¡¡¡¡Hola a todos!!!!
Ya sé, siempre me tarde en subir este capítulo, pero mientras subí otras
tres historias y no he dejado de escribir. Gracias a las personas que me dejaron reviews (los contesto más abajo) y
a las que están leyendo este capítulo ¡el sexto ya!
Hoy no los entretengo mucho, solamente recordar que los personajes pertenecen a JK Rowling, Warner Bros y empresas asociadas y no hago esto
con fines de lucro, sino por diversión. ¡No me demanden, por favor!
*********
-¿Pero que estuvieron haciendo hasta las 12 de la noche? - le preguntó
James a Sirius al día siguiente cuando iban camino a la última clase
antes del almuerzo. La noche anterior había estado tan cansado que se
había dormido antes de que volviera su amigo. No habían podido hablar en
la primera clase pues Sara había atrasado a James y había llegado tarde,
por lo que se había tenido que sentar atrás. La siguiente clase había
sido pociones y en esta tenían terminantemente prohibido hablar. Lupin y
Peter no iban con ellos, pues se habían adelantado mientras James
intercambiaba unas palabras con el capitán del equipo de Griffindor y
Sirius lo esperaba.
-Practicando. Tuvo una horrible clase con Sydney, ya sabes lo mala que
puede ser.
-¡Bueno, será porque Sara es patética haciendo magia!
-Ayer lo estuvo saliendo bien.
-¿Por eso tienes esos moretes nuevos? - Unos cuantos más habían aparecido
esa mañana en sus brazos, añadiéndose a la ya numerosa colección.
-Bueno, ya no tengo que volver a ir. - dijo Sirius con una sonrisa. Había
dejado a su amigo una nota con la hora en que debía estar el desayuno de
Sara diciéndole que le había dado la mañana por haber terminado tan
tarde, quería ver su reacción al oír aquello.
-¿QUÉ?
-Sí, me liberó ayer por completo.
-¿Y YO TENGO QUE SEGUIR LLENDO?
-Son sólo unos pocos días más - dijo una voz femenina detrás suyo. Se
volvieron y vieron a una radiante Sara que miraba a James con burla.
-¿Y porqué el no tiene que volver? - le preguntó James resentido de que
su mejor amigo no compartiera toda la tortura con él.
-¡Porque hoy hice todos los hechizos inmovilizadores bien y la profesora
Sydney tuvo que tragarse los insultos que tenía para hoy!
-¡Excelente! - le dijo Sirius sorprendido
-Sí, gracias a ti - le dijo Sara con una gran sonrisa, se acercó a él y
le dio un beso en la mejilla - Eres lo máximo. Quiero la cena a las 7,
Potter, e intenta no quemarla esta vez.
Sara se alejó rápidamente para encontrarse con Severus, dejando a Sirius
en el sétimo cielo y a James de muy mal humor.
********
Sara hubiese querido seguir hablando, pero Lupin le recordó muy
amablemente que abajo la esperaban un grupo de personas deseosas de
conocerla, y ella aún no las había saludado. Cuando iban a salir de la
habitación oyeron una voz a sus espaldas.
-¡Esperen! ¡No me hagan seguir bajando!
Era una voz de alguien mayor, con un indudable tono de pereza. Sara se
volvió asustada, pero Lupin sonrió.
-¡Phineas! ¡Qué sorpresa usted por aquí!
-Traigo un mensaje para Dumbledore - Sara reconoció esta vez que quien
hablaba era un hombre que acababa de aparecer en el retrato que estaba en
la pared. Era un hombre mayor, que vestía una túnica negra con la
serpiente de Slytherin.
-¿Un mensaje? - preguntó Sara extrañada.
-Phineas viene de su propio retrato en la oficina de Dumbledore, puede
venir hasta esta casa porque arriba hay otro retrato suyo. - le explicó
Lupin
-Ok, voy a buscar a Dumbledore entonces - dijo Sara dirigiéndose
nuevamente a la puerta y diciéndole a Phineas - ¡ya viene, voy a
llamarlo !
-¡Espera! - dijo el hombre del retrato con un poco de emoción por primera
vez en su voz - ¿eres Sara Black?
Sara se devolvió y se acercó a él.
-Sí, lo soy.
-Acércate más. Quiero verte. Dumbledore no me ha dejado hablarte cuando
has estado en su despacho.
Sara se acercó obediente con una sonrisa.
-¿Quién es usted?
-Mi nombre es Phineas Nigellus, fui director de Hogwarts.
-¡Usted está en el árbol de los Black! Debe ser algo así como mi tatatara
abuelo.
-Dices el nombre de los Black con más cariño que tu padre.
Sara se limitó a sonreír.
-La última de los Black... - dijo Phineas soñadoramente - bueno, ve a
buscar a Dumbledore, no tengo todo el día.
Sara le sonrió y se fue corriendo, no le importaba no hacer bulla. La
mujer del retrato enmudeció de nuevo al verla.
-¿Estás seguro que es su hija? - preguntó Phineas una vez que se hubo ido
- parece ser muy dulce para ello...
-¿Dulce? La verdad no estaría tan seguro de ello.
************
Había pasado casi una semana desde aquel día, y James también había
terminado su castigo. Sirius se había empezado a acostumbrar a las burlas
de sus amigos, o más bien no les ponía mucha atención. No había vuelto a
hablar con Sara desde que le había dado las gracias, pero lo reconfortaba
la sonrisa que le dirigía cuando se veían en el gran comedor o en los
pasillos.
Sara casi siempre estaba con Snape y de vez en cuando uno que otro
Slytherin. Sara había ayudado a que la popularidad de Snape aumentara y
ya no era un solitario, sino que muchos otros Slytherins parecían
esforzarse por trabar amistad con él.
James por su parte la odiaba y estaba bastante resentido con Sirius por
haberla perdonado tan rápido después de el castigo al que los había
sometido. Lupin y Peter seguían molestándolo, sobre todo por el beso que
le había dado en la mejilla, pero lo hacían menos, ya que James se ponía
de muy mal humor al oír mencionar a Sara.
Ese día, a la hora del desayuno llegó el correo, como de costumbre. Una
lechuza de gran tamaño se acercó a Sirius y le dejó una carta.
-¿Otra carta de tus fans? - le preguntó Lupin con una sonrisa
-¿Hoy que es? ¿Jueves? - preguntó James - creo que le toca a Madeline
Wilson ¿no?
-Eh... sí - dijo Peter pensativo - pero suele mandar su carta para el
almuerzo. ¿no?
-Sí, junto con Annie Wiliamson - dijo James.
Sirius había abierto la carta y la leyó sin poner atención a lo que sus
amigos decían
"Sirius:
¿Cómo estás? Te escribo porque hace días que no tenemos oportunidad de
hablar y la verdad no creo que tengamos muchas entre Snape y tus amigos
(creo que no les agrado mucho ¿verdad?).
Mis clases han ido muy bien desde aquel día, pero estoy teniendo algunos
problemas con disminuir cosas. Me preguntaba si podrías ayudarme con eso
y si podías llegar hoy en la noche a mi casa. Así me puedes explicar y de
una vez hablamos sin gente alrededor haciéndonos mala cara. Además creo
que a tu club de fans no le hace mucha gracia verme hablándote.
Si no quieres o estás ocupado no te preocupes, ahí me las arreglaré sola.
Pero si puedes házmelo saber. Basta con que veas a la mesa principal y
asientas o niegues.
Bueno, nos vemos.
Sara"
Sirius levantó la cabeza y miró a la mesa principal. Sara lo estaba
viendo. Le sonrió y le dijo que sí con un movimiento. Sara sonrió al
parecer muy complacida y levantó sus manos enseñándole 7 dedos. Sirius
asintió de nuevo.
Sus amigos ya estaban hablando del quiz de transfiguración que tenían en
la siguiente lección. No lo habían visto. ¿O sí? Sirius creyó ver por un
momento que Lupin lo veía como si quisiera preguntarle algo. Luego le
pareció que había sido idea suya.
-¿Qué entra en el quiz? - preguntó Sirius incorporándose a la
conversación.
-¿no estudiaste? - dijo Peter con cara de asombro y admiración.
-¿Para qué?
-Sólo entra lo que vimos la semana pasada - dijo James con un bostezo
-¿ y eso fue? - preguntó Sirius haciendo un esfuerzo por recordar.
-Bases de las transfiguraciones de grado EXTASIS - dijo Lupin
-¿Y por qué yo no recuerdo haber visto eso? - dijo Sirius sacando su
libro.
-Porque estábamos planeando que broma íbamos a hacer el fin de semana
pasado.
-Ah ya!!! - dijo Sirius tomando la explicación por correcta - ¡pero eso
no viene en el libro!
-Tomamos notas - dijo Lupin alcanzándole su cuaderno - es mejor que lo
leas, este
quiz es importante.
Sirius tomó el cuaderno de Lupin y leyó rápidamente aún camino al aula.
Cuando salieron del quiz Peter no paraba de repetir que iba a obtener una
H. Sirius fue el último en salir.
-¿Cómo te fue? - le preguntó Lupin cogiendo el cuaderno que Sirius le
estaba devolviendo.
-Bien, tal vez un EE, no me dio tiempo de leer lo último antes de entrar.
Peter miró con la boca abierta estúpidamente Sirius. Cualquiera habría
dicho que
estaba exagerando, pero lo más probable era que tuviera esa nota, sino
era una S. Sirius era probablemente el alumno más brillante del colegio
junto con James, y esa noche iba a tener que probárselo una vez más a esa
chica de ojos dorados que lo volvía loco.
***************
Dumbledore había subido enseguida a hablar con Phineas y Lupin había
bajado casi detrás de Sara. Tonks arrastraba a Sara en dirección a la
cocina.
-¡Llegaron hace sólo un momento! ¡Están ansiosos de conocerte!
