¡Hola!
¡Al fin! Estaba deseando terminar esta primera semana de clases en la U, y que mejor manera de celebrarlo que publicar hoy. He estado deseando que se llegara la hora de publicar.
Tras esta primera semana de clases me he dado cuenta que se me viene un semestre muy duro. No se alarmen, voy a publicar igual una vez a la semana los viernes… ¡es de los momentos que espero con más ansias en la semana! Pero mis comentarios tal vez se vean algo afectados por ello, y mis otras historias. Pero no se preocupen, esta historia la sigo publicando cada semana, he tomado medidas para asegurarme de que puedo publicar yn chap por semana hasta diciembre.
Les recuerdo que los personajes son de JK Rowling, etc… (ya se lo saben, ¿no?)
Gracias por sus reviews, los contesto al final, sin más los dejo con:
Segundo encuentro, querer a una madre
Sirius caminaba por la orilla de la playa. No había luna ese día. Las estrellas brillaban de manera especial. O quizá él era el que las veía distintas ese día. Ahí estaba ella, sentada en la arena, viendo al cielo, vestida igual que un mes antes, muy cerca del agua. Justo como cuando se habían conocido.
- Hola – le dijo Sirius acercándose. Ella no lo volvió a ver, pero le reveló que pensaba lo mismo.
- Hola. ¿No te recuerda algo esto? Tu y yo solos, una noche sin luna, el cielo despejado y las estrellas brillantes, el agua...
- Sí, en eso estaba pensando cuando te vi.
- Irónico. Cuando nos conocimos estábamos junto agua dulce, y hoy, junto agua salada. Justo como ha ido la vida. De dulce a salado.
- Estás algo filosófica.
- Un poco, tal vez.
Se miraron en silencio, hasta que Sara, sintiendo que toda su determinación flaqueaba sólo con ver esos ojos azules le preguntó.
- ¿No me odias aún? Maté a tres personas este mes. Un número bajo, pero el resto del tiempo estuve planeando atrocidades con Voldemort.
- ¿Odiarte? No. No cuando me hablas de tres muertes y siento como te mueres de dolor por dentro al recordarlas. Ya te lo dije, me ocultas tus pensamientos, pero no puedes ocultarme tus sentimientos.
Sara rehuyó su mirada, pero bajo la tenue luz de las estrellas él pudo ver que había estado llorando.
- Estamos en un callejón sin salida –dijo ella.
- Todo tiene una salida – dijo Sirius tratando de pensar positivamente, se sentó a su lado y le pasó la mano por detrás de los hombros para abrazarla. Ella se recostó a su pecho.
- No esto.
- La encontraremos, sólo es cuestión de tiempo.
- ¿Cómo lo sabes?
Sirius la hizo volverse y la besó. Deseaba tanto hacer eso desde hacía un mes. Ella también. Se necesitaban terriblemente, y ahí estaban, juntos pero irremediablemente separados. El destino había sido cruel con ellos, ¿era justo que no pudieran estar juntos? Se estuvieron besando un largo rato, recostados en la arena, oyendo como las olas rompían limpiamente cerca de ellos.
- Eso no es una respuesta – le dijo Sara separándose un poco de él y recostándose en la arena.
- Bien, pensémoslo detenidamente – dijo Sirius recostado a su lado – el problema aquí es que eres una mortífaga.
- Yo soy una mortífaga y tu eres de la Orden del Fénix, enemigos mortales.
- Sí, y yo odio a los mortífagos. ¿Tu odias a la Orden?
- Se supone que debo hacerlo – dijo Sara – hice un juramento al respecto.
Sirius frunció el ceño al oír aquello.
- ¿Ya hiciste el juramento?
- Sí.
- Pero no eres una mortífaga.
Sara meditó su respuesta, no tenía sentido mentirle a Sirius, él sabía, siempre sabía.
- Contigo soy solo Sara, pero no tengo opción en ser una mortífaga el resto del tiempo. No quería ser una mortífaga, no me gusta serlo, pero lo soy. Acéptalo Sirius, no podemos seguir haciendo esto hasta que te des cuenta de la verdad.
- ¿No hay manera de que lo puedas dejar?
- Que Voldemort deje de existir.
- Entonces concentrémonos en eso.
- ¿En qué? – dijo Sara alarmada.
- En destruir a Voldemort.
- ¿Se te olvidó todo lo que dije? ¡SOY UNA MORTÍFAGA! No puedo destruir a Voldemort. Tienes que entender Sirius que el riesgo que implica que Voldemort se de cuenta de mi infidelidad es enorme –Sara habló vehementemente, tenía que hacerlo sentir el horror que sentía ante la sola idea de ser descubierta- Las consecuencias que podría traer son terribles, para todos. Si no fuera así correría el riesgo, pero así es. Las cosas apenas comienzan, la guerra aún no ha calentado. Cuando estemos en plena batalla estaremos en bandos contrarios Sirius. Tenemos que aprender a vivir con ello.
- Vámonos de aquí – le dijo Sirius – lejos de todo esto. Podemos vivir como muggles con tal que no nos encuentren.
- Deja de decir tonterías, tu no eres un cobarde que huye cuando las cosas se ponen difíciles – le dijo Sara- sabes que no vas a dejar la Orden, y yo no puedo dejar a Voldemort, no sé si lo sabes, pero él tiene la mitad de mi poder. Estoy irremediablemente ligada a él ahora.
- Tienes razón. ¿Por qué las cosas tenían que complicarse tanto? – preguntó Sirius más al aire que a Sara – nunca creí que todo llegaría a este punto.
- No lo sé – dijo Sara – pero tenemos sólo una opción: separarnos definitivamente.
