¡Hola a todos!
Es tarde y tengo mucho sueño. Este fin de semana lo tengo super ocupado y tengo montones de cosas que hacer -¡esta universidad!- pero no les podía fallar. Aquí está el chap, espero que lo disfruten, ya saben que los personajes no son míos. Muchas gracias por sus reviews, los respondo rápidamente al final. Los dejo con el chap.
El traidor: premonición
- Uno de mis mortífagos me ha traicionado. Sé no has sido tu, y tu me ayudarás a encontrarlo.
- Sí mi señor.
- Te meterás en la mente de cada uno de ellos, y el traidor pagará lo que hizo.
- Sí mi señor.
Lord Voldemort estaba simplemente furioso. Lo habían humillado en su propia casa. El grupo de Dumbledore le había ganado la partida y aquellos estúpidos de los Potter y los Longbottom habían escapado de él. Para colmo, Vee había muerto en el ataque. Pero ella había hablado de traición antes de morir, y Sara iba a encontrar al traidor.
Sara era presa una gran agitación. Está bien que ella había enviado a Narcisa, y eso la hacía a ella la traidora, pero tenía que haber alguien más. ¿Sino, cómo había confirmado Dumbledore la historia que Narcisa le contara? Conocía demasiado bien a Dumbledore para pensar que se las había jugado porque sí. Además, sabían cuales eran los puntos débiles de la construcción, por donde entrar, por donde escapar y donde estaba la fuente de poder.
Lord Voldemort congregó a todos los mortífagos. Formaron el acostumbrado círculo alrededor suyo. Aquellos que habían mostrado alguna debilidad durante el ataque fueron torturados y el valor de alguno alabado. Sara espero en silencio, temiendo que algo de lo que ella había hecho fuera revelado, pero no fue así.
Finalmente Lord Voldemort hizo que uno a uno los mortífagos pasaran donde Sara los esperaba.
Meterse en la mente de tantas personas era cansado, pero no aburrido. Los que no había evaluado antes de entrar estaban ahí para su examen. Interesante, muy interesante. Sara tomaba nota mental de sus debilidades y defectos. De con cuales podía contar por rendida adoración y de cuales debía cuidarse porque en definitiva no la querían, como los Lestrange y Crouch.
Sara ya había perdido la cuenta de los mortífagos que llevaba. El siguiente sin embargo, la hizo reaccionar como un choque eléctrico.
Aunque ella no evaluaba a las personas encapuchadas, al evaluar a la gente en media reunión de mortífagos no podía hacerles quitarse las capuchas, ya que ellos se conocían sólo en pequeños grupos.
- ¿Severus?
La capucha se inclinó afirmativamente. Sara le puso las manos en la cabeza como hacía con todos.
Sumergirse en la mente de su amigo no le era agradable. Pero esta vez lo fue aún menos: su amigo hacía una muy buena pero disimulada occlumencia.
Sara se estremeció, Snape era un occlumence genial, casi innato. Si no estuviera investigando a fondo no habría notado que le ocultaba algo. Trató de verlo, pero era difícil. Necesito casi todas sus fuerzas para romper el campo de occlumencia, pero lo logró.
Snape se dio cuenta, pues levantó la cabeza y vio a Sara a los ojos. Ella sabía su secreto.
Sara no reaccionó de ninguna manera en particular, y lo rechazó como había rechazado al resto.
Evaluó a todos los mortífagos. Voldemort le había dicho que no importara que el traidor fuera el primero, mejor revisarlos todos por si había varios.
- ¿Y bien? – le preguntó Lord Voldemort cuando esta evaluara al último.
Sara sentía como su corazón latía rápidamente.
- Gouth, Erick Gouth.
Sara no esperó para ver que sucedía. Lord Voldemort lo torturaría y Bella lo mataría. Lord Voldemort no le daba el honor a los traidores de matarlos él mismo. Sara salió del lugar con la cabeza en alto, como si no acabara de darle una sentencia de muerte a un hombre inocente.
- ¡Hey, Tonks, te buscan!
La chica se volvió rápidamente. Ese día tenía de nuevo el pelo corto y en picos, de un color negro azulado y vestía la cómoda túnica gris plata de aurora. Estaba en su oficina, y era cerca del medio día. La noche anterior había tenido lugar la cena con los Delacour. En la puerta de la oficina de aurores estaba un pálido y ojeroso...
- ¡Bill! ¿Qué haces aquí? – se acercó a él rápidamente.
