Hola a todos!!!!!!!!

Segunda Parte de la historia..... ¡esto es el puro inicio! Es como un prólogo, espero que les guste!!! Sobre todo el Sirius adulto! Bueno, eso ya me lo dirán en sus reviews.

Los personajes pertenecen a JK Rowling, Warner Brothers y otras empresas asociadas, excepto por Sara Parker, Sara Black, Madeline Wilson y otros personajes míos (ya saben, los que no reconocen de otros lados). La canción se llama Yo nací para amarte. Letra y música de Kike Santander y es interpretada por Alejandro Fernández en el disco "Me estoy enamorando". No estoy muy segura de que tanto calce con la historia, pero siempre que la oigo me trae a la mente a esta pareja.

Creo que eso es todo, contesto los reviews al final y los dejo con la segunda parte de SFP&SFB: La noble casa Black y el destino de las fénix.

II

Cosas del corazón

Engáñame, olvídame, que le importa al corazón

Si mi amor está firmado para ti, sin condición.

Castígame y miénteme, te confieso, me da igual

Hace tiempo ha decidido, mi corazón, a quien amar

No importan tus amores, no importa tu pasado

Tus pequeños errores, ya los he perdonado

Mucho antes de pecar

Y no hay nada que hacer

Yo nací para amarte y amarte sin final

Algún día lo sé, el caudal desbordado

De tus aguas llega al mar

Nada va a detener, el impulso de amar

Que me dicta el corazón

Yo nací para amarte, yo nací para amarte

Más allá de la razón

Después, al fin aprenderás

A aceptar mi corazón, si el amor es verdadero,

No se rinde ante el dolor

Te esperaré, no importa cuanto me hieras

Sin piedad

El destino está marcado, serás mía y nada más.

Y no hay nada que hacer

Yo nací para amarte y amarte sin final

Algún día lo sé, el caudal desbordado

De tus aguas llega al mar

Nada va a detener, el impulso de amar

Que me dicta el corazón

Yo nací para amarte, yo nací para amarte

Más allá de la razón

Tres años después...

Sirius había vuelto una semana antes al país. Al salir del colegio lo primero que había hecho era procurarse una casa. Una vez instalado había realizado junto a James y Lily las pruebas para entrar a la preparación de aurores, pero para sorpresa de todos no las había aprobado. La razón que en la prueba de actitud se definió que era "demasiado impulsivo e imprudente" para ser auror y se estaban admitiendo muy pocos aspirantes. Ese año se admitieron solamente dos, y esos eran sus amigos.

Aquel era un gran revés para Sirius, pero no le preocupó demasiado, no necesitaba un trabajo con urgencia, y si movía su dinero inteligentemente tal vez no llegará necesitarlo. El señor Potter lo asesoró en sus movimientos y tuvo que ir a Austria, donde metió parte de su capital en un negocio de productos de Quidditch, propiedad de unos amigos de los Potter y en el que estaba parte de su dinero. Se quedó en Viena casi medio año, disfrutando de la vida social que pueden llevar personas con fortunas tan agradables como la suya. Sin embargo, Sirius no estaba dispuesto a vivir a expensas del dinero que le dejara tío Alphard y como realmente le interesaba el combate de las Artes Oscuras decidió utilizar su tiempo de forma productiva.

Volvió a Inglaterra y buscó asesoramiento en los conocedores del tema y todos le dijeron que el mejor lugar para prepararse al respecto era la Universidad Internacional Helmut de Defensa Contra las Artes Oscuras (UIHDCAO), ubicada en Bélgica. Para entrar necesitaba unas cartas de recomendación muy buena, y no tenía la menor idea de a quien pedírsela.

Sin embargo consiguió las mejores que hubiera podido desear, y en gran parte gracias a James y Lily, o mejor dicho, a un amigo que conoció gracias a ellos.

Ambos, como futuros nuevos aurores conocían a varios de estos que se encargaban de entrenarlos. Lily y James, junto con otro muchacho llamado Frank Longbottom habían entrado en el grupo privilegiado que se le permitía trabajar junto con los aurores en algunos casos. Los tres eran excepcionalmente buenos, y en lugar de trabajar –como se acostumbraba- con aurores menores, el mejor auror de la época los solicitó para su oficina. Aquel auror se llamaba Alastor Moody.

