¡Hola a todos!
Primero que nada ¡FELIZ AÑO NUEVO! Y segundo, lamento muchiisiiiiiiiimo haber tardado tanto en subir este capítulo, por lo que subí un pedazo largo y pronto subiré lo que sigue. No voy a volver a atrasarme tanto en subir
capítulos, lo prometo. Habíamos quedado en la noche del baile. A partir de aquí las historias de
los planos no van a ir tan iguales como antes.
Este capítulo voy a dedicárselo a mi papá que se ha interesado por la
historia. Bueno, sólo decir que los personajes son propiedad de JK Rowling y Warner
Bros (excepto Sara).
Dejo de escribir tonterías sin sentido y los dejo con la historia.
Besos.
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Había sido horrible. Sara los había llevado directamente a su casa en las afueras del castillo. Por fuera se veía pequeña pero por dentro era enorme y había estado desocupada por más de 50 años. A pesar de estar cerrada con magia la casa estaba llena de suciedad e infectada de toda clase de bichos raros. Como Sara les explicó con una maliciosa sonrisa "la casa está protegida con magia por todo lado, menos en la ventana del frente. Algún incompetente la agregó después del original y no la protegió ". Sara los había mandado a sacar todos los bichos que habían hacho la casa su guarida y a limpiar piso, paredes y cielorraso. Eso no era todo. No podían utilizar magia. La casa los atacaba agitándose furiosamente si por accidente arrancaban un pedazo de pintura de la pared y unas tablas del techo se tiraron sobre James cuando este arrancó la araña de cristal que guindaba del techo para limpiarla. Sara habría podido controlar esto perfectamente, pero simplemente los veía y sonreía. Y tampoco ahí terminaba la tortura. La casa no sólo estaba protegida con magia, sino, que era mágica y a una palabra de Sara surgían nuevas habitaciones y salones. Ella había mandado a la casa a construirle un cuarto limpio y tranquilo en el que pasaba casi todo el tiempo mientras ellos eran torturados lentamente. Además, debían planchar su ropa y hacerle la comida, y cada día Sara les pedía el desayuno más temprano. Todo esto sin contar, por supuesto que Sirius y James tenían que seguir asistiendo a clases y haciendo los deberes, por lo que se acostaban cada vez más tarde, a pesar que sus amigos los ayudaban con los trabajos. Lo peor sin embargo era que Snape llegaba todos los días a la casa a hablar con Sara y se divertía burlándose de ellos. Sirius empezaba a pensar que hubiera sido mejor que lo expulsaran, pero estuvo seguro de ello el miércoles en la noche, cuando apenas llevaban la mitad del castigo (que se suponía duraría 15 días).
-Puedes irte - le dijo a James como a las 9 de la noche tras que
acabaran de lavar los platos de la comida, luego señaló a Sirius - tú,
quédate.
James salió dirigiendo una mirada de compasión a su amigo. "¿Qué demonios quería ahora Sara?" pensó Sirius viéndola levantarse y coger su varita.
-Como bien sabes hace unos días empecé mis clases - le dijo- y como te
dije me ha ido bastante mal. Supongo que recordarás el generoso
ofrecimiento que me hiciste aquel día, al lado del lago...
Sirius tragó y cerró los ojos. Sabía lo que se le venía encima.
-La profesora Sydney quiere que practique los hechizos paralizadores,
ya sabes: desmaius, impedimenta, petrificus totalus, etc... y
recordando tu generoso ofrecimiento me dije ¡quien mejor para
practicar!
Sirius la miró con odio.
-No te preocupes - le dijo ella suavizando el tono de su voz - hasta
el momento no he logrado que el hechizo que envío llegue a lo que
apunto. No creo que llegue a causarte gran daño.
Sirius hizo un esfuerzo sobrehumano para no decir nada. Ella no sabía usar la varita, pero ya la había visto hacer magia sin ella y prender fuego a las cosas. Realmente era muy poderosa, sobretodo cuando estaba de mal humor.
-Usaremos una nueva sala de entrenamientos - dijo Sara. Al instante se
abrió un puerta a su derecha, la abrió y ambos entraron, era un salón
largo y espacioso, sin más cosas que unos cuantos almohadones en el
piso y unas velas en el techo para mantenerlo iluminado- bien,
colócate allá.
Sirius se puso al fondo del salón sintiéndose estúpido, ahí de pie, esperando que ella le mandara un hechizo que probablemente saldría mal sin defenderse. Los primeros hechizos no lo afectaron lo más mínimo. Los almohadones volaron por toda la habitación, dos hechizos alcanzaron las ventanas que saltaron en pedazos, algunas velas lo atacaron e incluso tuvo que agacharse para evitar la misma varita de Sara que salió volando de sus manos al intentar el petrificus totalus. Sara empezaba enojarse, podía notarlo en dos cosas principalmente: la intensidad del fuego de la velas sobre sus cabezas aumentaba constantemente y Sara se veía cada vez más hermosa, pues como el mismo fuego parecía crecer su hermosura con impetuosidad.
-¿Eso es lo mejor que puedes hacer? - le gritó Sirius. Aquel último
pensamiento no le había gustado. Esa arpía lo había torturado toda la
semana y ahora ahí estaba él frente a ella como un idiota pensando lo
guapa que se veía enojada. Obviamente, eso fue un error. El siguiente
hechizo de Sara fue directo a él, pero en lugar de desmayarlo,
inmovilizarlo o petrificarlo lo hizo volar hasta chocar en lo alto del
salón contra la pared. Sirius cayó al suelo inerte.
Sara gritó asustada y se precipitó sobre él.
-¡SIRIUS!¡SIRIUS!¡DESPIERTA!¡DESPIERTA!¡POR FAVOR!¡LO SIENTO, EN
SERIO, LO SIENTO! ¡NO QUISE!¡YO NO QUERÍA!¡DESPIERTA MALDITA
SEA!¡LAMENTO HABER SIDO TAN MALA CONTIGO ESTOS DÍAS!¡SIRIUS!¡¡SIRIUS!!
Sara empezó a sollozar sobre el pecho de Sirius, estaba ahí tendido, como muerto, y era su culpa.
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La noticia de quien era realmente el padre de Sara fue como un shok
para Hermione y Ron. Ella les contó de nuevo la historia del diario
pero más resumida y estuvieron hablando hasta muy entrada la noche.
Luego se mostraron muy interesados en porqué Snape la había ayudado
siendo hija de unos de los hombres que más odiaba.
-Era el mejor amigo de mi madre - les dijo para su sorpresa
-Él y Sirius se odiaban - le dijo Harry sin dar crédito a sus oídos
-Lo sé - dijo Sara encogiéndose de hombros
-¡Y tu acabas de darle un abrazo!
-Sí, ¿por qué?
-A Sirius le habría dado algo...
-Probablemente - Sara miró a Harry seria - sé que no se llevaban, pero
él es el mejor amigo de mi madre y puedo contar con él. Lo sé y hoy lo
probó.
-Sara, pero él...
-Sé que fue mortífago, sé que es un espía. Mi madre era mortífaga
¿recuerdas? En serio, no voy a discutir esto.
No tocaron más el tema a lo largo de la noche.
Al día siguiente Sara no desayunó con ellos y no la vieron hasta el
almuerzo: ya había empezado sus lecciones.
-¿Cómo te fue? - le preguntó Harry cuando se sentó junto a ellos
-No muy bien - dijo Sara que no parecía de muy buen humor.
-¿que clases has tenido?- le preguntó Hermione preocupada al ver que
las mangas de la túnica de Sara estaban chamuscadas.
-Historia de la Magia, que es lo más aburrido que he oído en mi
historia. ¡Una hora oyendo sobre como se instalaron los magos en
Inglaterra y si debieron escoger otro lugar! ¿Ya están aquí no? Bueno,
tal vez podría haber sido interesante si ese profesor no fuera tan
soporífero. Luego tuve Encantamientos, al principio me fue de
maravilla: hice volar la bendita pluma, que una piña bailara y cantara
y que una muñeco hiciera malabares. El problema fue cuando me puso a
hacerlo con la varita. No conocía el olor de piña chamuscada hasta
hoy.
-Lo siento - dijo Ron sonriendo al ver las mangas de la túnica que
Sara les enseñaba con una sonrisa resignada - pero a todos les pasa al
inicio, te irá mejor.
-Claro que sí - dijo Harry - cuando llegamos aquí tampoco nos salía
nada.
-Excepto a Hermione - aclaró Ron.
-Eso no cuenta - dijo Sara - Hermione es demasiado lista.
Hermione pareció complacida.
-Come algo - le dijo Harry acercándole un plato - te sentirás mejor
-Eh.. no gracias - dijo Sara poniéndose de pie - Dobby me espera con
el almuerzo. No sé si voy a verlos en la noche, porque hoy es la
reunión, bueno, ya saben de qué.
