Hola a todos!!!!!!!
Hay varios puntos que quiero aclarar con ustedes.....
1: Nada de lo que reconozcan es mío, sino de JK Rowling y empresas propietarias de los derechos.
2: El nombre de Ash: Ashok Sarji Akbar está tomado del libro Pabellones Lejanos de M. Kaye. El nombre como tal no aparece, sino que es un combinado de nombres de los que aparecen en el libro.
3: Ash FUE novio de Sara. YA NO SON NOVIOS. Por eso no había aparecido antes. Ahora se explica eso un poco, pero quería dejarlo claro porque por sus reviews veo que parece que más bien todavía son novios y ella no le dijo a Sirius. Si ustedes recuerdan cuando el le pregunta a ella por sus conquistas ella sonríe como si hubiese algo que no pudiese decirle... era lo de Ash.
Una vez con eso claro, MUCHAS GRACIAS por sus reviws y gracias a amsp14 por su ayuda una vez más.
Trixi-Black: ¡ISA! No, no lo habías mencionado.... ¡que bien tenerte todavía por aquí! Si, tenía que ser traumante, pero pon atención a la aclaración que puse al inicio sobre Ash. Los proyectos de Sara me alegro que te agraden. Lo del veritaserum es para poder inyectarlo a la fuerza, es más fácil que hacer que se lo traguen, además al entrar directo a la sangre hace la reacción mejor, y se pueden tirar las agujas, no es necesario el contacto directo. Es muy útil, pero el otro también está bien. En cuanto a no preocuparse, bueno, Sara parece disfrutar preocuparse, no crees?
Aiosami: ¿Cómo está la película? ¿De verdad es fiel al libro? ¿Qué tal Sirius? ¿Vale la pena la actuación de Gary Oldman? ¿Y que tal Daniel? En cuanto a Ash, mira la aclaración... Hocicos, bueno, es que se me ocurrió cuando lo escribía. Espero no haberte hecho esperar mucho...
Andrea: Lo de que sea los personajes principales… bueno, en este y el que sigue otros personajes tienen importancia, pero bueno, si es cierto que ella acapara todo. Lamento que no te guste, pero espero que te siga gustando la historia. La rapidez de mis actualizaciones depende sobre todo de la U, pero gracias por el permiso. La llegada de Ash no fue casual. Ese día se terminaba el plazo, recuerdas?? Y no llegó solo... pero sí, nos gusta interrumpir, sino, no hay historia.
Ariadna Creta: ¡HOLA Y GRACIAS! Lectora nueva... eso me hace INMENSAMENTE FELIZ!!!!!! Que bien que te gustara tanto la historia y los planos temporales. Los personajes si son muy humanos, no quise hacerlos tan fríos como suelen ser y me quedaron más bien muy OOC. Snape en especial me gusta mucho como quedó, igual que Draco. Oye, oye... MI Sirius, para aclarar, claro que tiene una vida personal, gracias por apoyar mi idea de que no era solo un merodeador pendiente de la vida amorosa de James y Lily, y espero que te parezca la clase de vida que le puse, que no es la de un mujeriego incorregible exactamente, como le suelen poner. Me se un poco de memoria los libros, así que tal vez por eso es que manejo los detalles. Sí, Harry no es realmente importante dentro de la historia, excepto en contadas partes, pero nada más. Se me fue ocurriendo poco a poco y cuando tuve lo básico me salió el resto. En realidad son cinco partes y vamos por la segunda... Me alegra montones que te hayas unido a los lectores de mi historia, y espero que te guste este chap.
Bella Black: ¡Más vale tarde que nunca! Que bien verte de nuevo por aquí. ¡Muerte a la rata! Pensé que lo de traidor ya debía ser parte de él, y esto será muy importante más adelante. Si, bueno, lo de hablar con Sara fue porque ya podía hacerlo, según su promesa hasta ese día podía volver a intentar algo con ella, y la llegada de Ash, sí, tenía que dar un poco de cólera. Me alegra que te gustaran Verni y Pet, es una de las partes cómicas favoritas para mi, y lo de cuando se convierte en perro y se le resbala la pata ¡que bien que te fijaras en ese detalle! Claro, es 100% Sirius... La actitud de Draco es muy linda, ya lo sé, no parece Draco Malfoy, y las ideas de Sara, bueno, tienes razón, son locas, pero en su momento serán útiles, al menos algunas de ellas. Los Potter, tanto Harry como James no son muy importantes en la historia, así que lo siento por lo de James pero es que es un personaje muy bueno y si lo uso mucho puede acaparar mucho la historia y la idea es que sea solo Sirius lo más posible... Pero no es que no salgan, conste que saldrán más adelante. Y en cuanto a Snivellius, lo cambié un poco y a mi también me gusta mucho, sobre todo en su relación con Sara Black. Disfruta ahora que son cómicos, que poco a poco se irán haciendo más tristes y oscuros... La fiesta! Si, bueno, suena tonto lo de Alice y Frank, pero pasa en la vida real... Me alegro que te gusten los capítulos grandes, porque seguro seguirán siendo de estos tamaños. Dumbledore seguirá sufriendo, pero luego tendré que usarlo un poco positivamente (no te preocupes, que Sara lo mantendrá en su lugar de cualquier forma).
SaraMeliss: ¡Que bien que te gustara el capítulo! La aclaración sobre Ash también va para ti... en cuanto a que no le dijera a Sirius, bueno, le daba un poco de miedo y de vergüenza supongo, se llama Ash porque Ashok es el único nombre indio que conozco bien en realidad, por un libro que leí. En el discleimer de hoy aparece. Las alucinaciones... tendrán su papel mucho más adelante, no las olvides, ok? Espero no haber tardado mucho.....
Jazuki: ¡Hola! ¡GRACIAS! Quien es Ash se explica en este capítulo, igual que la versión "oficial" de que hace ahí. Espero que se entienda, y si no, tu tranquila, pregunta. Bss y abrazos para ti tambien!
- ¡Ash, ¿qué estas haciendo aquí?!
- Dumbledore me pidió que le mandara unas cosas de allá y decidí venir yo mismo a dejárselas, y así verte.
- No me avisaste.
- ¿Te molesta que haya venido a esta fiesta?
Sara era completamente conciente de que los ojos de todos estaban clavados en ellos, pero era un par de un azul furioso los que le preocupaban y por los que habría dado cualquier cosa con tal que dejaran de mirarla con Ash.
Cuando bajaron al patio, el primer impulso de Sara fue buscar a Alice para presentarle a Ash y para su disgusto estaba al lado de Sirius. No se atrevió a acercarse.