- ¿Podemos hablar? – le preguntó el pelirrojo mirando dentro de la oficina con curiosidad. Tonks había planeado no salir a almorzar, pues esos días el trabajo se acumulaba en torres sobre los escritorios de los aurores, pero el tono del chico le dio a entender que era importante. Además, después de lo sucedido el día anterior es probable que quisiera contarle qué había sucedido con Fleur después de que ellos los dejaron solos.
- ¡Me voy a almorzar! - le dijo su jefe al tiempo que tomaba su cartera y salía de la oficina.
No se había equivocado.
- Estaba molesta por como le había hablado a su madre. Pero sabía que se había pasado. Me pidió perdón por como se habían comportado, todo esto está siendo difícil para ellos, pues Fleur siempre ha sido su favorita. Y yo definitivamente no les agrado.
- ¿Y entonces?
- Estuvimos hablando un gran rato. No soy un ingenuo, sé que ella lamenta que yo no tenga dinero, pero estoy seguro de que me ama por lo mismo.
- Sí, supongo – dijo Tonks - ¿entonces no estaba enojada contigo?
- ¡Qué va! Estaba furiosa. Hasta tu saliste en la conversación.
- ¿Yo?
- Sí, no sé porque estaba molesta contigo.
- ¿Por qué? Si se puede saber…
- Tonterías, sólo quería tener un motivo para enojarse. Dijo algo así como que lo peor de todo es que le hablé así a su madre por defenderte, y que yo siempre andaba cuidándote, como si me importaras más que ella. Que tu no tenías que haber estado en la cena, porque no eras de la familia. Creo que estaba un poco celosa.
- ¿Y tu que le dijiste?
- Le dije que eras mi mejor amiga, y que es como si fueras de la familia. Después de todo te llevas bien con toda la familia.
- Claro, como de la familia– repitió Tonks.
Bill la miró de manera especial. Era la segunda vez en dos días que ella hablaba así de la familia.
- ¿Tu familia… digo, tu…?
- Mi madre murió cuando yo era muy niña, ya te lo había dicho.
- Pero tu padre…
- Mi padre era un imbécil. Además no me quedé con él mucho tiempo después de la muerte de mi madre. Sirius quería sacarme de ahí, así que habló con…
- ¿Sirius? – preguntó asombrado Bill.
- Sí, mi madre era su prima –le aclaró Tonks- decía que era peligroso, y que papá no podría protegerme, pero él tampoco iba a cuidarme, así que me mandaron con unos amigos de mi madre, en Francia.
- Sabía que te habías criado en Francia, pero no que Sirius te había enviado allá. ¿Estudiaste en Beuxbattons?
- No, estudié en Hogwarts. Cuando todo terminó mi tía me mandó a traer. Estuve un tiempo con ella hasta que Draco se enfermó, entonces volví a Francia. Pero cuando cumplí once me llegó la carta de Hogwarts. Sirius se había encargado de que me inscribieran.
- No sabía que eras tan unida a Sirius.
- No era tan unida a él. Mi madre lo era. Él le había prometido que si algo le pasaba se encargaría de mi futuro. Ella misma le había recomendado los amigos con quien debía mandarme.
- Es la segunda vez que hablas como si hubiera un peligro sobre ustedes.
Bill vio con asombro que la chica tenía los ojos llenos de lágrimas.
- Mi madre ayudaba a la Orden del Fénix. Sirius la había involucrado. Sabían que estaban tras ella. Los mortífagos atacaron la casa y la mataron. Mi padre andaba de gira con su compañía de ventas. Después de lo que pasó se volvió un poco loco. Yo me salvé nadie está muy seguro como del ataque, y tenían miedo de que volvieran a terminar el trabajo.
- Eso es terrible, nunca me habías dicho…
- Por eso Sirius se encargó de mi. No podía quedarme con él porque estaban en plena lucha, y no podía dejarme en casa, pues ya sabes como son los mortífagos. Les gustan los trabajos completos. Cuando me uní a la Orden Sirius trató de impedirlo, tenía miedo que me pasara lo mismo que mamá. Pero no iban a impedirme entrar. Y el día de la batalla en el Departamento de Misterios, cuando Bellatrix, mi otra tía, me dejó inconsciente él peleó con ella. Bueno, cumplió la promesa que le hizo a mi madre de protegerme.
Tonks rió con una amargura que no le iba bien y que Bill nunca antes le había oído.
