Hola a todos!!!!!!!!!!!!
Ya estoy de vuelta, en mi último fin de semana de vacaciones, para darles un capítulo más: el esperado encuentro. Además la parte de Sara Black es muy interesante también.
Primero que nada:
¡MUCHAS GRACIAS A TODOS LOS QUE DEJAN REVIEWS! ¡YA LLEGAMOS A 200 REVIEWS! ¡GRACIAS!
No saben lo feliz que me han hecho, no tengo listo un one-shot para celebrar como la vez pasada, pero espero poder subirlo pronto para agradecerles sus comentarios, que realmente me hacen tan feliz.
Bueno, vamos al capítulo de hoy. Repito aunque no creo que haya alguien que aún no lo sepa, que los personajes no son míos sino de JK Rowling y que no hago esto con fines de lucro.
Ahora que entro a clases empieza a regir el horario de publicación que les había dicho: viernes. Tal vez Jueves en la noche, pero lo más probable es que sea los viernes, como había dicho. Cualquier cambio se los haré saber.
Bueno, otra vez, muchísimas gracias por los review, los respondo al final, ahora, los dejo con el siguiente chap.
Primer encuentro, enfrentando el pasado
Sirius avanzaba lentamente. Los dragones parecían estar dormidos, pero no se fiaba. ¿Y si lo atacaban? ¿Por qué había escogido Sara ese lugar? Ya era la medianoche, tenía que estar por ahí.
Oyó ruido tras unos árboles, al final del camino. Se acercó con cautela. Lo que vio lo dejó sorprendido. Sara estaba ahí. Vestía de negro, pero no era la típica capucha de mortífagos. Llevaba un vestido negro largo, de cuello enteriso sin solapas. Era ajustado hasta la cintura, donde caía suavemente tras un corte princesa. Llevaba el cabellos suelto, y tenía una capa negra larga, que le llegaba a los pies y caía con elegancia a su espalda. La capa tenía gorro, pero Sara no lo usaba, así que caía graciosamente. Su maquillaje tan bien era oscuro. Lo único que destacaba en todo su atuendo era un zafiro azul que colgaba de su cuello.
No lo sorprendió tanto su atuendo como lo que hacía. Tiraba pequeñas bolas de fuego a un dragón, que se las devolvía. Era como si jugaran tenis o algo así. Sara lo sintió llegar, pues se volvió hacia él.
- Ya estás aquí – dijo Sara en tono frío. Luego levantó su mano hacia el dragón, quien se quedó quieto y se echó, como un perrito a los pies de su amo- Acércate, no te hará nada. Es un colacuerno húngaro, ¿no es precioso?
- Es un dragón – dijo Sirius como si eso excluyera la posibilidad de utilizar el adjetivo "precioso" o sus sinónimos.
- Eres un ingenuo, Sirius – Sara estaba usando un tono frío. Se había hecho el propósito de no ceder en su papel ni siquiera frente a él. Esa noche tenía que apartarlo de ella. Estaba en grave peligro si la seguía buscando de esa forma. Estaba utilizando su oclummencia al máximo, no lo iba a dejar leer sus pensamientos, si él se enteraba de la verdad sería peor - ¿cómo sabes que esto no es una emboscada? Si quisiera podría lanzar a todos los dragones de este lugar sobre ti.
- Tu no harías eso – dijo Sirius con calma – no a mí.
- Tan presumido y orgulloso como siempre – dijo Sara dándole la espalda – soy una mortífaga ahora, bien podría hacerlo.
- ¿A mi?
- ¡Sí, a ti!
- Sara, no vine hasta aquí para que me mintieras.
- Dijiste que me creerías.
- Atácame entonces.
- No vine hasta aquí para eso – dijo Sara volviéndose – vine para decirte que me dejes en paz.
- ¿Por qué Sara? ¿Por qué te uniste a ellos?
- No lo entenderías, Sirius – dijo evadiendo la pregunta – lo que importa es que ya estoy con ellos y no hay vuelta atrás.
- ¿Cómo hizo para obligarte? ¿cómo te engaño?
- Entré por mi propia voluntad – dijo Sara – trata de entenderlo.
- No me mientas – repitió Sirius – estuve dentro de ti. No querías matar a Madeline, pero no tenías opción, ¿por qué?
- Ya está muerta, ¿verdad? Dejémoslo así.