Los dos guardaron silencio. ¿Para que hablar? Aquello no tenía ni pies ni cabeza. Sirius se levantó y le tendió una mano. Sara se levantó junto a él y empezaron a caminar por la orilla de la playa, pensando, cogidos de la mano, sintiendo la desesperación del otro tan latente como la propia.
El agua del mar les mojaba tímidamente los pies, y por más que intentaran pensar en una solución se encontraban mirándose el uno al otro.
- Cerca de ti no puedo pensar – dijo Sirius.
- Creo que me pasa lo mismo – dijo Sara acercándose aún más a él, quien le pasó la mano por la cintura, y siguieron caminando así, abrazados.
- Todo esto es cuestión de libertad- continuó Sirius.
- Falta de libertad, querrás decir, es lo único que nos falta. – dijo Sara con un tono un poco obstinado. Sirius la separó de si y se puso frente a ella, como inspirado por una repentina idea:
- Esa es la única forma. Pero...
- ¡Sirius! – Sara no le puso atención. Había percibido algo, una premonición – alguien viene. Alguien está siguiéndome. Debemos separarnos, que no nos encuentren juntos, sería fatal para los dos.
- Pero Sara... no hemos terminado, qué vamos a hacer...
- ¡No hay nada que hacer! –gritó Sara – si no dejas de hacer esto me vas a matar. ¡Recupera tu dignidad de una vez y deja de rogarme! Tengo que irme, ya casi está aqu
- En un mes – le dijo él – en un mes, en París. Te espero en la Torre Eiffel, a la medianoche.
- Pero... –Sara supo que no tenía tiempo para discutir- Debo irme, y tu mejor transfórmate, que no te encuentren aquí.
- Pero...
Sara lo besó rápidamente y se desapareció. Sirius miró a su alrededor, el lugar estaba vacío. Pero sí, oía a alguien venir.
Poco después un hombre se asomó por la orilla opuesta de la playa, pero esta estaba vacía, sin contar al enorme perro negro que estaba jugueteando a la orilla de las olas.
°°°
- Higgings se comunicó hace unos minutos desde Irlanda, ya sabes que está siguiendo a Sara – dijo Moody entrando en la oficina de Dumbledore – la chica fue a la playa, pero cuando él llegó se había ido, no había nadie. ¡Ah, Lupin, no vi que estabas ahí! ¿Cómo está todo? – exclamó al ver la cabeza de Lupin en la chimenea.
- Hola Moody, estaba dándole un pequeño informe a Dumbledore, aquí todo está tranquilo – dijo Lupin.
- Esta bien por hoy, Remus – dijo Dumbledore- saludos a Black, me gustaría que me diera él el próximo reporte, si no es molestia.
- Claro que no – dijo Lupin – en ese caso, hasta luego.
- Hasta luego.
Remus Lupin se encontró solo frente a la chimenea. Sara estaba también en Irlanda, como él y Sirius desde poco tiempo atrás, por insistencia de éste último. Tras su ida a Viena habían distribuido a la gente de la Orden en los países del anillo Klein y Sirius había elegido Irlanda, aunque un mes después tenía que viajar a Francia para una reunión extraordinaria de la Orden en la que iban a pedir ayuda a los aliados franceses de Dumbledore.
Oyó bulla en la habitación de la par. ¿Ya había llegado Sirius? Era muy tarde. Se dirigió al cuarto de su amigo, y lo que vio lo hizo estremecerse involuntariamente.
- Sirius, ¿qué es eso? – dijo señalando lo que caía de los zapatos que Sirius estaba sacudiendo en ese momento.
- ¿Esto? Arena, fui a dar una vuelta a la playa. – dijo Sirius simplemente – las estrellas se veían muy bien hoy. El cielo estaba despejado. Creo que estoy muy cansado, me voy a dormir. No esperaba encontrarte levantado Lunático. Buenas noches.
Lupin salió del cuarto de su amigo con un gran peso en la boca del estómago. No podía ser verdad. Tenía que hablar con Dumbledore... pero no, mejor iba a esperar y vigilar, tal vez era una mera coincidencia...
- ¿Dónde estamos?
- Lo sabrás en un segundo, Harry. Pero primero quiero que me prometas algo.
- ¿Qué cosa?
- No le digas a nadie lo que pasó en tu casa.
- Pero...
- No te preocupes, voy a hablarles de eso, pero déjamelo a mi, por favor.
- Bueno. Te lo prometo.
Estaban frente a lo que parecía la entrada trasera de un salón o algo así.
- ¿Qué esperamos? – le preguntó Harry intrigado.
- La señal. – respondió simplemente Sara.
- ¿Qué señal?
- Esa – unas chispas rojas se dejaron ver al otro lado del edificio – señal número uno.
- ¿Y?
Sara descorrió el cerrojo de la puerta pero no la abrió.
- Señal número dos – más chispas aparecieron y Sara puso a Harry al puro frente de la puerta.
- Sara, ¿qu
- ¡TRES! – Sara abrió la puerta y lo empujó dentro.
- ¡FELIZ CUMPELAÑOS! – resonó en todo el lugar. Harry miró asombrado a su alrededor. Efectivamente era un salón de fiesta, y estaba lleno de gente. Al frente suyo al otro lado del salón había otra puerta abierta y había otro chico con la misma cara de asombro que él: Neville.
