Hola!!!!!!

Primero que nada, perdón por haber durado tanto en publicar, probablemente lo vean hasta el sábado, pero es que la computadora estaba ocupada y tengo mucho que hacer...

Contesté rápidamente los reviews.

Amsp14: ¡Hola! ¿Por qué te enredas con los libros? ¡Sí está más que claro! (Sí, claro…) Bueno, no era tanto que leer ¿o sí? Con lo de la locura… estoy en condiciones parecidas, así que no sé… ¡Nos vemos!

Eli 3600: ¡Hola amiga! ¡Que felicidad que me dejaras un review! Bueno, ya me habías dicho que llegaría uno, pero aún así, los reviews emocionan. Me alegra que te gusten mis historias, y felicidades por tu nuevo review. Gracias por la proposición, tal vez más adelante te necesite para lo que hablamos de la maldad de un personaje… ¡Ya nos "mensajeamos" en algún momento!

Trixi Black: ¡Hola! Espero que ya hayas arreglado tus problemas con el internet. El orgullo Black si es una plaga, en cuanto a lo de Snape, Sara hizo lo que creyó correcto, ya veremos si funciona o no en el próximo capítulo. Lo de Fleur y Krum… lo siento, pero ya no quedó campo para desarrollar tanto esos personajes más adelante… aunque es una buena idea. Voy a pensarlo seriamente… tal vez entre en algún lugar.

Dragon Dynasti: ¡Hola! Mil gracias de nuevo, espero que te haya llegado mi correo, sino creo que puedes cogerlo de la bio. Perdón otra vez por equivocar el nombre…

Ariadna Creta: ¡Hola wapa! ¡Perdón por haberte hecho esperar la semana pasada Y esta, pero es que se me ha hecho imposible tenerlo para el jueves en la noche. Sí, la entrada de Regulus la preparé según lo poco que sabemos de él en los libros, pero te adelanto que no es un personaje muy importante después. De hecho es el Black menos importante de la historia. Lo de Snape, jeje… ya lo verás la otra semana. Ups! Bueno, en este Sirius tampoco sale… espero que no te moleste mucho. Lo de Krum, bueno, de momento ahí está. ¡Y no he entrado al MSN, así que sigo sin saber el secreto! Me tienes muy picada…

Andrea: ¡Hola amiga! Ya quiero ver la novela, la cena, aquí está, espero que la hayas disfrutado. Me alegra que te guste lo de Sara Parker, esta es mi parte favorita de ella, ¿sabes? Lo malo es que Sirius no sale casi… Espero que nos veamos en el MSN…

Lil Evans: ¡Hola! Yo a Dumbledore sigo sin quererlo, y va a tener muy difícil que lo perdone ¬¬ (soy algo terca en eso). Yo soy fan de OT, pero bueno, eso es otra historia… ¡Besos!

Emma Forst RB: ¡Hola wapa! Ya te extrañaba por aquí, pero bueno, sé que el tiempo últimamente escasea. Es que estaba peleada con Dumbledore cuando planee la historia. Me alegro que te gustara tanto el final de la tercera parte. No sé que había hecho la mujer de la tortura, pero bueno, Sara tiene sus mecanismos para esas elecciones. Me alegra que te parezca claro lo de la desconfianza de Sirius y Remus, quería sentar bien las bases de eso. Me alegra que te gustara Doce Rosas y tuvieras tiempo para leerlo. ¡Nos vemos!

Aiosami: ¡Hola amiga! ¿cómo van esas historias? Me alegra que te guste la faceta oscura de la historia, y la mejor parte de Sara Parker, donde como señalas los sentimientos y contradicciones de ella son muy interesantes (a mi parecer al menos). Yo quiero mucho a Remus, así que por eso esas conversaciones salen tan sentidas, es que él es tan lindo! El mejor después de Sirius. Espero que te gusten las sorpresas. Tenle paciencia a Draco… ya está cerca su retorno…

Bella Blackvad: ¡Hola! Te respondo el review al capitulo anterior. Ya me las estoy viendo a palitos para encontrar el tiempo de publicar… ¡Me alegra que te gustara el encuentro! Espero que lo hayas disfrutado, porque como notarás estamos en una época de escasez de Sirius. Sí que es deprimente, Ariadna tiene razón: esto debería ser un angst. Pero bueno, esa es la gracia de la historia (¿recuerdas la maldición?) Pero no deja de ser triste… El cap de los Evans se acerca, ya vas a verlo. Grandes remordimientos los de Snape, pero al menos Sara B se portó muy bien con él, ¿no lo crees? A mi también me gustó lo de las flores. Bueno, espero tu review, si ya lo dejaste perdón por no contestar pero no he podido revisar el correo estos últimos días.

Bueno, eso es todo por el momento. Los personajes no me pertenecen. Los dejo con el siguiente capítulo.


