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El objeto de mi... ¿Aprecio?
¡
>>Feliz Navidad, segunda parte.
Es tiempo de reflexionar, de escuchar al corazón, de buscar una nueva forma de ver la vida y el futuro, pero... ¿qué pasa cuando ese futuro ni siquiera se acerca a lo que quieres?
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Si tan solo pudiera verte, si tan sólo pudiera hablarte. Si tan sólo pudiera alimentarme con tu aroma, me bastaría para vivir, pero... ¿cuál es la realidad? Estás tan lejos que a ti no puedo llegar. Y me gustas tanto que por ti el día lo veo más claro, en las noches frías con tu recuerdo me abrigo, y con tu nombre me guío.
: Pero... :
Autor desconocido.
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El aroma del ponche hirviendo y de malvaviscos asados inundaban el ambiente. Los niños, aunque tratando no hacer ruido exagerado porque era una "celebración de adultos", corrían sonriendo de un lado a otro.
Niños pensó Draco con desagrado cuando un grupo de pequeños casi le hacen tropezar.
La cena había transcurrido en completa paz para todos, aunque Lill seguía preguntándose si se podía tener paz en ese lugar y entre esas personas. Pero no tenía mayor problema, su padre la lucía como nunca y hablaba de esa clase extra curricular fuera de Hogwarts, a la que el resto de la noche se refirió como campamento. Ella tuvo que hablar sobre sus adelantos en magia y encantamientos, lo que mejoro el humor de Lucius, pero empeoró el de Draco, ya que ahora tendría que mejorar lo que su prometida hiciera.
-o- Llevo la voz cantante –o-
A medida de que la conversación avanzaba, Lill notó que la mirada de Draco dejaba de ser de sorpresa y poco a poco la observaba como a un rival. Indiscutiblemente, eso le encantaba, al igual que desquitarse de los que se inmiscuían en la plática de los consuegros al hablar de sus logros.
Esta maldita egocéntrica pensó Draco mientras tomaba de su copa de whisky.
Y ahora dime, Lill¿qué forma adoptó tu Patronus? – preguntó el señor Jao por tercera vez en la noche.
- Padre, no quisiera presumir... – contestaba Lill con un tono que indicaba lo contrario.
- Ah... claro que no – dijo Draco por lo bajo, recibiendo una mirada reprobatoria por parte de Lill y un codazo por parte de su padre.
- Pues... fue un fénix – continuó abriendo ligeramente los ojos y, refiriéndose a Draco de forma inferior, agregó – y usted, señor Malfoy ¿qué forma adopta su Patronus?
- Yo... pues... – lo cierto era que no tenía idea de cómo hacerlo, pero qué más daba, había otras cosas que le interesaba más aprender – no he tenido el tiempo para practicar esas 'niñerías' – acentuó -, he estado ocupado en aprender pócimas y maldiciones – obvia excusa, pero Lucius sonrió.
- Ah... claro – contestó Lill con sorna por lo bajo.
- Sí, ya sabes – continuó Draco – los impuros se multiplican.
-o- Llevo la luz del tren -o-
Con eso, el pequeño Malfoy hizo golpear la mente de Lill con recuerdos que ella no dudó en apartar.
- Por desgracia – respondió ella con repulsión.
¡Vil mentirosa! pensó Draco con disgusto y levantó el dedo índice para refutar eso.
Se escucharon las notas de un piano, el conjunto de músicos que siempre entretenían las reuniones del señor Hilton había comenzado a tocar. Eso desvió la atención del Malfoy.
- Señorito Malfoy– se escuchó la voz del anfitrión, quien levantaba su copa –, haga los honores.
-o- Llevo un destino errante –o-
Atendiendo a la tradición, los prometidos bailaban la primera pieza. Draco cedió el paso a Lill y ella caminó hacia el centro del salón. Antes de poder seguirle el paso, Lucius lo detuvo, apoyando con firmeza el bastón sobre su hombro y le murmuró al oído "a una dama nunca se le levanta el dedo índice ¿entendido?".
- Sí padre – giró Draco para liberarse del bastón y siguió a Lill.
