¡¡¡¡¡¡Hola a todos!!!!!!

¿Cómo están? Yo aquí con mucho trabajo de la U pero feliz de sacar un rato para publicar el primer capítulo de la cuarta parte.

Los personajes no son míos, como ya todos saben, son de JK Rowling, excepto Sara P y B, y los otros que no reconocen de ningún otro lado.

Por cierto, ya subí un one shot en agradecimiento a los 200 reviews (¡me atrasé mucho, pero no había tenido tiempo!). Se llama Doce rosas, es un song fic de LJ y está dedicado a todos mis lectores. Espero que puedan pasarse por él, lo pueden acceder desde mi bio, y espero que les guste. Estoy preparando otro para celebrar lo de FanFicAwards, pero no sé para cuando estará.

La cuarta parte empieza hoy, es tal vez la parte más larga, (aún no he terminado, así que no sé si la quinta quede más larga). La historia de Sara Parker está un poco más adelantada en el tiempo de donde habíamos quedado, la de Sara Black sigue igual, estamos al día siguiente de su cumpleaños, o sea, 8 de agosto.

Quiero informarles que esta parte es más violenta que las anteriores, porque ya Sara está de lleno en el plano mortífago y en el plano de Sara Black también están en una época de asenso de la oscuridad, así que están advertidos.

El título de esta parte es "El Arma Letal y el ascenso de la Oscuridad", espero que la disfruten.


Vida de mortífaga


- Sara, hay alguien nuevo que quiero que evalúes.

- Bien, mi señor.

Sara guardó la varita con la que había estado practicando el cruciatus en un prisionero que habían tomado. Voldemort creía que Sara aún no era la suficientemente indiferente ante el dolor y quería que practicara. Sara estaba de acuerdo, debía ser totalmente fría y no había otra forma más que practicar, y tenía ese hombre ahí, que no tardaría en morir y quien no le interesaba lo más mínimo para practicar.

Sara acostumbraba "evaluar" a los nuevos reclutas. Consistía en un sumergimiento profundo en su mente, para ver sus pensamientos, sentimientos, fortalezas, debilidades y dar un veredicto a su señor.

El hombre que entró era alto y a pesar de no ser muy musculoso, se veía muy fuerte. Sara no evaluaba a las personas sin poder verles el rostro, por lo que lo hizo bajarse la capucha. El hombre tenía el pelo negro corto y unos ojos celestes muy penetrantes. Ninguna emoción se pudo leer en el rostro de Sara al ver a su ex-novio, el hermano menor de Sirius: Regulus Black.

Voldemort miró interrogantemente a Regulus, cuya expresión temerosa se había convertido en deleite.

- ¡Sara!

- Regulus –saludó ella fríamente- mi señor, ¿va a quedarse a ver la evaluación?

- Tengo cosas más importantes que hacer, espero tu reporte.

Cuando Voldemort se fue Sara y Regulus se miraron en silencio.

- Sara yo...

- Eres un idiota – dijo Sara en voz muy baja, luego le preguntó con rudeza- ¿Bellatrix te trajo?

- Sí, dijo que era un honor para los Black servir al señor oscuro.

- Asumo que tu adorada madre aprueba las ideas de Lord Voldemort.

- ¡Claro que sí! –dijo Regulus sin notar el sarcasmo de la frase- ¿Pero tu eres el arma secreta de Voldemort? Se habla mucho de una bruja de gran poder que respalda a Voldemort pero que no suele salir a la luz... ¿eres tu?

- Sí mi querido Regulus, y tu vas a sufrir mi poder.

- ¿Qué?

- ¿Quieres ser un mortífago? Tienes que someterte a mi. Acércate.

Regulus se acercó a la bella figura, que vestía su acostumbrado vestido negro y llevaba una piedra negra al cuello.

- Dame tus manos – Sara tomó las manos de Regulus y lo miró directo a los ojos. Pronto él sintió el dolor de la brusca invasión de Sara en sus ideas. Cuando esta terminó su revisión se sentó casi desfallecido.

- Interesante – dijo Sara – es bueno saber que aún te parezco atractiva.

- Así es. Siempre me gustaste.

- Mala política para entrar aquí – dijo Sara – el Señor Oscuro no comparte a sus favoritas

y olvídalo, no tienes ninguna oportunidad conmigo.

- ¿Y bien? ¿Tengo tu aprobación?