Sirius lo conoció al volver a Inglaterra y se llevaban bastante bien. Aunque él había formado parte del tribunal que declarara a Sirius demasiado impulsivo para el puesto, creía que tenía aptitudes para el estudio y le dio su carta de recomendación. Además, como le había cogido cierto afecto en el corto tiempo que llevaba de conocerlo, le ofreció otra de un amigo suyo, y según le dijo, con una carta de recomendación de él las puertas de cualquier lugar se le abrirían. Lo citó al día siguiente en el Café Sunshine del Callejón Diagon para que hablara con aquel amigo y le diera su carta.

Sirius llegó puntual, se había arreglado lo mejor posible –aunque eso no representaba para él ningún trabajo- y ocultaba bajo su sonrisa habitual un poco de nerviosismo. Ahí estaba Moody, y lo acompañaba su mejor amigo: Albus Dumbledore.

Sirius palideció visiblemente y la sonrisa se borró de sus labios. Dumbledore nunca le daría una carta de recomendación a él. Sin embargo se equivocó, Dumbledore lo trató como un amigo al que no se veía desde hacía mucho tiempo y le dio la mejor carta de recomendación que Sirius había leído en su vida. Parecía realmente entusiasmado con la idea de que Sirius siguiera ese camino y en cierta forma le recriminó no haber demostrado ese interés en el colegio, pues el lo habría ayudado a entrar con los aurores. Sirius sabía que Dumbledore durante su ausencia había desarrollado cierta amistad con James, lo que no era extraño porque era muy buen amigo de su hermano Harold y los señores Potter, pero jamás pensó que Dumbledore fuera a ser amigable con él, incluso lo indignaba su amabilidad, después de cómo lo había tratado en el colegio. Antes de despedirse de él pensó en preguntarle por Sara, pero no se atrevió.

Los siguientes dos años los pasó estudiando en la UIHDCAO. Las vacaciones las pasaba en Inglaterra, con James y Lily y ocasionalmente, Lupin y Peter. El primero tenía grandes problemas para conseguir trabajo y el segundo era oficinista en el ministerio. Otras veces Sirius iba a Viena, a visitar unas cuantas amistades que se había hecho allí y atender sus negocios. A finales del segundo año en UIHDCAO recibió una agradable noticia por parte de James: él y Lily estaban comprometidos. Sirius se alegró sinceramente por su amigo, siempre había estado enamorado de Lily. Qué bien que los amores ideales de algunos fueran posibles.

Sara no había ocupado mucho sus pensamientos durante esos tres años. No era que la hubiera olvidado, menos aún que hubiera dejado de amarla. Bien sabemos que eso era imposible. Pero Sirius no era de las personas que se contentaban con revivir una y otra vez sus tragedias y revolcarse en su miseria y sufrimiento. No pensaba pasar el resto de su vida pensando en Sara y lo que podría haber sido. Ni siquiera puso muchas esperanzas en el plazo de 4 años que le había definido Dumbledore. No sabía cuando la vería de nuevo, no tendría noticias de ella en ese tiempo y probablemente como le dijo varias veces James –quien esperaba sinceramente que Sirius se olvidara de una vez por todas de Sara- ella lo olvidaría entre lo que le quedaba de colegio y sus viajes por el mundo. Como sabía que era imposible olvidarla y probablemente recuperarla también, optó por simplemente no pensar en ella y mantenerse ocupado. Algo que podríamos describir como enterrar su recuerdo en lo más oscuro y recógnito de su alma. Cualquiera, incluyendo a James que lo conocía mejor que nadie, habría dicho que Sirius había superado sus sentimientos por Sara y la había olvidado. El mismo Sirius se engañó al respecto lo mejor que pudo: así se sufría menos.

Sara había optado por la misma actitud que Sirius: aletargar los sentimientos. Había prohibido a Snape recordarle a Sirius en sus cartas al terminar el colegio Dumbledore la consideró curada de su enamoramiento precoz. De hecho Dumbledore creía que lo había conseguido. Sara marchó a Oriente con una gran sonrisa y Sirius entre Bélgica y Austria también parecía haber olvidado el asunto, según lo que James –de quien se había vuelto gran amigo- le había contado.

Como dijimos al inicio del capítulo, habían pasado tres años y Sirius había llegado una semana antes al país. El día que nos interesa Sirius estaba en el ministerio terminando el papeleo para que la aprobación de la licencia de la moto voladora que había comprado en Bélgica y de la que estaba muy orgulloso. Los trámites no habían ido muy bien que digamos y Sirius estaba de mal humor.

