Hola!! Lamento la tardanza, pero aquí está el siguiente capítulo. Hemos avanzado bastante en la historia, y solo para que lo sepan falta un capítulo para terminar la primera parte. En el próximo les explicaré la división bien.

Muchas gracias por sus reviews y a Nicky por sus comentarios en el MSN, aunque espero que puedas dejar un review un día de estos.... Y hablando de reviews...

BellaBlack: Pero primero que nada ¡¡¡¡¡ERES MARAVILLOSA!!!!!! ¡¡¡¡¡¡¡MIL GRACIAS!!!!!! ¡¡Leerse los catorce capítulos!! Muchísimas gracias, no sabes cuanto me alegra que te haya gustado y que te parezca original. En un inicio pensé que podía ser algo confuso la narración en dos planos, pero me ha hecho muy feliz comprobar con gente como tu que no lo es tanto. Espero tu review según tu promesa.....

Strega-in-progress: No, no voy a cambiar el título. Me alegra que te guste. ¿Cuándo vuelven? Para eso debes seguir leyendo.... y en cuanto a Sara Black, bueno, todavía falta ratillo para que lleguemos a eso. Bss a ti también, guapa.

Andrea: Me alegra que te haya gustado el chap, pero no me digas malvada... ¿no ves que dejándolo ahí tiene más emoción? No te enojes conmigo, por favor!!!!!!! Espero que este chap también te guste aunque en lo personal creo que está algo flojo, pero el que sigue está mucho mejor. Nos estamos hablando en el MSN después.

Se me olvidaba, repetir que los personajes no son míos sino de JK Rowling.

Ahora si, no las hago esperar más......


Era el primer día de clases. Sara esperaba la llegada de los estudiantes junto a la profesora McGonogall. Bueno, en realidad esperaba a Regulus, tenía que hablar con él. Había recibido suficientes cartas suyas para empapelar un cuarto, pero ella no había respondido ninguna. Lo que debía decirle tenía que ser cara a cara, no por carta.

También había recibido una carta llena de gratitud por parte de Sirius. Había llegado donde James y el mismo señor Potter lo había acompañado a Gringotts esa misma mañana. El dinero era suyo. Ya no pensaba volver nunca a esa casa. Ya había tenido suficiente, y ahora no los necesitaba, pues en pocos meses tendría 17 y la fortuna sería suya. Era libre.

Por lo que Regulus le había contado en sus cartas, habían descubierto el escape de Sirius a la noche siguiente, cuando Bellatrix había pensado hacerle una pequeña sesión de tortura. No sabían como había escapado, y Bellatrix insistía en que Sara lo había ayudado.

Al fin llegaron. Regulus fue de los primeros en entrar al colegio.

- ¡Sara! ¿Cómo estas? ¿Porqué no has respondido ninguna de mis cartas? ¿No estarás molesta por lo de Bella y Sirius todavía, verdad?

- No, Regulus. Pero tenemos que hablar.

- ¿De que?

Con la mayor delicadeza posible Sara repitió las palabras que había ensayado todo el verano, y que en resumen se pueden definir como "terminamos".

- ¿Qué? – Regulus no podía creer lo que oía – Pero, ¿por qué ?

- Regulus, los siento, pero no puedo seguir contigo. Búscate una muchacha que calce mejor con tu vida, porque yo definitivamente no lo hago.

- ¿Esto tiene que ver con Sirius, verdad? – Regulus la tomó con fuerza de la muñeca y la empujó contra la pared.

- Regulus, me estás lastimando – pero Regulus estaba fuera de control.

- Siempre tiene que ser él. ¿Es por la plata, no? ¿Crees que ahora él es el Black de plata? ¡Quieres usar un apellido noble "y" tener el dinero también ¿no?!

Como se ve, Regulus también padecía la locura de la perfección del apellido Black.

- ¿Quién dice que he estado contigo por tu apellido o tu plata? No necesito ninguno de los dos. ¡Suéltame!

- ¡No!

- ¡Petrificus totalus! - Regulus cayó al piso, petrificado. Sara buscó con la mirada quien había lanzado el hechizo y vio a Sirius acercarse con sus amigos. Traía la varita afuera y apuntaba a su hermano.

