¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡HOLA!!!!!!!!!!!!!!!!

¡Ya estoy de vuelta! Hoy sí que publiqué a tiempo, espero que les guste el capítulo, es de mis favoritos. Es el penúltimo capítulo de la cuarta parte, no puedo creerlo… No los atraso más porque los dejé en una parte muy intensa. Adelante y disfrútenlo.


La legítima heredera de los Black


Estaba sola, completamente sola y desorientada. No sabía que hacer o adonde ir. Tenía que dejar el país y no tenía un centavo. Iba a tener una niña excepcional que no tenía la menor idea de cómo criar y no iba a tener ningún apoyo en el proceso. No iba a volver a ver al amor de su vida e iba a tener que viajar a un rumbo desconocido. Se sentía enferma y estaba conciente de que estaba a punto de perder la razón, pues mil descabelladas ideas se enredaban en su cabeza sin sentido.

Necesitaba ayuda. ¿Pero de quien? No podía buscar a Snape, no ahora. No podría resistirlo. Si Dumbledore no quería creer lo de la niña nadie más lo sabría. Tenía que protegerla. Si se sabía de la niña y Voldemort volvía no tardaría en lanzarse a su caza. No, no iba a decírselo a nadie, y si veía a Snape se lo diría, y sabía que él no la dejaría sola. Pero tenía que irse, y no quería meterlo a él en todo ese enredo. Pero si no era él. ¿Quién? Alice no podía ya hacer nada por ella, y aunque hubiese podido no lo hubiera hecho.

De repente tuvo una idea. ¿La ayudaría? Después de todo ella la había ayudado varias veces antes. Pero no sabía si era buena idea acercarse a él ahora que sabía que estaba embarazada. Era un peligro, una amenaza... o tal vez...

Una idea se perfiló claro en la mente de Sara. A sabiendas de que le quedaban pocos poderes y que iba a necesitarlos realizó el viaje de la manera más muggle que pudo. Ya de noche se encontró frente a la imponente mansión de los Malfoy.

- ¿Sara Parker? ¿Qué haces aquí? – le preguntó Narcisa al ser anunciada por Dobby, su elfo doméstico.

- Necesito tu ayuda – le dijo Sara olvidándose de utilizar su tono autoritario y de superioridad que solía usar. Se sentía mal de nuevo, de hecho sentía que podía perder el sentido de un momento a otro.

- Pasa – le dijo Narcisa mirándola asustada y haciéndose a un lado. Sara entró tratando de no tambalearse, pero se encontró con el pequeño Draco Malfoy que caminaba lentamente hacia ella y al verla se sorprendió y se cayó. Era un bebé precioso, pero a Sara simplemente le daba horror.

- ¡Draco! –exclamó Narcisa corriendo hacia él y alzándolo – Dobby – llamó a su elfo doméstico que apareció de inmediato- llévate a Draco a su cuarto de juegos.

Una vez que el elfo desapareció con el bebé Sara suspiró aliviada y Narcisa fue a su lado.

- Tranquila. Aún no hace más que lanzar chispas por la punta de las varitas que llegan a sus manos.

- No necesita una varita – dijo Sara recelosa – pero ya sé que está muy pequeño. Es sólo que no puedo evitar un escalofrío de pensar...

- ¿Qué sucede?

- ¿Está Malfoy?

- No, está en Noruega, decidió irse mientras las cosas se calmaban.

- Bien – dijo Sara- necesito recostarme.

- Vamos a mi cuarto.

Sara no podía creer lo bien que se estaba portando Narcisa con ella. Mandó a su elfo a hacerle un té y no le pidió ninguna explicación hasta el día siguiente, cuando Sara amaneció con mucho mejor aspecto.

- Ya salió una orden de exilio contra ti – le dijo Narcisa al leer el periódico.

- Lo sé – dijo Sara- por eso necesito tu ayuda. Quiero dejar el país sin que se den cuenta. No quiero que nadie me siga.

- Podemos arreglarlo – dijo Narcisa.

- ¿De verdad vas a ayudarme? –le preguntó Sara indecisa de decirle todo a Narcisa.

- Sí. Tu has hecho mucho por nosotros. Podrías haber dicho lo de Draco...

- No iba a darle a Voldemort otra arma contra mi misma –le dijo Sara quitándose crédito.

- Pero podrías haberlo matado tu misma.

- ¿Para pasarle todo a Lucius? Ni loca.

- ¿Quieres que no te ayude?

- No –dijo Sara sonriendo– es sólo que siempre me dio la impresión de que me odiabas.

- No te tengo más aprecio que tu a mi.

- Creo que es suficiente –dijo Sara sonriendo– necesito que me hagas un grandísimo favor. Supongo que sabes que las cuentas de las personas que están siendo investigadas se cierran para su propio acceso, pero otras personas relacionadas o de alguna forma autorizadas pueden hacerlo.

- Sí.

- Necesito que me saques la mitad del dinero de mi cámara de Gringotts y lo cambies en dinero muggle y dejes sólo una tercera parte en oro y joyas.

- Bien.

- Y necesito esta lista de ingredientes en bastante cantidad.

- ¿Bastante?

- Sí, como para hacer una poción con esos ingredientes a diario por unos cinco años.

- Eso es mucho – dijo Narcisa asombrada - ¿nada más?

- Anoche no podía dormir e hice una lista de cosas, aquí está – le dijo Sara tendiéndole un papel.

- Bien. Iré yo misma a buscarlo todo –dijo Narcisa levantándose- quédate y descansa. No te ves nada bien.

- Claro.