Vee, la vidente oscura y los Delacour


- Y ella es Sara Parker.

La mujer que le estaba siendo presentada se inclinó respetuosamente frente a ella. Lord Voldemort había logrado unir a la causa a una verdadera vidente. Su nombre era Vanesa, pero no era el nombre por el que la conocían. Era ciega, de niña se había criado con una tribu de centauros, quienes la habían acogido en su seno al encontrarla abandonada, a pesar de su aversión a los humanos, pues así se lo habían pedido las estrellas.

Sara había oído hablar de ella a Ash. Él la había conocido, y le había dicho que era una persona cruel. Llevaba como si fuera parte de ella la crueldad de los centauros, y la raza humana le causaba aversión igual que ha estos. Sara no podía creer que estaba conociendo a la verdadera Vee, la Vidente Oscura.

Una sonrisa se dibujó en los labios de Vee. A Sara no le gustó su expresión. Ella podía traer al suelo todos sus planes.

Lord Voldemort parecía bastante complacido con su más reciente adquisición, y la hizo conducir a sus habitaciones. Sara sonrió al ver el odio reflejado en el rostro de Bella ante la orden de su señor de prepararle una habitación propia de una vidente como ella a Vee. Por primera vez Sara y Bella compartían un sentimiento, aunque por razones distintas.

Vee no hablaba mucho, casi nunca. Pero Sara oyó su voz al susurrarle algo a Voldemort. Era una voz fría y silbante, casi tan escalofriante como la del propio Señor Oscuro.

Los días pasaban rápidamente. Sara no sabía cuanto tiempo había pasado desde que empezara su campaña contra Snape, aquel día del ataque masivo a los muggles. Había sido noticia mundial, y Sara se había encargado de muchas otras torturas por el estilo dirigiendo el mismo grupo. Le desagradaba tener que trabajar con Malfoy, pero necesitaba que Snape comprendiese el horror de lo que estaban haciendo.

No había vuelto a ver a Regulus, quien la misma Bella se estaba encargando de entrenar, pero había otra Black a la que sí estaba viendo muy a menudo.

Narcisa Black continuaba saliendo con Lucius Malfoy. Sara no entendía como habían durado tanto. La primera vez que la vio fue el día de la segunda tortura, cuando había ido a buscar a Lucius para comunicarle las intenciones de su señor. Sara había entrado de repente en la habitación de Lucius y se había encontrado con una extraña escena. Narcisa estaba en el piso, con la cara enterrada entre las manos, llorando, mientras Lucius levantaba la varita frente a ella.

- Sabes que de cualquier forma lo harás.

- ¡Malfoy! –había dicho Sara- ¿qué cree que está haciendo? No malgaste su tiempo, tenemos otra tortura. Vaya busque su equipo.

- Dentro de un momento, Parker.

- Ahora – dijo Sara de manera cortante, y extendiendo la mano le quitó la varita -¿a que espera?

- No hemos terminado – le dijo Malfoy a Narcisa antes de salir.

- ¿Estás bien? – le preguntó Sara.

- No te importa –le dijo Narcisa levantándose– aléjate de mi, Parker.

- Yo sólo preguntaba.

- Sí, que amable – dijo Narcisa en tono irónico – como siempre hemos sido tan buenas amigas. No puedo esperar nada de ti.

Narcisa iba a salir de la habitación, pero Sara incursionó discretamente en su cerebro antes de que se fuera. La chica no se dio cuenta y enjuagándose las lágrimas salió del lugar.

"Sabes que de cualquier forma lo harás – repitió Sara mentalmente- ¿por qué querrán que espíe a Andrómeda? Creí que aún estaba en Francia. ¿Y por qué iba a negarse Narcisa? Además, ¿cómo pensaba obligarla Malfoy? A mi nunca me trató así cuando salíamos. Aquí hay algo que me huele mal. Narcisa está enamorada de Malfoy, eso ya lo vi. ¡Qué extraño es esto!"

Esa no fue la única vez que vio a Narcisa. Otras veces la vio, caminando como sonámbula, con una expresión de felicidad estúpida o bien, de total despiste. Otras veces, caminaba rápidamente, como quien busca como escapar, pero inevitablemente Lucius o Bella la detenían y entraban con ella a un cuarto, del que salía con la expresión atontada que tenía siempre.

La próxima vez que supo de ella fue a la semana siguiente de la llegada de la vidente, en la noche. Estaba sola en su cuarto, cuando oyó gritos en la habitación de la par.

- ¡No seas idiota Narcisa! Andrómeda todavía confía en ti, eres la oportunidad de hacer esto más limpio. Si no lo haces te arrepentirás.

- Es terrible, Bella. ¿Por qué quieren matarla?

- ¿Quién te ha dicho que queremos matarla?