- No creerás que voy a decírtelo, ¿verdad? Regulus, fuiste un buen novio – le dijo Sara sentándose junto a él – y me trataste bien hasta cierto punto. Por eso voy a hacerte una pequeña concesión. Si no quieres realmente unirte a los mortífagos. Si lo haces sólo por tu familia y por darle honor al apellido Black, vete de aquí. Yo se lo explicaré a Voldemort y a tu prima.

- No es por eso. ¡Quiero obedecer al Señor Oscuro!

Sara no hizo ningún gesto que revelara sus pensamientos. Regulus era estúpido, ella lo había visto, sólo hacía eso por su familia. Era peligroso aceptarlo con los mortífagos, había leído claramente que uno de sus más profundos deseos habría sido matar a su hermano. Había leído que era por presión de Bellatrix que iba a entrar, y sería un protegido para esta. "Idiota, nadie te obliga en realidad a unirte, vete de aqu - pensó, pero no podía decirle eso. Y no podía rechazarlo, porque Bella pediría explicaciones.

- Hablaré con el Señor Oscuro, espera aquí.

Sara se encaminó a buscar a Voldemort. Este la miró atentamente.

- ¿Y bien?

- Ya le dije que los Black son muy poderosos, y él no es una excepción. Poderoso, sí, bastante. Pero...

- ¿Pero?

- Puede aceptarlo. Será un buen mortífago, realizará las misiones con valor y determinación. Pero tiene un defecto de carácter que podría llevarlo a flaquear en un momento importante.

- ¿Entonces?

- Puede entrar si usted así lo desea, pero no le encargue nada demasiado importante o demasiado grave solo. En el grupo de ataque de Lestrange será genial.

- Excelente – le dijo Lord Voldemort – y ahora que mencionas el equipo de Bella, tu también deberías formar un equipo.

- Mi señor, ¿os he fallado alguna vez en tus mandatos? Siempre los he cumplido sin ayuda de nadie. Os lo he dicho, trabajo sola.

- Eres una mortífaga, y los mortífagos son una familia entre sí. Vas a formar un grupo, quiero que hagan una buena demostración de lo que somos capaces.

- ¿Un ataque, mi señor? – la voz de Sara sonaba calmada, pero estaba realmente perturbada, siempre había logrado que Bella se encargara de los ataques masivos y ella de los trabajos discretos.

- Sí. Vamos a ver... ¿qué tal en una de las ramificaciones del Callejón Diagon? Confío en ti, puedes sacarlo adelante.

- ¿Callejón Diagon? Pero mi señor...

- ¿Alguna objeción?

Sara pensó rápidamente, algo que funcionara...

- En el Callejón Diagon las autoridades del ministerio llegarán muy rápido.

- ¿No les tendrás miedo, verdad?

- Claro que no, pero será un ataque corto.

- Ya veo… quieres una ataque en grande, donde puedas disfrutar un rato… como los últimos de Bella. Bien, bien… – Voldemort sonrió con placer, Sara era su mejor trabajo - ¿una tortura masiva de muggles, te parece? Tenía pensada una para el escuadrón de Malfoy… pero creo que no te gusta trabajar con Malfoy

Eso era cierto, pero era la oportunidad de Sara de salir lo más limpiamente posible.

- Cierto, pero mi señor… después de todo, todos los mortífagos somos familia…

- Bien, hoy dirigirás su grupo, a ver cómo te va, dejaremos para después el ataque al Callejón, y si haces lo de hoy bien, contarás con mi compañía ese día.

- Gracias mi señor, es usted bueno y comprensivo con mis estúpidos caprichos.

Sara se inclinó graciosamente y le besó la mano antes de salir y darle a Regulus la ¿buena? noticia de su admisión a la preparación final de mortífago.


- No tiene que seguirme huyendo

- ¡SARA! Me asustaste.

Sara acababa de aparecerse detrás de Remus Lupin en Grimmauld Place y le había causado un gran sobresalto.

- Lo siento – le dijo Sara- es sólo que ayer cuando fue a verme no me dio tiempo de decírselo.

- No te he estada huyendo –la corrigió Lupin.

- Pero si rehuyendo. No sé que es lo que tiene miedo de decirme, pero creo que puedo esperar a que esté listo para hacerlo– dijo Sara sentándose frente a él. Estaban en el comedor de la casa, y Remus estaba terminando su desayuno.

- No es que tenga miedo de decirte algo, es sólo que…

- Es un tema delicado. Lo sé, por eso se lo dije. Creo que ayer hice a alguien enfrentarse a un tema muy delicado sin que estuviera preparado… y no creo que haya sido buena idea, aunque obviamente lo aguantó bien, creo que fue un poco egoísta de mi parte.