Una cinta colgaba sobre las dos puertas y decía en letras doradas: ¡FELIZ CUMPLEAÑOS HARRY Y NEVILLE! Los presentes eran personalidades muy variadas. Los Weasley casi al completo (faltaban Charlie que estaba en Rumania y Percy...), Tonks, Hermione, Lupin, Schaklebolt, Dung y otros miembros diversos de la Orden. Además estaban los compañeros de Gryffindor de los chicos: Parvati (acompañada de su hermana Padma), Lavander, Dean y Seamus. El equipo de Quiddicth, incluyendo a las chicas que lo habían dejado el año anterior: Angelina Johnson, Alicia Spinnet, Katie Bell, Andrew Kirke y Jack Sloper. La AD estaba casi al completo, exceptuando a Luna que estaba con su padre en algún lugar de Europa Central desde donde había escrito a Sara el día anterior y Hannah Abbott cuyos padres se la habían llevado fuera de Inglaterra después de lo sucedido en la estación. Aparte habían muchas personas que Harry no conocía, pero que asumió eran amigos y familiares de Neville y que le fueron presentados como tales más tarde.
La fiesta había llevado sus días planearla, y ponerse de acuerdo con la señora Longbottom había sido un poco complicado, pero no demasiado.
Entre ella, la señora Weasley, Sara, Ron, Ginny y Hermione se habían encargado casi de todo. Sara le había pedido a Draco información sobre donde podían realizarse fiestas de ese tipo (Draco solía ayudar a su madre a planear las actividades sociales) y habían escogido un lugar muy seguro, el cual la Orden se había encargado de asegurar aún más. Habían contratado un servicio de catering, y los dulces que se repartían (que eran muchos) eran de Honeyduks, sin tomar en cuenta el espectáculo montada por cortesía de Sortilegios Weasley.
La fiesta se desarrolló de maravilla. Era la primera fiesta de cumpleaños de Harry, y la estaba pasando genial, en medio de amigos y compañeros. Todos parecían pasarla muy bien, pero Sara estaba aún preocupada por lo sucedido en la mañana en Prive Drive.
- Lupin...
- Sara, debes decidirte si me vas a decir Lupin o Remus.
- Tenemos que hablar.
- ¿Ahora?
- ¿Te molesta?
- Eh… no claro. Vamos afuera.
Sara y Remus salieron. Al cerrarse la puerta se hizo un silencio algo incómodo.
- ¿Qué pasa? – Lupin la miraba preocupado.
- Necesito preguntarte por… por…
- ¿Sí?
Sara no se atrevía a preguntarlo. Desde que había llegado al mundo mágico no se había cansado de hablar contra su madre, pero nunca había comentado ninguna de las atrocidades que ella había hecho con nadie.
- Estuve en casa de los Dursley ahora en la mañana.
Lupin la miró detenidamente.
- ¿Viste a Petunia? – le preguntó.
- Sí. Y dijo que mamá no mató a los Evans.
- ¿Y?
- ¡Eso no tiene el menor sentido! Ella los mató. Los quemó vivos dentro de la casa. Lo he leído cientos veces.
- Ella no mató a los Evans – confirmó Lupin.
- Pero... – Sara no entendía nada.
- Lo intentó, cierto – dijo Lupin – pero los Evans no estaban en la casa. Se encontraron dos cuerpos, pero no eran ellos.
- Pero entonces...
- Lord Voldemort los encontró y los mató personalmente, por haber tratado de burlarlo.
- Pero en el diario mamá no habla de nada de eso. Sólo que los quemó vivos, que oía sus gritos, que... – no pudo seguir hablando al recordar como su madre describía aquel suplicio con supremo placer – y no dice que no fueran ellos.
- El caso se trató como si hubieran sido ellos – dijo Lupin rememorando lo ocurrido- Voldemort se enteró poco después, cuando siguieron la pista de Petunia. Querían acabar con la gente de la Orden y sus familias, incluyendo las muggles, completas.
- Pero mamá tiene que haberse enterado de que no fue así, que estaban vivos.
- Tal vez, no lo sé –dijo Lupin- se supone que los mortífagos se enteraban sólo de parte de lo que pasaba.
- Si no lo hubiera mencionado en el diario – dijo Sara – aunque hubiera sido un humillante error que recordar. O tal vez estaba en alguna de las páginas que falta. Sí, debe ser eso.
- ¿Cómo llegaron Petunia y tu a este tema?
- Me metí en su mente, vi algunas cosas – dijo Sara recordando lo que había visto- ella decía que era su culpa lo que había pasado, y me dijo que mamá no los había matado. Pero hubo algo en esos recuerdos...
Sara se detuvo, ¿debía decirlo? No eran sus recuerdos, y Petunia no había querido hablar de ellos, y no quería que se supieran, podía sentirlo.
- ¿Sí?
- Hay algo extraño – dijo Sara decidiéndose – no lo sé, simplemente las cosas no me calzan.
- Hay cosas que nunca calzan – dijo Lupin- no trates de buscarle explicación a lo que ha hecho Voldemort.
Se quedaron en silencio unos momentos.
- Ella tiene unos recuerdos un poco extraños de papá – dijo Sara- habla de él de una forma muy... familiar.
- Sí – dijo Lupin sonriendo y asintiendo – Petunia no quería a los magos, de hecho no nos quiere. Cuando llegábamos a su casa nos hacía mala cara. Pero Sirius era distinto.
- ¿Se llevaba bien con él?
- No, Sirius la molestaba mucho, y ella lo odiaba.
- ¿Pero?
- A tu padre le caía bien. Cuando vino lo del ataque a los Evans él la apoyó mucho. Por cómico que parezca él era el único mago con el que ella se llevó en esa época.
- ¿Por qué? ¿Por qué él?
- Los sentimientos de las personas son muy complejos.
Sara no comentó nada, trataba de asimilar lo sucedido, hasta que otra parte de su conversación le vino a la memoria.
