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El objeto de mi... ¿Aprecio?

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El inicio

Lill no es mala... ¿o sí? Draco es el único que puede descubrirlo. Comienzo lento. Capítulo 1: Malos comentarios e incidentes.

Este es mi primer FF de Harry Potter y espero que les guste.

° Los personajes son de J K Rowling, a excepción de Lill Jao, Dominic Locks, Jacob

Webber, Betsy Rockwell, Elliot Flagg, Anna-Varney del grupo dark- folk Sopor

Aeternus y The ensemble of Shadows.

° El lenguaje puede ser ofensivo en algunos capítulos (pero no en el primero).

° Yo no recibo dinero por esta historia, así que no me demanden.

° Crítica, felicitación, sugerencia: MANDEN REVIEW.

° Comentario adicional: Superen el trauma del primer capi (sonrisa malévola).

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Con razón se ha dicho de cierto libro alemán que es "lásst sich nicht lessen"

(que no se deja leer). De igual modo existen algunos secretos que no se de-

jan descubrir. Hay hombres que mueren por la noche en sus camas, estre-

chando las manos de sus espectrales confesores y mirándoles con ojos las-

timeros. Que mueren con la desesperación en el alma y opresiones en la

garganta que no permiten ser descritas. De vez en cuando, la conciencia hu-

mana soporta cargas de un horror tan pesado que sólo pueden arrojarse en

la misma tumba. De este modo, la mayoría de las veces queda sin descubrir

el fondo de los crímenes.

:::El hombre de la multitud:::

Edgar Allan Poe

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Hace un año ya que Harry Potter ha entrado a Hogwarts. Muchas cosas han pasado desde entonces como la destrucción de la piedra filosofal, el intento de regreso de Lord Voldemort pero... ¿Nadie tiene otra cosa qué decir? ¿Qué pasaría si se tomaran rumbos diferentes?

Ahora una nueva pesadilla alimenta el terror de los alumnos: La cámara de los secretos.

El castillo estaba más frío que de costumbre, quizá el clima compartía el estado de ánimo de los estudiantes.

- Lo que ahora quiero enseñarles – decía McGonagall – es a hacer hechizos de largo alcance. Tomen en cuenta que no siempre tendremos el objeto a transformar a 1 metro de distancia.

La profesora se aclaró la garganta e hizo un movimiento rápido con la varita: "Saffthen Advee" y la copa de Millicent Bulstrode al otro lado del salón quedó convertida en hurón.

- Ahora... mmm... Sr. Flagg, inténtelo con el cubo de basura, está despejado y no quiero correr riesgos.

Elliot se levantó de su asiento y trató de enfocar el cubo. Pese a toda precaución tomada por McGonagall: "Saffthen Advee" y Gregory Goyle quedó convertido en hurón. Los Slytherin gritaron, los Ravenclaw rieron y Elliot maldijo con fingido arrepentimiento. McGonagall movió la cabeza de un lado a otro y devolvió a Goyle su forma original.

- ¡IDIOTA! – gritó Goyle cuando el hocico fue boca de nuevo, pero le quedaron dos rayas grises en el cabello.

- ¡Silencio! Sr. Goyle no estamos en un bar, conserve la compostura o le restaré puntos a su casa. Analicemos el error, Sr. Flagg, el movimiento de la varita se hace sobre el objeto que está señalando ¿Comprende? Inténtelo de nuevo.

- Saffthen Advee – pronunció Elliot y el cubo quedó convertido en un hurón con tintes metálicos.

Cuando la clase terminó, McGonagall los acompañó por los pasillos.

- ¡Eso estuvo genial! – Lill le dio un codazo a Elliot, que iba con Padme en medio de la fila.

- ERES UN IMBESIL – una muy conocida voz se escuchó tras ellos: Draco Malfoy - ¿acaso la transfiguración es demasiado para ti? Ve buscando el aula de "Estudios Muggles", no se puede esperar mucho de un sangre sucia como tú.

- ¿Imbésil? – se mofó Elliot – Un Ravenclaw no falla, no creías que iba a desperdiciar mi primer intento con un cubo de basura ¿o sí?

