¡Hola!

¡Estoy de vuelta!

Me alegra montones saber que les gustó lo del sacrificio por amor. Mil gracias por sus reviews no lo podía creer cuando los conté y encontré ¡14! Muchísimas gracias.

Este capítulo es como el final de la primera parte de la Tercera Parte (¿qué enredo, no?). La otra semana voy a publicar dos chaps. No me maten por el primero, es muy corto, pero es la introducción a la segunda parte de la Tercera parte, que va de después de la iniciación a la marca. (Sigan leyendo y verán a lo que me refiero). El chap de hoy es largo en compensación del que voy a publicar el martes. El Viernes o Jueves en la noche publicaré el siguiente chap y después voy a seguir publicando una vez a la semana en esa fecha.

No creo que sea realmente necesario, pero recuerdo que los personajes pertenecen a JK Rowling, sólo unos cuantos (los que no conocen de los libros) son míos.

Contesto sus reviews y los dejo con el chap:

Angie Crowe: ¡Hola! Me alegro que te guste como se está poniendo la historia, porque cada vez se va complicando más y más (¡aunque no lo creas!). Pues Sara ama terriblemente a Sirius, creo que tal vez no se dio cuenta hasta que se vio obligada a decidir entre su vida o la de Sirius, por decirlo de algún modo. Lo ama tanto que no le importa nada más aparte que él esté bien. Pues sí, tienes razón, habría quedado cargado, de hecho hay unos chaps más adelante que sí quedaron algo cargados pues es importante lo de ambos lados. Pues yo no habría tenido problema en que hiriera a la rata, pero es que a Madeline tenía planeado matarla desde que apareció en la primera parte. Pues lo que me preguntas de la rata… ya verás que tanto sabe Sara del asunto… no te puedo decir más. ¡Espero que te haya gustado como siguió!

Bella Blackvad: ¡Hola! Me encantan tus super reviews, gracias. Sara Parker es mi favorita, no me cansaré de repetirlo. Y tienes razón, en realidad ella es más víctima que victimaria, a pesar de todo lo que va a hacer a lo largo del fic. Y ahora se libró de Dumbledore, pero cayó en Voldemort. Pues sí, ya se cumplió lo que dijo Ash, todo lo que él dice es importante. Pues la chica decidió darlo todo por amor, veamos como le va con esa elección. El ritual en un inicio no sabía como hacerlo, y sí, tomaron toda esa mezcla de sangres, pero es que siendo Voldemort no podía ser algo agradable. ¡Vas en muy buen camino con tus deducciones! Genial de verdad que veas tan bien la relación entre los dos planos. Claro, aún te faltan muchos datos. Pues no, el plan de Sara en realidad ya no sirve para nada, ¿o sí? Bueno, ya veremos que sucede con la "egoísta y caprichosa" de Sara ahora que se dio cuenta de toda la verdad y decidió renunciar a ella por alguien más. ¿Cómo se hizo tan cruel? Pues, uno, todavía no la has visto y no sabes si es tan cruel o no. Dos, si recuerdas sus diálogos sobre todo con Alice sobre lo que ocurría ella siempre ha sido indiferente al dolor de los demás que no la afectan a ella o a la gente que le importa. Tres, recuérdame decírtelo cuando termine la tercera parte, ¿vale? Pues los reencuentros de Sara y Sirius suelen ser todo menos felices. Y sí vio algo, más bien, sintió algo. Más adelante él especifica que puede sentir sus emociones. Hay un punto clave en lo que dices de la suerte. En realidad casi nadie lo ha notado, será porque casi no he hablado de ello, pero recuerda lo que dijo Sirius sobre la suerte de los Black. No te preocupes si no te acuerdas, más adelante cuando se vuelve más importante se trata ya bien el tema. De momento era solo un comentario. ¿Cómo lo dejé ahí? Tu misma lo dijiste, era una buena escena… Sara Black, bueno, Draco no está pero no puede dejar de aparecer. La pulsera todo un detalle del caballero… y lo del cinturón ya lo ves en este chap. Lo de Seth, bueno, no lo pude reprimir. Voy a actualizar menos seguido ahora que entro a clases, una vez por semana, espero que no te moleste. Las amenazas de muerte… no tengo problema con ellas mientras no se cumplan ¡Nos vemos!

Blackiegirl: ¡GRACIAS! ¿En un día? ¡Pero si son casi 300 páginas! ¡No sabes la felicidad que me da pensar que la historia engancha tanto! Muchísimas gracias por lo que dice sobre mi y mi historia, me alegra que te gusten mis niñas… yo las quiero mucho, pero prefiero a Sara Parker (y sigo de necia, pero es que es mi personaje favorito). Espero que disfrutes las vacaciones y ver otro review tuyo en algún momento. Besos para ti también.

Sabrina: ¡Hola! Muchísimas gracias por leer la historia, sé que debe dar pereza ver tanto chap por delante… ¡y muchísimas gracias por el MEGA review! Pues es que este mes estoy de vacaciones y he podido actualizar muy seguido, pero ahora ya estás al día y la puedes seguir con calma. Sí, la historia no es exactamente normal, se va complicando y complicando… Gracias, pero tengo que admitir que sin JK la historia no sería tan buena ¡qué más daría yo por decir que Sirius lo hice yo! Pero no, ella lo hizo y ella lo mató ¬¬. Por el lado de las Saras, pues la verdad es que sí se llevaron su rato, sobre todo porque a como crece la historia de uno crece la de la otra. Tienes razón con lo del plan de Sara Parker, por jugar de lista acabó atrapada. Sara Black es en realidad una chica muy confundida, pero lo de Bellatrix…yo también le llevo muchas ganas a esa maldita arpía. Yo también lloré por Sirius montones. Desde el 35 hasta el final del libro y todavía se me hace un nudo en la garganta al pensar en eso. Pero míralo como lo miró yo, él no está… eso, está al otro lado del velo, donde no podemos verlo pero sigue viviendo mientras nuestros corazones no lo olviden y den vida al magnífico Padfoot, cuya creadora trató matarlo, pero que nunca morirá pues su recuerdo es inmortal en nuestra alma, donde brilla con fuerza como la estrella que le da nombre. Pues yo a Sirius lo amo, y me alegra saber que logro transmitir eso con esta historia, por que la hice precisamente en homenaje a él después de lo del quinto libro. Pues yo también culpo a Dumbledore, es una manipulador y así lo pongo en este fic. Vale, exagero un poco, pero no me importa. Es que no lo soporto. ¿Por qué sufren? Ah…. Porque Sirius es un héroe trágico, nacido para sufrir. ¿No has visto que todas las fans de Sirius cuando escriben sobre él lo hacemos sufrir un poco? Sufren porque la vida es cruel con ellos... y porque si no, no habría historia. Pero aún no sabes como termina. Ya verás si sigues leyéndola. Bueno, a mi también me dan esos ataques, sobre todo porque a la vuelta de mi casa vive un perro negro enorme y precioso… ¿Chocolates para mi? ¡Gracias! (es que comparto esa pasión con Moony). Besos para ti. (¡y chocolates!)