- ¿Puedo preguntarte que tienes?

Sara la miró con detenimiento. Si pensaba llevar a cabo su plan era buena idea decírselo...

- Cuando vengas te lo diré, pero es un secreto.

- De acuerdo.

Sara pasó el día en la casa Malfoy, descansando y reuniendo fuerzas para lo que quería hacer. Estuvo leyendo el libro de Benamburg, y las cosas que fue descubriendo la dejaron atónita, aunque muchas de esas cosas, por más interesantes e impresionantes que fueran no eran ni mucho menos útiles. Sin embargo, llegó a un título que llamó poderosamente su atención. ¿Por qué mencionaba a los Black ese libro? Sara se estremeció al leer lo que estaba bajo el título. Recordaba una sola vez que Sirius mencionara la Maldición de los Black, pero parecía que ahora todo iba a cumplirse, y que su hija estaría a la merced de aquel destino. Pero ¿cómo iba a ser que la Emperatriz fuera liquidada por…? ¡Oh, no! No si ella podía evitarlo. El destino podía decir lo que fuera, pero ella no iba a dejar a su hija ¡a la hija de Sirius a la merced de… ¡oh, claro que no!

Tenía un plan, los centauros habían dicho: "Se te revelará el destino dos veces. Una de ellas, será para que hagas todo lo que te parezca correcto en base a ello. Y otra, para que ayudes a que se cumpla". Recordó a los chicos de su visión. Todo era sobre esos chicos. Y ella tenía que ayudar a que se cumpliera.

Fuera eso así o no, iba a llevar a cabo su plan.

Cuando Narcisa volvió Sara le comunicó que estaba embarazada.

- ¿Y qué piensas a hacer? – le preguntó Narcisa sin dudarlo un momento.

- Debo irme –dijo Sara- pero sé que mi hija volverá un día, y debo asegurarle un futuro...

- No –Narcisa levantó a su hijo que en esos momentos estaba jugando en el piso a su lado.

- No voy a hacerle daño a tu hijo –le dijo Sara adivinando su pensamiento– sólo me aseguraré de que no pueda hacerle daño a mi hija.

- No puedes –le dijo Narcisa desafiante- sabes que no puedes con él.

- Es cierto, y no planeo nada así. Él también será importante en su momento, no me preguntes cómo o en qué, porque no tengo la menor idea, pero sé que es necesario que él y mi hija lleguen a salvo al momento... bueno, a cierto punto -dijo Sara quien no planeaba decirle todo a Narcisa – creo que puedo limitar su poder contra mi hija.

- ¿Cómo?

- Los dos comparten parte de su sangre –explicó Sara- no pongas esa cara de sorpresa, Sirius es el padre de mi hija.

- ¿Sirius? ¿Mi primo Sirius? ¡Pero si yo creía que era mentira que estuviera con nosotros!

- Es mentira –le dijo Sara sonriendo al pensar que alguien consideraba a Sirius inocente – el cómo y el cuando no vienen al caso, lo que importa es que quiero hacer una marca de sangre entre los dos.

- ¿Qué es eso?

- Es una especie de hechizo que limitaría el poder de Draco....

- ¡No te dejaré convertirlo en un squib!

- No será nada de eso. No puedo limitar un poder tan grande como el suyo. Pero sí puedo ponerle una barrera que él mismo va a fortalecer porque será su sangre quien le dará fuerza.

- ¿Para que no pueda atacar a tu hija?

- De hecho no puedo hacerlo tan exclusivo. Para que no pueda atacar a ningún Black, pero viéndolo detenidamente, no son muchas las opciones: Sirius, Bellatrix, tú y mi hija. Supongo que sabes que Bella mató a Regulus un año antes de la caída de Voldemort. El idiota decidió "echarse atrás"... –Sara rió tristemente, recordando que ella misma le había dado la oportunidad de salirse- Pero básicamente se aplicará a Sara, porque los que quedan dos de ellos en Azkaban de por vida y no creo que quiera atacarte a ti.

- ¿De por vida? Espera a que vuelva Voldemort… –dijo Narcisa. Sara no había pensado en esa posibilidad. Claro, Bellatrix lo había dicho, "los recompensará como a ningún otro..."

- Bueno, ese no es el punto – dijo Sara optando por alejar ese pensamiento de su ya atiborrada cabeza- para hacer el hechizo necesito sangre de un Black.. y ahí entras tu en juego.

- No lo sé –dijo Narcisa mirando a su bebé con aprensión.

- No va a pasarle nada malo – le dijo Sara- después de todo, si siente que le hago daño seré yo la que lleve las de perder.

Horas más tarde Draco dormía profundamente en su cuna, con una pequeña cicatriz en el antebrazo, mientras Narcisa le daba a Sara una poción revitalizadora. El hechizo sin varita la había dejado exhausta.

- Todo estará bien – le dijo Narcisa tranquilizadoramente.

- No – dijo Sara- me faltan cosas por hacer.

- Pronto te sentirás mejor. Sólo necesitas descansar.

- Creo que tienes razón.

Estuvieron unos momentos en silencio, pero muchos pensamientos rondaban en la mente de Sara.

- Narcisa...

- ¿Sí?

- Necesito que me hagas otro favor.

- ¿Qué cosa?

- Cuando me vaya, alguien debe hacerse cargo de los Leithold... su hijo sobre todo. Michael...

- Yo me haré cargo.