Malfoy iba a objetar eso pero antes de que pudiera decir algo Padme Patil arrastró a Elliot para que viera lo que había más adelante. Un ataque más espantoso que el anterior. Tanto Justin Finch-Fletchley como Nic Casi Decapitado estaban petrificados.

- NO HAY NADA QUE VER AQUI – gritó McGonagall – LOS PREFECTOS, LLEVEN A LOS ESTUDIANTES A SUS CASAS Y QUE NADIE SALGA DE AHI HASTA QUE HAYA NUEVAS INDICACIONES.

Ravenclaw se separó inmediatamente de Slytherin para seguir a Penélope Clarwater.

-¿Alguien quiere abrir aquí sus regalos de navidad? – preguntó Lill cuando entraron en la sala común.

- Lill, por favor – Padme entornó los ojos con disgusto - ¿No crees que lo que le pasó a Justin merece un poco de respeto?

- Padma, no está muerto – reclamó Elliot mientras se tiraba en el sofá.

- Por Merlín mío, CALLATE – Padme abrió mucho los ojos.

- Tranquila, Pad. No le pasará nada. Está en manos de Madam Pomfrey – Lill hizo una mueca para restarle importancia y se sentó junto a Elliot.

- Pero ¿y si cuando preparen las mandrágoras lo hacen mal o no las hagan como debe ser? – Padme siguió intranquila.

Lill trató de encontrar mil formas para tranquilizar a su amiga, pero ella logró mil y una explicaciones para no dejarse tranquilizar.

- Lo que pasa es que siempre te preocupas demasiado por Justin – soltó Elliot sin notar lo que había dicho -. Que si Justin esto que si Justin lo otro...

A Lill le brillaron los ojos cuando comprendió: - A TI TE GUSTA JUSTIN.

Padme emitió un chillido como si hubiese sido el mismísimo Goyle después del incidente.

- ¿EL INUTIL DE FINCH-FLETCHLEY? – a Elliot no pareció gustarle la idea porque inmediatamente saltó de su asiento.

- Y A TI TE GUSTA PAD – Lill abrió los ojos desmesuradamente.

Padme vio a Elliot interrogante.

- Yo... eh... yo... pues... – balbuceó Elliot.

- ¡Ay no! ¡Ay no! –decía Padme una y otra vez.

Entonces Lill pudo ver su metidota de pata:

- Oigan chicos...

sin respuesta

- chicos...

no reaccionaban

- CHICOS...

atención con mirada de desconcierto y mejillas encendidas

- Esto no tiene por qué cambiar nuestra amistad ¿Verdad?

mirada asesina

- ¿Verdad?

- Lill Jao CALLATE – gritaron ambos y se dirigieron a sus respectivas habitaciones con un gran portazo de fondo.

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Al llegar las vacaciones navideñas tanto Padme como Elliot siguieron sin dirigirle la palabra por el bochornoso momento que los hizo pasar en la sala común. Lill se sentía de verdad afligida por hacer enojar así a sus amigos y no poder quedarse con ellos en el castillo por vacaciones. Pad se había ido con Parvati a casa y Elliot disfrutaría de su familia fuera de todo peligro por ser medio muggle. La escuela se vaciaba por el temor al heredero, así que de su mismo curso se quedaban Betsy Rockwell y Dominic Locks.

- Hola Lill – Roger saludó a Lill, iba vestido con la túnica de quidditch.

- ¿Qué hay Davies? – Lill respondió sin levantar la vista de su libro.

Roger vio la puerta y a Lill alternativamente. La chica seguía leyendo sin inmutarse. Él suspiró, dejó el quipo de quidditch de lado y se paró frente a ella con los brazos abiertos.

- Muy bien, Lill Jao ¿Y ahora qué demonios te pasa? – a penas terminó cuando Lill corrió a abrazarlo (¡qué si la conocía!).

- Mis amigos no me quieren, ya ni siquiera me hablan – sollozó Lill.

- Niña, debes comenzar a pensar las cosas antes de decirlas. Eres muy impulsiva y ahí tienes los resultados. Y no se trata de que ya no te quieran es que los pusiste en un gran dilema.

- ¿Y ahora qué hago?

- Primero discúlpate con ellos a la primera oportunidad que tengas y para la próxima piensa si te estás expresando bien o cómo lo va a tomar la persona cuando le hables ¿Bien?

