Aún Ahora

Capítulo decimoséptimo: Entérate que aún te amo

3 años después...

Abrí los ojos desesperadamente, sintiendo seca mi boca y cómo la respiración se había acelerado, como si el despertar de aquél sueño hubiera demandado un gran esfuerzo de mi parte. En parte sí lo hizo, porque si hay algo que deseaba era despertar, volver a la realidad. ¿Nunca les ha sucedido que son parte de un sueño intolerable para su razón, que ciertamente sabe que es tan sólo un sueño, pero demasiado pavoroso como para desear permanecer en él? Lo único que quieres es despertar, porque, aún en la inconciencia del sueño, sabes que tienes esa posibilidad... que aquella afortunadamente no es tu vida, sino simplemente un espejismo.

Error. Esta vez mi sueño no era ilusión creada por mi mente, sino una realidad: mi realidad.

Recorrí en una sola noche aquellos años de mi vida en que vivía enamorada de alguien... un chico, mi amigo... y todas las torpezas y errores que cometí, al igual que cómo pude sufrir por alguien que simplemente ya no está.

Esta noche sé que existe la posibilidad de reencontrarnos, de volver a verlo luego de tres años de ausencias... de silencios.

Hay reunión en el que un día fue nuestro colegio. De "ex alumnos" la llaman, pero yo preferiría decir que es tan sólo un pretexto para reunirse a chismosear como antaño, curiosear acerca de la vida de aquellos que hace tiempo no vemos con el único e inútil propósito de criticar. Algo muy típico entre las mujeres, dicen por ahí, pero yo no lo creo tan así. Es por eso que guardo la secreta ilusión de que él vaya... de verlo aunque sea una vez más y, a través de algún que otro chisme sinistro que circule por el salón entre los que alguna vez fuimos compañeros, enterarme qué sucedió con su vida en estos años tan decisivos en nuestras vidas... lograr saber, aunque sea, lo más importante para mí: si logró ser feliz.

Sintiendo el frío piso de cerámica bajo mis descalzos pies me dirijo hacia la cocina de lo que es ahora mi hogar. Finalmente logré alquilar un pequeño departamento en la ciudad, cerca del templo para así poder visitar seguido a mamá y a Souta ahora que el abuelo murió y, sobre todo, para lograr independizarme. Poco después de terminar la universidad conseguí un empleo en una nueva empresa. Tuve que empezar de abajo, pero me gusta lo que hago y sé que de a poco creceré.

"Mi vida no está tan mal" pienso al abrir la heladera para sacar un poco de leche, tanto para mí como para Buyo, a quien robé de casa para que me hiciera compañía en mi nuevo hogar. Al cerrar la puerta de la nevera, observo la fotografía adherida a esta por un imán... la fotografía que Sango, Miroku y yo nos tomamos hace unas semanas, juntos. "Sólo me faltas tú..."

En mi mente resuena aquel pensamiento, quitándome el aire por un momento pero haciéndome reaccionar al instante, apartando así mi mirada de la fotografía.

Mientras me sirvo la taza de café y comienzo a echar de a poco la leche, siento sonar el teléfono en mi habitación. Corro al instante, intentando adivinar en medio de qué pila de papeles y ropa quedó el negro teléfono inalámbrico.

Hola- respondo con la esperanza de que aún el que haya llamado se encuentre del otro lado de la línea.

Hola, Kagome- responde la voz de Sango.

Sango! Justo pensaba en ti... ¿qué haces despierta a esta hora?- pregunto ingenua.

¡Kagome! Son las doce del mediodía!- me contesta la voz en tono divertido de mi amiga.

Ups... lo siento, ni siquiera me fijé la hora- exclamó con una sonrisa y echándome sobre la cama en el intento de ver la hora reflejada en el reloj.

Sólo llamaba para saber si querías que Miroku y yo pasáramos por ti hoy en la noche, así vamos juntos a la reunión- dijo ella al otro lado del teléfono.

No hace falta, gracias Sango- le contesto dirigiéndome nuevamente hacia la cocina, pensando en si debería tomar el café con leche o directamente almorzar- ¿tu que crees¿Desayuno o más bien almuerzo?

Escucho la risa de mi amiga que tarda un rato en responderme:

Lo que quieras. Nos vemos hoy en la noche, cuídate.

Besos- le respondo mientras cuelgo el auricular.

Donde estés creo que es justo que te enteres

Que estoy bien, que sobrevivo,

que vivo en la calle Amores Piso seis, cuarto veintiocho

"Sango y Miroku... si supieras que ya llevan más de medio año casados, Inuyasha, te sorprenderías... Quizás hoy en la noche te enteres... quizás no"

La idea de un nuevo rechazo por parte de él surcó mi mente, pero inmediatamente suplanté el pensamiento por lo que debía hacer durante el día antes de prepararme para la reunión.