- Bien, y dale esto cuando esté grande, por favor. Y otra cosa –Sara le dio el detector de magia y luego tomó la cabeza de Narcisa entre sus manos y con las pocas fuerzas que le quedaban le devolvió ciertos recuerdos que hacía ya unos años le había quitado. Narcisa abrió los ojos asustada y miró a Sara sin entender- ¿te harías cargo de ella también, por favor?

- Claro, Nymphadora estará bien. No te preocupes por ella.

- No la conviertas en una de ustedes.

- No hay problema. ¿Algo más?

- No lo creo, no tengo que pedirte que evites que maten a tu hijo ¿verdad? Si sus poderes pasan a su padre el hechizo que hice se perdería y podría matar a mi hija.

- No, no tienes que pedirme eso –le dijo Narcisa sonriendo.

- Bien.

- Creo que ya casi está todo listo. Hay una salida de ilegales...

- ¿Ilegales?

- No preguntes – le dijo Narcisa- pero son sólo muggles y no se fijarán en ti.

- ¿Cuándo?

- Una semana. Pensé que necesitabas tiempo para recuperarte y acostumbrarte.

- Sí – dijo Sara sonriendo- en realidad estoy bien físicamente hablando. Es mi mente la que está terriblemente... no sé como explicarlo.

- No importa, lo entiendo – le dijo Narcisa – has sufrido demasiadas impresiones y emociones fuertes, más de las que estás lista para soportar. Yo lo he vivido.

- Gracias –le dijo Sara sonriendo- me viene bien la fecha, tengo dos visitas más que hacer antes de irme... ¿No vendrá Malfoy, verdad? No tengo ganas de verle.

- No, no va a venir todavía.

- Sabes que esto es un secreto ¿verdad? ¿Puedes guardarlo?

- Igual que guardo el de mi hijo – le dijo Narcisa solemnemente- ahora descansa, que es lo que necesitas.


Se hizo un silencio sepulcral.

- Señorita Black, Peter Pettigrew…

- Traicionó a los Potter de quien era guardián secreto. Escapó impunemente de Sirius Black el día siguiente de la caída de Lord Voldemort -se dio un estremecimiento general-, matando a doce muggles inocentes en el proceso. Vivió escondido como rata por casi trece años, cuando Sirius Black escapó para darle caza. Entonces tuvo que manifestarse y corrió en búsqueda de su antiguo amo, a quien ayudó a retornar al poder.

- ¡Imposible! –gritaron muchos de los magos.

Sara levantó la vista. El lugar era como un pequeño coliseo. En el centro estaban ella, sus amigos y Arya, Moody y Tonks, que la miraban asombrados. A su alrededor se levantaban los balcones, de los distintos representantes de la Comunidad Mágica Internacional y sobre estos los balcones de público preferencial. La prensa tenía un balcón especial y Sara pudo ver a Jeane Skeeter que escribía rápidamente y con entusiasmo tal que sus gafas parecían a punto de suicidarse.

Dos balcones llamaron poderosamente su atención. En uno Dumbledore la miraba intrigado y tenso, como si esperara que algo estallara en cualquier momento. El otro, era el de Cornelius Fudge, quien la miraba con ira, pero tenía a su lado a Honey, inconfundible en su túnica blanco inmaculado, quien lo sostenía del brazo y le sonreía a Sara. Lucía sorprendida, pero al contrario de su padre, sonreía.

- ¡Silencio! –reclamó el señor Herstein logrando que todos volvieran a la calma- ¿qué posición toman los representantes de Inglaterra ante esto?

- Lo apoyo totalmente –dijo Dumbledore sin dudarlo- tengo el testimonio de tres personas que vieron la manifestación de Peter Pettigrew tras el escape de Sirius Black.

- ¿Señor Fudge?

- Yo… – Sara vio como Honey le clavaba una mirada dura a su padre, muy parecida a la que le había dado al guarda cuando se opuso a sus deseos- creo que debe considerarse la propuesta.

- ¿Si hay testigos, por qué no se presentó el caso antes?

- No teníamos evidencia material -respondió Fudge acaloradamente.

- ¿Cómo se enteró usted de esto? –preguntó aún más serio el presidente.

- Dumbledore nos informó de unos rumores…

- ¿Rumores? –exclamó con furia Harry al lado de Sara- ¡Hermione y yo le dijimos ese mismo día que lo vimos!

- Calma Potter- dijo la voz fría de Draco tras él –no lo eches a perder.

- El señor Potter y su amiga acababan de pasar por una conmoción, no era creíble.

Sara sintió como alguien la jalaba por detrás de su túnica. Se volvió y se encontró con Draco, quien le dijo preocupado.

- Mira al lado de Fudge.

Sara distinguió la figura del señor Steinvorth, con quien había compartido mesa el día del baile. Estaba saliendo del salón.

- Deben darse prisa –dijo Draco- apuesto lo que sea a que va a dar la voz de alerta a su señor.

- Hay que detenerlo -murmuró Sara- Pero…

- Tú –Draco se volvió a Ginny – no estás haciendo nada aquí, no eres testigo de nada.

- Mira… -fue a reclamar la chica.

- Ve por Honey –la interrumpió Draco- Hay que evitar que Steinvorth se comunique con el exterior. Ella te dirá como hacerlo.

Ginny iba a reclamar, pero su mirada se encontró con la de Sara, quien le imploró que hiciese lo que le pedían. Ginny salió sin que nadie que no estuviera en esa planta lo notara.

- …el hecho es que no había pruebas físicas... –estaba diciendo Fudge. Sara lo interrumpió.

- Lamento interrumpir –dijo de forma brusca –pero me parece que el hecho es que ahora las tenemos. Tenemos testigos –señaló a sus amigos- evidencia y acusado –levantó la jaula que tenía en la mano – no veo porqué seguir perdiendo el tiempo.