- Pero... ¿Y si me ofendieron?

- Ignóralos.

- ¿Y si fue algo fuerte?

- Dile a Dumbledore.

- ¿Y si fue un maestro?

- Si fue un regaño fíjate en qué estás mal y si de verdad te ofendieron dile a Dumbledore.

- ¿Y si fue Snape?

- Dile a Dumbledore.

- ¿Y si fue Draco?

- Con ese no aplica, defiéndete lo mejor que puedas. Pero si te hizo daño...

- "Dile a Dimbledore" – arremedó Lill.

- ¡No! Dime a mí y yo lo golpeo.

Los dos se rieron.

- Y ya suéltame, Lill, que me estás sacando el aire – Roger se despegó de ella - ¿Mejor?

- Gracias Roger – Lill sonrió y él besó su frente –. Pero... ¿Cómo sabes cuando me siento mal? Nunca he entendido.

- Es cuestión de magia – sonrió Roger mientras recogía su equipo –. Y ahora tengo que irme, voy a entrenar ¡Quidditch!

- DAVIES – gritó Lill cuando el iba hacia la puerta - ¿Cómo?

- Es fácil, niña. Siempre me llamas por mi apellido cuando te pasa algo – Roger terminó de salir de la sala común.

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Amaneció Navidad: frío, blanco y solitario.

- Despierta... Lill... hay que abrir los regalos – Betsy le hablaba desde un extremo de la cama.

- ¿Eh? – Lill abrió un ojo y lo primero que vio fue un par de coletas castañas en una cara redondita decorada con una gran sonrisa - ¿Qué? ¿Hay alguno para mí?

- Claro, dormilona – rió Betsy -. Hay carta de tus padres, paquete de Roger, de Penny, de Jacob y una carta de tu tía... mmm... ¿Meba?

- ¿TIA MABE? – Lill despertó con tanto estruendo que hizo a Betsy saltar - ¿Dónde están?

- En el mismo lugar que el año pasado: la sala común.

Lill saltó de la cama y corrió a la sala común con Betsy detrás. Los regalos estaban bajo el árbol de navidad. Sus padres le habían mandado algunos galeones en un sobre con una nota de "Feliz Navidad"; tía Mabe también le envió galeones y una carta bastante extensa; Roger le obsequió un broche para el cabello con forma de estrella, las piedras no dejaban de billar en una tonalidad rosa y plateada; en el paquetito de Penélope encontró una botella de tinta que cambiaba de color y Betsy le entregó a última hora una caja de ranas de chocolate.

Ahora sólo esperaba que los regalos que ella había dado fueran del agrado de todos. Tía Mabe le había hecho el favor de mandarle lo que le había encargado. Ella era la única persona de su familia con la que podía tener cierta complicidad/confianza.

- Encontré algo – dijo Betsy mientras Lill buscaba la forma de llevarse todo a la habitación para guardarlo – las lechuzas las trajeron temprano. Creo que son de Padme y Elliot.

Betsy le extendió las cartas. Los dos aceptaban sus disculpas (y los reglos), decían que el asunto no había sido para tanto y que era mejor olvidar eso. Lill recuperó los ánimos, tanto como para correr a arreglarse y aceptar ir a la cena de navidad.

Los Ravenclaw ocuparon su mesa en el Gran Comedor, que estaba muy arreglado lleno de árboles decorados, serpentinas de acebo, muérdago y nieve mágica que caía de lo alto. La comida fue deliciosa, sobre todo con la compañía de Dominic, Roger, Penny, Betsy y los disparates de Jacob.

Al terminar su cena, Lill vio que Hermione, Ron y Harry salían del Gran Comedor a toda prisa. No les tomó mucha importancia, pero cuando notó que Malfoy también se escabullía como que se le antojó salir a tomar aire fresco.

- Oye, Lill ¿A dónde vas? – preguntó Roger al levantarse Lill.

- Pero, Daves ¡Qué desconfianza! – exclamó Jacob "ofendido" -. Anda, Lill, huye mientras yo lo distraigo.

Jacob hizo reír a la mesa y Lill salió un poco más desahogada.