- ¡Sirius! – exclamó Sara mientras se frotaba la lastimada muñeca – gracias.

- Sí, de nada – Sirius se acercó a ella. Sus amigos lo esperaron un poco atrás – ¿qué pasaba?

- Se enojó porque quebré con él.

- ¿Quebraste con él? Creí que les iba bien.

- Antes de conocer a tu familia...

- ¡Pero Regulus es de los más normales! – en el tono de Sirius había un poco de ironía.

- Sí, lo sé. Lejos de tu madre es muy agradable. Pero es que alguien me dijo estas vacaciones que no puedes estar con alguien cuando te das cuenta de que todavía estás enamorado de alguien más. Y creo que tiene razón. Nos vemos.

Sara se alejó, yendo hacia un grupo de Slytherin entre los que venía Snape. Sirius la vio irse perplejo, mientras sus amigos se acercaron a él.

- Parece que tu suerte está mejorando – dijo James poniéndole una mano en el hombro.

- No Cornamenta, creo que es la tuya. Mira quien viene ahí y que trae en la túnica.

Lily y sus amigas se acercaban a paso seguro, y ella traía una insignia de Premio Anual, igual a la que James llevaba en esos momentos.

- Creo que los Premios Anuales de cada casa tienen que reunirse algo así como una vez a la semana, hacer rondas juntos, cosas así. ¿Verdad Lunático? – Sirius le sonrió a James mientras Lupin respondía:

- Sí, justo como los prefectos. Esas reuniones son tan aburridas...

- No creo que Cornamenta se aburra - agregó Sirius antes de saludar a las chicas.


Sara llegó a la casa y oyó voces en el salón.

- ¡Se ve bien así! – era una voz de mujer.

- Con menos se vería mejor – Sara reconoció la voz de Draco.

- ¡No! Primo, tienes muy poco espíritu navideño.

- Una cosa es tener espíritu navideño y otra muy distinta convertir un salón de fiesta en una tienda de adornos navideños mal acomodada.

- ¿Cuál es el problema? – ese era Lupin.

- ¡Nymphadora quiere tapar la pared debajo de todos esos adornos!

- ¡No me llames Nymphadora!

- Bueno Nymphy.

Sara se rió con ganas y entró al salón.

- Hola Tonks!!! Llegaste más temprano. ¿Cual es el problema? Oh... ya lo veo.

Tonks había literalmente sepultado una pared del cuarto con adornos.

- ¿No te parece que se ve bien? – le preguntó Tonks.

- Sí, pero tal vez seria mejor distribuirlos más – dijo Sara intercambiando una mirada con Draco - ¿tu que crees, Remus?

- Creo que Sara tiene razón.

- ¿Se ocupan de eso mientras hablo con Remus un momento? Gracias.

Lupin siguió a Sara al salón de la par.

- ¿Cómo va Draco? – le preguntó Sara antes de tocar el tema de los Longbottom.

- De momento bien, creo. Tonks es familia y como viste ya se conocían. Aunque Andrómeda siempre fue muy apartada de sus hermanas, porque estudió en Beuxbatons y luego se casó con un muggle, murió joven y el único contacto de Tonks con el mundo mágico antes de Hogwarts era su tía Narcisa, así que conoce a Draco desde pequeño. No parecen llevarse tan mal. Ya sabes, a como podría pensarse.

- Sí, pero esto está solo que empieza. Mira, tengo que decirte algo...

Sara le contó todo lo del hospital. Lupin la miró con el ceño fruncido.

- ¿Y que hacías allá?

- Neville me invitó.

- ¿Sin ninguna razón?

- Bueno, yo le había mencionado que estaba interesada en...

- ¿Bellatrix Lestrange?

- Bueno, algo así.

- Sara...

- ¡Eso no es lo importante en este momento!

- Alice Longbottom conoció a Sara Parker de joven.

- ¿En el colegio?

- No, años después. En la época en que tu madre y Sirius eran "dos personas maduras capaces de olvidar el pasado y ser simplemente amigos". Ella era la única del grupo que trabó cierta amistad con Sara. Lily la trataba muy bien, pero tu madre a ella no, creo que le molestaba.