- Estás muy compresiva hoy.

- Estoy de buen humor, tuve un cumpleaños excelente – dijo Sara empezando a comerse una manzana que estaba sobre la mesa – y me confirmaron que tenía razón sobre algo que me habría horrorizado estar equivocada.

- Bien – dijo Remus preguntándose de que rayos había hablado Sara con Snape el día anterior – me alegra que la pasaras tan bien.

- Sí, es una lástima que hoy en la noche todo pueda echarse a perder.

- ¿Qué quieres decir?

- Fleur sale del hospital y su familia está en el país, y van a ir a cenar hoy donde los Weasley.

- ¿Quieres evitar la cena? Puedes venirte para acá.

- No – dijo Sara- no quiero perderme la diversión, pero si se pone muy aburrido o muy feo, tal vez lo haga.

- Como quieras – le dijo Lupin sonriendo.

- ¿Cree que sea buena idea que vaya a hablar con Petunia Dursley de nuevo?

Lupin casi se atraganta con el café. Tosió un poco y le preguntó:

- ¿Qué dijiste?

- Que si sería buena idea ir a hablar con Petunia. Ella parece saber muchas cosas aunque no las diga.

- No creo que sea buena idea –dijo Lupin sinceramente- puede que sepa muchas cosas, pero no suficientes para comprender toda la historia. No puedes sacar de ella más que información incompleta.

- Igual que de todos aquí – dijo Sara, sin ningún tono de reproche- la diferencia es que si ella me dice todo lo que sabe, tal vez sea más que lo poco que me han dicho de lo que saben todos aquí.

- Creí que habías dicho que no ibas a interrogarme.

- No lo estoy interrogando – dijo Sara con tono ofendido- hacia una observación.

- ¿Qué quieres saber, Sara? Te prometo que si no estoy listo para responder no lo voy a hacer.

Sara la sonrió abiertamente.

- Bien, es ese caso, ¿mi padre buscaba a mamá después de salir de Azkaban?

- Sí, creía que estaba viva.

- Pero la búsqueda no le resultó.

- No, tu madre cubrió muy bien sus huellas por si la llamaban a saldar cuentas de lo que había hecho.

- Bien – dijo Sara – pero asumo que papá no se dedicó mucho a eso.

- No, tenía que cuidar a Harry.

- Claro, llevaba 12 años de retraso, y después de todo fue gracias a tener que cuidarlo que logró escapar de Azkaban. Y no podía alejarse mucho tiempo. Claro, el tiempo que estuvo encerrado aquí pudo invertirlo en buscar a mamá. –Remus se estremeció imperceptiblemente- ¿Pero por qué la buscaba? Si Voldemort estaba volviendo traerla de vuelta no era la mejor idea.

- Eso le decíamos el resto, que estaba muerta, y si no lo estaba, lo mejor era que siguiera como si lo estuviera –dijo Lupin- pero él no pensaba igual. El creía que si la encontraba antes que Voldemort (porque estaba seguro de que estaba viva y Voldemort la iba a buscar a penas resurgiera) ella lucharía de nuestro lado.

- ¿Es cierto que él creía que la habían obligado a unirse a los mortífagos? – le preguntó Sara recordando su conversación con el señor Lovegood.

Remus la miró preguntándose cómo lo había averiguado.

- Sí, algo así – dijo Remus despacio, recordando con dolor aquella época.

- Pero después de todo lo que ella hizo… ¿cómo la perdonó? La tenía que amar demasiado, digo, casi irracionalmente.

- Creo que lo hacía – respondió mecánicamente Remus, preguntándose si Sara algún día sabría que había sido su culpa que las sospechas de traidor hubieran recaído en Sirius.

- Tanto amor… – dijo Sara en una especie de éxtasis, pero recordando una afirmación de Harry volvió rápidamente a la realidad- ¿entonces por qué nunca hablaba de ella?

- ¿Ah? – Remus volvió a la realidad también.

- Harry me dijo que él nunca había mencionado a mamá.

- No solía hablar de ella – confirmó Lupin- ni antes de Azkaban ni después. Una vez que ella se hizo mortífaga y no la volvió a ver simplemente no hablaba de ella, como si nunca hubiera existido. Cuando hablábamos de Sara, o bien, la chica Parker, él no se inmutaba, como si no la conociera personalmente. Así era más fácil para él. Cuando estaba aquí también, mejor no hablar de ella para no recordar que no podía ir a buscarla. Pero creo que pensaba en ella todo el tiempo que no pensaba en Harry.