Por los pasillos no encontró a nadie, con suerte y Peeves estaría entretenido poniéndole truco a los instrumentos en los salones de clases. Como Lill no quería correr el riesgo de encontrarlo a él (o a Malfoy) optó por salir del castillo.

Hacía frío afuera y la nieve de verdad cubría el bosque. No era muy seguro estar afuera, pero era un día irremediablemente melancólico. Pensó en sus padres y el futuro que querían para ella. Estaba condenada a tener éxito por ser hija única, en ella se concentraban sus esperanzas. Rió cuando la imagen de tía Mabe y ella haciendo travesuras le llegó a la mente.

Así caminó hasta la orilla del lago sin hacer caso a nada más que a sus recuerdos. Extrañaba el barrio muggle en el que vivían, a sus padres les costó mucho trabajo ocultar los estragos que ella causaba cuando empezó a utilizar sus poderes. Su infancia había sido memorable pero al crecer, su padre tenía menos tiempo para ella y lo sustituyó por libros. Por eso fue por lo que quedó en Ravenclaw. Una lágrima rodó por su mejilla y como si le diera vergüenza con el bosque volvió su cabeza hacia un lado para ver ¿Rubio? ¿Qué demonios hacía ese ahí?.

- ¿M-Malfoy?

Draco no se había percatado siquiera de su existencia, si Lill no hubiera estado tan nerviosa lo hubiera leído en la cara de desconcierto del rubio.

-o- La noche se perdió en tu pelo

La luna se aferró a tu piel

Y el mar se sintió celoso

Y quiso en tus ojos estar él también

Tu boca sensual... -o-

::: Penumbras :::

Sandro de América

Sé que aún no he descrito a Lill Jao, pero qué mejor que lo haga según lo que Draco vió en ese momento. El cabello negro y lacio le caía a la mitad de la espalda, contrastaba completamente con su piel blanca y mortecina (de no ser por las facciones cálidas y sus pupilas azules podría decirse familiar de Snape). Ella observaba atentamente los ojos grises, pero Draco no pudo resistir pasear su mirada por la nariz afilada hasta llegar a sus labios de coral que temblaban casi imperceptiblemente y por el frío se veían un poco más intensos y... mmm... ¿Besables?. Después de la rápida inspección titubeó un poco y parpadeó ¿Qué demonios estaba haciendo? Y luego fijándose en... en... (por la sorpresa inesperada no sabía que adjetivo ponerle)... tonta, sí, eso era: una atolondrada sabelotodo como Granger. Imposible.

- ¿Y tú qué haces aquí? – preguntó Draco tratando de parecer inmutable - ¿Espiando a la gente decente?

- Malfoy, por favor ¿No puedes dejar eso de lado ni siquiera por Navidad?

- Navidad o no, no me gusta dejar las cosas de lado, pero tu ya debes estar acostumbrada a como son tus amigos y lo que hicieron contigo...

- Mis amigos no me dejaron de lado, se fueron para pasar Navidad con su familia y sobretodo Elliot que está en peligro

- Es natural. Si el heredero ha regresado, abrirá la cámara de los secretos y muchos sangre sucia morirán. En lo personal es sólo basura que debe ser botada.

- ¡Qué compasión! – suspiró Lill.

- Uno nunca sabe, el próximo podría ser Flagg y no correr con tanta suerte como para ser petrificado – Draco levantó una ceja y le sonrió descaradamente.

- NO TE ATREVAS A REPETIR ESO – Lill le apuntó a la cara.

- ¡Uy! ¿Te molesta que agreda a ese tonto? – entonces se levantó y acercó su cara a la de Lill, desafiándola - ¿A caso te gusta o qué?

-o- ... peligrosa -o- ;)

::: Penumbras :::

Sandro de América

- CALLATE, MALFOY – gruñó Lill – En vez de estar molestando a todo el que se te atraviesa en el camino, deberías de ser más útil para la comunidad mágica y para tus propios padres – los ojos de Draco relampaguearon de furia -. ¿Qué te parece conseguir un poco más de cerebro al estilo Granger? ESTAS CELOSO PORQUE UN "SANGRE SUCIA" TE SUPERA EN TODO. No puedes tener un juego de quidditch decente ¿Qué te parece invertir tiempo en eso? "Uno nunca sabe" – Lill le remedó - tal vez para la próxima puedas ver la snich sobre tu oreja.