- No puedo Sara- le dijo Sirius – créeme que me gustaría pensar que es verdad, pero sé que no es así. Me gustaría pensar que te fuiste, y me olvidaste, y ahora me odias y quieres matarnos a todos. Me gustaría porque si eso fuera verdad querría decir que yo también puedo olvidarte, que esto que me está consumiendo es mentira. Que yo también podría odiarte por matar a una de mis mejores amigas. Pero nada de eso es cierto.
Sara sentía como cedía poco a poco a las palabras de Sirius. Pero no podía permitírselo.
- ¡"yete Sirius! – le gritó apartándose de él - ¡escúchate a ti mismo, que yo no te reconozco! ¿Dónde está el orgulloso Sirius Black que conocí alguna vez? ¿Dónde está? Definitivamente no es este hombre deshecho ante mi diciendo un montón de estupideces y sentimentalismos.
- ¿Y tu crees que tu eres tu misma? ¿Crees que reconocí a la Sara que desde hace más de seis años me roba el sueño en la mujer que besaba la mano de Voldemort el otro día? ¿En la mujer que le hablaba sumisa y dominada? ¡¿Qué hiciste contigo Sara ?! ¿Dónde está la Sara de la que estoy mortalmente enamorado? ¿Qué paso con ella? Dices que no sueno como yo, pues bien, al menos contéstame eso, ¿qué hiciste conmigo, Sara?
- ¿Me amas? ¿Dices que amas? Pues deja de hacerlo – dijo Sara – vete de aquí, Sirius, yo no puedo corresponderte.
- Ven aquí – Sirius la tomó de un brazo a pesar del intento de Sara para escabullirse – mírame a los ojos y dime eso, dime que no me amas, que me vaya, que me odias, que no quieres volver a saber de mi.
- No te amo, te odio. Vete de aquí que no quiero saber nada más de ti – le dijo Sara mirándolo con furia, pero Sirius sólo asintió y la besó. Sara trató en un inicio de poner resistencia, pero no pudo. Fue un beso violento y apasionado por parte de los dos. Finalmente Sara lo apartó de si.
- Eso pensé. Confío más en tus labios que en tus ojos – dijo Sirius aun con rudeza – ya una vez me mentiste viéndome a los ojos, no iba a caer en eso de nuevo. Parece que se te olvida que estamos conectados Sara. No me estas dejando ver tus pensamientos, pero capto tus sentimientos, y son iguales a los míos.
- ¿Y eso qué, Sirius? Nada cambia el hecho de lo que soy. Si aún me amas, si todavía no me odias, es sólo cuestión de tiempo – le dijo Sara que se había alejado de él. Entre más cerca lo sentía menos podía pensar – en un mes maldecirás mi nombre y desearás poder matarme tu mismo.
- Considerando la manera en que mueres... puede que no me moleste matarte.
- ¡SIRIUS! – Sara le dio la espalda ruborizándose completamente. No podía creer que le había dicho eso. Lo oyó riéndose y finalmente ella también soltó la risa.
- Así está mejor – le dijo Sirius acercándose – me hacía falta oír tu risa.
- ¡Eres un estúpido! ¿Cómo dijiste eso?
- Dijiste que me gustaría matarte, yo sólo conteste. – Sirius sonreía. Finalmente había roto la tensión violenta que había entre ellos. Podía sentirlo.
- Sirius – Sara se volvió y lo miró atentamente. Esos ojos azules en los que tantas veces en los últimos meses había pensado. Esa boca que tanto había extrañado. Ese pelo que tanto había deseado acariciar de nuevo… le pasó la mano entre los ahora cortos cabellos, la expresión de los dos había abandonado toda rudeza y se había entregado a la dulzura. Sara sonrió tristemente – no puedo decirte lo que quieres oír. Te gustaría que te dijera que te amo, que quiero volver contigo, que no quiero esta vida, que todo esto fue un error, que Voldemort me engañó y caí en una trampa, pero no puedo decírtelo.
- Pero es verdad – dijo Sirius – y no tienes que decírmelo porque lo sé bien, y tu lo sabes.
Sara cerró los ojos. Sí, él lo sabía, había estado tan dentro suyo... y por más que ahora lo evitara, no iba a olvidar lo que había visto en el pasado.
- Verdad o no, no hay nada que podamos hacer para cambiar el presente – le dijo Sara – soy lo que soy, nos guste o no. Lo haya elegido libremente o no.