Jazuki: ¡Hola! Sí, sé que has estado muy ocupada, así que doblemente tengo que darte las gracias para sacar el tiempo de seguirme leyendo. Me alegro que te haya gustado. Sí, te estás atrasando, pero ya bajo el ritmo de publicación, así que te pondrás al día. ¡Besos!

Emma Frost RB: ¡Hola! Pues no fue hasta el Viernes, por ruego de Isa que insistió mucho lo puse hoy en la noche. Espero que tus uñas hayan aguantado como valientes Gryffindor. ¡Gracias por lo de Rowling! Bueno, ya está Benamburg en ambos planos. Pues Voldemort es muy listo, no se le puede negar eso nunca. Sara se queda bien. Podía pasarle la mitad de los poderes, como él dijo. Sí es un poco menos poderosa, pero no se va a debilitar demasiado ni nada grave, él todavía la quiere trabajando bien para él. El asesinato es el primero, poco a poco irán aumentando en número y veremos la crueldad de Sara. Pues sí, que Draco es muy majo en esta historia. Espero que te guste este chap.

Sami: ¡Hola! Pues sí estoy actualizando rápido, pero bajé el ritmo a uno por semana, bueno, a partir de la otra semana. Me alegra que te parezca interesante. El diario es de mis sorpresas favoritas, pero no la mejor, ya verás más adelante. Besos.

Ariadna Creta: ¡Dejaste review! ¡Qué bien! Pues sí, esa es la idea de la historia, el sacrificio de amor por Sirius… y todas sus consecuencias. Pues yo tenía planeado matar a la rubia esta desde que la inventé, es ese pequeño mortífago que todos tenemos dentro el que me hizo crearla. Y siendo Sara como es me pareció la victima más apropiada. Bueno, espero que te guste esta parte. Besos desde San José Costa Rica.

Loraine-Potter: ¡Hola! ¡Pero claro que me causa emoción! Si hay algo que amo después de Sirius ¡SON LOS REVIEWS! Así que mil gracias por sacar el tiempo para dejarme uno. Me alegra montones que te guste mi historia y su trama. Yo también prefiero esa parte, porque sale mi amado Sirius y Sara Parker es mi favorita de la historia. El ritmo de narración en dos planos me costaba en un inicio, ahora me acostumbré a manejarlo, así que me alegra que te parezca que da buenos resultados. Lo del romanticismo… es un poco trágico en la historia, ¿sabes? ¡No la dejaré abandonada por nada!

Andrea: ¡Hola amiga! Pues el giro en sí se puede decir que es que se termina de descubrir la verdadera razón de Sara para ser mortífaga, entiéndase: el sacrificio por amor. Ya verás lo de la noche de los Potter, todavía falta mucho para llegar a eso, pero bueno. La muerte sí es muy rápida, pero es que era la primera y con toda la Orden ahí no podía ponerse a torturarla y todo. Podría haber esperado, pero Bellatrix la vigilaba de cerca y no podía arriesgarse. Ya te dije lo de los finales de las partes. Espero que te guste y nos vemos en el MSN.

Leo Black Le-fay: ¡Hola! Pues sí, es una idea muy romanticona, pero es lo que nutre en gran parte esta historia, el amor de ellos es tan grande que da paso a ese sacrificio… y a todo lo que viene después. Sobre lo que me dices, bueno, ya verás como se desarrolla. ¡Nos vemos!

Amsp14: ¡Hola! Pues seguí ya con la historia, claro que Sara está super enamorada… ¡si es de Sirius de quien hablamos! Pero bueno, ya sabes, la siriuscitis es una de las responsables de esta historia. Bueno, ya leíste la conversación, lo que sigue espero poder escribir hoy, pero con la contestación de estos reviews y los de esa chica es mía más el calor no sé que tanto pueda escribir. Nos vemos.

Valeska: ¡Hola! Sí, Sara Parker cae en una trampa y por amor se hace mortífaga. ¿Sorprende, verdad? Esa era la idea, pero es que la hija la pinta como el mismo demonio, pero ya veremos si Sara hace méritos a eso. ¿También la habrías matado? Pues yo la hice en especial para matarla, nadie lo diría cuando aparece la primera vez, pero para eso la inventé. Tal vez era mejor que nadie la viera, pero tuvo lo bueno que la viera Sirius. En los otros chaps verás porqué. La personalidad de Draco de este fic no sé de donde la saqué, porque es todo menos un Malfoy. Me alegra que disfrutaras la carta. ¿Leíste las otras? ¡Gracias! La de Bella sí la voy a seguir, pero no sé cuando, es que quiero dedicarme bastante a esa. Siempre a mi la hice dedicada a todas las personas que me dejan review en esta historia, gracias por leerla, es de lo más triste que he escrito después de esta. La del Ángel me cuesta mucho, es que tiene mucha comedia… Gracias por ver mis otras historias. Seguí esa chica es mía. Espero que te guste este capítulo, y que me dejes tu review. Nos vemos.

Julieta Black Potter: ¡Hola de nuevo! Gracias por el review de nuevo. En este chap Sirius habla de sus impresiones en la mente de Sara. Tus dudas: la chica se hizo mortífaga por amor. Tu misma juzga de aquí en adelante que tan buena o mala es según eso y lo que hace. Todo lo que dice el diario es lo que ella necesitaba que creyeran sobre ella. Hay cosas que realmente hizo, hay otras que… nada que ver. Y lo de Sara Black, tendrás que llegar al final de la historia para saberlo, no te lo puedo decir desde ahora. Sara Parker siente con intensidad, pero tiene que aprender a controlarse ahora que es la vida de Sirius lo que está en juego. Espero que te guste el chap.