-¿Estás nerviosa? - le preguntó Harry al ver su expresión
-La verdad es que sí - dijo Sara pensativa - ellos odiaban a mi madre,
y... bueno, no sé.
-No te preocupes - le dijo Ron - todos son muy simpáticos y mi
familia va a estar ahí.
El día anterior tras hablar sobre Sirius por más de tres horas Sara
les había pedido que le hablaran de sus familias. Ron había ocupado
gran rato contándole de la suya. Sara se tranquilizó por ese
pensamiento. La familia de Ron debía ser muy agradable.
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De repente, Sara oyó algo que la hizo incorporarse: Sirius se reía.
-¿Qué demon...?
-¿Te asuste? - dijo Sirius mientras se reía abiertamente. Sara
comprendió de inmediato que había estado fingiendo y se estaba
burlando de ella - Acepto tus disculpas, no te preocupes.
-¡LARGO DE AQUÍ!- le gritó Sara furiosa - ¡LARGO!
El salón ardió en llamas y Sirius dejó de reírse de pronto. Sara estaba fuera de sí.
-¡LARGO!
Sirius se levantó y salió corriendo, la casa estaba demasiado caliente para soportarlo.
-¡Y QUIERO MI DESAYUNO A LAS 4:30 a.m!
Los siguientes días fueron un infierno para Sirius. James la seguía pasando mal, pero no tanto como su amigo, que noche tras noche tuvo que repetir su papel para que Sara probara los hechizos en él, y la verdad no había mucha mejora, excepto que ahora todos los hechizos le daban directamente a él y terminaba la noche molido. Cuando llegaba a la torre sus amigos le tenían algunas pociones curativas y al día siguiente los moretes desaparecían literalmente por arte de magia, excepto que los dolores continuaban. Sin embargo Sirius no se quejaba, pues sentía que se lo merecía. Sara había estado REALMENTE preocupada por él y sus lamentos habían sonado extremadamente sinceros. La había asustado mucho, lo había leído en sus ojos: ese reproche y esa furia lo perseguían constantemente. James sin embargo no para de decirle que Sara no tenía ningún derecho de tratarlo así y que la broma la tenía bien merecida por hacerlos trabajar como esclavos toda la semana. Sin embargo Sirius no olvidaba la sensación de tenerla arecostada en su pecho, llorando por él, temblando por una aflicción verdadera. Indefensa, débil, arrepentida, entregada... El miércoles siguiente Sara llegó tarde a la casa y entró directo a su cuarto sin decirles nada. James y Sirius que habían pasado la tarde deshollinando la chimenea y estaban cubiertos de hollín intercambiaron una mirada de sorpresa. Ni siquiera había hecho su acostumbrado comentario ácido-sarcástico. James fue al cuarto y tocó la puerta. Sara no contestó, pero no estaba cerrado, abrió un poco y asomó la cabeza para preguntar:
-¿Vas a cenar?
-No - Sara estaba a oscuras, de espaldas a él.
-¿Estás bien?
-Vete. - su voz se oía afectada
-Pero...
-Vete. No tengo hambre. Mañana a las 6.
-Sara..
-¡VETE!
James cerró la puerta extrañado. Sirius lo miraba intrigado.
-Algo le pasa - dijo James - está a oscuras y no me volvió a ver. Creo
que estaba llorando.
-¿Le habrá pasado algo?
-No sé, pero me dijo que me fuera ¡Al fin voy a tener una noche libre!
Vamos.
-Yo no puedo irme - dijo Sirius con una mueca - ¿recuerdas, la
práctica?
-Ve a preguntarle.
-Sí, eh... te alcanzo en el castillo.
James se fue no muy convencido. Sirius se acercó a la puerta, definitivamente Sara estaba llorando.
-¿Sara? - preguntó a través de la puerta, no le respondió.
-Sara, ¿estás bien? - silencio de nuevo. Sirius abrió la puerta. Sara
seguía allí, a oscuras acostada en su cama mirando hacia la pared
-Sara..
-Vete - le dijo tratando de controlar su voz, que sonaba quebrada.
Sirius la ignoró
-¿qué te pasa?
-Nada, estoy bien.
-¿Por eso no nos insultaste hoy y dejaste a James irse? - Sirius
avanzaba lentamente hacia ella
-Vete tu también. Hoy no quiero practicar.
-No - Sirius estaba justo detrás de ella - estás en tu cuarto a
oscuras, llorando y ni siquiera nos tratas mal.
-Quiero estar sola.
-No lo creo.
Sara se volvió a verlo. Unas cuantas velas se encendieron débilmente Estaba ahí de pie, serio, con los brazos cruzados, el ceño fruncido y parecía preocupado. Él la vio bajo la taciturna luz, tenía los ojos rojos y la cara bañada en lágrimas. Se veía hermosa y miserable a la vez. Por un momento olvidó todo lo pasado esa semana y volvió a aquella noche en el lago.
-Cuéntame.
Sara se sentó en la orilla de la cama y él se sentó a su lado.
-No es nada - negó Sara secándose la cara con las manos - es sólo que
tuve un problema en la clase de Defensa.
-¿Con qué?
-¡Los hechizos! Estuve patética, peor de lo que me salieron durante
toda la semana - dijo Sara histérica - la profesora Sydney estaba
furiosa, me gritó que era una inútil, una estúpida, que era una
pérdida de tiempo pensar que algún día usaría una varita como debe
ser...
-¡Ella no puede hacer eso! - dijo Sirius con furia
-Dijo que era una vaga y una perezosa, que no había practicado en
toda la semana y que no podía dármela de fresca sólo porque podía
lanzar fuego como un lanzallamas sin control.
-¡Practicaste!¡Qué me lo pregunte a mí si quiere!
-En esos momentos estaba siendo agradable... - dijo Sara recordando su
lección con terror - me hizo repetir los hechizos y esta vez fue
peor... la mandé volando contra la ventana del aula en el sétimo piso.
Tuvo que aparecer un colchón gigante o algo así para no medio matarse.
¡No sé porqué acepté venir aquí en primer lugar!¡Soy una inútil,
siempre lo he sido y siempre lo seré!
-Eso no es cierto - dijo Sirius
-¡Tú mismo lo dijiste aquel día!
-Eso no tenía nada que ver contigo - dijo Sirius apartando el recuerdo
de ese suceso con la mano, como si fuera una mosca molestando - te
cuesta más que al resto, pero puedes hacerlo.
-Sí, claro, las 100 veces que te estrellé contra la pared lo prueban
¿no? La verdad es que no nací para esto y nunca voy a lograrlo. - Sara
bajó la cabeza apesumbrada.
-Hey, hey - le dijo Sirius haciendo que se agachaba para verle la
cara, le levantó la barbilla con la mano para hacerla verlo - no te
pongas así. Te va a salir bien, vas a ver.
Sara lo vio directo a los ojos, pudo ver que se lo decía de corazón.
-¿cómo? - preguntó ella tratando de desviar la mirada. Él no la dejó y
con la otra mano limpió las nuevas lágrimas que corrían su dolido
rostro.
-Yo te ayudaré.
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Sara estaba bastante nerviosa. Dumbledore había llegado por ella y
habían viajado con los polvos flu, aunque como Sara le había dicho
ella podía aparecerse desde los 5 años, y como bien sabía, la
protección mágica de Hogwarts no contaba para ella. Aparecieron en la
chimenea de Grimmuld Place. La casa se veía oscura y solitaria. De
repente se oyó una voz alegre, joven, y una muchacha de un cabello de
vivaz color rosa entró en la sala.
-¡Ya llegaron! ¡Excelente!¡Todo está listo!
-Tonks, hola - la saludó Dumbledore sonriente - Sara, ella es
Nimphadora Tonks, es una aurora que pertenece a la "nueva generación"
de la Orden del Fénix.
-Llámame Tonks - dijo la chica con una gran sonrisa.
-Mucho gusto - dijo Sara sonriendo a su vez, la chica se veía muy
simpática.
-Los están esperando en el salón - dijo caminando frente a ellos para
que la siguieran.
-¿Tonks? - preguntó Sara pensativa- ¿tu eres hija de Andrómeda Black,
no?
-Sí - dijo Tonks volviéndola a ver - somos familia.
-Eres la primer familiar que conozco - dijo Sara con una nota de
felicidad en la voz
-Quien iba a creer que Sirius tenía una hija... - dijo Tonks antes de
entrar al vestíbulo - no hagas bulla aquí, ¿ok?
-Claro - dijo Sara, era la segunda vez que le daban esa indicación,
pues ya había estado en Grimmuld un día, aunque la casa había estado
vacía a excepción de aquel horrible Kreacher, y hablando de
Kreacher...
