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                                                           El objeto de mi... ¿Aprecio?

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Cartas

Lill no es mala... ¿o sí? Draco es el único que puede descubrirlo, actuación especial de Sopor Aeternus. Comienzo lento. Capítulo 5: Cartas... ¿felicidad o tristeza?

Teman mis queridos (y escasos) lectores... HE VUELTO

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     ¡Recibe en la frente este beso! Y, por librarme de un peso antes de partir, confieso que acertaste si creías que han sido un sueño mis días; ¿Pero es acaso menos grave que la esperanza se acabe de noche o a pleno sol, con o sin una visión?  Hasta nuestro último empeño es sólo un sueño en un sueño.

     ::: Un sueño en un sueño :::

     Edgar Allan Poe

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     Ya se había ocultado el sol, el cielo era color azul claro y las nubes adquirían un tonalidad morada muy suave; la lluvia parecía rocío, cayendo muy despacio.  Lill estaba recargada en la ventana, el pueblo estaba muy quieto.

     - ¿Te encuentras mejor? - Varney entró con una taza de té - Deberías regresar a la cama.

Entonces se dio cuenta de que en el aire había estelas color verde, anaranjado, rosa y amarillo que brillaban incesantemente, dejó la taza en la mesilla junto a la puerta y se aproximó a Lill.

     - ¿Te hizo daño? ¿Qué sucedió? - preguntó alarmado, pero ella se veía tranquila.

     Tantas cosas en la mente, me aterran

     - Me visitaron hace unos momentos y me regalaron una canción.

     - Pero... Anna...

     - Anna no estuvo aquí, sólo ellos, The ensemble of Shadows.

Sus ojos brillaron, esto hizo que Varney sintiera escalofríos.

     En pensar en todo y nada de una vez

     - Me han dicho que no tema, que la muerte no es mala, sólo inevitable.  Ellos deberán saberlo, están muertos. Varney, no quiero cometer más errores ¿puedo confiar en ellos?

     - ¿Qué te han dicho?

     - Que ellos me acompañarán por el sendero de la muerte, que me ayudarán a no sufrir tanto y que ya conocen el camino.

     El estar dormido y soñar con frío

     - Ellos han estado conmigo desde que vine aquí.

     - Lo sé, me lo dijeron mientras curaron mi mano - retiró las vendas con cuidado y la herida había desaparecido -, me siento bien ahora gracias a ellos... hicieron desaparecer a Anna.

     - ¿Las pesadillas se fueron?

     - Sí - respondió Lill con una sonrisa.

     - Ten cuidado.

     - También me dijeron que traerías noticias, buenas noticias.

     - Pues... - Varney sacó un sobre del bolsillo interno del saco - eso no lo sé, está sellada.

     El permanecer perdido, buscándote

El nombre completo de Lill estaba impreso en verde y al reverso tenía un fénix con hojas de laurel, un sello sencillo.  Ella lo tomó y lo abrió despacio, era de su padre.  Varney se sentó en la cama mientras contemplaba el rostro de Lill, buenas noticias.

     - Quiere que valla a casa para Navidad.

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     Tras los muros de mi casa, tan fría

Sentía el sabor a sangre en sus labios, ese golpe sí que había dolido, pero se levantó. 

     Puedo pensar en algo para hacer calor

Tomó aire y un poco de fuerza y le dio a Potter un golpe en el estómago que lo hizo caer.

     - ¡Ya verás, Malfoy! - gritó Hermione - McGonagall lo sabrá.

     - ¡Maldito bastardo! - amenazó Ron apuntándole con la varita.

     - A puño limpio, comadreja, así lo quiso el estúpido y soy mejor que él de todos modos - gritó Draco extendiendo los brazos.

     - Pero esto no se va a quedar así - dijo Harry mientras Seamus y Dean lo llevaban con dificultad hacia la torre de Griffindor.

Los Slytherin festejaron la paliza que Draco le dio a Potter, pero él no parecía muy feliz.

     - Valla, Malfoy, hasta que lo pusiste en su lugar - dijo Blaise, esperando una sonrisa de satisfacción o de superioridad, pero no hubo tal cosa.

     - Vete al infierno, Zabini - los Slytherin callaron, sorprendidos y Draco se alejó en silencio con la mirada perdida y los puños apretados.

