Hola a todos!!!!!!!
Ya oficialmente en vacaciones, perdón por no publicar ayer, pero es que andaba de compras (ya saben, Navidad, Navidad, Blanca Navidad…)
Aquí está el siguiente chap, también es un poco corto… pero espero que se entiendan algunas cosas. Como veo que hay cosas que no quedan claras pueden preguntarme en los reviews o agregarme al MSN y yo contestaré sus dudas…
Los personajes no me pertenecen (¡los que reconocen de los libros, Sara, Honey y cía son míos!)
Les tengo una buena noticia. Todos parecen sentir que llegamos al final, y es cierto, quedan después de este dos capítulos para terminar la cuarta parte, PERO aún falta toda la quinta parte, así que hay historia para rato. El segundo giro de la historia es lo que permitirá que eso suceda.
Lo que sí quiero preguntarles es qué día quieren que publique el final de la cuarta parte, porque según lo que hemos venido haciendo de publicar viernes sería el 24 de diciembre, y ya sé que todos estaremos en otra cosa ese día, así que había pensado publicar el 21 ó 22. Díganme si les parece bien. Luego acordamos cuando empiezo la quinta parte, porque tocaría 31 de diciembre…
Ya dejo de molestarlos con la fechas y los dejo con el chap.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
La confederación internacional de magos
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Había sacado sólo dos cosas en claro: estaba embarazada y Dumbledore la había separado todo ese tiempo de Sirius por miedo a que aquello sucediera. Dumbledore se había metido en su vida de esa manera, había tratado de cambiar el destino a sabiendas de que eso traería cosas malas sobre ella y Sirius, y no le había importado.
Sara conocía ese lado de Dumbledore: nada era más importante que la lucha contra Voldemort, ni siquiera la vida y la felicidad de Sara y Sirius.
¡Estúpido! Todo lo que había ocurrido era su culpa: ¡los centauros lo habían dicho! Tras que él decidiera hacer eso se había definido todo aquello que Sara no entendía para nada. Sólo entendía que él era el culpable de todo. Y entonces se dio cuenta de que nunca antes había odiado realmente a alguien como odiaba a Dumbledore.
Luego pensó en su hija, y su humor no mejoró. ¡Una niña, una niña! Ella que odiaba los bebés. Y además, una niña que nunca conocería a su padre... ¡Maldito Dumbledore! Era su culpa también que la niña no tuviera padre...
Sirius era bueno con los niños, recordó al bebé Potter, Sirius era genial con él. ¡Cómo habría sido con la niña! Pero bueno, era una tontería lo que Dumbledore había hecho, si se lo hubiera preguntado ella le habría dicho que no podía haber hombre más perfecto para ser el padre de la emperatriz de las fénix que Sirius Black.
Pero era la sangre de los Black… lo había entendido desde que había visto a Draco Malfoy. ¿Era realmente eso? ¿Sabía Dumbledore que…? ¿Y tenía que ver todo eso de la sangre con la ya lejana y casi olvidada ambigua predicción de Vee?
Tenía que ver a Dumbledore. No entendía casi nada, pero sabía que tenía que verlo. Tenía que decirle que estaba embarazada, quería ver su rostro al ver que su peor temor era verdad pero sobre todo, alguien tenía que decirle a Sirius que iba a ser padre. Y la premonición… no entendía nada, nada… Sara sentía que su mente tenía demasiadas cosas encima en ese momento, y tenía la horrible sensación de que no iba a poder manejarlas todas.
Cuando llegó a Hogwarts entró disimuladamente y fue prácticamente un milagro que nadie la viera llegar a la oficina de Dumbledore.
- Sara, que gusto verte – le dijo Dumbledore con una sonrisa- vi a tu novio hoy en la mañana...