- ¡Alice, ven acá! – la llamó. Alice se acercó sonriente – este es Ash, ¿recuerdas que te he hablado de él?
- ¿Cómo olvidar las historias sobre el sabio Ash? – dijo Alice sonriente dándole la mano – Alice Boulle, mucho gusto.
- Sabio es mucho decir, Alice.
- No te quites mérito – le dijo Sara esforzándose por sonreír.
- Sabes que no seré un sabio hasta que pase la etapa de contemplación.
- Como sea. Alice, ¿dónde está Frank?
- Con Sirius.
- Ah... bueno, podemos hablar con él después. –Sara se dirigió a Ash de nuevo, con una sonrisa que ni quienes la conocían hubieran reconocido el nerviosismo que sentía en esos momentos - Voy a presentarte a Lily, te gustará, es la "chica 10", lo tiene todo, es linda, inteligente, sincera, bueno, perfectamente desesperante. Un poco como tu. Claro, está comprometida, así que cuidado.
Sara le presentó a Ash a todas las personas presentes en la fiesta, desde Lily hasta la horrorizada Petunia cuando llegó a la casa. Todos concordaban en que era un tipo excepcional, simpático, inteligente, y sobre todo muy misterioso.
¿Todos? Bueno, no. Había una persona a la cual Sara no le había presentado a su amigo. Esa persona sin embargo, no le quitaba la vista de encima y lo seguía a una distancia prudente.
Sara se hallaba muy incómoda, pues temía la reacción de Sirius, quien se había mostrado peligrosamente reservado.
- ¿Qué te parece si vamos a otro lado? – le preguntó Sara a Ash cuando se le terminaron las personas para presentarle.
- Si tu quieres, voy a decirle a Dumbledore que me voy contigo.
- ¿Dumbledore? ¿dónde está? No lo he visto.
- Creo que está adentro, con los señores Evans, además quería hablar con el muchacho prometido con la chica de la casa, James, creo que se llamaba.
Sara miró al interior de la casa con desconfianza. Dumbledore ahí. ¿Tendría que ver con ella? Si él había llamado a Ash a propósito...
Ash marchó en dirección a la casa Evans, y Sara se apresuró a buscar a Alice.
- Me voy de aquí – le dijo cuando la encontró – llevo a Ash a casa y luego a un hotel para que se quede. Vigila a Sirius, por favor. Tengo algo que contarte rápido.
Sara le contó lo que había pasado antes de que llegara Ash.
- ¿Qué vas a hacer ahora?
- Encargarme de Ash primero. Luego trato de hablar con Sirius.
- Me da la impresión que debería ser al revés.
Sara desvió la mirada impaciente. No quería hablar con Sirius, tenía mucho que explicarle. Además, tener a Ash de vuelta cambiaba las cosas. Mentira, no las cambiaba, pero Sara intentaba convencerse de que sí.
- De cualquier forma ¿Dónde está Sirius? – preguntó Alice mirando alrededor.
- Oh no – dijo Sara con una rápida mirada alrededor.
Sara no lo vio, pero Sirius se aproximaba a Ash, que llegaba a la puerta de entrada.
Sirius había decidido aprovechar la oportunidad al verlos separarse. Se apresuró a alcanzarlo y le cerró el paso.
- Creo que no nos han presentado. Sirius Black, mucho gusto.
- Ashok Sarji Akbar, el gusto es mío.
Sirius dudó un momento si aquel era su nombre o más bien le hablaba en otro idioma. Supuso que Ash era el diminutivo que usaba.
- ¿Es usted amigo de Sara? – le preguntó Ash en un tono totalmente cortés, pero sincero, por lo que Sirius tuvo la certeza de que nunca antes había oído el nombre Sirius Black.
- Sí, soy conocido suyo, más bien – dijo Sirius en un tono mucho más frío que el usual en él -¿y usted es amigo suyo?
- Sí, la acompañé en una gran parte de su viaje.
- Ya veo – dijo Sirius sintiendo que le hervía la sangre - ¿de donde es usted?
- Dicen que soy indio, pues en esa tierra me crié, pero no soy de ningún lado.
- ¿Perdón?
- Cuando se aprende a entender el lenguaje de la vida se pasa a ser parte de esta y se dejan atrás ese tipo de clasificaciones. Usted me diría que es inglés, y yo le diría que no le es, sino que nació aquí, pero su alma está dividida entre este sitio, Viena y Bélgica.
- ¿Cómo sabe de Viena y Bélgica? – Sirius se sobresaltó.
- Sé muchas cosas – dijo enigmáticamente Ash, sonriendo.
- ¿Y que más sabe sobre mi? Si se puede saber.
- No se lo puedo decir, lo siento, hay cosas que no pueden revelarse.
Cada vez Ash le caía peor, pensó Sirius. Sin embargo estaba dispuesto a averiguar más.
- India... debe ser un lugar muy interesante. ¿Tiene escuelas de magia?
- Internados de sabiduría y ciencia, es el nombre que les damos. ¿Ha oído hablar del ISCI?
- Sí – dijo Sirius recordando una de sus últimas lecciones en la UIHDCAO. La ISCI (Instituto de Sabiduría y Ciencia de la India) era el instituto más reconocido de magia antigua, en el que se aprendía a leer las estrellas, las señales de humo, la ciencia de los centauros y la sabiduría de los sabios indios antiguos. Era muy reconocida, pero muy pocas personas podían entrar y muchas menos terminar. Se decía que sólo salía un sabio de ella cada 10 años y tenía una misión específica en la Tierra.
- Yo salí de ella.
- En que año?
- Hace un año terminé el décimo año.
Sirius lo miró sorprendido, admirado y con bastante envidia, alimentada por sus celos. Antes de que dijera nada más la voz de Sara llegó a sus oídos y la vio llegar detrás de Ash.
- ¡Ash! ¿Ya le dijiste? ¡Oh Sirius! – Sara se sobresaltó al ver con quien hablaba Ash, y se ruborizó visiblemente, tratando de no tartamudear dijo en tono cordial – que bien que ya se conocieron.
Sirius miró a Sara con una expresión de furia nada disimulada. Ash captó esa mirada y la manera en que Sara la evitaba.
- Voy a hablar con Dumbledore – le dijo Ash a Sara aún algo sorprendido por lo que acababa de descubrir, luego se volvió a Sirius – fue un placer conocerlo, señor Black, me gustaría que siguiéramos hablando otro día.
Ash entró a la casa y Sirius detuvo a Sara, que intentó seguirlo.