La iniciación


- Estoy feliz contigo. Cumpliste tu misión.

- Mi señor...

- ¿Sí, Bella?

- ¿Mi testimonio no cuenta?

- Sí, claro. ¿Qué quieres agregar al hecho de que Wilson esté muerta?

Sara se encontraba con Lord Voldemort y Bellatrix en sus habitaciones. Ambas tenían que darle cuentas de lo sucedido.

- Ella pudo matar a otros antes. Dudó en hacerlo.

- Mi misión era matar a alguien. No al primero que pasara. – replicó Sara.

- ¿Y por qué no mataste a alguno de los otros? – le preguntó Voldemort directamente.

- Quería que mi primer asesinato significara algo, mi señor. No tengo nada contra Lupin o los otros. Pero Madeline nunca me cayó bien, desde el colegio.

- Bien. Hoy en la noche harás tu juramento frente a los demás. Pero contigo haremos dos excepciones.

Bellatrix se agitó un poco. ¿Por qué siempre hacía su señor excepciones con Sara?

- Dirás el juramento descubierta – los mortífagos no se conocían todos entre sí, y al hacer su juramento lo hacían frente a todos, pero cubiertos con una capucha – y no te marcaremos todavía.

Bellatrix se agitó aun más, y Voldemort lo notó. Se volvió y le preguntó con ira:

- ¿Dudas de las indicaciones de tu señor?

- Mi señor... – replicó Bellatrix – todos los mortífagos están marcados.

- Pero nuestra querida Sara es más una obligada que una mortífaga. Hasta que te sientas como una tendrás la marca. Y tu, Bella, ten más cuidado con dudar de las indicaciones de tu señor.

°°°

- Sirius, ¡ELLA MATO A MADELINE!

- James, ya lo sé – replicó Sirius. Estaba sentado en un sillón con la cabeza entre las manos – pero lo sentí, lo vi. Ella no quería hacerlo.

- Se apareció, levanto la varita y dijo Avada Kedavra. Eso me parece suficiente.

- Lo sé. Pero la obligaron a hacerlo, estoy seguro.

- ¿De verdad? – el tono de James era escéptico, pero su amigo sonaba convencido de lo que decía, así que suavizó el tono– habla con Dumbledore.

- Tenemos que hablar con Dumbledore. –dijo Sirius remarcando las palabras- No puede dejar a Sara con los mortífagos.

- ¿No oíste lo que le dijo a Dumbledore? Sé que no quieres creerlo, Sirius, pero es una de ellos.

- Lo sé, pero ella no quiere serlo – dijo Sirius. James le dio una palmada en la espalda sin saber que decirle. Su amigo creía en esa conexión pero él no podía.

°°°

- ¿Vas a hacer tu juramento hoy? – Snape miraba a Sara asombrado. A él le había tomado dos años.

- Sí – le dijo Sara mirándolo con una pequeña sonrisa. No era una sonrisa de las de siempre. Ahora era dura, fría.

- ¿Pero y la prueba?

- Ya la hice. ¿A que no adivinas a quien maté? – dijo Sara con el tono de un niño que le pregunta a la mamá que adivine que hizo en su primer día de clases. Snape la miró con más sorpresa aún y un poco de horror. Nunca había pensado en oír a Sara hablarle de muertes de esa forma.

- Ni idea – le dijo.

- ¿Te doy una pista? La conocimos en Hogwarts, era una rubia estúpida y desabrida. Estaba en Gryffindor y anduvo babeando detrás de Sirius hasta que le hizo caso y estuvo con ella medio año, todo un récord.

- ¿Madeline Wilson? – Snape la miró sin creerlo. Sara había matado a una mujer.

- ¡Sí! – exclamó Sara con emoción - ¿no te parece genial? Bueno, creo que mejor me voy, tengo que alistarme para la juramentación.


Era una tranquila mañana de Julio, en el número cuatro de Prive Drive sonó el teléfono, y Dudley Dursley contestó:

- Buenos días. ¿Se encuentra Harry? – le preguntó una amable voz femenina al otro lado de la línea.

- ¿Ha…ha…Harry?

- Sí – dijo dudando un momento la otra voz- ¿es la casa de los Dursley, no?

- Eh… sí.

- Bien, ¿podría hablar con Harry Potter, por favor?

- ¿Quién es u…u…sted?

- Sara Black, una amiga – contestó ya cansándose de esa conversación.

- Pa…papá dijo que ustedes no po…podían llamar aquí.

- ¿Nosotros? –Sara recordó las historias de Harry sobre su familia y perdió su paciencia, tomando un tono de voz peligroso- mira chico, ¿has oído hablar de hechizos a la distancia?

Ponme a Harry si no quieres sufrir uno.

- ¡MAMÁ! – Dudley salió corriendo escaleras arriba a buscar a su madre, dejando el teléfono descolgado. Harry venía entrando a la sala en ese momento. Había vuelto a pasar el tiempo necesario en casa de los Dursley después de que Sara volviera a casa de los Weasley. Habían pasado a penas unos días de eso. Cogió el teléfono asombrado mientras oía arriba como su tía trataba de calmar a su primo.

- ¿Aló?

- ¡Harry!

- ¿Sara?

- Sí, ¿ese era tu primo? No me habías dicho que era tartamudo.

- Sara, ¿qué pasó? – le preguntó Harry un poco sorprendido. Nunca antes lo habían llamado por teléfono, excepto la vez que Ron lo llamó, pero no había podido hablar con él.

- Me preguntaba si querías salir.

- ¿Salir? – le preguntó extrañado – creí que tenías que estar en reposo.

- Ya llevo cuatro días en reposo – contestó con voz aburrida Sara – vamos a divertirnos. Estaba pensando en llevar a Ron y Gin a la ciudad muggle, ya sabes, darles un tour. Hermione nos espera allá con ellos.

- ¿Ellos ya están en la ciudad?

- Sí, yo vine por ti.

- Sara, ¿dónde estás?

- Eh... Magnolia Cresent, creo que decía ese cartel, ya casi estoy en tu casa.