- Claro, encerrado aquí no podría haberla ido a buscar – de repente Sara comprendió el sentido de sus palabras y gritó con triunfo levantándose - ¡eso es! ¡Siempre supe que había más que mantenerlo con vida en tenerlo encerrado aquí! Dumbledore no quería que buscara a mamá. ¡Es odioso! ¡Podrá haberme encontrado si ese viejo…!

Las cortinas del comedor comenzaron a arder, mientras Sara hablaba rápidamente, con cólera y resentimiento en su voz:

- …encerrado aquí, como una tumba prematura, mientras podría haber estado luchando, como él quería, sólo por miedo a que buscara a mam

- ¡SARA! – le gritó Lupin alarmado al ver aumentar el fuego. La chica se calló y lo miró asustada- ¡ESTÁS INCENDIANDO LA CASA!

Sara hizo un gran esfuerzo para calmar su alterado temperamento y apagó el fuego.

- Lo sabía… –dijo Sara- él siempre da una razón teniendo otra…

- Sara, Dumbledore creía que tu madre estaba muerta, no iba a dejar que Sirius arriesgara su vida en una búsqueda sin sentido. Si Sirius la hubiera buscado Voldemort no habría tardado en enterarse, y Sirius era de sus objetivos principales al ser tan cercano a Harry. Además, con sus averiguaciones habría llamado la atención del Ministerio. Era demasiado peligroso para él.

Sara se sentó en la mesa sin fuerzas. Lo que Lupin le decía tenía sentido. Pero… sólo era para justificar a Dumbledore.

- ¿Por qué creían eso? – preguntó finalmente con voz débil.

- ¿Perdona?

- Dumbledore y todos, creían que mamá estaba muerta, pero no que hubiera tenido una hija… ¿cómo iba a haber muerto?

- Bueno –Lupin frunció el entrecejo, pensando- Dumbledore nos buscó un tiempo después de que acabaran los juicios y esas cosas y nos dijo que Sara probablemente estaba muerta…

- ¿Probablemente? –repitió Sara– eso no es nada seguro, además, ¿cómo iba a haber muerto sin tener una hija? Y en tan poco tiempo, además.

- Bueno, tu madre le había dado la mitad de sus poderes a Voldemort y al caer esto no habían vuelto a ella, así que los había perdido del todo. Estaba débil cuando se había ido, y nadie sabía hacia donde, pero no recibiría ayuda o atención de nadie.

- Del mundo mágico – lo corrigió Sara.

- Pero no creímos que fuera a recibir ayuda de los muggles, siendo que los odiaba tanto.

- Irónico que su mejor amiga fuera entonces una muggle como Kyara.

- En fin, Dumbledore creía que esta falta de fuerzas, unida a la falta de ganas de vivir habían acabado con ella.

- ¿Falta de ganas de vivir? ¡Sí le sobraban ganas de vivir a mi madre! Al punto de preferir matarme a morir ella.

- Sí, pero…

- No calza -dijo Sara- claro que Dumbledore no les dijo todo lo que pensaba. Me pregunto si de verdad creía que mamá estaba muerta, o sólo convenció a todo el mundo de ello.

- Sara, Dumbledore no es tan terrible como pareces creer.

- Ni tan bueno como todos creen. Pero es el único que puede dirigir esta guerra. Resignación.

- Entonces…

Sara miró a Lupin y le sonrió cálidamente:

- No te preocupes, no voy a desfigurarle la cara a Dumbledore… todavía.

Sara le sonrió y se levantó:

- Me voy, quedé de ayudar para la cena de hoy, la señora Weasley me espera. Gracias por la manzana y la charla.


- ¡Son sólo despreciables muggles! ¡Vamos! ¡Ataquen si no quieren que le de un mal reporte al Señor Oscuro!

Sara instigaba a los mortífagos durante el ataque, aunque no había necesidad de ello, sólo que así podía desatender un poco sus propias torturas, pero no del todo. Sabía que Voldemort la vigilaba y sabría si ella había dudado antes de torturar o matar a alguien, así que no eran menos sus víctimas que las de Lucius Malfoy o Rebastán Lestrange. Además, Sara sabía que alguien más la vigilaba, quien más fácil la podía poner al descubierto.