- ¿Si no por qué le interesaría a Malfoy? No lo entiendo, una vez que se casó con ese asqueroso muggle se suponía que ya no tendríamos contacto con ella.

- Andrómeda está ayudando a nuestro querido primo y la estúpida Orden. Ya sabes que siempre sintió debilidad por el estúpido de Sirius. Sólo queremos saber que tan involucrada está con eso.

- ¿Y crees que Sirius dejará que me acepten fácilmente en el grupo?

- Sólo averíguanos algo sobre Andrómeda y nosotros nos encargamos. Y también hermanita, ¿qué es eso que me dijo Malfoy de que estabas negándote a verle? Es el mejor partido que pude conseguir para ti, y el Señor Oscuro lo tiene en alta estima.

- Yo lo amo, Bella, sabes que sí, pero él no me ama.

- ¿Amor? ¡Eso no existe! Siempre creí que tenías más sentido común, Narcisa. Vas a casarte con Malfoy. Fin de la discusión.

- Ya sé que no tengo opción – dijo Narcisa- veré que te averiguo…

Sara oyó a Narcisa salir del cuarto de la par. Sara aprovechó la oportunidad y la jaló dentro del cuarto.

- ¡Parker!

Antes que tuviera tiempo de gritar nada Sara le puso un hechizo silenciador.

- Mira Narcisa, no seas idiota – le dijo Sara- ve a buscar a Dumbledore. Dile que te están obligando a espiar a tu hermana y que quieren obligarte a casarte con Malfoy. Dile donde nos escondemos, y dile que Voldemort planea hacer una reserva de energía propia. No dejes que te arrastren a esto.

Narcisa la miraba sin comprender nada. ¿Por qué la favorita de Voldemort le decía esas cosas? Sara sabía que Narcisa no era el ser en que más podía confiar en la faz de la Tierra, pero era el único medio que tenía a la mano. Tras decirle todo esto, alzó la varita y susurró: "inconsius"

Luego la sacó al pasillo y Narcisa siguió su camino sin saber que había pasado, igual que nunca entendió porque en un repentino ataque en el que seguramente había perdido la cabeza había ido a buscar a Dumbledore y le había dicho cosas que no tenían el menor sentido. Luego había salido corriendo de ahí y había encontrado a Malfoy esperándola en su apartamento.

La próxima vez que Sara la vio, venía sonriente y del brazo de Malfoy. Sara logró colocarse detrás de ella y se metió en su mente para borrarle cualquier resquicio de su conversación con Dumbledore y las órdenes que ella misma le había dado del inconsciente. Con horror, Sara supo entonces a que se debía la expresión tan extraña que tenía Narcisa todo el tiempo: estaba bajo la maldición Imperius.


- ¿Todo listo?

- Sí, señora Weasley, vamos a subir a arreglarnos.

- Claro, apúrense que no tardarán en llegar.

Sara y Hermione subieron al cuarto en el que estaban ya Ginny y Tonks alistándose.

- ¿Te gustó el vestido? – le preguntó Sara a Tonks al verla.

- Sí, me queda muy bien, gracias.

- Ya sabes que me gusta hacer de modista – le dijo Sara.

- Me encanta cuando usas ese color rosa chicle en el pelo – le dijo Ginny- ya me gustaría

teñírmelo yo.

- ¡Pero si tu pelo es precioso! – le dijo Hermione

- Yo podría hacerme rayitos azules – dijo Sara viéndose en el espejo.

- Tu y tus inventos – le dijo Tonks - ¿a que hora vienen los Delacour?

- Bill va a ir por ellos – dijo Ginny – pero creo que aún se está alistando, a veces creo que es más vanidoso que nosotras.

En ese momento, como para confirmar las palabras de Ginny, Bill llamó a la puerta.

- ¿Puedo pasar?

- ¡NO! – le contestaron a coro. Hermione y Sara aún no estaban listas.

- Necesito ayuda de alguna…

- Yo iré – dijo Tonks saliendo del cuarto. Las tres chicas se rieron disimuladamente.

Tonks salió abriendo la puerta lo menos posible, para que Bill no viera a las chicas.

- ¿Qué sucede? – le preguntó con una sonrisa.

Bill la estaba viendo fijamente.

- Tonks, eh… no sabía que ya habías llegado.

- Hace un rato, creí que ya te habías ido a buscar a los Delacour.

- Eh… no, estaba terminando de alistarme. No puedo anudarme bien esta corbata. ¿Crees que podrías…?

- Claro – Tonks le amarró la corbata lo mejor que pudo, y Bill se miró en el espejo del pasillo.

- Gracias. Es que quiero verme bien esta noche.

- No tienes que hacer un gran esfuerzo – le dijo Tonks en voz baja. Bill le sonrió.

- Tu eres la que no tiene que hacer esfuerzos. Te ves muy linda hoy.

- Gracias – dijo Tonks ruborizándose.

