de la cuadra, el Sr. Marrywether les pregunto "Están ustedes chicos preparados para la presentacion del Sàbado?"
Giraron sus cabezas para mirarlos pero siguieron caminando. Draco comenzó a contestar, "Si, pero todavía…" – PUM! Se había dado contra un objeto pequeño y bien duro, y comenzó a frotarse su rodilla derecha con mucha fuerza. Tuvo que morderse la lengua para evitar que la gran cantidad de insultos que quería decir no salieran de su boca. "Que es esta mounstrocidad? Que idiotas pondrían una estatua tan fea en la mitad de la vereda?" Continuo frotándose la rodilla sintiendo como un moretón comenzaba a formarse. En vez de recibir la simpatía del resto del grupo de la cual el estaba seguro de merecer, ellos solo se rieron de el. "Que?" pregunto, sin esconder su molestia.
Sr Marrywether conteniendo su risa le explico "Mi querido niño, eso no es una estatua. Es un hidrante contra fuego. Nunca has visto uno así antes?"
Draco los miro increudolo. "Un hidrante contra fuego? La cosa esa llena de agua que los Muggles ponen en las calles para apagare los incendios? Como puede haber tanta agua en uno de estos como para apagar un incendio sin usar magia?"
La profesora McGonagall le explico "Sr. Malfoy. El agua no esta realmente dentro del hidrante. Hay caños con agua que viajan alrededor de toda la cuidad y el hidrante es el punto de conexión, donde los bomberos enganchan las mangueras para apagar el fuego."
Hermione estaba embobada como Draco podía saber tantas cosas de cuentos Muggles y nada acerca de cómo los hidrantes funcionaban. Hasta que se acordó que algo tan simple como el funcionamiento de los hidrantes no iba a ser de tanta importancia para un hijo de mortifago. Sin embargo para como los muggles organizaban el mundo, era de suma importancia conocer todo acerca de 'enemigo' pensar en Draco en términos de mortifago era muy raro para Hermione ahora. El se sentó en una banca cerca para poder calmar su rodilla que le ardía y mientras este sufría del dolor, Hermione encontró difícil encontrar al chico frió sin corazón, sin vida seguidor que seria un mortifago.
Luego de parar en un café para comer algo, se dirigieron al Louvre. Hermione estaba tan emocionada, hasta Draco, con su largas piernas tuvo que apurarse para mantenerle el paso. Se hubiera mantenido contenta si solamente hubiera visto la mitad del museo que era la parte muggle. Los cuadros y esculturas eras magnificas y la llenaron de un sentimiento de profunda admiración hacia el poder del arte. Ver las expresiones de Draco y la profesora McGonagall también era único. Las exhibiciones habían cambiado drásticamente desde la ultima visita de la profesora McGonagall, obviamente Draco jamás había estado en un museo Muggle.
Parte de Hermione estaba ansiosa por la impresión de Draco acerca del famoso museo. Ella quería que el este igualmente de impresionado y anonadado como ella lo estuvo la primera vez que lo visito, como dándose cuenta de lo que valen los artistas Muggles y su contribución a la cultura. No lo podía entender, pero de alguna manera su impresión hacia el museo Louvre era importante para ella. No estaba desilusionada. Aunque las pinturas no se movían o hablaban, aunque las esculturas se quedaban quietas, Hermione podía sentir como Draco disfrutaba de toda la belleza a su alrededor. No solo que no miraba rápidamente cada escultura como muchos chicos que se encontraban allí, bostezando desinteresadamente o mirando su reloj cada dos minutos. Se acercaba lo más que podía a la pintura, mirándolas sin pestañar. Como tratando de memorizar los trazos y los colores. Luego cerraría sus ojos como si tratara de impregnar aquella imagen en su mente, así podría acordarse de aquella imagen cuando no la tuviera enfrente.
Viernes era un temprano comienzo para los alumnos de Hogwarts y sus profesores. Por lo que tenían que agregar su visita al museo para la presentacion del Sàbado, el tiempo solo les daba para detenerse en dos lugares: La tienda de varitas Le Marie y el zoológico Larouche. Cuando McGonagall había anunciado el itinerario, este giro sus ojos por la idea de ir al zoológico nuevamente. Su madre lo había llevado hasta ahí varias veces en su infancia. Aunque pensaba que la tienda de varitas magicas era una excelente idea.
La tienda LeMarie no era nada que ver con la Ollivander en Inglaterra, porque en LeMarie no solo vendían varas- las hacían también. Hacer varas era más que un trabajo; era un arte. Y había solo unas pocas personas instuccionadas para realizar aquel trabajo. Draco había estado en un tour de la tienda una vez, cuando era un niño. Cuando termino el paseo, Draco les había informado que quería ser un creador de varas cuando grande, pero su padre le había dicho que tal como las varas eran ellas mismas, los magos no elegían ser hacedores de varas, los magos eran los elegidos.
Usaron polvos flu para llegar a la tienda de varitas, ya que se encontraba en un lugar bastante traficado por muggles. "Todavía no puedo creer que LeMarie se encuentra actualmente en la Catedral de Norte Dame" Hermione dijo como por enésima vez, "Como pueden ocultar tal tienda en un lugar tan visitado?"
