¡Hola a todos!
¡Aquí está el siguiente capítulo! Espero que les guste, es el penúltimo capítulo de la tercera parte, la historia toma ya un giro mucho más oscuro y misterioso, la acción y la oscuridad se aproximan.
Los personajes son propiedad de JK Rowling y empresas asociadas, como ya saben.
Muchísimas gracias por los reviews, ahora que estoy en clases no puedo revisar el correo todos los días, así que cuando abro el correo y encuentro todos sus reviews me alegro muchísimo, me dan muchísimos ánimos para seguir escribiendo a pesar de lo pesado de los estudios y la falta de tiempo. Estoy cerca de acabar la historia completa, cuando la termine tal vez pueda publicar más seguido, porque ya no habrá peligro de que me quede sin capítulos…
Bueno, los dejo con el capítulo, es un poco corto, pero a mi parecer muy interesante…
La Torre Eiffel, descubriendo el pasado
Ya había pasado el mes. Sara no sabía lo que iba a pasar entre ellos en ese momento, pero sí lo que iba a pasar después, y no tenía mucho tiempo. Miró alrededor, ¿habría llegado ya? Ella siempre llegaba primero, pero no, ahí estaba él.
- Llegaste primero –le dijo acercándose a él. No habían acordado si se verían arriba o abajo, pero los dos habían recordado lo mismo: la Torre de Eisenstadt el 14 de Febrero del año anterior. Los dos se habían encontrado arriba sin haberlo acordado. Esta vez fue igual.
- Estoy por aquí desde temprano – le dijo Sirius- este mes se me hizo eterno.
- Sirius, tenemos que hablar ya en serio, nos hemos visto ya dos veces por el simple capricho de vernos y no hemos llegado a nada. No podemos seguir así. No puedo seguir esperando a que aceptes que el destino nos separa.
- Destino… – dijo Sirius como si la palabra le trajera malos recuerdos- peligrosa y cruel palabra. Podríamos decir que es lo que hizo que hace un mes la playa nos recordara nuestro primer encuentro, y que este de hoy nos recuerde el de Austria. Pero creo que eso son coincidencias, y el destino se dedica a cosas mucho peores.
- Mira quien es el filósofo hoy – dijo Sara.
- He estado pensando mucho, y tengo algo que decirte – le dijo Sirius serio.
- Yo también – dijo Sara – tengo algo muy, MUY importante que decirte.
- Bien, tu primero.
- No- dijo Sara meditándolo – tu primero, porque si hablo yo te distraerás de lo que tienes que decir, y quiero escucharlo.
- Estuve pensando, todo lo que dijimos, principalmente lo último que dijiste. Todo es un problema de falta de libertad.
- Así es – Sara se preguntó que le iba a decir. Sería mejor que lo callara y le dijera de su premonición, pero no dejaba de pensar que era la última vez en mucho tiempo que hablaría con él.
- Pero eso no es nuevo. ¿No te has dado cuenta de que desde que nos conocimos hay cosas a las que hemos estado atados y que nos han impedido estar juntos?
- ¿Qué quieres decir?
- Mira. Cuando nos conocimos el primer obstáculo fue mi orgullo y mi inmadurez.
- Nuestro orgullo y nuestra inmadurez – lo corrigió Sara.
- Gracias –dijo Sirius con una sonrisa – después, cuando estuvimos listos para intentarlo, apareció un obstáculo aún más grande. Una verdadera atadura: tu promesa a Dumbledore de obedecerle en el nombre de tu madre. La siguiente atadura fue mía, una de la cual probablemente nunca te enteraste, una promesa que le hice a Dumbledore un año después de eso, tras el baile de navidad en que te besé frente a todos, una promesa de no acercarme a ti en cuatro años.
- Nunca me dijiste que…
- Ya no importa – la cortó Sirius- después, justo cuando se acabó el plazo, apareció Ash.
- Atada a mi pasado y a mis secretos – dijo Sara entendiendo.
- Atado a mis celos, y luego, a la UIHDCAO.
- Donde Dumbledore te envió –intervino Sara, el nombre de Dumbledore estaba apareciendo demasiado entre las ataduras que les habían evitado estar juntos.
- Luego parecía que todo estaba relativamente bien después que decidimos ser "sinceros", pero ahí cometimos un error, nos tomamos las cosas con calma, mucha calma, como si tuviéramos todo el tiempo del mundo, cuando en realidad era tiempo prestado.
Surgió Voldemort.
- Sí, Voldemort y mi testarudez, mi indiferencia, mi mal humor, mi falta de disposición, mi orgullo, mis celos y mi envidia – dijo Sara recordando aquello con dolor. ¿Por qué no le había hecho caso a Ash?
- Y la Orden – dijo Sirius.
- Y los mortífagos.
- Parece que en lugar de hacerse las cosas más fáciles fuimos buscando más cosas con las cuales atarnos. – dijo Sirius llegando a lo que quería llegar.