Sara se quedó cortada un momento, ¿había visto a Sirius? Pero Dumbledore no pudo evitar experimentar sorpresa al ver que la Sara que tenía al frente no era ya ni la sombra de lo que había sido la que conocía, ni la que había hablado con él dos semanas antes. La belleza que antes irradiaba había desaparecido de repente. No había perdido ninguno de sus atributos físicos, pero aquella aura que antes parecía envolverla se había esfumado, como una flor cuando empieza a marchitarse. Ya no parecía una mujer joven, más bien una mujer madura, a quien la vida no había tratado nada bien. Todo rastro de vitalidad la había abandonado, su mirada antes tan penetrante era vaga e indefinida, con la sombra de dolor y locura en el fondo que Dumbledore sólo había visto en los prisioneros de Azkaban. La mirada que había esperado encontrar en Sirius Black, y que estaba totalmente ausente en los ojos azules que lo habían visto con mezclado dolor y alegría decir que Sara no podía salvarlo.
- ¿Qué haces aquí? –le preguntó Dumbledore al tiempo que perdía su sonrisa, pero con tranquilidad – ya salió la orden de exilio contra ti. Debes agradecer el espíritu egoísta del Wizengamot que decidió que lo que le interesa es sólo la seguridad del Mundo Mágico y a mis declaraciones de tus pérdidas de poder.
- No me interesa la orden de exilio. Me voy hoy por mi propia decisión. Vine sólo para decirle que aparte de meter a un hombre inocente en la cárcel, dejó a una niña sin padre. Llevo en mi seno a la hija de Sirius Black.
Dumbledore la miró impresionado, no podía creer lo que la chica le decía.
- ¡¿No es eso lo que tanto miedo le daba?! – le gritó Sara dejándose llevar por la cólera- ¡¿no es por eso que se encargó de echar a perder mi vida y la de Sirius?! ¡Tan simple que hubiera sido decirme lo que pasaba! Y yo se lo hubiera dicho, ¡yo le hubiera dicho que Sirius Black era el único hombre que yo podía amar, el único que podía ser el hombre correcto, el elegido, la sangre para la Emperatriz de las Fénix! Yo le hubiera dicho que no pensaba quedarme embarazada en el colegio, yo le hubiera dicho ¡que no era asunto suyo!
- Sara...
La chica gritaba fuera de sí, acompañando de sus palabras de exagerados gestos con las manos y la cabeza, que hicieron que su cabello cayera desordenadamente sobre su cara, aumentando su aspecto de total trastorno.
- ¡Si usted no hubiera hecho nada tal vez las cosas hubieran sido distintas, tal vez las cosas entre Sirius y yo no hubieran llegado a tanto, tal vez hubiera desaparecido por si solo, o tal vez sus temores se hubieran visto confirmados, y la niña hubiera nacido hace mucho y para cuando llegara el momento de la verdad estaría lista para enfrentarlo!
- Tuve mis razones para intervenir.
- ¡¿Voldemort?! ¡¿Esas eran sus razones?! No le molestó que me fuera con él, Sirius me lo dijo, me dijo que usted no se interesó en buscarme.
- Era más seguro que estuvieras con él.
- ¡¿Y que tal si hubiera tenido una hija suya?!
- No lo habrías hecho –le dijo Dumbledore mirándola sorprendido- aunque creas que te abandoné toda tu niñez te vigilé muy de cerca, y te conozco. Amabas a Sirius y sólo a él te habrías entregado.
- ¡¿Y no le importaba que yo mientras tanto hiciera estragos y ayudara a Voldemort?!
- El remedio no podía ser peor que la enfermedad...
- ¡¿Y si hubiera sido otro?! ¡¿Sino hubiera sido Sirius?! ¡¿Habría hecho lo mismo?!
- No lo sé – dijo sinceramente Dumbledore- pero mira la familia Black. Te dije una vez que no tenía nada contra el chico, y es cierto, es lo mejor que podía encontrar en la familia, pero su sangre lo llevaba todo, y su sangre es de lo que tenía que cuidar. Una familia maldita para que nunca llegara a la felicidad, una familia que traía en su sangre un terrible destino, una familia de magos tenebrosos y crueles. Tu misma los conociste. Yo siempre he dicho que las personas valen por lo que son por si mismas y no por nacimiento, pero es un hecho que la sangre igual lo lleva todo, y no es la sangre que pueda inclinar favorablemente la balanza.