"No es fácil por razones obvias, pero el Ministerio Francés consiguió ayuda del gobierno Francés, los dos grupos compartían la responsabilidad de mantener oculto el lugar desde la construcción de la Catedral de Notre Dame en 1345. Realmente no tenían otra opción" La profesora McGonagall les explico. Hermione estaba llevando su más inquisitiva expresión y hasta el Sr. Malfoy parecía bastante interesado en escuchar la historia. Por lo que se preguntaba si el profesor Binns alguna vez había sido testigo alguna vez de los rostros curiosos de sus alumnos durante las clases de Historia Mágica. Realmente lo dudaba "Los hacedores de varas, primeramente pusieron su tienda en una basílica Cristiana en 582 y su segunda en una iglesia romana en 1163, porque las precauciones apropiadas no habían sido tomadas para prevenir el acceso de muggles. La gente comenzaba a preguntarse porque la destrucción parecía llegar a cada construcción "en la isla" si era la mitad del río Seine. Muchos muggles curiosos, empezaron a recorrerlos lugares y encontraron magos haciendo varas. Se pasaron más tiempo haciendo hechizos de memoria contra muggles, en vez de hacer varitas, por lo que fue determinado que los muggles de todas las zonas no debían ni saber de la existencia de magos. En 1163 Maurice de Sully – un comerciante de Paris- quería dedicarle una iglesia a la madre de Jesús, Maria, y los magos querían un lugar relativamente apropiado para hacer varas y no ser molestados. Era un conjunto perfecto. Los magos ayudaron a los muggles a construir la Catedral. Como te crees que gente del siglo 12 y 13 serian capases de mover piedras enormes y construir tal edificio gigante del tamaño de un mamut? Los Muggles conocían aquel lugar solo como un lugar de fe y de demostración religiosa. Aunque tenia muchos visitantes, la gente lo respetaba mayormente por ser un sagrado edificio y no iban recorriéndolo usualmente, por lo que les hacia fácil a los magos esconder LeMarie de los muggles. Establecieron una cantidad de 'Fuera de Limite' y 'No entrar' signos que llevaba a ligares para que los muggles no pudiesen ver. Obviamente había seguridad para que no sucediera nada, pero si un muggle sucedía que se aventaba por aquellos lugares no permitidos, los magos de seguridad se encuentran allí para proporcionar la cantidad de hechizos de memoria que sean necesarios, y mandarlos lejos pensando que solo estaban buscando el toalet. Además que las gárgolas ayudan para la seguridad nocturna.
"El hacer varas, es un proceso un poco doloroso. Pocas personas tienen El Toque. Es un poco irónico que para poder hacer una vara, el creador no puede usar una varita para hacer la misma. Usar varas puede crear una radicación negativa, entre las aspas de la vara, anulando la potencia y la eficiencia de la varita nueva. Estas dos ejemplos de reacciones negativas son los que causaron la explotación de los primeros dos edificios en la cuidad de Notre Dame. Algunos magos trataron de usar sus propias varas para apurar el proceso de creación, y sus acciones tuvieron resultados desastrosos. En vez de esto, las nuevas son pulidas a mano, solo del más fino y puro material. Gete con El Toque pude usar, sus manos para crear hechizos especiales para asegurar y mejorar la vara y prepararlas para hacer encantamientos. Luego la vara es establecida en una caja de vidrio, donde tiene que quedarse no más de 72 horas. Aquella caja se llena de energía mágica, que es insertada dentro de la varita. Una vez sacada de la caja, a la varita se le hacen una serie de pruebas para ver que este totalmente establecida y sea segura. De principio a final, el proceso de crear una sola vara lleva semanas."
Draco conocia la historia de la tienda de varas LeMarie siempre te lo contaban en el tour que te hacian por ella, pero se llenaba de un sentimiento de niñez cada vez que se lo contaban nuevamente. Se acrodaba del verano de 'entrenamiento' luego de haber hecho su primera visita a LeMarie, tratando de conseguir 'el toque'. Lo quería tan desesperadamente. Había encontrado algunos en el libro de su padre de hechizos mientras buscaba su escoba de juguete, la cual pensaba que había dejado en el estudio de su padre. El libro estaba lleno de imágenes horribles de gente mutilada en severas partes del cuerpo. Tenia la foto de una carabela verde con una serpiente a su alrededor. El libro asusto a Draco demasiado, pero siempre veia a su padre leyendolo, y también había visto mucho de los amigos de su padre llevandolo encima. Draco podría ser solo un niño, pero de alguna manera entendía que aquel libro significaba algo en la vida de su padre. Por aquello es que el había decidido que quería ser un hacedor de varas, quería usar sus habilidades mágicas para bien, en vez de lastimar personas. Draco pensó que si podía conseguir 'el toque', podría ser capaz de darle algo de este a su padre, para que aquel no siguiera leyendo el libro de la carabela.