- ¿Aquí? – Harry se acercó a la ventana – pero…

- ¿Para que crees que tengo una moto? En media hora estaremos ahí.

- Pero, ¿de donde me estás llamando?

- Bah... me compré mi regalo de cumpleaños un poco antes.

- ¿Te compraste un celular?

- Ajá, eh… ¿número 8?

- Cuatro.

- Ok, ya llegué.

- Sí, te veo.

- ¿Vienes?

Harry dudó un momento.

- Eh… Claro.

En el momento en que Harry cerraba la puerta su tía venía bajando las escaleras. Lo llamó, pero Harry no le hizo caso.

Tía Petunia se acercó corriendo a la ventana, para ver como Harry se ponía un casco y se subía a una moto frente a una chica, y luego se alejaron. Sintió que las piernas le flaqueaban y se dejó caer en un sillón.

- Dudders, cariño, ¿qué nombre dijo la chica?

- Sara Black – le dijo su hijo asustado de ver a su madre así.

- Imposible – susurró para sí – esto es una pesadilla…

- Mamá, ¿qué pasa? – Petunia miró a su hijo volviendo a la realidad. Se puso de pie y le dijo autoritariamente.

- No le digas nada de esto a tu padre.

- Pero...

- Lo digo en serio. Ni una palabra sino quieres quedarte sin televisión.

Tía Petunia subió las gradas rumbo a su habitación, mientras su hijo la veía sin entender nada.


Sara estaba lista para la juramentación. Estaba sola, esperando que la llamaran al salón. En el estaban reunidas una gran cantidad de personas, formando un círculo con un vacío en el centro, donde estaba Voldemort y donde ella sería conducida. Sara sabía bien que los encapuchados que quedaban más adentro en el círculo, y por lo tanto al frente de lo que iba a suceder eran los mortífagos. Los que se ubicaban detrás de estos eran los discípulos y próximos mortífagos. Detrás de estos estaban los seguidores distinguidos.

Aún estaban llegando algunos. Uno de ellos cogió a Sara por el hombro. La chica se volvió sobresaltada, pero al ver quien era sonrió.

- Severus, deberías estar adentro.

- ¿Estás bien? – le preguntó en tono preocupado.

- Sí – la voz de Sara no dejaba notar ningún nerviosismo – no te preocupes por mí. Estoy bien. Además, no van a marcarme todavía.

- ¿No van a marcarte? – repitió extrañado. Antes de que hiciera otro comentario al que no estaba preparada para responder Sara cambió de tema.

- Esta capucha no me gusta – dijo viéndose a si misma- es muy grande.

Severus la miró como si quisiera saber que le pasaba. Sabía que le estaba ocultando algo. Su amiga no era así. Bueno, sí lo era, ya la había visto un sin número de veces verse con esa expresión cuando se ponía el uniforme del colegio, que le parecía poco favorecedor. Pero había matado a alguien esa mañana. No era normal que en esos momentos en que iba a jurar su vida de servicio a Voldemort se preocupara por el mal diseño de una túnica.

- Severus amigo, ¿qué sucede?

- Karkarov – saludó al recién llegado – estaba hablando con Sara.

El ruso se quedó viéndola con la boca abierta. Nunca había visto a una mujer tan linda en su vida, pero tampoco con una expresión así. El rostro de Sara no denotaba ninguna emoción. La chica le dio la mano y luego lo dejó entrar al salón. Cuando Severus iba a seguirlo lo detuvo y le dijo:

- Ten cuidado. Ese buscará refugio en ti y clamará por tu ayuda. Pero cuando su cuello esté en juego y tu no estés ahí te traicionará.

Severus no entendió bien que le había dicho su amiga, pero no le quedó más que entrar en el salón, la ceremonia iba a empezar.

°°°

Nadie dudaba que Sara era una mortífaga. Sólo una persona.

Sirius y Dumbledore estaban en la oficina de este último en Hogwarts. James era el único que había dado apoyo a su amigo, aunque tampoco creía que Sara no fuera mortífaga a propósito. Sirius no les había dicho nada al resto de su conexión, sólo James sabía de ella. El resto suponían que Sirius estaba mal y le habían expresado su simpatía, pero ninguno consideró la posibilidad de que Sara no fuera lo que era por voluntad propia. El pasado de la chica la acusaba. Su actitud indiferente, su insistencia en que las Artes Oscuras no eran malas. Su rápida desaparición. También unos meses atrás Alice había encontrado algunas cartas de las que Sara había estado recibiendo, y eran de un mortífago, que de feria era su mejor amigo.

- Sirius, sé que esto es difícil para ti – le dijo Dumbledore – en especial para ti. Pero tienes que aceptarlo. Sara nos ha dejado para siempre.

- ¡No! – le dijo Sirius – usted no tiene la conexión que yo tengo con ella. Usted no la conoce como yo. Sara tiene una buena razón para lo que está haciendo. Estoy seguro. Tiene que hacerlo. La están usando, la están obligando. Ella no quiere hacerlo.

- Sirius, sé que te gustaría pensar eso. Pero vuestra conexión tiene que haber desaparecido hace mucho tiempo.

- ¿Según quien? - le preguntó Sirius con furia - ¿usted? Nadie conoce a los fénix tan bien como para decir que puede ser y que no. La conexión existe y yo lo sé.

- Sirius, Sara mató a alguien. Utilizó una maldición imperdonable. ¿Acaso Madeline no te importaba?

- ¡Claro que sí! Era de mis mejores amigas. Pero Sara... no digo que sea inocente, sé que lo hizo. Pero… –Sirius lanzó una exclamación de impotencia- ¿Cómo le explico? Si pudiera decirle lo que sentí dentro de ella... desapareció antes de que lo supiera todo, pero...

- Sirius, tienes que asumirlo –Dumbledore lo cogió de los hombros y lo obligó a verlo directo a los ojos- Sara está con los mortífagos. No hay nada que podamos hacer.

Sirius lo miró como si no pudiera creer lo que oía.

- ¿No va a tratar de traerla de vuelta? – le preguntó casi sin voz.

- ¿Qué puedo hacer? – le dijo Dumbledore – no Sirius, ella se fue con ellos y con ellos se quedará, aunque no sepamos porqué.

Sirius se apartó de él.