- Sin tomar en cuenta que algunas personas procuraron atarnos, como Dumbledore.
- Lo que quiero decir – dijo Sirius sabiendo que el debate sobre Dumbledore podía ser eterno – es que ahora lo que necesitamos es libertad. Quiero que hagamos un juramento.
- ¿Juramento? En la situación en que estamos no valen los juramentos, debemos nuestras vidas a dos causas opuestas.
- Juremos –Sirius continuó como si no la hubiera oído- que vamos a luchar por ser libres de todo lo que nos ata en este momento y nos evita estar juntos.
- Pero…
- ¡Déjame terminar! Vamos a luchar para liberarnos y cuando seamos libres, cuando seamos completamente libres, uniremos nuestras vidas para siempre.
- Eso es ilógico Sirius, será imposible.
- Lo que quiero es que si alguna vez somos libres ya no dejaremos que nada más se interponga entre nosotros.
- Eso suena como una propuesta de matrimonio.
- ¿Una propuesta de matrimonio? – dijo Sirius riendo- si, yo también lo pensé, pero creo que es algo más profundo que eso. Sólo te pido que me prometas tu libertad, así como le juraste a Voldemort tu esclavitud.
Sara dudó, ¿podía jurarle aquello y decirle después lo que venía a decir? Sí, podía hacerlo, pero no debería dejar que él la hiciera. Ella podía cumplirla, él no podría, no después de todo lo que ella tendría que haber hecho antes de ser libre.
- La tienes – le dijo Sara seriamente- te juro que serás dueño de mi libertad. Pero no me jures la tuya.
- ¿Qué?
- No puedo dejarte hacerlo –le dijo Sara– si cuando seamos libres pudieras amarme todavía, bien, pero será imposible. Tengo algo muy importante que decirte y es mejor que te lo diga ya, pues no tenemos mucho tiempo. A partir de hoy no nos veremos más.
Sirius la miró atónito. Ya otras veces le había dicho que no se verían, pero esta vez no lo había dicho como algo que debían hacer, sino como un hecho comprobado.
- Tuve una premonición –explicó Sara al ver su expresión- No nos veremos más hasta dentro de mucho tiempo. Dumbledore estará aquí en unos minutos. Te conozco lo suficiente para saber que te quedarás en la Orden. Pero la desconfianza se sembrará entre ustedes y pueden pagarla muy cara, si no la ponen en quien deben. No debes faltar a la palabra que le darás a tu amigo y a Dumbledore hoy. Cuando volvamos a vernos será el momento preciso. Yo misma no sé cuando será, ni si será pronto o no. Pero de esta forma que nos hemos estado viendo no será. Y no debemos provocarlo tampoco. Serán fuerzas ajenas a nosotros dos las que nos harán reunirnos de nuevo. Y aunque ocasionalmente nos viéramos en una batalla o algo así, no será el momento indicado. Cuando ocurra lo sabremos.
- Hablas como una vidente – le dijo Sirius un poco asombrado del tono serio que estaba usando Sara y de lo que le había dicho.
- Te estoy comunicando una visión.
- ¿Y tú?
- Yo me quedaré con Voldemort – dijo Sara– no trates de hacerme desistir, no me hables de que no tengo que, que no quiero o que no puedo. Sé todo eso, pero yo también hice un juramento. "diame si quieres, que creo que lo harás. Incluso me alegraría que lo hicieras, pues sería todo más fácil. Soy una mortífaga aunque no me enorgullezca de eso.
Sirius nunca la había visto así antes, y ella sólo había sentido esa misma determinación meses atrás, cuando decidió unirse a los mortífagos en su loco sacrificio de amor.
- ¿Qué? ¿Cómo? Sara…
- Nunca hubo un verdadero futuro para nosotros, Sirius. Sé mejor que tu que es difícil que se pueda cumplir el juramento que hace un momento te hice por el simple hecho de que nunca seremos libres. Ese destino al que llamaste cruel lo es en verdad, no nos dejará en paz.
- Tu y yo estamos hechos el uno para el otro, y lo sabes.
- Tu y yo somos un imposible, una jugarreta del destino, siempre lo hemos sido y ya es hora de que los dos lo aceptemos. Es hora de que nos separemos definitivamente, de que aceptemos lo que nos trajo la vida, aunque no nos guste. Hasta siempre, Sirius Black, nunca sabrás lo que has sido realmente en mi vida.
Sara desapareció en el momento exacto en que Dumbledore apareció junto a Sirius.
Sara miró el número de la casa a la que había llegado. Era la primera vez que iba a Oxford. Ya era Viernes 6 de Febrero, el día que había acordado ir a visitar a los Lovegood.
- ¡Sara! – Luna abrió la puerta con una gran sonrisa – pasa, ¿tuviste problemas encontrando la casa?