Pero obviamente todo el entrenamiento fue para nada. Draco nunca nació con 'el toque', y no era algo que se podía aprender. Había estado tan desilusionado, pero su padre lo conforto. "No te desanimes Draco" su padre le contesto. "Tienes otros mucho mas talentos, y has nacido con privilegios, hijo mió. Tú eres un Malfoy. Tengo planes diferentes para ti, una vez que te enseñe todo lo que se, entenderás lo que el verdadero poder es, y todos aquellos sueños de tener 'la habilidad' desaparecerán como una pluma en el viento. Ya me agradecerás."
Pero cuando Draco paseo por LeMarie ese día con la Profesora McGonagall y Hermione Granger, Draco estaba seguro que hubiera preferido toda la vida haber hecho varas que la vida que le escogió su padre.
Hermione estaba ansiosa de irse de la tienda de varas. No porque no lo estuviera disfrutando. Por lo contrario hallaba todo aquel proceso de crear varitas fascinante y perfectamente organizado para su recta mente. Pero durante el curso de la mañana, Draco parecía haber estado a millas de distancia, no solo a unos pasos. Sus ojos estaban turbios, pero de alguna manera ella sabia que no era por los nervios de mañana. Era algo totalmente diferente. Había tratado de captar su mirada, para ver si se la podía leer mejor, pero el perfectamente se la evadió, pretendiendo estar cautivado por el tour por LeMarie. Por alguna razón, esta pensó, mientras mas rápido se vallan de allí, más rápido Draco se relajara y disfrutara de lo hermoso que es Paris.
Fueron a la calle Abeille Ruelle luego de dejar la tienda, y Draco se sintió un poco mejor luego de comer algo. Para el momento que se encontraban entrando y saliendo de las tiendas siguiendo la pila de lugares mágicos; no había no rastro de su melancolía. Al principio no se dejaba disfrutar del momento, pero Hermione fue persistente, por lo que cedió. Lo arrastro hacia todo tipo de tiendas, videotecas, tiendas para mascotas, bibliotecas, y hasta una tienda de Quidditch. Era difícil para el estar mal, mientras observaba la nueva Aerial LX, escoba modelo. Mientras se paro a ver el detallado modelo, comenzó a mirar a Hermione de reojo. Se volteo a verla tranquilamente hablar con la Profesora McGonagall, un poco avergonzada. Hermione observo a Draco, un sonrojado suave se le apareció en el rostro, alzo la mano y le dirigió un rápido saludo y desapareció por la puerta. Draco se acerco a la profesora. "Donde fue Hermione?".
"No necesita preocuparse señor Malfoy. La señorita Granger necesitaba conseguir algo, pero estará de vuelta pronto. He visto unos maravillosos libros de Quidditch cerca de la pared de allí a lo lejos. Porque no va a ver que dicen de interesante?" Draco hizo lo que le dijeron, una vez más estaba envuelto en el mundo del Quidditch. McGonagall sonrió para sus adentros, el viaje, tenia definitivamente momentos interesantes.
Hermione regreso a la tienda de Quidditch con una sonrisa gigante en su rostro. "Donde fuiste corriendo?" Draco le pregunto curioso.
"Necesitaba llegar a un lugar y tuve que correr" le contesto su voz llena de emoción.
"Que clase de lugar?" la curiosidad de Draco estaba al borde. "Estas tratado de ayudar a lo elfos de Francia a unirse ahora?"
"Tuve que comprar algo. Y no es de tu interés que era así que ni preguntes." Le dijo antes que este pudiera decir nada. Esta mantenía sus labios cerrados, para decir verdad se sentía un poco tonta.
"Que compraste? No veo ningún paquete." Draco razonó mirando a su alrededor, pensando que capaz había algún paquete a su lado. Porque estaba siendo tan enigmática? Era probablemente algo para Potter o Weasley, o peor el rata de Hasley. No hay porque preguntarse porque esta siendo tan silenciosa.
Podía leer su mente, y sabía que tenía solo esa mirada cuando estaba pensando de ciertas personas. Pero ella deseaba mantener el día lo mas Light posible. "Va a ser enviado a Beauxbatons para mi. No es la gran cosa, solo un pequeño regalo que me he comprado para mi misma."
"Un regalo para ti misma? Que creído de tu parte." Le comento. "porque no nos dirigimos al zoológico ahora, esta tienda ha recibido demasiada plata Malfoy por el día." Señalo a la gran montaña de regalos que un flaco mago estaba envolviendo, preparándolos para ser enviados. Aparentemente Hermione no era la única que le había dado un impulso comprador aquel día.
Se alejaron de la tienda de Quidditch y doblaron a la izquierda, dirigiéndose hacia el final de la calle Abeille Ruelle. Había una gran construcción al final de cuadra, con un gran símbolo que leía: Zoo Lauroche—experimenta lo mágico!. La estructura era mas chica que Gringotts pero mas grande que Flourish and Blotts. Hermione miro entre Draco y McGonagall. "Este es el zoológico? Aunque tenga magia, como puede caber un zoológico entero en aquel edificio?".