Ese día era la final de la copa de Quidditch e iba a ir con James, Lily y nuestra antigua conocida Madeline. James y Lily los esperaban en el vestíbulo del ministerio, mientras Madeline acompañaba a Sirius a recoger unos papeles en la oficina de Uso Incorrecto de la Magia.

- ¡Apúrate! Vamos a llegar tarde, ellos ya deben estar impacientes...

- James sabe que la puntualidad no es mi fuerte – contestó de mal humor Sirius que leía los papeles que acababa de recoger frunciendo el ceño y levantó la vista para ver a su amiga que lo veía enojada a su vez unos cuantos pasos delante suyo, pero algo diferente llamó su atención. Al final del pasillo estaba el ascensor y frente a él se encontraban dos chicas hablando, a una la reconoció como Amada Walfgan, del departamento de migración, con la que había tenido que hablar la semana anterior tras su llegada. Sin embargo fue la otra la que capturó completamente su mirada. Estaba de espaldas a él, pero podría jurar...

- ¡Sirius, apúrate! – gritó Madeline al verlo detenerse.

Amada Walfgan vio palidecer a la mujer con la que hablaba, quien se volvió rápidamente al oír ese nombre. Era Sara.


Harry, Ron y Hermione acababan de llegar a Hogwarts, las clases empezarían al día siguiente. Decidieron ir a ver a casa de Sara. Cuando llegaron la encontraron viendo un álbum de fotos con Draco, quien desesperado de verla siempre con su álbum en la mano le había dicho que al menos le enseñara las fotos de las que le hablaba todo el tiempo. Sara –que como vimos era muy celosa del diario de su madre, lo era aún más de aquel álbum- cedió y le enseñó el álbum. Draco no había hecho ningún comentario ni positivo ni negativo, pero Sara, gran aficionada a ver fotos le había preguntado si él no tenía algunas. Finalmente, Draco había traído su álbum familiar y ese estaban mirando cuando ellos llegaron.

Dobby les había abierto la puerta, por lo que entraron a la sala sin que ellos los oyeran llegar. Estaban en las fotos de una reunión familiar muy vieja, en la que Narcisa era una muchacha de unos 23 años. Junto a ella había una muchacha alta, de pelo negro y mirada desdeñosa.

- Hola – les dijo Sara sin volverlos a ver – Draco, ¿quién es ella?

Draco dudó antes de contestarle. Desvió la mirada y se concentro en una pequeña mancha en el suelo.

- Tía Bella.

Harry se precipitó a ver la foto, mientras Sara la tocaba como si quisiera destruirla.

- No recuerdo habértela ensañado, Potter – dijo Draco fríamente.

- Pues yo no recuerdo...- Harry no pudo terminar la frase ante una exclamación de Ron y Hermione.

- ¡Sara, Sara! ¿Qué te ocurre? – gritó Hermione a la vez que se lanzaba con Ron hacia ella.

Sara tenía los ojos en blanco y parecía que le hubiera dado un ataque. En el momento que había tocado la foto de Bellatrix había sentido la misma sensación que cuando Alice Longbottom la había tomado del brazo. Miró a su alrededor asustada. Conocía ese lugar, era su orfanato, estaba segura. Lo que no sabía era en la mente de quien estaba, hasta que oyó los fríos pensamientos de la cabeza que ocupaba en esos momentos: "Mataré dos terceras partes de los chicos. Los más pequeños, para que le duelan más". Después oyó que alguien le preguntaba: "Bella, ¿matamos a estos?" La respuesta que dio Bella heló la sangre de Sara: "ya que tenemos la oportunidad, divirtámonos un poco. Practicaremos ese suplemento de Cruciatus que nuestro señor nos ha enseñado" Sara sintió la crueldad en la mente que ocupaba, y pudo oír su pensamiento: "los ineptos de la Orden vendrán hasta mañana, así que tenemos tiempo..."

Sara se obligó a salir de la mente de Bellatrix Black. Miró a su alrededor histérica, sus amigos estaban a su lado, Draco la sostenía y estaba más pálido que de costumbre:

- ¡Están atacando el Orfanato! Ella está ahí, los van a torturar ¡Y luego los van a matar!.

Sara trató de zafarse de Draco, pero este no la soltó.

- ¿A dónde crees que vas?

- ¡Al orfanato! ¡Los va a matar!

- ¿Y que piensas hacer tu? Son mortífagos, Sara, no magos de tres al cuarto.