- ¡Ella dijo que papá buscaba a mamá! Después de que salió de Azkaban...
Lupin pareció -por primera vez en la memoria de Sara- incómodo con el tema.
- Sirius creía que Sara estaba viva – dijo Lupin- y quería ir a buscarla.
- ¿Y por qué no lo hizo? Me habría encontrado. – dijo Sara en un tono algo resentido.
- Lo hizo, pero sin ningún resultado – dijo Remus – mira Sara, tal vez no debamos hablar de eso ahora. Vamos a la fiesta, después podemos hablar de esto con calma.
- ¿De qué? ¿De los Evans? ¿De mi madre? ¿De Petunia? ¿O de la búsqueda de mi padre?
- De todo un poco – dijo Lupin - vamos, que nos vamos a quedar sin pastel.
Lupin entró al salón mientras Sara se quedaba ahí, pensando. No entendía nada. ¿Su madre no había matado a los Evans? Bueno, no porque no quisiera, sino porque no pudo. ¿Pero y el diario?¿No le habría cobrado Voldemort su error? ¿Por qué no estaba aquello? ¿Lo habría arrancado? ¿Con qué fin?
Sin embargo al volver al salón no pudo seguir pensando en aquello, la fiesta estaba cada vez mejor y entre Fred y George (y muchos otros más) insistieron tanto en bailar con ella que en medio de la música y el baile dejó las preocupaciones de lado por el momento, aunque no las olvidara.
Sara entró a su habitación rápidamente. Había estado cerca. ¿Quién era aquel que la seguía? Sabía que lo había dejado perdido.
Encendió las velas de la habitación con un simple chasquido, y lanzó una exclamación de asombro:
- ¿Qué haces aquí? Me asustaste, Severus. ¿Cómo hiciste para entrar?
- Te estaba esperando.
- ¿Qué sucede?
- Cierra la puerta. Asegúrate de que nadie nos oiga, no te gustaría que así fuera.
Sara cerró la puerta y puso el hechizo aislador, al tiempo que trataba de entrar en la mente de su amigo para ver que tramaba, pero no pudo hacerlo fácilmente. No sabía que su amigo era tan buen Oclummence. No desperdició energías en ello, él iba a decírselo personalmente.
- Estás jugando un juego muy peligroso, Sara.
- No se de que hablas- contestó la chica al tiempo que se quedaba helada. ¿Qué había descubierto Severus?
- Ahora eres una de nosotros. No puedes escabullirte para verte con Sirius Black.
- ¿Quién dice que he visto a Sirius?
- Tu misma.
- ¿Qué?
- Se te olvida que te conozco – le dijo acercándose a ella – Está escrito en tu rostro. Ese brillo en los ojos, esa sonrisa disimulada, esa expresión de alegre culpa las he visto antes, hace mucho tiempo, y todas las veces que las vi eran a causa de Black. No con Lucius, no
con Regulus, y juraría que tampoco con Ash aunque no te vi. Con Black.
Sara bajó la vista.
- Lo sospechan, según creo – dijo Snape – tienes que ponerle fin a esto, o se van a enterar, igual que yo lo hice.
Snape salió de la habitación cerrando la puerta tras si, mientras dejaba a Sara sumida en sus pensamientos. ¿Y si era verdad? ¿Y si la descubrían? Inconscientemente se llevó la mano al zafiro del que nunca se separaba. Y tuvo una premonición. Fue un dolor horrible, eran premoniciones de cosas que sucederían en mucho tiempo…
Cuando la premonición terminó se encontró en el suelo, respirando agitadamente.
°°°
- Es estúpido Remus.
- James, podría hacerlo por ella.
- ¡No, parece mentira que no conozcas a uno de tus mejores amigos!
- ¡Lo conozco, por eso me preocupa!
- Una palabra más sobre Sirius y Sara y te desconozco como amigo Remus.
- James, tienes que abrir la mente a la posibilidad. Sé que él no se uniría al lado oscuro por voluntad propia, pero por Sara... es capaz de cualquier cosa.
- Sé que puede hacer cualquier cosa por Sara, pero no unirse al lado oscuro. No cuando ni siquiera acepta que ella se haya unido. Él me prometió quedarse en la Orden pasara lo que pasara, y le creo.
- ¿Y que tal si Sara lo está engañando y le hace creer que no está realmente o que no quiere estar con Voldemort y le está sacando información?
- ¡Escúchate Remus! Sirius no es tan ingenuo... no sé que se te ha metido contra él, pero no quiero oírlo, ¿de acuerdo?
- Si hablaras con él…
- No quiero oír esto.
James salió de la habitación, dejando a Remus sólo. Una semana atrás habían vuelto él y Sirius a Inglaterra para viajar a Francia. Desde el episodio de la arena Remus le había puesto mucha atención a su amigo. Estaba callado, pensativo y absorto, lo que no era normal en él. Además tenía ciertos signos que le recordaban a Remus los que percibía en él cuando, muchos años atrás, se iba a escondidas todas las noches a ver a Sara en secreto. Todo parecía calzar, estaba tan evasivo que ya no sabía que pensar, por lo que había acudido a James, aunque no había encontrado mayor apoyo en él.
No le quedaba más que recurrir a su otro amigo, Peter. Este estuvo más de acuerdo con su teoría y le recomendó lo más lógico. Hablar con Dumbledore, y eso era lo que iba a hacer.
°°°
- Mi señor, tengo una confesión que haceros.
Lord Voldemort la miró atentamente. Sabía que algo ocurría con su predilecta, y antes de que lo hubiera averiguado ella venía a él. Quizá ya era tiempo.