- ¡¿Por qué?! – le gritó Sara- además, la sangre no le dice a ella, sino ella a la sangre.
- ¿Qué dijiste? – le preguntó Dumbledore sin entender y Sara se llevó las manos a la boca asustada de lo que acababa de decir. Era algo que habían dicho los centauros, ahora tenía un sentido. Esperaba que todo fuera tomando sentido. Se le aclaró un poco más la cabeza.
- No importa – dijo Sara - ¿qué lo hace creer que no es la apropiada?
Dumbledore no dijo nada, pero Sara vio como su mirada se dirigió por un microsegundo a un libro que tenía sobre un estante al lado de la mesa. Sara lo miró. En la portada decía: "La leyenda del fuego: la magia y el destino de los fénix" por Ronald Benamburg.
- ¿Qué es esto? – preguntó Sara asombrada.
- No es nada importante – mintió Dumbledore- pero no te hagas la sorprendida, ya lo has visto antes.
- No – dijo Sara sinceramente.
- ¿Me vas a decir que Voldemort nunca te enseñó el original?
- Benamburg... – repitió Sara pasando la mano sobre el nombre impreso, recordando. Voldemort lo había mencionado.
- Claro que sí lo has visto – continuó Dumbledore entendiendo mal la expresión del rostro de Sara- y por eso sabes crees que con venir a decirme eso vas a lograr algo. ¿Qué quieres decirme? ¿Qué la niña fue concebida la noche que se supone que Sirius entregó a los Potter?
- ¿Quiere decir que no me cree? – le dijo Sara sobresaltada.
- Claro que no. Está bien que estoy algo viejo, y que fue un error tal vez el meterme entre ustedes dos, pero no voy a dejar que uses mi culpa y mis miedos para hacerme liberar a Sirius. Estás desesperada y trastornada, lo entiendo, pero mañana deberás estar fuera del país, y sabes que Sirius...
- ¡DEJE DE HABLAR DE SIRIUS! – le gritó Sara de repente al entender otra parte mayor de lo que había visto y sentido en su premonición- óigame bien Dumbledore, un día se arrepentirá de esto, de no haberme creído. Un día tendrá que hacerse cargo de mi hija y maldecirá el día que no quiso creerme cuando yo vine voluntariamente. Un día se dará cuenta de que verdaderamente mandó a un hombre inocente a la cárcel y que lo único que lo hace desear tan desesperadamente que permanezca ahí es el hecho de que sabe que ahí no puedo alcanzarlo. Su error lo herirá a usted también, y tendrá que enfrentarse con todo de nuevo. ¿Me exilian del mundo mágico? Ya renuncio yo voluntariamente – Sara levantó su varita frente a él y la quebró en dos, tirando los pedazos al suelo – sólo recuerde esto: cuando conozca a mi hija, no le haga lo que me hizo a mi. La conocerá porque será una Black como no ha habido ninguna, será una fiel hija de su padre y ya me encargaré yo de que la sangre Black sea su mayor orgullo y su más grande cariño. Espero que nuestros caminos no se crucen nunca más, pero si así es, quiero ver su expresión al saber que yo le dije la verdad, y usted, el gran Albus Dumbledore, no me creyó y cometió el error más grande de su vida.
Sara tomó el libro de Benamburg y desapareció.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
- ¿Es aquí? –preguntó Ginny con desconfianza. Estaban ante un edificio blanco y alto que recordaba ligeramente el exterior de Gringgots. El gran reloj tocó las once de la mañana.
- Sí –afirmó Sara- tuve que venir para que aprobaran mi entrada al colegio.
- ¿Y cómo se supone que vamos a entrar?
Las primeras puertas las cruzaron sin dificultad, la sola presencia de Sara parecía conferirles ciertos derechos, hasta que llegaron a la entrada del ala donde estaba la reunión.
- Lo siento, pero no se permiten simples civiles en esta área.
Un mago de seguridad gordo y de aspecto poco listo los detuvo con esa frase.
- Es de vital importancia que entremos –trató de explicarle Sara- tenemos noticias importantísimas para ellos…
- No pueden pasar sin una autorización. Se está debatiendo el caso del ataque a la señorita Sara Black.
