La Nueva historia de Céfiro.
Capítulo VII
Un regreso, un sueño,
y un despertar.
Un suspiro exhalado de la boca de Marina escapaba mientras un pétalo más caía de la marchita flor que se encontraba en un florero sobre la mesita de noche. Era la flor que Ascot le llevaba el día que se había marchado, Caldina había querido deshacerse de ella por que cada vez que la chica del mundo místico la veía se deprimía. Pero Marina no se lo había permitido, según lo que Ascot le había dicho no volvería a verlo y esa flor era el único recuerdo que le quedaba de su amigo.
¿No era patética la vida? Ella perdidamente enamorada de Guru Clef sin atreverse a revelarle sus sentimientos y Ascot sufriendo por que la amaba y ella lo trataba como a un niño. Ahora los dos eran infelices y miserables, solo faltaba hacerle la vida miserable a Guru Clef.
- ¡Bonito argumento para una telenovela!- Dijo levantándose de la cama y estirando sus largos brazos. - Ser la buena y sufrida de la telenovela no va conmigo, ¡aquí por lo menos uno tiene que ser feliz! ¡¡¡¡¡¡¡¡ y voy a tratar de que ese uno sea yoooooooo!!!!!!!!!!-
-¿Qué ocurre Marina?,.-
Mariana había estado hablando consigo misma en voz baja y había terminado gritando con todas sus fuerzas, lo cual había atraído la atención de la mayor de las princesas de Ziceta que la miraba divertida.
- Nada solo....solo....¡hacia ejercicios de vocalización!, si eso era.-
-Vocali ¿qué?, ¡aaaah!, Practicabas tu magia. También puedes intentar con lo que hace Tata.-
Tatra toma a Marina de las manos y comienza a moverla para que dance junto con ella mientras apárese una gota sobre la frente de la guerrera.
-¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Heeeeeeeeeeeermaaaaaaanaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!!!
-¡Aquí estoy Tatra!
Tatra apareció por la puerta de la habitación de Marina lanzando chispas por los ojos y buscando a su hermana como una fiera que asecha a su presa, cuando la encontró le acerco un papel a la cara.
-¡Me quieres explicar que es esto!-
- Ay Tata (suspiro), No pense que fueras tan ignorante, es lógico que es un cartel.-
Tata enrojeció de coraje y rugió:
-¡¡¡¡¡¡¡¡Ya se que es un cartel!!!!!!!!!!, ¡¡¡¡¡¡¡¡¡lo que quiero saber es que hace mi imagen en él!!!!!!!!.-
- Pense que era una buena idea, es que tú eres tan tímida hermana, yo no quiero que te quedes solterona.-
Tata se lanzo a perseguir a Tatra por todo el cuarto.
-¡Veras cuando logre alcanzarte!-
- Pero, ¿porque estas tan molesta?-
Marina recogió el papel que Tata había dejado tirado.
"Se busca joven guapo, galante y educado con intenciones serias, para entablar una relación con joven y bonita princesa de carácter dulce y delicado". ,Sí encajas con la descripción ven al palacio de la ciudad Hindi. Al lado había una foto de Tata con su mejor vestido.
La chica sonrió, no era la única que tenia líos amorosos, Tata dejo de ahorcar a Tatra para acercarse a Marina.
-¿No crees que ya es tiempo de volver a Céfiro? Tienes que arriesgarte a decírselo sino te arrepentirás toda tu vida.-
Tata poso su mano sobre el hombro de la guerrera.
-¿De que hablas Tata?.-
- Deja de fingir Marina, sabemos lo que sientes por Guru Clef.-
La chica abrió grandemente sus azules ojos con una sombra de enojo.
-¿Cómo lo saben?-
- Solo lo sabemos.-
Dijo Tata y Tatra agrego:
- Si, es fácil averiguarlo cuando Caldina esta tomada -
Esta vez eran las dos princesas las que corrían, Marina engendrada en energúmeno las seguía mostrando unos colmillos y unas afiladas garras. Pero para su interior pensaba que Tata tenía razón tal vez era hora de regresar a Céfiro.