- ¿Novio indio, ah? ¿Sabio de la ISCI? ¿Acompañante de viaje? ¿Puedo saber cuando pensabas contarme sobre él?
- No es algo que te interese – dijo Sara bruscamente – me voy con Ash, así que no tienes que ir a dejarme.
- ¿Qué hay de lo que te dije antes de que ese sabio de pacotilla llegara?
- Ash es la mente más brillante del siglo, Sirius. Ahora que está aquí no pensaras que tengo tiempo para perder con tus tonterías, ¿verdad? – Sara habló impulsada por la vergüenza que sentía por los justos reproches de Sirius. Si ella la iba a pasar mal, que la pasara el mal también.
- ¿Tonterías? – Sirius le dejó el paso libre y bajó la vista – bien, no te molestaré para que puedas estar con tu amado indiecito sabelotodo.
- ¡Bien!
- Bien – el tono de esta última palabra fue seco, sin emoción alguna. Sirius se alejó de ella en dirección a la fiesta y antes de que Sara entrara a la casa lo vio tomar un trago de whisky ardiente y empezar a hablar con Peter.
Sara salió con Ash de la casa, sin saludar a Dumbledore, quien desde la cocina la vio pasar con Ash. Un suspiro de alivio salió de su pecho.
- Draco, ¿por qué no quieres ir?
- Sara, es estúpido que me lo preguntes.
- ¿Te vas a perder el fin de semana en Hosgmeade?
- Sí, Hosgmeade es tierra de Weasley hoy. Si pudiera ir a tratarlos mal iría con gusto, pero no creo que te agrade mucho. Me quedaré aquí.
- Pero Dobby no está.
- No necesito niñera, sólo vete.
- ¿Pero cómo vas a pasar San Valentín solo?
- Simple. Solo tienes que irte.
- Pero estabas en la invitación a la inauguración.
- Sí, algo así como: "y trae a Malfoy si no tienes donde dejarlo".
- No es cierto. Bueno, los gemelos hablan un poco en broma, ya sabes...
- No te preocupes por mi. Vete.
- Te perderás mi primer vuelo sola en la moto.
- Sobreviviré.
- Vendré temprano.
- No te apresures por mi.
- Chao, si quieres venir más tarde...
- Adiós Sara.
Draco prácticamente le cerró la puerta en la cara. Sara se puso el casco y se montó en la moto con el corazón palpitante. Pronto se elevó en el aire. Draco la vio irse y una débil sonrisa apareció en su rostro, que se borró inmediatamente.
San Valentín solo. Recordó los planes que había hecho mucho tiempo atrás, antes de todo lo sucedido. Le iba a pedir a Pansy que fuera con él y le iba a dar un anillo, para pedirle que fuera su novia. Era el mejor partido que había en el momento: sangre limpia, de mucho dinero, sofisticación y maneras. Padre seguidor del Señor Oscuro. Además era bonita y estaba realmente interesada en Draco. A este último no lo volvía loco, pero nunca había creído que el amor existiera de verdad, y no fuera una tontería en la que sólo se entretenían los débiles. El noviazgo, matrimonio y subsiguientes eran un negocio a largo plazo que había que calcular y traía ciertos placeres incluidos que podían conseguirse sin necesidad de tanta cosa. Bueno, él se había hecho débil. Había perdido el valor y la razón. Había terminado entre locos, Gryffindors y "Orderianos". La razón era Sara, como bien sabemos.
Se preguntaba constantemente si alguna vez se atrevería a decirle sus sentimientos, y la respuesta siempre era que debía esperar un tiempo. Primero se lo negó todo lo posible, pero era imposible negarlo más tiempo. Luego lo aceptó como un error que podía solucionar, pero la solución se hacía cada vez más difícil. por lo que prefirió considerarlo una enfermedad de difícil cura, sobre todo porque no estaba seguro de querer curarse. Terminó por aceptarlo resignado.
No podía decirle nada... ¿pero porqué?
Bueno, ella no sentía lo mismo. Estaba seguro. Esa era la razón principal. Se había despojado de casi todo su orgullo, pero aún lo quedaba suficiente para no arriesgarse a una negativa.
Su vida se haría muy difícil si le dijera algo, sin importar la respuesta de Sara.
Si era afirmativa en que correspondía sus sentimientos, la casa se volvería algo incómoda, pues si no lo mantenían a escondidas Dumbledore no tardaría un segundo en sacarlo de la casa, y sin tener otro lugar para que se quedara podía incluso sacarlo de Hogwarts.
Si era negativa, sería muy incómodo ver a Sara a todas horas, sería incomodo para él y para ella.
Además, Sara tenía demasiadas cosas en la cabeza con todo lo de las clases extras y sus proyectos de "llamada del destino" como para ser tan cruel de darle más cosas en que pensar y de que preocuparse.
Ese día era la inauguración de la sucursal de Sortilegios Weasley en Hosgmeade, y Sara iba para allá, a pasar un magnifico día entre Weasleys, ADs y Orderianos. A él no le gustaría estar ahí para nada, pero ella estaba ahí, y el estaba solo.
Solo, solo... siempre solo.
"No necesito a nadie" – pensó.
Mientras Sara llegó al edificio, estacionó su amada motocicleta y entró al local más lleno del momento: Sortilegios Weasley. No notó nada extraño al llegar. No sabía que había alguien vigilando el lugar. Ese alguien escribió una pequeña nota y la ató a la pata de una pequeña lechuza negra.
"Señor: No vino con ella. No va a venir del todo. Odia a los Weasley. Debe estar en el colegio. Debemos abortar plan A. Permiso para poner en marcha plan B. Lucius."
Sara Parker pasó una semana muy extraña. Tener a Ash ahí la hacía sentirse de nuevo en la India, en China, en Oriente. Ash la fascinaba a tal punto que lograba abstraerse de los pensamientos que rondaban el recuerdo de Sirius, como lo había hecho en el casi un año que habían pasado juntos.
No era que Sara estuviera enamorada de Ash. No. Había sido novia suya, cierto, y sentía por él algo muy especial en esa época, pero nada duradero en realidad. Ahora, era admiración, cariño y respeto.
Ash no había mentido al hablar con Sirius. Explicar quien es Ash es algo complicado, pero tendremos que intentarlo.
Hay personas que nacen con un destino, hay personas que definen el destino, hay personas que conocen el destino. Pero cada cierto tiempo, cuando la Providencia lo necesita, hay alguien que conjuga esas tres cosas. Ash era ese alguien.