- Eso no es un acusado, es una rata –dijo un mago de uno de los palcos más bajos.

- Hasta que alguno de ustedes haga los honores… ¿Señor Herstein?

El mago se levantó y dirigió su varita a la rata que Sara acababa de sacar de la jaula.

-¡Morphus!

La rata se transformó de igual forma que Harry, Ron y Hermione la habían visto hacerlo la primera vez. Pronto, un hombrecillo raquítico, de ojos húmedos y poco pelo estuvo tendido en el piso, temblando presa del pánico. Honey lanzó una exclamación, pero una chica pelirroja acababa de llamar su atención por detrás.

Sara apretó los puños, al tiempo que la intensidad de las velas del lugar se incrementaba peligrosamente.

- Levántate de ahí, rata apestosa –le dijo Sara al tiempo que Draco la sostenía por detrás para evitar que cometiera alguna locura.

- ¿Es usted Peter Xavier Pettigrew? –preguntó el señor Herstein.

Pettigrew no dijo nada, temblaba descontroladamente.

- Tal vez necesite un poco de ayuda para hablar... –dijo Sara al tiempo que jugaba con algo que tenía en la mano.

- Deberíamos considerarlo –dijo para su sorpresa un mago sentado a la izquierda del palco de Dumbledore- no podemos esperar que sea sincero…

- ¿Votación para una dosis de Veritaserum? –preguntó Herstein. Se levantaron muchas manos… - adelante.

Un hombre que los chicos reconocieron como Nelsen avanzó con un poco de la sustancia transparente. Pettigrew retrocedió instintivamente, pero chocó con Sara. La chica lo obligó a volverse y a verla directo a los ojos:

- Sabes lo que puedes esperar de mi –le dijo la chica, y sus ojos refulgieron de manera especial.

- Sara –oyó la advertencia a sus espaldas. Sara lo soltó, pero con una sensación muy extraña ¿había dicho ella eso? Peter temblaba aún más que antes y tuvo que tragar la poción.

El señor Herstein repitió su pregunta. Harry y Sara intercambiaron miradas de emoción.

- Sí.

Sara sonrió.

- Se han presentado contra usted los cargos de mortífago, traición, asesinato múltiple, simulación de su muerte para implicar a otra persona, el ataque de Sara Fénix Black en su casa de habitación y ayudar al-que-no-debe-ser-nombrado a retomar su poder. ¿Cómo se declara?

- Culpable.

- ¿Podría explicarse?, por favor. En lo referente a su condición de mortífago.

- Fui reclutado por Sara Fénix Parker y entrenado por ella. Hice mi juramento en condiciones especiales y estuve bajo la amenaza de Sara Fénix Parker para mantenerla informada de lo acontecido con Sirius Black, al tiempo que informaba al Señor Oscuro de lo acontecido en la Orden del Fénix.

Sara miró a sus amigos sorprendida. ¿Qué había sido aquello? Pero antes de poder decir nada, el señor Herstein prosiguió con su interrogatorio.

- Cargo de traición al matrimonio Potter por ruptura del contrato fidelio.

- Nunca hubo contrato escrito. Pero yo era el guardián secreto. Se lo revelé al Señor Oscuro después de que Sara Parker indicara que debía atacarse a Harry Potter.

Harry miró a Sara con asombro, y esta se hizo hacia atrás. Draco la abrazó por la cintura para sostenerla. A cada palabra de Pettigrew aumentaba la presión y los murmullos en los palcos.

- Cargo de asesinato múltiple.

- Sirius me persiguió y me encerró en ese callejón. Me insultó y me echó en cara mi traición y haberlo mandado con Sara para que se distrajera. Yo empecé a hablarle de Sara para ganar tiempo. Le dije que debía agradecerme que lo hubiera dejado ver a Sara, pues ella era la amante del Señor Oscuro, que si la había visto la noche anterior había sido parte del plan y que él no se había enterado porque ella era una magnífica actriz. Le dije que él ya no era nada para ella, le dije que…

- ¡MALDITO! –Sara gritó tan fuerte que las llamas de algunos candelabros subieron con su grito y los magos tuvieron que controlarlo- ¡MENTIRAS, PURAS MENTIRAS! Él no te creyó…

- Pero se distrajo –dijo Pettigrew con una sonrisa- por lo que pude utilizar el hechizo de muerte masiva utilizando como cubierta las tuberías de gas.

Draco tuvo que sostener en serio a Sara, que parecía a punto de desmayarse.

- ¿Qué te pasa? –le preguntó.

- No lo sé –murmuró Sara- es como si estuviera perdiendo las energías de nuevo, como si… no fuera yo.

- ¿Simuló su muerte?

- Sí, cortándome un dedo de la mano.

- ¿Y qué hizo todo ese tiempo?

- Viví como rata en casa de los Weasleys.

- ¿Ayudó usted a retornar Al-que-no-debe-ser-nombrado?

- Sí. Yo ofrecí mi mano en sacrificio y realicé el ritual para devolverlo a su cuerpo.

- ¿Y atacó a Sara Fénix Black?

- Sí. De manera aparatosa, para lograr un buen efecto. Debía de dejarla mal, para que saliera de la casa, la llevaran al hospital y atacaríamos el hospital.

- Pero eso no sucedió.

- No, pero me quedé en la casa para inspeccionar el salón cerrado.

- ¿Está satisfecho la Confederación Internacional de Magos?