- Dime Sara.
- He visto a Sirius Black.
Voldemort la miró aún más intensamente.
- ¿Le has visto?
- Sí, y he hablado con él.
- ¿Y bien?
- Quiere que le vea de nuevo, quiere que vuelva con él y os deje.
- Ya sabes lo que sucedería en ese caso.
- Lo sé – admitió Sara – y no pienso hacerlo, pero se me ha ocurrido una posibilidad mejor.
- ¿Sí?
- Déjeme verlo de nuevo. Si él puede intentar llevarme con ellos, yo intentaré traerlo con nosotros.
- ¿Traer a Sirius Black a los mortífagos?
- Sí, mi señor. Sería muy útil. Sabe muchísimo por sus estudios en la UIHDCAO y como usted bien sabe, los Black son muy poderosos.
- ¿Y crees poder hacerlo?
- Por mi amor, mi señor, le pediré que lo haga por el amor que me tiene.
- ¿Y si no accede?
Sara no contestó, pero disimuladamente abrió su Occlumencia un poco, para que Voldemort sintiera su dolor y confusión. Voldemort lo hizo sin notar la trampa y le dijo:
- Bien. ¿Cuándo será eso?
- En unas semanas, es Francia.
- Sería un gran trabajo, Sara.
Sara sonrió y tras una pronunciada reverencia y un beso a la mano de su señor salió del salón con la cabeza en alto.
¡Estaba hecho! Si lo que había visto era verdad, esa era su oportunidad. Podía ir a ver a Sirius sin que Voldemort sospechara de su fidelidad, y conseguiría la Marca. Se le había ocurrido cuando Sirius había dicho que tenían que concentrarse en destruir a Voldemort. Ella había dicho que ella no podía porque era una mortífaga. Pero las dos cosas eran mentira. No tenía marca, así que no era mortífaga al cien por ciento. Y la verdad, tal vez un mortífago era lo que se necesitaba para hacerlo caer. Un mortífago letal y muy cercano a él. Y ese mortífago sería ella.
- ¡Estuvo perfecta! – decía Ginny sonriendo – estuvo genial, simplemente genial.
- Sí, quedó muy bien – confirmó Hermione.
- Excelente – dijo Ron – y Harry estaba muy feliz, no lo veía así desde hace mucho.
- Cierto – dijo Fred - ¿pero cómo vamos a recoger todo esto?
- Sara, Sara, ¡SARA!
La chica se sobresaltó al escuchar como Hermione la llamaba:
- ¿Qué pasa?
- ¿Es que estás pensando? – le preguntó Ginny – parece que estás en la luna.
- Disculpen, ¿qué decían?
- Que la fiesta estuvo genial- le dijo Ron
- ¡Cierto! – dijo Sara – nos quedó muy bien. Neville y Harry estaban muy felices y sorprendidos.
- Y ahora hay que recoger – se siguió quejando Fred – creo que mejor nos vamos a la casa...
- Deja de quejarte – le dijo Sara – yo me encargo.
Con su acostumbrada habilidad de chasquidos de dedos fue limpiando el lugar, mientras Fred y George lanzaban unos cuantos Scourgify. Antes de que se dieran cuenta habían terminado. Habían mandado a Harry a la Madriguera, aunque había querido quedarse a ayudar. Neville se había ido con su familia terriblemente agradecido.
- Mejor vámonos a casa ya – propuso Hermione – estamos todos muy cansados.
- Querrás decir a seguir la fiesta – dijo George
En la casa hubieran seguido la fiesta, pero la señora Weasley los mandó a la cama.
Todos se acostaron a dormir y a pesar de que no querían se quedaron dormidos pronto.
Todos menos Sara.
Los recuerdos de Petunia seguían rondando en su cabeza. No la dejaban en paz. Se levantó sigilosamente y cogió el diario de su madre. Se apareció fuera de la casa. Se sentó en medio del jardín, le gustaba aquel lugar montones...
Abrió el diario. El recuerdo de Petunia que menos le calzaba era ese en el que salía su madre hablando con ella. En el diario nunca la había mencionado, y estaba segura de que en ese recuerdo ya era mortífaga, pues su madre había descrito muy bien su traje cuando se lo había hecho. Y llevaba la piedra negra del collar.
Buscó el episodio de los Evans. Ahí estaba, terrible, atroz, una de las escenas mejor escritas del diario. Sara no entendía nada. Tal vez su madre no lo escribía todo en el diario, pero, ¿por qué?
Sara se preguntó que otras cosas no había escrito. Ella creía conocer muy bien a su madre, pero… sí, la conocía. Mala, injusta, cruel…
- ¿Sara?
- ¡Harry! Un día me vas a matar del susto. ¿Qué haces aquí?
- Te vi aparecerte aquí, mientras veía por la ventana del cuarto.
- ¿No tienes sueño?
- No. Dormir no es mi actividad favorita.
- Lo entiendo – dijo Sara.
- ¿Y que pasa?
- Nada, es sólo que sigo pensando en lo de hoy en la mañana.
Sara se detuvo, ¿para qué contarle esas preocupaciones pueriles a Harry?
- ¿Lo de Sirius?
- Me preocupa más... Remus.
- ¿El profesor Lupin? ¿Por qué? ¿Qué ocurre?
- Cuando vinimos le conté a Remus, y no sé, tengo la sensación de que me rehuyó el resto de la fiesta. No quiere hablar conmigo.
- Sara, en medio de una fiesta, ¿cómo querías que hablara contigo?
- No es eso, el tono de su voz, como se alejaba si intentaba acercarme. Hay algo de lo que no quiere hablar conmigo.