Ashok Sarji Akbar había nacido en la India, bajo el dominio de una estrella que reveló su destino, por lo que fue llevado desde niño entre los sabios de la india al ISCI, donde fue instruido desde niño. Aunque fue mucho lo que aprendió, lo que más hizo fue descubrir muchas cosas dentro de sí y como leer un lenguaje que casi nadie más entendía. Su destino en la Tierra era uno, y se le reveló aún muy joven, pero para una mente excepcional como la suya el tiempo no contaba en la Tierra. Su destino estaba ligado al de una mujer, una joven más bien, quien vivía en Inglaterra y estaba al cuidado de un hombre que marcaría permanentemente su futuro. Que tendría que hacer, lo sabría en su momento. Cuando tendría que hacerlo, también. Quien era la chica, cuando la conociera.
Unos cuantos años antes de conocer a Sara se le reveló que aquel hombre que la cuidaba también conocía el destino de la chica, pero desde otro punto de vista y que trataba de hacer algo al respecto. Eso definiría lo que debía hacer él.
Al terminar su preparación oficial en la ISCI recibió señales para que fuera a Inglaterra. Ahí conoció a Albus Dumbledore, quien se le reveló como el hombre al cuidado de la chica.
El primer encuentro con Sara le hizo ver todo lo que iba a pasar, o bien, lo que podía pasar, pero faltaba mucho tiempo para que eso se cumpliera y Ash tuvo otro conocimiento, para el que no necesitaba nada de lo que había aprendido en su preparación: estaba enamorado.
Albus la había puesto a su cuidado para el viaje. Y las cosas entre ellos habían marchado bastante bien. Sara admiraba al sabio Ash, pero sentía cierto rechazo hacia él por ser enviado de Dumbledore. Sin embargo, Ash había logrado deshacerse de esos sentimientos y habían empezado a salir.
Ash conocía mejor que nadie en la Tierra a Sara, incluso mejor que Snape, Alice o Sirius. Él era el único que conocía de lo que era capaz, el único que sabía el futuro de Sara, el único que sabía que en el fondo del alma, Sara tenía espacio para mucha oscuridad, y ya había empezado a llenarlo, con un gran resentimiento, y un gran dolor.
Habían terminado igual que habían empezado, sin problema alguno. Se habían alejado y no habían mantenido contacto, ahora estaban en el mismo lugar de nuevo.
Sara pasó toda la semana con él, hablando de una y otra cosa, sin tocar ningún tema serio, hasta el último día.
- En fin, ¿Vas a decirme porque estás aquí? – le preguntó Sara una vez en el hotel.
- Dumbledore quería hablar conmigo.
- ¿Por qué?
- Está asustado. Hay un fuerte movimiento de magos oscuros en Inglaterra en ese momento. Un sujeto que se hace llamar Lord Voldemort ha reunido un grupo de seguidores oscuros, y se están movilizando en busca de poder. En un inicio estaban en el extranjero, pero ya se han ubicado en Londres. Quería consultarme sobre ello, porque un amigo suyo los está investigando muy de cerca, y parece que no es un grupo común y silvestre, como los que ha habido hasta ahora. La verdad es que el líder es muy poderoso y muy astuto, y representan un peligro. Harold Potter es quien los está investigando, ¿lo conoces?
Sara lo conocía. Era el hermano mayor de James, quien odiaba el nombre Harold y prefería que lo llamaran Harry. Era muy parecido a su hermano, pero más alto y mejor peinado.
- Lo conozco. Es tan pesado y entrometido como su hermano- comentó Sara – la verdad Dumbledore es algo paranoico Ash, tu lo sabes bien. Supongo que se siente amenazado por ese tal Lord, pero no creo que sea la gran cosa. Ya sabes que Dumbledore le tiene miedo a las Artes Oscuras, y no entiende que son sólo demostraciones de gran poder y lo que las hace malas es su uso.
- ¿De verdad crees eso? – Ash la miró de una manera muy especial, que Sara sabía que significaba que sabía algo que ella no.
- Sí. No me importa lo que Dumbledore diga.
- Es extraño.
- No, no lo es. – el tono de Sara estaba lleno de resentimiento y un poco de odio.
- ¿Por qué? ¿Por qué le guardas tanto resentimiento a Dumbledore?
Sara lo miró incrédulamente.
- ¿No lo sabes?
- No – Sara sabía que Ash decía la verdad.
- ¿Alguna vez le has mentido a alguien viéndolo a los ojos? – Ash negó con la cabeza, viéndola fijamente – yo sí, y es lo más espantoso que he hecho en mi vida, principalmente porque era lo último que quería hacer sobre esta tierra. Herí a quien se la dije montones, y me herí a mi misma aún más. Dumbledore me obligó a hacerlo, me obligó a renegar de mis sentimientos. Desde ese momento me alejé de él. No podía simplemente seguir haciéndole caso en todo. Le perdoné que me dejara con los Lovegood cuando mi madre había pedido directamente que me cuidara, que me encerrara en una casa por años sola también se lo perdoné, pero no puedo perdonarlo por hacerme eso...
Sara sintió lágrimas en sus ojos, y para su desconcierto, Ash sonrió:
- Así que eso fue. "yeme bien Sara. Voy a revelarte algo que es muy importante, probablemente la razón por la que estoy aquí. No espero que lo entiendas ahora, pero en su momento lo harás.
Sara asintió, aunque no había entendido muy bien, sabía que era muy importante.
- En tu viaje mucha gente te conoció y muchos concordaron en que tenías un corazón muy pequeño. No es cierto, yo sé que no es así. Tu tienes un gran corazón, pero lo entregaste muy joven. Siempre lo supe, y cuando te vi junto al joven Black, supe que a él era a quien se lo habías dado. Pero, ¿él no lo sabe, verdad?
- No.
- Debes decírselo. No puedes entregar un corazón a medias Sara, porque se desgarra. Si no lo haces llegará el momento en que tengas que tomar una decisión. Tendrás que elegir entre darlo todo, absolutamente todo por amor o darle a él tu amor. Esa decisión Sara marcará para siempre tu destino, el suyo y por dramático que suene, el del resto de nosotros. No tienes vuelta atrás. Medítalo bien. Habla con él ahora. Me voy de tu vida en este momento. No es una despedida, pues nos veremos una vez más antes de mi muerte, lo sé. Hasta ese momento, Sara.
Ash le dio un beso en la boca y se fue, con una sonrisa. Acababa de cumplir su destino, al menos, una parte.
Sara entró al local con cierta dificultad. Parecía que todo Hogwarts se había congregado ahí. Los uniformes negros y las risas juveniles llenaban el lugar. Sara trató de encontrar a los gemelos, y aunque supo donde estaban en seguida le costó bastante acercarse a ellos, pues estaban rodeados de sus fervorosos clientes y admiradores. Cuando estuvo junto a ellos los saludó efusivamente.