- ¡Suéltame Draco! – Sara encendió un poco de fuego en su mano como amenaza.

- ¡Puede ser una trampa! – dijo Hermione

- ¡Como la que le tendieron a Harry el año pasado! – agregó Ron.

- No, era real, estoy segura ¡déjenme ir! – la mesa frente a ellos estalló en llamas.

- Yo también creía que era real – dijo Harry sosteniéndola a la vez – y Sirius murió por eso.

- Nadie tiene que morir, voy a ir sola. – Sara con un último esfuerzo se liberó de Draco y desapareció.

- ¡Hay que avisarle a Dumbledore! – gritó Harry saliendo en dirección del castillo seguido de sus dos amigos. Draco recogió el álbum y observó la foto que había causado toda esa conmoción. Sonrió al ver a su tía mirar desdeñosamente por encima de su hombro a Andrómeda, luego arrancó la foto del álbum y la quemó en el fuego de la mesa, que todavía ardía furiosamente.

Harry y sus amigos habían llegado más rápido de lo que creían posible a la oficina de Dumbledore, quien había oído sus noticias con creciente preocupación.

- ¡Esperábamos ese ataque para mañana! Hestia no ha dado alarma. Debo ir a Grimmuld. Vayan a su sala común, nos comunicaremos con ustedes.

Dumbledore se acercó a su escritorio y sacó una bota que sirvió de traslador. Los tres amigos se miraron asustados. ¿Qué estaba sucediendo?


- Ve tu, Madeline. Yo los alcanzo en el estadio – dijo Sirius sin apartar la vista de Sara.

- Pero...

Madeline se dio cuenta que no recuperaría la atención de Sirius y se fue al ascensor, pasando al lado de Sara y oyendo como le decía a Amada:

- Mañana acabaremos esto. Gracias por tu tiempo, Amada.

Amada y Madeline subieron al ascensor y en el pasillo se quedaron solo Sara y Sirius. Se acercaron lentamente. Había una gran tensión entre ellos, ninguno de los dos sabía que hacer. De repente Sara le dio un estrecho abrazo que el correspondió cariñosamente. Se sonrieron abiertamente y Sirius le preguntó precipitadamente.

- ¿Cuándo volviste? Tenía entendido que andabas en Oriente.

- Ayer, pero vengo de América. Estaba en Salem, pero ya echaba de menos Inglaterra.

- ¿De verdad? – Sirius la miró con duda.

- Bueno, algo así.

- ¿y que haces aquí?

- Estoy arreglando unos asuntos, ¿conoces a Amada? Me está ayudando, porque me están haciendo problemas por unas sustancias que traigo de China. Ya sabes que hay que reportar esas cosas cuando se entra al país.

- Yo ando es esas vueltas desde la semana pasada– Sirius le enseñó los papeles que tenía en la mano –No quieren aprobar el permiso para mi moto.

- ¿Dónde andabas? – Sara le preguntó intrigada. Ella creía que Sirius había seguido su proyecto y estaba estudiando para auror en el ministerio.

- Acabo de volver de Bélgica, bueno, de Austria, más específicamente.

- ¿Bélgica? ¿Austria? ¿Qué hacías allá?

- Estudiaba y trabajaba. Hace dos semanas me gradué de le UIHDCAO y manejo unos negocios en Viena.

- ¿De la UIHDCAO? ¿negocios en Viena? – Sara lo miraba sorprendida - pero, ¿y tu carrera de auror?

- Estás muy atrasada en noticias – dijo Sirius riendo - ¿quieres ir a tomar algo? Podemos hablar y ponernos al día.

- Claro, pero tengo que ir a Gringotts a activar mi cuenta inglesa. ¿me acompañas? – dijo Sara

- Claro, podemos tomar algo en la tienda de Florean Fortescue.

- ¿Y podré ver esa moto? – preguntó Sara con cierta emoción.

- Está arriba – Sirius señaló el ascensor- ¿vamos?

Sara lo siguió sonriente. En el ascensor estuvieron callados, pero disimuladamente evaluaron al otro.