-¿Quiénes? - preguntó Sara siguiendo como podía a Tonks, que iba
bastante rápido
¡Los Weasley!
-¿La familia de Ron?
-Sí.
Sara avanzó tan rápido como Tonks. Sin embargo al entrar en la cocina se
detuvo en seco y alzó las manos para detener un par de jarras que
contenían quien sabe qué, que venían directo hacia ella. Dos chicos
aparecieron entonces, las jarras se les habían salido de control. Cuando
las vieron detenidas en el aire pasaron su mirada a la chica que estaba
detrás de ellas, con las manos levantadas aún.
-¿a dónde las querían? - preguntó mirando alrededor
-Es la mesa - dijo uno de los chicos con voz ronca.
Sara movió las manos en dirección a la mesa y la jarra se posó en ella
suavemente.
-Fred y George, supongo - dijo Sara y tendiéndoles la mano - Sara Black,
mucho gusto.
Sara sonrió abiertamente. Su expresión era aún más graciosa que la de Ron
cuando Harry se lo había presentado.
-Yo soy Fred - dijo el muchacho de la izquierda dándole la mano
-Y yo George. Mucho gusto.
-Perdón por lo de las jarras.
-No hay problema.
Tonks había entrado tras la cortina por la que habían salido Fred y
George, probablemente a buscar al resto de los Weasley.
-¿Cómo sabías nuestros nombres? - le preguntó Fred acercándose a la mesa
-Ron me estuvo hablando de ustedes.
-¿Ronnie? - preguntó George con una sonrisa
-¿Ronnie? - dijo Sara sonriendo burlonamente - tendré que recordar eso.
-Conoces a Ron, entonces - dijo Fred sentándose.
-Sí, es un chico muy agradable.
-¿un chico muy agradable? - repitió Fred - ¡vaya que tiene suerte el
pequeño Ronnie!
-Sí - dijo George pensativo - nosotros no teníamos compañeras tan guapas.
Sara se ruborizó. En eso entraron tres hombres más al salón. Los tres
eran altos y pelirrojos, como los gemelos.
-Hola - dijo el que parecía mayor de los tres - ¿Sara, verdad? Mi nombre
es Arthur Weasley.
-Mucho gusto - dijo Sara. Los Weasley realmente eran muy simpáticos
-¿Me pareció oír que Ron le ha hablado de nosotros?
-Así es. Me ha hablado muy bien de ustedes.
-Me alegro de oírlo - dijo otro de los muchachos que tendió una mano
llena de callos y quemadas a Sara
-Charlie, supongo. Ron dijo que no estaba seguro si llegarías a tiempo.
-No me lo perdería por nada del mundo.
-Claro que no - dijo el otro muchacho interviniendo por primera vez - yo
soy Bill.
-Lo supuse - dijo Sara - por cierto, ese arete está genial ¿qué es?
¿Colmillo de dragón?
-Sí, - dijo Bill - Charlie me lo regaló. Creo que es de un dragón
escocés.
-Irlandés- lo corrigió Charlie.
-Fue una gran sorpresa saber que Sirius tenía una hija - le dijo Arthur
viéndola pensativo - cuando Dumbledore nos escribió para decírnoslo no lo
podíamos creer.
-Sí, - dijo Bill - queremos que sepas que sentimos mucho su muerte. Era
un gran hombre.
-Lo sé - dijo Sara con un nudo en la garganta, eran los primeros que se
referían a la muerte de su padre.
-¿Qué creen que están haciendo? - dijo una mujer que acababa de salir
acompañada
con Tonks y cada una traía una bandeja en las manos - recordarle esas
cosas...
-Mi padre está siempre en mi mente - dijo Sara - gracias.
La señora puso la bandeja en la mesa y se acercó a ella.
-Debe ser muy difícil, lo siento. Mi nombre es Molly Weasley.
-Mucho gusto. ¿Esa es la cena?
-Sí.
-Se ve delicioso.
-Lo está - dijo Fred acercándose a la bandeja de filetes.
-¡Aléjate de eso! - le dijo su madre severa - hay que esperar a que estén
todos.
-¡Voy a llamarlos! - dijo Tonks que al salir golpeó precipitadamente un
jarrón que estaba en una mesita en la entrada. El señor Weasley alzó la
varita pero Sara ya lo había devuelto a su lugar sin mover más que un
dedo.
-¡Wow! - exclamaron Charlie y Bill.
-Realmente eres muy buena - dijo el señor Weasley - pero no deberías
hacer magia fuera de la escuela ¿no?
-Con la varita no, así, la he hecho toda mi vida.
-¿Es cierto que te criaste con muggles? - le preguntó Bill interesado
-Claro que sí.
El señor Weasley pareció muy emocionado
-¿De verdad? ¿Estás familiarizada con sus aparatos y...?
-¡Arthur! - dijo la señora Weasley - discúlpalo, tiene esta manía por lo
muggles.
-Ron me mencionó que tiene muchas cosas en el garaje ¿no? Tal vez la
podamos revisar un día - dijo Sara pensativa - la verdad me hacen falta
esas cosas. No sé cual es la manía de alumbrarse con velas que tienen los
magos.
-¿Prefieres los bombillos? ¿Cómo funcionan esas..?
Sara no terminó de oír la pregunta del señor Weasley porque pronto todos
entraron al salón. Dumbledore entró de último y se dirigió a Sara.
-Tendremos que irnos antes de lo previsto. Fudge va a llegar al colegio,
quiere hablar contigo.
-¿Fudge? - en la cara de Sara se dibujó una expresión mezcla de asco y
obstinación - ¿ahora que quiere?
-Ahora lo veremos.
-Pero nos quedaremos a cenar, ¿no?
-Sí.
-Bien.
Sara se sentó frente a los Weasley. Lupin se sentó a su lado, al igual
que Tonks. La cena resultó muy agradable, a pesar de que Ojo Loco no
dejara de verla como una bomba a punto de estallar.
-¿Extrañas tu antiguo hogar, Sara? - le preguntó Shacklebolt hacia la
mitad de la cena.
-No mucho. Kyara, la mujer que me crió murió hace un año más o menos, por
lo que vivía en un orfanato. Lo que realmente extraño es la televisión y
el equipo de sonido....
-¿De verdad? - dijo el señor Weasley, pero antes de que pudiera
preguntarle más sobre los aparatos Tonks intervino.
-Los muggles son muy aficionados a ver televisión. Ya se te pasará.
-Espero que no - dijo Sara - le he pedido a la casa varias veces un
cuarto con centro de entretenimiento, pero no me lo da. Conseguí un
radio, pero la música que pasan es muy rara, una tal Celestina no se
qué...
-¡Es una de las mejores cantantes del momento! - dijo la señora Weasley
-Tal vez, pero extraño la música muggle casi tanto como el prime time.
-¿El qué? - preguntó Fred
-La programación estelar, las mejores series, etc...
-Los aparatos eléctricos no funcionan en lugares completamente mágicos -
dijo Dumbledore
-Ya me di cuenta - dijo Sara.
-Es extraño, las personas no suelen extrañar esas cosas cuando llegan al
mundo mágico - comentó Tonks - pero los muggles se desesperan si pasan
más de 24 horas lejos de un t.v.
-¡Pues que muggle que soy! - dijo Sara con resignación.
Quien sabe que rumbo hubiera tomado la conversación, pero en ese momento
se vio interrumpida por la llegada de alguien más. Al sonar el timbre
(para sorpresa de todos) siguió un silencio total. Tonks se levantó a
abrir. Al momento apareció acompañada de un individuo con toda la pinta
de facineroso. Ropas viejas y en no muy buen estado y expedía un leve
olor a alcohol.
-Lamento llegar tarde - dijo quietándose el gorro que llevaba - es que
salió un negocio de escobas contrabandeadas...
-Buenas Noches, Mundungus - lo cortó la señora Weasley con voz fría -
siéntate, aún hay suficientes filetes.
El individuo sonrió y se sentó a comer. Sara lo miró con curiosidad.
-Hola - le dijo.
-Hola - Mundungus la miró y se puso pálido - ¡disculpe señorita Sara! -
se levantó golpeando la mesa y regando un poco de cerveza de mantequilla
que se había servido - es que tenía mucha hambre y hace mucho que no ceno
aquí. - se acercó a ella y tras limpiarse la manchada y sucia mano en el
pantalón se la tendió - Mundungus Fletcher, mucho gusto. Puede llamarme
Dung, si lo desea. Fui amigo de su padre, lamento mucho lo que ocurrió,
es una lástima que no la hayamos encontrado antes. Sé que hubiera estado
encantado con usted. Yo...
-Mucho gusto - le dijo Sara divertida. Le estaba cayendo muy bien -
adelante, coma si tiene hambre. La ensalada está muy buena, se la
recomiendo.
-Mundungus le sonrió y volvió a su sitio en la mesa.
-¿Porqué no había vuelto a cenar aquí? - le preguntó Sara viéndolo
servirse una generosa cantidad de patatas - creo que Harry mencionó que
cenaba aquí a menudo.
-Bueno, sí, pero eso era antes de que Sirius mu...
-¿Antes de qué papá qué? - la voz de Sara se había vuelto grave.
Mundungus miró de reojo a la señora Weasley.
-Muriera.
-¿Y por qué después ya no? - Sara había notado que veía a la señora
Weasley.
-Bueno, yo era amigo de su padre, él me invitaba a comer.
-¿Y ya no lo invitan?
-O, no es eso, he estado muy ocupado, eso es todo.
Mundungus casi se atraganta con la cucharada que metió a su boca. Sara
lanzó una mirada gélida a la señora Weasley.
Cuando ya estaban comiéndose el postre, y Charlie los entretenía
contándoles cosas de Rumania, la conversación anterior había sido
olvidada por casi todos, pero Sara seguía intrigada sobre Mundungus.