- Sí, mamá creía que Lily era demasiado perfecta para aguantarla.

- Sí, supongo que eso que viste fue una advertencia de tu madre a una antigua amiga, ¿porqué no consultas el diario?

- No hay nada. Me lo sé de memoria. Faltan varias hojas después de la caída de Voldemort. Pero lo que me preocupa es cómo lo vi.

- Tu madre tenía el poder de meterse en la mente de las personas. Tal vez vayas a desarrollar ese poder tu también. Debes hablar con Dumbledore.

- Bueno, pero no le va a gustar nada lo de Bellatrix.

- A mí tampoco me hace nada de gracia.

En eso alguien tocó el timbre de la casa. Los gritos de la señora Black empezaron a resonar por toda la casa. Sara dejó a Lupin para ir a callar el retrato, que apenas la vio se calló, igual que las otras veces.

Los recién llegados eran los Weasley, Harry y Hermione. Sara los saludó a todos cariñosamente, como viejos conocidos y llevaron la mayoría de sus paquetes al salón y pusieron los regalos debajo del árbol. Habían planeado repartirse los regalos a medianoche.

- ¿Estás lista? – preguntó Tonks entrando a la cocina.

- Sí – dijo Ginny - ¿ustedes?

- Yo sí. ¿Sara?

- Sí, vamos.

- ¿Dónde van? – preguntó Draco al verlas salir de la cocina cuando el venía entrando.

- A prepararse para la noche – respondió quien Draco reconoció como uno de los gemelos Weasley. Inmediatamente se dio cuenta de que estaba en una habitación llena de pelirrojos que no podían ser más que Weasleys y salió sin decir nada.

- ¡Sara! – la llamó subiendo las escaleras. La mencionada salió de una de las primeras habitaciones con un espejo en la mano.

- ¿Qué pasa?

- ¡En la cocina hay como 50 Weasleys! No me puedes dejar solo allá abajo.

- Vamos Draco, no seas ridículo, son sólo ocho, más bien siete, porque Ginny está aquí. Además están Harry, Hermione y Lupin. Sé un niño bueno, estaré abajo en un momento.

- ¿Pero qué estas haciendo?

- Alistándome. Vistiéndome. Poniéndome bonita.

- ¡Ya estas preciosa, baja conmigo!

- No voy a volver a creerte cuando me digas que estoy preciosa. Ahora, no seas ridículo y baja, ninguno de ellos muerde. Sólo aléjate de los gemelos.

- Y no te acerques a mamá – dijo Ginny Weasley asomándose por la puerta que había salido Sara – no te lo recomiendo, a menos que quieras un abrazo de "pobrecito, en un día como hoy debe sentirse tan solo..." como ha pasado diciendo todo el día.

- ¡Sara! – Draco estaba ahora realmente conmocionado, si la señora Weasley le daba un abrazo estaba seguro de que se descompondría.

- ¡Draco, ten un poco de orgullo y baja! Yo estaré ahí en un momento. Recuerda que me prometiste intentarlo.

- Hubiera sido mejor comprarte un regalo.

Sara tomó su cara entre las manos y le dio un beso en la frente.

- Te prometo que bajaré apenas pueda.

Draco la miró entrar en el cuarto y bajó, pero prudentemente se quedó en el salón, tratando de mejorar un poco la decoración de Tonks, en lugar de ir a la cocina. Sin embargo, alguien entró en el salón, pero no era ningún Weasley, era Hermione, y parecía que venía escapando de una discusión.

- ¡Por enésima vez, Ron! ¡Lo que haya entre Víctor y yo no te importa! ¡Ahora déjame en paz!

Draco la observó con atención. Tenía la cara roja, producto de la cólera y se había dejado caer en el sillón de mal humor.

- ¿Víctor, quien es, tu novio?

Hermione le lanzó una mirada asesina.

- No te importa.

- No será Víctor Krum, ¿verdad? –dijo recordando el baile del Torneo de los Tres Magos - Tienes suerte para ser una asquerosa sangre... bueno, tu sabes.

Hermione lo miró sorprendida, no había terminado el insulto.