- Es su culpa… –le dijo Sirius en un tono enloquecido- usted la alejó… siempre lo hizo… yo quería dejarla entrar… yo no tenía que haberlo escuchado… usted ¡usted está feliz con esto! ¡está feliz con que ella este lejos mío! Siempre, siempre… en el colegio, la UIHDCAO, la Orden… ¡si ella está con ellos gran parte es su culpa ! Así lo dijo ella misma… y si usted no me cree a mi, tiene que creerle a ella. ¡Usted se la mandó a Voldemort!¡ES SU CULPA!

Sirius se dirigió a la puerta de la oficina y salió de ella dando un portazo. Dumbledore miró la puerta con expresión ausente… sí, era su culpa, lo sabía. Siempre había sabido que era peligroso el juego que estaba llevando, y parecía que había perdido. Sí, era su culpa, él se la había mandado a Voldemort. Sin embargo, no podía negar que era un alivio que estuviera lejos de Sirius. Él era el único riesgo. El remedio no podía ser peor que la enfermedad, por así decirlo.


- ¿Te preocupa algo?

- ¿Ah? No, no, ¿por qué?

- No, me pareció, eso es todo.

- Ellos nos esperan ahí – dijo Sara señalando el Centro Comercial frente a ellos – fíjate a ver donde podemos bajar.

Harry había tenido su primer viaje en la moto voladora, o mejor dicho, el primero que podía recordar. Sara sí estaba preocupada por algo… su cinturón, sus proyectos, tal vez no habría sido mala idea hablar ella con Dumbledore personalmente. Pero no iba a pensar en eso, iba a pasar un buen día con sus amigos.

Bajaron en una calleja solitaria detrás del Centro, donde Sara devolvió a la moto su condición de visible. Luego buscaron un campo en el parqueo. Finalmente se reunieron con ellos a la entrada del Centro Comercial.

Fue una visita muy divertida, principalmente por Ron y Ginny y sus expresiones al ver algunas cosas. Lo primero que hicieron fue darle un vistazo a todo. Convencer a Ron y Ginny de usar las escaleras eléctricas no fue nada fácil. Se comieron algo cuando tuvieron hambre y luego, tras hacer a Ginny y a Ron jurar que no iban a hablar mucho fueron al cine.

Aquello fue toda una experiencia para todos. A Harry sus tíos nunca lo habían llevado al cine, Hermione nunca había ido acompañada de sus amigos, al igual que Sara. Ron y Ginny en su vida habían visto algo así. A Ginny, Dean le había hablado sobre el cine e incluso la había invitado a ir esas vacaciones. A Ron, Hermione se lo había tratado de explicar una vez. Pero ninguno de los dos había podido imaginarse algo así.

Cuando salieron del cine disfrutaron comentando lo que había pasado (aunque duraron un buen rato re-explicando como funcionaba el cine) y fueron a la Plaza de Comidas, pues aparte del desayuno y algo de comida chatarra que habían probado mientras daban su pequeño tour no tenían nada en el estómago.

Cualquiera que los hubiera visto habría creído que se trataba de un normal grupo de adolescentes comiendo tranquilamente en el centro comercial, pero si hubieran escuchado con atención lo que hablaban no habrían estado tan seguros.

- ¿Cómo está Fleur? – preguntó Harry. La última vez que había recibido carta de sus amigos había sido tres días antes y aún no había despertado.

- Ya despertó – le dijo Ginny- pero está muy débil.

- Todavía tienen que darle de comer – dijo Ron – Bill no para en la casa, del banco sale directo al San Mungo.

- ¿Y Tonks todavía la está cuidando? – preguntó Harry recordando que la chica apenas había salido de la habitación de Fleur.

- Sí, - dijo Sara que el día anterior había estado hablando con ella – pidió todos los turnos del trabajo en la noche, ella va de día al hospital mientras Bill va de noche.

- ¿Pero que pretendían atacando la estación? – preguntó Ron. Todos se habían hecho esa pregunta a lo largo de la semana que había pasado desde los sucesos.

- Probablemente querían causar terror – dijo Hermione pensativamente – hacerse notar, dar a ver que son tan terribles como antes. Es extraño, pero durante el último año a pesar de que ya se sabía de su vuelta han actuado con mucha cautela.

Sara no dijo nada de lo que había oído en su premonición: "los chicos".

- Es como si esperaran algo – dijo Harry pensativo, recordando la sensación que de vez en cuando le llegaba de los sentimientos de Voldemort – como si estuviera buscando algo que necesitan.

- Poder – dijo Sara- lo que necesita es poder. Lo que me extraña es que...

Sara se detuvo, no podía decir lo que estaba pensando, sonaba demasiado engreído.

- ¿Qué cosa? – le preguntó Ron.

- Nada – dijo Sara – es mejor que no lo diga, entre menos gente lo sepa mejor.

- Estamos en confianza – le reprochó Ginny.

- Ya lo sé, tonta, no es eso – le dijo Sara riendo ante la fingida cara de resentimiento de Ginny – es sólo que esta vez le va a ser más difícil recuperar el poder que tuvo antes.

- La profecía decía que iba a volver "más grande y más terrible que nunca" – dijo Harry recordando como había oído la profecía sobre el retorno de Lord Voldemort.

- No digo que no lo logre – corrigió Sara- pero le va a costar un poco. Si se están manifestando es tal vez porque ya ha conseguido una buena parte. Sobre todo de seguidores.

Sara se sumió de nuevo en sus reflexiones, pero Harry la sacó con una pregunta que no tenía nada que ver con ellos:

- ¿Vas a enseñarme el celular?- Sara sonrió y sacándolo de su bolso se lo enseñó.

- ¿Vas a llamar a tu casa? – le preguntó Sara casualmente.

- Claro que no.

- Entonces llama donde Hermione, ya están acostumbrados – Sara y Ginny soltaron la risa. Harry las miró sin entender.

- Me estoy quedando un tiempo en mi casa – le explicó Hermione – porque mis papás están cansados de no verme. Y todos en la casa de Ron han querido probar el teléfono...

- Y todos han llamado donde Hermione – dijo Sara aun riéndose- ha sido muy divertido. Los papás de Hermione no entendían porque llamaba gente que hablaba gritado y cuando les respondían exclamaban cosas como ¡asombroso!

- No todos hicieron eso – la corrigió Ron – sólo papá y Fred.