- No –dijeron varias voces. Uno de ellos tomó la palabra- él es un mortífago, podemos interrogarlo sobre los planes y acciones de Quien-ustedes-saben.

- ¡Sí! –apoyaron varios.

- En ese caso, primero votemos por estos cargos y procederemos al interrogatorio. ¿Quiénes consideran al acusado culpable?

Todas las manos se levantaron en el aire.

- En ese caso, procedemos a…

- Señor Herstein –dijo Sara haciendo a Draco soltarla e irguiéndose con dignidad- me parece que se les olvida algo.

- ¿Disculpe?

- Si Peter Pettigrew es culpable, entonces Sirius Black…

- ¡No! –Fudge había entendido lo que Sara iba a hacer, y dada la expresión en el rostro de Dumbledore, él también.

- ¿Inocente? –preguntó incrédulamente el señor Herstein.

- Es muy fácil –dijo Sara- Wormtail... digo, "señor Pettigrew" –la voz de Sara destilaba veneno- ¿puede decir a ciencia cierta si Sirius Black era mortífago?

- No lo era. Nunca lo fue.

- ¿Sirius Black tenía relaciones con los mortífagos? ¿Veía a Sara Parker, por ejemplo?

- No. Sara Parker sólo tenía contacto conmigo de las personas de la Orden.

- Su señoría –dijo Sara- creo que la evidencia es clara. Además, Sirius Black fue condenado por el asesinato de Peter Pettigrew y apoyo al señor oscuro, me parece más que claro que no mató a Pettigrew... y que no era un mortífago.

Sin embargo, la Confederación Internacional de Magos no parecía dispuesto a votar.

- Compañeros –dijo Dumbledore levantándose- Sara tiene razón y lo saben, y si es necesario, les doy mi palabra de la inocencia de Sirius Black.

- Ya diste tu palabra por su culpabilidad –le recordó el señor Herstein.

- Me equivoqué.

- La junta analizará el caso después –dijo el señor Herstein, quien quería proseguir el interrogatorio de Pettigrew.

- ¡No puede hacer eso! –exclamaron Harry y Sara a la vez.

- Están fuera de lugar –dijo el señor Herstein- creo que ya han hecho suficiente. Los temas que vamos a tratar a continuación…

- Espere –dijo Sara- me falta decir algo.

Sara tomó con lo que había estado jugueteando y lo deslizó en su otra mano, levantándola con la palma frente a sí, enseñando el dorso al señor Herstein.

- Quiero reclamar mis derechos como legítima heredera de la Casa Black.


Sara se apareció en la silenciosa casa. Parecía que estuviera vacía, pero Sara sabía que no era así. El dolor emanaba de las paredes de la casa Longbottom. El silencio era insoportable. Sara vio con tristeza el abandonado jardín en el que había estado hablando con Alice apenas días antes.

Necesitaba ver al bebé, sabía que Neville era importante. Necesitaba saber, necesitaba saber en él que le esperaba ahora, cómo se planteaba ahora el destino.

¿Cuál sería la habitación de Neville? Sólo una vez había estado Sara en el piso superior de esa casa, en una fiesta de Frank en la que se había peleado con Sirius y había subido furiosa... no recordaba bien, pero había un cuarto pequeño, podía ser ese...

Sí. Al entrar se encontró con el pequeño Neville dormido plácidamente en su cuna. Lo levantó suavemente y lo evaluó. Suspiró con resignación y lo acostó de nuevo en la cuna.

- Perdóname por lo que voy a hacer – le dijo Sara en un susurro, pues lo último que quería era que la encontraran ahí- pero voy a ponerte un hechizo para que pases desapercibido. He visto como serías si creces así y no puedo permitir que eso pase, llamaría la atención de Voldemort al volver, o de la estúpida de Bellatrix. Mantendrás un perfil bajo, y nadie esperará de ti mayor cosa. No lo hago para dañarte, pero no voy a permitir que sufras todo lo que el niño Potter va a sufrir... ya tienes bastante con lo de tus padres... sí Neville, lo hago por Alice, ella no va a estar para cuidar de ti, y yo tampoco.

Sara lo tomó de la pequeña manita y se concentró. Una luz envolvió al niño y Sara le sonrió tristemente.

- Suerte Neville Longbottom. Eres un reflejo de tus padres en la Tierra... y eso es lo mejor que te puedo decir.

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Una mente en blanco, noches sin poder dormir, un frío insoportable, unas imágenes horribles galopando en su mente, un dolor físico de miembros atrofiados, un sentimiento de culpabilidad incontrolable, un sentimiento de injusticia terrible, un pensamiento de inocencia constante, una nostalgia insufrible…

Venganza, un deseo de venganza, una sed insaciable, una obsesión constante. Un deseo de matar como nunca había tenido…

Un niño que lloraba a la distancia, solo y asustado en la casa de unos desconocidos. Un llanto que traspasaba sus oídos con dolor, un deseo incontrolable de correr hacia él, abrazarlo, calmarlo, y darle todo el amor que sus padres ya no podrían darle...

Y ella, ella, recuerdo precioso, hermosa como la primera flor en primavera, como la primera estrella en el cielo al anochecer, como un paraíso prohibido. Ella tan suya pero tan lejana e inalcanzable. Ella, el reflejo que veía cada día en cada estrella, pues sabía que en algún lugar ella podía estar tendida en el suelo mirando el cielo como él en su celda. Ella, amor y deseo, ella, simplemente ella...

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Sara miró el barrio con aprensión, esa tenía que ser la casa, sí, esa era.