- ¡Yo soy Sara Black! –le gritó Sara, quien empezaba a encolerizarse, mientras las explicaciones de Hermione tampoco convencían al guarda.
- Creo que hay aquí un pequeño mal entendido –dijo Draco tomando a Sara por la muñeca para evitar que lo atacara- ¿podría hablar con usted unos minutos?
Draco llevó al guarda aparte, mientras el grupo se veía entre sí preguntándose que planeaba Malfoy. Sara, cuya paciencia iba en detrimento vio cómo Draco con mucha destreza se metía una mano en el bolsillo y luego la deslizaba disimuladamente por la mano del guarda.
- Claro, pueden pasar, como el señor Malfoy dijo todo era un pequeño mal entendido…
Sara le sonrió hipócritamente sin disimulo y siguió su camino a paso firme, sin perder de vista la jaula en manos de Ron.
- Tenemos que entrar en el balcón de Dumbledore ahora –dijo Draco mirando hacia atrás- lo mejor sería que algunos se quedaran en la parte del público, se supone que es restringido, pero una vez dentro… Sara debe ir con Dumbledore, Potter debería acompañarla, como parte de la acusación. Y Weasley parece pegado a esa rata, así que creo que con ustedes tres bastan.
- ¿Y tú?
- Soy el acusado, ¿no? No puedo entrar.
- ¿Qué hacen aquí? –preguntó una voz gruesa sobresaltándolos. Otro guardia, de aspecto mucho más formal e irascible que el anterior les cortó el paso.
- Nosotros…– trató de explicar Sara, pero el hombre la interrumpió bruscamente.
- Nada, fuera.
- Pero… –reclamó Sara.
- ¡Largo de aquí! ¡Seguridad! – exclamó el guardia levantando la varita.
- ¿Pero que sucede aquí? –dijo en tono fuerte pero sin necesidad de gritar una voz joven y autoritaria que luego cambió a un tono dulce y sorprendido para gritar - ¡DRACO!
El mencionado se volvió rápidamente.
- ¿Honey? – la muchacha, preciosa como siempre se acercó a ellos mirando con furia contenida al guarda que los estaba echando.
- Nelsen, déjelos en paz. –dijo en tono imperativo y lleno de dignidad- ¿No tiene trabajo que hacer?
- Pero el señor ministro… –intentó replicar el hombre, pero Honey lo interrumpió con firmeza.
- … se enojaría mucho si le digo que usted ha molestado a mis amigos. Ahora, si nos disculpa. Síganme chicos.
Honey empezó a caminar son poner la más mínima atención a Nelsen, y llevó a los chicos a un salón aparte.
- ¿Qué sucede? –les preguntó apremiante- ¿qué están haciendo aquí?
- Es muy largo de contar –le contestó Draco- pero necesitamos entrar urgentemente a esa sala.
- Al menos Sara sí –dijo Honey volviéndose a la aludida- en estos momentos la comisión que se encargó de la investigación de tu ataque está presentando su caso, y Draco no está quedando muy bien. La exposición de Arya fue muy clara.
- ¿Arya? –preguntó Sara sin entender.
- Está en la investigación –le aclaró Hermione.
- Pero ¿tú no estabas inconsciente? –preguntó Honey de repente mirando a Sara fijamente.
- Sí –dijo Sara sonriendo –pero no importa. Mira, ¿puedes meterme al balcón de Dumbledore?
- Claro –dijo Honey- se conecta directamente con el de mi padre. Pero, necesito una razón para hacerlo.
Los chicos se miraron entre sí. ¿Qué le iban a decir? Harry tomó la iniciativa.
- Sara tiene que declarar lo que sucedió realmente en el ataque.
- Pero ¿y todos vosotros? –preguntó Honey señalándolos incrédulamente, y luego reparando en la rata- ¿y eso?
Sara miró el reloj con impaciencia y exclamó:
- Vengo a declarar frente a toda la comunidad mágica quien es mi padre. ¿Eso te vale?