- Pero bueno, no es por eso que viniste a buscarme. ¿Verdad? Dejemos mi drama familiar para otro día.
- Pero…
- Bill, en serio
- Quería pedirte un consejo –le dijo Bill al ver su resolución- Fleur me invitó a irme con ella a Francia.
- ¿Qué? – Tonks lo miró sorprendida.
- Dice que tenemos que arreglar las cosas con su familia, y está segura de que le simpatizaré al resto de ellos, y que incluso podría mejorar las cosas con sus padres lejos de casa.
- ¿Y vas a ir?
- Eso es de lo que quería hablar contigo.
Tonks lo miró pensativa, todavía con un rastro de lágrimas en sus ojos.
- Depende de una cosa.
- Dime.
- Si la amas y crees que vale la pena intentarlo, deberías ir. Es como poner en una balanza cuanto la amas y cuanto puedes soportar a su familia. Si vale la pena... adelante.
Bill se quedó pensativo.
- Creo que voy a ir. La verdad no sé si la amo tanto o no, y tal vez así lo averigüe.
- ¿Cuándo se irían?
- Pasado mañana.
Tonks lo miró sorprendida.
- ¿Cuánto tiempo?¿Pero y el trabajo?
- Unos días, no puedo dejar a la Orden botada. En cuanto al trabajo no importa, me quedan vacaciones, creo que mejor me voy a pedirlas. Muchísimas gracias – le dijo sonriéndole– simplemente eres la mejor. Lamento mucho lo de tu madre, y lo de Sirius. Después, si quieres, podemos hablar de ello.
- No importa – le dijo Tonks – está bien. Espero que te vaya bien en el viaje.
- Ven mañana en la noche a despedirte.
- No puedo, tengo guardia. Puedo ir hoy.
- No puedo, tengo que dejar libre la oficina. ¿Qué tal si te llegas mañana al banco para la hora de almuerzo?
- Está bien.
- Sí, bueno, hasta luego.
Bill le dio un beso en la mejilla y se fue, dejando a Tonks sola y pensativa.
- Te estaba esperando.
Snape acababa de entrar al cuarto de Sara. Esta estaba de espaldas, aguardando su llegada. Sabía que no podía dejar de ir a verla, no después de lo que acababa de hacer. Su corazón palpitaba con fuerza. ¿Qué hacer? ¿Qué decirle? Al entrar Snape las puertas se cerraron y Sara puso el hechizo más potente que conocía de aislamiento. Nadie podía haber escuchado, visto o conocido lo que iba a suceder ahí.
Sara se volvió a ver a su amigo, que estaba pálido y expectante.
- Eres un muy buen occlumence – le dijo Sara- el mejor que he conocido. Casi un natural. Puedes engañar al mismo Lord Voldemort, si quisieras. Ocultas muy bien el cierre.
- Me preparé especialmente en Occlumencia antes de entrar en esta academia –comentó Snape. Ninguno quería llegar al tema. Pero Sara fue la primera en mencionarlo.
- ¿Por qué haces esto? – le preguntó Sara.
- Tu lo viste, no me lo preguntes.
- No puedo creer que lo hagas por mi, lo que sientes por mi no puede haberte impulsado a hacer esto, no puedes quererme tanto.
- Es verdad Sara, y tu siempre lo has sabido, o lo habrías podido saber, si no estuvieras tan embebida con Black – el tono de Snape notaba amargura.
- Pero, aún así, ¿qué te ha impulsado a cometer esa locura? Es prácticamente un suicidio y lo sabes. ¿Qué habría pasado si yo no te hubiera cubierto? ¿Qué habría pasado si la Orden no hubiera matado a la vidente y ella te hubiera expuesto?
- Habría muerto.
- ¡No vale la pena!
- Sí, lo vale – entre Sara más se exaltaba y gritaba más baja y grave se volvía la voz de Snape.
- ¿Por qué tomaste esta decisión?
- Tu me convenciste. Cuando te vi hacer todas esas atrocidades. Supe que era mi culpa.
- ¿Y qué tienen de malo las torturas de muggles? Tu mismo lo hacías antes de llegar yo –Sara preguntó esto con el corazón destrozado. Su plan había funcionado a medias. Todos los grotescos espectáculos que había montado eran para que Snape reaccionara y se diera cuenta del horror en el que estaban metidos, y decidiera salirse de todo eso. Ella había pretendido salvarlo, pero no había contado con que él también quería salvarla.