"Está más bonita aún – pensó Sirius sintiendo otra vez aquella extraña sensación que le producía la presencia de Sara y que creía haber logrado olvidar- tiene un porte elegante que no tenía antes, y se ve mucho más segura de si misma. Además tiene un aire de misterio más pronunciado, y se ve más princesa que nunca, esas ropas que lleva son claramente de influencia oriental. Me pregunto si sus viajes la habrán cambiado mucho... pero de seguro ha sido para mejorar. ¿qué irá a hacer ahora en Inglaterra? No creo que pueda trabajar en cualquier cosa... "

"Es aún más guapo de cómo lo recuerdo – pensó Sara a su vez – pero se ve algo cambiado. Parece imposible, pero creo que el travieso Sirius Black ha madurado un poco. ¡Un título de la UIHDCAO! Bélgica, Austria... no puedo creer que lo encontrara de nuevo apenas llegué al país, ¿será una señal del destino? No, nada de eso, ya no estoy en Oriente. En Inglaterra las cosas son intelectuales, no como allá... ha pasado tanto tiempo, y aún así cuando lo vi recordé la primera vez que lo vi en Hogwarts... esa mirada me sigue desarmando como antes y ese corte de pelo le queda genial, me gusta que lo siga llevando largo..."

Los pensamientos de ambos se vieron interrumpidos al llegar al piso principal del ministerio. Salieron a la calle muggle, donde estaba estacionada la flamante moto de Sirius. Sara lanzó una exclamación admirada:

- ¡Es preciosa! ¿Qué es, una Lotti belga? ¡Y es enorme! ¿no te da miedo dejarla aquí sola?

- Tiene dispositivos de seguridad.

- ¿Ya tienes el permiso muggle?

- Ya lo pedí, pero en realidad no lo necesito.

- ¿Cómo que no? Tienes que transitar por las calles muggles...

- ¿No te mencioné que... vuela? – Sirius jugueteaba con las llaves y miró a Sara de reojo, a través de los mechones que le caían al lado de la cara, para disfrutar de su reacción. Se veía realmente guapo de esa forma. Sara abrió los ojos desmesuradamente y miró la moto con una expresión tan vehemente de admiración que Sirius sonrió. Estaba muy orgulloso de su magnífica moto y le encantaba poder presumir de ella frente a Sara. Ya sabemos que Sirius era un poco presumido, defecto que Sara conocía y no le molestaba. Sirius se acercó a la moto, tomó un casco, se lo puso y miró a Sara a través de la abertura del mismo ofreciéndole el otro casco - ¿nos vamos?

Sara se puso el casco emocionada y se montó detrás de Sirius que encendió la motocicleta, la miró antes de arrancar y le guiñó un ojo. Sara sonrió emocionada y se sujeto firmemente de él. Se elevaron en el aire como una exhalación.

Sara apareció en la puerta de su orfanato. Pudo oír gritos en el interior. La puerta, que había estado cerrada con magia se abrió de par en para al levantar Sara la mano. En el vestíbulo se encontró con un mortífago.

- Desmaius! – gritó, tomándola por sorpresa. Sara levantó las manos y el hechizo le rebotó. En el suelo se hallaba una bruja que Sara reconoció como Hestia Jones. El mortífago la había estado cuidando. Sara se preguntó en un inicio que hacía ahí, pero recordó que Bella esperaba que la Orden llegara al día siguiente, seguramente el ataque debía ser al día siguiente pero previsoramente habían dejado a alguien de la Orden vigilando. Sara se inclinó sobre ella. No podía despertarla, pero no podía perder tiempo. Chasqueó los dedos e imponiendo su fuerza de voluntad a quien sabe que hechizo logró que Hestia abriera los ojos.

- ¡Sara, ¿qué haces aquí?! Ellos están...

- Ya lo sé, Quédate aquí y no dejes salir a nadie – Sara se levantó para salir corriendo, pero Hestia la detuvo.

- Me quitaron la varita.

- Toma la de ese – dijo Sara con impaciencia oyendo los gritos en el interior. El orfanato estaba muy aislado, por más que gritaran nadie iba a oírlos, excepto Sara.

- Le cayó encima y la quebró – replicó Hestia señalando las astillas en uno de los extremos quebrados.

- ¡Toma la mía! – gritó Sara lanzándosela y entrando. La verdad no la necesitaba.

En las habitaciones del primer piso estaban encerrados un montón de niños, que Sara liberó como una exhalación, ordenándoles escapar. En el segundo piso unos diez mortífagos se entretenían torturando a niños de todas las edades.

- Crucioment!!!!!- exclamaban.