-La señorita Sara ha venido a su casa de nuevo - dijo con una ridícula
reverencia que a Sara le produjo ganas de vomitar
-Desaparece de mi vista - dijo Sara en tono de mando - ¡y ni pienses
en poner un pie fuera de esta casa!
Kreacher la miró con odio profundo, pero el odio en los ojos de Sara
era aún mayor. Kreacher desapareció, pero antes de hacerlo empujó uno
de los pesados adornos que estaban en la pasillo.
Unos gritos horribles llenaron la casa al correrse las horribles
cortinas que guindaban al final del pasillo, Sara se volteó y vio el
cuadro de una horrible bruja que gritaba toda clase de insultos, pero
cuando Sara estuvo de frente al cuadro, la vieja se cayó en seguida y
palideció. Tonks se precipitó a cerrar las cortinas y dirigió una
mirada interrogativa a Dumbledore. ¿Porqué se había cayado el retrato
de la madre de Sirius? Dumbledore también parecía sorprendido, Sara
sólo preguntó:
-¿qué fue eso?
-Era un retrato de tu abuela - dijo Tonks saliendo rápidamente del
vestíbulo con miedo de que el escándalo empezara de nuevo.
-¿Mi abuela?
-Sí, los Black no son modelos de magos buenos, que digamos
-O, sí, he estado leyendo sobre la historia de la familia.
Avanzaron un poco más y bajaron unas gradas.
-Llegamos - dijo Dumbledore abriendo la puerta ante ellos.
Sara entró de primera. El lugar estaba iluminado y lleno de personas.
Sara distinguió perfectamente como algunos se echaban hacia atrás o se
llevaban las manos a la boca para ocultar su expresión de asombro.
-Aquí estamos - dijo Dumbledore afablemente, con una de sus
características sonrisas que a Sara tanto estrasaban - bueno, aquí la
tenéis, ella es Sara fénix Black.
Sara los miró y les sonrió. Tonks la animó a avanzar y empezó a presentarle a todos. Elphias Doge. Dedalus Diggle (quien le ofreció a Sara un espectáculo de estrellas fugaces cuando quisiera), Emmeline Vance, Hestia Jones.
-Él es Kingsley Shacklebolt - le dijo acercándola a un mago negro,
alto
-Es un placer - dijo Kingsley besándole la mano - conocí y admiré a tu
padre Sara, y espero que podamos esperar de ti tanto como de él.
-El placer es mío, - dijo Sara complacida - y permítame agradecerle
todo lo que hizo por mi padre.
-¿Lo que...?
-Sí, era usted el encargado de la investigación y persecución de mi
padre ¿no? Gracias
por creerle, por confiar en él. Gracias, de verdad
Gracias parecía ser una palabra vital en el vocabulario de Sara.
-Y él es Ojo Loco Moody - Sara contempló los dos ojos de Ojo Loco que
la miraban tratando de descubrir algo en ella, a su parecer. No la
sorprendió el ojo mágico, pues Harry la había advertido, no, era la
expresión con que la observaba.
-Mucho gusto - dijo Sara, pero estaba seguro que era como haberse
quedado callada.
-¡Ojo Loco! - le reprochó Tonks
-Sí, mucho gusto- dijo distraídamente. Se acercó a Dumbledore y le
dijo al oído:
-No me gusta, todavía es un producto de una acción precipitada e
inconsciente de Black. Se parece demasiado a su madre. No es un buen
conjunto
Sara lo había oído perfectamente. Palideció y bajó la mirada. No esperaba oír aquello.
-¡Ojo Loco! - dijo con furia una voz que se notaba amigable pero en
ese momento atemorizadora. Quien había hablado era un hombre
relativamente joven, con el pelo entrecano y aspecto cansado,
debilitado por quien sabe que mal. El hombre se acercó a Sara con una
sonrisa amable y los ojos le brillaban con lo que podía llamarse bien
emoción, bien alegría.
-Mi nombre es Remus Lupin - le dijo - yo fui..
-¡Yo sé quien es usted! - dijo Sara con emoción a su vez -
¡exactamente la persona que quería conocer!
-Me disculparán por robarme a Sara unos minutos - dijo mirando
alrededor, y luego directo a ella - sígueme.
Salieron del salón y se dirigieron a un cuarto en el piso superior.
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Sirius se levantaba del piso por enésima vez en la noche. Había sido
la primera vez que la práctica estaba resultando productiva, pues
Sirius se había involucrado en ella en lugar de actuar de muñeco de
prueba.
-¡Muy bien! - le gritó incorporándose. No podía creer todo lo que había avanzado en esas que ¿dos, tres horas?
Cuando ella había dejado de llorar (que no fue mucho tiempo) se habían dirigido al salón de siempre.
-Lo primero - le dijo Sirius - es que conozcas los efectos del
hechizo.
-No pensarás hechizarme ¿verdad?
-O sí.
-¡Oye!
-Confía en mí, vamos.
-No tengo nada que perder.
Sirius le había aplicado correctamente los hechizos y sus contra hechizos.
-Bien - dijo Sara recuperándose del Petrificus Totalus - ¿ahora qué?
-Ahora debes hacérmelo a mí.
Sara alzó la varita con decisión.
-¡No! - le dijo Sirius levantando las manos - sin varita
-Pero..
-Confía en mí.
-Prepárate - le dijo Sara alzando la mano derecha y chasqueando los
dedos.
-¡Bien! - dijo Sirius al final de que Sara lo inmovilizara por última
vez, ahora quiero que recuerdes la sensación que te produce hacer
magia chasqueando los dedos, ¿cómo es?
-Es - Sara miró alrededor como buscando algo que la ayudase - es como
si toda la energía dentro de mí se concentrara en mis dedos y la puedo
hacer como yo quiera con ella.
-Perfecto - dijo Sirius - ahora quiero que intentes los hechizos con
la varita, pero en lugar de concentrarte tanto en las palabras
concéntrate más en lo que quieres hacer y trata de transmitir ese
poder que envías a tus dedos a la varita. Luego apunta bien y dispara
tu hechizo. Estoy listo.
Las siguientes horas Sara obtuvo bastantes progresos y Sirius (aunque había sufrido bastantes golpes y se sentía algo mareado de haberse desfallecido tantas veces) estaba bastante complacido con los resultados.
-¿Cuándo te evaluará de nuevo Sydney? - preguntó Sirius. ya hacia las
11 ó 12 de la noche
-Creo que quiere verme mañana en su oficina
-Bueno, no pierdas la cabeza mañana y hazlo como hoy, digo, como
ahora. No podrá decirte nada.
-¡Ya encontrará algo! - dijo Sara resignada - creo que mejor
terminamos por hoy, es tardísimo.
-Sí- dijo Sirius que había perdido la noción del tiempo
Salieron del cuarto de entrenamiento y Sara lo acompañó a la puerta.
-Espera - le dijo cuando él ya iba a salir - quería darte las gracias
por lo de hoy. He sido una arpía contigo estas semanas, deberías
odiarme por todo lo que te he hecho padecer, no tenía derecho, pero
estaba molesta por el baile, y por lo que habías dicho el otro día.
Tienes un gran corazón, nunca lo hubiera creído, no creo que yo
hubiera ayudado tanto a alguien que me ha hecho la vida imposible a
más no poder.
-Yo tampoco- dijo Sirius pensando por primera vez que les diría a sus
amigos.
-Bueno, eso era, gracias y perdóname por como me he portado contigo.
-No, yo también tengo que pedirte perdón por lo que dije el otro día,
en verdad no lo dije con intención, es que, bueno mis amigos me
estaban molestando y yo perdí el control.
-No importa, ya pagaste hoy todas tus faltas.
-No, también tengo que disculparme por la broma del otro día, fue
cruel de mi parte fingir como lo hice al verte tan consternada.
-Me lo merecía- dijo ella con una dulce sonrisa - no tienes que volver
mañana, bueno, buenas noches.
-¿no tengo que volver?
-No, castigo cumplido.
-¿y James?
-Dile que quiero mi desayuno a las 7.
-Ok, Buenas noches - le dijo Sirius saliendo y avanzando hacia el
castillo.
-¡Hey! - le gritó Sara
-¿qué?
-La piscina estuvo genial.
Sirius no pudo hacer más que sonreír.
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Lupin la había llevado a un cuarto en el piso superior. Sara miró
alrededor con curiosidad y levantó la mano para encender las velas de
los lúgubres candelabros de las paredes. Lupin se quedó de pie
mirándola.
-Bien, ¿qué sucede? - le dijo Sara finalmente sentándose en una silla
a uno de los lados de la mesa que había allí, aquel lugar parecía
haber sido un cuarto de estudio.
-Quería hablar contigo - le dijo Lupin sentándose a su vez
-¿Sobre qué?
-Sobre Sirius. - Sara sonrió y Lupin prosiguió - Probablemente has
oído muchas cosas sobre tu padre, muchas personas creen haberlo
conocido muy bien, pero no quisiera que tuvieras una impresión
equivocada de quien fue.