- De cualquier forma, ¿por qué no estás con las chicas arriba? – preguntó Draco sin darle importancia al asunto.

- ¿Ya subieron? – Hermione se levantó sobresaltada.

- Hace rato.

Sin decir nada Hermione subió.

- ¿Por qué no me dijeron? – les reclamó entrando.

- Ginny dijo que seguro ibas a seguir discutiendo con Ron – dijo Tonks que trataba de decidir como usar el cabello esta noche - ¿me lo dejo lacio o rizado?

- ¿Por qué están peleando? – preguntó Sara – creo que lacio.

- Porque Víctor le escribió a Hermione – dijo Ginny riéndose - ¿dónde está el vestido-túnica que me dijiste que me traerías?

- En el armario – dijo Sara - ¿sólo por eso pelean?

- Bueno, la lechuza de Víctor llegó muy temprano y venía cansada y...-empezó a explicar Hermione, pero Ginny terminó por ella.

- ¡Y se metió al cuarto de Ron y lo despertó a las cinco de la mañana! Lleva todo el día de mal humor...

Sara se rió imaginándose la escena. Ron no soportaba la mención de Víctor Krum en relación con Hermione. Después empezaron a hablar de Draco, pues Hermione les contó lo que acababa de ocurrir.

- ¿No lo dijo completo? – Sara parecía muy feliz.

- Está muy cambiado – dijo Tonks que se había decidido por el pelo negro muy largo y suelto – ahora estuve un gran rato con él decorando y casi no se parece al primo del que tengo memoria.

- Todo esto tiene que haber sido muy fuerte para él – dijo Ginny, – espero que mamá no se meta mucho con él, ya saben como es de piadosa con las almas en pena, y Draco le da mucha lástima.

- En ese caso – dijo Sara viéndose en el espejo y chasqueando los dedos para terminar de maquillarse – lo mejor es que terminemos cuanto antes y bajemos. No nos arriesguemos a que se quede solo con ella. No creo que haya cambiado tanto.

La verdad no duraron tanto como hubieran creído, y estaban realmente hermosas, con algunos de los diseños creados por Sara de fusión de vestidos muggles y túnicas. Sara iba de azul –su color favorito-, Ginny de vino, Tonks de morado y Hermione de negro.

Cuando bajaron ya habían llegado muchas personas. Sara localizó a Draco hablando con Dung, en un rincón del salón.

- ¿Me extrañaste? – le preguntó cuando lo vio acercándose a ella tras deshacerse de Mundungus.

- Estás preciosa – dijo Draco asombrado.

- ¿Esta vez es en serio?

- La anterior también. Estaba hablando con Dung, parece que el negocio de escobas del que nos habló la última vez que estuvo en casa no le salió bien.

- ¿Desde cuando le dices Dung?

- Desde que es el único que no me ve como si no debiera estar aquí. Además hoy no huele tan mal, la señora Weasley no lo dejó sacar la pipa. ¿Lo que dijo la pelirroja es cierto?

- ¿Qué cosa?

- Lo del abrazo.

- No creo, pero mejor no correr riesgos.

Durante el siguiente rato, Sara saludó a todos los presentes y Draco recibió varias miradas de alerta por parte de Sara cada vez que veía a alguien que jamás hubiera creído que estuvieran en la Orden y parecía a punto de soltar alguna exclamación. Había algunos muy obvios, pero otros de los que no tenía ni idea, y por lo tanto, los mortífagos tampoco. Su prima había sido la primera sorpresa, pero la más grande de todas fue cuando Severus Snape llegó.

Sara y él habían estado hablando con Kinsgley Shaklebolt –mejor dicho Sara y Shacklebolt hablaban y el escuchaba- cuando habían llamado a la puerta y momentos después había aparecido en el salón Snape.

- ¡Viniste! – Sara corrió hacia él y lo abrazó - ¡creí que no podrías!

- Sólo vine a dejarte esto – le dio un regalo que traía en la mano – y ha despedirme, me voy otra vez. Vuelvo para la entrada de clases.

Sara lo abrazó de nuevo y mientras lo abrazaba le dijo con voz ahogada:

- Cuídate mucho, por favor.