Antes de que notaran su aparición Sara extendió las manos hacia ellos dejando ir ráfagas de fuego que incendiaron sus capuchas negras. Trataron de apagar el fuego echando agua por sus varitas, pero Sara era muy insistente, repelió los hechizos que le mandaron y de repente los mortífagos, como obedeciendo una señal secreta desaparecieron. Era la segunda vez que los enfrentaba y a Sara le dio la impresión de que tenían miedo de pelear con ella. Se acercó a uno de los niños en el piso que todavía estaba conciente:

- Jonathan, ¡Jonathan! ¿Dónde están los otros?

- ¿Sara? ¿Qué ocurre? – preguntó el interpelado sollozando - ¡Oh, Sara, duele mucho!

- ¡Jonathan, ¿dónde están los niños? ¿dónde está Annie?! –Annie había sido la protegida de Sara, una preciosa huerfanita de cinco años.

- En el último piso, con la mujer.

Sara puso su mano en la frente del niño, causándole gran bienestar, y luego desapareció para aparecerse en el último piso. Un grupo de unos 50 niños estaban arrinconados, llorando en un rincón, frente a una mujer de pelo negro que reía cruelmente.

- Avada Kedavra!!!!!!!! – gritó la mujer señalando con su varita a una niña pelirroja que la veía retadora. La niña cayó muerta, junto a los cadáveres de unos cuatro niños más.

- ¡¡¡¡ANNIE!!!! – gritó Sara.

Bellatrix se volvió al oír el grito y se rió con ganas:

- ¿Qué haces aquí, niña Sara? – dijo con crueldad - ¿vienes al espectáculo? ¡Crucioment!

Sara levantó las manos como escudo y se hizo a un lado, pero parte del hechizo siempre la alcanzó. Fue un dolor inimaginable, pudo oír la voz de Bellatrix:

- ¿Tratas de usar tu sucio escudo conmigo? Yo siempre pude con tu madre, y tu pareces ser aún más fácil, pues además eres tan idiota como mi primo.

Sara desapareció y se apareció tras Bellatrix, haciéndole con su brazo una llave en el cuello, y apretó con fuerza, al tiempo que le quitaba la varita y la inmovilizaba.

- ¡Escúchame bien, Bellatrix Lestrange! – dijo Sara con furia, conteniéndose a duras penas de no dar su merecido a esa infecta mujer entre sus brazos – Varias veces he dudado de mi resolución, pero tu has aclarado mis dudas, así que hoy mismo te lo juro, para que nunca lo olvides: tu morirás por mis propias manos y pagarás por todos tus sucios crímenes de una vez por todas.

- ¡Qué miedo! – dijo burlona Bellatrix cuando pudo conseguir un poco de aire, pues Sara la asfixiaba - si peleas como tu padre...

Sara presionó aún más, y sintió de nuevo a su mente sumergirse en la de Bellatrix.

Lo que vio le heló el corazón: estaba peleando con un hombre, y ese hombre era Sirius:

- ¿Eso es lo mejor que puedes hacer? – gritó Sirius en dirección a Bellatrix.

Sara cerró los ojos instintivamente, pero no miraba con los ojos, sino con la mente, y vio como el hechizo de Bella alcanzaba a su padre y se precipitaba por ese horrible arco. Sintió como un poco de fuego salió de su mano y volvió a la realidad ante el horrible chillido de Bellatrix: Sara acababa de quemarle la cara.

- Pronto verás de lo que soy capaz – dijo Sara con un tono aún más amenazador sin darle importancia. De repente oyó gritos en el piso de abajo:

- ¡Sara! – reconoció la voz de Lupin y Dumbledore. Soltó a Bellatrix y la tiró al piso, donde desapareció. En ese momento se abrió la puerta de la habitación donde estaba Sara y entró un grupo conformado por magos de la Orden, encabezado por Lupin y Dumbledore.

- ¿Estás bien? – preguntó Dumbledore acercándosele, pero Sara se lanzó sobre el cadáver de Annie, su pequeña Annie, y empezó a llorar.

El lugar ardía en llamas, cosa que a Sara no le importaba, pero a los demás sí.

- Debemos salir de aquí – le dijo Lupin poniéndole la mano en el hombro.

- Saquen a los niños – dijo Sara simplemente, mientras miraba anonada, como paralizada los cadáveres de los otros niños, llorando aún más.

Efectivamente se apresuraron a sacar a los niños, la policía muggle estaba por llegar, pues por más aislado que esté un lugar, cuando arde de esa manera llama la atención. Los dos pisos superiores estaban en llamas, pues en uno Sara había incendiado a los mortífagos y en la otra era en la que estaban. No se había dado cuenta que al quemar a Bellatrix también le había prendido fuego a las paredes de la habitación.