Se apareció dentro sin problema, y un suave llanto llegaba de la alacena debajo de la escalera. Sin creerlo abrió la puerta, y ahí estaba el bebé Potter, el niño más famoso del mundo mágico, por quien mil copas se habían alzado y entrechocado. El niño que había hecho caer al mago más poderoso de todos los tiempos.

- Hola Harry, ¿cómo estás? – le dijo Sara alzándolo – he de decir que no planeaba visitarte en un inicio, pero pensé luego en ti, solo y abandonado. Me llevó mi tiempo averiguar que había sido de ti, pero encontré un borrador de una carta de Dumbledore para una tal Arabella Figg en un libro que le quité, ¿qué suerte, no? Bueno, te visito en nombre de tu padrino, aunque él no lo sepa... eres lo más importante en su vida, ¿sabes? Me dejó la noche más especial de nuestra vida para ir a salvarte... y ahora no puede cuidar de ti, no por su culpa, si él pudiera pasaría cada segundo cuidándote, pero no puede. Ahora voy a tener una hija suya, ¿sabes? Yo no puedo hacer nada por ti, pero tal vez ella sí. He venido solo a decirte que –Sara lo estrechó entre sus brazos y una suave luz lo envolvió– "la sangre de tu padrino vive en la sangre de mi hija. Que su sangre te proteja hasta el fin de tus días"

Sara lo acostó en su cunita con una sonrisa, y le corrió el pelo de la frente para descubrir la famosa cicatriz. Su mano rozó levemente la iluminada señal y entonces nuevas visiones vinieron y entendió algo que había visto antes. Era imposible. Ella no podía estar ahí para cuando ese chico cumpliera... ¡no, no! Pero... los centauros habían dicho... y Voldemort... ¿era por aquella poción verde esmeralda que no...?

Sara miró al niño con los ojos brillantes de emoción, y se dejó caer en una silla al lado de su cama sin aliento. Tuvo que esperar unos minutos para recuperarse levemente.

- Bien niño Potter, algo parece decir que nos veremos de nuevo. Trata de no parecerte mucho a tu padre, ¿vale? Tu padrino es mejor modelo, aunque apuntaría a tu madre, si fuera tu. Bueno, nos vemos Harry.


Todos miraron mudos de asombro el anillo que Sara estaba enseñándole al señor Herstein.

Una B de estilo mediaval sobre un escudo de armas: el escudo de la familia Black.

- Señorita… –el señor Herstien se estremeció. Llevaba todo el rato diciéndole señorita Black. Todos recordaron los incidentes relacionados con el apellido de Sara a su llegada al mundo mágico. El apellido ahora pronunciado por el señor Herstein cambiaba de significado - …Black.

- Así es –dijo Sara con una sonrisa- Black, la última de los Black.

- ¿Dice usted que Sirius Black es su padre?

- Sí señor. Sirius Black es mi padre.

- ¿El mismo que no tenía trato con los mortífagos?

- El mismo.

- ¿Y usted es producto de…

- La distracción que montó el Señor Oscuro para mi padre, como acaba de declarar… ese individuo- Sara hizo mueca de asco, no pensaba volver a decirle "señor" a eso.

- Y ese anillo…

- Sirius Black se lo dio a Sara Parker tiempo antes de que esta se uniera a los mortífagos –intervino Dumbledore- el portador, en este caso la portadora del anillo es la heredera, como todos saben.

- Estudiaremos luego el caso –dijo el señor Herstein- ya hemos alterado bastante el plan del día. Saltaremos el receso de las doce y vamos a proceder a…

- ¡MORTÍFAGOS! –resonó el grito en todo el lugar al entrar Honey corriendo al palco de su padre. Por un momento nadie reaccionó, pero se oyó una explosión en el exterior y un grito agudo.

- ¡Ginny! –exclamó Ron reconociendo la voz de su hermana. Iba a salir, pero una voz lo detuvo, la voz de Dumbledore.

- ¡Chicos, usen los trasladores! ¡Salgan de aquí! ¡Estará bien!

Se hizo un caos total. Los mortífagos habían entrado tras Honey en el salón por los palcos preferenciales y los hechizos llovían en todas direcciones.

- Ya lo oyeron –dijo Sara volviéndose a los chicos que ya tenían las varitas afuera- largo de aquí.

- De ninguna manera –dijo Harry- no vamos a huir de la lucha.

- ¡Deja de jugar al héroe y sal de aquí! –le gritó Draco al tiempo que se agachaba para evitar un rayo.

- Harry, tú antes que nadie -le rogó Sara- vete.

- ¡Harry sal de aquí! –oyeron a Moody que pasó a su lado peleando con un mortífago.

- Vamos, todos a la vez. Uno… dos… –propuso Hermione. Todos sacaron las pequeñas burbujas, pero a la cuenta de tres…

Una explosión resonó. La mayoría dijo la clave y desapareció, pero Sara y Draco habían vuelto a ver. Unos mortífagos habían tomado el palco del Ministro, y uno de ellos tomó a Honey y se la llevó a volandas.

- ¡HONEY! –gritó Draco al lado de Sara.

- ¡¡Draco, no seas imprudente!! –le dijo Sara – quieren matarte, ¿recuerdas?

- ¡Y tú acabas de salir de la enfermería!

- ¡Draco! –esta vez fue Tonks la que pasó a su lado- ¡sal de aquí insensato!

- Tenemos que ir por ella –dijo Draco.

- Iremos juntos –le dijo Sara. No podían ignorar el hecho de que Honey los había salvado a ellos una vez de los mortífagos. Salieron corriendo en dirección a las salas laterales de la reunión. A lo lejos lograron ver una mancha blanca doblar a toda velocidad una esquina.