Luego de cenar pasaron al salón donde estaba el árbol genealógico de la
familia Black. Tonks se acercó a él y lanzó una exclamación ahogada.
-¡Sara!
-¿Qué pasó? - le preguntó Sara disculpándose un momento con el señor
Weasley al que estaba explicándole como funcionaba un televisor.
-¿Tú hiciste eso?
-Sí, no fue tan difícil.
El árbol genealógico, antes se veía viejo, sucio y lleno de pequeños
agujeros en los lugares donde iban los nombres de "deshonras de la
familia". Ahora estaba limpio, las líneas doradas que unían los nombres
brillaban y los agujeros habían desaparecido. En su lugar estaban los
nombres correspondientes, incluyendo el de la misma Tonks y el de su
madre, borrada mucho tiempo antes. También estaba el de Sirius, unido al
de Sara Parker y con una línea que llevaba a Sara Black. Pero lo que
llamó más la atención de Tonks fueron los círculos rojos con que estaban
encerrados los nombres de Bellatrix y Narcisa Black, así como el de sus
respectivos maridos.
Sara le sonrió y se volvió. Mundungus estaba sólo hablando con Lupin. Se
acercó a ellos.
-¡Hey Dung! Harry me dijo que te dedicabas a un negocio de calderos
robados, ¿cómo te va?
-Ya no estoy en ese negocio - dijo Mundungus en voz baja
-¿Por qué no?
-Es que no tenía donde guardarlos.
-¿Porqué no los seguiste guardando aquí? - la voz de Sara había subido y
los demás interrumpieron sus conversaciones.
-Esta es la base de la Orden del Fénix- intervino la señora Weasley-
estamos aquí para combatir a Quien-Tu-Sabes, ¡no para guardar mercancía
robada!
Lupin y Dumbledore bajaron la cabeza. Ambos sabían lo que seguía.
-¿A quien? - preguntó Sara realmente sin tener la menor idea de quien
debía saber. Sara nunca había oído a nadie referirse así a Voldemort,
pues sólo había hablado de él con Dumbledore y Harry, y su madre en el
diario escribía el nombre.
-Voldemort - le dijo Lupin
-Ah! Bueno, no importa, ¡Mi padre lo dejaba guardarlos aquí!
-Sí, pero tu padre... - empezó la señora Weasley.
-¿Ya no está? - Sara empezaba a temblar de cólera
-No quise decir... - la señora Weasley trató de decir algo más, pero el
escritorio al lado suyo empezó a arder
-Hasta donde sé, esta es la Casa Black ¿no?
-Sí, pero...
-Por lo tanto es mi casa tanto como fue de mi padre.
-Pero...
-Trae los calderos cuando quieras, Dung - dijo Sara volviéndose hacia él
- te daré una habitación para que utilices de bodega. Esta es mí casa, y
yo te doy permiso.
La señora Weasley no se atrevió a decir nada. Sara salió del salón
temblando de furia.
**************
Cuando Sara oyó llamar a la puerta eran las 7:05. Corrió a abrir y se
encontró con un sonriente Sirius.
-¿Lista para practicar?
-Digamos, pero primero pasa. ¿Tienes hambre?
-No, cené en el colegio.
-Bueno, vamos a la sala de siempre.
La sala ya no estaba vacía, sino que había una mesa llena de objetos que
esperaban ser disminuidos.
-El problema no es empezar a disminuirlos, sino más bien que no puedo
detenerlo y terminan por desaparecerse.
-¿Ya estás disminuyendo cosas? Vas muy rápido.
-Debo presentar los TIMOS el otro año.
-¿Vas a ver en dos años lo que nosotros vemos en cinco?
-Eso parece, pero el otro año cumplo 15 y el ministerio los exige a esa
edad.
-¿Quince? - Sirius puso una cara de evidente sorpresa - ¡Yo creí que
tenías unos 16! ¿Tienes catorce?
-Sí - Sara sonrió - ya sé que no se nota. Nosotras crecemos muy rápido,
yo a los tres años ya era capaz de leer, por ejemplo. Crecemos hasta
alcanzar un aspecto de unos 25 años y ya.
-¿Siempre joven, eh?
-Sí.
-Bueno, los hechizos, vamos a ver.
Sirius necesito toda su sagacidad para ayudar a Sara, cuando llevaban
casi una hora había mejorado, pero no lograba detenerlos a tiempo.
-Es el movimiento - dijo Sirius observándola por enésima vez - tienes que
hacerlo más pronunciado.
-¿Así? - Sara hizo un ademán.
-No, así - Sirius se puso detrás de ella frente a la mesa, y tomó la mano
de Sara suavemente y la ayudó a hacer el movimiento. Pudo notar que la
mano de Sara temblaba. La luz de las velas parpadeó.
-Ahora trata tú - Sirius la soltó y se puso frente a ella. La caja
empequeñeció aceleradamente hasta que se detuvo.
-¡Mejor! - Sirius le sonrió y Sara le devolvió la sonrisa emocionada.
Pronto el hechizo le fue saliendo cada vez más exacto, hasta que ambos se
dieron por contentos.
-McGonogall ha sido muy paciente - dijo Sara cuando estaban recogiendo -
va a estar feliz. Gracias de nuevo Sirius.
-No es nada - dijo Sirius restándole importancia.
-¿Quieres beber algo?
-Bueno.
Sara hizo aparecer unas botellas de cerveza de mantequilla. Empezaron a
hablar de otras clases y hechizos y Sirius le contó sobre el quiz de
Transfiguración de la mañana.
-¡Oh! Severus tiene razón sobre ti, ¿te crees muy inteligente no?
-Bueno, soy inteligente, ¿qué quieres que haga?
Sara se rió.
-A tus amigos les caigo tan mal como él ¿no? - preguntó Sara después.
-Naa - dijo Sirius tomando un trago de cerveza de mantequilla - sólo a
James.
Podía no - dijo Sara riéndose - es el peor elfo doméstico que he tenido.
-No recordemos eso ¿quieres? - Sirius la miró con reproche - a ti no te
pregunto, es obvio que Severus nos odia. Es recíproco, no hay problema.
-Sí, ya lo sé. El día que te fui a dar las gracias se puso de muy mal
humor. Por eso he preferido evitarte en los pasillos o en el comedor.
-Sí, James también se molesta sólo de verme sonreírte.
-Y ni que decir de tu club de fans.
Sirius sonrió.
-¿Te han dado problemas?
-¿Así que no lo niegas?
-¿Porqué habría de negarlo? Pobres, ¡ellas me adoran!
-Presumido - Sara sonrió - Sí, me han dado problemas. Consideran muy
divertido lanzar bombas fétidas por la ventana.
-¿De verdad? - Sirius se rió con ganas - Bueno, podrían intentar ser más
ingeniosas...
¡Gracias!
-Ya se les pasará - dijo Sirius encogiendo los hombros.
-¿Sabes? - dijo Sara seria - La pasamos muy bien juntos.
-Sí, cierto.
-Y eres probablemente a quien le entiendo mejor esto de los hechizos.
-¿a dónde quieres llegar?
-A que no deberíamos dejar de hacer esto por nuestros amigos.
-Creo que tienes razón.
-¿qué tal si lo hacemos más a menudo?
-Bueno - hubo un silencio - ¿les decimos o no?
Sara se quedó pensativa.
-¿Por qué habríamos de decirles? Después de todo, no es cosa suya.
-Así que será nuestro pequeño secreto. - Sirius sonrió pícaramente.
-Trato hecho.
-¡Bien! - Sirius se puso de pie - mejor me voy, ya van a ser las nueve.
-Ok, ¿puedes venir mañana?
-¿No te queda mejor pasado? - ese día James tenía entrenamiento, era más
fácil escaparse de dos que de tres.
-Como quieras.
-Bueno, nos vemos el viernes.
-El viernes. - Sara lo acompaño al puerta y lo despidió con una gran
sonrisa.
*************
-¡Aquí estás!
-Supusimos que habías venido aquí.
Los gemelos Weasley entraron a la habitación en la que estaba Sara, pero
ella no estaba sola. Le hacía compañía un enorme y hermoso hipogrifo.
-¿Porqué? - preguntó Sara sin volverlos a ver.
-Sirius venía aquí siempre que estaba de mal humor.
-O sea, muy a menudo. - agregó George sentándose junto a ella. Fred se
sentó al otro lado.
Sara los miró sorprendida.
-¿En serio?
-Si, supongo que había pasado tanto tiempo sólo con Buckbeak que
disfrutaba su compañía - dijo Fred viendo al hipogrifo que los estaba
mirando alternadamente.
Sara miró a Buckbeak sin agregar nada.
-No estamos molestos contigo - dijo Fred al fin.
-Para nada - apoyó George.
Sara bajó la cabeza.
-Me porté horrible allí abajo. Traté muy mal a su madre, lo siento. Es
que Dung me cayó muy bien y luego su madre dijo eso, y perdí los
estribos.
-Nuestra madre saca a cualquiera de sus casillas, no te preocupes - le
dijo George - es bueno que de vez en cuando alguien le haga frente.
-Además, es difícil que a uno no le agrade Dung - agregó Fred - Sólo a
mamá no le gusta.
-Tengo que disculparme con ella. Casi la quemo.
-¡Ese fue un buen toque! - dijo George recordando el escritorio en llamas
- no le des más vueltas, es muy agradable tener a Dung por aquí y era
realmente divertido cuando se quedaba a cenar.
-Es un buen tipo - dijo Fred - sólo que tiene un poco de lío entre lo
legal y lo ilegal. Pero está de nuestro lado.
-¿Su madre está muy enojada?
-Estaba molesta - dijo Fred - pero no te preocupes. Le das un poco de
lástima "esa pobre niña en el mundo muggle, tan sola, ha de ser un gran
impacto para ella, blablabla..."
-¡Y Ojo Loco! Estará feliz supongo de verme perder los estribos así. -
dijo Sara enterrando la cara entre las manos.