Estaban radiantes. La inauguración estaba siendo todo un éxito, recibían felicitaciones y admiración de antiguos conocidos del colegio y el mismo pueblo estaba revolucionado. El local era enorme y en su interior estaba lleno de todos los aclamados inventos de Fred y George. Se dividía en distintas secciones que se habían nombrado especialmente para la visita de los alumnos de Hogwarts. "Clásicos" era una sección echa en especial para los alumnos de Hogwarts y contenía las bromas más populares de los gemelos cuando estaban en el colegio: galletas de canarios, pantanos portátiles, pastillas para ponerse enfermo, etc... "Comida y diversión" era la sección de peligrosos alimentos que causaban diversos efectos a quienes los consumían: caramelos longiliunguos, galletas de invisibilidad, caramelos colorantes (que ponían tu boca fosforescente), etc... "En honor al señor Filch" era la sección predilecta para fechorías estudiantiles y "En memoria de Umbridge" los mejores trucos para estudiantes que deseaban causar caos en las clases. "Fuego y luz" dedicada a los fuegos artificiales y sus complementos, entre los que se hallaba un invento dedicado a Sara, que era el SFB, unos fuegos artificiales explosivos que se convertían en aves fénix y podían volar cerca de ti todo el día sin desaparecerse y seguían tus indicaciones. "Juegos de magia", "Juego en el aire", "Trampas y trucos", etc...
- Esto es genial – les dijo Sara mirando sorprendida a su alrededor.
- Gracias a ti – le dijo Fred abrazándola y dándole un beso en la mejilla.
- No fue nada – dijo Sara restándole importancia - ¿ya llegaron ellos?
- Mamá y Tonks están arriba. Ginny, Harry y Ron andan por ahí también.
- ¿Y Hermione?
- No vino todavía – dijo George – parece que tenía algo que hacer, aunque Ron dice que está esperando una carta de Krum.
- Voy a ver si los encuentro – dijo Sara mirando sin mucha esperanza a través del gentío – y así veo con atención la tienda.
- ¡No te olvides de llevar una cesta para echar tus compras! – le dijo Fred sonriendo.
Sara los encontró al rato. La tienda simplemente le fascino y ocupó más de una canasta para echar todo lo que llevaba. Muchas cosas las compró simplemente porque lo gustaron, le causaron gracia o pensaba usarlas con Draco, pero la mayoría las compró pensando en sus proyectos.
¿Qué tal si le decía a los gemelos? Ellos podrían ayudarla, eran inigualables inventores... pero no. No podía decirle a nadie todavía. Era cosa suya, suya y de Draco.
Una vez recorrida la tienda y acabadas las compras, Sara, Ron y Harry se reunieron con Tonks, la señora Weasley y los gemelos.
- Me alegro de que todo les vaya tan bien – dijo Harry que llevaba varias bolsas de productos, como Sara.
- Es un éxito – dijo Tonks mirando alrededor entusiasmada – debe ser la tienda más visitada del momento.
- ¡Vamos a comprobarlo! – dijo Sara sacando las llaves de la moto - ¿quiere venir alguien?
- ¡Yo te acompaño! – dijo Ron entusiasmado.
- Ron, no quiero que te subas en esa motocicleta – dijo la señora Weasley interviniendo – no es que desconfíe de ti, querida, pero es peligroso.
- Pero mamá...
- Yo te acompaño – dijo Tonks alegremente.
Sara y Tonks se fueron a dar una vuelta por el pueblo en la moto y definitivamente Sortilegios Weasley era el local más exitoso del día, por encima de Honeydunks y el romántico café del día de los enamorados. Cuando volvieron al local, Tonks se bajó de la moto para que Sara la aparcara. Se quitó el casco y se dirigió a la entrada, pero se quedó de piedra.
Sara fue a seguirla, pero al ver su actitud y la expresión en su cara siguió su mirada. Tonks veía de esa forma a una chica rubia que parecía esperar a alguien a la entrada de la tienda. Vestía a la última moda mágica y miraba a su alrededor con indiferencia marcada. Era visiblemente extranjera y los chicos alrededor suyo la miraban con admiración y trataban de llamar su atención, aunque ella los ignoraba con aires de superioridad.
- ¿La conoces? – preguntó Sara con indiferencia volviendo a ver a su amiga.
- Sí, mira – Sara volvió a ver a la despampanante rubia y vio como un chico pelirrojo se acercaba y le daba un beso – es la novia de Bill, Fleur Delacuor.
- Ya veo.
Sara sonrió al ver la expresión de desagrado de Tonks al pronunciar el nombre de la chica veela. Bill le había hablado de ella un poco. Al entrar al local Bill se apresuró a presentársela.
- ¿Dónde estaban? – les preguntó Bill acercándose con su preciosa novia – Fleur, ya conoces a Tonks, ¿verdad? Bueno, ella es Sara Black.
Fleur miró con una expresión de desprecio a Tonks cuando Bill la nombró. Se sentía claramente ofendida por la "vulgaridad" de esos cabellos cortos, mal peinados, de color naranja. Agitó su adorable cabellera rubia en forma de cascada con reprobación. Tonks no le agradaba. No era lo suficientemente "femenina" para entrar positivamente en sus cánones de belleza. Fleur no podía ver en ella una aurora entrenada, sino una chica completamente fuera de moda. A Sara en cambio le sonrió y le dio un beso en la mejilla cordialmente:
- Es un hognor conocergte – le dijo con su acento francés que tan poco había logrado corregir en su estancia en Inglaterra – Bill habla mucho de ti.
- Lo mismo digo – dijo Sara con una inclinación cortés. La chica no le caía bien, había notado como veía a su amiga.
- Dice que tienes una moto volagdora.
- Sí, la tengo. Bill, - Sara no quería quedarse conversando con Fleur - ¿dónde están los gemelos? Ya comprobamos que este es el local más visitado.
- Están arriba, en sus oficinas con mamá, Ginny y los chicos.
- Vamos a subir – dijo Sara haciéndole una indicación a Tonks para subir.
- Nosotros vamos a dar una vuelta y las vemos en el almuerzo.
Los gemelos habían reservado el tercer nivel para sus oficinas y talleres, pues eran más cómodas que las del Callejón Diagon. A estas se dirigieron Sara y Tonks. Estuvieron hablando largo rato de las nuevas promociones que pensaban sacar los gemelos y como pondrían a funcionar de nuevo las entregas por catálogo. Más tarde subieron Bill y Fleur, junto al señor Weasley, que había tenido que trabajar en la mañana.