- ¿Pero que fue lo que hablaron?
- Lo conté lo de la conexión con tu tía.
- ¿Qué fue lo que viste, de cualquier forma?
- Vi a papá joven, con varias chicas distintas, como llegaba donde tu madre. También lo vi con mamá.
- ¿Y que es lo que el profesor Lupin no quiere hablar de eso?
Sara suspiró. No era de eso.
- No sé donde oí que los crímenes de los padres recaen en los hijos...
- ¿Crímenes? Oh, ya veo – Harry miró el libro negro abierto frente a Sara – no tienes la culpa de lo que haya hecho tu madre.
- Lo sé – dijo Sara- pero eso no evita que me sienta culpable. Todo por ella.
Harry miró a su amiga. Siempre que hablaba sobre su madre había un tono de resentimiento terrible en su voz.
- De cualquier manera tal vez es mejor que no me diga nada. Por algo nunca había hecho preguntas. A veces es mejor no saber, o quedarse con lo que se sabe.
- ¿Qué quieres decir?
- ¿Nunca te ha extrañado que yo no hago preguntas por el pasado de mis padres?
- Sí, lo he notado –confesó Harry –y me ha llamado la atención porque mi primera reacción ante todo es preguntar.
- Se me han ocurrido muchas cosas que preguntar – admitió Sara- pero no he querido hacerlo. Creo que me da miedo que me cambien las cosas.
- No te entiendo.
- Es sólo que uno tiene una idea de cómo son o eran las cosas, y si empieza a hacer preguntas, pueden cambiar. Me siento bien odiando a mi madre y adorando a mi padre. Y no quiero que eso cambie, aunque no creo que pudiera, menos con todo lo que me has hablado sobre papá. Pero me da miedo lo que puedan decirme sobre ella, tratando de que su pobre hija no se sienta mal sobre ella. Esto es una tontería, no sé como expresarme. Sólo digo que tal vez es mejor quedarse con lo que se sabe, porque una vez que te pica la curiosidad, no puedes ponerle freno.
- Te entiendo – le dijo Harry – pero no estoy de acuerdo. Es mejor saber. Te lo digo por experiencia.
- Bueno, ¿y que tal si no te quieren decir? Remus me ha contado muchas cosas sobre papá, pero en su época adolescente. Es cierto que yo casi no lo he dejado hablarme sobre mi madre, pero tampoco en mucho lo que me ha dicho de ellos. Y nunca me habla sobre que pasó cuando él salió de Azkaban. Siempre creí que pensaba que mamá estaba muerta, pero Remus dijo que creía que estaba viva… y no quiso hablar más.
- Sirius nunca mencionó a tu madre – le dijo Harry.
Sara se quedó en silencio. ¿Por qué su padre no hablaba sobre su madre? Seguramente era un recuerdo doloroso. Y además, había intentado matar a los abuelos de Harry. Tal vez era por eso.
- Sí, bueno, no sé – dijo Sara – sus razones tendría. Ya no sé si quiero saber o no.
Harry la miró como cerraba el diario y lo abrazaba distraídamente.
- Sara, ¿realmente odias tanto el recuerdo de tu madre?
Sara se sorprendió por la pregunta:
- Sí, ¿por qué lo dudas?
- Es que, después de todo...
- ¿Es mi madre? – completó Sara – Harry, tu y tus ideas de madres e hijos.
- ¿Nunca has querido "querer" a tu madre?
Sara se sorprendió aún más con esa otra pregunta.
- Quise a Kyara como una.
- Lo sé, pero, no es eso. Yo he crecido sin recordar a mamá, pero siempre le he tenido un gran cariño a su recuerdo, aun antes de saber que había dado su vida por mi. Me era imposible pensar en que había sido mala o no me hubiera querido o algo así a pesar de cómo hablaban mis tíos de ella, o mejor dicho como no hablaban de ella. Era mi madre.
- Bueno, yo si tenía recuerdos de mi madre. Bella y altiva cuando estábamos en la misma habitación me veía con desprecio y le decía a Kyara que me apartara de su vista. Además del diario.
- Creí que te había dejado muy pequeña.
- Tenía tres, suficiente para recordar unas cuantas cosas. Pero no muchas, ya te dije, nunca estaba. Nunca he pensado en lo que me preguntas. No necesité querer a mamá y me crié bastante bien, igual que tu no tuviste madre y te criaste bien.
- Pero, una madre es una madre.
- Y Sara Parker fue Sara Parker. Mejor vámonos a dormir – dijo levantándose – es tarde y las conversaciones sobre mi madre no son lo mejor para evitar trasnocharse.
¿Qué les pareció?
¡Espero con ansias sus comentarios! Me iluminarán la próxima semana, es una alegría genial abrir el correo al volver de clases y encontrar sus reviews. No saben como me animan.
El próximo capítulo, (ya saben, el Viernes), trae el tercer encuentro y una entrevista muy interesante de Sara Black con el antiguo conocido de la niñez de su madre.
Y les aviso que ese será el penúltimo capítulo de Trampa de Cristal. Empezaremos Septiembre con la cuarta parte de la historia,
Bien, contesto sus reviews:
Amsp14: ¡Hola! ¿Ni un centavo más ni un centavo menos? Interesante… Cuatro amigos… alguien de plata… hum… déjame pensarlo. Por cierto, ¿qué hiciste ese libro? Ya no está donde estaba. ¿Capítulo doble? ¡Si a penas llevo parte del que sigue! No, no funcionó. ¡Nos vemos!