- No te voy a negar que estoy un poco nervioso – le dijo Bill apoyándose en el pasamanos de las escaleras- creo que los padres de Fleur no estaban muy felices conmigo.

Bill tenía a Tonks como su mejor amiga. Habían pasado mucho tiempo juntos en el hospital, donde se habían conocido mejor. Ahora, cada vez que tenía un problema no dudaba en buscar a Tonks y contárselo, ella siempre era muy buena con él.

- Tonterías – le dijo Tonks – cuando te conozcan estarán encantados contigo. Ya verás.

- La señora Delacour cree que no soy un buen partido para su hija porque no tengo dinero – confesó Bill recordando algo que ella había dicho a su marido en voz bien alta, para asegurarse de que él la oyera – y cuando conozca la casa, supongo que no reaccionará mejor que Fleur.

Fleur no se había mostrado complacida con la Madriguera la primera vez que Bill la llevara a ella, y todavía entonces parecía evitar el visitar la casa de su novio si podía.

- Supongo que no debería decir esto de la madre de tu novia, pero si cree eso es una idiota. Tendría que estar feliz, pues su hija es una de las chicas más afortunadas que hay, y no podría haber encontrado a nadie mejor.

Bill miró asombrado a Tonks, quien tratando de no ruborizarse siguió hablando, como si no se diera cuenta de lo que acababa de decir.

- Pero no lo creo, tranquilo, puede que esté acostumbrada a las grandes casa señoriales de Francia, pero yo me crié en Francia, y puedo decirte que esas grandes casas suelen esconder familias miserables. Los Delacour no podrán dejar de notar que esta es una casa humilde, pero que en ella viven una de las mejores familias de Inglaterra. Tienes una familia genial, Bill, no te avergüences de ella.

- No me avergüenzo de mi familia – la corrigió Bill.

- Y no llegues a hacerlo. Tu eres afortunado de tener una familia.

Había cierta amargura en la voz de Tonks. Bill la miró con curiosidad. Sabía que la madre de Tonks había muerto cuando esta era una niña, y que se había criado en Francia, pero no sabía donde, o con quien.

- Tal vez sea mejor que te vayas – le dijo Tonks – se está haciendo tarde.

- Eh… sí, claro. Gracias por ayudarme con la corbata.

- De nada.

Bill le sonrió y se fue rápidamente.


- "La perdición vendrá por la sangre de los Black"

Sara estaba sola con Vee, y esta había empezado a hablar con el tono propio de una vidente revelando el destino.

- ¿Qué cosa? – preguntó Sara helada.

- Avisa al Señor Oscuro que será a causa de los Black... debe cuidarse de ellos...

- ¿Qué Black? – Sara preguntó apresuradamente, Bella llegaría en cualquier momento.

- El que menos se espera…

Vee salió de la especie de trance en que había entrado y cogió a Sara violentamente de las muñecas:

- ¡Tu tramas algo contra nuestro señor!

- Yo soy su más fiel servidora –dijo Sara en un tono totalmente ensayado, pero sintió una punzada de horror al ver las cuencas vacías de los ojos de Vee, que parecían tener una fuerza irresistible. Sara sentía que la veía más profundo de lo que podría haberla visto con un par de ojos normales.

- Tu plan sigue adelante… y va creciendo día a día… ¡MI SEÑOR!

Sara la paralizó al oírla lanzar ese grito. Voldemort estuvo ahí al segundo.

- ¿Qué sucede Sara?

- No lo sé, mi señor – mintió Sara- entró en un trance y dijo que tenías que tener cuidado de los tuyos. Luego gritó por usted. Está desfallecida.

- No tengo tiempo que perder con medias predicciones. Ven conmigo, ya casi tenemos la reserva de energía.

- Pero mi señor… ¿y si revela algo más? Podría jurar que iba a revelar a un traidor.

Voldemort miró a Vee pensativo. Todo lo que ella había dicho había sucedido. Se metió en la mente de Sara, era cierto, Vee había estado hablando de un plan contra él. Obviamente, Sara manipuló su propia mente para evitar que Voldemort lo viera todo.

- Quédate con ella. No quiero que nadie más oiga nada de esto. Vas decirme todo lo que ella diga.

- Sí, mi señor – dijo Sara con una inclinación.

Llevó a Vee a su cuarto y cerró la puerta. Vee abrió de nuevo los ojos.

- Traidora…

- ¿Va a funcionar? – le preguntó Sara precipitadamente.

- Traidora…

- ¡Maldita sea, Vee! ¿Va a funcionar?

En eso una explosión hizo retumbar todo el lugar. Sara salió rápidamente, cuidándose de cerrar con un hechizo la habitación donde estaba Vee. Una gran alegría la invadió: ¡estaban siendo atacados por la Orden!