     El no verme me hace titubear y dudar

     - ¡Oh, Draco! ¿Qué te pasa? - chilló Pansy, caminando tras él.

     - No me sigas, Parkinson, esto no te incumbe - gritó sin volverse hacia sus amigos y siguió caminando.

Ya que estuvo lo suficientemente lejos, hubo murmullos crecientes en el grupo que dejó atrás.

     - Ese endemoniado genio ¿Alguien sabe qué tiene? - preguntó Blaise pasando la vista por todos los que le rodeaban, pero nadie contestó.

     xxx

¿Le había dado a Potter su merecido? ¡Por supuesto que lo había hecho! ¿Esto lo hacía sentir bien? No lo sabía.  Draco llegó a compadecerse de Harry, todo por culpa de un roce ocasional, el grandísimo idiota de Potter lo había retado a dejar la varita y a pelear como hombre, según él esa era la forma de solucionar el problema entre los dos de una buena vez.  Estaba muy molesto, extremadamente molesto.  Lo había estado provocando toda la semana y al último el niño quiso defenderse y terminó partiéndole la cara.

     Pero esa imagen no se irá jamás

Draco sacó de la túnica un pedazo de pergamino muy maltratado.  Lo había leído hasta el cansancio para ver si había cambiado algo en el texto que su padre había escrito, pero era imposible, las palabras eran las mismas.

     - Esto es... - pasó la mano por su cara - terrible.

Salió del castillo y regresó al lago, ahí donde las raíces del roble se mostraban amables y le dejaban meditar en silencio hasta que se sintiera reestablecido para regresar a la realidad.  O todo había crecido o él se sentía mil veces más pequeño.  En el pergamino se le indicaba que lo ordenarían mortífago cuando saliera de Hogwarts, sin embargo le temía al Señor Oscuro como todos los demás, la influencia de su padre no había cambiado eso.  Afortunadamente el sacrificio todavía se veía muy lejano, pero el aviso sobre la siguiente reunión de los mortífagos era lo que le preocupaba.  Se había dicho que no se reunirían hasta que él tuviera suficiente fuerza como para regresar y era muy pronto, o al menos esperaba que se pudiera aplazar un poco más.

     El pensar en ti me hace recordar

Una ráfaga de aire rozó su cara, refrescándolo y pudo recordar algo... Tal vez no se había equivocado esa noche, la lluvia, las pesadillas. 

     El encanto que provoca tu fragilidad

Su mirada gris se detuvo en el lago, de ahí había emergido Voldemort, en ese mismo lugar había estado con la niña de ojos azules... ¿eso era realidad o ficción?... ERA LA MISMA CHICA.  Pero... ¿dónde estaba ahora? Lo único que sabía era que el lugar no era Hogwarts.

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     - ¿Segura que no quieres que te lleve a comprar un vestido para Navidad? - el periódico extendido y el café sobre la mesa.

     - No, Varney, no te preocupes.

     - Tengo suficiente tiempo.

     - Eso ya lo había notado - Lill rió, mostrando un plato de los que estaba lavando, pero después se puso seria - ¿Cuánto falta para tu próxima transformación?

     El estar sentado aquí me puede congelar

     - ¿Tan rápido trascurrieron dos meses?

     - Aunque no lo creas - contestó Lill

     - Esta noche, y no quiero que estés ahí.

     - Anna no va a acudir esta noche.

     - ¿No? - Varney puso el periódico a un lado.

     - Ellos me lo dijeron, no pasarás por eso de nuevo, hasta la guerra.

     - ¿Y tú?

     - Sigue en ti, yo sólo absorbí una cuarta parte, no tengas cuidado.

     El hablar de ti me puede delatar

     ::: Beber de tu sangre :::

     Fobia

     - Me sorprende que hables con tanta tranquilidad...

     - Cortesía de Anna.
     - ... y que actúes como si lo supieras todo.

     - ¿Es malo? - Lill arqueó una ceja.

     - No lo creo, pero ten cuidado con tus "súper poderes".

     - Ellos dijeron que...

     - ¡Deja de decirme lo que ellos dicen!

     - Ja ja ja...