- Tú. Verte día a día me hizo darme cuenta de lo que hacíamos. No me importaban los muggles, me parecía incluso divertido lo que hacíamos, pero después eras tú la que lo hacía. Tú las que los mataba y los torturaba. Eras lo más preciado en mi vida, porque a pesar de cómo yo era tu decidiste ser mi amiga. Eras buena, inocente y tierna a pesar de tu mal humor, representabas tantas cosas para mi que cuando te vi en esto me di cuenta que había matado a mi mejor amiga. Cuando me dijiste que querías dejar de sentir lo vi todo claro. Lo que más apreciaba de ti, aunque era también lo que más problemas te daban, eran tus sentimientos, sentimientos que yo prácticamente había perdido, pero que tu conservabas. La idea de que los perdieras era igual que perderte. Muchas veces me he preguntado porqué traicioné tu confianza engañándote para que formaras parte de los mortífagos, y sé que lo hice porque pensé que eso podría unirnos, que te olvidarías de Black y toda esa historia. Sin embargo todo lo que conseguí fue que te perdieras a ti misma, y nunca dejaste de pensar en Black porque la razón por la que haces todo esto es por él. Si es mi culpa que seas una mortífaga, como tu me lo dijiste una vez, tengo que remendar mi culpa. Por eso fui a buscar a Dumbledore, y por más que me costara le dije lo mismo que te estoy diciendo, y me aceptó en su servicio. Seré un espía digas lo que digas, y de alguna forma destruiremos a Voldemort, y de alguna manera te sacaré de aquí. Te conozco, y sé que aún no has vendido el alma a Voldemort y aun queda en ti mucho de la chica que conocí. Tu misma me lo confirmaste al no entregarme. Sé que crees que lo que te une a Voldemort es la idea de que ya no te queda nada más y el despecho por Sirius, pero hay algo más, siempre lo hay, y cuando quieras salirte el no te dejará. La única manera de sacarte de esto es haciendo caer a Voldemort y al parecer solo Dumbledore puede hacer eso, y por eso me he unido a él. Sólo tu conoces mi secreto, si lo revelas me matarán, pero ya no me importara. Si fuiste capaz de venderme, es porque ya era demasiado tarde para salvarte.
Sara miraba a su amigo sin aliento. Le dolía la cabeza de procesar todo lo que él le había dicho tan grave y tan rápidamente. Otro de sus planes se iba a flote. No sabía que decirle, así que simplemente se dirigió a él y lo abrazó. Tuvo ganas de decírselo todo, pero se contuvo. Había visto bien que ahora lo unía un sentimiento de lealtad a Dumbledore increíble, que nacía irónicamente del odio que sentía ahora hacia la causa de Lord Voldemort y el amor –porque en efecto, era amor- que sentía por Sara.
- ¿No es irónica la vida? – dijo al fin Sara- tu eras el que amaba las Artes Oscuras, y yo la que decía que la limpieza de sangre era una estupidez. Y tu te unes a Dumbledore, quien siempre detestaste para salvarme a mi, que huí de él y los suyos. Ahora eres Tu el de la Orden y Yo la mortífaga. Ahora eres tu el que está del mismo lado de Sirius, y yo su enemiga.
- No me recuerdes que estoy del lado de Black, que no quiero arrepentirme. Supongo que ahora vas a disuadirme.
Sara, que aún lo abrazaba trató de entender lo que le decía. Claro, ella era la favorita de Voldemort, se suponía que lo regañara y lo trajera de vuelta al redil, pero no podía hacer eso.
- No voy a disuadirte para que vuelvas con nosotros.
- ¿No? – Snape la apartó de sí y vio que habían unas brillantes lágrimas en sus ojos.
- Pero no puedo dejar de pedirte que no hagas esto. Vete, deserta. Yo te cubriré. Huye de Europa, escóndete, cámbiate el nombre. Voldemort no va a perder tiempo buscándote. Pídele ayuda al mismo Dumbledore, él te protegerá. No puedo dejar que arriesgues tu vida por mi, no vale la pena. Yo no puedo salir de esto, y la idea de que la Orden haga caer a Voldemort es disparatada.
- ¿Por qué no puedes salir de esto? ¿Qué es lo que te une a Voldemort?
- No puedo decírtelo. Pero es suficiente para que sea su esclava de por vida – las lágrimas que Sara había intentado contener rodaron limpiamente por sus mejillas.
- ¿Y si pudieras te irías?
