La nueva historia de céfiro.

Capítulo IV.

Viejos ¿Amigos?

Anais y Paris ya se encontraban en Fahren. Desde el lugar donde se encontraban podían admirar la mayor parte de la ciudad Imperial.

- Me recuerda la ves que fui a China-

- ¿Adónde?-

- Es un país que se parece a este lugar-

- ¿He? Que te parece si mejor nos apresuramos a llegar al palacio de Aska-

- Estoy de acuerdo, ¡Wind...!-

- Espera me molesta mucho viajar en la mano de Windon.-

Paris comienza a concentrar energía en sus manos y conjura, como Ascot lo hacía, una criatura. Anais la recordaba, sobre ella habían escapado de la nave dragón de la Princesa Aska.

- Parece que Gurú Clef té a enseñado algo de magia-

- Si, pero esta criatura es un regalo de Ascot-

Mientras volaban sobre la ciudad se dieron cuenta de qué en las calles no había gente la ciudad estaba desierta. No tardaron en llegar al castillo. Las puertas se encontraban abiertas así que entraron, inmediatamente, tras de ellos, las puertas se cerraron.

Son atacados por un millar de estrellas ninja, Anais utiliza su viento guardián para protegerse, ella y Paris tratan de escapar para evitar a sus atacantes, sin embargo los ninjas logran rodearlos y comienza una pelea. Anais y Paris hacen un buen equipo entre los dos logran dejar a una gran cantidad de ninjas fuera de combate. Sin esperarlo, los dos son apresados por un dragón que les da una fuerte descarga eléctrica que los deja muy lastimados. La joven creadora del dragón que los ataco se apresura a dar ordenes.

- Conducirlos a una celda.-

- Así se hará, princesa Aska-

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Los otros dos viajeros han logrado llegar sin ningún contratiempo a Autosam. Se encuentran en la entrada de Zigney, la ciudad que esta bajo la protección del ahora comandante Geo.

- ¡Es muy diferente a Céfiro! Espero que podamos conocerla un poco.-

- Yo te la mostrare.-

- ¿Tienes amigos aquí?-

- ¡Cuidado! ¡Tírate al suelo!-

Latís cubrió a Lucy con su cuerpo, ambos cayeron a la tierra, un disparo de láser paso sobre sus cabezas. Lucy levanto la cabeza para buscar a su agresor.

-¿Qué fue eso?-

- A alguien no le agrada nuestra presencia aquí.-

Una especie de soldado apunta a la cabeza de Latís con una extraña arma.

- Identifíquense, tengo ordenes de disparar a cualquier desconocido que se acerque a la ciudad.-

Latís se levanto y ayudo a hacerlo ha Lucy para poder hablar con el soldado, quien al reconocerlo, quito el casco que cubría su rostro y corrió a abrazarlo.

- ¡Latís!, Soy yo Lilandra-

La niña pelirroja sintió algo que solamente había sentido una ves: celos. Ella observa atentamente a la chica que abrazaba a Latís, sus ojos eran de color miel, su tez morena y su largo cabello rubio cenizo recorría su bien formado cuerpo hasta su delgada cintura. Lucy seguía siendo muy ingenua pero podía darse cuenta de que esa chica era muy bonita.

Inesperadamente la chica se acerca a ella sonriendo.

- ¡Hola! Mi nombre es Lilandra ¿y el tuyo?-

- Mucho gusto, yo soy Lucy-

Las dos chicas estrecharon sus manos en señal de amistad, después de todo las dos eran chicas sencillas y simpatizaron inmediatamente.

- ¡Ha! Tú eres la famosa Lucy, Zaz siempre habla de ti. ¿No habías regresado a tu mundo?-

- Si, pero deseaba mucho regresar.-

- Bien. Vámonos, seguramente Geo y Zaz los han de estar esperando.-

El caballo mágico de Latís apareció para que el y Lucy pudieran seguir a Lilandra por la enorme ciudad de Zigney.

- Latís ¿Lilandra no iba en la nave nsx?. Su rostro me es muy familiar.-

El chico le respondió en un tono serio que no había vuelto ha emplear con ella desde que había regresado a Céfiro.