Claro que al recibir Dumbledore informe sobre la reserva de energía y su ubicación lo había averiguado todo y se había asegurado (aunque no sabía como) de que no era una trampa. Por eso había tardado tanto.

En segundos había empezado una encarnizada lucha. Sara se preguntaba de donde había sacado Dumbledore tanta gente. Un grupo en particular atacaba el lugar donde Sara sabía estaba la reserva. Sara los reconoció: eran los Potter y los recién casados Longbottom.

Sara se agachó al ver un hechizo que venía contra ella. No sabía quien la había atacado, pero no le importaba. Si ahí estaba James…

- ¡NO TE QUEDES AHÍ COMO ESTÚPIDA! ¡ESTAN ATACANDO LA RESERVA!

Sara se volvió para ver a una transformada Bellatrix que atacaba a los miembros de la Orden con una alegría salvaje.

Sara no podía dejar de pelear, así que participó activamente en la batalla, pero no trató de pelear con los Potter o con los Longbottom, que ya habían accedido a la habitación. Sara con terror pensó que iban a enfrentarse con Voldemort. ¡Alice iba a enfrentarse con Lord Voldemort!

- ¿Tienes miedo, Sara? – le preguntó una voz a su espalda.

Sara se volvió y se encontró cara a cara con Rose, que le lanzó un maleficio que Sara evitó con una agilidad impresionante.

- ¡No tengo tiempo para esto! – le gritó Sara - ¡desmaius!

El hechizo no le di a su objetivo. Sara se impacientó, no tenía tiempo para un duelo, Alice estaba en peligro mortal.

- ¡No me hagas hacer esto! – le dijo Sara.

- ¡Tu mataste a Madeline!

- Tu te salvaste de milagro, quítate de mi camino.

- Cobarde...

Sara pensó en desaparecer, pero no podía sin quedar como una cobarde, cosa que no podían pensar ni la Orden (Sirius podría sospechar de su plan pues sabía que no era cobarde) y menos aún Voldemort. ¿Qué hacer? Sus desmaius eran muy lentos.

- ¡Tómala prisionera! – le gritó Malfoy – ¡no es hora de dulces reencuentros!

¡Prisionera! Jamás, le sacarían montones de información. Sólo había una salida con Malfoy tan cerca. Chasqueó los dedos para aprisionarla sin que pudiera escapar del hechizo. Sonrió a Malfoy inocentemente, como si hubiera cumplido su deseo.

Cuando Malfoy no la veía se agachó junto a ella. No podía dejarla prisionera… conocía a Rose, y su poder mental no era muy fuerte. El mismo Voldemort la torturaría y se metería en su mente, y sabría todo lo que hacía la Orden, incluyendo probablemente, que Narcisa era la que les había dicho donde estaban.

- Odio esto –pensó Sara - ¡Avada Kedavra!

Miró el cuerpo inerte en el piso. Acababa de matar a la novia de Remus, pobre. Pero no había tiempo para pensar eso. Ocupaba entrar en esa sala y sacar a Alice. Pero su señor no debía verla. ¡Claro, la poción de invisibilidad de Snape!

Sara se apareció en el cuarto de Snape, pero ahí tan bien había alguien de la Orden, que palideció al verla.

"Genial –pensó Sara- sigamos el teatro "

Con un rápido movimiento desarmó al enemigo y lo acorraló contra la pared, poniéndole la varita en la garganta. En ese momento reconoció a un tembloroso Peter Pettigrew.

- ¡No me mates, por favor, no me mates!

- ¡Peter! – exclamó – siempre fuiste un cobarde. ¿Tienes miedo de que te mate? ¡Que conmovedor! Te perdono la vida con una condición.

- ¡Lo que sea!

- Dime dónde está Sirius.

- ¡No está aquí! Él se quedó con Remus por la luna llena y no hubo tiempo de avisarle de la batalla.

Sara pensó con dolor en la triste noticia que le esperaba al hombre lobo.

- No le digas a nadie que pregunté, y no le digas a nadie que me viste aquí. Si lo haces yo misma iré a buscarte para matarte.

Le arañó el cuello con la punta de la varita hasta que salió un poco de sangre. ¿Por qué no podía ser él quien hubieran cogido prisionero y no Rose? Sara tomó la poción de invisibilidad, preguntándose a cuantos otros amigos, si así podían llamárseles, tendría que matar. Leyó la etiqueta. Una gota por minuto. Cinco minutos serían suficientes.

Se apareció de nuevo en media batalla, pero ya no podían verla. Se dirigió a la puerta, donde se oían agudos gritos, pero se detuvo con una idea. Era la oportunidad de deshacerse del peligro que suponía Vee sin levantar sospechas. Si ya había matado a Rose para evitar que revelara algo, ¿no tenía aún más sentido matar a Vee, que podía traer abajo sus planes? Todo era por una misma causa. Se devolvió y prendió fuego al cuarto en el que estaba encerrada Vee… ya no podría exponer su secreto.