- ¡Sí! – Sara estalló en frenéticos sollozos, que Snape no entendía. La abrazó tratando de consolarla. Sara sabía que tenía que haber dicho que no, pero las emociones que había contenido por todos esos largos meses se juntaron sobre ella y no se pudo contener, hacía demasiado tiempo que no hablaba con nadie, que no abría su alma…
- Pero Sara, tiene que haber una forma.
- ¡No la hay! Tengo que quedarme. Si él se diera cuenta de que yo… ¡no, no podría soportarlo! – Sara se apartó de él – olvídate de esto. Me quedo y punto. No tengo opción. Y no le digas nada a nadie.
- Pero...
- ¡Júrame que no le dirás a nadie lo que te dije! Nadie puede saber que daría hasta mi última gota de sangre por salir de aquí, por escapar de esto. Júrame que ni aunque mi vida dependiera de ello lo dirías. Ni a Dumbledore, ni al mismo Sirius. Todas las personas que quiero tienen que saber que soy mortífaga por propia voluntad. Júramelo. A nadie. ¡Nunca!
- Te lo juro.
- Repítelo.
- Te lo juro, por nuestra amistad, te lo juro.
- Bien. Ahora, vete, huye, yo te cubriré.
- No, tu misma me acabas de dar todas las razones que podrían faltarme para hacerlo. Tu necesitas salir de aquí, y yo colaboraré en la causa para sacarte.
- Estás hablando igual que Sirius. ¡A veces ustedes dos se parecen tanto! –gritó Sara con furia- Si es lo que quieres, hazlo. Pero no me pidas que siga salvándote. No voy a decir nada. Tu secreto está a salvo conmigo, pero si te descubren no sé si voy a poder ayudarte. Lo que pasó aquí es nuestro secreto, ahora vete. No volveremos a hablar de esto nunca.
Dejaré de guiar tu grupo.
Snape se dio la vuelta para salir.
- Y Severus… ten cuidado por favor.
Snape asintió brevemente antes de salir. Sara se dejó caer en el diván de su cuarto al cerrarse las puertas de nuevo. Lo había sospechado varias veces de joven, en el colegio, pero después de todo ese tiempo… no podía creer que Severus Snape la amaba, y arriesgaba su vida por ella, uniéndose a los que fueran sus enemigos.
Sara, Ginny y Hermione se encontraban en el cuarto que compartían esas vacaciones comentando lo sucedido los dos días anteriores.
- ¡Por un momento creí que ya se había arreglado todo! – admitió Ginny – pero la estúpida de Fleur tenía que quedarse.
- Si se hubiera ido todo estaría solucionado – se lamentó Sara- pero ahora...
- ¡No puedo creer que de verdad se vaya para Francia con ella! ¡Hoy mismo!– dijo Ginny.
- La verdad es que no hay mucho que podamos hacer. – dijo Hermione buscando el lado práctico de las cosas – Sólo podemos esperar. Si Bill la quiere no tenemos mucha opción.
- Creo que tienes razón – dijo Ginny con resignación.
Sara empezó a acomodar las cosas y de repente lanzó una expresión de angustia y empezó a revolverlo todo:
- Sara, ¿qué te pasa? – le preguntó Hermione al tiempo que abría el libro que estaba leyendo para continuar su lectura.
- ¡La pulsera! No está... ¡Tengo que encontrarla!
- ¿Qué pulsera? – preguntó Hermione sin entender.
- ¡Estaba aquí! Siempre la dejo en la mesa de noche... es dorada, tiene una pequeña margarita...
- ¿La que sostienes por la noche? – preguntó Ginny levantándose.
- ¡Sí! –dijo Sara demasiado preocupada como para notar que su amiga lo había notado.
- Mamá la echó en mi caja de música cuando limpió – le dijo Ginny al tiempo que la sacaba y se la enseñaba. Sara la cogió rápidamente y la encerró en su puño. Ginny y Hermione intercambiaron una mirada que Sara conocía muy bien pero que no notó en ese momento.
- ¿Por qué tanto interés en la pulsera? – preguntó Hermione casualmente.
- ¡No sé que habría hecho si la perdiera! – dijo Sara abriendo la mano y contemplándola.
Sin embargo sintió la risa contenida de Ginny y cerrando la mano bruscamente preguntó:
- ¿Qué? ¿Qué les pasa? No veo que sea gracioso.
- Te la dio Malfoy, ¿verdad? – le preguntó Hermione.
- Sí, ¿algún problema?