- Ella es la hermana menor de Aguila.-

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Afuera, dos guardias y el dragón que los había atacado dejándolos inconscientes. La celda era muy pequeña, tal ves diseñada para una sola persona, pues ahí no había más que una mesa, una silla y una cama. Paris despertaba, su cuerpo estaba adolorido por las descargas que había recibido y tenía algunas quemaduras, a su lado yacía Anais aun desmayada sobre el piso.

- Anais, despierta. ¿Estas bien?-

- Tan bien como puede estar una persona que sufrió una descarga eléctrica.-

Ella levanto su mano y dejo fluir su poder curativo por su cuerpo y el de Paris, después de algunos momentos los dos estaban recuperados.

Paris miro asía arriba. Trataba de encontrar por donde salir de la celda, solo había un pequeño tragaluz por el cual pudo darse cuenta que era de noche, la rendija era demasiado alta para subir hasta ella y demasiado estrecha para caber por ella. Los guardias se retiraron pero el dragón se acerco a la puerta de la celda y recargándose en ella la electrifico, por lo menos esa noche no podrían escapar.

- ¿Qué crees que haya pasado aquí? ¿por qué los guardias nos hicieron prisioneros.-

- Tenemos que salir de aquí para averiguarlo, pero hoy no podremos hacerlo, creo que ya tuvimos bastante de ese animalito.-

- Entonces será mejor descansar. -

¿Descansar? Pero que estaba diciendo, iba a dormir en la misma habitación con Paris y por si fuera poco solo había una cama en ella. Eso no estaba bien, ¿Qué pensarían Marina y Lucy? No ella no podía dormir en esas condiciones.

- Pensándolo bien, mejor no, no me siento muy cansada ¿y tu?-

- Yo tampoco, ¿entonces que hacemos?-

Los dos estaban mintiendo, el viento de Anais había sanado las heridas pero no podía proporcionar el descanso que requerían después de haber sido sometidos al ataque del dragón y estado varias horas sobre el duro piso. Lo único que a los dos se les ocurrió fue ponerse a platicar sobre las diferencias de Céfiro y el mundo místico, Anais sentada sobre la cama y él en la silla. La noche avanzaba y la temperatura descendía, Paris quito la capa de su espalda para que Anais se protegiera del frío, se sentó a su lado para seguir conversando. Para este punto los dos ya estaban muy nerviosos, una fuerza más poderosa que ellos los atraía el uno asía el otro. Sus bocas se fundieron en un dulce y tierno beso, ya no era nada nuevo desde aquel día en que Anais se marchara a pelear con Demoner con un beso tímido y dulce había sellado la promesa de que regresaría. Paris la estrujo contra sí, el beso se volvió más profundo, más apasionado, eso si era diferente sentían la necesidad estrecharse, de tocarse, querían estar más cerca el uno de otro. Ambos se dejaron caer sobre la cama, aun sobre el colchón seguían besándose y abrazándose. Se dan cuenta de lo que estaba apunto de pasar se separaron bruscamente, los dos se vieron a los ojos y entendieron sus sentimientos mutuos: todavía no estaban listos. Dándole un beso en la frente Paris dejo el lecho y fue ha sentarse en la silla, recargado en la pared intento dormir mientras Anais trataba de hacer lo mismo en la cama.

Al otro día fueron conducidos ante la princesa Aska, el dragón reposaba mansamente a los pies de su creadora. Ahora sabían quien los había capturado pero ¿Por qué?.

- Yo los condeno a muerte por haber invadido mi palacio.-

- Nosotros no invadimos su palacio princesa, vinimos a ayudarla.-

- Recibimos un mensaje donde nos pedías ayuda.-

- Yo no necesito ayuda y si la necesitara no la pediría a desconocidos.-

Las cosas no estaban bien, la princesa Aska no los reconocía, Anais intento acercarse a ella y hacerla recordar.