- ¡¿Qué me ves, Severus?! –le preguntó con un tono burlón- ¡¿Querías matar a este?! Lo siento, me he encariñado con él... ¡Avada Kedavra!

Snape estaba acostumbrado a las torturas de muggles, actividad favorita del escuadrón de Malfoy. Pero ese día no se sentía bien. Ahí estaba Sara, la chica que le había dicho unas mil veces en el colegio que la limpieza de la sangre era una tontería, matando muggles por decenas e instándolo a ello. Y lo peor de todo, es que a pesar de las pocas expresiones que se leían en su rostro, parecía estar disfrutándolo. Ella, ELLA estaba disfrutando matar a esas personas…

Fue una masacre total, unos cien muggles muertos. Las últimas víctimas eran exclusividad de los jefes de escuadrón, y se suponía que con ellas dieran un buen entretenimiento al resto del equipo. Malfoy torturó por casi una hora a un pobre muggle que no entendía nada de lo que pasaba. Sara había guardado para sí una mujer. Nadie pensó que había elegido detenidamente a su víctima, pero así era. Espantosa tarea decidir a quien matar. Sara había usado una escala de afectividad. Aquellas personas que habían sufrido mucho en su vida, las mataba de inmediato, sin tortura alguna. Si habían sufrido lo normal, las torturaba un poco y luego las mataba. Si habían sufrido muy poco, las torturaba más, pero si habían hecho sufrir mucho, las torturaba terriblemente. No sabía si aquello tenía algún sentido real. Al final, igual acababan muertos.

Sara dio un espectáculo aún mejor que el de sus compañero, pues poseía ciertas armas que él no tenía. Tras una media hora de espectáculo, Sara les dio una pequeña sorpresa:

- Esto es algo aburrido sola –dijo– y me gustaría que uno de ustedes me acompañara… ¿qué tal tu?

Sara señaló a Severus Snape directamente, quien asombrado se levantó y se acercó hacia ella.

- Hagámosla saber lo que es dolor – le dijo Sara lanzando un cruciatus sobre ella, mientras Snape hacía otro tanto.

- Gracias por el honor – le dijo Snape. Debido a los gritos de la mujer sólo Sara podía oír lo que le decía.

- De nada, eres la persona que más se lo merecía. Sé que hace un tiempo te he estado evitando, pero quiero que sepas que no estoy molesta contigo por haberme engañado. En un inicio lo estuve, pero de no ser por eso no sería lo que soy ahora. Tu me hiciste la mortífaga que soy. Gracias a ti.

- Yo no te hice mortífaga, sólo…

- ¿Crees que si no me hubieras animado con las Artes Oscuras podría estar torturando a esta pobre como la favorita de Lord Voldemort? De no ser porque tu me sacaste de esa estúpida historia que estaba viviendo con Sirius me habría reconciliado con él y estaría ahí de idiota, esperando a que volviera de sus misiones para la Orden.

- Lo hiciste por Sirius, por despecho.

- En parte, pero por un pleito con él, aunque fuera tan terrible como este último no se me habría ocurrido ir a buscar a Voldemort. Tu fuiste el que encontró la cura perfecta para mi enfermedad.

- No estás curada –le dijo con un tono ácido- sólo haces esto por él.

Sara pensó que nunca había dicho algo en lo que tuviera más razón, pero no en el sentido que él creía.

- Es cierto, no estoy curada todavía... pero esto es un buen proceso. Cada vez que mato a una persona, es como si matara poco a poco mis sentimientos, y entre más personas mato, más se mueren mis emociones. Tal vez, dentro de un tiempo, habré matado tantas personas que no sienta nada. ¿Tú que crees?

Snape no pudo encontrar en la voz de Sara ningún matiz de pena, tristeza, piedad, culpa o aunque fuera ironía. Sara estaba siendo sincera.

- Tal vez- dijo Snape sin saber que contestarle.

Sara le sonrió. Era la primera vez desde que Sara descubriera que estaba entre mortífagos que le brindaba esa sonrisa tan especial, sincera y abierta que le dedicara en los tiempos de colegio, cuando hablaban de cualquier cosa y ella le sonreía con una expresión de total confianza y amistad. De hecho, era la primera emoción que Sara dejaba leer expresamente en su rostro desde que él le hablara sobre ver a Black a escondidas. Nadie más que él vio esa sonrisa, pues Sara estaba de espaldas al resto mientras no dejaba de torturar a la mujer. Finalmente, Sara le dijo:

- ¿La matamos?

- Eh... si quieres, pero sólo se necesita uno para el Avada.