- Tenemos que buscar una manera de sacarte de esto.
- Sirius, para ti todo es posible, vives en un mundo de mentira. Mientras Lord Voldemort exista yo seré su esclava.
- Déjalo, abandónalo, no puede hacerte daño.
- Te equivocas, sí puede. No hay nada que encontrar más que la manera de estar separados – le dijo Sara- lo que dije ahora es cierto, dentro de un tiempo, cuando sepas todo lo que he hecho me odiarás. Cuando oigas de mis asesinatos a sangre fría, de todo lo que Voldemort ha logrado hacer con mi poder no podrás evitar odiarme.
- Jamás podría odiarte Sara – le dijo Sirius convencido de lo que decía – por más que lo intentara.
- No debemos volver a vernos Sirius. Esta debe ser nuestra despedida.
- No.
- Sirius...
- ¡Sería una mentira! Sabes bien que un adiós entre tu yo es imposible. Ya lo intentamos, ¿recuerdas?
- Pero éramos unos niños entonces.
- Y parece que nunca crecimos.
- Sirius, entiéndelo, esto es peligroso, Sirius, si descubren que salgo a verte... – dijo Sara dudosa.
- Hoy no te descubrieron.
- Sí, por un milagro y un elaborado engaño que puede costar muchas vidas- le dijo Sara – además, tu mismo estás traicionando a la Orden viniendo a verme.
- Dumbledore no quiso venir a buscarte cuando le dije que eras una obligada, él no quiso intentar salvarte, pero yo no podía dejar de hacerlo.
- ¡No tienes que salvarme! – le gritó Sara – no puedes hacerlo.
- ¿Por qué? ¿Qué es lo que te ata tan terriblemente a él? Sé que no te gusta esto, sé que no quieres hacerlo. Déjame ayudarte.
- No puedes ayudarme. Debo irme – dijo Sara sabiendo que no podía resistir aquello mucho más tiempo – si Voldemort se da cuenta de mi ausencia tendré problemas.
- Una vez más. Veámonos una vez más, en un mes, tal vez le hayamos hallado una solución a esto.
- ¿Una manera de que pueda dejar a los mortífagos? – dijo Sara escépticamente.
- Tu no eres una mortífaga, eres una obligada. – la corrigió Sirius- dices que yo no comprendo que tienes que quedarte ahí. Es cierto, no lo comprendo cuando sé que no quieres hacerlo. Una vez más.
- ¿Para qué? No tiene sentido.
- No puedo decirte adiós hoy.
- Bien- dijo Sara suspirando resignada. ¿Cómo decirle no a Sirius cuando la miraba amorosamente, cuando le rogaba verla de nuevo, cuando verlo era el único consuelo que Sara podía esperar en esa vida que ahora llevaba? - ¿dónde estarás en un mes?
- Me toca a mi poner la cita esta vez- dijo Sirius – te espero en el la playa de Punta Cahore, en Irlanda.
- ¿Irlanda? – Sara lo miró intrigada ¿Qué iba a hacer en Irlanda?
- Sí. Que te parece igual, a medianoche.
- Bien.
- No te sientas mal – le dijo Sirius abrazándola. Sara finalmente había dejado caer el Occlumencia, que levantó de inmediato - ¿qué tienes tanto miedo que vea dentro de ti? Yo no me he cerrado a ti. Sabes lo que estoy pensando, lo que estoy sufriendo. ¿Por qué no me dejas saber?
- No puedo Sirius. – Sara lo dejó abrazarla mientras pensaba que valía la pena el sacrificio, sí, valía la pena. Él estaba vivo, valía la pena haber renunciado a todo por él.
- ¿Nos vemos en un mes, entonces? – le preguntó él tímidamente.
- Sí, en un mes – Sara hizo ademán de irse, pero Sirius la abrazó de nuevo y la besó. Sara le acarició suavemente la cara y desapareció.
Sara miró la casa en frente suyo con aprehensión. No había podido dar una razón válida para no hacerlo. Llamó al timbre.
Un joven francamente obeso abrió la puerta y la miró de arriba abajo. A Sara no le gustó su expresión. Ella también lo miró de arriba abajo, pero con una expresión de evidente desagrado.
- Buenos días, ¿se encuentra Harry?
El chico palideció. Reconocía esa voz.