"Este no es un zoo ordinario señorita Granger" la profesora McGonagall le explico con un brillo en los ojos. "No hay realmente ningún animal viviente dentro de este." Y como segundo pensamiento agrego "Bueno al menos que usted incluya la mascota del señor Lauroche, Mario. Pero esta tan viejo que realmente no hace nada ordinario que un perro muggle no haría. Aunque Mario todavía sigue cazando lechuzas dentro de la oficina del Sr. Lauroche como si fuera un joven cachorro. Pero no estoy de acuerdo. Vera señorita Granger, el zoo es solo una colección de aquel pensadero. Diferentes expertos en zoológico han sido contratados para encontrar todo tipo de especies de animales. Observarlos y hablar de sus experiencias. Con la ayuda de la capa invisible, y muchos hechizos anti sonido, y anti aroma, estos observan los animales, y hablan acerca de sus experiencias. Les dan un pensadoro en el cual ellos depositan sus recuerdos, y son traídos al zoológico. Los hechiceros y hechiceras vienen al zoológico completamente sin esperarse que encontrar, y comparten las mismas experiencias que los expertos, a través del pensadero, pero sin el peligro y el miedo de ser lastimado. Porque solamente es el recuerdo de alguien, los animales no están ni percatados de que hay otra presencia, por lo que te puedes acercar lo mas cerca posible y ver las criaturas en su medio natural."
"Es bastante impresionante" Hermione admitió, estaba muy tranquila ahora porque sabia que podría ver de cerca de los ojos sin ser picoteada de un ñandú. "Cuantos pensaderos
Hay?".
"Bastantes, como cien. Algunas criaturas tienen más de un pensadero con memorias de diferentes aventuras, por lo que hay una variedad de experiencias. De hecho, El señor Lauroche, me ha comentado que ha recibido una cantidad de experiencias de alguien, de la cual usted estaría muy interesada en ver, señorita Granger." Hermione agudizó las orejas. "Parecería que el señor Charlie Weasley, fue contratado por el zoológico Lauroche para grabar algunas de sus experiencias con los dragones, y los pensadores serán puestos la próxima semana."
Hermione estaba completamente anonadada, pero draco estaba todo menos complacido, "Hasta en Francia no me puedo deshacer de todos los molestos Weasleys".
Hermione le golpeo a Draco en la costilla, "Córtala Malfoy. Vamos a ir a ver a Charlie primero. Sabe todo acerca de Dragones, y estoy segura que sus pensadores van a ser los mejores de todos. Y no la desilusionó. Hermione seguía observando a Draco mientras este se les acercaba a los dragones. Después de todo, su nombre realmente significaba "Dragón". Solía pensar que su nombre lo representaba perfectamente- era duro, cruel, frió y lleno de veneno. Pero lo observaba a el circulando una bola de fuego china, sus ojos con sorpresa hacia la magnifica bestia, que no pudo ver nada parecido en su nombre a el. Sabia que ninguno de ellos seria lastimado en el pensador, pero cuando el Dragón tiro fuego hacia la dirección de Draco ( Por reacción de algo que Charlie habrá hecho cuando observaba al dragón) salto del miedo de ver donde estaba Draco. Claro que a este no le había pasado absolutamente nada, pero igualmente su corazón latía más fuerte de lo normal. De pronto Hermione deseo haber pasado más tiempo con Charlie cuando esta visitaba la Madriguera. Charlie parecía que no tenía miedo cuando se trataba de enfrentar Dragones. Respetaba su poder, y sabía cuando retirarse y cuando abalanzarse. La pequeña voz en la cabeza de Hermione, le decía que en el caso de Draco era totalmente diferente.
En realidad Draco estaba muy impresionado por el zoológico Lauroche. No había ido nuevamente desde el verano antes de empezar Hogwarts por primera vez, y habían actualizado muchos de sus pensadores. Se veían mas venturosos y peligrosos de lo que el recordaba. Draco jamás se lo diría a Hermione, pero tenia que admitir que el de Charlie Weasley era uno de los mejores. Charlie se había trepado excelentemente a los Dragones, por lo que la aventura era muy excitante, No recordaba ver las manticoras, rinocerontes o Tetis antes. Quizás su madre había pensado que no tenía la edad suficiente para ver a criaturas tan bestiales. De cualquier manera, se divirtió tanto en el zoológico en el día de hoy, que de lo que recordaba siendo chiquito. Era muy gracioso ver a Hermione cubría su rostro mientras este corría a XXXXXXX bestia, sabiendo que no le iba a pasar nada, pero igual la ponía loca.
El Sàbado finalmente llego, y con el vinieron sensaciones horribles: nausea, escalofríos, ansiedad y más nausea. Draco intentaba hacerse el zota, pero era demasiada presión. Si nadie en aquella habitación alababa el trabajo de Draco, este estaba seguro que su padre estaría menos complacido que nadie. Una vez más Draco estaba agradecido de tener a Hermione allí antes que cualquier otro estudiante de Hogwarts. Sabia que ella trabajaba bien bajo presión, responsable y aplicada, pero era mas que eso. Sabía que ella no tenía que trabajar tan duro como el tenia que trabajar. En realidad esto era solo un pequeño proyecto para ella nada fuera de lo común. Pero sin embargo enfrentaba este día con tanto vigor y responsabilidad como el, y este no sabia porque. En realidad el, la ayudo con el Francés al principio, pero ella aprendía tan rápido que el sentía que ya no necesitaba tanto tutor como ella pensaba que necesitaba. A veces se preguntaba si Hermione ayudaba tanto a Potter y Weasley tanto como ella los estaba ayudando. Pero pensar que ella podría sentir lo mismo por el que por ellos dos, le daba unas sensaciones raras en el estomago.