- Chica, no es para que te pongas a la defensiva – le dijo Ginny- pero es que eso explica la consternación por perderla.
- Pues sí, ¿qué le diría a Draco si pierdo la pulsera de su madre?
- Claro, ¡que tragedia! – dijo Ginny en tono de burla.
- No espero que lo entiendas – le dijo Sara en tono seco.
- Lo entendemos perfectamente – le dijo Hermione – igual que el que hoy no hayas querido salir para esperar una carta suya.
Sara miró alternativamente a las chicas:
- Oh no… – dijo titubeante y retrocediendo como si las chicas la amenazaran – ustedes dos creen que yo… que a mi… no, nada que ver… están locas…
- ¿Por qué no? A pesar de insoportable no me negarás que es guapo.
- No, no chicas, entre Draco y yo no hay nada.
- Claro que no – Sara odiaba que le dieran la razón dándole a entender que no le creían.
- ¡No puedo creerlo! Si se guían sólo por esta pulsera – Sara levantó el puño con la
pulsera y lo apretó con fuerza, y en ese momento se interrumpió y se llevó las manos a la cabeza, gritando con fuerza. Pero no fue la única en gritar. De la habitación de abajo llegó un grito aún más agudo.
Sara vio a sus amigas temblando, otra premonición, las más horrible que había tenido. Las chicas la miraban preocupadas, pero Sara sabía que no podía decirles. Se precipitó a la puerta, pues todavía llegaban gritos de abajo.
- ¡¿Qué sucede?! – la señora Weasley subía corriendo las gradas. Sara oía mientras bajaba las gradas una mezcla de gritos de dolor con los gritos preocupados de Ron:
- ¡HARRY! ¡HARRY!
Sara fue la primera en entrar a la habitación. Harry estaba en el piso, apretándose la cicatriz con la mano, y parecía quemarle. Temblaba y convulsionaba, se le habían caído los anteojos, y Ron a su lado no sabía que hacer. Detrás de Sara entraron las chicas y la señora Weasley.
- ¡HARRY! – Sara se agachó junto su amigo, pero en ese momento supo que no debió haberlo hecho. Harry puso los ojos en blanco y se irguió. Todo rastro de temblor había desaparecido, y levantó lentamente su mano hacia Sara. Entonces ella sintió como una gran fuerza la atraía hacia él. Irradiaba de la cicatriz y era más fuerte de lo que ella podía resistir. Pero no era a ella a la que atraía, eran sus poderes. Su mano también se levantó hacia él, pero contra su voluntad. Era como si una mano de hierro la obligara a levantarla y sabía que algo terrible sucedería si tocaba la de Harry. Empezó a retroceder, asustada, pero la fuerza era mayor a la de ella.
- Harry, no… – logró decir, pero sabía que no tenía sentido, Harry no era dueño de sí mismo. ¿qué estaba ocurriendo? Y tenía que salir de ahí para avisar a Dumbledore. No era mucho el tiempo que quedaba, y tenía la horrible sensación de que ya estaba sucediendo. Harry pareció reaccionar a su ruego, porque se detuvo, pero todavía le tendía la mano. Sara sentía que su brazo iba a quebrarse si lo contenía. La cicatriz de Harry brillaba furiosamente. De repente, la horrible tensión terminó: entre los Weasley y Hermione habían logrado apartar a Harry de ella, quien ya la había arrinconado. Sara se sintió casi desfallecida, como si hubiera estado peleando para evitar que Harry le arrancara algo tan suyo como su piel. Harry se había desmayado. Sara se levantó y les dijo rápidamente:
- Llévenlo a Grimmauld. Tengo que encontrar a Dumbledore.
Sara desapareció. ¿Dónde buscar a Dumbledore? Si ya estaba teniendo lugar la batalla... ¿aparecerse ahí? No, no después de lo que acababa de pasar. Hogwarts. Iría ahí, y si no estaba le podrían decir donde estaba. Apareció en la oficina del director, y este la miró asombrado:
- ¡Sara! ¿Qué ocurre?
- Es Harry – Sara le contó lo que acababa de ocurrir, y paso seguido su premonición. Dumbledore la miraba gravemente.
- Me alegro que tuvieras el buen sentido de venir a buscarme y no aparecerte en la lucha, es lo que él quería. No perdamos el tiempo. Lo que me dices ya debe estar pasando – como para confirmar sus sospechas en el fuego apareció un mensaje de alerta, Dumbledore ni siquiera lo miró, se dirigió a su armario y sacó dos botellas de poción de este – quiero que te tomes esto, y luego por los polvos flu viajes directo a Grimmauld y te quedes ahí. Dale esto a Harry –le tendió la otra botella- y espera noticias nuestras. Mándame a Lupin cuando llegues.