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     A Varney le preocupaba el que Anna no saliera a la superficie dos meses después del percance, se había pasado dos días encadenado en el sótano sin obtener respuesta y Lill se veía muy extraña a pesar de sus avances académicos, pero lo atribuía al contacto con The ensemble of Shadows.  La forma de comunicación entre los dos se había vuelto especial, desde entonces Lill comenzó a hablar con los ojos en vez de utilizar sus cuerdas vocales, de hecho ahora no hablaba mucho y, sin embargo, Varney se había encariñado tanto.

     - ¿Te sientes bien? - Varney tocó a la puerta.

     - Sí - simple respuesta.

     - Debes apurarte.

     - ¿Utilizaremos traslador?

     - No, llegarás a casa por la chimenea, envié una... "carta" a Dumbledore y lo solucionó.

     - Si no quieres que me entere no hay problema.

     - ¿Te molestaría salir ya de tu recámara? No es muy agradable charlar con la puerta.

La puerta se abrió.  Lill llevaba un vestido color menta con una cubierta de gasa de manga larga.

     - ¿Qué te parece? - ella dio una vuelta, se veía encantadora.

     - Te ves muy bien - admitió Varney - ¿Qué tal en azul ozono? - sacó la varita (la primera vez que lo hacía frente a ella) e hizo unos cuantos movimientos sobre la cabeza de Lill - combina con tus ojos.

El vestido cambió a azul cielo con un acabado tornasol en los bordes.

     - ¡Genial! - Lill se metió de nuevo en la habitación para verse en el espejo y cerró la puerta.

     - ¡Recuérdame no volver a hacerlo! O terminaré hablando de nuevo con la puerta - lo último lo dijo para sí con una sonrisa.

Después de treinta minutos, bajaron a la sala, donde estaba la chimenea.

     - Te voy a extrañar mucho - susurró Lill mientras lo abrazaba.

     - Son sólo unos cuantos días, regresarás pronto.

     - De todos modos.

Varney se despegó de ella, tomando su cara entre sus manos y depositó un beso en su frente.

     - Ya vete - tomó un frasco que estaba sobre la chimenea y lo abrió.

     - ¡Phoenix Jao! - arrojó los polvos al fuego y se metió en él cuando cambió de color.

Varney se sentó en el sofá, estaba receloso de las intenciones con las que el padre de Lill la había hecho regresar.

     - Buenas noticias - se dijo con sarcasmo.

     - Ella sólo quería que te mantuvieras tranquilo - escuchó voces en su cabeza, The ensemble of Shadows.

     - No voy a permitir que algo le pase a Lill - gritó Varney y pegó con el puño en la mesa.

     - Es inevitable - respondieron - y nosotros no somos el enemigo, tú lo sabes perfectamente, lo que tiene ella en sí misma es lo mismo que tú tienes ¡Ya deberías saberlo! Ella va a morir en el mismo instante y por la misma causa que tú.

     - Es sólo una niña, no creo que le haya afectado mucho, tal vez todavía pueda remediarse - dijo esperanzado.

     - No - resolvieron -.  Ella ha cambiado, incluso puede observarlo en el brillo de sus ojos, en poco tiempo su conducta también lo hará.  No puedes decidir por ella, Varney, entiendo que le hallas tomado aprecio, pero no puedes arrebatar un papel que no te corresponde.

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Y O R U   B L A C K

Pues... Al parecer te anularon en review anterior ¡¡¡pero sí recibí este!!!

Varney... suspiroestá en su naturaleza ser tierno... Ejem... En fin... Creo que esta vez me pasé con el pobre de Harry... ¿tú qué crees? Quiero aclarar que no fue por favoritismo, igual y Harry se lo pueda surtir bien y bonito un día de éstos, pero el punto es de que cuando estás enojado estás enojado ya Draco no le importó en quién desquitó su coraje [y no creo que le importara mucho que fuera su Némesis].

Esta vez sí que me salió floja la trama, pero hice lo posible [de ahí que me he tardado tanto, sí, lo sé u.u].

A mi me gustan mucho tus escritos, y créeme, el instinto merodeador ¡¡¡va muy bien!!! A mi me ha hecho reír muchísimo el asunto de Sirius como mujer.  También me encantó la parte siguiente de la mariposa... Me sorprendió (sin duda), y el crimen me hizo sentir escalofríos.

Mucha suerte y ARRIBA ESA INSPIRACION.

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