- No, tu dirección fue muy exacta – dijo Sara entrando y saludándola- Ginny, Hermione, Ron y Harry te mandan saludos muy cariñosos.
- Diles que gracias. ¿Cómo estuvo la fiesta de cumpleaños?
- Excelente, fue una lástima que te la perdieras.
- Papá está en su estudio, me pidió que te pasara a él apenas llegaras. Espero que después de hablar con papá te quedes a tomar el té conmigo.
- Claro, será un placer.
Sara esperó a que Luna entrara por una sólida puerta de roble que era la entrada del estudio y le anunciara a su padre su llegada. Mentalmente se preguntaba qué estaba haciendo ahí. Bueno, en un inicio sólo iba a complacer los deseos del señor Lovegood de conocerla e iba a pedirle un pequeño favor... pero como le había dicho a Harry, una vez que la curiosidad lo picaba a uno, era difícil deshacerse de ella. Ese hombre con el que iba a hablar, había conocido a su madre...
- ¡Hazla pasar cariño! – oyó que les respondía a su hija.
Luna salió y la invitó a pasar.
Sara entró y oyó la puerta cerrarse tras ella. Estuvo frente a frente con el señor Lovegood. Sus grandes ojos recordaban a los de su hija, pero las cejas que los enmarcaban eran un poco más oscuras. Tenía el pelo rubio, como ella, y un poco largo, amarrado con una pequeña coletilla. Sí, Luna se parecía mucho a su padre, Henry Lovegood, quien miraba a Sara con una leve expresión de sorpresa.
- Buenos días – saludó Sara para cortar el silencio- gracias por recibirme, espero no causarle ninguna molestia.
- ¡Tonterías! – dijo reaccionando- no es ninguna molestia, es un placer. Desde que oí sobre usted quería conocerla, pero Dumbledore no es muy abierto a la idea de tener periodistas en Hogwarts, aunque sean hijos de viejos amigos. Pero, por favor, siéntese. ¿Desea algo de tomar?
- Así estoy bien, gracias – dijo Sara sentándose.
- Tu madre tampoco era muy aficionada a las bebidas – dijo el señor Lovegood sentándose en el sillón opuesto al que había ofrecido a Sara – sé que te debe ser muy molesto oír esto, pero te le pareces bastante.
- ¿Bastante? – Sara sonrió, al menos no había dicho que era idéntica.
- Sí algunas cosas no tanto. No sabría decirte cuales detalladamente, pero sí, tienes un aire que Sara no tenía.
Sara se mostró complacida. En menos de una semana dos personas que habían conocido a su madre decían que no era idéntica a ella.
- Luna me dio tu carta – prosiguió el señor Lovegood, a quien, como Sara notó, le gustaba mucho hablar - ¿en que puedo ayudarte?
- Tengo un favor que pedirle – le dijo Sara poniéndose seria – tal vez sea un atrevimiento de mi parte, tomando en cuenta que en realidad no lo conozco, y si no quiere hacerlo o no puede, no se preocupe, es sólo que pensé que usted era quien mejor podía ayudarme.
- ¿No me conoces? ¡Si somos casi familia! – exclamó el señor Lovegood- bueno, tal vez estoy exagerando. La última vez que vi a tu madre tenía tu edad.
- ¿De verdad?
- Sí, tal vez un año menos… cuando se fue para Hogwarts. Y la última vez que recibí una carta suya fue cuando volvió a Inglaterra después de un viaje que hizo.
- Ya- Sara estaba dividida entre el disgusto que le producía hablar de su madre y una curiosidad inmensa, finalmente, esta última salió victoriosa – nunca había hablado con alguien que conociera a mi madre de niña.
- ¿Y Dumbledore?
- No hablo sobre mamá con él – excusó Sara.
- Me imagino que no es su tema favorito, después de todo se la arrebató a Aberforth y las cosas siempre salieron mal.
- ¿A quien? – preguntó Sara. Nunca antes había oído ese nombre.
- ¿Nunca te ha hablado Albus de su hermano?
- ¿Hermano? – Sara nunca había oído sobre que tuviera un hermano.
- Tampoco es su tema favorito. De hecho –el señor Lovegood inclinó la cabeza en un gesto propio de quien recuerda algo- Albus nunca habla mucho de nada importante.
- Cierto – dijo Sara riendo- parece que conoce bien a los Dumbledore.
- Un poco. Eran muy amigos de mi padre, por eso Albus decidió dejar a Sara con nosotros.
- Pero usted dijo que se la arrebató a Aberforth.
- Es una manera de hablar. No lo creía adecuado para cuidar de una niña de la clase de tu madre. No es que no quisiera a su hermano o no lo apreciara, simplemente no tenía la clase de vida ideal para criar a una niña de cinco años.
- Pero, ¿eso quiere decir que mi abuela dejó a mamá con Dumbledore, pero con Aberforth Dumbledore?