- No te pongas así, claro que me voy a cuidar- Snape la separó de sí y vio que tenía los ojos llorosos – lo he hecho por mucho tiempo.

- Lo sé, pero ahora...

- Sin peros. ¿dónde está Draco? Tengo que hablar con él.

- ¡Draco!- Draco se acercó aún con expresión sorprendida y Snape lo llevó aparte, de manera que Sara no oyó de que hablaron, pero si oyó a dos personas hablar detrás suyo, los que reconoció como los gemelos.

- Esos dos juntos, ¿no te dan miedo?

- No más que ustedes dos – dijo Sara volviéndose - ¿qué tal va el negocio?

- Bien – dijo George en un tono no muy convencido.

- ¿Y eso?

- No conseguimos local en Hosgmade para la sucursal. Ya nos perdimos las navidades... – dijo Fred apesumbrado. El negocio en el Callejón Diagon iba muy bien, pero querían ampliarse a Hosgmade

- Tal vez su suerte cambie pronto – dijo Sara sonriendo – yo no me preocuparía.

Draco volvió a su lado y Snape les dijo adiós con la mano saliendo después de la casa.


El curso estaba transcurriendo muy tranquilamente. Sirius y Sara estaban muy ocupados, porque ambos presentaban importantes exámenes ese año, los EXTÁSIS y los TIMOS, respectivamente.

Las cosas entre ellos no habían cambiado mucho desde el verano, ahora los dos sabían que el sentimiento era mutuo, pero Sara había sido clara en que no podía haber nada entre ellos. Sirius había pensado muchas veces en ir a reclamarle a Dumbledore, preguntarle porqué, insistirle, pero Sara le había hecho jurar que no le diría nada, y sus amigos se lo habían impedido varias veces, aunque ninguno hallaba una explicación lógica a que Dumbledore se opusiera a su relación.

Ahora bien, ni uno ni el otro había vuelto a salir con nadie, concientes de que sería volver a caer en lo mismo, pero tampoco mantenían una relación muy unida, porque sabían que no se podían considerar simplemente amigos.

Esta situación era un poco dolorosa para los dos, pero la preferían a pelearse o a lo que significaba estar juntos como amigos deseando algo más. Además los estudios ocupaban sus pensamientos. Sara, con frecuentes ataques de estrés, era ayudada por Snape, que sacaba tiempo de su preparación para los EXTASIS para prepararla un poco mejor. Sirius, para quien estudiar nunca había sido importante pues era capaz de aprendérselo todo en una leída, había terminado en el grupo de estudio de Gryffindor. En un inicio se había negado a entrar, esperando tener el respaldo de James, pero este había sido el primero en anotarse –no hay que decir que Lily Evans era la encargada del grupo de estudio – y Lupin lo había considerado una muy buena idea. Peter por su parte estaba dispuesto a no hacer otra cosa más que estudiar todo el año porque estaba seguro de fallar en los exámenes.

La verdad es que Sirius no estaba teniendo un buen año. Sus notas seguían igual, así que no era eso lo que le preocupaba. Tenía mayores problemas.

Uno de ellos tenía nombre: Regulus Black. Su hermano estaba seguro de que él era el culpable de que Sara hubiera terminado con él –por razones distintas a las verdaderas- y su familia nunca lo perdonaría por lo de la herencia de tío Alphard. El hecho es que Regulus no lo dejaba en paz y ya habían tenido ciertos enfrentamientos y duelos, aunque Regulus siempre había llevado la peor parte, excepto el día que recibió la invaluable ayuda de su prima Narcisa. Sirius había terminado en la enfermería, en la que Sara lo había visitado varias veces.

El otro problema era menos grave según como se vea. Sirius se sentía solo. No a causa de Sara –ya había aprendido a vivir con eso- sino a causa de James. Es cierto que James, Sirius, Remus y Peter eran un grupo unido de amigos, pero ninguno significaba para Sirius lo que James, que más que un amigo era un hermano.