"No pierdas el tiempo, Draco Malfoy, a Potter nunca lo echarán de esta escuela pese a todos tus esfuerzos. ADMITELO, él es más valioso para Hogwarts y todo el mundo mágico que tú ¿Necesito recordarte todo lo que hizo en una noche? Porque no creo que se pueda superar eso con lo que tú hagas en TODA TU VIDA.

Breve, pero doloroso. Eso golpeó fuerte el orgullo Malfoy, no se imaginaba que pudiera concentrarse tal veneno en nos labios tan...

Cuando Lill se giró para regresar al castillo una mano fría aprisionó su muñeca y la jaló con fuerza. En un movimiento rápido Lill cayó sobre Draco (que tampoco esperaba hacerla caer). Sus ojos se toparon. Por el estado de shock y el contacto ambos quedaron estáticos. Lill sintió un cosquilleo por todo su cuerpo, sobre todo en su mano izquierda. Trató de incorporarse inútilmente. Draco reaccionó cuando sintió sus dedos humedecerse (que todavía sujetaban fuertemente la muñeca de aquella) ¿A caso estaba sintiendo se nervioso por la Ravenclaw? Ante tan espantoso pensamiento la soltó.

- Me has hecho daño – murmuró Lill cuando logró safarse.

- ¿QUE? – Draco había escuchado bien, pero no pareció entender sus palabras.

Lill extendió su mano izquierda cuando se incorporó para enseñársela al rubio (que seguía en el piso): en la palma de su mano había un corte profundo de unos 5 cm de largo que sangraba copiosamente y en su muñeca habían quedado marcados en escarlata su dedos. Draco volteó a ver sus manos, estaban ensangrentadas (se las había frotado para deshacerse de cualquier prueba del nerviosismo que sentía y ahora estaban viscosas).

- ERES UN IDIOTA – Lill golpeó en el piso con el pie y corrió al castillo.

Ella estaba furiosa. Pero ¿qué se creía? Ahora por su culpa tenía una gran herida que dolería para sanar. Se dirigió a la enfermería. No se veían estudiantes por los corredores y agradeció eso porque si no, habría tenido que dar explicaciones de su pequeño "incidente", incluidas las marcas en su muñeca.

Madam Pomfrey se escandalizó un poco al ver la sangre:

- Pero, niña ¿Qué te ha pasado?

- Yo...

- Quiero que cierres los ojos, va a doler un poco – vertió un líquido blanco en su mano.

Lill sintió por unos segundos como si aquella cosa fuera aceite hirviendo. La sensación desapareció y pudo comprobar cuando abrió los ojos, también la herida. Agradeció a Madam Pomfrey por haberla curado y esta le recomendó que no anduviera por ahí haciendo travesuras que la lastimaran (Lill no se imaginaba lo importante que llegaría a ser este consejo).

Cuando entró a la Sala común, notó que la herida se había borrado completamente, pero las marcas en su muñeca no. Odiaba que le sucediera eso, su piel por ser muy pálida se marcaba por cualquier cosa. Ocultó su mano en el bolsillo de la túnica y subió corriendo al dormitorio.

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O el frío aumentó mientras Lill regresaba al castillo o Draco se percató de él hasta entonces. Se sorprendió pensando en los ojos de la Ravenclaw, se parecían tanto al lago de Hogwarts: azules y misteriosos. Tal vez si ella hubiera quedado en Slytherin ahora podrían ser amigos, pero nunca lo sabría ¿PERO QUE ESTUPIDECES ESTABA PENSANDO? Seguramente la necesidad de tener una conversación decente era lo que le hacía imaginar cosas imposibles y acababa de perder una oportunidad ¡Si tan solo no tuviera que hacerse temer para ganar respeto para su apellido y así satisfacer a su padre!

Estaba marcado aún antes de que lo ordenaran como mortífago, todo gracias a su padre. Odiaba la forma en que lo manipulaba, lo humillaba a la primera oportunidad y menospreciaba sus esfuerzos. Había aprendido quidditch sólo para satisfacerlo, pero nada de lo que hacía le era suficiente. Comenzaba a creer que no lograría agradar a su padre aunque alcanzara a ser tan grande como el mismo Lord Voldemort.