- Sara, debemos irnos – insistió Lupin dándole la mano.

- ¡Hay que apagar el fuego! ¡hay que salvar el orfanato! – Sara se levantó, recobrando de repente el temple perdido. Levantó las manos y cerrando los ojos para concentrarse, mientras seguían corriendo por su cara las lágrimas, atrajo el fuego a sí, apagándolo.

- ¡Sara, déjalo! – le gritó Dumbledore entrando – el escuadrón de accidentes mágicos del ministerio está en camino. No pueden encontrarte aquí. Los niños ya están a salvo.

- ¡No los voy a dejar sin hogar! ¿Sabe cuanto va a costar que el gobierno dé el dinero para restaurar esto? ¡Imagínese para reconstruirlo!

Sara desapareció y se apareció en las afueras, donde estaban los niños.

- ¡Jonathan! – llamó en medio del alboroto. El chico se acercó a ella, aún con la cara deformada de terror.

- ¡Sara! No encuentro a Annie... – Jonathan miraba desesperado entre los niños y la llamaba- el resto están bien, menos ella y los peques, Alex, Charlie, Mary, y Erica.

Sara recordó los cuerpos inertes en el último piso.

- Jonathan, ¿están el resto bien?

- Sí, sí, pero ¿quiénes eran esos hombres? – Jonathan miraba desesperado alrededor – sólo entraron llevando unos palitos de madera en la mano y la vieja les dijo que usaran el "complemento de cruciatus de su señor", lo que quiera que eso fuera. Encerraron a algunos abajo y a otros nos llevaron arriba. La mujer eligió a los más pequeños y luego, fue como si me clavaran cuchillos hirviendo y se derritiera mi cerebro, aún lo siento.

Sara se apartó cuando Jonathan se inclinó a vomitar.

- Pero ¿qué haces aquí Sara? – preguntó el chico que seguía trastornado.

- Nada, nada... – Sara se sentía cada vez peor, algunas ventanas del segundo piso todavía ardía. Llegaron los bomberos que lo aplacaron sin problema. Sara sonrió a su amigo entre lágrimas. Sintió que alguien le ponía la mano en el hombro y se volvió, era Lupin.

- Ellos estarán bien, la Orden se encargará de ellos. Vamos.

Sara asintió sintiendo que el dolor la empezaba a aplastar de nuevo. Dio a Jonathan un beso en la frente a modo de despedida y siguió a Lupin a un lugar aparte, donde desaparecieron.


¿Qué les pareció? ¿Quedó muy cruel la parte del orfanato? ¿Y que tal el reencuentro? Sé que es algo simple, pero bueno, espero que les gustara...

Ya saben, espero sus reviews con los comentarios y críticas constructivas que tengan!!!!

Quiero agradecerle a amsp14 por su ayuda con la preparación del chap para subirlo, y de una vez les recomiendo sus historias, son muy buenas. Una se llama Grabado a Fuego y ya está terminada, son sólo cuatro capítulos muy buenos, espero que se pasen por ella, (así me apoyan para pedir la segunda parte). La otra se llama Matrimonio por ¿conveniencia? Y lleva solo dos capítulos. La pareja de ambos es Severus/Tonks, está muy buena!!!!

Bien, contesto los reviews.