- Dudley, ¿quién es? – preguntó una voz masculina. Sara vio aparecer detrás del gordo primo de Harry al famoso Tío Vernon, quien al verla palideció visiblemente y dijo- imposible...
Sara cerró los ojos. Sí, lo que había temido estaba pasando.
- ¡Petunia! – lo oyó que gritaba al tiempo que tomaba a su hijo del brazo y lo alejaba de ella- ¡es ella! ¡Ha vuelto por ti! ¡Sal de aquí!
- No, señor Dursley, yo… – empezó a decir Sara, pero en eso Harry llegó al recibidor, atraído por los gritos de su tío. Traía la varita en alto, pero la bajó al verla.
- ¡Sara! ¿Qué haces aquí?
- ¿Tu que crees? – le dijo Sara sonriéndole. Entró a la casa y lo abrazó fuertemente- ¡feliz cumpleaños!
- Gracias – dijo Harry sorprendido y al mismo tiempo todavía extrañado por la situación que se desarrollaba en la casa. En eso entró su tía a la sala en la que estaban.
- Vernon, ¿qué quieres decir? – se quedó helada viendo a Sara, es ese momento tío Vernon pareció reaccionar. Se lanzó a ella, como si quisiera protegerla, pero Petunia lo rechazó diciéndole firmemente - ¡no es ella!
- ¿No? – tío Vernon la miró dudoso. Harry los miraba sin entender, pero Sara parecía saber lo que pasaba.
- No, no soy Sara Parker – dijo con voz grave- mi nombre es Sara Black.
- ¿Black? – tío Vernon la miró sin comprender, pero tía Petunia se acercó a ella y le preguntó en un susurro casi ansioso:
- ¿Hija de Sirius Black? – Harry miró sorprendido a su tía, igual que su tío y su primo.
- Sí – contestó Sara mirándola directo a los ojos – hija de Sirius Black y Sara Parker.
De repente Sara gritó con fuerza, sentía como si algo la uniera a Petunia, y un montón de imágenes empezaron a entrar en su mente. No supo cuanto duró, pero cuando se dio cuenta estaba de rodillas en el piso con la cara entre las manos y Harry estaba a su lado llamándola preocupado.
- Estoy bien – le dijo Sara levantándose y haciendo caso omiso al dolor de cabeza. En lugar de eso miró a Tía Petunia de nuevo, y de entre todos los recuerdos e imágenes que había visto en su cabeza uno salió hasta sus labios- ¿Pet?
Tía Petunia se puso blanca como un papel, pero Tío Vernon avanzó amenazador hacia ella.
- No sé quien es usted que viene a insultarnos a nuestra casa ni que la trae aquí...
- Vine por Harry – dijo Sara interrumpiéndolo sin desviar su mirada de Petunia – como ustedes saben hoy cumple 17 años, lo que lo hace mayor de edad en nuestro mundo. No creo que tengan problema en que venga con nosotros.
- ¿Y quien se supone que es usted para venir aquí?
- Soy... – Tía Petunia la interrumpi
- La hija del padrino de Harry.
- Básicamente – dijo Sara dando la explicación por buena.
- Petunia, querida… ¿qué sucede aquí?
- ¿No lo recuerdas Vernon? ¿Me vas a decir que la ves y no te recuerda a nadie?
- Claro que sí, a esa mujer que…
- Aparte de Parker.
Tío Vernon miró a su esposa como si se estuviera volviendo loca.
- No.
- Has memoria... sólo Black me decía Pet. Era uno de los amigos de Lily. Siempre andaba de azul. Tenía el pelo largo, negro. Papá adoraba su motocicleta. ¡Por Dios Vernon! ¡Te llamaba Vernie!
La cara de Tío Vernon enrojeció montones, asfixiándose de la cólera de ese recuerdo.
- ¡Ese vago bueno para nada que...!
- Cuidado – dijo Sara en tono peligroso viéndolo – cuidado con lo que dice sobre mi padre.
Tío Vernon cambió el objetivo de su enojo a Harry:
- ¿Quiere decir que tu famoso padrino era ese idiota?
Harry levantó la varita:
- Cuidado, que yo también puedo hacer magia ya.
- Debiste decirnos que el Sirius del que hablabas era ese Sirius Black – le dijo con reproche.
- Pero, ¿de qué conocen ustedes a Sirius? – preguntó Harry aun sin comprender, pero nadie le hizo caso.
- Lléveselo, está bien – dijo Tía Vernon – pero no quiero verla de nuevo en esta casa, no después de lo que hizo tu madre...