- ¡Es ella! –dijo Sara- vamos, ¡si tuviera un cinturón!

- ¿Cómo este? –Draco sacó de los abrigos un par de cinturones y luego dejó botados a los primeros.

- ¿Por qué…?

- Hay que estar listo para todo.

Sara se puso el cinturón al igual que Draco sin dejar de correr, vieron una puerta cerrarse.

- Tiene dos entradas –dijo Draco deteniendo a Sara- entra por esta y doy la vuelta para entrar por el otro lado.

Sara le sonrió tratando de darse confianza y entró. Una voz fría la recibió.

- Vaya, vaya… con que la "legítima" heredera de la Casa Black…

Honey estaba inconsciente, tirada en el piso de la habitación. Bellatrix Lestrange la miraba burlona frente a ella. Sara pudo ver por primera vez con detalle la cicatriz que había dejado en su rostro. Era notable que Voldemort había tratado de componerla, pero todavía quedaban señas de ella.

- ¡Impedimenta! –exclamó la mortífaga sin esperar más en dirección a Sara.

- ¡Protejo! –exclamó Sara pero sin tener la varita en la mano. De igual forma el hechizo funcionó y Sara sacó su varita.

- ¿Magia inculta? Mal, mal… ¡Impedimenta!

Esta vez Sara cayó al suelo, y Bellatrix se acercó riendo.

- ¿Estás débil todavía? –preguntó en tono de falsa preocupación.

- ¡Cuchillo a Bellatrix! –exclamó Sara y uno de los cuchillos en su cinturón se desprendió directo a Bella, quien recibió un corte en el brazo que sostenía la varita, y de no ser por sus buenos reflejos habría sido más centrado. Sara se libró del Impedimenta - ¡expelliarmus! ¡Impedimenta!

La varita de Bellatrix salió despedida y la bruja cayó paralizada. En ese momento entró Draco, que miró la situación rápidamente.

- Sara, no…

- Llévate a Honey –le dijo Sara sin apartar la vista de Bellatrix –llegaré en un momento, no querrás ver esto.

- Sara… -Draco sacó su traslador y lo puso en una de las manos inertes de Honey- Narcisa – dijo en voz baja, y el traslador se accionó llevándose sólo a Honey. Miró a Sara retadoramente. Esta sólo negó con la cabeza, y con una expresión de "tu lo quisiste"…

- ¡Crucio! –gritó Sara apuntando a la bruja a sus pies, quien se retorció de dolor pero sin soltar un solo sonido –¡¡¡vamos, grita, grita con ganas que ya se que te duele maldita!!! ¿Te reíste de mi padre cuando cayó por el Arco? Pues me río yo de ti ahora…

- ¡Sara! –gritó Draco, pero la chica no le puso atención, estaba totalmente exaltada, y en una especie de trance.

- Hoy es el día más importante de mi vida –dijo Sara en tono solemne- he capturado a Peter Pettigrew, he demostrado la inocencia de mi padre, he recuperado mi familia, mi herencia y mi legado… y cobraré mi venganza. ¡Crucio!

Bellatrix, la única mortífaga después de Sara Parker que no había gritado en la tortura de su iniciación gritó fuerte y desgarradoramente.

- ¡Expelliarmus! –exclamó una voz fría y siseante a sus espaldas. Sara sintió como la varita salía de sus manos y era expelida a gran velocidad contra la pared. –pero ¿qué es esto? –dijo la voz- ¿la chica Black haciendo una maldición Imperdonable? ¿Qué diría su padre?

Sara sintió un gran dolor de cabeza… sus energías empezaron a abandonarla. Nuevamente sintió una parte de si dejaba de ser ella… su vista se nubló. El hombre se bajaba la capucha, y seguía hablando…

- Y Malfoy, ¡cómo te has hecho de rogar! ¡saucio! –Draco todavía sostenía la varita en alto. Al ver al recién llegado había pensado que todo estaba perdido y tal vez podía escapar por la puerta trasera que había entrado. Pero no podía dejar a Sara ahí. El hechizo lo alcanzó justo en el hombro, sintió como era lanzado contra la pared y un agudo dolor. Al llevarse la mano al hombro notó con horror una profunda herida, como la de un largo y venenoso puñal. La sangre caliente brotaba de ella a borbotones - Y pensar que una vez dijiste que querías estar a mi servicio… de hecho, ya es hora de que lo estés ¡Avada Kedavra!

- ¡NO!

Sara sacó fuerzas sin saber como y se desapareció y apareció frente a Draco, recibiendo el haz de luz verde en el pecho. Draco la sujeto y ella le deslizó su burbuja de cristal en la mano y pronunció en un susurro su clave:

- Sirius.

Luego, cayó al suelo desfallecida.


¡¡Y eso es todo por hoy!! (Espero que recuerden el anillo, Sirius se lo dio a Sara P la primera vez que se besaron, en Navidad, Sara P lo dejó con Dumbeldore, años después el se lo dio a Sara B en Navidad)

Vamos, no me manden avada Kedavra en los reviews por dejarlo ahí, ¿a qué le da emoción? Espero sus comentarios!!!!!!!!

Voy a publicar el 22 o 23 el último capítulo de la cuarta parte, así que la espera será corta. El capítulo se llama "Cuando el presente conoce al pasado".

Muchas gracias por sus reviews, los contesto a continuación.

Sami: ¡Hola! Me alegra que ya estés al día de nuevo. Me alegra que te gustara, Draco cada vez es más importante. ¡Yo habría quemado el colegio si me hacen eso! En cuando a Sirius y Ale podemos compartirlos a ambos, ¿qué te parece?