- Nunca se comporta así – se refirió Lucius a Phoenix –, es sólo que está un poco nervioso – concluyó pausadamente.
¿Bailar? El odiaba bailar.
La melodía se volvía un poco angustiosa... tango. Cuando la mística de violines inundó el ambiente, sus pies se deslizaron hacia ella y viceversa. La tomó de la mano y ha hizo girar un par de veces al compás del violín... siempre al compás del violín.
-x- Te volverán,
te volverán,
te volverán...
¡loco! –x-
La detuvo de golpe y la tomó entre sus brazos, inclinándola.
x- Roxanne,
no tienes por qué
poner esa luz en rojo.
Caminando por las calles por dinero,
no te importa si está bien
o si está mal –x-
Incorporándola con algo de violencia, la llevó al otro extremo del salón.
-x- No tienes por qué usar
ese vestido esta noche,
no tienes que vender
tu cuerpo a la noche –x-
- Bonita letra – comentó Lill con ironía -, y eso que es mi primera noche en tu mundo.
- Coincidencia, quizá – susurró Draco con malicia y ella lo fulminó con la mirada.
- Imbésil.
-x- Tus ojos sobre tu cara,
su mano sobre tu mano,
sus labios acariciando tu piel
¡Es más de lo que puedo soportar! –x-
La estaba haciendo sufrir un poco, eso era genial¿por qué no cobrarse lo que le había hecho sentir minutos atrás?
-x- ¿Por qué llora mi corazón?
Sentimientos que no puedo vencer.
Eres libre de dejarme,
pero sólo no me mientas.
Y, por favor, créeme cuando te digo... –x-
Él acercó de nuevo sus labios a su oreja, ella creyó que derramaría un poco más de veneno por eso del insulto, pero sólo depositó un beso rápido en su mejilla.
-x- "Te amo" –x-
Lill sintió que su cara se incendiaba y trató de liberarse de las manos de Draco.
-x- Y yo que te quiero tanto,
¿qué voy a hacer?
Me dejaste, me dejaste.
El alma se me fue,
se me fue corazón.
Ya no tengo ganas de vivir
porque no te puedo convencer
que no te vendas Roxanne –x-
Draco la tomó fuertemente de la muñeca, haciendo que girara repetidas veces y la atrajo hacia él.
Algunos de los presentes sonreían satisfechos... "bailaban muy bien" y para otros les era indiferente.
x- ¿Por qué llora mi corazón?
No tienes por qué poner esa luz en rojo.
Sentimientos que no puedo vencer.
No tienes por qué usar
ese vestido esta noche –x-
-o- Llevo tus marcas en mi piel –o-
: Mariposa technicolor :
Lill le siguió el paso, pero le encajó las uñas en uno de los cambios.
-x- ¿Por qué llora mi corazón?
No tienes por qué poner esa luz en rojo.
Sentimientos que no puedo vencer.
No tienes por qué usar
ese vestido esta noche
¡ROXANNE! –x-
: El tango de Roxanne :
Ewan McGregor y José Feliciano.
Draco reprimió cualquier signo de dolor, pero la sujetó todavía más fuerte al terminar de bailar.
- Baila usted muy bien, Señor Malfoy – comentó Lill con buen tono, pero la barbilla demasiado levantada como para intentar hacerle un cumplido.
- ¿Me concedes la siguiente pieza? - preguntó Draco arqueando un poco las cejas.
- No – contestó ella tajantemente y se volvió a ver a las parejas que ya se levantaban a bailar.
- ¿No? – replicó Malfoy confundido.
- No – repitió – estaba obligada a bailar la primera pieza, así que ahora te puedo mandar al demonio – sonrió cortésmente como si estuviera hablando sobre comer pudín -. Permiso.
Para su buena suerte, no hubo nadie que pudiera interceptar a Lill hasta llegar a la puerta del jardín y atravesarla. Ya había pasado lo peor y no faltaría mucho para que la noche terminara... sólo tenía que evitar algún roce.
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YORU BLACK
Celebrando tu regreso, niña! Pq t extrañé mucho!
TQ1Ch hermanita !