Se había levantado bien temprano en la mañana, en realidad casi ni había podido dormir durante la noche. Siempre que estaba por dormirse se le aparecía la voz criticona de su padre, que le daba escalofríos y lo hacia despertarse una vez mas. Trataba de tomar un vaso de agua para tratar de calmar el rápido latido de su corazón, y luego recostarse nuevamente. Era un círculo vicioso. El único propósito que tenía era hacer que este valla al baño como más de veinte veces. Cuando vio el primer rayo de luz trepar por la ventana, dio por vencida cualquier oportunidad de dormir, y comenzó a bañarse. Pero agradecido en una parte que todo habría terminado hoy por la noche.
Luego que este se había pegado la ducha se coloco las ropas mas cómodas que había encontrado, y se dirigió a la suite del comedor, deseando unos cuantos minutos de soledad y una rica taza de te antes de comenzar a escribir sus notas nuevamente. Cuando se dirigió hacia el comedor, se percato que ya había una taza de te con masillas, que los elfos domésticos habían traído. Coloco unos cuantos pastelitos en el plato, se sirvio una gran taza de te caliente, y se dirigió a las grandes puertas de marco Francés, corriendo las cortinas para sentir el calor que entraba, y el sol que se asomaba. Se veia como que seria un brillante y soleado día, y esperaba que aquello fuese un buen augurio. Había dado un gran mordisco a su pastelito pero casi se atora cuando vio a Hermione durmiendo en las largas sillas frente a la chimenea. Estaba acurrucada como una pequeña niña, todavía vistiendo sus pijamas, con un libro abierto, La Carta Escarlata, enfrentándola tirado tapas abajo en el suelo. Pudo sentir que color se le estaba asomando por sus mejillas en aquel momento. Estaba vistiendo unos pijamas de franela, con una musculosa color azul crema, que revelaba una suave y sedosa piel por debajo de sus largos rulos color miel. Este apoyo su plato con la taza de te en la mesa frente a la chimenea. Los suaves ruidos hacian que Hermione respirara profundamente y sonriera murmurando "Mmmm eso se siente bien" Por una parte para achicar sus sentimientos de no poder dejar de mirar, y por otra parte para que esta no tuviese frió, agarro el salto de cama de esta, que se encontraba en la silla de al lado, y lo coloco sobre los hombros de esta. Se levanto de un salto, confundida de donde se encontraba.
"Draco que estas haciendo en mi cuarto?" le pregunto un poco vaga por sus ojos de sueño. Su mente se tambaleó un rato cuando comprendió que lo había llamado Draco, no Malfoy. Su estomago se revolvió con una sensación rara. Cuando esta susurro su nombre, su voz parecía que era una melodía, era suave y sensual. Muy diferente al duro "Malfoy" que siempre salía de su boca al dirigirse a el. Entre aquello y el sol nuevo, estaba mucho mejor. Pero necesitaba mantenerse concentrado acerca de su presentacion del día de hoy. Pero no podía evitar que su mente viajara pensando en lo dulce que esta se encontraba vistiendo aquellos pijamas, preguntándose quien estaba haciendo en sus sueños que esta sonriera tanto y lindamente. Pero el necesitaba que sus pensamientos no estuviesen tan concentrados en ella por lo que decidió molestarla un poquito. Encontró una oportunidad para liberar tensión y volver nuevamente a lo que tenía que concentrar. Volver al antiguo método de comunicación parecía una idea perfecta.
Estiro su mano y con un dulce gesto se la beso, "Como, quieres decir que no te acuerdas? Pero dijiste que la noche que paso fue la mejor de tu vida…" No se molesto tratando de esconder su sonrisa.
Pareciéndose a Ron si este se hubiera quedado atrapado en un nido de arañas, Hermione retiro su mano inmediatamente y le dijo "Q-Que de que hablas? No hicimos nada o no?" Ella observaba frenéticamente hacia todos lados, todos menos a Draco. Seguramente fue solo un sueño. Lentamente se dio cuenta que no estaban en su alcoba sino en el comedor, al cual había acudido a la mañana antes que saliese el sol, luego de una noche intranquila en su cama. Sus ojos estaban pegados en un locamente sonriente Draco Malfoy, en una rodilla y luciendo muy a gusto consigo mismo. Esta se encontraba completamente roja. Para colmo la bata que Draco le había colocado en sus hombros se le había caído. No podía pelear el sonrojo, que insistía en hacer claro una vez mas, la molestia de que Draco otra vez había podido hacerla hervir.
Contento por su mas que perfecta reacción, levanto el plato, lo movió por delante de la nariz de esta, y le pregunto inocentemente "Te gustaría un delicioso, pastel calentito con tu sonrojo de esta mañana?".