Ya caminaba por el castillo cuando reflexionó "¿Necesito recordarte todo lo que hizo en una noche? Porque no creo que se pueda superar eso con lo que tú hagas en TODA TU VIDA". Con la ira recobrada dio un puñetazo en la pared ¿Qué iba a saber esa? Igual y si su destino era ser un mortífago iba a hacer cosas muy grandes, sobre todo con la fuerza del señor oscura de su parte.

-o- Cada vez son muchos más los que se acercan...

la gente siempre aplaude.....

y temo tanto darme cuenta.....

que tan solo condesciendan...

con mi modo de mirar...

sin saber a ciencia cierta....

si comparten lo que digo.....

si en verdad están conmigo...

si conceden la importancia y el valor...

que les concedo yo también!!! -o-

::: Carta a Francia :::

Fernando Delgadillo

Le amargaba pensar que tal vez lo que ella le dijo era verdad. Su método fue el más crudo, tomando en cuenta que en Slytherin lo hacían sentir como líder aunque lo criticaran a sus espaldas. Estaba consiente de eso. Podía ser engreído y arrogante, pero no idiota.

Escondió sus manos en la túnica y entró rápidamente a su Sala común, corrió a los servicios para limpiarse la sangre. Se miró en el espejo mientras el agua besaba sus manos, se veía el rostro desencajado, empalidecía a muerte, triste. Sus pensamientos no ayudaban a terminar con las palabras recibidas. La voz de la Ravenclaw resonaba en sus oídos.

Recordó el recorte de periódico que aguardaba en su habitación. Tal vez burlarse de alguien lo podría reanimar un poco. Ahora tenía que buscar a Crabbe y a Goyle.

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14 de Febrero

- ¿Qué pasa aquí? – preguntó Padme, Elliot y Lill miraban a su alrededor.

Lockhart hablaba cuando ellos entraron al Gran Comedor. Algunos profesores lo miraban estupefactos y Snape lo veía con tal odio que parecía estar hechizándolo

Se sentaron todavía sin comprender. Caía confeti en forma de corazón, había flores por todos lados y hasta los emparedados de beicon parecían tener escrito "love".

- ¿Esto lo hizo Lockhart? – preguntó Lill y Betsy asintió efusivamente.

- Hay más – Elliot señaló a los duendes con arpas y alas doradas que acababan de entrar, no se veían muy felices con el cambio de atuendo.

Trataron de tener un desayuno tranquilo, pero tanto color rosa alrededor comenzaba a hacerlos sentir náuseas. A excepción de Padme, que estaba muy ocupada admirando la túnica rosa de Lockhart que estaba a juego con la decoración.

- Corre, tenemos que ir a clase – Lill le dio un codazo a Elliot para que terminara su jugo de Calabaza.

- ¿Nos vamos temprano? – preguntó Elliot.

- Puede, pero ya no quiero estar aquí – respondió Lill –, los enanos me ponen nerviosa.

- No es tan malo – suspiró Padme - ¿No creen que el rosa le queda muy bien al profesor Lockhart?

- Vámonos - Elliot soltó la servilleta sobre la mesa y se levantó.

En el aula de Historia de la Magia los cupidos malhumorados hicieron su aparición y, para sorpresa/enojo de Elliot, varias tarjetas fueron para Padme. En realidad Padme tenía una sonrisa inocente que encantaba a cualquiera, así que no era extraño que comenzara a gustarle a los chicos. Lill también había recibido algunas tarjetas. Roger nunca dejaba de sorprenderla, le había enviado una tarjeta que cuando la abrías llenaba el ambiente con aroma a flores.

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Ya iban a ser tres días desde que entregaron sus listas de materias optativas para el curso siguiente. Nadie estaba muy seguro de lo que quería estudiar después, pero hicieron un gran esfuerzo para no elegir lo mismo que otro sólo por acompañarse.

- ¿Tú qué tomarás Pad?

- Creo que Artimancia y...

- ¿Señorita Jao? – el profesor Flitwick entró de improviso a la Sala común – Sígame por favor.