-Lo estaba de hecho - dijo George asintiendo - dijo que te parecías más a
tu padre de lo que creía.
-¿Eso dijo?
-Sí - añadió Fred - Sirius y mamá discutían todo el tiempo. Harry, la
casa, Harry, la orden, Harry, la cena...
-Y aunque odiaba esta casa siempre dejaba claro el hecho de que era SU
casa.
-Y que Dung era SU amigo.
-La verdad creo que mamá podía haber esperado tu reacción. Sirius habría
hecho lo mismo.
-Excepto lo del escritorio, y probablemente la hubiese dejado replicar,
pero ella nunca aprendió la lección.
-Vamos, Sara. Vuelve. De por sí ya casi tienes que irte.
-Bueno. - Sara se incorporó junto a los gemelos, sin quererlo estaba
feliz de pensar en que había reaccionado como habría hecho su padre. -
creo que tienen razón. Vamos.
Cuando salieron de la habitación se toparon con Lupin.
-Supuse que estarías aquí - le dijo - ¿estás mejor?
-Sí, gracias.
Bajaron juntos las escaleras, mientras los gemelos le hablaban a Sara de
cómo iba el negocio de la tienda de bromas. En el salón siguieron la
conversación, pero esta se vio interrumpida por la llegada de alguien
más. Ese alguien era Severus Snape y presentaba un estado lamentable.
Tenía la túnica rota, estaba sucio y sangraba en la cabeza: tenía una
herida a la altura de la sien.
-¡Severus!
Sara corrió hacia él y lo abrazó asustada.
-¿qué te paso? ¿qué..?
-Tengo que hablar con Dumblerdore - dijo con voz entrecortada.
-Espera - Sara lo tomó de las manos y cerró los ojos. Cuando los abrió la
túnica de Snape volvía a estar en condiciones, no estaba tan sucio y la
herida dejaba de sangrar.
Sara le sonrió, en eso entró Dumbledore al salón y se dirigió hacia
ellos. Mientras los demás miraban la escena asombrados, y sus
pensamientos fueron expresados por lo que Ojo Loco le dijo a Lupin en uno
de sus acostumbrados susurros audibles.
-¿Qué crees que abría dicho Sirius de ver a su propia hija abrazando a
Severus Snape en el salón de su casa?
Lupin sonrió. Qué irónica era la vida.
*********
Las visitas de Sirius a Sara se hicieron costumbre, y al menos dos o tres
veces a la semana Sirius desaparecía con alguna excusa como "dejé mi
libro en la biblioteca" o "creo que tengo castigo con este o aquel
profesor" o bien "voy a dar una vuelta" y no volvía aparecer hasta dos
horas después, con una sonrisa que no reflejaba haber recibido un castigo
y sin ningún libro en las manos.
Era una tontería no decirles, ahora que se había hecho a la idea de ser
amigo de Sara, pero tenía su encanto eso de hacerlo a escondidas. Y no es
que se dedicaran a algo más que practicar hechizos y hablar animadamente
de las clases, los profesores, el quidditch y la gente que les caía mal.
Simplemente, era agradable pasar tiempo juntos sin que nadie lo supiera.
Sin embargo James y sus amigos estaban extremadamente intrigados.
-No entiendo que le pasa, - dijo James un martes a las 8:30 - ¿desde
cuando Sirius estudia para Historia de la Magia con libros extra? Ir a la
biblioteca...
-Tal vez ha decidido reformarse - dijo Lupin que hacía sus deberes de
Encantamientos
-¡Lleva casi un mes desapareciéndose por las noches! - James estaba
furioso. Nunca antes se había comportado así su amigo con él. Si estaba
planeando algo ¿porqué no se lo decía?
-Tranquilízate ya, James - dijo Lupin por enésima vez - ya le preguntaste
y dijo que no le pasa nada malo.
-Sirius está metido en algo... ¡mañana voy a seguirlo!
-No, no lo hagas - Lupin había alzado la vista de su trabajo y había
cerrado su libro - ya sabes como es Sirius, se enojaría montones contigo.
Eres su mejor amigo, tarde o temprano te dirá que le pasa. No puedes
esperar que toda su vida sea el bromista y despreocupado Sirius Black que
conocemos. Tendrá que madurar aunque sea un poco.
Espero que no - dijo James frunciendo el ceño - no me gustaría que Sirius
madurara.
Algún día te tocará a ti también - dijo Lupin volviendo a su trabajo.
-¡No le desees el mal a tus amigos! - dijo James al tiempo que le lanzaba
una almohada a la cabeza. Estuvieron peleando hasta que Sirius llegó y se
les unió. Venía de muy buen humor. Al fin Sara había dominado el hechizo
convocador después de una semana de trabajar en ello. Eso le había valido
un estrecho abrazo. James notó su sonrisa. No le importaba lo que dijera
Lupin. El lo seguiría al día siguiente.
********************
Dumbledore subió con Snape a alguna de las habitaciones del piso superior
y Sara miró alrededor buscando a la señora Weasley. Al no verla en ningún
lado fue al comedor, donde la encontró recogiendo la mesa.
-¿Necesita ayuda? - le preguntó Sara tímidamente.
-No es necesario que te molestes - la voz de la señora Weasley era fría.
-No es molestia - Sara levantó ambas manos y chasqueó los dedos. Al
momento todos los platos en la mesa se elevaron en el aire. A otro
chasquido quedaron completamente limpios. Entonces Sara le preguntó - ¿a
dónde los guardo?
La señora Weasley señaló un mueble viejo, al fondo de la habitación. Sara
chasqueó por tercera vez señalando al armario y los platos volaron en esa
dirección acomodándose debidamente.
-¿Así esta bien?
-Claro, gracias. - La señora Weasley estaba asombrada.
-Quería pedirle disculpas por la manera en que le hablé ahora. Perdí los
estribos.
-No hay problema - su voz sonaba un poco más dulce - ya sé que esto debe
ser difícil para ti. Sola en este mundo..
-No estoy sola - corrigió Sara, pensando en Lupin y Snape. No, no estaba
tan sola como cabía esperar. Además Dumbledore estaba con ella, aunque
no le simpatizara - también quería disculparme por lo del escritorio.
Sucede cuando pierdo el control.
-No te preocupes.
-Me alegro de haber aclarado eso - dijo Sara feliz - ¿no sabe que
habitación podría dejarle a Dung?
-¿Cómo? ¿Aún piensas darle una bodega?
-¡Claro que sí! Me disculpe por la forma en que dije las cosas, pero no
por lo que dije.
Sara salió del comedor y se encontró con un Dumbledore muy serio.
-Debemos irnos ya. Fudge debe estar llegando. Vamos a tener que decirle
que Sirius era tu padre. Lo ha negado tantas veces a la prensa que no se
atreverá a desmentirlo, y si no le decimos quien es tu padre no nos va a
dejar en paz.
-Aún no entiendo porqué no quiere que se sepa.
-Te lo dije, la gente no te aceptaría si creyera que eras hija de dos de
los mortífagos más temidos.
-Y bien le dije que no me importa que el mundo mágico me acepte o no.
-No discutamos esto más. Tenemos que irnos.
-¿Qué pasó con Severus?
-Está bien. Ya regresó a Hogwarts. Dijo que te esperaba en tu primera
lección de pociones mañana.
Sara duró un gran rato despidiéndose de todos. Le prometió mandarle al
señor Weasley un instructivo para que aprendiera a utilizar el sartén
eléctrico que había conseguido.
-Pero antes de desatar la carta de la pata de Gwinger espere a que se
pose en un solo lugar, sino es peligrosa.
-¿Una lechuza temperamental?
-No, un águila.
Le prometió a los gemelos Weasley visitar su tienda de bromas en cuanto
pudiera, a Bill visitarlo en Gringotts y a Charlie ir en vacaciones a
Rumania. Lupin la hizo prometerle que volvería pronto para continuar su
conversación y Tonks que estarían en contacto. Al despedirse de Mundungus
lo invitó a que fuera a cenar a su casa un día La señora Weasley al
despedirse le dijo simplemente:
-Tu padre habría estado orgulloso de ti.
********************
¡Bien, eso es todo por hoy!
Espero que les haya gustado, mándenme sus comentarios, por favor, con
un simple review. Aunque sea solo para decirme que deje de escribir.
Los reviews hacen de mi una persona feliz!!!!!!!!!
Y hablando de eso, contesto los que recibí en el capítulo anterior.
Aru: ¡Hola! Capítulo seis arriba. Sí, gracias al castigo es que ellos
se acercan más, tienes razón. Y ya en esta parte... bueno, tu ya sabes
lo que pasa. Dejémosle al resto la incógnita. Espero que te haya ido
bien donde tu amiga esta fin de semana.
Syringen: ¿puedo llamarte Andrea? Sí, ya decidí no quebrarme la
cabeza buscándole un nombre a la historia, tal vez cuando la acabe se
me ocurra. Me alegra que te parezca que Sirius se enamore de ella,
porque eso es el eje de toda la historia. Me alegra que te gusta Sara
hija, porque en esta parte de mi historia me encanta y la prefería a
su madre. En lo que se parezca a tu fic, gracias, ya me gustaría
escribir tan bien como tu. Y hablando de tu fic, ¡vi que ya subiste el
siguiente capítulo! Ahorita lo leo y te mando review.
Nicky-Potter: ¡Hola de nuevo! Me encanta recibir tus reviews, ya solo
te falta leer una de mis historias. ¡GRACIAS! No tuviste que esperar
mucho este capítulo, así que espero que te guste. Lamento dejarte
intrigada, pero así necesito que sea y me alegra montones que no te de
ningún presentimiento, por que la idea es que el final de la historia
sea una gran sorpresa.
Bueno, eso es todo. Besos a todos y todas las personas tan lindas que
se tomaron el tiempo para leer esto.