-Ok - Sara parecía distraída.
-¿Todavía estás pensando en lo que dijo Ojo Loco?
-No, claro que...- Sara miró a Lupin a los ojos, podía confiar en él -
Sí, estaba pensando en eso.
-No le hagas caso. Ojo Loco es una gran persona, pero es realmente
paranoico. A sumo que Harry te habrá hablado ya un poco de él.
-¿Cómo sabe que le hablo a Harry?
-Me parece lo más lógico del mundo que la hija de Sirius Black busque
a Harry Potter para hablar con él, me extrañaría lo contrario.
Dumbledore te había contado ya de su relación. Además, sería muy raro
que una hija de Sirius no se llevara con un Potter.
-Ya - Sara sonrió. Era un razonamiento válido.- Sí, Harry mencionó a
Ojo Loco y dijo que era un poco obsesivo sobre los magos tenebrosos.
-Lo es. Él fue uno de los más grandes aurores que ha existido, y en la
época de Voldemort se dedicó a la casa de mortífagos. Su obsesión más
grande era atrapar a tu madre. Pasó más de tres años con la oficina
empapelada de fotos de los más peligrosos mortífagos y el rostro de tu
madre lo miró burlón todo ese tiempo, pues nunca pudo atraparla. No
quiso decir lo que dijo. Simplemente le recordaste a tu madre y no
puede relacionar el rostro de tu madre con nada bueno.
-Pero al fin y al cabo tiene razón.- dijo Sara apesumbrada- Soy el
resultado de que mis padres se encontrarán una noche en un bar después
de mucho tiempo.
-Eso no es cierto - le dijo Lupin inclinándose hacia ella - Mira, tu
padre era muy impulsivo, es cierto, y muchas veces tomó decisiones
equivocadas y cometió muchos errores, pero tú no eres uno de ellos. Y
la prueba de eso es que yo ya suponía que eras su hija desde que
Dumbledore me dijo hace como un mes que se iba a buscar a una hija de
Sara Parker.
-¿Qué? Usted no podría haberlo sabido.
-Mira, no conocí muy bien a tu madre, pero ella, ella, ¿cómo digo
esto? No tenía un.... gran corazón, por así decirlo.
Sara se rió. No estaba molesta para nada. Lupin le agradaba. Le
agradaba mucho.
-No trate de hacerlo sonar bonito, mi madre era una mujer egoísta,
estúpida y malvada.
-No quería decirlo así - dijo Lupin algo asombrado de oír a la chica
hablar así de su propia madre - pero realmente era una mujer muy
egoísta, y no habría arriesgado su vida y todo lo que tenía por
cualquiera.
-O sea, no se habría arriesgado a quedar embarazada así porque sí.
-No se abría arriesgado con nadie más que con Sirius Black. Podría
jurarlo. Creo que dentro del enredo de sentimientos y pensamientos de
tu madre ella sentía por Sirius algo muy parecido (si no lo era), a
amor.
-Oh no - dijo Sara negando con la cabeza - no, ella lo amaba, lo amaba
demasiado, dentro de lo que cabe en un corazón tan enmarañado como el
suyo. Estoy segura. Probablemente era el único verdadero sentimiento
positivo en ella.
-¿qué hay de su amistad con Snape? - dijo Lupin frunciendo el ceño,
saliéndose momentáneamente del tema.
-Eso es distinto - dijo Sara con un ademán que daba a entender que era
un tema para tratar en otro momento. Lupin lo notó y volvió a lo que
estaba diciendo antes de eso.
-Tu padre, por su parte, también la amaba, la amaba desde los 16 años,
era un amor profundo, de esos que son imposibles de borrar. Te lo
puedo jurar. La de veces que discutió con James por eso. Era lo único
por lo que realmente peleaban. James trataba de convencerlo de que la
olvidara, el sabía que tenía que olvidarla, pero era imposible. Cuando
estaban en la misma habitación, ya estuvieran peleados a muerte o como
amigos inseparables, había una tensión entre ellos que parecía que
corrían ráfagas de electricidad de uno al otro.
-Como la atracción entre dos imanes - dijo Sara pareciendo recordar
algo que había oído antes.
-Algo así. Sirius sufrió mucho cuando ella se unió al lado oscuro,
intentó recuperarla, pero su relación no era precisamente normal,
¿sabes?
-Sí, lo sé - dijo Sara que seguía cada palabra de Lupin con gran
atención. Se sentía extraña, como si Lupin le hubiese revelado una
vieja herida aún abierta y estuviese poniéndole un bálsamo con cada
una de sus palabras que la sanaba lentamente - era un amor extraño,
lleno de barreras e imposibles.
-Era un amor lleno de dudas, de peligros, de miedos. Ambos intentaban
contenerlo, aplacarlo, borrarlo, por el bien de los dos, más que
porque quisieran hacerlo, pero luego volvía con más fuerza, con más
intensidad y se volvía aún peor, era cada vez más profundo, los
consumía cada vez más... - dijo Lupin con una mirada que revelaba que
eran recuerdos tristes los que pasaban por su mente - No sé como fue
aquella noche, Sara, pero no eres el resultado de una casualidad, de
un acto impulsivo o de un capricho de tus padres. Eres el resultado de
un amor que venía creciendo desde casi 10 años atrás. No creo que se
le pueda llamar precipitado a eso. No fueron circunstancias normales
las que rodearon el momento, pero fue por amor, eso te lo puedo jurar.
Sara tenía lágrimas en los ojos. De repente se levantó y abrazó a
Lupin fuertemente.
-Gracias - le dijo separándose de él y limpiándose las lágrimas con la
mano - no sabe lo que significa para mí.
-No le hagas caso a Ojo Loco - dijo Lupin sonriéndole dulcemente, con
una mirada de comprensión - cuando te conozca verás que no eres tu
madre y aprenderá a apreciarte. No te preocupes por él.
-¿Cómo sabe que no soy como mi madre? - le preguntó Sara - me conoce
desde hace menos de una hora.
-Porque eres un espíritu libre, abierto, confiado. Tus ojos reflejan
que estás llana de buenos sentimientos y que tienes un gran corazón.
Además, tienes aura de Black.
Sara le sonrió complacida.
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¿Qué os ha parecido? Dejad reviews, que son algo así como el alimento del escritor, ¿ustedes me entienden verdad? Bueno, en serio, vayan a ese pequeño botón que dice "go" y aunque sea tómense el tiempo de escribir "bien", "mal", "pésimo" o lo que quieran. Les agradeceré desde el fondo de mi corazón cualquier comentario (bueno o malo) y también las sugerencias y predicciones. ¿Tenéis alguna idea de que va a pasar ahora?
Bueno, y a como pido reviews voy a contestarles a las personas que han sido tan lindas y buenas y me dejaron reviews de la última parte.
Pantrosa de Black: tu poema es precioso, ya te lo dije. En lugar de agradecerme por leerlo soy yo quien tiene que agradecerte por haberlo escrito, como un pequeño bálsamo para los corazones enamorados de Sirius tan cruelmente heridos por JK. Pero lo que te agradezco de todo corazón es que te tomaras el tiempo para leer mi fic y me alegro que te haya gustado. Espero que esta parte te guste también y espero tu review!!!!!
Syringen: ¡Hola! No sabes como me alegra recibir tu fic, porque sigo tu historia con mucha emoción y me alegra saber que te ha gustado el mío. Me alegra ver que ya subiste el siguiente capítulo de tu historia, pronto te llegará mi review. ¡Qué dicha que no creas que el cambio de tiempo afecte! Me preocupaba mucho en un inicio que así fuera. Sí, ya sé que el título no es nada llamativo, pero es que no se me ocurre ninguno mejor (soy muy mala para ponerle títulos a las cosas).
Asuka Sakura: ¡hola guapa! No hay nada que me ponga más feliz que saber que hay gente leyéndome. Me alegra que te haya fustado mi fic y espero que esta parte también te guste y me dejes otro review, prometo contestarlo rápido. Sí, lo de ver a Sirius en el cole y a Harry también a la vez me hacia mucha gracia, por eso puse la historia con los planos temporales meclados. En un inicio pensé en escribir primero toda la de Sara Parker y después de la Sara Black, pero me parece que así tiene más gracia, porque hay que estar al día en las dos historias, cosa que necesito para el final.
Bueno, para el resto de las personas que me han dejado reviews y ya se los he contestado gracias otra vez, espero que hayan leído esto y me dejen nuevos. A mi querida amiga Aru, ya sabes que la historia es tu regalo, pero ¡paciencia! Que falta MUCHO para que se acabe. Por último, a los que han leído y no me han dejado reviews, gracias por leer de cualquier forma y espero que lo hayan disfrutado. Chao!