Leo Black Le-fay: ¡Hola wapa! ¡Sí! Ya fue su cumpleaños, el capítulo del cumpleaños de ella es el próximo, un poco atrasado, pero bueno… Pues sí, fue triste, pero es que no podía ser de otra manera, al menos aquí se ven otra vez. Aunque tampoco fue exactamente un momento alegre. No entiendo a que te refieres con que te resultó "extraño". Espero verte en el MSN para que me digas a que te refieres. Si es por lo de los Evans, eso se explica más adelante en un chap que se llama "los Evans", así que tranquilidad, pero aún así no dudes en preguntar, cualquier cosa yo veo como te respondo sin matarte la historia. ¡Besitos!
Sabrina: Espero que a pesar de la lluvia hayas disfrutado la boda de tu prima. En cuanto a si termina bien o no, bueno, ya juzgarás tu. Depende de para que personaje no termina tan mal, pero yo creo que el final es… bonito. Pues el Sirius de mi historia es algo romántico y apasionado a la hora de hablar. Sé que no es la imagen que suele presentarse de él, pero sí creo que puede ser así de apasionado para hablar cuando realmente le importa. Pues dentro de la historia no tiene un doble sentido Pet, pero tengo que admitir que yo sí lo pensé para ponerle el apodo. Quien sabe si Sirius piensa tan parecido a mi. Era necesario que Sara fuera donde los Dursley, a mi tampoco me simpatizan, pero necesitaba que se vieran. Pues sí que tenía medido a Sirius, (apuesto a que tu y yo habríamos hecho lo mismo). ¿Lo hizo o no lo hizo? ¡Eh ahí la cuestión! Pues se supone que ella cree que Sirius la va a odiar por todo lo que ha tenido que hacer. Más adelante hay todo un capitulo dedicado a los Evans, así que sabrás las respuestas. ¡Ah me encanta cuando Harry se entera de lo de Pet x Sirius! Era de los momentos que aunque no sean la clave de la historia me muero por escribir… No, tus reviews no pueden hartarme, lo malo es que conforme avances las clases tendré que ser más breve en responder. Sí, el miedo de Remsie es natural, nada más, y Sirius se divierte mucho (¡adorable!) Ya viste lo que iba a pasar "mañana", ¿qué te parecio? ¿y el encuentro? Bueno, gracias por las chispiras y las recomendaciones, trataré de hacerte caso… Besitos! (Yo tb estoy traumada con las clases).
Aiosami: ¡Hola! Me allegro que te gustara tanto el capítulo. Pues a mi este Sirius romanticón me mata, me encanta el amor de ellos, mi idea es que es como un amor de esos legendarios que surgen para la historia… Bueno, Petunia no quiere mucho a los magos como para soltar información así no más, pero ya será, tranquilidad. ¡Ya viste lo que pasó en la playa! No pueden meterse en más líos de los que están… Nos vemos! (¿Cuándo empiezas el fic nuevo que me dijiste?)
NataliaK: ¡Hola! Me alegra que te guste la historia. Te contesto en uno los tres reviews, no sé hasta donde habrás leído, pero espero que puedas llegar hasta aquí en algún momento, aunque sé que son muchos chaps. Me alegra que te guste mi Sirius, y lo de Snape, bueno, a mi Snape no me cae tan mal, yo creo que JK también lo justificará en su momento, ella ha dicho que no es malo, aunque tampoco es totalmente bueno, y creo que eso le pasa a todos los personajes. No, no soporto a Dumbledore, ¿es tan obvio? Lástima que no haya un fanfic tuyo para leer, pero me alegra oír que te animas a escribir por tu cuenta. Jajaja… me alegra saber que igual en tus escritos le haces un homenaje a Sirius con el apellido de la protagonista… Mi email creo que puedes cogerlo del perfil, pero de cualquier forma es
Bella Blackvad: ¡Hola wapa! Que mala suerte con lo del review. Yo generalmente copio el mensaje antes de mandarlo para evitar perderlo… y hablando de reviews, antes de pasar al tuyo, ¡ya leí tu historia! Perdona no haberte dejado review, es que esta primera semana ha estado de locos y no sé de donde saqué el tiempo para contestar los reviews. Trataré de dejarte review pronto, pero de una vez te digo que me encanta tu historia, me fascina que James esté viviendo con Sirius, todo lo de las chicas y niños (no me extiendo para no matárselo a nadie), pero ¡sobre todo me encanta la habilidad de James! No sé si podré dejarte grandes reviews, porque estoy muy ocupada con la U, pero seguiré leyendo de fijo y te comentaré cuanto pueda. ¡Está genial la historia! Bueno, ahora paso a tu mega review que me encantó. ¡Me alegra montones que te gustara tanto el capítulo! Ese encuentro es mi favorito, me gusta más que este. La verdad es que los tres encuentros me costó mucho escribirlos, es de las partes en las que duré más, porque los escribía y quedaban o demasiado fríos o se pasaban de cursis, hasta que llegaron al punto donde me gustaron. Es una situación dura para ambos, no es que me alegra que te pusiera triste, pero esa era la idea, y me alegra saber que transmite la tristeza, dolor e impotencia que están sintiendo los dos. Los puntos que enumeraste son exactamente los mismos que más me gustan a mi.
Uno- Lo del dragón, bueno, fue lo que se me ocurrió que podía hacer mientras lo esperaba. Antes los dragones iban a tomar importancia en la historia, ahora no estoy segura… ya está demasiado grande y se quedaron sin campo.