Saludos desde Costa Rica
Sara Fénix Black
tres historias y no he dejado de escribir. Gracias a las personas que me dejaron reviews (los contesto más abajo) y
a las que están leyendo este capítulo ¡el sexto ya!
Hoy no los entretengo mucho, solamente recordar que los personajes pertenecen a JK Rowling, Warner Bros y empresas asociadas y no hago esto
con fines de lucro, sino por diversión. ¡No me demanden, por favor!
*********
-¿Pero que estuvieron haciendo hasta las 12 de la noche? - le preguntó
James a Sirius al día siguiente cuando iban camino a la última clase
antes del almuerzo. La noche anterior había estado tan cansado que se
había dormido antes de que volviera su amigo. No habían podido hablar en
la primera clase pues Sara había atrasado a James y había llegado tarde,
por lo que se había tenido que sentar atrás. La siguiente clase había
sido pociones y en esta tenían terminantemente prohibido hablar. Lupin y
Peter no iban con ellos, pues se habían adelantado mientras James
intercambiaba unas palabras con el capitán del equipo de Griffindor y
Sirius lo esperaba.
-Practicando. Tuvo una horrible clase con Sydney, ya sabes lo mala que
puede ser.
-¡Bueno, será porque Sara es patética haciendo magia!
-Ayer lo estuvo saliendo bien.
-¿Por eso tienes esos moretes nuevos? - Unos cuantos más habían aparecido
esa mañana en sus brazos, añadiéndose a la ya numerosa colección.
-Bueno, ya no tengo que volver a ir. - dijo Sirius con una sonrisa. Había
dejado a su amigo una nota con la hora en que debía estar el desayuno de
Sara diciéndole que le había dado la mañana por haber terminado tan
tarde, quería ver su reacción al oír aquello.
-¿QUÉ?
-Sí, me liberó ayer por completo.
-¿Y YO TENGO QUE SEGUIR LLENDO?
-Son sólo unos pocos días más - dijo una voz femenina detrás suyo. Se
volvieron y vieron a una radiante Sara que miraba a James con burla.
-¿Y porqué el no tiene que volver? - le preguntó James resentido de que
su mejor amigo no compartiera toda la tortura con él.
-¡Porque hoy hice todos los hechizos inmovilizadores bien y la profesora
Sydney tuvo que tragarse los insultos que tenía para hoy!
-¡Excelente! - le dijo Sirius sorprendido
-Sí, gracias a ti - le dijo Sara con una gran sonrisa, se acercó a él y
le dio un beso en la mejilla - Eres lo máximo. Quiero la cena a las 7,
Potter, e intenta no quemarla esta vez.
Sara se alejó rápidamente para encontrarse con Severus, dejando a Sirius
en el sétimo cielo y a James de muy mal humor.
********
Sara hubiese querido seguir hablando, pero Lupin le recordó muy
amablemente que abajo la esperaban un grupo de personas deseosas de
conocerla, y ella aún no las había saludado. Cuando iban a salir de la
habitación oyeron una voz a sus espaldas.
-¡Esperen! ¡No me hagan seguir bajando!
Era una voz de alguien mayor, con un indudable tono de pereza. Sara se
volvió asustada, pero Lupin sonrió.
-¡Phineas! ¡Qué sorpresa usted por aquí!
-Traigo un mensaje para Dumbledore - Sara reconoció esta vez que quien
hablaba era un hombre que acababa de aparecer en el retrato que estaba en
la pared. Era un hombre mayor, que vestía una túnica negra con la
serpiente de Slytherin.
-¿Un mensaje? - preguntó Sara extrañada.
-Phineas viene de su propio retrato en la oficina de Dumbledore, puede
venir hasta esta casa porque arriba hay otro retrato suyo. - le explicó
Lupin
-Ok, voy a buscar a Dumbledore entonces - dijo Sara dirigiéndose
nuevamente a la puerta y diciéndole a Phineas - ¡ya viene, voy a
llamarlo !
-¡Espera! - dijo el hombre del retrato con un poco de emoción por primera
vez en su voz - ¿eres Sara Black?
Sara se devolvió y se acercó a él.
-Sí, lo soy.
-Acércate más. Quiero verte. Dumbledore no me ha dejado hablarte cuando
has estado en su despacho.
Sara se acercó obediente con una sonrisa.
-¿Quién es usted?
-Mi nombre es Phineas Nigellus, fui director de Hogwarts.
-¡Usted está en el árbol de los Black! Debe ser algo así como mi tatatara
abuelo.
-Dices el nombre de los Black con más cariño que tu padre.
Sara se limitó a sonreír.
-La última de los Black... - dijo Phineas soñadoramente - bueno, ve a
buscar a Dumbledore, no tengo todo el día.
Sara le sonrió y se fue corriendo, no le importaba no hacer bulla. La
mujer del retrato enmudeció de nuevo al verla.
-¿Estás seguro que es su hija? - preguntó Phineas una vez que se hubo ido
- parece ser muy dulce para ello...
-¿Dulce? La verdad no estaría tan seguro de ello.
************
Había pasado casi una semana desde aquel día, y James también había
terminado su castigo. Sirius se había empezado a acostumbrar a las burlas
de sus amigos, o más bien no les ponía mucha atención. No había vuelto a
hablar con Sara desde que le había dado las gracias, pero lo reconfortaba
la sonrisa que le dirigía cuando se veían en el gran comedor o en los
pasillos.
Sara casi siempre estaba con Snape y de vez en cuando uno que otro
Slytherin. Sara había ayudado a que la popularidad de Snape aumentara y
ya no era un solitario, sino que muchos otros Slytherins parecían
esforzarse por trabar amistad con él.
James por su parte la odiaba y estaba bastante resentido con Sirius por
haberla perdonado tan rápido después de el castigo al que los había
sometido. Lupin y Peter seguían molestándolo, sobre todo por el beso que
le había dado en la mejilla, pero lo hacían menos, ya que James se ponía
de muy mal humor al oír mencionar a Sara.
Ese día, a la hora del desayuno llegó el correo, como de costumbre. Una
lechuza de gran tamaño se acercó a Sirius y le dejó una carta.
-¿Otra carta de tus fans? - le preguntó Lupin con una sonrisa
-¿Hoy que es? ¿Jueves? - preguntó James - creo que le toca a Madeline
Wilson ¿no?
-Eh... sí - dijo Peter pensativo - pero suele mandar su carta para el
almuerzo. ¿no?
-Sí, junto con Annie Wiliamson - dijo James.
Sirius había abierto la carta y la leyó sin poner atención a lo que sus
amigos decían
"Sirius:
¿Cómo estás? Te escribo porque hace días que no tenemos oportunidad de
hablar y la verdad no creo que tengamos muchas entre Snape y tus amigos
(creo que no les agrado mucho ¿verdad?).
Mis clases han ido muy bien desde aquel día, pero estoy teniendo algunos
problemas con disminuir cosas. Me preguntaba si podrías ayudarme con eso
y si podías llegar hoy en la noche a mi casa. Así me puedes explicar y de
una vez hablamos sin gente alrededor haciéndonos mala cara. Además creo
que a tu club de fans no le hace mucha gracia verme hablándote.
Si no quieres o estás ocupado no te preocupes, ahí me las arreglaré sola.
Pero si puedes házmelo saber. Basta con que veas a la mesa principal y
asientas o niegues.
Bueno, nos vemos.
Sara"
Sirius levantó la cabeza y miró a la mesa principal. Sara lo estaba
viendo. Le sonrió y le dijo que sí con un movimiento. Sara sonrió al
parecer muy complacida y levantó sus manos enseñándole 7 dedos. Sirius
asintió de nuevo.
Sus amigos ya estaban hablando del quiz de transfiguración que tenían en
la siguiente lección. No lo habían visto. ¿O sí? Sirius creyó ver por un
momento que Lupin lo veía como si quisiera preguntarle algo. Luego le
pareció que había sido idea suya.
-¿Qué entra en el quiz? - preguntó Sirius incorporándose a la
conversación.
-¿no estudiaste? - dijo Peter con cara de asombro y admiración.
-¿Para qué?
-Sólo entra lo que vimos la semana pasada - dijo James con un bostezo
-¿ y eso fue? - preguntó Sirius haciendo un esfuerzo por recordar.
-Bases de las transfiguraciones de grado EXTASIS - dijo Lupin
-¿Y por qué yo no recuerdo haber visto eso? - dijo Sirius sacando su
libro.
-Porque estábamos planeando que broma íbamos a hacer el fin de semana
pasado.
-Ah ya!!! - dijo Sirius tomando la explicación por correcta - ¡pero eso
no viene en el libro!
-Tomamos notas - dijo Lupin alcanzándole su cuaderno - es mejor que lo
leas, este
quiz es importante.
Sirius tomó el cuaderno de Lupin y leyó rápidamente aún camino al aula.
Cuando salieron del quiz Peter no paraba de repetir que iba a obtener una
H. Sirius fue el último en salir.
-¿Cómo te fue? - le preguntó Lupin cogiendo el cuaderno que Sirius le
estaba devolviendo.
-Bien, tal vez un EE, no me dio tiempo de leer lo último antes de entrar.
Peter miró con la boca abierta estúpidamente Sirius. Cualquiera habría
dicho que
estaba exagerando, pero lo más probable era que tuviera esa nota, sino
era una S. Sirius era probablemente el alumno más brillante del colegio
junto con James, y esa noche iba a tener que probárselo una vez más a esa
chica de ojos dorados que lo volvía loco.
***************
Dumbledore había subido enseguida a hablar con Phineas y Lupin había
bajado casi detrás de Sara. Tonks arrastraba a Sara en dirección a la
cocina.
-¡Llegaron hace sólo un momento! ¡Están ansiosos de conocerte!
-¿Quiénes? - preguntó Sara siguiendo como podía a Tonks, que iba
bastante rápido
¡Los Weasley!