Primero que nada ¡FELIZ AÑO NUEVO! Y segundo, lamento muchiisiiiiiiiimo haber tardado tanto en subir este capítulo, por lo que subí un pedazo largo y pronto subiré lo que sigue. No voy a volver a atrasarme tanto en subir
capítulos, lo prometo. Habíamos quedado en la noche del baile. A partir de aquí las historias de
los planos no van a ir tan iguales como antes.
Este capítulo voy a dedicárselo a mi papá que se ha interesado por la
historia. Bueno, sólo decir que los personajes son propiedad de JK Rowling y Warner
Bros (excepto Sara).
Dejo de escribir tonterías sin sentido y los dejo con la historia.
Besos.
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Había sido horrible. Sara los había llevado directamente a su casa en las afueras del castillo. Por fuera se veía pequeña pero por dentro era enorme y había estado desocupada por más de 50 años. A pesar de estar cerrada con magia la casa estaba llena de suciedad e infectada de toda clase de bichos raros. Como Sara les explicó con una maliciosa sonrisa "la casa está protegida con magia por todo lado, menos en la ventana del frente. Algún incompetente la agregó después del original y no la protegió ". Sara los había mandado a sacar todos los bichos que habían hacho la casa su guarida y a limpiar piso, paredes y cielorraso. Eso no era todo. No podían utilizar magia. La casa los atacaba agitándose furiosamente si por accidente arrancaban un pedazo de pintura de la pared y unas tablas del techo se tiraron sobre James cuando este arrancó la araña de cristal que guindaba del techo para limpiarla. Sara habría podido controlar esto perfectamente, pero simplemente los veía y sonreía. Y tampoco ahí terminaba la tortura. La casa no sólo estaba protegida con magia, sino, que era mágica y a una palabra de Sara surgían nuevas habitaciones y salones. Ella había mandado a la casa a construirle un cuarto limpio y tranquilo en el que pasaba casi todo el tiempo mientras ellos eran torturados lentamente. Además, debían planchar su ropa y hacerle la comida, y cada día Sara les pedía el desayuno más temprano. Todo esto sin contar, por supuesto que Sirius y James tenían que seguir asistiendo a clases y haciendo los deberes, por lo que se acostaban cada vez más tarde, a pesar que sus amigos los ayudaban con los trabajos. Lo peor sin embargo era que Snape llegaba todos los días a la casa a hablar con Sara y se divertía burlándose de ellos. Sirius empezaba a pensar que hubiera sido mejor que lo expulsaran, pero estuvo seguro de ello el miércoles en la noche, cuando apenas llevaban la mitad del castigo (que se suponía duraría 15 días).
-Puedes irte - le dijo a James como a las 9 de la noche tras que
acabaran de lavar los platos de la comida, luego señaló a Sirius - tú,
quédate.
James salió dirigiendo una mirada de compasión a su amigo. "¿Qué demonios quería ahora Sara?" pensó Sirius viéndola levantarse y coger su varita.
-Como bien sabes hace unos días empecé mis clases - le dijo- y como te
dije me ha ido bastante mal. Supongo que recordarás el generoso
ofrecimiento que me hiciste aquel día, al lado del lago...
Sirius tragó y cerró los ojos. Sabía lo que se le venía encima.
-La profesora Sydney quiere que practique los hechizos paralizadores,
ya sabes: desmaius, impedimenta, petrificus totalus, etc... y
recordando tu generoso ofrecimiento me dije ¡quien mejor para
practicar!
Sirius la miró con odio.
-No te preocupes - le dijo ella suavizando el tono de su voz - hasta
el momento no he logrado que el hechizo que envío llegue a lo que
apunto. No creo que llegue a causarte gran daño.
Sirius hizo un esfuerzo sobrehumano para no decir nada. Ella no sabía usar la varita, pero ya la había visto hacer magia sin ella y prender fuego a las cosas. Realmente era muy poderosa, sobretodo cuando estaba de mal humor.
-Usaremos una nueva sala de entrenamientos - dijo Sara. Al instante se
abrió un puerta a su derecha, la abrió y ambos entraron, era un salón
largo y espacioso, sin más cosas que unos cuantos almohadones en el
piso y unas velas en el techo para mantenerlo iluminado- bien,
colócate allá.
Sirius se puso al fondo del salón sintiéndose estúpido, ahí de pie, esperando que ella le mandara un hechizo que probablemente saldría mal sin defenderse. Los primeros hechizos no lo afectaron lo más mínimo. Los almohadones volaron por toda la habitación, dos hechizos alcanzaron las ventanas que saltaron en pedazos, algunas velas lo atacaron e incluso tuvo que agacharse para evitar la misma varita de Sara que salió volando de sus manos al intentar el petrificus totalus. Sara empezaba enojarse, podía notarlo en dos cosas principalmente: la intensidad del fuego de la velas sobre sus cabezas aumentaba constantemente y Sara se veía cada vez más hermosa, pues como el mismo fuego parecía crecer su hermosura con impetuosidad.
-¿Eso es lo mejor que puedes hacer? - le gritó Sirius. Aquel último
pensamiento no le había gustado. Esa arpía lo había torturado toda la
semana y ahora ahí estaba él frente a ella como un idiota pensando lo
guapa que se veía enojada. Obviamente, eso fue un error. El siguiente
hechizo de Sara fue directo a él, pero en lugar de desmayarlo,
inmovilizarlo o petrificarlo lo hizo volar hasta chocar en lo alto del
salón contra la pared. Sirius cayó al suelo inerte.
Sara gritó asustada y se precipitó sobre él.
-¡SIRIUS!¡SIRIUS!¡DESPIERTA!¡DESPIERTA!¡POR FAVOR!¡LO SIENTO, EN
SERIO, LO SIENTO! ¡NO QUISE!¡YO NO QUERÍA!¡DESPIERTA MALDITA
SEA!¡LAMENTO HABER SIDO TAN MALA CONTIGO ESTOS DÍAS!¡SIRIUS!¡¡SIRIUS!!
Sara empezó a sollozar sobre el pecho de Sirius, estaba ahí tendido, como muerto, y era su culpa.
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La noticia de quien era realmente el padre de Sara fue como un shok
para Hermione y Ron. Ella les contó de nuevo la historia del diario
pero más resumida y estuvieron hablando hasta muy entrada la noche.
Luego se mostraron muy interesados en porqué Snape la había ayudado
siendo hija de unos de los hombres que más odiaba.
-Era el mejor amigo de mi madre - les dijo para su sorpresa
-Él y Sirius se odiaban - le dijo Harry sin dar crédito a sus oídos
-Lo sé - dijo Sara encogiéndose de hombros
-¡Y tu acabas de darle un abrazo!
-Sí, ¿por qué?
-A Sirius le habría dado algo...
-Probablemente - Sara miró a Harry seria - sé que no se llevaban, pero
él es el mejor amigo de mi madre y puedo contar con él. Lo sé y hoy lo
probó.
-Sara, pero él...
-Sé que fue mortífago, sé que es un espía. Mi madre era mortífaga
¿recuerdas? En serio, no voy a discutir esto.
No tocaron más el tema a lo largo de la noche.
Al día siguiente Sara no desayunó con ellos y no la vieron hasta el
almuerzo: ya había empezado sus lecciones.
-¿Cómo te fue? - le preguntó Harry cuando se sentó junto a ellos
-No muy bien - dijo Sara que no parecía de muy buen humor.
-¿que clases has tenido?- le preguntó Hermione preocupada al ver que
las mangas de la túnica de Sara estaban chamuscadas.
-Historia de la Magia, que es lo más aburrido que he oído en mi
historia. ¡Una hora oyendo sobre como se instalaron los magos en
Inglaterra y si debieron escoger otro lugar! ¿Ya están aquí no? Bueno,
tal vez podría haber sido interesante si ese profesor no fuera tan
soporífero. Luego tuve Encantamientos, al principio me fue de
maravilla: hice volar la bendita pluma, que una piña bailara y cantara
y que una muñeco hiciera malabares. El problema fue cuando me puso a
hacerlo con la varita. No conocía el olor de piña chamuscada hasta
hoy.
-Lo siento - dijo Ron sonriendo al ver las mangas de la túnica que
Sara les enseñaba con una sonrisa resignada - pero a todos les pasa al
inicio, te irá mejor.
-Claro que sí - dijo Harry - cuando llegamos aquí tampoco nos salía
nada.
-Excepto a Hermione - aclaró Ron.
-Eso no cuenta - dijo Sara - Hermione es demasiado lista.
Hermione pareció complacida.
-Come algo - le dijo Harry acercándole un plato - te sentirás mejor
-Eh.. no gracias - dijo Sara poniéndose de pie - Dobby me espera con
el almuerzo. No sé si voy a verlos en la noche, porque hoy es la
reunión, bueno, ya saben de qué.