"Aléjate Malfoy" le dijo, enojada agarrando su bata, tratando de cubrirse lo mas que pueda, agarro uno de los pastelitos del plato de este, mientras con su otra mano agarraba la bata, Se levanto este de su posición arrodillada y estaba a punto de agarrar la taza de te, pero Hermione fue muy rápida y la agarro primera. "Gracias por el te" le dijo inteligentemente alejándola de su alcance antes que este la agarrase.
"Hey, eso es mió" grito.
"Considéralo penitencia por tu pequeña broma" le contesto, levantándose de su silla. El seguía sentado frente a ella, por lo que cuando ella se levanto el tuvo que retroceder, pero se tomo su tiempo para hacerlo, y su colonia hacia que ella se estremezca. Se dio cuenta que debía de verse horrenda, y nerviosamente deslizo su mano por su cabello. El la estaba observando solo haciendo que esta se pusiese mas nerviosa. "Que?".
"Porque estabas durmiendo allí? No era tu cama suficiente para tu orgullo Gryffindor?"le preguntó. Por suerte se detuvo antes de desbochar lo que realmente pensaba. "alguna vez alguien te dijo lo linda que te vez cuando despiertas?"
"No pude dormir. Nunca creo. Por lo que vine para ver la salida del sol y leer placidamente un poco." Se alejo de el, ansiosa por sacar su penetrante vista de encima. Tomo otro sorbo de te, y nuevamente deslizo su mano por sus cabellos.
Miro hacia La Carta Escarlata y pensó que se escuchaba como un libro de gramática o escritura. Porque encontraría aquel libro divertido de leer? "Leer? No tienes demasiado con todo lo que nos mandan en el colegio?" le pregunto sorprendido. Su reacción solo la hizo reír, por lo que pregunto "Que es lo gracioso?"
Ella se volteo hacia el, "No es nada. Es solo, que por un minuto sonaste igual a Harry y Ron." Cuando dijo eso, Hermione deseo no haber dicho nada. Estaba segura que Draco mandaría al diablo a cualquiera que lo comparase con Harry Potter y Ron Weasley, pero no dijo nada.
En vez de eso suspiro. "Bueno, en raras ocasiones, también los Gryffindors se han destacado por hacer comentarios… este, un poco apreciables." Pero el daño ya estaba hecho, la sola mención de Potter y Weasley les había hecho acordar que dentro de poco volverían a su antigua vida en Hogwarts. Su detenté era solamente temporáneo, y seria inteligente no sentirse tan cómodo con el. De alguna manera Draco estaba agradecido de la pequeña vuelta a la realidad que Hermione le había dado. Señalo hacia la carta de desayuno. "Voy a agarrar un poco de te, y luego veré mis apuntes. Te veo luego" y se fue sin mirar nuevamente.
Se fueron hacia la conferencia en silencio, cada uno de ellos concentrados en sus pensamientos: McGonagall esperando que sus estudiantes esperando que sus estudiantes pudiesen mantener su relación cooperativa por algunos minutos más. Draco mirando todas los apuntes una vez mas, Hermione deseando que hubiese un hechizo para que todo les fuese bien. Pero en realidad no necesitaban preocuparse, eran un éxito. El único problema fue al principio en el Magic Point cuando el Profesor Lumiex les había alcanzado un proyector, que proyectaba fotos o textos en hojas en la pared para que las personas pudieran seguir el trabajo de los alumnos. Al principio de la presentacion la manga de Hermione se atasco en el proyector, cuando en un ataque de nervios, empezó a sacudir su mano, pero pudo sacarla perfectamente.
En realidad la presentacion fue espectacular. Los dos Hermione y Draco fueron claros y concisos. Hablando de sus experiencias en Francia, y como el programa cambiaría la vida fuera y dentro de Hogwarts. Estaban totalmente sincronizados el uno del otro, compartiendo la atención del público. Era una escena increíble de observar. Cuando uno se detenía el otro comenzaba a hablar. Sus oraciones e ideas fluían como solas de un tema hacia otro. Era más que obvio que habían estudiado bastante hasta el día de hoy, pero su comodidad con el otro facilitaba todo. Eran perfectos.
Cuando la sesión de preguntas y respuestas concluyo, los dos estudiantes respiraron profundamente. Hermione quería acercarse a Draco, para felicitarlo o algo así, pero en vez de eso, un montón de gente lo estaba adulando y hablándole, Pudo el reconocer un montón de esa gente por las fiestas que sus padres daban en su casa, todos eran de la lista elite de magos. Se estremeció un poco cuando vio al señor Weasley abrazando a Hermione, su fácil desenvuelvo con el Ministro de Magia era otra señal de lo diferente que eran sus vidas fuera de Francia. Draco no tenia mucho tiempo de pensar en aquello, pero pudo ver un hombre alto y con un gran bigote acercándose hacia el. Draco lo reconoció inmediatamente, era Maximiliano Jensen, un importante viejo mago. Solía ser amigo de Lucius, pero se distancio de los Malfoys antes del campeonato de Los tres magos. Pero ahora se le acerco a Draco y le extendió su mano. Draco la estrecho. "Muy bien hecho joven Malfoy. Un trabajo esplendido mejor dicho." Le dijo "debo confesarle que cuando escuche que usted iba a asistir a Beauxbatons con la señorita Granger, una hija de Muggles, estaba preocupado que la Profesora McGonagall y el director el profesor Dumbledore habían cometido un grave error." Sus ojos vagaban mientras hablaba, pero con una seria expresión en su rostro. Draco mantuvo su respiración. El sabia que muchos magos y hechiceras sabían lo importante que era el señor Jensen. El rostro del viejo mago se transformo en sonrisa y este abrazo a Draco. "Ven conmigo, hay unas cuantas personas que me gustaría que conozcas".