- ¡Reventémosle los órganos! – propuso Sara con la emoción en que otra época le habría dicho: ¡vamos a jugar gobstons!

Sara se volvió y le comunicó sus intenciones a los mortífagos que la recibieron entre vítores. Tras quince eternos minutos de reventar órganos la mujer estuvo muerta. Sara abrazó a Snape fuertemente y le dijo al oído:

- Tu eres la única persona que tengo en el mundo. Gracias por haberme traído aquí.

Luego Sara lo dejó para prenderle fuego a todo el lugar abarrotado de cadáveres. Snape no entendía muy bien lo que había sucedido, pero había sacado algo en claro, y era un terrible sentimiento de culpa. Él había convertido a su amiga, a su mejor amiga, a esa chica que creía ciegamente en él, en una asesina sin corazón, le había ensañado a matar sus sentimientos, y en una época cercana, ya no quedaría en ella nada de lo que él había conocido. No pudo evitar un estremecimiento al pensar aquello.

Sara estaba lejos de él, pero disimuladamente lo observaba, y sintió una gran alegría ante ese estremecimiento: lo había logrado.


- Son insoportables – dijo Ginny entrando en la cocina.

- ¿A que hora vienen? – le preguntó su madre, que parecía no haberla oído.

- Desearía que nunca – dijo la chica sentándose en la mesa.

- ¡Ginny! Son nuestros invitados –la regañó su madre antes de salir de la habitación.

- Eso no quite que sean insoportables – dijo Ginny.

- Vamos chica, anima esa cara y ayúdame a pelar patatas.

- Sara, tu puedes pelarlas con sólo chasquear los dedos.

- Sí, y mientras se pelan me cuentas como son.

Ginny se rió y se dispuso a hablar:

- Si Fleur tiene la mala costumbre de ver a todo el mundo con cierto desprecio cuando lo conoce la señora Delacour no lo disimula para nada, y cuando nos vio a Bill y a mi se volvió a hacer un comentario nada amable en voz bastante alta a su marido.

- ¿Es bonita?

- Más aún que Fleur, ya que es hija de una veela, pero a pesar de ser bella dudo que pueda encantar a alguien realmente.

- ¿Y el señor Delacuor?

- Se cree el hombre más maravilloso sobre la faz de la Tierra – dijo Ginny con un gesto de desesperación- pero en realidad es la persona más estirada que he visto en mi vida.

- ¿Y la niña?

- Una chineada. Cuando la vimos en el castillo después de la prueba seguramente estaba afectada por el susto, pero por lo que he visto no hay criatura más malcriada que ella.

- ¡Vaya familia! – dijo Sara negando con la cabeza- bueno, pareciera que Fleur es la mejor de todos.

- ¿Sabes que es lo mejor? – dijo Ginny bajando la voz al entrar su madre- no quieren a Bill. Lo miran con desprecio, lo consideran muy poco para su hija. Oí como la señora Delacour se lo decía a su marido y como después a Fleur. Todo el camino al hotel estuvieron lanzando indirectas sobre los hombres de pelo largo y aretes, las personas que se conformaban con trabajar en un lugar como oficinista, cajeros y simples empleados en lugar de buscar su propia fortuna, etc…

- ¿Y eso te parece lo mejor?

- ¡Claro tonta! – le dijo Ginny- ¿no ves que ellos harán el trabajo por nosotros?

Sara la miró con los ojos brillantes. Claro, ellos habrían el trabajo que a ellas se les había complicado tras el ataque a Fleur.

- ¿Ella va a venir a la cena? – le preguntó Sara.

- Sí, Bill le rogó que viniera aunque ella no quería. Le dijo que ella se merecía estar aquí y que los Delacour querrían agradecerle por haber cuidado de su hija.

- Bien. ¿Sabes a que hora va a venir?

- Hermione le escribió para pedirle que viniera temprano para arreglarnos como habíamos hecho para la fiesta de Navidad.

- ¡Excelente! – dijo Sara poniendo a cocinar las patatas- tengo un diseño que le quedará perfecto. Fleur va a morirse de envidia cuando lo vea, en la vida tendrá un vestido como ese. ¿Y donde está Hermione, a todo esto?

- No sé, creo que hablando con Harry y Ron en el patio.

- Me pregunto cómo terminé yo cocinando – dijo Sara mirando hacia el patio con una expresión de reproche.

- ¿Y a donde fuiste en la mañana?

- Andaba en Grimmauld- le dijo Sara- quería hablar con Lupin.