Las predicciones de Sirius sobre las reuniones de Premios Anuales se hicieron realidad y James pasaba mucho tiempo con Lily, a quien por fin parecía estarse ganando. Lily ejercía una gran influencia en James, quien a pesar de sus aseveraciones el año anterior estaba madurarando muy rápido. Sirius por su parte había madurado mucho en el último año, pero no tanto. Sentía que estaba perdiendo un poco a su amigo, pero no le dijo nada. Él lo entendía pues había estado en su lugar un año atrás y sabía lo molesto que sería si le decía algo al respecto. Aunque en realidad las cosas no habían cambiado tanto, James no se había convertido en un pelota empalagoso y las lunas llenas eran tan divertidas o aún más que antes. No, lo que pasaba era que Sirius estaba celoso, no de Lily, como lo estuvo James de Sara, sino del mismo James.

Esto se acentuó al llegar las vacaciones de Navidad. Iba a haber otro baile. James le pidió a Lily que fuera con él y ella aceptó. Cuando James se lo contó a sus amigos estaba tan feliz que se veía radiante. Todos se alegraron muy sinceramente por él, porque tras siete años de perseguir a Lily esta al fin le había hecho caso, sin embargo Sirius no estaba tan feliz como el resto.

La idea del baile de Navidad lo ponía de mal humor, porque no podía dejar de recordar el baile del año anterior y ahora su amigo tenía una cita, no cualquier cita sino la cita con la chica de sus sueños que tanto había esperado. Peter iba para su casa, pero Sirius no tenía donde ir, así que estaría en el colegio. Lupin, para sorpresa de todos se quedó también.

El día del baile Lily estaba preciosa, y James, con el egoísmo propio de los enamorados no tenía ojos para nadie más, pero Lupin observaba con atención a Sirius, quien en todo el día no había pronunciado palabra.

El baile estaba bueno, aunque menos brillante que el del año anterior. Sara estaba ahí con Snape, tras había rechazado múltiples invitaciones. Ese día se sentía bastante mal, porque igual que Sirius recordaba lo sucedido el año anterior.

James y Lily estuvieron bailando casi toda la noche, mientras Sirius se quedó en una esquina, taciturno y mal humorado. Cuando Lily dejó a James un momento para ir al tocador, James se le acercó.

- ¿No está genial el baile?

- No.

- ¿No lo estás disfrutando? – James estaba tan feliz que le parecía imposible.

- No.

- ¿Por qué estás de mal humor?

- No lo estoy.

- Yo la estoy pasando genial. Lily es más maravillosa de lo que hubiera podido imaginar, y creo que le gusto, en verdad que sí, hace un rato me dijo que...

- ¿Por qué no vas a buscar a alguien que le importe lo que estás diciendo? – Sirius no tenía ganas en ese momento de escuchar lo feliz que estaba siendo su amigo, cuando él estaba pasando una de las peores noches de su vida. Sara estaba ahí, y de vez en cuando lo volvía a ver, pero ninguno de los dos se atrevía a acercarse al otro a hablarle, no ese día, no esa noche. Además Snape se había encargado de mortificar a Sirius toda la noche. A veces unos gestos y miradas mal intencionadas podían causar mucho daño.

- ¿Qué quieres decir con eso? – James retrocedió ofendido.

- Que no me interesa la novela rosa barata que estás a punto de contarme. Tengo mejores cosas en que pensar.

- ¡Esto es importante para mi!

- Bien por ti. No me fastidies.

Lily volvía en ese momento y James se alejó de Sirius conteniendo todo lo que le hubiera gustado gritarle en ese momento. Lily notó lo alterado que estaba, pero James no le dijo lo que Sirius acababa de decirle.

Sirius por su parte se sentía un poco mal por haber tratado así a su amigo, pero le había servido de desahogo, aunque no del todo. Sara y Snape estaban bailando en el centro del salón. Empezó a burlarse mentalmente de la forma de bailar de Snape. De repente se dio cuenta de que Dumbledore, desde el lado opuesto del salón, lo estaba observando. Le sostuvo la mirada y Dumbledore no se inmutó. Sirius se levantó y empezó a caminar hacia él, pero tuvo otra idea: se acercó a Sara y Snape y arrebatándosela a este último de las manos la besó. Se hizo silencio en la fiesta, todos los estaban mirando. Sirius la separó de sí y le dijo:

- Me lo debías, ¿recuerdas?