-¿La familia de Ron?
-Sí.
Sara avanzó tan rápido como Tonks. Sin embargo al entrar en la cocina se
detuvo en seco y alzó las manos para detener un par de jarras que
contenían quien sabe qué, que venían directo hacia ella. Dos chicos
aparecieron entonces, las jarras se les habían salido de control. Cuando
las vieron detenidas en el aire pasaron su mirada a la chica que estaba
detrás de ellas, con las manos levantadas aún.
-¿a dónde las querían? - preguntó mirando alrededor
-Es la mesa - dijo uno de los chicos con voz ronca.
Sara movió las manos en dirección a la mesa y la jarra se posó en ella
suavemente.
-Fred y George, supongo - dijo Sara y tendiéndoles la mano - Sara Black,
mucho gusto.
Sara sonrió abiertamente. Su expresión era aún más graciosa que la de Ron
cuando Harry se lo había presentado.
-Yo soy Fred - dijo el muchacho de la izquierda dándole la mano
-Y yo George. Mucho gusto.
-Perdón por lo de las jarras.
-No hay problema.
Tonks había entrado tras la cortina por la que habían salido Fred y
George, probablemente a buscar al resto de los Weasley.
-¿Cómo sabías nuestros nombres? - le preguntó Fred acercándose a la mesa
-Ron me estuvo hablando de ustedes.
-¿Ronnie? - preguntó George con una sonrisa
-¿Ronnie? - dijo Sara sonriendo burlonamente - tendré que recordar eso.
-Conoces a Ron, entonces - dijo Fred sentándose.
-Sí, es un chico muy agradable.
-¿un chico muy agradable? - repitió Fred - ¡vaya que tiene suerte el
pequeño Ronnie!
-Sí - dijo George pensativo - nosotros no teníamos compañeras tan guapas.
Sara se ruborizó. En eso entraron tres hombres más al salón. Los tres
eran altos y pelirrojos, como los gemelos.
-Hola - dijo el que parecía mayor de los tres - ¿Sara, verdad? Mi nombre
es Arthur Weasley.
-Mucho gusto - dijo Sara. Los Weasley realmente eran muy simpáticos
-¿Me pareció oír que Ron le ha hablado de nosotros?
-Así es. Me ha hablado muy bien de ustedes.
-Me alegro de oírlo - dijo otro de los muchachos que tendió una mano
llena de callos y quemadas a Sara
-Charlie, supongo. Ron dijo que no estaba seguro si llegarías a tiempo.
-No me lo perdería por nada del mundo.
-Claro que no - dijo el otro muchacho interviniendo por primera vez - yo
soy Bill.
-Lo supuse - dijo Sara - por cierto, ese arete está genial ¿qué es?
¿Colmillo de dragón?
-Sí, - dijo Bill - Charlie me lo regaló. Creo que es de un dragón
escocés.
-Irlandés- lo corrigió Charlie.
-Fue una gran sorpresa saber que Sirius tenía una hija - le dijo Arthur
viéndola pensativo - cuando Dumbledore nos escribió para decírnoslo no lo
podíamos creer.
-Sí, - dijo Bill - queremos que sepas que sentimos mucho su muerte. Era
un gran hombre.
-Lo sé - dijo Sara con un nudo en la garganta, eran los primeros que se
referían a la muerte de su padre.
-¿Qué creen que están haciendo? - dijo una mujer que acababa de salir
acompañada
con Tonks y cada una traía una bandeja en las manos - recordarle esas
cosas...
-Mi padre está siempre en mi mente - dijo Sara - gracias.
La señora puso la bandeja en la mesa y se acercó a ella.
-Debe ser muy difícil, lo siento. Mi nombre es Molly Weasley.
-Mucho gusto. ¿Esa es la cena?
-Sí.
-Se ve delicioso.
-Lo está - dijo Fred acercándose a la bandeja de filetes.
-¡Aléjate de eso! - le dijo su madre severa - hay que esperar a que estén
todos.
-¡Voy a llamarlos! - dijo Tonks que al salir golpeó precipitadamente un
jarrón que estaba en una mesita en la entrada. El señor Weasley alzó la
varita pero Sara ya lo había devuelto a su lugar sin mover más que un
dedo.
-¡Wow! - exclamaron Charlie y Bill.
-Realmente eres muy buena - dijo el señor Weasley - pero no deberías
hacer magia fuera de la escuela ¿no?
-Con la varita no, así, la he hecho toda mi vida.
-¿Es cierto que te criaste con muggles? - le preguntó Bill interesado
-Claro que sí.
El señor Weasley pareció muy emocionado
-¿De verdad? ¿Estás familiarizada con sus aparatos y...?
-¡Arthur! - dijo la señora Weasley - discúlpalo, tiene esta manía por lo
muggles.
-Ron me mencionó que tiene muchas cosas en el garaje ¿no? Tal vez la
podamos revisar un día - dijo Sara pensativa - la verdad me hacen falta
esas cosas. No sé cual es la manía de alumbrarse con velas que tienen los
magos.
-¿Prefieres los bombillos? ¿Cómo funcionan esas..?
Sara no terminó de oír la pregunta del señor Weasley porque pronto todos
entraron al salón. Dumbledore entró de último y se dirigió a Sara.
-Tendremos que irnos antes de lo previsto. Fudge va a llegar al colegio,
quiere hablar contigo.
-¿Fudge? - en la cara de Sara se dibujó una expresión mezcla de asco y
obstinación - ¿ahora que quiere?
-Ahora lo veremos.
-Pero nos quedaremos a cenar, ¿no?
-Sí.
-Bien.
Sara se sentó frente a los Weasley. Lupin se sentó a su lado, al igual
que Tonks. La cena resultó muy agradable, a pesar de que Ojo Loco no
dejara de verla como una bomba a punto de estallar.
-¿Extrañas tu antiguo hogar, Sara? - le preguntó Shacklebolt hacia la
mitad de la cena.
-No mucho. Kyara, la mujer que me crió murió hace un año más o menos, por
lo que vivía en un orfanato. Lo que realmente extraño es la televisión y
el equipo de sonido....
-¿De verdad? - dijo el señor Weasley, pero antes de que pudiera
preguntarle más sobre los aparatos Tonks intervino.
-Los muggles son muy aficionados a ver televisión. Ya se te pasará.
-Espero que no - dijo Sara - le he pedido a la casa varias veces un
cuarto con centro de entretenimiento, pero no me lo da. Conseguí un
radio, pero la música que pasan es muy rara, una tal Celestina no se
qué...
-¡Es una de las mejores cantantes del momento! - dijo la señora Weasley
-Tal vez, pero extraño la música muggle casi tanto como el prime time.
-¿El qué? - preguntó Fred
-La programación estelar, las mejores series, etc...
-Los aparatos eléctricos no funcionan en lugares completamente mágicos -
dijo Dumbledore
-Ya me di cuenta - dijo Sara.
-Es extraño, las personas no suelen extrañar esas cosas cuando llegan al
mundo mágico - comentó Tonks - pero los muggles se desesperan si pasan
más de 24 horas lejos de un t.v.
-¡Pues que muggle que soy! - dijo Sara con resignación.
Quien sabe que rumbo hubiera tomado la conversación, pero en ese momento
se vio interrumpida por la llegada de alguien más. Al sonar el timbre
(para sorpresa de todos) siguió un silencio total. Tonks se levantó a
abrir. Al momento apareció acompañada de un individuo con toda la pinta
de facineroso. Ropas viejas y en no muy buen estado y expedía un leve
olor a alcohol.
-Lamento llegar tarde - dijo quietándose el gorro que llevaba - es que
salió un negocio de escobas contrabandeadas...
-Buenas Noches, Mundungus - lo cortó la señora Weasley con voz fría -
siéntate, aún hay suficientes filetes.
El individuo sonrió y se sentó a comer. Sara lo miró con curiosidad.
-Hola - le dijo.
-Hola - Mundungus la miró y se puso pálido - ¡disculpe señorita Sara! -
se levantó golpeando la mesa y regando un poco de cerveza de mantequilla
que se había servido - es que tenía mucha hambre y hace mucho que no ceno
aquí. - se acercó a ella y tras limpiarse la manchada y sucia mano en el
pantalón se la tendió - Mundungus Fletcher, mucho gusto. Puede llamarme
Dung, si lo desea. Fui amigo de su padre, lamento mucho lo que ocurrió,
es una lástima que no la hayamos encontrado antes. Sé que hubiera estado
encantado con usted. Yo...
-Mucho gusto - le dijo Sara divertida. Le estaba cayendo muy bien -
adelante, coma si tiene hambre. La ensalada está muy buena, se la
recomiendo.
-Mundungus le sonrió y volvió a su sitio en la mesa.
-¿Porqué no había vuelto a cenar aquí? - le preguntó Sara viéndolo
servirse una generosa cantidad de patatas - creo que Harry mencionó que
cenaba aquí a menudo.
-Bueno, sí, pero eso era antes de que Sirius mu...
-¿Antes de qué papá qué? - la voz de Sara se había vuelto grave.
Mundungus miró de reojo a la señora Weasley.
-Muriera.
-¿Y por qué después ya no? - Sara había notado que veía a la señora
Weasley.
-Bueno, yo era amigo de su padre, él me invitaba a comer.
-¿Y ya no lo invitan?
-O, no es eso, he estado muy ocupado, eso es todo.
Mundungus casi se atraganta con la cucharada que metió a su boca. Sara
lanzó una mirada gélida a la señora Weasley.
Cuando ya estaban comiéndose el postre, y Charlie los entretenía
contándoles cosas de Rumania, la conversación anterior había sido
olvidada por casi todos, pero Sara seguía intrigada sobre Mundungus.
Luego de cenar pasaron al salón donde estaba el árbol genealógico de la
familia Black. Tonks se acercó a él y lanzó una exclamación ahogada.