- Así es –dijo el señor Lovegood– tu madre lo encontró cuando ya estaba moribunda y él cuidó de ella. Dice que era muy hermosa, de cabellos y ojos dorados. A Aberforth le encantaba rememorar su encuentro, cuando él iba para su laboratorio clandestino y encontró a esa bella mujer sollozando, sólo en el medio de Londres, con una niña pequeña de la mano, mirando alrededor desolada. No sé como supo ella que él era un mago, pero bueno… Ella le dejó a su hija antes de morir. ¿Cómo era? Quería que la chica se quedara aquí, porque tenía un futuro aquí o algo así. Vaya futuro el que le esperaba – agregó con una risa irónica – aún no puedo creerlo, ¿sabes? Todo lo que dicen que hizo. Era una niña tan linda, tan dulce, tan desvalida.
¿Linda?¿Dulce?¿Desvalida? ¿Estaba ese hombre hablando realmente de su madre?
- Lo lamento – dijo el señor Lovegood al ver su expresión- supongo que no te gusta que te hablen de tu madre.
- No –dijo Sara– por favor, continúe. Nunca nadie me ha hablado sobre ella de esta forma.
- Bien – el señor Lovegood estaba feliz. Nunca tenía oportunidad de hablar de Sara, pues no era un nombre que a la gente le gustara oír – tu madre tenía cinco años y estaba muy encariñada con Aberforth, pero luego Albus se enteró de todo lo que había pasado. Estuvo asesorando a su hermano e instigándolo hasta que este accedió a dejarle a Sara. Ella no estaba muy feliz con el hecho de dejar a Aberforth, pero creo que Albus tenía razón. Aberforth tenía muy buenas intenciones, pero nada más, no tenía la menor idea sobre la crianza de niños, pero sí sobre la de especies ilegales en laboratorio, y era muy dado a desaparecer por largos periodos para evitar las investigaciones del ministerio. Albus y Aberforth eran polos opuestos, uno instruido, poderoso, sabio y muy posicionado en la sociedad y el otro algo ignorante con los libros y esas cosas, no particularmente poderoso, con una chispa y un encanto de personalidad que caía bien en seguida, es de esas personas que caen bien apenas se ven, de la misma manera que Albus impone cierto respeto él imponía simpatía. Sara se reía mucho con él y él la consentía con todo. Pero claro, Albus es un hombre muy ocupado para ocuparse todo el día de una niña pequeña, así que mi padre se ofreció a ayudarlo y él aceptó gustoso. Sara vino a vivir con nosotros para Navidad. Era una ricura de niña. Pequeña, tímida pero con unos ojos muy vivos e impresionantemente dorados, como los tuyos. Yo tenía unos nueve años cuando vino a la casa. En un inicio me molestaba, ¿sabes? Yo era hijo único, y ahora tenía a esa pequeña haciendo alboroto todo el día y reclamando que le pusieran atención. Sí, Sara nunca pasaba desapercibida. Sin embargo, llegué a encariñarme con ella. Me pintaba dibujos y me los dejaba en el escritorio, y decía que yo era su hermano. Ayudaba a mamá con las labores sencillas de la casa, y le encantaba jugar, pero odiaba las muñecas, cada vez que le daban una lo sometía a algún experimento, no solían vivir más de una semana, cuando mucho. No era de esas niñas con un gran grupo de amigas, se bastaba ella sola, corría por toda la cosa, revisaba las cosas de papá y de mamá. También le encantaba discutir y nunca admitía que estaba equivocada. Siempre se salía con la suya.
- Eso suena más a mamá – dijo Sara en voz baja.
- Cuando entré a Hogwarts me escribía una vez a la semana. Me mandaba dibujos y cosas así. Cuando yo volvía a casa para vacaciones pasaba mucho tiempo conmigo. Con forme iba creciendo me gustaba más su compañía. A pesar de su corta edad podía discutir con ella sobre las investigaciones que hacía. No era una persona con la mente muy abierta, pero era instructivo y divertido. Todo eso fue hasta que el fuego le empezó a renacer... sufría mucho. Por lo que dice, dolía montones, decía que sentía que se estaba derritiendo por dentro...
Sara asintió. Recordó aquella sensación abrazante y dolorosa. Nadie que no lo hubiera vivido podría entenderlo. Con horror reconoció que se sentía identificada con su madre. ¿Habría padecido de náuseas también?
- Vomitaba, no podía comer, padecía de escalofríos, alucinaciones..
Sí, Sara sabía lo que era eso. Lo peor que había vivido. Claro, sin tomar en cuenta la separación de los demás. Algo de lo que estaba pensando se debe haber reflejado en su rostro, porque el señor Lovegood se disculpó rápidamente:
- ¡Oh, lo lamento! Claro que sabes de lo que estoy hablando mejor que yo. Perdóname por hacerte recordar eso.
- Tranquilo – dijo Sara – no se preocupe, continúe, por favor.