Sara cerró los ojos con un profundo sentimiento de culpa ajena. Tía Petunia se fue a la cocina.
- Ve a empacar, Harry – le dijo Sara- te espero.
- Pero...
- Ve. – replicó cortante.
Sara miró un momento a Tío Vernon y se dirigió a la cocina. Tío Vernon la siguió, pero su esposa le dijo:
- Déjame hablar con ella.
- Pero, querida.
- Está bien – dijo Tía Petunia firmemente. Tío Vernon dejó la cocina confundido.
Tía Petunia miró a Sara con atención:
- ¿Qué fue lo que ocurrió hace un rato? – le preguntó.
- Me metí en su mente – le explicó Sara – no lo hice apropósito, lo siento. No puedo controlar ese poder, y cuando alguien está pensando en mi papá o en mi madre, sucede.
Volvió a hacerse silencio entre las dos.
- ¿Puedo preguntarle por lo que vi? – preguntó tímidamente Sara.
- ¿Qué cosa?
- Los primeros recuerdos los entendí. Vi a mi padre joven, con un muchacho que se parecía mucho a Harry que asumo es James. Luego la vi a usted con el pelo de colores. Vi a mi padre con varias chicas distintas. Se veía muy guapo. Luego lo vi con mi madre.
- No veo que tengas que preguntarme de eso.
- Después... las imágenes de después. Mamá vestida de negro, pintada de colores oscuros, le gritaba algo a usted. Y luego usted lloraba entre los brazos de mi padre. Y él le decía que todo iba a estar bien. Que confiaran. Y al final… el último. Usted decía que era su culpa.
- Fue mi culpa – dijo Tía Petunia con acento ahogado.
- ¿Pero qué cosa?
- ¿Tu madre nunca te contó?
- ¿Mamá? – dijo Sara con tono irónico – por favor.
- ¿No sabes que ella...?
- ¿Mató a sus padres?
- Ella no los mató – dijo Tía Petunia con una sorpresa sincera- ¿no sabes que ella…?
- ¿Ella qué? – Sara no sabía que quería decir Petunia, pero era importante.
- Bueno, ella no quería que nadie lo supiera…
Sara la miró exasperada.
- Tu padre... ¿él no te lo dijo?
- Nunca conocí a mi padre – le dijo Sara.
- ¿Qué? Ah, claro, Azkaban – dijo Petunia con expresión ausente – pero cuando escap
- No sabía que yo existía.
- Pero estaba buscando a tu madre…
- ¿Cómo sabe que la estaba buscando? – dijo Sara de repente.
- No puedo hablarte de esto. No soy la indicada.
- "igase, suena como Dumbledore – dijo Sara con una expresión casi de asco.
- Dumbledore no me dijo nada de ti.
- Tampoco sabía – dijo Sara- todos se enteraron hace menos un año.
- Debería haberme dicho – dijo Petunia viendo ausente la ventana.
- Pero ¿Él la buscaba? ¿De verdad? ¿Pero cómo…?
- No voy a decirte nada sobre eso. Si quieres saber pregúntale a uno de los tuyos, yo no tengo nada que ver.
Sara la miró con furia, pero sabía que le decía la verdad y no lograría sacarle nada al respecto.
- Usted dijo... – Sara dudó si preguntarle.
- ¿Qué cosa?
- Usted dijo que si al mirarme no recordaba a alguien más. Todos dicen que soy idéntica a mi madre…
- Te pareces bastante – dijo Petunia asintiendo – pero tienes un porte parecido a tu padre. Cierta arrogancia natural, creo que se podría decir. Además tu expresión es más firme. Tu madre se veía algo débil. Además de que tu madre era extremadamente pesada e insoportable.
- Sara – Harry bajaba sosteniendo su baúl con un hechizo de movilización – ya estoy listo.
- Bien, ponle un hechizo para que no pese mucho. Le puse a la moto un arnés para llevarlo. La jaula redúcela, por favor, Hedwig puede volar hasta allá, pero que no se vaya a la par de nosotros. Tal vez sea mejor que yo lo suba. Ponte la capa para subir a la moto. Una vez que la haga invisible puedes quitártela.
- ¿Por qué?
- No queremos que nadie te vea salir.
- ¿Están vigilando la casa? – preguntó Petunia asustada.