- ¿Qué es esto? – le preguntó Sara viendo lo que se suponía debía beber.
- Sara, no tenemos tiempo.
- ¡Usted encerró a mi padre un año para evitar que encontrara a mi madre y la trajera de vuelta! Si va a hacerme algo a mi, me gustaría saberlo.
- ¿Cómo sabes que…? Después hablaremos de eso. Eso es tu poción inhibidora mejorada. Te quitará tus poderes y te convertirá en muggle por un día.
- ¿Qué? – Sara lo miró sorprendida.
- Es por el bien de Harry. Voldemort quiere tus poderes y hoy está trabajando es eso, y trató de tomarlos a través de Harry. Si no los tienes, no habrá peligro ni para él ni para ti.
Bien – Sara se tomó de un trago la poción. De verdad era mucho más fuerte de la que acostumbraba tomar, pues sintió como la dejaban todas las fuerzas- ¿les digo a los Weasley?
- Será lo mejor.
Sara tomó los polvos flu y se apareció en Grimmauld. Los Weasley ya estaban ahí con Harry.
- ¡Sara! ¿Qué pasa? – le preguntaron la verla llegar – ¿por qué usaste la red de polvos flu?
- ¿Cómo está Harry? – preguntó antes de contestar- ¿dónde está Lupin? Ya les explicaré todo.
- Arriba, con Harry.
Sara subió rápidamente las gradas hasta el cuarto de los chicos. Entró y se sentó junto a Harry en la cama. Lupin la miró asombrado:
- Sara, ¿qué haces aquí? Podría ser peligroso…
- No tenemos tiempo. Tranquilo, Dumbledore quiere que vayas con él ya. Tengo que darle de beber esto a Harry.
Los tres Weasley y Hermione habían entrado tras ella.
- ¿Qué sucede?
- Hay un ataque. Algunos duendes y gnomos se aliaron a Voldemort.
Todos se llevaron las manos a la boca asustados.
- Están atacando Gringotts.
¿Qué les pareció? Espero que lo hayan disfrutado… y espero sus comentarios con ansias.
El siguiente chap ¡El 40 ya, no lo puedo creer! Se llama Andrómeda Black y Nymphadora Tonks.
Respondo los reviews:
Andrea: ¡Hola! Pues a mi Fleur siempre me ha caido mal, me alegra que te gustara el ataque, es el primero y no es mi favorito la verdad. La vidente era necesaria porque era la primera predicción que aparece pero pon atención a lo que ella dice… ¿realmente crees que puedan ser Sirius o Sara? ¡Nos vemos!
ArwenWood: Me alegra que te parezca interesante, espero que sigas leyendo!
Valeska: ¡Hola! Estás de vuelta! Que bien! ¿Cómo estás? Gracias por la felicitaciones. Sí, lo del ascenso de la oscuridad, como se llama esta cuarta parte es en serio, se pone todo mucho más oscuro. La parte de reventar órganos me gustó ponerla porque se ve como Sara no tiene problema para seguir su papel. Lo de Sara Black, bueno, los Delacour a mi me caen mal, ¿así que lo prefieres con Fleur? Que interesante… ¡Espero verte por aquí pronto!
Lil Evans: ¡Hola! Me alegra que te haya gustado lo que les dice Bill, me llevó mi rato pensarlo. Lo de su cortan o no, bueno, ya viste el chap. A mi también me parece la familia Weasley demasiado para la chica veela. ¡Besos!
Andrea: ¡Hola amiga! Qué poco nos estamos viendo, casi no puedo entrar al MSN, espero que todo esté bien. ¿Te cae bien Fleur? Yo no la soporto. Me alegra que te gustara el ataque, aunque en mi opinión no es el mejor de la historia. Pues déjame decirte que no acertaste con lo de la predicción de Vee… ¡Nos vemos!