Al terminar el almuerzo me siento en uno de los sillones verdes, en aquél que da frente al televisor y, mientras lo enciendo sin ganas, prendo un cigarrillo.

Recuerdo que a Kouga no le gustaba verme fumar, pero debo decir que en este último tiempo ya se acostumbró a verme encender uno cada tanto. Si, aún somos amigos, pese a todo seguimos hablándonos, porque el cariño que nos tememos va mucho más allá de viejos rencores que puedan existir... porque mi deseo de verlo feliz se hizo realidad. Me pregunto si te enterarás también de aquello, de que fue de la vida de Kouga... o si simplemente tu también te acostumbrarías a mi afición por los cigarrillos...

Intento dormir algo para poder mantenerme despierta en la noche, pero no puedo... en su lugar elijo prender otro cigarrillo y ordenar la casa, además de lavar la ropa sucia que se acumula todas las semanas.

Pronto el reloj marca las seis y, abriendo la ducha, espero que el agua caliente fluya desde la tina e invada con su vapor todo el baño.

Luego de sacarme la ropa, meto mi cuerpo en el agua, sintiendo como el calor de esta empieza de a poco a destensionar los músculos de mis piernas, a acariciar la piel del resto de mi cuerpo y a mojar íntegro todo mi cabello. Ahora lo llevo por la cintura; hace tiempo que no piso una peluquería, y no creo hacerlo en un tiempo más.

Y que ya no juego al fútbol por mi rodilla

Que Manuel se casó y se fue para España...

Que fumo más y duermo menos, que hasta me dejé la barba

Termino de acomodar el arete en mi oreja y decido pararme frente al enorme espejo en mi habitación. El vestido es verde, al igual que mis sandalias y los aros que me acabo de poner. El cabello lo llevo suelto, ondulado levemente. Pero a pesar de tanto maquillaje en mi rostro no puedo esconder la ansiedad, el miedo...

Miedo a verte de nuevo a los ojos y sólo encontrar aquél vacío desprecio, miedo a que por el contrario no seas capaz siquiera de posar tus ojos dorados en los míos, miedo a que nuevamente las palabras se pierdan en el aire irrespirable de aquel silencio que nos mantiene mudos hace años.

Tomo la cartera y me dispongo a salir, convencida de que aquella bocina que sonó hace rato en la calle es el taxi que me espera.

Con la mirada decidida observo la ciudad a través de la ventana, y recuerdo el camino hacia la escuela, hacia el lugar que durante tantos años compartimos... lugar donde comenzó nuestra amistad y, sin dudas, mi amor por ti. Amor que, creas o no, no logré erradicar con los años, con la madurez que el tiempo trajo consigo. Sé que no soy la misma chica desde que comenzó nuestra historia hasta hoy, que ya no soy la que aquel día dejó de verte como amigo para comenzar a sentir algo más... hoy soy una mujer que pese a todas las vueltas que la vida dio entorno a ella y a quienes más quería, no puede dejar de inventar historias románticas en las que siempre termina a tu lado... alguien que no resigna sus sentimientos, quizás por obstinada o melancólica... hoy soy sólo yo, quien nunca pudo olvidarte, quien aún te ama.

Y sobre todo que te enteres que a pesar de tus errores y los míos

Aún te amo, no sé si por idiota o por romántico,

no sé si por novato o por nostálgico

Cierro mis ojos en un intento por no pensar, intentando adivinar el por qué de seguir con esta tortura, como si fuera algo que me gustara o necesitara para vivir. Quizás sea así, tal vez no necesite más que sentir esto por ti, con todo el dolor que pueda traerme, para acordarme de que estoy viva... de que siento.

Aún te amo, no sé si por iluso o fatalista,

no sé si por cobarde o masoquista

Pero aún te amo y no sé hacer otra cosa más que eso.

" Kagome:

Sabes que nunca fui bueno escribiendo cartas... y mucho menos expresando lo que siento. Sé que te será irónico recibir esto que te escribo, cuando por tres años me alejé, por no decir me escondí, de ti.

Si me preguntas donde estoy, pues... en el mismo lugar de siempre, en la casa que fue de mis padres, donde mi madre vivió sus últimos días, donde alguna vez fui feliz. Te imaginarás que si vivo aquí, significa que estoy solo... la soledad que yo mismo busqué está por todos lados, pero eso es lo de menos, porque fui yo quien hizo que así fuera.

Quizás te resulte raro leer estas palabras en mí, pero el graduarme y comenzar a trabajar, además de estar tanto solo (lo cual me dio ilimitado tiempo para pensar) me hizo madurar...

Tal vez ya deba dejarme de rodeos y decirte el motivo de mi carta... que sepas que nunca te odié, Aome. Yo jamás podría... porque, aunque nunca le dije esto a nadie, yo te amo"

Basura- masculló entre dientes el muchacho de ojos dorados, apretando con todas las fuerzas que cabían en su puño cerrado aquel blando papel.