Todos miraron a Sara, que se volvió a Draco:
- Tú puedes explicárselo mientras entramos…
- Honey, por favor –le dijo Draco con un gesto de ruego
- Vale –dijo la chica- Alterarán el orden del día, pero se supone que tú estás inconsciente… estando conciente lo lógico es que te dejen hablar… De acuerdo, los meteré, pero un balcón no es buena idea. Pueden interrumpirte. ¿qué te parece el salón principal? –sonrió ante la sorpresa en la cara de los chicos – Síganme.
Sara no podía creer la suerte con la que habían topado. Honey realmente era una bendición aunque prefiriera negarlo. La vieron discutir con el guarda de seguridad.
-Pero señorita Fudge, no puedo…
-El ministro de Inglaterra lo ha autorizado –dijo Honey en tono firme- Sara Black está conciente y debe testificar.
-Pero vienen muchos con ella y…
-¿Quiere que le diga a mi padre que usted no quiso obedecer una orden expresa?
El guarda trató de discutir un poco más, pero finalmente los dejó entrar. Honey los dejó para ir a informar a su padre que él era quien había aprobado la entrada de los chicos al salón.
Una mujer que no conocía (pero supuso era la recién nombrada Arya) estaba en el centro del salón hablando, y tras ella estaban una enfuruñada Tonks y un satisfecho Moody. Sin embargo, la mujer se cayó cuando toda la atención del lugar se centró en Sara. Se dio una explosión de murmullos.
- La Comisión Internacional de Magos solicita una explicación –dijo una voz grave perteneciente al presidente de la confederación. Un mago alto, canoso de aspecto respetable.
- Vengo a declarar lo que sucedió, señor Herstein –dijo Sara en voz alta y clara- Draco Malfoy no me atacó. Recuerdo perfectamente haberlo escuchado salir.
- Pero, señorita Black, preferiría que empezara por decir cómo se recuperó tan milagrosamente.
- Los detalles de mi curación –dijo Sara con una sonrisa diplomática- prefiero dejarlos para otro momento, cuando estoy aquí para presentar a mi agresor. Ronald, por favor.
Ron la miró nervioso y se acercó a ella extendiéndole la jaula.
- Señorita, ¿trata de burlarse de esta Comisión? –preguntó el mago Herstein indignado.
- Trato, señor presidente, de presentarle a mi agresor. Un mago, un animago –recalcó- llamado Peter Pettigrew.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
¡Y se terminó! Vale, ya sé que esta corto, pero si vamos a correr la fecha de publicación del 24 podemos correr el otro viernes y verán lo que pasa más pronto. La historia lo necesita. El próximo chap se llama "La legítima heredera de los Black" ¿les suena?
Bueno, además quiero darles muchas gracias por sus reviews, espero sus comentarios sobre este capítulo también. Contesto sus reviews de la vez pasada, y si tienen alguna confusión sobre las dos veces que se le reveló el destino a Sara P revisen la respuesta a Bella Blackvad, creo que ahí quedó bien explicado, sino, me preguntan de nuevo…
Bella Blackvad: El destino se reveló la primera vez después del segundo encuentro con Sirius tras la juramentación de mortífaga, ¿recuerdas que habla con Snape y luego al tomar el zafiro tiene una premonición? A partir de esa es que decide alejarse del todo de Sirius y convertirse en la mortífaga perfecta. Esa premonición le habla precisamente de la profecía que Dumbledore conoce sobre Harry (ya sabes, la de JK en el quinto libro), pero Sara la conoce más amplia aún. La segunda fue precisamente este recuerdo de los centauros y las otras imágenes que ella vio. Pues si debe ser raro que te digan así, pero después de saber que estás embarazada… y la emperatriz… pues sí, tienes razón. Me alegra que te gustara la revelación del destino, yo también creo que eligió bien la sangre… pero hay que ver como inclina Sara B la balanza al final… En lo de Sara B también Draco fue un llamado a la razón, no sólo Hermione, sé que no está pasando mucho de ese lado, pero es que es muy importante lo que pasa en poco tiempo y tiene que coincidir con todo lo que pasa al otro lado… Me alegra que te gusten los songfics, a mi me encanta hacerlos… ¡si hasta tengo una historia que es sólo de songfic! Aún hay historia para rato, ya casi acaba la cuarta parte, pero falta toda la quinta, que aún no he acabado de escribir, pero es larga… Y tienes razón con lo de Dumbledore sí… como lo odio!!!!!