Entró en el salón. Lord Voldemort estaba torturando a Lily contra la pared, y se reía cruelmente. James estaba pegado del techo con un maleficio y no podía ayudarla.

Sara buscó a Alice con la mirada. Ella y Frank estaban en una esquina.

- ¡No pueden estar muertos! – se dijo Sara corriendo hacia ellos. No, no estaban muertos. Voldemort probablemente quería usarlos después.

- Vamos – dijo Sara cogiendo a Alice de la mano. Se aparecieron afuera del edificio, lejos de la pelea. Alice estaba inconsciente, y tenía una herida en la frente. Había enfrentado a Voldemort con valor, pensó Sara, o no la habría dejado vivir tanto.

Se apareció de nuevo dentro del salón. Sabía lo que iba a hacer. Despertar a Frank para que esta liberara a James, y entre los dos, Sara creyó que era posible que liberaran a Lily.

Tras despertar a Frank desapareció.

Sara no se enteró muy bien que pasó, pero supo que su truco había funcionado. La Orden estaba en retirada. Aquella batalla había sido muy audaz de su parte, y habían conseguido su objetivo: destruir la reserva. No podían pretender destruirlo todo en la inferioridad numérica que estaban.

Se apareció en el cuarto que había dejado y se encontró con el cuerpo calcinado de Vee. No pudo reprimir una sonrisa. Ya no podía predecir ni siquiera donde iba a dejarla botada. Sara llevó su cuerpo cerca de la salida que se había incendiado, creerían que había intentado huir de la batalla. Además volcó unos candelabros, para explicar el fuego en ese lugar donde la lucha no había llegado.

Ahora tenía que cubrirse ella misma. Se apareció en el lugar por donde habían entrado los atacantes. Dos valientes mortífagos estaban peleando con un montón de aurores, y yacían un montón muertos a sus pies. Celebraron alborozados la llegada de Sara, quien se unió a la pelea y mató a varios aurores antes de que, con lo que podían pasar por dos hechizos perdidos, pero en realidad, muy bien direccionados, matara a los dos mortífagos. Creía que nadie la había visto, pero no estaba segura. Habría jurado que Erick Gouth la había visto. Gouth no le caía bien, y sabía que no la quería lo más mínimo, porque ella había dicho que era tonto con iniciativa, y que eso era muy peligroso incluso para él mismo, al evaluarlo. ¿La habría visto? Se mordió el labio preocupada, pero ahora no podía averiguarlo.

Cuando más tarde Bellatrix llegó donde ella le gritó:

- ¿Dónde te habías metido?

- Estaba cuidando la entrada, Lestrange – le contestó Sara groseramente – porque los cerebros de chorlito de ustedes peleaban pero los dejaban seguir entrando.

Bella iba a replicar, pero viendo todos los muertos a los pies de Sara no pudo decir nada.

- ¿Qué pasó adentro? – preguntó Sara como si hubiera estado ahí todo el tiempo.

- Lograron destruir la reserva- le dijo Bellatrix- escaparon casi todos los de la Orden, la mayoría de los muertos son aurores. La única conocida es Rose Macken.

- ¡Pero yo la había tomado prisionera! Algún idiota debe haberla matado. ¿nos quedó algún otro prisionero?

- No. Este fue un ataque a traición, nuestro señor dice que sólo alguien les haya comunicado donde estábamos podrían haberlo hecho…


Ginny tenía razón. Los Delacour eran insoportables. Al llegar a la casa ninguno había ocultado el desprecio que sentían ante ella. La señora Delacour se mostraba altiva y miraba a los Weasley con desprecio. Sólo había dos personas en toda la mesa que los Delacour miraban con respeto: una era Harry Potter y la otra Sara Fénix Black, cosa que ambos hubieran deseado que no hicieran.

Al llegar a la casa habían mirado a su hija como si esta intentara gastarles una mala broma.

- Mamá – le reprochó Fleur en voz baja.

- Querida, me pagrece que Inglaterra lo único que te ha trangsmitido es su mal gusto.

Nadie sabía como reaccionar a ese tipo de comentarios tan fuera de lugar. Al hacerlos pasar a la casa y que Fleur les presentara a los presentes sus expresiones de descontento y desprecio no cambiaron mucho.

Los sacos de piel de dragón de los gemelos les disgustaron. La manera tan muggle de vestir de Ginny les pareció una ofensa y la sola presencia de Hermione un insulto. Los pantalones viejos de Ron una falta de cortesía. El delantal manchado que a la señora Weasley aun no le había dado tiempo de quitarse una falta total de glamour. La cordialidad del señor Weasley exagerada. Sin embargo, lo más insultante de todo era el pelo color rosa chicle de Tonks.