-¡Sara!
-¿Qué pasó? - le preguntó Sara disculpándose un momento con el señor
Weasley al que estaba explicándole como funcionaba un televisor.
-¿Tú hiciste eso?
-Sí, no fue tan difícil.
El árbol genealógico, antes se veía viejo, sucio y lleno de pequeños
agujeros en los lugares donde iban los nombres de "deshonras de la
familia". Ahora estaba limpio, las líneas doradas que unían los nombres
brillaban y los agujeros habían desaparecido. En su lugar estaban los
nombres correspondientes, incluyendo el de la misma Tonks y el de su
madre, borrada mucho tiempo antes. También estaba el de Sirius, unido al
de Sara Parker y con una línea que llevaba a Sara Black. Pero lo que
llamó más la atención de Tonks fueron los círculos rojos con que estaban
encerrados los nombres de Bellatrix y Narcisa Black, así como el de sus
respectivos maridos.
Sara le sonrió y se volvió. Mundungus estaba sólo hablando con Lupin. Se
acercó a ellos.
-¡Hey Dung! Harry me dijo que te dedicabas a un negocio de calderos
robados, ¿cómo te va?
-Ya no estoy en ese negocio - dijo Mundungus en voz baja
-¿Por qué no?
-Es que no tenía donde guardarlos.
-¿Porqué no los seguiste guardando aquí? - la voz de Sara había subido y
los demás interrumpieron sus conversaciones.
-Esta es la base de la Orden del Fénix- intervino la señora Weasley-
estamos aquí para combatir a Quien-Tu-Sabes, ¡no para guardar mercancía
robada!
Lupin y Dumbledore bajaron la cabeza. Ambos sabían lo que seguía.
-¿A quien? - preguntó Sara realmente sin tener la menor idea de quien
debía saber. Sara nunca había oído a nadie referirse así a Voldemort,
pues sólo había hablado de él con Dumbledore y Harry, y su madre en el
diario escribía el nombre.
-Voldemort - le dijo Lupin
-Ah! Bueno, no importa, ¡Mi padre lo dejaba guardarlos aquí!
-Sí, pero tu padre... - empezó la señora Weasley.
-¿Ya no está? - Sara empezaba a temblar de cólera
-No quise decir... - la señora Weasley trató de decir algo más, pero el
escritorio al lado suyo empezó a arder
-Hasta donde sé, esta es la Casa Black ¿no?
-Sí, pero...
-Por lo tanto es mi casa tanto como fue de mi padre.
-Pero...
-Trae los calderos cuando quieras, Dung - dijo Sara volviéndose hacia él
- te daré una habitación para que utilices de bodega. Esta es mí casa, y
yo te doy permiso.
La señora Weasley no se atrevió a decir nada. Sara salió del salón
temblando de furia.
**************
Cuando Sara oyó llamar a la puerta eran las 7:05. Corrió a abrir y se
encontró con un sonriente Sirius.
-¿Lista para practicar?
-Digamos, pero primero pasa. ¿Tienes hambre?
-No, cené en el colegio.
-Bueno, vamos a la sala de siempre.
La sala ya no estaba vacía, sino que había una mesa llena de objetos que
esperaban ser disminuidos.
-El problema no es empezar a disminuirlos, sino más bien que no puedo
detenerlo y terminan por desaparecerse.
-¿Ya estás disminuyendo cosas? Vas muy rápido.
-Debo presentar los TIMOS el otro año.
-¿Vas a ver en dos años lo que nosotros vemos en cinco?
-Eso parece, pero el otro año cumplo 15 y el ministerio los exige a esa
edad.
-¿Quince? - Sirius puso una cara de evidente sorpresa - ¡Yo creí que
tenías unos 16! ¿Tienes catorce?
-Sí - Sara sonrió - ya sé que no se nota. Nosotras crecemos muy rápido,
yo a los tres años ya era capaz de leer, por ejemplo. Crecemos hasta
alcanzar un aspecto de unos 25 años y ya.
-¿Siempre joven, eh?
-Sí.
-Bueno, los hechizos, vamos a ver.
Sirius necesito toda su sagacidad para ayudar a Sara, cuando llevaban
casi una hora había mejorado, pero no lograba detenerlos a tiempo.
-Es el movimiento - dijo Sirius observándola por enésima vez - tienes que
hacerlo más pronunciado.
-¿Así? - Sara hizo un ademán.
-No, así - Sirius se puso detrás de ella frente a la mesa, y tomó la mano
de Sara suavemente y la ayudó a hacer el movimiento. Pudo notar que la
mano de Sara temblaba. La luz de las velas parpadeó.
-Ahora trata tú - Sirius la soltó y se puso frente a ella. La caja
empequeñeció aceleradamente hasta que se detuvo.
-¡Mejor! - Sirius le sonrió y Sara le devolvió la sonrisa emocionada.
Pronto el hechizo le fue saliendo cada vez más exacto, hasta que ambos se
dieron por contentos.
-McGonogall ha sido muy paciente - dijo Sara cuando estaban recogiendo -
va a estar feliz. Gracias de nuevo Sirius.
-No es nada - dijo Sirius restándole importancia.
-¿Quieres beber algo?
-Bueno.
Sara hizo aparecer unas botellas de cerveza de mantequilla. Empezaron a
hablar de otras clases y hechizos y Sirius le contó sobre el quiz de
Transfiguración de la mañana.
-¡Oh! Severus tiene razón sobre ti, ¿te crees muy inteligente no?
-Bueno, soy inteligente, ¿qué quieres que haga?
Sara se rió.
-A tus amigos les caigo tan mal como él ¿no? - preguntó Sara después.
-Naa - dijo Sirius tomando un trago de cerveza de mantequilla - sólo a
James.
Podía no - dijo Sara riéndose - es el peor elfo doméstico que he tenido.
-No recordemos eso ¿quieres? - Sirius la miró con reproche - a ti no te
pregunto, es obvio que Severus nos odia. Es recíproco, no hay problema.
-Sí, ya lo sé. El día que te fui a dar las gracias se puso de muy mal
humor. Por eso he preferido evitarte en los pasillos o en el comedor.
-Sí, James también se molesta sólo de verme sonreírte.
-Y ni que decir de tu club de fans.
Sirius sonrió.
-¿Te han dado problemas?
-¿Así que no lo niegas?
-¿Porqué habría de negarlo? Pobres, ¡ellas me adoran!
-Presumido - Sara sonrió - Sí, me han dado problemas. Consideran muy
divertido lanzar bombas fétidas por la ventana.
-¿De verdad? - Sirius se rió con ganas - Bueno, podrían intentar ser más
ingeniosas...
¡Gracias!
-Ya se les pasará - dijo Sirius encogiendo los hombros.
-¿Sabes? - dijo Sara seria - La pasamos muy bien juntos.
-Sí, cierto.
-Y eres probablemente a quien le entiendo mejor esto de los hechizos.
-¿a dónde quieres llegar?
-A que no deberíamos dejar de hacer esto por nuestros amigos.
-Creo que tienes razón.
-¿qué tal si lo hacemos más a menudo?
-Bueno - hubo un silencio - ¿les decimos o no?
Sara se quedó pensativa.
-¿Por qué habríamos de decirles? Después de todo, no es cosa suya.
-Así que será nuestro pequeño secreto. - Sirius sonrió pícaramente.
-Trato hecho.
-¡Bien! - Sirius se puso de pie - mejor me voy, ya van a ser las nueve.
-Ok, ¿puedes venir mañana?
-¿No te queda mejor pasado? - ese día James tenía entrenamiento, era más
fácil escaparse de dos que de tres.
-Como quieras.
-Bueno, nos vemos el viernes.
-El viernes. - Sara lo acompaño al puerta y lo despidió con una gran
sonrisa.
*************
-¡Aquí estás!
-Supusimos que habías venido aquí.
Los gemelos Weasley entraron a la habitación en la que estaba Sara, pero
ella no estaba sola. Le hacía compañía un enorme y hermoso hipogrifo.
-¿Porqué? - preguntó Sara sin volverlos a ver.
-Sirius venía aquí siempre que estaba de mal humor.
-O sea, muy a menudo. - agregó George sentándose junto a ella. Fred se
sentó al otro lado.
Sara los miró sorprendida.
-¿En serio?
-Si, supongo que había pasado tanto tiempo sólo con Buckbeak que
disfrutaba su compañía - dijo Fred viendo al hipogrifo que los estaba
mirando alternadamente.
Sara miró a Buckbeak sin agregar nada.
-No estamos molestos contigo - dijo Fred al fin.
-Para nada - apoyó George.
Sara bajó la cabeza.
-Me porté horrible allí abajo. Traté muy mal a su madre, lo siento. Es
que Dung me cayó muy bien y luego su madre dijo eso, y perdí los
estribos.
-Nuestra madre saca a cualquiera de sus casillas, no te preocupes - le
dijo George - es bueno que de vez en cuando alguien le haga frente.
-Además, es difícil que a uno no le agrade Dung - agregó Fred - Sólo a
mamá no le gusta.
-Tengo que disculparme con ella. Casi la quemo.
-¡Ese fue un buen toque! - dijo George recordando el escritorio en llamas
- no le des más vueltas, es muy agradable tener a Dung por aquí y era
realmente divertido cuando se quedaba a cenar.
-Es un buen tipo - dijo Fred - sólo que tiene un poco de lío entre lo
legal y lo ilegal. Pero está de nuestro lado.
-¿Su madre está muy enojada?
-Estaba molesta - dijo Fred - pero no te preocupes. Le das un poco de
lástima "esa pobre niña en el mundo muggle, tan sola, ha de ser un gran
impacto para ella, blablabla..."
-¡Y Ojo Loco! Estará feliz supongo de verme perder los estribos así. -
dijo Sara enterrando la cara entre las manos.