- Lo peor fue cuando empezó a incendiar las cosas. Horrible, porque hubo que llevarla aparte, aislarla del resto de la gente. Albus la llevó a una casa en el Valle de Godric. La dejó con una elfina que había preparado para tratarla.
- ¿Sola? – Sara abrió los ojos desmesuradamente, asustada - ¿sola con una elfina?
- Sí.
Sara no podía creer lo que oía. Si a ella la hubieran dejado sola... Kyara se había quedado con ella por más que le insistió que la dejara sola. Era peligroso, pero Kyara no la habría dejado por nada. Era demasiado para hacerlo sola.
- ¿Cómo pudo Dumbledore hacer eso?
- Él iba a verla todo el tiempo, y mamá también. No estaba abandonada a su suerte – justificó el señor Lovegood.
- Pero aún así, debe haber sido horrible. ¿Cómo lo aceptó?
- Tu madre era muy dócil. Era una mezcla extraña, porque era terca, muy terca, pero su madre le había pedido antes de su muerte que obedeciera a las personas con que se quedaran, a Dumbledore. No le molestaba mucho. Además, mamá la quería mucho y la iba a ver todo el tiempo... Personalmente pienso que tal vez podría haberse tratado mejor la situación, pero ella lo tomó muy bien. Me escribía todo el tiempo. Yo estaba en los últimos años de Hogwarts, y a veces no podía responderle... pero lo intentaba todo el tiempo. Cuando salí de Hogwarts me fui a América a completar los estudios de periodismo. Pasé mucho tiempo con ella antes de que decidieran llevarla a Hogwarts, cosa que sucedió después de que empezara el curso, pues se debatía sobre el peligro que implicaba. Después no tuvimos mucho contacto, me escribía de cuando en cuando, para contarme sobre el colegio, pero no hablábamos mucho. Después cuando se fue de viaje perdimos completamente contacto. Tuvo problemas con Albus, no estoy muy seguro de que fueron, pero se apartó de todo lo que tenía que ver con él, y eso incluía a sus amigos los Lovegood. Quería tenerlo fuera de su vida, y sabía que si seguía en contacto con mamá y papá estos estaban en contacto con Albus, y no quería nada de eso.
- ¿Entonces, nunca la volvió a ver después de que cumplió catorce?
- No. Intentamos ponernos de acuerdo cuando volvió a Inglaterra, pero yo trabajaba haciendo investigaciones para el Sofista, así que siempre estaba ocupado. Y después… bueno, ya sabes, se unió a los mortífagos.
- Sí, ya sé – Sara tenía una extraña sensación.
- No quería creerlo. Era cierto, no hay la menor duda de eso, pero yo nunca la consideré la peor de los mortífagos. Decían que era la más cruel y la más despiadada. La llamaban el arma letal de Voldemort. No participaba de cosas comunes, siempre eran grandes golpes, y si te enfrentabas a ella era el fin. Pero una vez, ya hace mucho, analicé las estadísticas. Los ataques en que ella participó eran realmente los más vistosos, los más aparatosos, y todo lo que quieras, pero no los más mortíferos. No habían tantos muertos. Mucha tortura, mucha sangre, pero poca muerte. Llenaba los hospitales, pero no los cementerios. Claro, Dumbledore decía que eso eran solo una manera mía de justificar a la que había considerado mi dulce hermanita. Decía que las pocas personas que le tenían cariño habían tratado de justificarla.
- ¿Alguien más trató de justificarla?
- Sí, un joven del grupo de Albus. Pero él terminó con los mortífagos también, así que su justificación no vale de mucho.
- ¿Sirius Black? – preguntó Sara sintiendo como su corazón latía aceleradamente.
- Sí, el mismo, creía que la habían obligado a unirse, o algo así. Claro, eso fue en un inicio, después nadie podía negar lo que ella era. Supongo que conoces la historia oficial de Black. Creo que lo vi una vez… pero es inocente, ¿sabes?
Sara lo miró sorprendida y él dijo sonriendo:
- Te voy a inscribir a mi revista, lo publicamos el año pasado. Era un cantante encubierto.
- Que interesante.
- Es cómico que tengas su apellido – dijo el señor Lovegood pensativo – por lo que Albus me dijo él y Sara eran muy unidos.
- Sí, eso dicen – Sara odiaba no poder decir lo que sabía en ese momento.
- ¿Te gustaría ver una foto de ella? Tengo una de cuando éramos niños, tiene como unos seis años en ella. Aquí está.
Sara tomó la foto en blanco y negro y vio a una preciosa niña que la saludaba, mientras un niño mayor que ella la abrazaba por detrás.
- Puedes dejártela, si quieres – le propuso el señor Lovegood.
- No, gracias – rechazó Sara – no puedo aceptarla, creo que significa mucho más para usted que para mi. Una pregunta… ¿es usted tan cercano a Dumbledore como su padre?