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-¡Latis no me quiere!, ¡Latis no me quiere!-
La chica pelirroja se encontraba en total oscuridad, aun portaba las ropas que llevaba en Autosam y se encontraba nuevamente sumida en una gran oscuridad repitiéndose una y otra ves esa frase. Su corazón estaba hecho pedazos, al igual que su autoestima y el veneno de la daga corría ya por todo su cuerpo, no podía moverse, no podía abrir los ojos, sentía que caía cada vez mas profundo pero no podía ver nada, solo sentía que caía sin que nada pudiera detenerla.
- Voy a morirme.-
El macabro pensamiento se escucho retumbar por todo el lugar.
- ¡No, no lo harás!-
Luz salió del vació, inclinando su cuerpo hacia abajo para que su caída obtuviera más velocidad y pudiera alcanzar a Lucy. Cuando la alcanzo la rodeo con sus brazos, al sentir el contacto con Luz, Lucy se estremeció.
- Aún me tienes a mí: a ti misma, a las personas que te aman....y a tus amigas .-
En ese momento ella abrió los ojos para abrazarse a Luz mientras las dos seguían cayendo en la oscuridad.
-A...Anais, Ma...rina.-
En su delirio llamaba a sus amigas.
Presea apenas si pudo entender las palabras de Lucy mientras retiraba el paño húmedo de la ardorosa frente de la joven.
- Querida Lucy ya llevas más de una semana así y nosotros no hemos podido hacer nada por ayudarte. ¿Qué ocurrió en Autosam? ¿Por qué regresaste sola? ¿Cómo permitió Latis que te ocurriera esto?......
"Latis", esa fue la única palabra que pronunciaste cuando apareciste en el salón del trono para luego desfallecer. Desde ese día permaneces así, sin abrir los ojos, con fiebre, no empeoras, pero tampoco mejoras, como esperando a alguien. Guru Clef esta desesperado, ya no sabe que más hacer para curarte. Ha intentado tantas cosas que comienza a desesperarse, se siente tan frustrado, siendo el Guru de Céfiro no puede hacer nada por ti. Y yo me siento aun más inútil e inservible por no poder ayudarte, por no alentar a Clef y no poder consolar a....-
Las puertas de la habitación se abrieron de golpe una sombra entro corriendo para detenerse frente a Presea y suplicarle.
- Ella a regresó....por favor, no le digas que yo estoy aquí.-
La chica rubia no espero ni un solo momento para correr a la sala del trono, tal vez Marina sabría algo sobre el estado de Lucy, si no era así, su presencia, tal vez podría lograr que la pequeña pelirroja cooperara un poco más para recuperarse. Presea entro al salón del trono justo cuando Marina comenzaba a contarle a Guru Clef una historia que el ya había escuchado, apenas había llegado a tiempo para impedir que se supiera el secreto de su amigo. La entrada precipitada de la armera interrumpió el relato. Al entrar comunico la petición a Guru Clef con la mirada. A los recién llegados les extraño que solo entrara ella.
-¿Dónde están Lucy y Anais? Me muero de ganas por verlas.-
Presea y Guru Clef tardaron un poco en contestar, ¿Cómo decirles que Lucy caminaba entre la vida y la muerte?. El silencio fue roto por Presea.
- Recibimos dos llamadas de ayuda. Una de Autosam y una de Fahren. Anais y el Príncipe se marcharon a Fahren (Guru Clef no pudo disimular una mueca de desaprobación) y Latis y Lucy fueron a ver que ocurría en Autosam pero.....-
La voz de Presea se quebró en ese momento y ya no pudo continuar Guru Clef decidió terminar de una vez.
- Lucy regreso hace pocos días...
Apareció en este mismo salón, mal herida y envenenada, he intentado todo para salvarla pero no he podido hacer nada más que parar el veneno para que no muera.-
El mago acentuó sus palabras dando un golpe en el piso con su báculo, estaba francamente desesperado, todo el conocimiento acumulado que tenía y no podía hacer nada más que parar el veneno y esperar. Rafaga y Caldina no creían lo que escuchaban. Marina volteo la cara a donde se encontraba Presea.