-¿Estás nerviosa? - le preguntó Harry al ver su expresión
-La verdad es que sí - dijo Sara pensativa - ellos odiaban a mi madre,
y... bueno, no sé.
-No te preocupes - le dijo Ron - todos son muy simpáticos y mi
familia va a estar ahí.
El día anterior tras hablar sobre Sirius por más de tres horas Sara
les había pedido que le hablaran de sus familias. Ron había ocupado
gran rato contándole de la suya. Sara se tranquilizó por ese
pensamiento. La familia de Ron debía ser muy agradable.
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De repente, Sara oyó algo que la hizo incorporarse: Sirius se reía.
-¿Qué demon...?
-¿Te asuste? - dijo Sirius mientras se reía abiertamente. Sara
comprendió de inmediato que había estado fingiendo y se estaba
burlando de ella - Acepto tus disculpas, no te preocupes.
-¡LARGO DE AQUÍ!- le gritó Sara furiosa - ¡LARGO!
El salón ardió en llamas y Sirius dejó de reírse de pronto. Sara estaba fuera de sí.
-¡LARGO!
Sirius se levantó y salió corriendo, la casa estaba demasiado caliente para soportarlo.
-¡Y QUIERO MI DESAYUNO A LAS 4:30 a.m!
Los siguientes días fueron un infierno para Sirius. James la seguía pasando mal, pero no tanto como su amigo, que noche tras noche tuvo que repetir su papel para que Sara probara los hechizos en él, y la verdad no había mucha mejora, excepto que ahora todos los hechizos le daban directamente a él y terminaba la noche molido. Cuando llegaba a la torre sus amigos le tenían algunas pociones curativas y al día siguiente los moretes desaparecían literalmente por arte de magia, excepto que los dolores continuaban. Sin embargo Sirius no se quejaba, pues sentía que se lo merecía. Sara había estado REALMENTE preocupada por él y sus lamentos habían sonado extremadamente sinceros. La había asustado mucho, lo había leído en sus ojos: ese reproche y esa furia lo perseguían constantemente. James sin embargo no para de decirle que Sara no tenía ningún derecho de tratarlo así y que la broma la tenía bien merecida por hacerlos trabajar como esclavos toda la semana. Sin embargo Sirius no olvidaba la sensación de tenerla arecostada en su pecho, llorando por él, temblando por una aflicción verdadera. Indefensa, débil, arrepentida, entregada... El miércoles siguiente Sara llegó tarde a la casa y entró directo a su cuarto sin decirles nada. James y Sirius que habían pasado la tarde deshollinando la chimenea y estaban cubiertos de hollín intercambiaron una mirada de sorpresa. Ni siquiera había hecho su acostumbrado comentario ácido-sarcástico. James fue al cuarto y tocó la puerta. Sara no contestó, pero no estaba cerrado, abrió un poco y asomó la cabeza para preguntar:
-¿Vas a cenar?
-No - Sara estaba a oscuras, de espaldas a él.
-¿Estás bien?
-Vete. - su voz se oía afectada
-Pero...
-Vete. No tengo hambre. Mañana a las 6.
-Sara..
-¡VETE!
James cerró la puerta extrañado. Sirius lo miraba intrigado.
-Algo le pasa - dijo James - está a oscuras y no me volvió a ver. Creo
que estaba llorando.
-¿Le habrá pasado algo?
-No sé, pero me dijo que me fuera ¡Al fin voy a tener una noche libre!
Vamos.
-Yo no puedo irme - dijo Sirius con una mueca - ¿recuerdas, la
práctica?
-Ve a preguntarle.
-Sí, eh... te alcanzo en el castillo.
James se fue no muy convencido. Sirius se acercó a la puerta, definitivamente Sara estaba llorando.
-¿Sara? - preguntó a través de la puerta, no le respondió.
-Sara, ¿estás bien? - silencio de nuevo. Sirius abrió la puerta. Sara
seguía allí, a oscuras acostada en su cama mirando hacia la pared
-Sara..
-Vete - le dijo tratando de controlar su voz, que sonaba quebrada.
Sirius la ignoró
-¿qué te pasa?
-Nada, estoy bien.
-¿Por eso no nos insultaste hoy y dejaste a James irse? - Sirius
avanzaba lentamente hacia ella
-Vete tu también. Hoy no quiero practicar.
-No - Sirius estaba justo detrás de ella - estás en tu cuarto a
oscuras, llorando y ni siquiera nos tratas mal.
-Quiero estar sola.
-No lo creo.
Sara se volvió a verlo. Unas cuantas velas se encendieron débilmente Estaba ahí de pie, serio, con los brazos cruzados, el ceño fruncido y parecía preocupado. Él la vio bajo la taciturna luz, tenía los ojos rojos y la cara bañada en lágrimas. Se veía hermosa y miserable a la vez. Por un momento olvidó todo lo pasado esa semana y volvió a aquella noche en el lago.
-Cuéntame.
Sara se sentó en la orilla de la cama y él se sentó a su lado.
-No es nada - negó Sara secándose la cara con las manos - es sólo que
tuve un problema en la clase de Defensa.
-¿Con qué?
-¡Los hechizos! Estuve patética, peor de lo que me salieron durante
toda la semana - dijo Sara histérica - la profesora Sydney estaba
furiosa, me gritó que era una inútil, una estúpida, que era una
pérdida de tiempo pensar que algún día usaría una varita como debe
ser...
-¡Ella no puede hacer eso! - dijo Sirius con furia
-Dijo que era una vaga y una perezosa, que no había practicado en
toda la semana y que no podía dármela de fresca sólo porque podía
lanzar fuego como un lanzallamas sin control.
-¡Practicaste!¡Qué me lo pregunte a mí si quiere!
-En esos momentos estaba siendo agradable... - dijo Sara recordando su
lección con terror - me hizo repetir los hechizos y esta vez fue
peor... la mandé volando contra la ventana del aula en el sétimo piso.
Tuvo que aparecer un colchón gigante o algo así para no medio matarse.
¡No sé porqué acepté venir aquí en primer lugar!¡Soy una inútil,
siempre lo he sido y siempre lo seré!
-Eso no es cierto - dijo Sirius
-¡Tú mismo lo dijiste aquel día!
-Eso no tenía nada que ver contigo - dijo Sirius apartando el recuerdo
de ese suceso con la mano, como si fuera una mosca molestando - te
cuesta más que al resto, pero puedes hacerlo.
-Sí, claro, las 100 veces que te estrellé contra la pared lo prueban
¿no? La verdad es que no nací para esto y nunca voy a lograrlo. - Sara
bajó la cabeza apesumbrada.
-Hey, hey - le dijo Sirius haciendo que se agachaba para verle la
cara, le levantó la barbilla con la mano para hacerla verlo - no te
pongas así. Te va a salir bien, vas a ver.
Sara lo vio directo a los ojos, pudo ver que se lo decía de corazón.
-¿cómo? - preguntó ella tratando de desviar la mirada. Él no la dejó y
con la otra mano limpió las nuevas lágrimas que corrían su dolido
rostro.
-Yo te ayudaré.
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Sara estaba bastante nerviosa. Dumbledore había llegado por ella y
habían viajado con los polvos flu, aunque como Sara le había dicho
ella podía aparecerse desde los 5 años, y como bien sabía, la
protección mágica de Hogwarts no contaba para ella. Aparecieron en la
chimenea de Grimmuld Place. La casa se veía oscura y solitaria. De
repente se oyó una voz alegre, joven, y una muchacha de un cabello de
vivaz color rosa entró en la sala.
-¡Ya llegaron! ¡Excelente!¡Todo está listo!
-Tonks, hola - la saludó Dumbledore sonriente - Sara, ella es
Nimphadora Tonks, es una aurora que pertenece a la "nueva generación"
de la Orden del Fénix.
-Llámame Tonks - dijo la chica con una gran sonrisa.
-Mucho gusto - dijo Sara sonriendo a su vez, la chica se veía muy
simpática.
-Los están esperando en el salón - dijo caminando frente a ellos para
que la siguieran.
-¿Tonks? - preguntó Sara pensativa- ¿tu eres hija de Andrómeda Black,
no?
-Sí - dijo Tonks volviéndola a ver - somos familia.
-Eres la primer familiar que conozco - dijo Sara con una nota de
felicidad en la voz
-Quien iba a creer que Sirius tenía una hija... - dijo Tonks antes de
entrar al vestíbulo - no hagas bulla aquí, ¿ok?
-Claro - dijo Sara, era la segunda vez que le daban esa indicación,
pues ya había estado en Grimmuld un día, aunque la casa había estado
vacía a excepción de aquel horrible Kreacher, y hablando de
Kreacher...