Emma Frost: ¡Hola! Me alegra que te gustara tanto el chap. A mi me cae major Tonks, aunque no tanto como la pongo yo, sino en las historias de mi hermana, donde esa chica tiene un carácter muy... Black. Lo del ataque, que bien que te gustara, y ups! me descubriste, me fascina nuestro querido hombre lobo, es mi favorito después de Sirius. Pues lo de los ojos de Vee… depende de cómo te la imagines. Yo me la imagino con unos ojos tan oscuros y vacíos que es como si no tuviera. Lo de la imperius ¿lo descubriste? Ok, me alegra ver que pones tanta atención a la historia. Si, los cacharros muggles son de lo peor ¬¬. Espero que te haya ido bien en el inicio de clases…
Trixi Black: ¡Hola amiga! Al menos ya te arreglaron la Internet… Claro que debería estar muerto Peter, pero se me desarmaba un poco la historia, ¿no crees? A ver, esos celos con la novia del pobre Remus… que lo he dejado más sólo que la una… Fleur se quedó porque ella sí quiere a Bill. Vamos a ver lo de Fleur y Krum. Tal vez y te concienta. Nos vemos!
Angie Crowe: ¡Hola! Gracias por dejar el review, es bueno saber que segues leyendo, entiendo la falta de tiempo, yo estoy que no doy a basto. A mi me gusta mucho la parte de Sara convenciendo a Snape, sobre todo por lo que pasa en este chap. Pues tendrás que aguantar a Fleur un poco más, paciencia… saludos desde Costa Rica!
Bella Blackvad: ¡Hola! ¡Qué superreview! Trataré de contestarlo lo mejor posible a pesar dela prisa. Pues a mi en la U también me esclavizan montones, creí que no iba a poder publicar pero aquí estoy, robándole unos minutos a mi sueño… Ya Sara hizo lo que debía con Regulus, es un Black, así que no podía dejarlo por fuera. Sara Parker es genial, a mi me encanta describir lo sin asco que es para hacer las torturas porque en realidad no le importan ya que no las hace por gusto pero tienen un significado para ella. La escala me pareció lo mejor que se me podía ocurrir. Que vamos, esta chica no es buena, pero no es tan mala tampoco. Los remordimientos de Snape… bueno, ya viste qué pasó con ellos. Me encantan las conversaciones con Remus. Es que le tengo cariño al licántropo… igual que Sara. Sobre lo del pelo de Sara Parker, no, es de pelo negro desde el primer chap. Si quieres ve al primer capítulo, cuando James se está burlando de Sirius la describe. De hecho a veces pienso en que ella debería de ser castaña, pero no, tiene el pelo negro. Sólo que Sara Black lo heredó con el tono de Sirius.Capítulo 38. Tienes razón, este es el primero de los encuentros entre los Potter y Longbottom contra Voldemort. Me alegra que te gustara la batalla. Peter estaba ahí porque sí, pero aún no se va a unir a los mortífagos. Hay un capítulo en especial para eso. Claro que Sara Parker es leal a sus afectos, el problema es que no tiene muchos y mientras ellos estén bien los demás le importan poco. A mi me encanta poner celosa a la asesina esa de Bellatrix, y me alegra que te gustara la vidente. Pensé en conservarla más tiempo, pero la verdad me habría enredado mucho las cosas.¡Me encanta ver como has pensado la Profecía de Vee! Me alegra porque es muy importante en la historia, y la verdad has andado cerca un poco, pero toma muy en cuenta la respuesta de Vee: "el Black que menos se espera". Tal vez no sea en realidad quien menos se espera en este momento de la historia, pero más adelante quien sabe. Vas bien en las predicciones, cuando tengas más información tal vez lo descifres. El hechizo inconsius es de mis favoritos, ya verás como lo usa Sara de nuevo y lo que puede provocar… Draco saldrá de nuevo pronto, ya verás, ten paciencia, y lo suyo se va descubriendo a poquitos porque es muy importante.Sé que Sirius está saliendo poco, lo siento en serio, pero es que la historia está del lado de Sara Parker. Ya en el próximo capítulo vuelve a aparecer.No me enojan tus reviews nunca, tranquila, pero me lleva mi rato contestarlos, espero que no te moleste que los conteste con tantas prisas. Gracias por seguir siempre la historia. Entiendo esa falta de tiempo, a mi también me pasa. Nos vemos!
Julileta Black Potter: ¡Hola! Qué bien que estás de vuelta. Me alegra que te gustara el chap, gracias por el review. Entiendo lo de los exámenes, a mi me pasa a menudo. ¡Besos!
AriadnaCreta: acabo de encontrar tu review. Gracias, pero te lo contesto en el siguiente chap, porque si no no puedo publicar ahora... ¡Nos vemos!
¡Saludos desde Costa Rica!
Sara Fénix Black