Ariadna Creta: ¡MUUUUUUY BIEEEEEN! Yo no lo habría explicado mejor. Esa es básicamente la razón de Dumbledore, con otra más que se verá más adelante, pero está muy relacionada. Gracias por la sugerencia, pero ya ves que se portaron muy bien para la ocasión, aunque claro, de no ser por Honey no habrían entrado nunca. Me alegra que te gustar la imagen del bosque. Hablamos en el MSN. Bye.
Strega-in-progress: Espero que vayas estando mejor de tiempo, y gracias por las felicitaciones. Espero que te guste este chap también. Bye!
Andrea: Hola beta!!!!!! Gracias, sí, tengo que darte el chap que sigue, pero es que estos días estoy muy inspirada con Esa chica es mía, jeje… pronto te lo pasaré. Espero que de verdad estés terminando ya el 6 que quiero saber que pasa, y quiero leer el songfic!!!!!!!
Seika: Gracias por los ánimos. Me alegra que te gustaran los chaps, lo de Sara y Draco, bueno, la chica no se quería dejar… Espero que no te enredes demasiado, puedes dejarme tus dudas y yo trataré de aclararlas. Recomendarte autores puedo, pero no sé que tipos de historias te gustan. Entra a mis autores favoritos, no quiero ser injusta dejando algunos buenos por fuera. Puedo decirte que si te gustan las historias de Snape mi hermana tiene cuatro muy buenas, dos one shots, una terminada y una en proceso. Ella es amsp14. También de Snape son muy buenas las de strega-in-progress y Prue Halliwell Snape. De Sirius y el resto de los merodeadores en general SpaceKitty04, Nariko2, Laurana-Malfoy-Rin (¡aunque ella tiene de todos y muy buenos!), Sílice-Black (si te gusta la comedia es de lo mejor), Leo Black Le Fay, Syringen (suspenso, profecías, mucho LJ…), Hermione Weasley 86 (genial con historias época merodeadores), Rubymoon-Faith (está empezando una muy buena de Sirius), Eli 3600 (una sobre Remus y su hija)… Si te gustan de la generación de Harry… Carmele es muy buena en DG, Aiosami en HHg, Tanina Potter en HR, Laurana tiene buenos HrD… en lo que sí no puedo recomendarte es en slash porque no leo, aunque creo que Tanina tiene uno y Prue Halliwell varios. Visita mis autores favoritos y mis historias favoritas, ahí hay de todo. Ah, y mis historias también son varias ;-).
Dani: Me alegra que te gustaran las recomendaciones y esa chica es mía. De esa voy a actualizar mucho estos días porque tengo un chap para Navidad y quiero publicarlo en la época, pero todavía faltan chaps para llegar. Sobre lo de las profecías, sí es por lo que dices que le dejó el diario (¡Bien!) y lo de no hacerse cargo de Sara pues andas muy cerca… pronto se acabará de ver eso.
Amsp14: Hola!!!!! Cuando quieras te ayudo en el tuyo, la cuestión es que lo sigas, ahora después del 13 ya te encargaras de él verdad??? Bueno, nos vemos.
La Hija Del Viento: Hola! Espero que puedas leerlas después con calma… me alegra que te guste que atraparan a la rata. Ahora llega la hora de la verdad…
Laurana-Malfoy-Rin: bueno, espero que con la conversación del otro día te quedara todo mucho más claro. Lo de la rata no es una trampa en un inicio, pero termina convirtiéndose en algo así. Honey es buena, buena y dulce como su nombre, pero con un carácter de los once mil diablos si la contradicen. Lo de las profecías… no sé, sólo empecé a escribir, y así quedaron. Nos vemos.
Bueno, eso es todo por hoy.
Saludos desde Costa Rica
Sara Fénix Black.