Hermione observo intensamente cuando este evento se desarrollaba. Hacia que la gente lo notara pero no de la manera de Tu-sabes-quien-es-mi-padre forma de notar, de la cual Hermione ya estaba acostumbrada a escuchar y ver. Lo observaba caminar hacia el comedor, saludando a la gente y sacudiendo su túnica. Estaba teniendo el mismo efecto en Hermione. No podía quitar sus ojos de el, su esencia llenaba el salón.
Cuando finalmente Draco alzo su mirada, cacho a Hermione espiándolo. Les mando un salto de electricidad por sus cuerpos, y todo y todos en aquel salón parecieron congelarse. No había movimientos ni sonidos excepto el de sus corazones, que parecía que era una competencia. Luego un impresionante alto mago, apoyo su mano sobre el hombro de Draco, y lo dirigió hacia donde estaban todos los Ministros Franceses y Británicos.
"Hermione hay algo que te pasa?" El señor Weasley le pregunto preocupadamente. Hermione estaba distraída. Reconoció al Señor Jensen, cuando conversaba con Draco y conocia el significado de aquella charla. Al principio Draco parecía ansioso, y el señor Jensen serio, pero cuando Draco había apuntado sus ojos hacia ella, sintió un tremendo alivio se dio cuenta también que no había escuchado ni una palabra de lo que el padre de Ron le estaba diciendo.
Se volteo ansiosamente hacia el señor pelirrojo "Que fue eso señor Weasley?"
"Te he dicho que parecías un poco distraída. Ha hecho el hijo de Lucius Malfoy algo a ti? Parece que lo estuvieras observando lentamente." Sus ojos viajaron por la causa de distracción de Hermione. "Míralo a el allí, hablando de su pobre excusa de padre. No estaría sorprendido que fuese un truquito para sorprender al viejo Maximiliano Jensen y su bandita. Para poder envolver a su familia nuevamente en temas del ministerio. Estoy seguro que te hizo hacer todo el trabajo, pero pasea por todo el salón aceptando los adulaciones." Sus ojos fijos mientras observaba a Draco hablar con la elite de magos.
Antes de poder detenerse Hermione comenzó a defender a Draco. "Actualmente señor Weasley, Draco trabajo igual de arduo como yo estas seis semanas. Realmente es mas disciplinado con sus estudios de lo que yo alguna vez me hubiese imaginado." Se detuvo, insegura de si debía continuar. "de hecho aprendí un montón de cosas acerca de Draco desde que estuve en Francia, cosas que un montón de gente se sorprendería."
El la observo curiosamente, preguntándose si el programa de intercambio le había hecho algún daño a la chica que consideraba su hija, mas que ayudarla. Al principio de la presentacion, pensó que su coordinación y cooperación conjunta había sido nada mas parte de la presentacion. Ellos necesitaban impresionar a los oficiales para asegurar la continuación de el programa de intercambio, y hacer que Hogwarts este orgulloso por lo que tenían que trabajar juntos para hacer un buen trabajo. Pero jamás imagino la actitud de Hermione hacia un Malfoy cambiaria tanto. Pero estaba defendiendo al hijo de Lucius Malfoy, y el señor Weasley no estaba seguro de que todo aquello era una actuación. "Hermione realmente no puedes pararte y decirme que Draco Malfoy no tiene nada que ver con su padre. Fue nacido y criado para sentirse superior." Pudo sentir su incredibilidad. "Eres una hija de muggles Hermione, te vendería al primer mortifago que te viera".
Hermione sacudió su cabeza "No, señor Weasley, no creo que Draco haga eso. No más. No digo que es completamente diferente a su padre, pero no es para nada igual."
"Estas segura que Malfoy no puso ningún tipo de hechizo en ti? No puedo creer que seas tan buena con el." Parecía que la idea estaba enganchada en el señor Weasley. "Oh no! Te esta amenazando con algo, no? Que te dijo? Esta el Señor oscuro planeando algo? Esta alguien en peligro?" Hermione lo observaba frustrada tratando de terminar la conversación.
Como viendo el ruego silencioso de Hermione, la profesora McGonagall fue a su rescate acercándose a los dos y les dijo "Señor Weasley, pensé que la sesión de preguntas y respuestas estaba concluyo" poso su liviano brazo sobre el hombro de su alumna, pero su tono cuando le hablaba a Hermione era firme "Señorita Granger ya que usted esta a mi cargo mientras estemos en Francia, debe obedecerme." Una expresión de preocupación se asomo en el rostro de Hermione. McGonagall saludo a Draco y lo acerco hacia el. Draco espiaba a Hermione y también la presencia de el señor Weasley cosa que lo ponía nervioso.