Los gemelos habían preparado una verdadera fiesta de inauguración y ya en la tarde empezaron a repartir comida y refrescos. Todos parecían muy felices. Bueno, a Tonks parecía molestarle mucho Fleur, quien se mostraba amable pero fría a la vez. Cuando bajaron a comer a la fiesta en el segundo piso, Tonks se tropezó –algo bastante común en ella- y botó una fila de cajas de luces de bengala juguetonas de contacto. Las cajas cayeron explotando y llenando el lugar de divertidos animales fantásticos de luz que lanzaban chispas a diestra y siniestra. Se armó un gran alboroto, los más niños que estaban en ese piso bajaron las gradas corriendo, gritando asustados. Los más grandes trataron de aprovechar el caos. Los gemelos no parecieron preocupados por el desperdicio de bengalas y disfrutaron bastante el espectáculo. Sara, Harry, Ron y Ginny se reían con bastantes ganas. Fleur se había sobresaltado. Tonks se cubría la cara con vergüenza. Bill se apresuró a ayudarla a levantarse:
- ¿Estás bien? – le preguntó preocupado- ¿Te golpeaste? ¿Te quemó alguna chispa?
- Estoy bien – dijo Tonks ruborizada por el caos que había causado – lo siento mucho.
- No importa Tonks – le dijo George – diste un espectáculo que no teníamos planeado para la inauguración.
- Tal vez ahora se vendan más las bengalas – Fred sabía buscarle un punto positivo a las cosas- no te apesumbres, Tonks, de verdad, no importa, ya sabemos que eres un poco torpe.
- Y te queremos como eres – añadió George.
- Ahora, vamos a coger un poco de comida – dijo Fred– está un poco quemada por las chispas, pero bueno...
Fleur se acercó a Bill, que no se había dado cuenta de que todavía sujetaba a Tonks, tras ayudarla a levantarse. La soltó tras brindarle una cariñosa sonrisa y se fue con Fleur a la mesa.
Sara había visto lo sucedido desde lo alto de la escalera, al igual que Harry, Ron y Ginny. Los dos primeros se dirigieron a la mesa con mucha hambre, pero Ginny se quedó atrás para hablar con Sara.
- ¿Lo notaste? – le preguntó confidentemente.
- Sí – dijo Sara en voz baja - ¿desde cuando es así? No me había dado cuenta.
- Desde que lo conoció le gusta, ¿no te habías dado cuenta de que es cuando está él que se vuelve más torpe? Después de que conoció a Fleur se agravó.
- No, creo que soy poco observadora.
- Eso ya lo sabía – dijo Ginny sin que Sara captara el tono en que lo dijo, confirmando su opinión.
- ¿Y él?
- No lo sé. A veces parece que también, pero esa otra lo tiene como embrujado. Deberíamos tomar esto por nuestra cuenta.
Sara pensó en sus proyectos. No podía perder tiempo en una tontería como aquella. Allá Tonks si no podía sola. Le gustaría ayudarla, pero ahora tenía todo el tiempo ocupado, hasta que todo acabara.
- No cuentes conmigo, tengo otras cosas más importantes que hacer.
Ginny se apartó y le dijo molesta:
- Creí que Tonks te importaba más como amiga. Bueno, no importa, ya me encargaré yo. Dices que eres poco observadora, pero no creo que no te hayas dado cuenta de que en los últimos meses has estado irreconocible. Me pregunto que pasó con la buena y amigable Sara de otra época. En la AD estás callada y taciturna. No disfrutas las bromas y te has vuelto más seria y amargada que Snape y más come-libros que Hermione. Parece que él único a quien revelas tus pensamientos y el único con el que parece que sabes ser de nuevo simpática y agradable es con Malfoy. Bien, si no tienes tiempo para más amigos que Malfoy deberías quedarte solo con él.
Ginny se fue a comer con el resto y Sara la miró alejarse algo herida. ¿De verdad había cambiado en ese tiempo? Sólo se estaba tomando con la seriedad necesaria las cosas. Que ellos no supieran que estaban en guerra no era su culpa. Bastante indignada se acercó a comer y no le dirigió a Ginny la palabra.
Sara se había quedado sola, como en un trance. No supo cuanto tiempo estuvo ahí, sola, pensando en Sirius, con las palabras de Ash rebotándole en la cabeza. Le había entregado su corazón muy joven... él no lo sabía... debía decírselo... habla con él.. se desgarra...
Antes de que se diera cuenta estaba en la casa de Sirius. Tal vez si hubiera sido totalmente conciente de lo que hacía no lo hubiera hecho. Sirius estaba enojado con ella. Se le había declarado en la fiesta y ella lo había dejado solo para irse con Ash. Ash la había besado frente a él.
Llamó al timbre. Oyó movimiento en el interior de la casa. Sirius abrió la puerta. No estaba desaliñado, pero obviamente no estaba esperando visitas. Vestía unos jeans viejos y gastados y no llevaba camisa. Bueno, llevaba una guindando del hombro.
- ¿Qué haces aquí? – le preguntó a forma de saludo. Sirius estaba muy molesto con ella - ¿dónde está tu querido indiecito?
- Se fue. Quiero hablar contigo.
- ¿Ahora si tienes tiempo para mis tonterías? – Sirius, aunque no lo había admitido ante ninguno de sus amigos, se había sentido profundamente herido por la actitud de Sara al final del baile. Por sus palabras al despedirse, porque ya habían pasado ocho días y ella no había vuelto a dar señales de vida. Porque sabía que había pasado toda la semana con Ash. Porque había soñado con la posibilidad de que entre ellos volviera a haber algo y Sara se había reído de ello. Lo había llamado una tontería. Sirius era muy orgulloso para admitir que lo había herido, pero lo estaba, más profundamente de lo que creía.
- Sirius, por favor.
- Estoy ocupado. – Sirius trató de cerrar la puerta, pero Sara fue más rápida y entró.
- Sólo será un minuto.
Sirius cerró la puerta y se dirigió escaleras arriba a su cuarto. Sara lo siguió.
- Sirius, lamento mucho lo que pasó el día de Navidad, yo no sabía que Ash iba a venir, y él, bueno, tu lo conociste, es muy extraño, yo no quería lastimarte, es sólo que...
- ¿Por qué no me contaste de él? - la interrumpió Sirius al llegar a la puerta de su cuarto.
- No lo sé.