Fleur no sabía que Tonks estaba ahí, y al verla salir de la cocina con una bandeja se quedó de hielo. La verdad es que estaba muy bonita con ese vestido negro (-¿dónde lo habrá conseguido? ¡Es divino! A mi me quedaría genial-), el pelo rosa largo y lacio y una pequeña cadena dorada. Sonreía naturalmente –como de costumbre- y al ver a los Delacour saludó y al hacerlo se tropezó con el dobladillo de la alfombra. Bill la sostuvo, evitando que se cayera con todo y bandeja. La chica le sonrió y llevó sin otro percance la bandeja a la mesa. En eso salieron otras dos personas de la cocina. La primera era una chica de pelo negro y ojos dorados. El otro, un chico de pelo negro y ojos verdes.

- ¡Es él mamá! ¡Él me sacó del lago! ¡Es Hagui Potter! – gritó Gabrille al verlo.

Los Delacour parecían entusiasmados de conocer al famoso Harry Potter, y al presentarles a Sara no podían creerlo: ¡una fénix de la estirpe de las princesas de Inglaterra! ¿Pero que hacían dos personas de su categoría en esa casucha con gente como los Weasley?

- Es como haber invitado a comer a Malfoy – le dijo Ron a Harry, quien sonrió asintiendo.

La comida había transcurrido casi sin percance. Claro, si no tomamos en cuenta cuando Gabrielle se había puesto a gritar que no le gustaba la papa y que quería repetir carne, cuando no había más.

- Es una falgta de respegto no tener comida suficiente cuando hay invitados – dijo la señora Delacour.

- Y una falta de educación decir esas cosas – le dijo la señora Weasley, quien hacía esfuerzos desmesurados para no ponerse a pegar gritos y echarlos de ahí, por cariño a su querido hijo.

Bill no estaba nada cómodo, y dirigía a Fleur miradas asesinas que la chica trataba de pasar por alto. Harry y Sara trataban de ignorar sin ser exageradamente descorteses las atenciones de los Delacour, mientras que estos ignoraban completamente a la familia de Bill y a Tonks, a quien sólo el señor Delacour había dirigido una frase de agradecimiento por haber cuidado a su hija.

Tampoco la conversación iba por muy buen camino. Los comentarios hirientes de los Delacour contrarrestaban los ácidos de la señora Weasley, a los que con duras penas Sara, Hermione, Ginny, Harry, Ron y los gemelos no se unían. Sin embargo la cortesía y las buenas maneras con los invitados fueron quedando olvidadas.

Al terminar la cena la señora Weasley los invitó (de mala gana) a pasar al patio, pues los gemelos habían traído su nuevo espectáculo pirotécnico para exhibirlo, y aunque los señores Delacour no estaban muy entusiasmados con aquello, la pequeña si lo estaba.

- Te lo dije –Tonks se asustó al oír esas palabras en su oído, y al volverse se encontró con un deprimido Bill.

- ¿Qué cosa?

- Los señores Delacour me odian, y yo no estoy muy lejos de corresponderles en el sentimiento.

- Bueno, ellos...

- Sabes que se están comportando fatal. Un insulto más y yo mismo los echo de aquí.

- Habla con Fleur- le recomendó Tonks- Tal vez ella pueda hablar con su madre.

- Creo que tienes razón...

- Ve de una vez – le dijo Tonks sonriente- mientras iré por las bebidas que tu madre dejó preparadas.

Bill llevó aparte a Fleur, mientras Tonks entraba a la casa:

- ¿Qué pagsa? – le preguntó inocentemente la chica.

- No me pongas esa cara, Fleur, sabes lo que pasa.

- Mira, ya sé que mamá no está siendo muy corgtés, pero es norgmal, Inglaterra no le gusta, y el hecho de que yo tenga novio inglés es para ella casi una pesagdilla...

- No puedo consentir que tus padres vengan aquí a insultar mi familia, mi casa y mis amigos.

- Dale tiempo a que se acomodge al ambiente, no está acostumbrada a las reuniones como estas, digo es nuevo para ella venig a una casa... – Fleur se cayó, avergonzada de lo que había estado a punto de decir.

- ¿Pobre? ¿Eso era lo que ibas a decir? Creí que no te importaba que no tuviera dinero.

- Estagmos hablando de ella, no de mi. Míragla, ya se está acomodando, creo que hasta está disfrutando lo que hacen tus hermanos. – Fleur miró esperanzada al grupo.

Sin embargo, las esperanzas de Fleur se vieron defraudadas. El espectáculo era excelente, como siempre, más cuando Sara decidió animarlo con unas cuantas hogueras (muy bien controladas) y con doradas lenguas de fuego y los Delacour sintieron que se les paraba el corazón al ver esa demostración de magia inculta.