- No. Yo prefería a Aberforth.
- ¿Qué fue de él?
- Ni idea. Un día desapareció, y nunca más se supo de él.
Sara se quedó pensativa, viendo la foto una vez más. ¿Esa preciosa niña había cometido tantas atrocidades?
- Es tarde – dijo el señor Lovegood viendo el reloj – creo que iba a tomar el té con mi hija, ¿no?
- Sí – dijo Sara como saliendo de un trance.
- ¿Ibas a pedirme un favor, no?
- Sí. Necesito información sobre un sujeto. ¿Sabe quien fue Ronald Benamburg?
- Claro que sí. El cazador de fénix. Investigó a su especie toda su vida, hasta que escribió el libro"La leyenda del fuego: la magia y el destino de los fénix" del que fue robado el manuscrito antes de su publicación, después él desapareció y apareció asesinado. Nunca se encontró el culpable.
- Necesito saber más de él, pero sobre todo, quiero contactar a su hijo.
- ¿Su hijo?
- Roy Benamburg. La última vez que se supo de él estaba en la India. ¿Cree que pueda ayudarme?
- Sí – dijo sin dudarlo el señor Lovegood – déjame anotar el nombre y envíame todo lo que sabes sobre él.
En ese momento se oyó la campana del té.
- Creo que debes ir con Luna.
- Gracias por todo, señor Lovegood.
- De nada, Sara. Ha sido un verdadero placer hablar contigo.
- Lo mismo digo.
- No sabes como me alegro que seas amiga de mi pequeña… Luna no tiene muchos amigos.
- Ahora sí que los tiene.
Sara le sonrió a Henry Lovegood y salió de su despacho con una sensación muy distinta a la que tenía cuando llegó.
¿Qué les pareció?
Vaya, parece que a más de una de ustedes Sara las engañó tan bien como a Voldemort, porque como acaban de ver, Sara no trató de unir a Sirius al lado oscuro… entonces, ¿qué trama la chica? Relean el final de su parte en el capítulo anterior, se los recomiendo, tal vez les de una idea más clara. Y el próximo capítulo también, pero para ese, tendrán que esperar hasta el otro Viernes.
Me interesa saber que les pareció la conversación de Sara Black con Henry y que tal les cayó ese personaje. A mi me cae muy bien.
Bueno, espero sus comentarios y cualquier pregunta no duden en hacérmela, que yo trataré de contestarla siempre y cuando no les arruine la historia si se las respondo.
A continuación contesto sus reviews, una vez más muchas gracias por ellos.
Ariadna Creta: ¡Hola! Espero que hayas disfrutado mucho tus vacaciones, bien que ya puedes pasar a dejarme el review. Me alegra que te gustaran los capítulos, los sentimientos de Sara por su madre son de mis temas favoritos dentro de la historia. Pues lo de que se le bajen los humos es gradual, pero tienes toda la razón. La chica tiene miedo, por eso se porta así, como le dijo a Harry, prefiere no saber. Aunque yo creo que Harry tiene razón y es mejor saber. Ya viste en este chap… Bueno, lo de porque lo hace todo es uno por su ego, y lo de la fiesta, jaja… bueno, digamos que cuando acaba una fiesta o algo así yo siempre tengo la actitud de Fred de "qué pereza recogerlo todo" y siempre he deseado poder limpiarlo todo como hizo Sara. Me alegra también que te guste lo de Remus, es que yo pienso que realmente debe haber ocurrido muchas cosas para que sospecharan de Sirius, y por ahí va la explicación. Besos desde Costa Rica, espero que nos encontremos en algún momento en el MSN.
Amsp14: ¡Hola! Pues sí, a lo mejor nos animamos con el libro, pero con los problemas de tiempo que tenemos quien sabe. Ya estoy pensando el siguiente chap de Esa chica es mía, pero me falta saber a donde voy a llevarlos en Hosgmeade, aunque ya tengo una idea. Espero poder escribirlo pronto. Pero para las canciones que me dic es falta mucho… Bueno, nos vemos.
Aiosami: ¡Muchas gracias por dejar review a penas publiqué, fue muy lindo recibirlo! Pues tienes razón en lo que me dices de James, precisamente de lo que está pasando van a salir las sospechas y de algo más que no te diré. Pues Sara tiene que ser así con Voldemort, pero el no sabe lo que piensa ella mientras tanto… La fiesta, pues, se la merecían, creo yo. Pues debe ser peligroso ver lo que descubren los Lovegood, con esas cosas tan raras que se tienen, pero a mi Henry me cae muy bien, ya me dirás como te cayó a ti. Anda chica, ¿cómo que Sirius haciendo de las suyas con Petunia? Hum... no, no creo... no me des ideas mejor. Espero que hayas disfrutado los capítulos, ya veré ahora cuando me conecto si pudiste mandar los comentarios. Sí, yo amo caminar por la playa… Los sentimientos de Sara por su madre son muy complejos y los de Harry… pues supongo que si son así. Después de todo, Lily era Lily. Espero que nos veamos pronto.