Jorge: ¡Hola chino! Mil gracias por el review! Eres un sol! Bueno, ya me diste casi todos los comentarios en persona, y los tomaré muy en cuenta, te lo prometo. Me alegra montones que te gustara la historia, y espero que te pongas al día que ya vas tres chaps atrás!!! Pero tranquilidad, yo sé la loquera de la U, y no sé como haces tu con dos carreras, pero bueno, gracias por el review, ahí nos vemos!!! En cuanto a lo de subirlas de una por medio, lo siento, pero ya está escrita toda así...
Aiosami: ¡¡¡MARAVILLOSA!!! ¡¡MIL GRACIAS!! Nunca habría pensado que alguien se quedara hasta las ¡¡4 a.m!! leyendo mi historia. No sabes la felicidad que me has dado. Me alegra que te gustara tanto la historia!!! Se que el titulo con el que está publicado no llama la atención y que mis summarys no son muy buenos, entiendo que te pareciera que te iba a aburrir, pero que bien que te decidieras a entrar!!! Me alivia que te parezca como manejo los personajes, porque me parece que a algunos los he cambiado más de la cuenta (entiendase Malfoy), y en cuanto al mundo de los fénix, bueno, que bien que te gusta, inventarlo fue muy divertido hacerlo, y como me lo imagino es muy interesante. Más adelante (mucho más adelante) se sabe mucho más sobre ellos. A mi me ha pasado eso de que se queda uno a la mitad o cerca de el final de una historia que le gusta y no puede acabar, pero miralo positivamente, leíste una parte completa y la segunda ya empezó. No tardé tanto después de todo. ¿Más Sirius y Sara? Entonces esto te va a gustar, ¡solo mira el título de esta parte! Creo que es la parte en que hay más entre ellos, junto con la tercera. El corazón de Sara Black es algo muy complicado, pero claro que se merece a alguien. ¿Harry? Bueno, es muuuuuuuy poco probable que sea él. Sara lo ve como un hermano muy especial, por haber sido el ahijado de Sirius, pero nada más. Aunque la relación entre ellos es muy especial. Para Sara las palabras de Harry valen mucho. Draco, bueno, es otro personaje como habrás visto, y sí que está enamorado de la chica. De eso también hay mucho en esta parte. ¿Coincidimos en algo? ¡Pues que bien! Espero que de verdad escribas tu fic y me avises, porque claro que lo voy a leer!!!! No podía ser menos, gracias por lo de maravillosa escritora, aunque no crea que yo sea tan buena, pero me haces muy feliz. Las partes que me nombras me gustan mucho. Lupin es un personaje especial en la historia, no es de los principales, pero tiene un campo muy importante en el corazón de Sara B. Y claro que tiene su papel en el pasado. Es un personaje por el que siento debilidad, mi segunda merodeador favorito (porque supongo que se nota que mi favorito es Sirius, ¿no?). Sí, a mi me habría encantado que Sirius supiese de ella, pero entonces esto sería otra historia... y claro que ella lo adora! Es Sirius Black! ¿Como no va a adorarlo? En cuanto a los desafíos de Sara a Dumbledore, bueno, es que después del quinto libro quedé muy enfadada con Dumbledore, y esas chicas lo hacen pagar por mi. No es un personaje que me caiga bien, como se puede notar... En cuanto a Ron Hermione, es muy probable, así que lo siento... pero no son una pareja muy importante, como habrás notado ellos y Harry en realidad salen poco. Me alegra que te guste la relación madre e hija en la que se basa la historia, y me parece excelente que te fijaras en el detalle de que las hojas tienen que estar en algún lado. Lo están, y van a aparecer (dentro de mucho) pero no te puedo decir quien las tiene... sigue leyendo!!!! Mil gracias por tu review, me ha fascinado, en serio, eres genial. Recuerda avisarme cuando publiques tu historia, y espero que puedas seguir esta y me digas que te pareció este chap. Gracias por el mega review, AMO LOS MEGA REVIEWS. Bss.
Andrea: ff.net a veces se pone así con los reviews, pero gracias por la insistencia, que finalmente me llegó el review. Me alegra montones que te gustara el chap entero, porque a mi me gustó mucho. La despedida es sencilla, lo sé, pero es que no quería nada muy exagerado, después de todo se van a ver de nuevo... los regalos como ya te dije me costó mucho hacerlos, la moto siempre supe que ella tenía que tenerla (yo amo esa moto y aún me pregunto que habrá hecho Hagrid con ella). ¡Me alegra que te fijaras en lo de Draco! No le pierdas atención a ese detalle. Te dije que todos los Black son importantes. El no es un Black, pero lo lleva en la sangre... sigue prestándole cuidado a ese detalle y entenderás muchas cosas más rápido (de por si que eres muy lista). ¿Intrigada? ¡Que bien! Porque tu me tienes super bateada con tu historia, ya quiero saber que le tienes planeado para mi niño, y para Remus, Alessandra, Alicia y para el resto de los heraldos!!! Y para la rata... bueno, no me meto en tu fics que esto quedaría eterno!!!

Isa: Hola!!!! Me gusta tu dirección de mail ¿sabes? Suena muy linda!! Me alegra que te haya gustado el chap, aquí está la continuación, no duré tanto...

BarbiBlack: Sirius y Sara van a sufrir mucho... pero bueno, no quiero que te mueras de angustia, pero esta parte es muy esperanzadora para ellos dos... disfrútala!!!!! Bss para ti también!!! Gracias por el review.

Bueno, eso es todo por hoy amigos!!!!

Sara Fénix Black.