- ¿Fred y George están aquí? – preguntó Harry – creí que aún estaban en Hosgmeade.

- Fred está aquí – le dijo Ginny – George se quedó vigilando el negocio de Hosgmeade.

- ¿Y Charlie?

- Ya volvió a Rumania – dijo Sara- y tengo que ir a visitarlo. ¿No quieres ir?

- Dudo que me dejen ir a Rumania – le dijo Harry – de hecho me extraña que nadie me haya seguido hasta aquí.

- ¿Crees que te saqué de esa casa sin permiso? – le dijo Sara – está bien que soy medio rebelde, pero no suicida. Dumbledore me estrangularía. No, le prometí que si algo pasaba (lo que era absolutamente improbable porque el tenía vigilada la casa y sabía que nadie de los mortífagos vigilaba y usaría el módulo invisibilidad total, y que le puse ya otras medidas de seguridad a la moto como campo protector contra hechizos, y que ningún mortífago iba a estar en medio Centro Comercial) me desaparecería contigo y te llevaría a casa. Además, tengo que darte algo. ¿Ginny, que lo hice?

- Creo que lo guardaste en esa bolsa que llevas al lado de la moto.

- ¿De verdad? – Sara parecía alarmada – si algo pasa ahí no va a hacer nada. Recuérdame dártela cuando te lleve a casa. Cada uno de nosotros tiene un traslador personal, que lleva directamente a Grimmauld Place.

- ¿No es muy peligroso? – preguntó Harry – si alguien se lo encuentra...

- ¿Quién lo va a dejar perdido? – le replicó Sara.

- Pero su cae en manos de los mortífagos y se lo quitan…

- No se usan así no más Harry – le explicó Hermione – son trasladores especiales, cada uno le pone su propia clave, y sólo diciéndola funcionan.

- Ah ya – dijo Harry – asumo que debo pensar la mía.

- Sería buena idea – le dijo Sara señalando el celular - ¿qué te parece?

- Está muy bonito, pero...

- ¿Pero?

- ¿Por qué te compraste un celular? Digo, en Hogwarts no te va a servir de mucho.

- Siempre había querido uno, y estas vacaciones lo voy a necesitar para contactarme contigo – dijo Sara – además, ¿quién dice que mientras esté en Hogwarts no me va a servir de mucho? Sólo tengo que aparecerme fuera del castillo para llamar.

- ¿Y a quien vas a llamar, si se puede saber? – le preguntó Ron.

- Bueno, antes de Hogwarts yo solía tener una vida, ¿saben? – dijo Sara sin dar una respuesta.

- ¿Durante este año has estado en contacto con gente que conocías de antes? –le preguntó Ginny con interés.

- No, pero tal vez debí haberlo hecho. – Sara volvió a su estado pensativo.

- Tal vez sea mejor que nos vayamos ya – dijo Hermione – si ustedes tienes que coger la Red de Polvos Flu a esta hora está muy congestionada. Además yo tengo que coger el autobús.

- Sí, y nosotros tenemos que viajar hasta Surrey y yo tengo que volver hasta Ottery Saint Chapole– dijo Sara levantándose – por lo menos el aire no está muy congestionado que digamos.

- ¿Vas a hacer todo el viaje en la moto? – le dijo Hermione alarmada – no deberías, es muy largo, te vas a cansar y tienes que reposar.

- Hermione, ¿te he dicho que a veces me estresas? – le preguntó Sara en tono serio, aunque las dos sabían que lo hacía bromeando, aunque era verdad – no te preocupes, si veo que no lo voy a hacer me aparezco y ya.

- ¿Cuándo es el examen para conseguir el carné para aparecerse? – preguntó Ginny, ella aún no podía hacerlo, pero sabía que ellos sí y que Sara iba a hacerlo.

- El 20 de Julio es la primera fecha – dijo Hermione – tenemos que matricularnos.

- Podemos ir la otra semana – sugirió Ron- y hacerlo en la segunda fecha, que es ya en Agosto y ustedes dos ya van a estar con nosotros.

Ya habían acordado con Dumbledore que Harry iría a la Madriguera después de que cumpliera los 17 años. Hermione también volvía para esas fechas. Sara pensaba viajar a Rumania la tercera semana de Julio, pero pensaba estar ahí para el cumpleaños de Harry. Se despidieron en el parqueo, donde Sara y Harry salieron ya en la moto rumbo a Prive Drive. Sara descendió en un callejón cerca de la entrada de donde vivían los Dursley.

- Ya quiero usarla normalmente en la calle– dijo Sara- pero hasta que no cumpla quince no me dan el permiso.

- ¿Cuándo es tu cumpleaños? – le preguntó Harry notando que Sara nunca se lo había dicho.

- Saca cuentas – le dijo Sara en tono de broma, luego dijo ya en serio – el siete de Agosto.

- Lo recordaré.

- Me parece que deberíamos buscar un lugar donde darte aquello, preferiría no hacerlo frente a tu casa. No he sentido que nos sigan, pero…

- Esta calle está bien. No tiene salida y siempre está vacía.

- Bien.

Sara estacionó y miró alrededor con precaución.

- Aquí está.

Sara sacó un pequeño saquito que traía en la famosa bolsa. Era pequeño, y tenía una correa pequeña para amarrárselo a la faja, a un cinturón, a un llavero, etc...

Harry sacó lo que contenía. Era una bola de cristal con unas burbujas verdes esmeralda adentro, que brillaba lentamente.

- Solo tienes que decirle tu clave – le dijo Sara – se apagará y no volverá a encenderse hasta que estés en peligro y lo mejor que puedas hacer es irte de ahí. No te aconsejo que le pongas algo que la gente pueda adivinar. Dumbledore dijo que tenía que ser personal, pero no fácil de averiguar para el enemigo, se enojó mucho cuando supo lo que le había puesto a la mía.

Sara le brindó una sonrisa cálida. Harry y ella estaban de alguna forma muy unidos, a pesar de no haber pasado muchísimo tiempo juntos. Pero aquella promesa de quererlo como un hermano Sara la había seguido al pie de la letra, y él parecía imitar su ejemplo

- Mejor te llevo ya.

- Mejor me voy solo desde aquí – le dijo Harry bajándose de la moto – tu tienes que volver, y mis tíos no deben estar de muy buen humor.