- ¡Por las barbas de Merlín! ¿No es que te han megtido en el Colegio para que aprendiegras a usar la varita? ¡Esto es una ofensa, sí señog, una ofensa para nosogtros! Magia inculta…

Sara miró a la señora Delacour con rabia, y se levantó con rudeza. Pero la señora

Weasley se le adelantó.

- Señora Delacour, esta es mi casa, (lamentablemente pues si fuera la de Sara no dudaría de que usted ya estaría calcinada – pensó sin agregarlo) Sara es mi invitada tanto como usted, y no tiene ningún derecho de insultarla. Además de que los magos que la desprecian por no usar una varita son simplemente verdaderos magos incultos, marcados por un complejo de inferioridad pavoroso.

La señora Delacour palideció visiblemente, pero antes de que pudiera responder sintió como algo la bañaba de arriba abajo. Tonks venia saliendo de la casa con una bandeja de cervezas de mantequilla y se había doblado un pie, dejando caer los vasos y el líquido de estos sobre la señora Delacour.

- ¡Chiquilla estúpigda e inútil! ¡Miga como me has dejado! ¡Trags de ser una ofensa para la vista y la moda eges una completa catágstrofe ambulante ! ¡Hija mía, cómo has acabado entre esta gentuza! – la señora Delacour estaba fuera de si y se había puesto de pie y le gritaba a una sonrojada Tonks, quien estaba en el suelo frotándose el lastimado tobillo.

- ¿Estás bien? – le preguntó Harry a Tonks ayudándola a levantarse junto con Ron. La chica asintió.

- ¡Suficiente! – dijo Bill haciendo caso omiso a la mirada suplicante de su novia y haciendo que todos se quedaran en un inquietante silencio – Señora Delacour, yo amo a su hija, pero sencillamente usted ha hecho que me sea necesario pedirle que se marche de mi casa. No puedo permitir que venga a insultar a mi familia y a mis amigos. Tonks no pretendió mojarla así, y después de todo, para algo somos magos. Habría sido más rápido decir un simple hechizo para secarse en lugar de insultarla, a pesar de que ella ha sido paciente con sus miradas reprobatorias toda la cena. O bien, Sara con un simple chasquido de dedos la habría secado, si usted fuera la mitad de lo buena persona que son el resto de los que están aquí. Usted dice que se le falta el respeto, y aunque no es así no veo porqué se debe de respetar a una persona que viene invitada a una casa y lo único que hace es perder todo el respeto que se le pudiera tener con comentarios fuera de lugar. Ahora, hágame el favor de marcharse. Puede que usted encuentre ofensivos la pobreza de mi casa o la simplicidad de mis amigos, pero yo encuentro ofensivos su esnobismo, su prepotencia y su arrogancia.

Todos miraban a Bill sin creer lo que acababa de decir. Los señores Delacour lo miraban sin palabras, de la impresión que les había producido y temblaban de indignación. Fleur estaba pálida, dividida entre la indignación y la vergüenza. Su hermanita miraba a todos con una tonta expresión de incomprensión. Tonks, aún algo pálida por el dolor del tobillo miraba a Bill fijamente, mientras que Ron y Harry intercambiaron miradas sorprendidas y Hermione, Ginny y Sara miradas de triunfo.

- ¡Biegn, nos vamos! – dijo la señora Delacour levantándose - ¡y con mugcho gusto! Esta es una casa de mal educados y pobregtas y me arregpiento de habeg puesto un pie aquí. Fleur, quegida, vámonos, tú te meregces algo mucho mejog.

- Yo me quedo mamá – dijo la suave voz de Fleur, con un temblor poco frecuente en ella. Todos la miraron aún más sorprendidos, y las chicas intercambiaron ahora miradas de inquietud.

- ¿Qué has digcho?

- Bill tiene ragzón en pedigte que te vayas, evítanos una escena. Dentro de un ragto llegaré al hotel.

La señora Delacour parecía totalmente perturbada por las palabras de su hija. Nunca antes le había hablado así. Sin saber que replicarle, salió junto con su esposo y su hija.

- Fleur... – Bill se acercó a la chica, que retrocedió viéndolo con cierta furia.

- Mejor recojamos las cosas – dijo la señora Weasley en voz alta, impresionada de la escena que acababa de suceder en su siempre amable y hospitalaria casa. Los chicos se apresuraron a obedecer, dejando al par de novios solos.


¡Espero que les haya gustado!

Espero sus opiniones con ansias, prometo no publicar sin contestar los comentarios (no sé a que horas podré subirlo, pero eso espero).

El próximo capítulo se llama: "El traidor".

Por último les quiero dar mi recomendación semanal… no mentira, es que una amiga mía tiene una historia que se llama "Juegos de amor y venganza". Ella se llama Eli 3600, tal vez puedan darse una vuelta por ella. La historia es sobre una hija de Remus, así que creo que les puede gustar.

Ahora sí, los dejo porque Piaget me está esperando…

Sara Fénix Black