-La señorita Sara ha venido a su casa de nuevo - dijo con una ridícula
reverencia que a Sara le produjo ganas de vomitar
-Desaparece de mi vista - dijo Sara en tono de mando - ¡y ni pienses
en poner un pie fuera de esta casa!
Kreacher la miró con odio profundo, pero el odio en los ojos de Sara
era aún mayor. Kreacher desapareció, pero antes de hacerlo empujó uno
de los pesados adornos que estaban en la pasillo.
Unos gritos horribles llenaron la casa al correrse las horribles
cortinas que guindaban al final del pasillo, Sara se volteó y vio el
cuadro de una horrible bruja que gritaba toda clase de insultos, pero
cuando Sara estuvo de frente al cuadro, la vieja se cayó en seguida y
palideció. Tonks se precipitó a cerrar las cortinas y dirigió una
mirada interrogativa a Dumbledore. ¿Porqué se había cayado el retrato
de la madre de Sirius? Dumbledore también parecía sorprendido, Sara
sólo preguntó:
-¿qué fue eso?
-Era un retrato de tu abuela - dijo Tonks saliendo rápidamente del
vestíbulo con miedo de que el escándalo empezara de nuevo.
-¿Mi abuela?
-Sí, los Black no son modelos de magos buenos, que digamos
-O, sí, he estado leyendo sobre la historia de la familia.
Avanzaron un poco más y bajaron unas gradas.
-Llegamos - dijo Dumbledore abriendo la puerta ante ellos.
Sara entró de primera. El lugar estaba iluminado y lleno de personas.
Sara distinguió perfectamente como algunos se echaban hacia atrás o se
llevaban las manos a la boca para ocultar su expresión de asombro.
-Aquí estamos - dijo Dumbledore afablemente, con una de sus
características sonrisas que a Sara tanto estrasaban - bueno, aquí la
tenéis, ella es Sara fénix Black.
Sara los miró y les sonrió. Tonks la animó a avanzar y empezó a presentarle a todos. Elphias Doge. Dedalus Diggle (quien le ofreció a Sara un espectáculo de estrellas fugaces cuando quisiera), Emmeline Vance, Hestia Jones.
-Él es Kingsley Shacklebolt - le dijo acercándola a un mago negro,
alto
-Es un placer - dijo Kingsley besándole la mano - conocí y admiré a tu
padre Sara, y espero que podamos esperar de ti tanto como de él.
-El placer es mío, - dijo Sara complacida - y permítame agradecerle
todo lo que hizo por mi padre.
-¿Lo que...?
-Sí, era usted el encargado de la investigación y persecución de mi
padre ¿no? Gracias
por creerle, por confiar en él. Gracias, de verdad
Gracias parecía ser una palabra vital en el vocabulario de Sara.
-Y él es Ojo Loco Moody - Sara contempló los dos ojos de Ojo Loco que
la miraban tratando de descubrir algo en ella, a su parecer. No la
sorprendió el ojo mágico, pues Harry la había advertido, no, era la
expresión con que la observaba.
-Mucho gusto - dijo Sara, pero estaba seguro que era como haberse
quedado callada.
-¡Ojo Loco! - le reprochó Tonks
-Sí, mucho gusto- dijo distraídamente. Se acercó a Dumbledore y le
dijo al oído:
-No me gusta, todavía es un producto de una acción precipitada e
inconsciente de Black. Se parece demasiado a su madre. No es un buen
conjunto
Sara lo había oído perfectamente. Palideció y bajó la mirada. No esperaba oír aquello.
-¡Ojo Loco! - dijo con furia una voz que se notaba amigable pero en
ese momento atemorizadora. Quien había hablado era un hombre
relativamente joven, con el pelo entrecano y aspecto cansado,
debilitado por quien sabe que mal. El hombre se acercó a Sara con una
sonrisa amable y los ojos le brillaban con lo que podía llamarse bien
emoción, bien alegría.
-Mi nombre es Remus Lupin - le dijo - yo fui..
-¡Yo sé quien es usted! - dijo Sara con emoción a su vez -
¡exactamente la persona que quería conocer!
-Me disculparán por robarme a Sara unos minutos - dijo mirando
alrededor, y luego directo a ella - sígueme.
Salieron del salón y se dirigieron a un cuarto en el piso superior.
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Sirius se levantaba del piso por enésima vez en la noche. Había sido
la primera vez que la práctica estaba resultando productiva, pues
Sirius se había involucrado en ella en lugar de actuar de muñeco de
prueba.
-¡Muy bien! - le gritó incorporándose. No podía creer todo lo que había avanzado en esas que ¿dos, tres horas?
Cuando ella había dejado de llorar (que no fue mucho tiempo) se habían dirigido al salón de siempre.
-Lo primero - le dijo Sirius - es que conozcas los efectos del
hechizo.
-No pensarás hechizarme ¿verdad?
-O sí.
-¡Oye!
-Confía en mí, vamos.
-No tengo nada que perder.
Sirius le había aplicado correctamente los hechizos y sus contra hechizos.
-Bien - dijo Sara recuperándose del Petrificus Totalus - ¿ahora qué?
-Ahora debes hacérmelo a mí.
Sara alzó la varita con decisión.
-¡No! - le dijo Sirius levantando las manos - sin varita
-Pero..
-Confía en mí.
-Prepárate - le dijo Sara alzando la mano derecha y chasqueando los
dedos.
-¡Bien! - dijo Sirius al final de que Sara lo inmovilizara por última
vez, ahora quiero que recuerdes la sensación que te produce hacer
magia chasqueando los dedos, ¿cómo es?
-Es - Sara miró alrededor como buscando algo que la ayudase - es como
si toda la energía dentro de mí se concentrara en mis dedos y la puedo
hacer como yo quiera con ella.
-Perfecto - dijo Sirius - ahora quiero que intentes los hechizos con
la varita, pero en lugar de concentrarte tanto en las palabras
concéntrate más en lo que quieres hacer y trata de transmitir ese
poder que envías a tus dedos a la varita. Luego apunta bien y dispara
tu hechizo. Estoy listo.
Las siguientes horas Sara obtuvo bastantes progresos y Sirius (aunque había sufrido bastantes golpes y se sentía algo mareado de haberse desfallecido tantas veces) estaba bastante complacido con los resultados.
-¿Cuándo te evaluará de nuevo Sydney? - preguntó Sirius. ya hacia las
11 ó 12 de la noche
-Creo que quiere verme mañana en su oficina
-Bueno, no pierdas la cabeza mañana y hazlo como hoy, digo, como
ahora. No podrá decirte nada.
-¡Ya encontrará algo! - dijo Sara resignada - creo que mejor
terminamos por hoy, es tardísimo.
-Sí- dijo Sirius que había perdido la noción del tiempo
Salieron del cuarto de entrenamiento y Sara lo acompañó a la puerta.
-Espera - le dijo cuando él ya iba a salir - quería darte las gracias
por lo de hoy. He sido una arpía contigo estas semanas, deberías
odiarme por todo lo que te he hecho padecer, no tenía derecho, pero
estaba molesta por el baile, y por lo que habías dicho el otro día.
Tienes un gran corazón, nunca lo hubiera creído, no creo que yo
hubiera ayudado tanto a alguien que me ha hecho la vida imposible a
más no poder.
-Yo tampoco- dijo Sirius pensando por primera vez que les diría a sus
amigos.
-Bueno, eso era, gracias y perdóname por como me he portado contigo.
-No, yo también tengo que pedirte perdón por lo que dije el otro día,
en verdad no lo dije con intención, es que, bueno mis amigos me
estaban molestando y yo perdí el control.
-No importa, ya pagaste hoy todas tus faltas.
-No, también tengo que disculparme por la broma del otro día, fue
cruel de mi parte fingir como lo hice al verte tan consternada.
-Me lo merecía- dijo ella con una dulce sonrisa - no tienes que volver
mañana, bueno, buenas noches.
-¿no tengo que volver?
-No, castigo cumplido.
-¿y James?
-Dile que quiero mi desayuno a las 7.
-Ok, Buenas noches - le dijo Sirius saliendo y avanzando hacia el
castillo.
-¡Hey! - le gritó Sara
-¿qué?
-La piscina estuvo genial.
Sirius no pudo hacer más que sonreír.
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Lupin la había llevado a un cuarto en el piso superior. Sara miró
alrededor con curiosidad y levantó la mano para encender las velas de
los lúgubres candelabros de las paredes. Lupin se quedó de pie
mirándola.
-Bien, ¿qué sucede? - le dijo Sara finalmente sentándose en una silla
a uno de los lados de la mesa que había allí, aquel lugar parecía
haber sido un cuarto de estudio.
-Quería hablar contigo - le dijo Lupin sentándose a su vez
-¿Sobre qué?
-Sobre Sirius. - Sara sonrió y Lupin prosiguió - Probablemente has
oído muchas cosas sobre tu padre, muchas personas creen haberlo
conocido muy bien, pero no quisiera que tuvieras una impresión
equivocada de quien fue.