- Sí, tal vez no sea buena idea que vea a tus tíos...

El rostro de Sara se nubló un poco, aunque trató de esconderlo.

- ¿Qué pasa, Sara?

- Nada

- Bueno… cuídate, espero oír de ti pronto.

- Claro, si no soy yo la que viene por aquí te llamo o envío a Gwinger. Por cierto, ten – Sara le dio un pedazo de papel – mi número. Si necesitas algo, llámame.

- ¿Hay cobertura en la Madriguera?

- Dentro de la casa no mucha – dijo Sara con pesar – pero paso la mitad del tiempo en el jardín con Ginny, o volando en las montañas, o en la ciudad muggle, o en el cobertizo, que es mi pequeño paraíso. El señor Weasley tenía ahí un montón de cosas que no tenía ni idea de que eran y las he estado arreglando, clasificándolas y enseñándole a usarlas. La señora Weasley no está muy feliz con eso, pero yo recojo la cocina muy rápido, entonces se contenta. Además Dobby la está ayudando.

- ¿Remus todavía está ahí?

- A veces. Duerme en la habitación de los gemelos. Hoy va a estar en Grimmauld, y tengo que pasar a verlo. Mejor me voy.

- Sí, gracias por todo.

- Chao

Sara le dio un beso en la mejilla y se elevó en el aire. Harry se dirigió a su casa preguntándose que le iban a decir sus tíos por la llamada de Sara. Para su sorpresa, no le dijeron nada. Tío Vernon gruñó algo sobre los vagos que vuelven a esas horas a la casa, pero Dudley aún no había vuelto, por lo que no lo regañaron. Al subir a su cuarto se topó de frente con Tía Petunia, que se quedó mirándolo fijamente, de una manera muy especial. Parecía que fuera a preguntarle algo, pero luego se arrepintió y siguió su camino.


Se veía preciosa. Nadie pudo dejar de notarlo. La larga capa negra le caía con elegancia, y el pelo suelto sobre esta resplandecía con sus movimientos. Aunque maquillada con oscuros colores se veía radiante. Sus ojos brillaban de manera especial, parecían de cristal puro, mirando ausentes al frente, reflejando una voluntad inquebrantable y una dureza increíble. Era una mirada de esfinge, de esas que casi nadie es capaz de resistir. Llevaba la cabeza en alto, como una reina y avanzaba decidida, pero lentamente. Nadie hubiera negado que se encontraba en el momento cumbre de su vida. Ni siquiera Voldemort, que quedó convencido de que realmente la chica se sentía honrada de ser una de ellos.

De hecho era el momento cumbre de su vida. Era el momento en que iba a sellar definitivamente su sacrificio por amor. La única cosa que había hecho en su vida sin pensar para nada en ella. El momento es que iba a negar su vida, su libertad y su poder por el amor de su vida, por Sirius Black. Eso era algo que ni Lord Voldemort ni sus seguidores de corazón podían entender.

Sara rompió el círculo para llegar al centro, donde Voldemort la esperaba. Tras tomar la mano que este último le ofrecía y besarla se arrodillo en el centro exacto del círculo, puso las manos en cruz y empezó a decir el juramento que había tenido que memorizar.

"Del día de hoy en adelante

yo ya no existir

no soy un ser libre

ni lo quiero ser.

Mi vida debo a Lord Voldemort

A él se la entrego hoy.

Le doy mi vida, mi voluntad y mi amor

No hay nada después de él ni jamás lo habr

Seguiré sus ordenes que para mi consejos serán

Respetaré su honor y para mi ningún otro habrá.

Ya no habrá otro afecto en mi vida

No me importará nada más.

Tierra, hogar y familia

Todo eso quedó atrás

Mi única familia son los mortífagos

Mi único amigo es él.

Aquellos que no son de los nuestros

Impuros serán

Nada tengo con ellos y nada tendr

Y si alguno insulta a mi señor yo se lo cobrar

Y si alguno habla de él se lo haré sentir.

Y si algún día este juramento quebranto

Que el Señor Oscuro juzgue de mi

Y mi destino defina que lo aceptar

Y mi vida maldiga de principio a fin "

Sara había mantenido un perfecto equilibrio y continuaba impasible en la misma posición, a pesar del cansancio que sentía en los brazos. Ahora venían la pregunta. Lord Voldemort preguntaba algo al oído a cada uno de sus mortífagos, y ninguno de los otros nunca sabría que era.

- ¿Y si el juramento rompes, tomaré la vida de Sirius Black?

- Sí, mi señor – Sara cerró los ojos. Estaba hecho.

- Bien. Ya sabes lo que sigue.

Sara permaneció impasible, y esperó.

- ¡Crucio!

Sara sintió más dolor que el que nunca había sentido, pero su expresión no cambió lo más mínimo. Era un rostro de piedra, indiferente al dolor. Todos los mortífagos eran sometidos a un cruciatus voluntariamente el día de su juramentación, y según lo resistieran así serían de respetados por sus compañeros. Cuando Voldemort retiró la varita Sara estaba igual. Se oyeron murmullos asombrados. La única persona que había aguantado sin bajar ni un momento los brazos había sido Bellatrix, pero su cara si había demostrado un poco de dolor.

Era hora de la marca, Lord Voldemort le pidió su brazo. Sara lo extendió sin que su expresión cambiara. Voldemort descubrió su antebrazo y colocó la varita sobre él, pero no conjuró la Marca.

- Junta las manos frente a ti, formando un cuenco.

Sara lo hizo y Lord Voldemort vertió en ellas un líquido. Sara sabía que debía beberlo, y así lo hizo. Luego, cada mortífago bebió de sus manos.

Finalmente Lord Voldemort se inclinó junto a ella y le dijo al oído la palabra que al igual que la Marca los unía a todos... y el hechizo exclusivo de ellos, el que servía para aquello que sólo los mortífagos pudieras hacer:

- Mosmorde.

Sara asintió, no era una palabra que fuera a olvidar. Luego alzó su varita y murmurándola proyectó la marca tenebrosa en el aire: era el fin de la ceremonia.

Sara se retiró a su cuarto después de la ceremonia, y cerró la puerta tras sí. Aplicó un hechizo aislador, no quería que la vigilaran en ese momento. Su señor no lo tomaría a mal. Bellatrix dormía en la habitación de la par.