-¿ No me recuerda?, ¿No recuerda Céfiro?, ¿A la princesa Esmeralda?.-

- No sé de que me hablas intrusa. Ustedes han entrado en mis dominios y deben morir por eso.-

No era la manera de comportarse de Aska. No era el comportamiento de una niña, algo muy extraño estaba ocurriendo. En eso pensaba Anais cuando la princesa los ataca con un rayo, apenas alcanzo a esquibarlo. El rayo abrió un agujero en la puerta, un chico se encontraba detrás, al parecer iba a entrar cuando la princesa realizó su ataque, el polvo y el humo no dejaban ver sus facciones.

- ¡Anais, Paris! ¡Síganme!-

Los dos obedecieron y salieron corriendo detrás del chico, si los llamaba por sus nombres no podía ser un enemigo.

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La puerta se abrió y detrás de ella, ante Geo y Zaz, apareció Lilandra con una gran sonrisa en la cara. Se veía radiante, Geo penso que tenía muchisimo tiempo que ella no sonreía de esa manera tan picara y alegre.

- ¿A quienes creen que capture?-

Era digna de observarse la cara que puso Zaz al descubrir que detrás de Lilandra se encontraba una linda chica pelirroja que él recordaba muy bien (al parecer aún seguía interesándose en ella) y que decir de la que puso Geo cuando Latis cruzo por la puerta, su presencia no era precisamente agradable para él.

Zaz se apodero de Lucy y la llevo a recorrer todas las instalaciones de la base y Lilandra cometiendo un grave error los acompaño. Por lo que Geo y Latis se quedaron en la habitación mirándose, este ultimo se dio la vuelta disponiéndose a salir pero.......

- ¿Nuevamente estas huyendo?, No eres más que un cobarde. Así fue como llegaste aquí y como te fuiste, escapando de los problemas. No entiendo como es que Aguila pudo considerarte su amigo y Lilandra se enamoro de ti. No eres más que un maldito cobarde.-

El golpe fue dado con el puño cerrado, todo el odio y resentimientos de Geo lastimaron la quijada superior, del que alguna vez había sido su amigo, un hilo de sangre broto de su boca.

- ¿Ya te sientes mejor?-

Dijo él, mientras con su mano, limpiaba la sangre que brotaba de su boca. Salió de la habitación y camino por el pasillo, una duda se apodero de su mente, algo que la discusión con Geo había removido. ¿Ella aún lo amaba?

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- ¡Marina! ¿Que haces aquí? No debes levantare, todavía estas muy débil.-

- Necesitaba salir un poco, me estaba aburriendo mucho y quería despejar mis pensamientos.-

Tata se había encontrado con la "Guerrera Mágica" caminando por la orilla de uno de los abundantes canales de agua que corrían por todo el castillo. Marina había recuperado fuerzas con asombrosa rapidez pero en la opinión de Tatra era muy pronto para que caminara y anduviera por ahí. Los pensamientos de la morena fueron interrumpidos.

- ¿Por qué las personas se enamoraran de quien no deben?-

- ¿Por qué me preguntas eso a mí.-

- No te lo preguntaba, pensaba en voz alta. Tu no lo entenderías.-

- Insinúas que soy tonta, o de que no sé lo que es estar enamorada.-

Realmente no lo sabía, pero no podía permitir que Marina se percatara de ello.

- No Tatra, solo me preguntaba porque las cosas son tan difíciles a veces...........

¿No han sabido nada de Ascot?-

- Sí.......el día que lo vimos por ultima vez se marcho de Ziceta y nadie sabe a donde.-

Notas de la Autora.

¡Hola de nuevo!

Espero que la historia les este gustando y gracias a las personas que me han escrito para darme su opinión.

Quiero pedirles una disculpa, mi idea era escribir un capítulo por semana, pero como ya entre a la escuela me estoy tardando más. Espero que el próximo me lleve menos tiempo para que puedan disfrutar de él lo más pronto posible.

Me agradaría mucho recibir sus comentarios dudas, opiniones y sugerencias

Muchas gracias por el tiempo que se toman para leer esto y nos vemos en el próximo capítulo donde sabremos quien o quienes son los nuevos enemigos de "Las Legendarias Guerreras Mágicas."

Con cariño:

Anais.

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