Strega-in-progress: ¡Hola! Espero que tu ordenador no de más problemas, ya extrañaba tus reviews y tus capítulos. No he podido leer aún porque he estado muy ocupada y el cuando abrí el capítulo se fue la luz en mi casa. Al final digo la fecha de publicación. Besos para ti también. Bye.

Laurana-Malfoy-Rin: Tranquila, los virus son una plaga. ¡Y estar sin compu tiene que ser de lo peor! Pero vi que seguiste, creo que no he dejado review aún pero a los 17 estuvo G-E-N-I-A-L!!!!!!!!!!!!!! Me fascina esa historia. Aquí está la rata, y ya ves como la ida a la Confederación termina convirtiéndose en una trampa para ellos. Dumbledore es tonto y yo también lo odio, debería hacer un fic para matarlo solamente… Tranqui con lo de SaraB, para eso es la 5ta parte. Nos vemos y SIGUE ACTUALIZANDO.

Hermy: gracias de Nuevo y también te deseo una feliz noche Buena y una feliz navidad. Ya te contaré de los regalos.

Seika: ¡Hola! Espero que algunas de las recomendaciones te hayan servido, de nada. Me alegra que te guste tanto la historia. La idea es que sean 73 capítulos incluyendo el epilogo, claro, unos son muy largos, así que tal vez los publique en dos partes.

Amsp14: ¡Ya estás de vacaciones! ¡Vas a poder escribir! No, sí que acabo la quinta parte, no sé cuando, pero la acabaré! Toda la ayuda que necesites con Matrimonio, pero… ¡a escribir!

Bella Blackvad: Has captado muy bien la manera de pensar de Sara Parker, no andas del todo perdida con tus suposiciones, en realidad Sara Parker sí quería a su hija. Y es una excelente actriz. Yo también odio a Dumbledore, me encantan las conversaciones con Sara, así que me alegro que te gustara. Me alegra que quedaran más claras las revelaciones. En cuanto a Honey, repito que me gustó mucho inventarla. Ahora, no me mates por donde lo deje, publico entre semana, la espera no será larga.

S. Lily Potter: ¡Hola! ¡¡Bienvenida a la historia!! No puedo creer que siga llegando gente! Me alegra que te gustara tanto la historia. La sangre Black es la clave de todo. Lo que has entendido va muy bien, y Dumbledore le tenía miedo a la llegada de Sara Black por todo eso, ¿por qué le tiene miedo todavía? Bueno, Sara P tampoco parecía que fuera a matar una mosca, además, hay muchas cosas en el pasado que ella puede descubrir. Sara P casi se vuelve loca después de lo que pasó, ya lo verás. Sara y Draco son primos segundos, según la leyes mágicas no son familia ya (conste que me lo inventé). Pero claro que le tiene a Ron un cariño super especial que no le tiene al resto básicamente porque YO le tengo un gran cariño a Ron, de hecho, después de Sirius y Remus es mi personaje favorito.

Ariadna Creta: ¡¡Hola!! Me alegra que te parece que se portaran a la altura. La idea es que Draco le pasó plata… algo aprendió de su padre para moverse en esos mundos, cosas que ellos no habrían hecho… Me alegra que te gustara la conversación, me uno al crucio. No hay publicación doble... solo más seguida. Si no el suspenso que le dejé no sirve. Nos vemos!

Dani: ¡Hola! Me alegro que te gustara el chap, sí fue corto, pero este está más largo en compensación. Ya seguí con mi vida a través del velo y con esa chica es mía, espero verte por ahí. Bye!

Leo Black Le fay: ¡Hola! Primero que nada, que bien que no te cortaron el Internet. Este chap esté mucho más largo, espero que te gustara.

Aiosami: ¡¡¡¡¡Hola preciosa!!!!!! ¡¡¡¡Que bueno es tenerte de vuelta!!!! Te contesto por capítulo: CAP46: a mi me encanta esa escena, me alegra que te gustara la conversación de Sirius y Sara, y sí pensé que era mejor dejarlo a la imaginación… sólo hay que saber que fue perfecto, por eso la canción del maestro Ale Sanz. En cuanto a los chicos, sí fue Hermione la que lo inventó, pero técnicamente según la votación el líder es Harry, ¿no? A mi me gusta mucho cuando conversan los primos, debería tener más conversaciones de esas ahora que lo dices. Me alegro que te gustara la discusión también. CAP43: me alegra que te gustara el salvamento de Sirius, los sentimientos de ellos son muy intensos, no es fácil mantener esos individuos. Sí, me encantaba la serie. ¿No viste que tengo un medio fic que se supone es un croosover de los dos. Espero que me mandes la invitación. Sé que no te gusta el HG, pero a mi sí me gusta y sí voy a utilizarla. CAP44: ¡¡Avadas contra la rata, yo me apunto!! Claro que Peter fue muy listo para que las sospechas no recayeran sobre él. Narcisa es una de mis piezas favoritas de la historia, aparentemente tan insignificante pero tan importante. Exactamente para eso son los recortes de Sirius, y servirán para eso, y más. Jaja… me alegra que te gustara la pelea Harry Ginny. El baile entre Draco y Ginny lo puse porque me encanta leer historias de ellos, ya quiero leer el tuyo.

Nos vemos el martes o el miércoles!!!!!!!!!!!!!

Sara Fénix Black

PD: creo que olvidé decirlo arriba, los personajes son propiedad de JK Rowling. Bye!