Antes de que Sara le dijera nada, pues estaba paralizada entre sus brazos, Sirius miró a Dumbledore desafiante y salió del salón. Sara lo vio salir sin aliento apoyándose en Snape para no desmayarse.

James intercambió una mirada con Lupin, quien salió tras Sirius.


La cena fue bastante tranquila. Draco estaba sentado entre Sara y Tonks, y la pasó mejor de lo que hubiera creído, considerando que estaba sentado a la mesa con la Orden del Fénix. Al terminar la cena decidieron empezar a repetir regalos. Se acercaron al árbol y cogían un paquete, leían de quien para quien era y se lo daban. Sara había recibido ya unos cuantos. El primero que abrió fue el de Snape, que resultó ser el último compendio de pociones aprobado apenas un mes atrás, que traía los más últimos descubrimientos. Los gemelos Weasley le habían regalado una canasta de productos de Sortilegios Weasley. Dung, un caldero, cuya procedencia Sara no podía dudar. De repente se dio cuenta de que Draco, que un inicio había permanecido un poco apartado no estaba en el salón. Sara se incorporó y subió las escaleras sin ninguna explicación.

Una puerta estaba entreabierta. Sara se asomó y vio a Draco viendo por la ventana, con una expresión muy rara en él.

- ¿Qué haces aquí? – le preguntó entrando.

- Quería estar solo.

- Oh... lo siento – Sara dio la vuelta para salir,

- No, espera, no importa.

- ¿Qué sucede?

- Esto es tan extraño.

- ¿Qué cosa?

- Estar aquí, con la gente de la que me he burlado toda mi vida.

- No son tan malos.

- Es patético – dijo Draco alejándose de la ventana y sentándose en la cama – un Malfoy aquí. La vergüenza de la familia.

- Pero...

- Ella lo sabía.

- ¿Quién?

- Mamá. En su carta, me dijo que si algo le pasaba a ella, que tenía que ir contigo.

- ¿¿¿Qué???

- Mamá había estado muy extraña desde lo del Departamento de Misterios, yo creía que era por la detención de papá, pero luego fue mi revisión y ...

- ¿Tú que?

- Tu estás muy enterada de cómo funcionan los mortífagos. ¿No sabes que es la revisión?

- No – Sara estaba muy interesada. Draco nunca le había hablado de los últimos días de su madre, siempre contaba cosas anteriores, de cuando aún era un niño.

- Cuando el hijo de un mortífago cumple 16 años debe presentarse ante el Señor Oscuro y él se mete dentro suyo para evaluarlo. Yo cumplí los 16 en las vacaciones. No fue agradable, pero Él pareció muy feliz conmigo, yo esperaba entrar en su servicio pronto. Pero desde ese momento se puso muy desagradable con mi madre y dijo que era indigna de confianza. Luego mamá me dijo que pronto vendría una chica que lo revolucionaría todo y que ella era nuestra esperanza, de cualquiera de los dos lados. Yo no entendí lo que me dijo en esos días, creía que se estaba volviendo loca. Pero un tiempo después recuperó la cordura, poco después del escape de papá de la prisión. Sin embargo recibí una carta suya el día que llegaste al colegio, donde me rogaba que volviera a casa, desde entonces quería huir conmigo, pero después recibí carta de mi padre, diciéndome que mamá se sentía mal y que al contrario debía quedarme aquí y tratar de hacerme tu amigo, y tal vez tendría mi primera misión. Ya sabes lo que pasó después. El día en que la mataron tu me viste leyendo su carta, me decía que si no salía de ahí iban a matarme, que el Señor Oscuro me necesitaba muerto, pero si eso sucedía era el fin de todo. Me decía que no estábamos del lado correcto y que tu eras mi salvación si a ella le pasaba algo, que debió haberle echo caso a tu madre en su momento.

Sara lanzó una exclamación cuando Draco llegó a esa parte de la historia.

- ¡Claro!, bueno, no, aún no tiene sentido, pero..

- ¿Qué pasa? ¿Tienes alguna idea?

- Sí, ¿sabes lo que era la presentación?

- No.