- ¡Pero si estuvo aquí ayer!

- Sí, pero tenía algo que hablar con él – dijo Sara evasivamente. Hermione y compañía entraron armando tanto alboroto que Ginny no notó la turbación que había aparecido en el rostro de su amiga.

- ¡No puedes decirlo en serio!

- ¡Sólo serán dos días! Ron, tu madre me dijo que lo invitara. – le dijo Hermione desesperada.

- Ron, no puede ser tan malo. Además, podrá enseñarnos unos cuantos trucos.

- ¡No necesitamos sus trucos! Somos el mejor equipo del colegio.

- Si tanto te molesta le diré que se quede en un hotel e iré a hacerle compañía –le dijo Hermione.

- ¡Ni se te ocurra!

- Pero...

- ¡YA ESTÁ BIEN USTEDES DOS! – les gritó la señora Weasley logrando un silencio absoluto – hay mucho que hacer para que se la pasen peleando. Ron, cariño, el amigo de Hermione se va a quedar unos días y espero que te portes bien con él. Además creía que era tu jugador favorito. Hermione, ayuda a las chicas con la comida, por favor.

Ron subió a su cuarto furioso y un Harry dividido entre el terror y la risa lo siguió. Hermione se acercó a las chicas aún calurosa por la discusión, mientras la señora Weasley iba a la sala a poner los manteles.

- Insoportable- dijo ayudándolas con la ensalada que estaban haciendo- desearía que la señora Weasley nunca me hubiera oído decir que Víktor iba a estar unos días aquí en Inglaterra.

- No debiste invitarlo – dijo Ginny- ¿te imaginas como va a ser esto?

- No podía decirle eso a tu mamá – dijo Hermione – pero si pudiera deshacerme de Ron ese par de días...

- Tal vez yo pueda encargarme de eso – le dijo Sara mientras picaba un tomate- déjame pensarlo. ¿Cuándo es que viene Krum?

- En dos semanas – dijo Hermione- te juro que soy capaz de convertir a Ron en una rata si se pone con sus chiquilladas.

- ¡NO! – le dijo Sara- en cualquier cosa menos una rata.

- Un elfo doméstico sería buena idea – dijo Ginny- ¿dónde está Dobby?

- Con Lupin – dijo Sara- él necesita más ayuda que nosotras, ya deja de quejarte Ginny, que hoy tenemos una cena muy interesante. Esto no se da todos los días.


¿Qué les pareció? Espero que les haya gustado, aunque no pasa mucho, como todos los inicios de parte es como una introducción a lo que viene.

Espero con ansias sus opiniones en los reviews, ¡que me iluminan la semana! Ahora, contesto los reviews, muchas gracias por ellos:

Lil-Evans: ¡Hola! ¡Qué bien que leyeras la historia! Me emocionó mucho tu review, supongo que se lleva días, si llevo publicadas ya más de 350 páginas en Word. Me alegra montones que te haya gustado tanto, y que te guste como enlazo las historias y los tiempos. Pues adivinaste, no soporto a Dumbledore para nada. ¡Y esa misma es la razón! Sin su manía de callárselo todo mi niño estaría de este lado del velo… no del otro. Sigo todos los viernes con la historia, así que aquí tienes un nuevo chap, ¡espero que sigas leyendo! Nika en definitiva no es mi favorita de OT (ni se acerca siquiera), pero esta canción si me gusta desde que la oí y pensé lo mismo que Sara Parker ¡esa canción es como de la historia! Y la busqué para ponerla. Bueno, ¡besitos!

Aiosami: ¡Hola! Pues ya estás de vuelta en la red, y aquí tienes un capítulo nuevo al fin, espero que los disfrutes, no había contado cuantos faltaban, pero si que son bastantes, y depende de cómo se mire sí que estamos en la mejor parte (porque si prefieres el romance más simple esa fue la parte pasada, ahora viene lo oscuro…) ¡Nos vemos!

Trixi-Black: ¡Hola amiga! Me alegra que te haya gustdo tanto el capítulo. No te preocupes por Snape, él sabe aguantar muy bien las cosas, y ahorita lo vamos a ver mucho en ambos planos. Y Sara Black ya sabes lo rara que es, le tiene aprecio, así que no la va a coger con él. Aquí está la actualización, espero que te guste.