"Me necesita profesora?" Draco dijo amablemente "hay algo que le preocupe?"
"En realidad si señor Malfoy, si hay" le contesto su voz fría pero sus ojos brillantes. "van a servir la cena en unos minutos, y temo que ni tu ni la señorita Granger van a poder estar" Hermione miro nerviosa hacia la profesora y luego a Draco, el mismo pensamiento corriendo por sus mentes, que hicimos mal? McGonagall miro sus emociones y una sonrisita se asomo por sus labios, "Temo que ninguno de los dos va a estar en la cena, porque los dos trabajaron mucho en las ultimas dos semanas, y los dos se merecen un descanso. Pasársela todo el día escuchando las aburridas charlas de aquellos viejos ministros no tiene nada de desestrezante"
Hermione sonrió ampliamente. McGonagall le había servido como una muy buena salvacion. Estaba pasando un arduo trabajo tratando de comprender su cambio de actitud hacia Draco Malfoy, y sabia que no soportaría pasar todo un día con el señor Weasley aunque sea una de las personas mas dulces, soportando sus preguntas. Saludaron, estrecharon mas manos, y se dirigieron hacia la habitación de atrás antes de la medianoche y no un segundo mas tarde. El peso de los nervios ya no estaba, la ansiedad había desaparecido, y Hermione sabia exactamente a donde quería ir.
Luego que se alejaron del salón de conferencias, prácticamente corrieron cada uno a sus suites, sus cuerpos cansados de aquella noche de estrellas. Se tiro marchito en el sillón, dejándose relajar en el cómodo y suave. Pero Hermione le pregunto inmediatamente "que piensas que estas haciendo? Cámbiate!"
Alzo la vista y la miro lentamente "Porque? A donde vamos?"
"Conozco el lugar perfecto, pero es Muggle, por lo que no te pongas tu túnica" ella lo estaba llamando desde su alcoba. Podía darse cuenta de su voz que esta se estaba quitando y poniendo su ropa. Trato de detener su mente de imaginarse lo que seria acercarse a ella en aquel momento, pero desecho rápidamente todos aquellos pensamientos.
El se puso de pie, y fue hacia su cuarto, esperando que alguna actividad lo alejase de sus imaginaciones. "No has visto bastante cosas muggles en los viajes con tus padres aquí? Porque no nos vamos a comer algo en Abeille Ruelle?" pero se cambio y se puso unos jeans negros, una remera color esmeralda y una chaqueta de cuero. Se dirigían hacia la zona muggle pero el no se sentía cómodo, llendo a alguna parte afuera que no fuese el colegio sin su varita. La coloco en el interior de su bolsillo y salio.
"Créeme, no te desilusionaras" fue su respuesta. Cuando volvió a entrar al living, Hermione todavía no estaba allí, por lo que se sentó y espero, sus pies temblando y también por los eventos de el día anterior. Se dio cuenta que no se podía sentar quieto, por lo que empezó a silbar, mirar las flores, las fotos, pero se quedo mudo cuando llego hacia el espejo. Hermione había abierto la puerta, que estaba en la otra punta de donde el estaba sentado. Draco podía ver su reflejo en el espejo. Y tuvo que apoyar una mano en la pequeña mesa para mantenerse bien.
En vez de haber elegido un atuendo conservativo como una pollera y una camisa como los que usaba los Miércoles, Hermione decidió probar algo diferente. Su cabello estaba agarrado en un clip con mechones que caían suavemente por su rostro, revelando su largo y fino cuello. Se había puesto un poco de maquillaje, no mucho pero suficiente para hacer que sus ojos color miel parecieran mas brillantes y de alguna manera mas intensos. Pero el vestido mataba. Estaba vistiendo un pequeño vestido negro, que se ajustaba a su cuerpo, no muy apretado pero resaltaba sus curvas. No tenia mangas, y era medio escotado. Era un poco corto pero al final cortado como en diagonal, mostrando las increíbles piernas que Draco había observado la primera vez en el tren hacia Beauxbatons. De alguna manera se encargaba de mostrar bastante pero sin revelar nada. Se dio vuelta lentamente "Wow" fue todo lo que pudo decir.
En vez de estar avergonzada, Hermione sonrió ampliamente. "Bueno supongo que eso significa estamos listos para irnos" se dirigió hacia la puerta, la abrió, y la sostuvo para que pasara Draco. Agarro su chaqueta negra del perchero de la puerta, y se la coloco. Era un poquito frió el lugar a donde se dirigían. Cuando Draco paso por la puerta, le sonrió nuevamente "Podrías tratar de cerrar un poco la boca Draco. Los muggles se va a preguntar a que estas mirando." Sabia que era el comienzo de una noche que recordaría demasiado.
Continuara…
N/A: Disculpen después de taanto tiempo pidiendo que suba la historia aquí esta el cap 6! Espero que les guste, pq fue bastante largo y arduo de escribir, que mas? En 14 días termino las clases… y la primera nots de autora fue hace un monton cuiando empeze a escribir este cap que fue casi en enero.! Bueno los re quieroo gracias gente.. todo por ustedes! Los amoo!
REVIEWWW NO SE OLVIDEN!