- ¿Ah no? – Sirius abrió la puerta y entró. Sara lo siguió. Vagamente percibió lo raro de la situación. Estaba sola, con Sirius, en su casa. Por primera vez subía a su cuarto. Sirius no llevaba camisa y se acababa de sentar en la cama, pero en lugar de verla a ella o ponerle algún tipo de atención, estaba doblando la camisa que llevaba en el hombro y guardándola en una maleta. ¿Una maleta?
- ¿Qué estás haciendo? – le preguntó Sara observando a su alrededor, empezando a despertar del trance en el que estaba desde que Ash se había ido.
- Estoy empacando, te dije que estaba ocupado.
- ¿Adonde vas? – Sara sonaba un poco asustada.
- A Bélgica. Voy a sacar un postgrado de seis meses.
- ¡¿A la UIHDCAO?! – Sara no trató de disimular la sorpresa ni la decepción de que Sirius se iba por seis meses – pero, ¿por qué?
- Dumbledore está preocupado por los movimientos en busca de poder de un grupo de magos oscuros. El ministerio no le ha hecho mucho caso, pero si es verdad van a necesitar a alguien preparado para enfrentarse a la magia oscura moderna, así que me pidieron que terminara mi postgrado lo más rápido posible. Me voy esta noche.
- Pero... – Sara no sabía que decirle.
- Creo que me dijiste que querías hablar conmigo, pero no respondiste a mi pregunta. ¿Por qué no me dijiste lo de Ash? Si mal no recuerdo cuando me preguntaste por mi vida amorosa después del colegio no te oculté que había salido con muchas chicas, ¿o sí?
- ¡Bueno, quizá para ti fue fácil sentarte a alardear de tus conquistas! –Las emociones de Sara se hallaban a punto de colapsar- Después de todo siempre superaste más rápido que yo lo que hubo entre nosotros. Tu lo superaste, bien, pero yo no ¡yo no! ¿Me oyes? Lo intenté, pero no pude. No podía sentarme al frente tuyo y hablarte calmadamente sobre Ash.
Sirius la miró sin creer lo que oía. Negó con la cabeza y le gritó:
- Cállate Sara, esto es lo último que quiero que me digas. ¿Crees que después de todo lo que hemos pasado puedes venir a decirme que nunca me olvidaste? ¿Qu estabas con ese estúpido sabio por pura entretención?.
- ¿Quieres saber que hubo entre nosotros? Él me amaba, yo me dejaba querer. El me idolatraba, yo lo admiraba. El me enseñaba sabiduría, yo la rechazaba pues la sabiduría me hacia ver mis errores. Él me leía el corazón mientras yo lo escondía para olvidarte. No, Sirius, por más que lo intenté, nunca te superé. Yo aún te...
- ¡No te atrevas a decirme que me amas porque no podría oírlo! – Sirius no sabía porque estaba reaccionando así, nunca creyó que el que Sara le dijera que lo amaba pudiera doler tanto. Si hubiera sido conciente de lo que sucedía se hubiera avergonzado de su conducta, pero no lo era. Sentía que se estaba ahogando. Hablaba agitadamente, como si aquella conversación fuera en exceso fatigosa. -¿Quién te ha dicho que yo superé lo nuestro alguna vez? no sabes lo que me hirió verte con ese tal Ash. Si tu me lo hubieras dicho no me habría importado, pero el que lo ocultaras me hizo pensar que tu realmente, que tu.. yo tenía la esperanza de que las cosas entre nosotros funcionaran y vino él, y supe que...
- No Sirius, no, ya no hay nada entre el yo, nunca lo hubo en realidad.
Sirius sentía un remolino de emociones dentro de sí. No podía pensar claramente. Justo ahora, cuando iba a irse, Sara venía a decirle eso. Se alejó de ella, como quien se aleja de algo que por bello, hiere. La habitación estaba oscura, pero Sara pudo ver como los hombros de Sirius subían y bajaban con una respiración agitada. Ella misma temblaba, conmocionada y sumamente perturbada, temerosa de que iba a suceder. Finalmente Sirius se volvió y dijo con voz ronca:
- No puedo hablar contigo ahora. Lo siento. Tal vez sea muy tarde, Sara. Hace una semana estaba dispuesto a darte el mundo, pero ahora... dices que Ash no significó nada, pero existió, y si me lo ocultaste fue por algo.
- Ya te dije..
- ¡Sé lo que dijiste! No estoy sordo. Es sólo que no puedo con esto ahora. Tengo que alistarme para irme. Lo siento, de verdad. Tengo que pensar tranquilamente en lo que pasó, y en lo que me dijiste ahora, no puedo en este momento, vete, por favor.
- Pero Sirius...
- ¡Vete!
Sara lo miró largamente, dio media vuelta y salió del cuarto. Bajó las gradas en un trance aún mas fuerte que el anterior. Sirius oyó cerrarse la puerta principal de la casa. Se había ido. Se pasó las manos por el cabello haciéndolo hacia atrás con fuerza. Las emociones confusas lo estaban aplastando, parecía que le faltara el aire. De repente tomó una decisión. Se puso la primer camisa que encontró sin abotonarla y salió corriendo de la casa. Miró a un lado y a otro y finalmente encontró a Sara en una esquina, alzando la varita para detener un autobús, no quería caminar. Corrió hasta ella y la tomó del brazo. Sara lo miró sorprendida, y Sirius vio que estaba llorando.
- En un poco más de un mes tengo que estar en Viena. Te espero en la Torre de Eisenstadt el 14 de Febrero, a las 8 de la noche. Ese día hablaremos– La fecha y la cita salió de los labios de Sirius sin que este la pensara bien, en medio de la turbación de sus sentidos. Necesitaba alejarse de Sara en ese momento, pero tenía que saber cuando la vería otra vez. Tenía que pensar antes de hablar con ella sobre ellos...
- Ahí estaré.
Sara se fue a su casa perdida en sus pensamientos. ¿Qué rayos había pasado? Sirius se quedó ahí de pie, y luego se devolvió lentamente a su casa a terminar de empacar.
Las cosas habían vuelto a la normalidad en la tienda. El incidente más bien había atraído más clientes curiosos y compradores de bengalas. Fred y George bromeaban diciendo que iban a contratar a Tonks de promotora de ventas.
Otro suceso que le había dado alegría a la tarde habían sido un grupo de niñas de Hosgmeade que podían tener entre 8 y 9 años que casi sepultan a Harry pidiéndole que les diera un autógrafo. Harry se había puesto de un color más rojo que el intenso color de la cabellera de los Weasley.
Sara se había apartado un poco, los gemelos estaban dando demostraciones de sus productos y la gente reía, pues ya sabemos lo cómicos que pueden ser los gemelos. Todavía se hallaba molesta por las palabras de Ginny. ¿Tendría razón? No, no, ella sólo se estaba tomando las cosas en serio...