- Por favor, llévame con ella. Quiero ver a Lucy.-
Presea tomo la mano de Marina y ambas se dispusieron a abandonar el salón, seguidas por Caldina y Rafaga cuando una destello deslumbrante invadió toda la habitación. Por unos momentos no pudieron ver nada hasta que la luz poco a poco fue disipándose y todos pudieron observar una silueta conocida. Marina dio un grito de felicidad al descubrir a su amiga Anais después de que la luz se desvaneció. La chica de largo cabello azul corrió a abrazar a Anais, realmente estaba feliz de volver a verla. De pronto sintió que el pecho de su amiga se movía ¿se movía?.
Marina se separo de Anais inmediatamente y dos segundos después se escucho el llanto a todo pulmón de un niño, del niño que Anais ahora se ocupaba en calmar y Marina había aplastado al abrazar a su amiga.
Todos veían azorados caminar de un lado a otro a Anais con un niño como de cinco años en brazos, para calmar su llanto. Cuando el pequeño volvió a quedarse dormido Caldina y Presea se acercaron a Anais. La primera comenzó el interrogatorio.
- ¿De donde salió este niño?-
- Es algo un poco difícil de explicar.-
La chica bajo la cabeza, vaya que era algo difícil de explicar. Presea observa con atención al niño que Anais lleva en brazos y da un grito. Caldina volteo a verla extrañada.
- ¿Qué ocurre Presea?-
- Observa bien al niño, es idéntico a Paris.-
Caldina acerco su rostro a la cara del pequeñín que dormitaba plácidamente. La ilusionista dio también un grito y salto para colgarse del cuello de Anais que estaba más que sorprendida.
-¡ Felicidades Anais! No sabia que tu y París se habían casado.-
Las reacciones de los presentes merecen ser descritas: Ráfaga y Presea abrieron tanto los ojos que casi se les salen de las órbitas, curiosamente Marina y Guru Clef experimentaron la misma sensación de traición y enojo aunque por diferentes razones y por ultimo Anais estaba sonrojada y tenia una cara de espanto como si se le hubiera aparecido el difunto Zagato.
- ¿Que?-
- Entonces ¿Paris y tu no están casados?-
- Por supuesto que no.-
- Nunca pense que ese chico fuera tan cabeza dura, con razón no viene contigo. Pero en cuanto lo encontremos le haremos cumplir sus deberes para contigo. ¿Verdad Ráfaga?-
Anais se puso pálida, había entendido por donde iba Caldina.
Ráfaga no sabia que contestar, por suerte no tuvo que hacerlo pues corrió para auxiliar a Anais que estaba apunto de desmayarse con todo y niño en brazos. Marina se le adelanto y tomo a Anais de los hombros mientras la agitaba con fuerza.
- ¡Ah, no!, no te vas a desmayar sin antes explicarme por que no nos habías dicho que tenías un hijo.-
Eso fue lo ultimo que soporto la sensible rubia, su cara se puso roja del coraje y estalló.
- ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¿QUÉ ACASO SE VOLVIERON TODOS LOCOS?!!!!!!!!!!!!!!!¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ESTE NIÑO NO ES MI HIJO!!!!!!!!!!!¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ ES PARIS!!!!!!!!!!!!!!.-
En el tiempo que Marina llevaba conociendo a Anais jamas la había visto tan enojada y mucho menos levantar la voz de esa manera. Paris volvió a despertar y comenzó a llorar pero como no le prestaban atención se calmo. Presea se acercó a Anais y le hablo con una voz dulce.
- Tranquilízate Anais. Perdónanos, pero ¿No crees que nos debes una explicación?.-
La chica rubia levanto su respingaba nariz dando muestras de que seguía molesta.
- ¡Es lo que he estado tratando de hacer desde que llegue! Bueno no importa.-
Sonrió y comenzó a contar lo ocurrido en Fahren. Como nosotros ya conocemos parte de la historia solo escucharemos como Paris quedo convertido en un lindo niño de cinco años.