Bella Blackvad: ¡Hola! ¡Qué super review! ¡página y media! Vaya… Me alegro que te haya gustado. Esa era más o menos la imagen que tenía yo en mente cuando escribí la escena, se me ocurrió las vacaciones de enero cuando yo estaba en la playa. La conversación no era precisamente feliz, pero lo de besarse así, con el amor de tu vida que además de todo es Sirius Black… ¡como no va a pensar ella después que su sacrificio vale la pena! Me alegra que te haya gustado toda la conversación. Destruir a Voldemort es la solución para casi todo en esta historia, pero bueno, ¿por qué va a salir algo mal? Tal vez… tal vez la idea es que salga así. Sé que ahora no lo entiendes, pero espero que con el próximo chap quede claro el plan de Sara. ¡Un momento! No te puedes enojar con Remus… si el pobre solo está confundido y asustado, y no cuenta ni con James ni con Sirius… yo no me puedo enojar con él. Lo malo es que también tengo que defender aquí un toque a Dumbledore, lo de seguir a Sara no es beneficio personal, eso si es por la seguridad de todos… recuerda que cree que es la peor de las armas de Voldemort. Snape la conoce muy bien. Lo de James, bueno chica, es que James ante todo es fiel a Sirius, incluso por encima de sus otros amigos. Sí, es un callejón sin salida, o bueno, Sara cree que hay una salida, si hace el camino más difícil hasta ella. Pues la premonición es lo que hace que actúe como va a hacer en la cuarta parte, pero lo de unir a Sirius al lado oscuro… ¿realmente crees que planea eso? La parte de Sara Black, bueno, al fiesta, ya se la merecían creo yo. Lo de Remus se explica un poco más en la siguiente parte, pero no es tan grave… digamos que es un sentimiento de culpa, y miedo. Hay muchas cosas que Sara no sabe… Lo de que Sara se entere de las razones de su madre, no puedo decirte que pasará al respecto, y lo de que llegue a quererla… ya veremos. Pero tienes razón, precisamente por eso Sara no quiere a su madre. Vas por buen camino en la mayoría de tus ideas. Lamento que esta contestación no sea tan larga, estoy haciendo un trabajo de investigación y otras cosas mientras tanto, así que apenas saqué el tiempo para contestar reviews. Sí, fue muy largo, el de hoy ya ves que no, es más bien corto, ojalá que no pienses que la espera ha sido en vano, el de la próxima semana es un poco más largo. De nada por lo de tu fic wapa, ¿no lo has seguido? Por cierto, mi hermana dijo que le gustaba la idea de tu fic, y que si quería decir que Harry tendría una niñez feliz, porque entonces le gustaría leerlo… Los capítulos de la cuarta parte son un poco distintos a estos, (los de Sara Parker), pues son como por casos, cuando los leas te darás cuenta. En fin, que el caso de los Evans me gusta mucho, y espero que a ti también te guste. Hay un chap más casi al final donde se termina de explicar lo de Pet… es el que estoy escribiendo estos días. Si yo no me presiono con el trabajo, el solito me cae encima, tengo cinco para hacer este fin de semana, pero igual tenía que publicar. No sabes en serio como me alegra que te gusten tanto los encuentros, porque creo que realmente ha sido lo más difícil de escribir de toda la historia… bueno, de lo más difícil. Me alegra saber que pude transmitir sus emociones. Pues lo de muggles… sí, era la desesperación, pero si ella hubiese aceptado lo hubiese hecho. Cuídate y nos vemos.
Andrea: ¡Hola amiga! ¡Qué alegría verte por aquí de nuevo! Es una lástima que casi no hayamos coincidido en el MSN, pero es que la U vieras como me tiene de presionada, no he podido ni acabar un capítulo de la historia, he tenido que escribir en borrador entre clases para venir a pasar después, con lo poco que me gusta hacer esto. Ya me dijiste que habías disfrutado tu viaje, me alegro mucho por ti, debe haber sido una experiencia muy bonita, y además, vuelves y ¡terminas la historia! ¿Te llegaron mis reviews? Me habría gustado extenderme más, pero ya hablaremos cuando podamos sobre ella, estuvo muy lindo el final y entiendo lo que me dices que sentiste al terminarla. Yo cuando terminé ¿Por qué ella? fue solo como "¡ah, que felicidad! ¡la terminé, quedó linda! " pero bueno… eran solo 7 chaps, así que no era tanto aunque me sentí muy feliz. Pero de solo pensar en terminar de escribir la de Sara siento un nudo en el estómago… llevo casi un año trabajando en ella. Bueno, lo de que ella intente a traer a Sirius al lado del mal… ¿realmente crees que haga eso después de este chap? Te hubiera ayudado con el chap, pero bueno, pudiste subirlo sola, así no nos hiciste esperar más. Cualquier cosa sabes que cuentas con mi ayuda. La U está pesada, pero soportable todavía, estoy tratando de ir al día con todas las lecturas y trabajos ahora que son aguantables. Espero que estés bien que podamos hablar en algún momento… Besos.