-Ok - Sara parecía distraída.
-¿Todavía estás pensando en lo que dijo Ojo Loco?
-No, claro que...- Sara miró a Lupin a los ojos, podía confiar en él -
Sí, estaba pensando en eso.
-No le hagas caso. Ojo Loco es una gran persona, pero es realmente
paranoico. A sumo que Harry te habrá hablado ya un poco de él.
-¿Cómo sabe que le hablo a Harry?
-Me parece lo más lógico del mundo que la hija de Sirius Black busque
a Harry Potter para hablar con él, me extrañaría lo contrario.
Dumbledore te había contado ya de su relación. Además, sería muy raro
que una hija de Sirius no se llevara con un Potter.
-Ya - Sara sonrió. Era un razonamiento válido.- Sí, Harry mencionó a
Ojo Loco y dijo que era un poco obsesivo sobre los magos tenebrosos.
-Lo es. Él fue uno de los más grandes aurores que ha existido, y en la
época de Voldemort se dedicó a la casa de mortífagos. Su obsesión más
grande era atrapar a tu madre. Pasó más de tres años con la oficina
empapelada de fotos de los más peligrosos mortífagos y el rostro de tu
madre lo miró burlón todo ese tiempo, pues nunca pudo atraparla. No
quiso decir lo que dijo. Simplemente le recordaste a tu madre y no
puede relacionar el rostro de tu madre con nada bueno.
-Pero al fin y al cabo tiene razón.- dijo Sara apesumbrada- Soy el
resultado de que mis padres se encontrarán una noche en un bar después
de mucho tiempo.
-Eso no es cierto - le dijo Lupin inclinándose hacia ella - Mira, tu
padre era muy impulsivo, es cierto, y muchas veces tomó decisiones
equivocadas y cometió muchos errores, pero tú no eres uno de ellos. Y
la prueba de eso es que yo ya suponía que eras su hija desde que
Dumbledore me dijo hace como un mes que se iba a buscar a una hija de
Sara Parker.
-¿Qué? Usted no podría haberlo sabido.
-Mira, no conocí muy bien a tu madre, pero ella, ella, ¿cómo digo
esto? No tenía un.... gran corazón, por así decirlo.
Sara se rió. No estaba molesta para nada. Lupin le agradaba. Le
agradaba mucho.
-No trate de hacerlo sonar bonito, mi madre era una mujer egoísta,
estúpida y malvada.
-No quería decirlo así - dijo Lupin algo asombrado de oír a la chica
hablar así de su propia madre - pero realmente era una mujer muy
egoísta, y no habría arriesgado su vida y todo lo que tenía por
cualquiera.
-O sea, no se habría arriesgado a quedar embarazada así porque sí.
-No se abría arriesgado con nadie más que con Sirius Black. Podría
jurarlo. Creo que dentro del enredo de sentimientos y pensamientos de
tu madre ella sentía por Sirius algo muy parecido (si no lo era), a
amor.
-Oh no - dijo Sara negando con la cabeza - no, ella lo amaba, lo amaba
demasiado, dentro de lo que cabe en un corazón tan enmarañado como el
suyo. Estoy segura. Probablemente era el único verdadero sentimiento
positivo en ella.
-¿qué hay de su amistad con Snape? - dijo Lupin frunciendo el ceño,
saliéndose momentáneamente del tema.
-Eso es distinto - dijo Sara con un ademán que daba a entender que era
un tema para tratar en otro momento. Lupin lo notó y volvió a lo que
estaba diciendo antes de eso.
-Tu padre, por su parte, también la amaba, la amaba desde los 16 años,
era un amor profundo, de esos que son imposibles de borrar. Te lo
puedo jurar. La de veces que discutió con James por eso. Era lo único
por lo que realmente peleaban. James trataba de convencerlo de que la
olvidara, el sabía que tenía que olvidarla, pero era imposible. Cuando
estaban en la misma habitación, ya estuvieran peleados a muerte o como
amigos inseparables, había una tensión entre ellos que parecía que
corrían ráfagas de electricidad de uno al otro.
-Como la atracción entre dos imanes - dijo Sara pareciendo recordar
algo que había oído antes.
-Algo así. Sirius sufrió mucho cuando ella se unió al lado oscuro,
intentó recuperarla, pero su relación no era precisamente normal,
¿sabes?
-Sí, lo sé - dijo Sara que seguía cada palabra de Lupin con gran
atención. Se sentía extraña, como si Lupin le hubiese revelado una
vieja herida aún abierta y estuviese poniéndole un bálsamo con cada
una de sus palabras que la sanaba lentamente - era un amor extraño,
lleno de barreras e imposibles.
-Era un amor lleno de dudas, de peligros, de miedos. Ambos intentaban
contenerlo, aplacarlo, borrarlo, por el bien de los dos, más que
porque quisieran hacerlo, pero luego volvía con más fuerza, con más
intensidad y se volvía aún peor, era cada vez más profundo, los
consumía cada vez más... - dijo Lupin con una mirada que revelaba que
eran recuerdos tristes los que pasaban por su mente - No sé como fue
aquella noche, Sara, pero no eres el resultado de una casualidad, de
un acto impulsivo o de un capricho de tus padres. Eres el resultado de
un amor que venía creciendo desde casi 10 años atrás. No creo que se
le pueda llamar precipitado a eso. No fueron circunstancias normales
las que rodearon el momento, pero fue por amor, eso te lo puedo jurar.
Sara tenía lágrimas en los ojos. De repente se levantó y abrazó a
Lupin fuertemente.
-Gracias - le dijo separándose de él y limpiándose las lágrimas con la
mano - no sabe lo que significa para mí.
-No le hagas caso a Ojo Loco - dijo Lupin sonriéndole dulcemente, con
una mirada de comprensión - cuando te conozca verás que no eres tu
madre y aprenderá a apreciarte. No te preocupes por él.
-¿Cómo sabe que no soy como mi madre? - le preguntó Sara - me conoce
desde hace menos de una hora.
-Porque eres un espíritu libre, abierto, confiado. Tus ojos reflejan
que estás llana de buenos sentimientos y que tienes un gran corazón.
Además, tienes aura de Black.
Sara le sonrió complacida.
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¿Qué os ha parecido? Dejad reviews, que son algo así como el alimento del escritor, ¿ustedes me entienden verdad? Bueno, en serio, vayan a ese pequeño botón que dice "go" y aunque sea tómense el tiempo de escribir "bien", "mal", "pésimo" o lo que quieran. Les agradeceré desde el fondo de mi corazón cualquier comentario (bueno o malo) y también las sugerencias y predicciones. ¿Tenéis alguna idea de que va a pasar ahora?
Bueno, y a como pido reviews voy a contestarles a las personas que han sido tan lindas y buenas y me dejaron reviews de la última parte.
Pantrosa de Black: tu poema es precioso, ya te lo dije. En lugar de agradecerme por leerlo soy yo quien tiene que agradecerte por haberlo escrito, como un pequeño bálsamo para los corazones enamorados de Sirius tan cruelmente heridos por JK. Pero lo que te agradezco de todo corazón es que te tomaras el tiempo para leer mi fic y me alegro que te haya gustado. Espero que esta parte te guste también y espero tu review!!!!!
Syringen: ¡Hola! No sabes como me alegra recibir tu fic, porque sigo tu historia con mucha emoción y me alegra saber que te ha gustado el mío. Me alegra ver que ya subiste el siguiente capítulo de tu historia, pronto te llegará mi review. ¡Qué dicha que no creas que el cambio de tiempo afecte! Me preocupaba mucho en un inicio que así fuera. Sí, ya sé que el título no es nada llamativo, pero es que no se me ocurre ninguno mejor (soy muy mala para ponerle títulos a las cosas).
Asuka Sakura: ¡hola guapa! No hay nada que me ponga más feliz que saber que hay gente leyéndome. Me alegra que te haya fustado mi fic y espero que esta parte también te guste y me dejes otro review, prometo contestarlo rápido. Sí, lo de ver a Sirius en el cole y a Harry también a la vez me hacia mucha gracia, por eso puse la historia con los planos temporales meclados. En un inicio pensé en escribir primero toda la de Sara Parker y después de la Sara Black, pero me parece que así tiene más gracia, porque hay que estar al día en las dos historias, cosa que necesito para el final.
Bueno, para el resto de las personas que me han dejado reviews y ya se los he contestado gracias otra vez, espero que hayan leído esto y me dejen nuevos. A mi querida amiga Aru, ya sabes que la historia es tu regalo, pero ¡paciencia! Que falta MUCHO para que se acabe. Por último, a los que han leído y no me han dejado reviews, gracias por leer de cualquier forma y espero que lo hayan disfrutado. Chao!