¿Cómo atreverse a darle aquella carta cuando por años había callado, fingiendo algún terrible hecho que pudiera ser causal de aquel desprecio hacia ella?

Seguramente Kagome se le reiría en la cara si esa noche se presentaba en la reunión y sin más que un frío saludo le entregaba aquel papel cuidadosamente escrito, doblado en cuatro pliegues y guardado en el bolsillo de su negro pantalón.

Aquí, todo sigue igual que antes yo estoy solo como nunca

Por eso escribo la presente y no pretendo que hagas nada

Sólo quería asegurarme que supieras

Que aún te amo, no sé si por idiota o por romántico,

no sé si por novato o por nostálgico

Soy un tonto... ya no puedo hacer nada- susurró- es demasiado tarde- agregó, cerrando los ojos en señal de abatimiento, demostrando su final rendición, sintiendo como todo el peso de errores y rencores absurdos le habían quitado lo único sincero que tenía... sus amigos, y su amor.

Aún te amo, no sé si por iluso o fatalista,

no sé si por cobarde o masoquista

Pero te amo y no sé hacer otra cosa más que eso...

Abrochando los botones de las mangas de su blanca camisa, largó un suspiro. Observó sobre el mueble el frasco del perfume que usara antaño y pensó en echarse un poco por su cuello y rostro, logrando así recordar las mañanas en que su madre lo despertaba para que asistiera a la escuela y él, impecablemente arreglado como se encontraba ahora, se dirigía a ella, desbaratando en el camino aquel arreglo.

Condujo su negro auto por las calles de la ciudad, haciendo una vez más aquel camino que conociese de memoria desde hace ya tiempo atrás.

Observando nervioso la entrada, se aventuró subiendo despacio el primer escalón de la blanca escalinata que lo llevaría a la puerta de su escuela, a su reencuentro con su pasado... a intentar arreglar tanto dolor, tantos errores... tanto que había perdido y que hoy sólo añoraba recuperar.

Continuará...

N/A:

Sé que muchos estarán enojados porque, una vez más, tardé en actualizar y tienen toda la razón. Esta vez, nada de excusas, porque deben saber que la escuela, el comienzo del último año en mi caso, puede más que lo que uno quisiera, al igual que la inspiración e ingenio para escribir, que muchas veces no aparece por más que lo busquemos.

Perdón, como siempre...mil perdones!

Sólo quiero agregar que si Dios quiere el próximo capítulo ya es el fin del fiki...

Un GRACIAS que no tiene comparación a

Juan, mis viejos, Ale e Iya que las ADORO... Kiki también, que me apoya y me aguanta.

Sara que también me soporta en el MSN y con quien debemos terminar un fic! Jejje

Nathari-chan, a quien aprecio muchísimo y espero hablar pronto... porque ninguna pena debe dañar su corazón. Sé fuerte, amiga.

NatSuMi, miles de gracias por todo, además de por levantar mi autoestima con eso de que soy linda jejej gracias! Y espero q no estés enojada por tardar, mirá que espero tu review, eh?

Claudio, con quien estamos un poquito distanciados pero aprecio montones y espero que no esté enojado por la tardanza y por la ausencia.

Miles, lo mismo para vos... ojalá te encuentres bien, gracias por siempre estar.

Linli-chan

Kurai-akeru, nunca pudimos hablar por MSN! No es justo..prometo leer todas las historias pendientes que tengo tuyas en Fpress.

Malfoys-red-haired-lover, gracias por tus comentarios, me dan mucho ánimo, de veras.

FenixGirl, gracias por tu review y por tu apoyo.

Ryoko-xan… más expresiva? Pero si parece un melodrama mi fic! Jeje pero tenés mucha razón, gracias por tu review... y te prometo que cuando termine con los exámenes voy a leer tu fic... gracias!

Pola, gracias por dejar tu review!

Natsumichan 3000, gracias por escribir

Miko-Izayoi por tus comentarios que me animan a seguir, porque me pone contenta que a alguien todavía le interese el fiki.

Andrea! Que espero que siga leyendo ya que ya termina el fic y me puso muy contenta que lo leyera

Princess-girl, precioso tu review, gracias!


"Han pasado cinco años, asumiste las cosas
hace tiempo que estoy buscando mi verdadero yo...

hay una especie de simbiosis, lo dijo mi psicóloga
haría bien a la terapia alejarme un tiempo...
unos setenta años.

¿Cómo estás querida' Tengo esposa e hijos
de vez en cuando hablo con ella y hasta hago el amor,
no es que quiera molestarte, pero me es imprescindible
sentarme en un café y soñar un poco...
y tal vez amarnos.

Y ha pasado mi hora, quién robó mis años,
cambio a toda esta familia por un segundo con vos,
si te veo ahora, aunque termine en un hospicio,
tomo una botella...y juego a la botellita con vos..."

Bersuit Vergarabat "Mi Caramelo"


Yashi