Dos- Sí, yo siendo Sara no podría, pero por eso me encanta el personaje, antes era toda egoísta y ya aquí por amor a Sirius a cambiado totalmente. Esa forma cortante le cuesta mucho, y lo de decirle que no le quiere también. ¿Ya lo había hecho una vez, recuerdas? Por eso es que él no le cree…
Tres- ¡Sí, Sirius es así de lindo! Ese beso me encanta… lo de que confía más en sus labios que en sus ojos… él la conoce muy bien. Sí, entendí tu punto.
Cuatro- lo que me dices de la fuerza del amor de Sirius, como le digo a Aiosami en su contestación, yo considero el amor de estos dos de esos legendarios que hacen historia. Pero es cierto que ella no lo atacaría…
Cinco- Pues Sirius es muy positivo, y si él me lo pidiera claro que podría hacer algo para que estén juntos ya… pero significaría que ya no habría historia. Claro, si Sara se dejara ayudar sería más fácil… Me encanta la postura de él de ayudarla…
Seis- su conexión… a mi también me gusta.
Siete- lo de que no eres el mismo Sirius arrogante que conocí y la respuesta de él… no sabes lo que me costó esa parte, pero estoy muy orgullosa de cómo quedó. Me alegra montones que te haya gustado.
¿quién se le puede negar a Sirius? No lo sé, yo no, y Sara ya viste que tampoco… A Sirius le duele mucho que ella no lo deja saber que pasa… ya verás como vuelve constantemente a eso.
La parte de Sara Black… jaja… si, quería que el inicio fuera un poco cómico, que ya tenía mucha tristeza el chap. No, no explico mucho más que vio Sara de lo que ella dice y lo que Remus le contesta. Sólo vio imágenes del papá de joven con sus diversas citas, con Sara Parker (sólo lo que Pet vio en algún momento), y las imágenes que la intrigan de después, bueno, son de un capítulo que hay en la cuarta parte que se llama "Los Evans". Ahí entenderás mucho más, aunque más del lado de Sara P que de Sirius. Bueno, ya lo verás, cualquier cosa me preguntas. ¿Qué es verdad? ¿Qué no? ¡Espera a ver el lío mental que se le va a hacer a Sara Black en el próximo chap! Espero que te haya gustado lo de la fiesta, aunque fue muy poco específico, me interesaba más lo que pasaba por la mente de Sara. De nada por lo de la contestación, aunque se van a ir acortando cuando la U no me deje respirar… pero mientras pueda contestaré largo y tendido, y sigue preguntándome cualquier cosa que te explicaré. Bueno, espero que sigas pronto con tu historia (me avisas porque creo que se me olvidó marcarte dentro de mi Author) y tus comentario. Chao! (¿A que estuvo gracioso lo de que le gustaba Sirius? Me imagino la cara de Harry y me da risa…)
Emma Frost RB: ¡Hola! Entiendo lo que es estar liada, yo llevo una semana en la U y me tienen super ocupada. Me alegro mucho tu review, te había echado en falta. Pues sí, el 32 era corto (¿a que se ve lindo con el pelo largo o corto?) Me alegra que te gustara lo de Sara Black, que suele ser lo más flojo, pero en estas partes creo que empieza a mejorarse. En cuanto a la ropa de Sara Parker, me pensé bastante la ropa, generalmente anda con un vestido parecido, no es una mortífaga común y corriente. Sara Parker… estará muy ocupada en esas cosas, pero no en esta parte. Bueno, ya nos hemos visto en Irlanda. Hasta el Viernes en París.
Angie Crowe: ¡Hola! Ya te echaba de menos. Me alegra que te gustara la iniciación. Sobre Snape, bueno, yo le tengo cierto aprecio (consecuencias de tener una hermana severusiana). Ya viste que es lo que tanto prepararon. Se lo merecían ¿no? Me alegra saber que te gustó la parte de Sara B porque no es de la mejor. En general los Dursley no me caen nada bien, pero me gusta el personaje como Pet. Vernon no me lo bajo. Me alegro que te gustara el encuentro. Yo también volví a clases, te entiendo, pero espero que igual puedas seguir leyendo y dejándome review de vez en cuando… La conexión de Sara y Bellatrix tal vez si salga más después, aun no estoy segura. Eso quería dar a entender con el cambio de look. Lo del perro, bueno, debes recordar que Sara es cruel, si recuerdas algunos de sus comentarios en la segunda parte sobre la muerte de Erica por ejemplo no es precisamente tierna. Pero bueno, el perro pagó su frustración. Creo que me llega el author alert de la publicación, por si acaso avísame. ¿Se te ocurrió un song fic? ¡Me siento halagada! Mi email es ¡Nos vemos!
Victoria Guerra: ¡Hola! ¡BIENVENIDA A LA HISTORIA! No puedo creerlo… los 33 capítulos completos de corrido, ¡si son más de 300 hojas! Cuatro días… eso me dice que realmente te gustó y me hace sentir muy feliz, gracias por tu gran review. Mi historia lleva su tiempo dando vueltas por aquí en ff, espero que se haya aliviado tu torticulis. Me alegra que te guste como formé las personalidades de Sara P y B, estoy muy orgullosa de mis personajes, así que me encanta que me las piropeen. Pues yo aún no he acepatado la frase "Sirius está muerto", sólo acepto el hecho de que está "del otro lado del velo". Si lees mis respuestas a Sabrina encontrarás mis comentarios al respecto. Sirius es mi personaje favorito, lo adoro, ¡y me pone aún más feliz que te guste como lo escribo! Pues sí, todos me lo preguntan, la respuesta: LO ODIO. Detesto a Dumbledore desde el quinto libro y espero que Voldemort se lo vuele pronto… Espero que sigas leyendo. Gracias por el review y por leer aunque fueran tantos chaps…
Besos desde Costa Rica
Sara Fénix Black