-Lo estaba de hecho - dijo George asintiendo - dijo que te parecías más a
tu padre de lo que creía.
-¿Eso dijo?
-Sí - añadió Fred - Sirius y mamá discutían todo el tiempo. Harry, la
casa, Harry, la orden, Harry, la cena...
-Y aunque odiaba esta casa siempre dejaba claro el hecho de que era SU
casa.
-Y que Dung era SU amigo.
-La verdad creo que mamá podía haber esperado tu reacción. Sirius habría
hecho lo mismo.
-Excepto lo del escritorio, y probablemente la hubiese dejado replicar,
pero ella nunca aprendió la lección.
-Vamos, Sara. Vuelve. De por sí ya casi tienes que irte.
-Bueno. - Sara se incorporó junto a los gemelos, sin quererlo estaba
feliz de pensar en que había reaccionado como habría hecho su padre. -
creo que tienen razón. Vamos.
Cuando salieron de la habitación se toparon con Lupin.
-Supuse que estarías aquí - le dijo - ¿estás mejor?
-Sí, gracias.
Bajaron juntos las escaleras, mientras los gemelos le hablaban a Sara de
cómo iba el negocio de la tienda de bromas. En el salón siguieron la
conversación, pero esta se vio interrumpida por la llegada de alguien
más. Ese alguien era Severus Snape y presentaba un estado lamentable.
Tenía la túnica rota, estaba sucio y sangraba en la cabeza: tenía una
herida a la altura de la sien.
-¡Severus!
Sara corrió hacia él y lo abrazó asustada.
-¿qué te paso? ¿qué..?
-Tengo que hablar con Dumblerdore - dijo con voz entrecortada.
-Espera - Sara lo tomó de las manos y cerró los ojos. Cuando los abrió la
túnica de Snape volvía a estar en condiciones, no estaba tan sucio y la
herida dejaba de sangrar.
Sara le sonrió, en eso entró Dumbledore al salón y se dirigió hacia
ellos. Mientras los demás miraban la escena asombrados, y sus
pensamientos fueron expresados por lo que Ojo Loco le dijo a Lupin en uno
de sus acostumbrados susurros audibles.
-¿Qué crees que abría dicho Sirius de ver a su propia hija abrazando a
Severus Snape en el salón de su casa?
Lupin sonrió. Qué irónica era la vida.
*********
Las visitas de Sirius a Sara se hicieron costumbre, y al menos dos o tres
veces a la semana Sirius desaparecía con alguna excusa como "dejé mi
libro en la biblioteca" o "creo que tengo castigo con este o aquel
profesor" o bien "voy a dar una vuelta" y no volvía aparecer hasta dos
horas después, con una sonrisa que no reflejaba haber recibido un castigo
y sin ningún libro en las manos.
Era una tontería no decirles, ahora que se había hecho a la idea de ser
amigo de Sara, pero tenía su encanto eso de hacerlo a escondidas. Y no es
que se dedicaran a algo más que practicar hechizos y hablar animadamente
de las clases, los profesores, el quidditch y la gente que les caía mal.
Simplemente, era agradable pasar tiempo juntos sin que nadie lo supiera.
Sin embargo James y sus amigos estaban extremadamente intrigados.
-No entiendo que le pasa, - dijo James un martes a las 8:30 - ¿desde
cuando Sirius estudia para Historia de la Magia con libros extra? Ir a la
biblioteca...
-Tal vez ha decidido reformarse - dijo Lupin que hacía sus deberes de
Encantamientos
-¡Lleva casi un mes desapareciéndose por las noches! - James estaba
furioso. Nunca antes se había comportado así su amigo con él. Si estaba
planeando algo ¿porqué no se lo decía?
-Tranquilízate ya, James - dijo Lupin por enésima vez - ya le preguntaste
y dijo que no le pasa nada malo.
-Sirius está metido en algo... ¡mañana voy a seguirlo!
-No, no lo hagas - Lupin había alzado la vista de su trabajo y había
cerrado su libro - ya sabes como es Sirius, se enojaría montones contigo.
Eres su mejor amigo, tarde o temprano te dirá que le pasa. No puedes
esperar que toda su vida sea el bromista y despreocupado Sirius Black que
conocemos. Tendrá que madurar aunque sea un poco.
Espero que no - dijo James frunciendo el ceño - no me gustaría que Sirius
madurara.
Algún día te tocará a ti también - dijo Lupin volviendo a su trabajo.
-¡No le desees el mal a tus amigos! - dijo James al tiempo que le lanzaba
una almohada a la cabeza. Estuvieron peleando hasta que Sirius llegó y se
les unió. Venía de muy buen humor. Al fin Sara había dominado el hechizo
convocador después de una semana de trabajar en ello. Eso le había valido
un estrecho abrazo. James notó su sonrisa. No le importaba lo que dijera
Lupin. El lo seguiría al día siguiente.
********************
Dumbledore subió con Snape a alguna de las habitaciones del piso superior
y Sara miró alrededor buscando a la señora Weasley. Al no verla en ningún
lado fue al comedor, donde la encontró recogiendo la mesa.
-¿Necesita ayuda? - le preguntó Sara tímidamente.
-No es necesario que te molestes - la voz de la señora Weasley era fría.
-No es molestia - Sara levantó ambas manos y chasqueó los dedos. Al
momento todos los platos en la mesa se elevaron en el aire. A otro
chasquido quedaron completamente limpios. Entonces Sara le preguntó - ¿a
dónde los guardo?
La señora Weasley señaló un mueble viejo, al fondo de la habitación. Sara
chasqueó por tercera vez señalando al armario y los platos volaron en esa
dirección acomodándose debidamente.
-¿Así esta bien?
-Claro, gracias. - La señora Weasley estaba asombrada.
-Quería pedirle disculpas por la manera en que le hablé ahora. Perdí los
estribos.
-No hay problema - su voz sonaba un poco más dulce - ya sé que esto debe
ser difícil para ti. Sola en este mundo..
-No estoy sola - corrigió Sara, pensando en Lupin y Snape. No, no estaba
tan sola como cabía esperar. Además Dumbledore estaba con ella, aunque
no le simpatizara - también quería disculparme por lo del escritorio.
Sucede cuando pierdo el control.
-No te preocupes.
-Me alegro de haber aclarado eso - dijo Sara feliz - ¿no sabe que
habitación podría dejarle a Dung?
-¿Cómo? ¿Aún piensas darle una bodega?
-¡Claro que sí! Me disculpe por la forma en que dije las cosas, pero no
por lo que dije.
Sara salió del comedor y se encontró con un Dumbledore muy serio.
-Debemos irnos ya. Fudge debe estar llegando. Vamos a tener que decirle
que Sirius era tu padre. Lo ha negado tantas veces a la prensa que no se
atreverá a desmentirlo, y si no le decimos quien es tu padre no nos va a
dejar en paz.
-Aún no entiendo porqué no quiere que se sepa.
-Te lo dije, la gente no te aceptaría si creyera que eras hija de dos de
los mortífagos más temidos.
-Y bien le dije que no me importa que el mundo mágico me acepte o no.
-No discutamos esto más. Tenemos que irnos.
-¿Qué pasó con Severus?
-Está bien. Ya regresó a Hogwarts. Dijo que te esperaba en tu primera
lección de pociones mañana.
Sara duró un gran rato despidiéndose de todos. Le prometió mandarle al
señor Weasley un instructivo para que aprendiera a utilizar el sartén
eléctrico que había conseguido.
-Pero antes de desatar la carta de la pata de Gwinger espere a que se
pose en un solo lugar, sino es peligrosa.
-¿Una lechuza temperamental?
-No, un águila.
Le prometió a los gemelos Weasley visitar su tienda de bromas en cuanto
pudiera, a Bill visitarlo en Gringotts y a Charlie ir en vacaciones a
Rumania. Lupin la hizo prometerle que volvería pronto para continuar su
conversación y Tonks que estarían en contacto. Al despedirse de Mundungus
lo invitó a que fuera a cenar a su casa un día La señora Weasley al
despedirse le dijo simplemente:
-Tu padre habría estado orgulloso de ti.
********************
¡Bien, eso es todo por hoy!
Espero que les haya gustado, mándenme sus comentarios, por favor, con
un simple review. Aunque sea solo para decirme que deje de escribir.
Los reviews hacen de mi una persona feliz!!!!!!!!!
Y hablando de eso, contesto los que recibí en el capítulo anterior.
Aru: ¡Hola! Capítulo seis arriba. Sí, gracias al castigo es que ellos
se acercan más, tienes razón. Y ya en esta parte... bueno, tu ya sabes
lo que pasa. Dejémosle al resto la incógnita. Espero que te haya ido
bien donde tu amiga esta fin de semana.
Syringen: ¿puedo llamarte Andrea? Sí, ya decidí no quebrarme la
cabeza buscándole un nombre a la historia, tal vez cuando la acabe se
me ocurra. Me alegra que te parezca que Sirius se enamore de ella,
porque eso es el eje de toda la historia. Me alegra que te gusta Sara
hija, porque en esta parte de mi historia me encanta y la prefería a
su madre. En lo que se parezca a tu fic, gracias, ya me gustaría
escribir tan bien como tu. Y hablando de tu fic, ¡vi que ya subiste el
siguiente capítulo! Ahorita lo leo y te mando review.
Nicky-Potter: ¡Hola de nuevo! Me encanta recibir tus reviews, ya solo
te falta leer una de mis historias. ¡GRACIAS! No tuviste que esperar
mucho este capítulo, así que espero que te guste. Lamento dejarte
intrigada, pero así necesito que sea y me alegra montones que no te de
ningún presentimiento, por que la idea es que el final de la historia
sea una gran sorpresa.
Bueno, eso es todo. Besos a todos y todas las personas tan lindas que
se tomaron el tiempo para leer esto.
Saludos desde Costa Rica
Sara Fénix Black