Padme la vio de manera interrogante pero Lill sólo se encogió de hombros y siguió a Flitwick.

Caminaron por los corredores de Hogwarts en silencio, pero Lill no pudo aguantar su curiosidad:

- ¿A dónde vamos, profesor?

- A la oficina del director – respondió Flitwick con voz amable – quiere hablar con usted sobre las materias del próximo curso.

Llegaron a la gárgola, Flitwick dio la contraseña y le cedió el paso a Lill:

- Pase por favor.

- ¿No vendrá conmigo?

- Señorita Jao, todo estará bien, no se preocupe.

Lill entró y la gárgola giró, cerrando la entrada. Las paredes de la oficina estaban llenas de retratos de magos y antiguos directores. Se mantuvo de pie para esperar a Dumbledore, era todo un reto mantenerse quieto con tantas cosas para curiosear.

- Señorita Jao – Dumbledore bajaba las escaleras.

- Señor – Lill hizo una pequeña inclinación.

- Siéntese por favor.

Se veía cansado, seguramente por la responsabilidad de mantener al colegio en pie mientras había una fuerza amenazante que lo retaba a defender a sus alumnos. Sin embargo, sus ojos seguían siendo igual de penetrantes como el primer día que lo vio en la Ceremonia de Selección.

- Quiero hablar con usted – prosiguió - sobre su próximo año de educación ¿Conoce a Anna-Varney?

- Mi padre me ha hablado de él y también el profesor Binns lo ha mencionado. Anna-Varney fue un fiel aliado de El-que-no-debe-ser-nombrado cuando éste era poderoso, pero al ser derrotado declaró ante el Ministerio de Magia que el Señor Oscuro lo había hecho esclavo por un hechizo de gran magnitud. Cuando las autoridades lo dejaron en paz se fue vivir a una ciudad muggle. Creó un grupo llamado Sopor Aeternus, compone música con ayuda de The ensamble of Shadows y la vende a los muggles. Muy pocos saben donde está exactamente y desde entonces no ha tratado de reunirse con otros mortífagos.

- Veo que es de los pocos alumnos que ponen atención al profesor Binns – rió Dumbledore -. Muy bien señorita Jao, lo que quiero tratar con usted es la posibilidad de que pasara algún tiempo bajo la instrucción de Anna- Varney.

- ¿¡Y-Yo!? – Lill saltó en su asiento.

- Por supuesto, es una gran oportunidad para formar un carácter y poner a prueba su madurez.

- Pues... me parece bien, pero tendría que comentarlo con mis padres.

- No se preocupe, ya están informados. De hecho su padre ha querido adelantar el viaje cuando terminen las vacaciones de semana santa, he hablado con el señor Varney y no ha tenido objeción en recibirla éste Lunes ¿Qué opina?

A Lill se le hizo un nudo en la garganta. Con que a su padre lo le parecía suficiente tenerla en la escuela el periodo de clases y las vacaciones de invierno, sino que la quería lo más lejos posible. Lo peor era que no se podía negar a lo que su padre le dictara porque si no a ella le iría bastante mal.

- ¿Cuánto tiempo pasaría con él? – preguntó Lill mirando al piso.

- El resto de este curso y el próximo, después podrá reanudar sus estudios en Hogwarts.

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- ¿QUE VAS A DONDE? – Elliot puso el grito en el cielo.

- No estoy muy segura, sólo sé que viviré un año y 3 meses con Sopor Aeternus – gimió Lill.

- Creí que era Anna-Varney – dijo Padme.

- Es lo mismo, Padma – Elliot entornó los ojos -. El tipo está completamente loco, dice que The ensamble of Shadows son espíritus que le ayudan a componer canciones por medio de lucecitas danzantes, así que es el único miembro de su grupo Sopor Aeternus.

- ¿Tus padres no protestaron a irte a quedar con un tipo así? – preguntó Padme.

- No, esto era de un año y mi padre propuso adelantar el viaje, él sabe muchas cosas que no me ha dicho. Supongo que este tipo era alguno de sus amigos o algo así – sollozó Lill y Padme la abrazó -. Me voy el Lunes en la madrugada para llegar a tiempo a donde quiera que sea que valla a ir.

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