Aclaraciones:
1. Ni Sessho ni nada de Inuyasha me pertenece, con se sensei Rumiko-san.
2. No estoy hablando de Tembiriche
3. Comentario estúpido, lo reconozco :p
El reencuentro
Luego de la batalla en el Monte de las ánimas Sesshomaru y su grupo iban de regreso a las regiones acostumbradas, todo marchaba como de costumbre cuando sin previo aviso él se detuvo y Jaken chocó contra su pierna.
¿Pero qué sucede Amo Bonito? ¿Detectó la presencia de ese horrible mounstro Naraku?
Sesshomaru no contestó y continuó caminando.
Unas horas antes de que se ocultara el sol el señor de las tierras del oeste decidió quedarse en el lugar en el que se encontraban y, somo Lin tenía habre, mandó a Jaken y al dragón de dos cebezas con ella a buscar alimento. De repente lo detectó otra vez, su olor, no podía estar equivocado era la segunda vez que le parecía encontrarlo ese día. Antes lo ignoró pensando que era imposible pero esta vez estaba muy claro, era ella.
Inmediatamente sin pensarlo dos veces salió en su búsqueda, primero caminaba, como es su costumbre pero poco a poco conforme su olor se hacía más fuerte no podía aguantar el impulso de estar con ella, de mirar sus ojos y sentirla cerca. Sin darse cuenta empezó a ir más y más rápido, en unos instantes se encontraba muy próximo a ella, a aquella criatura que lo había atrapado totalmente sin siquiera decirle su nombre.
Al estar ya muy cerca, cuando sólo los separaba un gran muro de lianas y arbustos, poco común en el bosque, pero algunas veces visible, se detuvo y reaccionó un poco.
¿Qué demonios estás haciendo? ¿Cómo puedes perder así la cabeza por alguien? -pensó antes de hacer cualquier movimiento.
Por su lado la youkai lo puso sentir desde que se acercaba.
Tiene que se él, sus pasos son como los de él... ¿Sabrá que soy yo? Pero que tonta, por supuesto que lo sabe, seguramente lo supo desde hace mucho. ¿Qué hago aquí? Ahora estamos muy cerca... ya no hay nada más que hacer, sólo queda una cosa... -pensó intentando darse valor para pasar los arbustos.
Ambos dudaban en traspasar aquella barrera que no sólo los separaba del otro, sino que evitaba que enfrentaran todo lo que aquella noche desató en ellos, todas esas emociones desconocidas y prohibidas que eran casi imposibles de apasiguar, que se defendían y luchaban contra cada intento por calmarlas, aquellas emociones que ellos se negaban a borrar.
Dio unos pasos y de pronto, sin darse cuenta de cómo había sucedido todo, ahí estaba, frente a él sólo mirándose a los ojos, mirando esos fríos ojos ámbar. Sin saber lo que hacían se abrazaron como si de ello dependiera su vida, como si nada más que estar juntos y sentir al otro importara. Temían separarse porque en el momento de hacerlo tendrían que actuar como ellos mismos otra vez.
Cuando al fin se separaron ninguno sabía qué decir, pero el pesado silencio que los rodeaba se volvía más y más insoportable.
Pensé que ibas al noroeste
Todo terminó, pensé que ibas al sur.
Cambié de opinión
Luego de decir ésto él volvió a abrazarla con mucha fuerza, sus labios se acercaron hasta llegar a tocarse suavemente, poco a poco se fundieron en un profundo y desesperado beso, intentaban detenerse por miedo a lo que pudiera suceder pero no podían, la mano de Sesshomaru se deslizó suavemente por su espalda hasta llegar a su cuello, que acarició con ternura haciéndola arquearse un poco, la youkai entendió la situación y deslizó sus manos por la túnica de su amado hasta encontrarse también en su cuello, lo atrajo hacia ella con fuerza, como rogando por sentirlo más cerca. Sus labios y sus lenguas jugueteaban al mismo ritmo. Así permanecieron hasta que no pudieron más y lentamente bajaron hasta el suelo. Ella quedó recostada sobre el pasto y él encima, se separaron un momento para mirarse, la youkai puso sus brazos a los costados como invitándolo para que hiciera con ella lo que fuera y él entendió la invitación, la recorrió suventene con la punta de sus dedos, desde sus labios, bajando lentamente por su cuello para pasar por enmedio de su pecho y continuar hata el siempre descubierto ombligo de la youkai donde se detuvo para ceder el paso a sus suaves labios, que acariciaron su vientre mientas ella sólo cerraba los ojos y dejaba escapar pequeños gemidos que lo incitaban a seguir.
Así se encontraban cuando fueron iterrumpidos por una maléfica voz.
CoNTiNuaRá...