- Tal vez- dijo Sara – no lo sé, pero pueden haberme seguido. Vamos Harry.
Harry salió con el baúl aún sin entender lo que pasaba. Sara dio la vuelta para salir, pero antes le dijo lo que quería decirle desde que la vio:
- Lo lamento.
- ¿Qué cosa?
- Lo que le hizo mi madre. Lo de sus padres.
- No tienes nada que lamentar, muchacha – le dijo Petunia- tu padre te habría dicho eso.
Sara quería seguir preguntando, quería meterse en la mente de Tía Petunia pero no podía hacerlo, aunque pudiera controlarlo. ¿Qué quería decir? Su madre había matado a los Evans, ella lo había leído varias veces.
- ¿Qué fue eso? – le preguntó Harry mientras ella se ponía el casco.
- Mis poderes descontrolados – dijo Sara – me meto en la mente de la gente cuando piensa en mis padres.
- ¿Nunca te has metido en mi mente cuando pienso en Sirius, o sí?
- No – dijo Sara – suele ser en la gente que menos se me podía ocurrir.
- ¿Y? ¿De qué lo conocía?
- Ya lo oíste, llegaban a visitar a tu madre a su casa.
- Pero habló de él como si fuera alguien muy familiar. – dijo Harry confundido.
- No se porqué – dijo Sara sinceramente, la verdad ella no había sacado mucho en claro.
- ¿Sabes qué? Creo que mi Tía sabe mucho más de lo que dice del mundo de los magos.
- Creo que tienes toda la razón – dijo Sara subiéndose y encendiendo la moto - ¿y sabes que?
- ¿Qué?
- A tu tía le gustaba Sirius.
- ¿QUE?
Sara soltó la risa al tiempo que se elevaban en el aire.
¿Qué les pareció?
Espero que les haya gustado. Cualquier duda o pregunta inclúyanlas en sus comentarios que yo las contestaré.
El próximo capítulo se llama "Segundo encuentro, querer a una madre".
Contesto sus reviews:
Ariadna Creta: ¡Hola wapa! Pues aquí está el primer encuentro. ¿Qué tal? El romance es parte de toda la historia, exactamente de la manera que lo describes. He pensado en agregarle el angst en la clasificación, probablemente lo haga. Aún falta muuuuuuucho para que el fic se termine, así que tranquila, te prometo que hasta fin de año vas a tener un chap por semana. Remsie, me encanta el personaje, pero no sale tanto como quisiera. Lo de la moto no sé, me hacía gracia escribirlo. ¿Tonks ser feliz sin Fleur? Ya veremos… Aquí viste lo de Petunia, ¿te lo esperabas? Ya te agregué a mi MSN, espero que nos veamos. Besos desde Costa Rica.
Aiosami: ¡Hola! ¿Qué pasa el 19 de agosto? ¿Te gustó lo de Remus? Bueno, me hacía gracia escribirlo. Lo del pelo también… es que imagínate tener tanto de no ver a Sirius y de repente… ¡wow, cambio de look! ¿Acertaste con lo que pensabas de los Dursley? Espero que te haya gustado el encuentro. Nos vemos.
Valeska: ¡Hola! ¡oye, el que avisa no es traidor y yo dije que el capítulo sería muy corto! Pero me alegra que te gustara. La parte de Sara y Sirius me gusta mucho, por eso la puse por aparte, es que tiene que haber esperas entre los encuentros. Sí que si vieron de nuevo y se van a ver otra vez. "Lo que tenían que hacer mañana", bueno, aquí se ve parte, a lo que Sara le tenía miedo, en el próximo chap se ve que era todo el secretismo de ellos. Lo de los Benamburg está presente casi toda la historia, poco a poco van a saber más de ellos. Pues por eso le tenía Sara miedo a la casa de los Dursley, miedo a enfrentarse a los crímenes de su madre. Pues es un chap un poco más largo y Sara y Sirius no sólo pelearon, pero no sé si era lo que esperabas. Espero que te haya gustado. Lo de los votos era por un concurso de fanfiction, pero ya terminaron las votaciones. Gracias de todos modos. Besos.
Trixi Black: ¡Hola! Bueno, la fuerza de voluntad es muy curiosa, pero gracias por el apoyo, ya actualicé, aunque sé que estás muy ocupada estudiando, sigue así, te deseo muchísima suerte. Nos vemos.