Sentía un gran dolor en todo el cuerpo, pero aun así se dirigió a su escritorio, tomó el diario y escribió todo lo que había sucedido en ese día. La entrega de poder... el asesinato de Madeline... la juramentación....

Pero mientras escribía aquello como si hubiera sido el mejor día de su vida también recordó todo lo demás: el dolor, la debilidad de tener solo la mitad de sus fuerzas, la mirada de Sirius cuando la vio con el cuerpo de Madeline a sus pies... Dejó de escribir. Sabía que él se había metido en su mente, pero, ¿se había dado cuenta? Ella había tratado de desaparecer a tiempo, pero no sabía...

No podría seguir si él lo supiera. No podría. Era la primera, la única cosa que hacia por alguien más, y si él lo supiera sería como si quisiera que su sacrificio se supiera y se valorara. No había nada que quisiera menos. Además, él no lo admitiría. No la dejaría sacrificarse por él, y quien sabe que locura podía cometer. Y lo más importante, no lo iba a hacer sentirse culpable por lo que ella estaba haciendo.

De repente Sara recordó la cara de Madeline, su expresión de sorpresa al verla, de estupefacción al verla levantar la varita y de terror al oír sus palabras.

- Hoy maté a alguien – se dijo Sara en voz alta, y antes de que se diera cuenta una lágrima solitaria bajó por su mejilla.

°°°

- Si él no va a buscarla yo iré.

- Sirius, no cometas una locura.

- Tengo que hacerlo, James.

- No me gusta hacer esto, Sirius, pero... – James se detuvo, dudando de lo que iba a hacer.

- ¿Qué cosa? – le preguntó Sirius.

- Me lo prometiste – le dijo James. Prometiste no dejar la Orden pasara lo que pasara.

- Sí, pero...

- Y seguir las directrices de Dumbledore.

- Tienes razón – dijo Sirius perdiendo todo su ímpetu y dejándose caer sobre un sillón – lo prometí.

- No me gusta echarte tus promesas en cara, pero no quiero que te arrepientas después o cometas una locura.

- Bien – dijo Sirius – no dejaré la Orden, y seguiré lo que me pidan, pero si tengo la oportunidad de hablar con Sara no la desperdiciaré.


Sara entró a Grimmauld rápidamente.

- ¡Remus! ¡REMUS!

- Sara, hola. ¿Qué haces aquí?

- ¡REMUS! – reclamó Sara. Lupin sonrió.

- Ok, ten – le tendió el cinturón. Sara lo tomó, pero estaba vacío.

- ¿Y las cosas? – preguntó mirando a Remus como si se las hubiera robado.

- Dumbledore se las dejó para revisarlas.

- ¿Revisarlas? Pero, ¿qué dijo?

- Dijo que eran cosas peligrosas, que iba a hablar con Phineas y que habías hecho un trabajo excelente.

- ¿Dijo eso?

- Estaba atónito – dijo Lupin sonriendo – dice que son demostraciones de magia fabulosas. Y que no deberías perder el tiempo es esas cosas, pero que llevando notas de "Sobresaliente" corrido no podemos recriminarte eso.

- Entonces, ¿no tiene problema con que siga haciéndolas? – Sara estaba feliz. Aunque Dumbledore no le caía bien era un gran mago, y si decía que eran grandes demostraciones de magia era verdad.

- No, pero...

- Tenía que haber un pero.

- Le preocupa que Draco esté expuesto a tus experimentos.

- No le ha pasado nada – dijo Sara – es ilógico, yo nunca pondría a Draco en peligro.

- Te va a proveer de unos artilugios de seguridad, y dice que puede conseguirte legalmente los productos que necesites, siempre y cuando lo dejes supervisar tu trabajo...

- Oh no… – Sara se lo imaginó en el centro de su preciado salón de entrenamiento y experimentación mirándolo todo de forma reprobatoria.

- ... por medio mío y del profesor Snape.

- ¡De verdad! – exclamó Sara – maravilloso. Los consejos de Snape en las pociones pueden ser muy útiles, y los tuyos en desencantamientos también. Pero, ¿cómo accedió Dumbledore a todo esto?

- Bueno... no creo que te lo diga.

- ¡Remus!

- Digamos que hablé con algunas personas antes de hablar con él y apoyamos tus proyectos entre unos cuantos. Aparte de la defensa de Phineas, que dijo que él estaba en tu casa para vigilar y no para espiar, que por eso no le había dicho nada porque estaba seguro que ni tu ni Draco estaban en peligro.

- ¿Con quienes hablaste?

- Algunas personas que se interesaron en tus productos.

- Apuesto a que Severus fue uno.

- Profesor Snape, Sara.

- Déjeme ver... – Sara miró a su alrededor buscando pistas- ¿Tonks? ¿Qué hacía aquí?

- ¿Cómo supiste de Tonks? – a Sara le gustaba el tono de Lupin de preguntarle cosas, era de verdad como el de un profesor en una clase normal.

- El jarrón... se nota que está remendado de nuevo.

- Eh… sí, chocó con él de nuevo.

- ¿Alguien más?

- Tal vez. Ahora mejor vete a dormir. Se supone que deberías descansar.

- Iba a volver a la Madriguera

- Quédate aquí. Mañana iremos los dos.

- ¿En la moto?

- Creo que yo usaré los polvos flu.

- ¿Miedo a las alturas?

- Miedo a las motos.

Sara se rió y se fue a dormir feliz. No podía creer lo que acababa de pasar. ¿De verdad Dumbledore estaba a su favor?

"Sara, por favor, es Dumbledore – se dijo a sí misma – tiene que tener otro motivo "

- Por cierto – dijo Remus cuando pasó a darle las buenas noches- quiere que proveas a la Orden de unas cuantas cosas…

Sara sólo sonrió.


¿Qué les pareció? (Ok, Ariadna, espero tus quejas sobre SFB)

Bueno, la parte de Sara Black mejorará en lo que sigue, lo prometo, y la de Sara Parker se vuelve aún más oscura y trágica de aquí en adelante.

El próximo capítulo se llama "Bélgica", y espero que les guste…

Ahora, los dejo, ¡espero sus comentarios con ansiedad!

Sara Fénix Black