Ariadna Creta: ¡Hola! Sí, creo que estoy de acuerdo con lo del angst, pero sólo puede tener dos categorías! A mi me gusta esa parte con James también, y lo de Remus es triste, pero realmente debe haber sido algo así. Yo creo que sí se perdonaron, pero igual debe haberles dolido montones, no fue nada fácil… Lo de la escena de la marca, me alegra que te parezca bien, lo del ángel, es probable que tengas razón, yo ya he oído tanto esa canción pensando en la historia que ya no sé cuantas razones he sacado por las que ES la canción de la historia, junto con Yo nací para amarte y Vórtice. ¿Odias a Dumbledore en mi historia? ¡Qué bien, eso quiere decir que sé transferir mis emociones a mis lectores! Y espera, que aún falta… Bueno, Sara Black tiene que empezar a despertar y darse cuenta de que el mundo no es lo que ella quiere que sea, sino que ya está ahí para ser descubierto. Se va a llevar unos cuantos golpes… Lo de Draco. A ver, tienes razón, es un buen malo, pero en mi historia Draco Malfoy no aparece. Prácticamente lo maté junto a Narcisa y me cree mi propio personaje (Draco a secas, para diferenciarlo) que en realidad no guarda mucha relación con el anterior. Me costó mucho decidir una pareja para Sara Black, porque no quería que el romance de ella tomara mucha importancia, porque esto es una historia de amor de Sara y Sirius. En un inicio la iba a dejar con Ron, pero me da no se que desarmar a Ron y Hermione que después había decidido dejarlo a ver que salía conforme escribía. Pero luego empecé a pensar en los papeles de todos los de sangre Black, pues todos son importantes en la historia… (menos Regulus en realidad, pero es que son muchos Black). Y no sabía que hacer con Draco y la imagen de Tom Felton me ganó y así quedó como este Draco. Ahora que vuelva tal vez lo notes un poco cambiado, pero no mucho, no quiero que la historia de amor se haga muy difícil o demasiado interesante, en este plano hay cosas más importantes, y lo de que sea un enamorado tan… enamorado, es porque es la única forma para explicar que esté tan domado y acepte tantas cosas de SB. Lo de Snape, bueno, es la primera confesión… luego hay más de otros personajes. Y lo de que estaba enamorado, sí lo habían hablado más o menos, él no se lo dijo explícitamente, pero fue cuando ella le preguntó si había estado enamorado alguna vez. ¡A mi me encanta el queque! La verdad es que pastel se usa poco aquí para llamar a un queque, se usa más para pasteles de carne, de pollo, de yuca, etc… Gracias por el review super detallado, me encantan. Bueno, aquí está la nueva entrega, espero que te guste. ¡Besos! (¡ya vi que te inscribiste!)

Amsp14: Bueno, ahí vemos lo del Jorobado, pero eso de que a Snape le irá mejor, ¿te refieres a que puedo usarlo como Peyrolles? ¿O a que si tu haces el Jorobado quedaría mejor él? ¿O a que en la otra le va a ir mejor? Bueno, gracias por las felicitaciones. Nos vemos.

Andrea: ¡Hola amiga! Espero que los problemas de tu PC se arreglen pronto, y que puedas seguir usando la de tu mamá mientras tanto. Me alegra que te guste. La chica es cerrada, sí, pero la verdad le irá entrando de a poquitos, y de que tanto se entere… ya te dije. Me alegra que te gustara lo de Sara Black, porque me encantan esas partes de ella. Me alegra que te caiga mejor, porque es mi personaje favorito. Espero que de verdad me muestres esa novela corta, la personalidad de las Saras me gusta mucho, a veces me encuentro reflejos en ellas… ( A VECES, que conste). ¡Gracias por las felicidades! ¡Y FELICIDADES A TI TAMBIEN! Perdona que no te había felicitado antes, es que no hemos podido hablar. Espero que de alguna manera nos veamos pronto. ¡Besos y ánimo!

Bella Blackvad: ¡Hola wapa! Ya te extrañaba por aquí. Me acaba de llegar tu review mientras publicaba, así que te lo contesto bien en el capítulo que sigue. ¡Nos vemos!

¡Besos a todos desde Costa Rica!

¡Nos vemos el otro viernes en el capítulo: "Vee, la vidente oscura"!

Sara Fénix Black

Anuncio: Una amiga mía empezó un fic de Sirius que se llama "Dime que no". Será una serie de song fics dedicados a nuestro amado Sirius, ella se llama Rubymoon faith y pueden encontrarla en mis autores favoritos. Dense una vuelta por su historia, lleva a penas un chao y está muy buena.