Sara vio la escena. Tonks estaba con Ginny y Harry y se reían de las babosadas de Fred y George. Bill se reía también, mientras rodeaba a Fleur por la cintura con su brazo, la chica veela también reía. Los señores Weasley los veían a una distancia prudente. El señor Weasley sonriente, la señora Weasley con una expresión entre entretenida y reprobatoria. De repente Sara notó que faltaba alguien.
Miró todo el público congregado en el primer piso viendo las demostraciones de los gemelos. No estaba allí. Subió las escaleras, tampoco estaba en el segundo o tercer piso. Se asomó por una ventana que daba a la calle principal, ahí estaba, recostado en una de las columnas, si, ese tono de cabello tenía que ser suyo.
Sara bajó y salió pasando desapercibida. No se había equivocado. Ron Weasley estaba ahí, viendo hacia el interior de la tienda con una extraña expresión en el rostro.
- ¿Estás bien? – le preguntó Sara acercándose.
- Sí – dijo Ron con voz ronca. Se oyeron aplausos en el interior del local. Sara vio salir a los señores Weasley, que pasaron por detrás de ellos hablando, sin notar que estaban ahí. Sara pudo oír las palabras de la señora Weasley:
- Parece que van a tener mucho éxito. Hemos tenido suerte con ellos después de todo. No tengo dudas del futuro de Ginny, pero me preocupa que Ron...
No alcanzó a oír nada más. Ron había palidecido visiblemente.
- Tus hermanos son la máximo, Ron – le gritó Seamus Finnigan que venía saliendo de la tienda sin un cinco, pero con dos bolsas de artículos de broma.
Sara notó que Ron estaba azorado.
- ¿Quieres salir de aquí? – le preguntó Sara señalando la motocicleta. Ron asintió.
Subieron a la moto y Sara se apresuró a elevarse.
- Voy a llevarte a uno de mis lugares favoritos. Pero tienes que guardar el secreto.
- No hay problema.
Sara aterrizó en un precioso valle en medio de las montañas que se veían detrás de Hosgmeade. Tenía un pequeño lago y muchas flores. No parecía estar habitado.
- Aquí vengo siempre que me siento mal – dijo Sara sentándose a la orilla del lago, y metiendo los pies en el agua – lo descubrí en uno de mis impulsos de alejarme de Dumbledore cuando me trajo aquí por primera vez.
- Es muy bonito – dijo Ron sentándose a su lado - ¿aquí es donde desapareciste la vez del Boggart?.
- Sí. Es un lugar tranquilo, Te ayuda a pensar, iba a venir de todos modos, pero me parece que lo necesitabas tanto como yo.
- Estoy bien – dijo Ron – es solo que me sentía como aprisionado ahí. Ellos...
- Te entiendo – lo interrumpió Sara. Sabía que a Ron le era muy difícil expresarse sobre sus sentimientos- te sentías aplastado por el éxito de tus hermanos ¿no?
- No es que no me alegre por ellos, es sólo que Bill, Charlie, Fred y George han tenido éxito desde que dejaron el colegio, incluso cuando estaban en él. No sé si yo lo lograré.
- Claro que sí – dijo Sara con seguridad – además, eres muy exitoso en el colegio.
- Bill fue Premio Anual, Charlie fue capitán de Quidditch, Fred y George son leyendas. ¿Y yo?
- Eres prefecto, el mejor jugador de ajedrez de Hogwarts, eres un gran guardián en el equipo...
- Nadie ve eso cuando me ve. Todos ven al mejor amigo de Harry Potter. – la voz de Ron sonó amargada en exceso.
- ¡Eso no es cierto! – Sara se enojó ante esa expresión – eres una gran persona, y la gente que te conoce lo sabe y te quiere por eso ¡Empezando por Harry!
- Ni siquiera mis padres confían mucho en mí. Tu misma los oíste. Creen que me puse una meta muy alta. Nadie en mi familia cree que de verdad llegue a ser auror. Tampoco mis amigos. Hermione en definitiva no lo cree. Y lo peor es que tienen razón. Entré por la mínima a las clases que necesitaba para la carrera, el ministerio no va a aceptarme nunca.
- Tal vez el primero que debería tener confianza en ti seas tu mismo. Si tu no crees que vas a ser auror, es difícil que lo logres.
- Tu tampoco lo crees. ¿Ves lo que te digo?
- Hey, óyeme bien, Ron. Si tu quieres hacerlo, debes tener fe en ti mismo y hacerlo. Confía en ti y deja de pensar en lo que piensan los demás, porque si le das mucha importancia nunca vas a hacer nada. No te compares con tus hermanos. A ellos les ha ido muy bien. Excelente. Alégrate por ellos y sigue tu camino. Eres amigo de Harry Potter no porque sea el niño que vivió, sino porque es un gran chico, así que la gente que te ve solo como el amigo de Harry Potter no es gente que valga la pena prestarle atención. Si tus padres no confían en ti, allá ellos, demuéstrales que se equivocan. Trabaja, esfuérzate por tu sueño, y si necesitas ayuda, búscala y adelante, es más yo – Sara se interrumpió. ¿Le iba a ofrecer su ayuda? Pero tenía tanto que hacer, la guerra, los proyectos... notó la mirada expectante de Ron, y se dio cuenta de que Ginny tenía razón. Había dejado abandonados a sus amigos para embarcarse en una locura. Podía hacer las dos cosas a la vez. ¿O no? Antes de que acabara de pensar siguió hablando – voy ayudarte, si me prometes que vas a confiar en ti.
- Te lo prometo. – Ron se había sonrojado ante la regañina-consejo de Sara.
- Bien – Sara asintió satisfecha – te hacia falta una lección de autoestima de las que me daba Jonathan ¿ah?
- ¿Quién?
- Un amigo. ¿Ya estás mejor? Lamento haberte hablado así...
- No importa – dijo Ron cortándola – lo necesitaba. Gracias.
- De nada. De ahora en adelante quiero ver seguridad en ti, ¿ok?
- Ok.
Ron se quedó viendo a Sara y de repente se acercó a ella y le dio un beso.
¿QUÉ LES PARECI"?
Quiero leer sus comentarios!!!!
¿Qué les pareció la parte de Sara y Sirius? ¿Y que tal les cayó Ash? Espero que con mi aclaración y lo que se ve en el capítulo se entienda lo de su relación, sino, sólo pregúntenme...
Bueno, ya saben, espero sus reviews, espero que les haya gustado...
Sara Fénix Black