Lindalawen: ¡Hola! ¡Gracias por tomarte el tiempo de leer el fic completo! Son una cantidad increíble de páginas, muchísimas gracias por tu opinión y tus ánimos. Sí, en un inicio creí que la historia podía hacerse difícil por los cambios temporales, pero me acostumbré a escribirlo así y parece que no les molesta mucho, así que me alegra que te agrade. Lo del sacrificio por amor es de mis partes favoritas. Gracias por el apoyo y aquí está el nuevo chap.
Leo Black Le-fay: ¡Hola wapísima! ¿Cómo estás? Lastima lo que me dices del review, me habría encantado leerlo. Tus preguntas: en el chap no se ve que le pide Sara a Hermione, sólo que le pidió un favor en secreto. Roy Benamburg es el hijo de Ronald Benamburg, quien escribió un libro sobre las fénix y si recuerdas el traspaso de poderes de Sara Parker, Voldemort le cuenta que el lo mató y le sacó la información sobre ella. Lamento de nuevo lo del perro… pero la chica es cruel. Espero no causar más lágrimas y que te guste el chap. Besos.
Andrea: ¡Hola! Espero que te haya gustado el capítulo, pero sobre todo que estés teniendo un viaje inolvidable. Lamento que el último día no nos hayamos despedido en forma, por que el MSN y mi compu no nos dejaron, pero espero que la hayas/o la estés pasando muy bien!!!!
Amsp14: ¡Hola! Ya te dije que ese arreglo no me gusta y sobre todo no nos sirve… yo ahora voy para clases también. Me parece que podemos seguir planeando durante el semestre y escribir en Navidad. ¡Sí vi cuando me di cuenta que estabas ahí! Espero que siga pronto… Nos vemos ahora. Chao.
Bella-Blackvad: ¡Hola! Ya iba a publicar cuando me llegó tu review, así que te lo contesto rápido. Eso de que se vaya la luz sí que me enoja, el otro día se fue y perdí una parte de lo que llevaba de la historia y tuve que volver a escribirla. Gracias por volver a escribirlo, que ya sé que da un poco de pereza. Pues sí que tengo que cortar los capítulos, que ya de por sí la historia es demasiado larga. La conexión no se va a acabar, por más que Dumbledore lo desee, esos dos están conectados desde hace mucho tiempo… Mi explicación a que no lo sintiera es que estaba muy concentrada pensando en él, así que la aparición de él en su pensamiento no era una gran diferencia porque ya pensaba en él. Cuando sintió la proximidad se dio cuenta que era algo más que su pensamiento, espero que se entienda, a veces me hago enredos yo sola explicando. Sí, pero el cabello le crece rápido, tranquilidad, es que el pobre necesitaba un cambio a ver si se sentía mejor. Lo de la maldición, bueno, Sara y Sirius no son las únicas víctimas. Tómalo en cuenta. Lo de Bellatrix y Sara. Voy a ver si puedo explicarlo. Piensa en la conexión de Sirius y Sara, se produjo porque las mentes de ambos se compenetraron durante la evolución de poder de ella por estar muy cerca. O sea, ella entró totalmente en su mente, lo que creo el lazo. Si recuerdas esa parte, por medio de la evolución de poder ella se conectó con Bellatrix, entendiendo que ella era la soplona de Harold. Debido a esa conexión es que ahora le es más fácil comunicarse con ella a la distancia. Espero que quede claro, sino, me avisas y trato de explicarlo de nuevo. La presencia de Remus en Bélgica no es tan importante, es solo una prevención, para que Sirius no esté solo ahora que se siente tan mal. Lo importante es lo que dice de que después lo va a acompañar a Viena, porque eso aparece mucho más adelante (en la historia de Sara Black hablan de ello). Y lo más importante es que Sirius y Remus trabajan juntos dentro de la Orden, lo que va a ser relevante en lo que va a suceder en un futuro, no puedo extenderme en esto porque es lo que viene. En el próximo chap verás porqué es importante que ellos dos trabajen juntos. No, no te lo puedo decir. Es uno de los grandes misterios de la historia, y se descubre mucho más adelante, pero puedes ir tratando de averiguarlo… Lo de que Bellatrix odie al perro es en parte porque ella odia todo lo relacionado con Sara y porque… bueno, ella es consecuente con si misma. ¡Nos vemos!
¡Besos desde Costa Rica!
¡Espero sus comentarios!
Sara Fénix Black.