Leo Black Le-fay: ¡Hola wapa! Antes que nada, creo que no he podido dejarte review en tu último chap de septiembre del 69, lo siento, está genial, te quedó muy bien, y eso que dices que no es tu fuerte lo del romanticismo, pero hay dos cosas que no entendí. ¿Dumbledore pensando que tenía que haberla matado? ¡Qué fuerte! Y… ¿lo vio todo? ¡Que indiscreto! Bueno, si puedo me paso a dejarte el review, pero depende de que tal me vaya con los trabajos. Pues vamos a tus preguntas. Parece que todas entendieron que Sara iba a llevar a Sirius con ella… parece que no solo engañó a Voldemort, jeje… no, ese no es su plan, como habrás visto en este chap, es al contrario. Ya en el otro se explica más y cualquier cosa aclararé lo que haga falta. Gracias por compadecerme… no están tan mal las clases, pero no me dejan tiempo… Sí me gusta el Señor de los Anilos, ahora que lo preguntas, del manga, la verdad se muy poco.
Loraine-Potter: ¡Hola! Me alegra que te gustara la intervención de Petunia, quería darle algo a ese personaje. La evolución de Sara Parker es algo interesante, ya la verás, en cuanto a qué descubrirá Sara Black y que no, no puedo decírselos. En la cuarta parte verás a Sara Parker en su papel de mortífaga, me dirás que te parece. Besos.
Emma Frost RB: Sí, tu review ha llegado rapidísimo. Gracias por desearme suerte, es duro, pero después de todo no es tan malo. Como le dije a Leo, el problema es que absorben todo el tiempo y te quieren volver loca. Y tienes razón, en clase se dan muy buenas ideas, y es que pensar en Sirius es muy buena salida cuando la clase está aburrida. Pero ni modo, también hay que poner atención. Ahí me las arreglo para seguir escribiendo. A mi también me gusta la playa de noche, siempre he querido ir a caminar por ella de noche, me alegro que te gustara como quedó la escena. Lo del plan de Sara…¿es realmente lo que dijo o ahora cambiaste de idea? Las conversaciones de Sara Black son para ir sembrando el terreno en la chica para lo que va a pasar, ya empieza a recibir información… Pues ya viste que no hay próxima… habría sido interesante ir a Atenas, es una idea genial, pero ya se terminaron esos viajes…
Victoria Guerra: ¡Hola! Pues sí que tenía que dejar la incógnita, si se sabe cual es la premonición la cuarta parte no tiene sentido. Actualizo una vez a la semana de fijo en lo que queda del año. ¿De qué es tu fic? ¿Lo vas a seguir? La verdad es que ya tengo escrito gran parte de la historia, así que no es tan difícil tener listos los chaps, en mis otras historias que no llevo casi nada si duro siglos en actualizar. Me alegro que te gustara el chap, y que te siga gustando mi forma de escribir a Sirius, y su impulsividad ciertamente que es adorable… El plan de Sara es muy complejo, si al final del siguiente chap aún no está muy claro daré unas pinceladas, pero no puedo decirles mucho, porque se va construyendo bien en la cuarta parte. Bueno, lo de la conclusión de Remus se da porque él es muy listo, conoce muy bien a Sirius, y si recuerdas del inicio, también era él el que podía intuir que pasaba con Sirius relacionado a Sara incluso mejor que James. (¿De donde saqué esa idea? Tal vez de lo rápido que comprende a Sirius lo que pasó con Peter sin que Sirius haya dicho una palabra en el tercer libro… o del simple hecho de que Remus me cae muy bien y tengo que justificar la desconfianza entre ellos). Esa escena de Sirius en la playa con un coctel me gusta, pero prefiero cambiar Hawai por una playa aquí en Costa Rica… Tienes razón con lo de Dumbledore, pero ya que JK no va a hacer todavía nada al respecto, deberemos hacerlos nosotras…
Trixi Black: ¡Hola amiga! Ahora soy yo la que casi no se aparece por el MSN porque la U me tiene muy ocupada, pero espero que estemos en contacto igual. Tu misma respondiste tu pregunta, Sara no puede sostenerse mucho tiempo frente a Sirius, después de todo es el amor de su vida… Pues Sara si empieza a dudar mucho, como ves, pero eso de solo dos capítulos es demasiado optimismo, recuerda lo cabezotas que es la chica.
¡¡¡¡¡¡Gracias a todos!!!!!! Nos vemos dentro de una semana, besos desde Costa Rica
Sara Fénix Black