- Cuando un mortífago tenía un niño, este debía ser llevado para ser evaluado, como la revisión que me acabas de contar.

- ¡Pero es imposible! El Señor Oscuro no puede hacer eso en alguien tan pequeño porque lo mataría.

- ¿Lo mataría? – Sara frunció el ceño

- Sí, sería demasiado poder dentro de algo tan pequeño.

- Así que esa era la excusa. –Sara suspiró con resignación- no es cierto. Una de las razones por la que Voldemort tiene tantos seguidores es porque lo creen mil veces más maravilloso de los que es. La verdad es que no puede poseer niños. Él es un maestro en Legimency, pero para eso tuvo que estudiar, practicar, etc... y puede ser vencido por Occlumencys.

- Como el profesor Snape, - dijo Draco quien aún no se había recuperado del hecho de que Snape estuviese en la Orden – debe ser magnífico para que no lo hayan descubierto, porque no confían mucho en él.

- Es un buen ejemplo. Bien, los Legimency pueden leer la mente, pero en un bebé es muy difícil, y para un ser malvado como Voldemort imposible, pues aún están llenos de no sé que, llamémoslo "sustancia" como hacía mamá. Además, en la presentación se revisaba íntegramente, como por ejemplo para qué estaba preparado o que dones especiales para la causa traía. Si sería poderoso, en que áreas, etc... Mi madre era la que hacía eso.

- ¿Tu madre?

- Sí, y tu tuviste tu presentación. Yo la leí en el diario de mi madre –mi libro negro- y hasta el momento no la había entendido, bueno, todavía no lo entiendo, pero creo que sé que quería decir tu mamá.

- ¿De verdad? – Draco la miró ansioso.

- Una parte al menos, no lo importante. Mamá recibió a tu madre a solas, a petición suya y decía que era "importante para las dos". Mamá te alzó (tenías tan solo unos meses) y no sé que descubrió, porque no lo puso, pero después se quedó sin aliento, viendo a tu madre. Narcisa le dijo que no podía decirle nada a nadie y mamá le dijo que no tenía nada que decirle, pero para darle a entender que no iba a decir nada, y le puso una especie de prueba creo. Le dijo a Narcisa que se olvidara de todo lo que había pasado entre ellas y que te llevara lejos de ahí, a algún lugar bien escondido y ella los protegería. Tu mamá no acepto. Le dijo que no había necesidad si ella –mi mamá- se comportaba. Mamá le dijo que si cambiaba de opinión, ella los protegería y que por nada del mundo le dijera a Lucius. Y si no confiaba en ella, que buscara a papá, que después de todo aún eran familia. Tu madre le dijo que no y mamá le dijo que se arrepentiría. Ellas sabían algo sobre ti, no se qué. Pero ahora Voldemort lo sabe...

- Y por eso quiere matarme – Draco se había levantado de la cama y paseaba de un lado a otro de la habitación – yo lo sentí, cuando estaba dentro de mi, sentí como si quisiera arrancarme algo y no pudo. Y tal vez se refería a tu madre, porque cuando salió de mi lo que dijo fue: "Así que eso era lo que pasaba. Ahora la entiendo"

- Ni idea.

Los dos se quedaron en silencio, hasta que Draco dijo:

- Eres la única razón por la que no odio la vida que llevo ahora, pero créeme que estoy apunto. Lo he intentado, pero no calzo con esta gente.

- Lo estás haciendo excepcionalmente bien – dijo Sara poniéndole la mano en el hombro – en serio, están impresionados.

- No he hablado con nadie más que Snape, Dung y Tonks.

- Bueno, ellos esperaban que le hicieras mala cara a todos, y has sido selectivo: los Weasley, Harry y Hermione. Eso es bueno.

- Como sea, por dicha queda poca noche.

- ¿Bajas conmigo o te quedas?

- ¿A que voy a bajar? Están abriendo regalos. Yo no tengo.

- ¿Quién dice? – Sara lo miró sorprendida – claro que tienes, pocos, pero tienes.


¡Ahí está! Espero que les haya gustado, el próximo capítulo cierra esta parte de la historia.... ¡Espero sus comentarios ! ¡REVIEWS POR FAVOR!

Sara Fénix Black