- La princesa Aska le insistió tanto a su maestro (En realidad le hizo un autentico berrinche -!) que él consintió en darle el día libre para llevarnos a conocer la ciudad, en la que habíamos estado escondidos pero no habíamos podido conocer en plena actividad. Pasamos un rato muy agradable hasta que cuatro chicas nos interceptaron y comenzaron a atacarnos. Sang Yong y la princesa Aska fueron fácilmente derrotados por Ocípete. Paris y yo resistimos todo el tiempo que pudimos pero las cuatro nos rodearon y crearon una especie de campo de fuerza a nuestro alrededor. Comenzamos a sentir mucho sueño y nos quedamos dormidos.-
Anais se quedo callada, recordaba claramente el sueño como si hubiera sido real.
- Señorita Anais. Despierte, llegara tarde a la boda-
La voz provenía de afuera de la habitación, era una voz que ella no recordaba. Miro extrañada la habitación donde estaba, era hermosa, la cabecera de su cama estaba tallada en madera y tenia incrustadas algunas joyas que al parecer eran valiosas, sus sabanas eran de una tela muy suave que sentaban muy bien al cuerpo y el colchón y la almohada eran sumamente blandos. Al lado de la cama había un buró sobre el cual había un florero que ostentaba una docena de frescas margaritas, su flor favorita. Enfrente se encontraba un tocador blanco con motivos en oro con un espejo que resplandecía como si fuera de plata y su respectivo banquillo que se veía sumamente cómodo.
- Señorita Anais ¿Ya se ha despertado?.-
Nuevamente el golpeteo en la puerta y la voz.
- Adelante.-
Entro una chica vestida a la usanza de los aldeanos de Céfiro.
- Señorita, si no se da prisa llegara tarde a la boda.-
- ¿Quién eres tu?, ¿Cuál boda?.-
- ¿Se siente mal?. Yo soy su doncella Liz, hace un año que estoy a su servicio y hoy es la boda de la princesa Esmeralda y el señor Zagato. Estoy segura que se sentirán muy defraudados si no asiste. Después de todo es gracias a usted y a sus amigas que ellos van a poder ser felices -
Mientras hablaba Liz había ayudado a Anais a despojarse de su largo camisón verde pastel y a ponerse un vestido largo con tirantes, de color amarillo muy bajo y un cinturón que denotaba su diminuta cintura. Le sujeto el cabello en un chongo alto y por ultimo tomo un manojo de margaritas y haciendo un ramo con ellas se las dio.
- Se ve muy hermosa. Seguramente sorprenderá al príncipe.-
Anais se vio en el espejo, realmente se veía muy hermosa. Así que todo había sido una pesadilla, la muerte de Zagato y la princesa, el desequilibrio de Céfiro, Luz y Devoner, todo había sido una pesadilla. La princesa vivía y estaba apunto de casarse con Zagato.
Alguien más llamo a la puerta.
- ¿Me permitiría ser su escolta?-
Liz se apresuro ha abrir la puerta pero no dejo pasar a Paris.
- Es de mala suerte ver a la novia antes de la boda.-
- Pero ella no es la novia.-
- ¿Qué acaso no es ella su novia?.-
Paris se sonroja al igual que Anais que escuchaba la conversación.
- Si pero hoy no nos casamos.-
- Pero lo harán algún día ¿no?.-
- Si-
- ¿Pronto?-
- Tal vez...-
Con el interesante interrogatorio Liz había bajado la guardia y el chico logro traspasar la puerta dando un suave empujón. Complacido observo a Anais que le sonreía.
- Disculpe señorita, pense que era la habitación de Anais, no pense que me encontraría con una de las princesas invitadas. Aunque si gusta de igual manera la escoltare si promete no decirle nada.-
- Muy gracioso.-
Anais aparento enojo por la broma y luego sonrió complacida, por el piropo.-
Ella camino del brazo de Paris hasta el salón del trono donde se llevaría acabo la ceremonia. Ya se encontraban ahí sus amigas vestidas de igual forma que ella, puesto que eran las damas de honor. Una iba del brazo de Latis con un ramo de girasoles en la mano y la otra acompañada por Guru Clef y sosteniendo un ramo de rosas blancas. En la entrada ya se encontraba la princesa Esmeralda (con su apariencia adulta) ataviada con un blanco y largo vestido de novia bordado de encajes y un largo velo que cubría gran parte del pasillo.
Al ver que ya se encontraban ahí sus tres damas de honor, la princesa Esmeralda las llamo
para abrazarlas, a ellas debía toda su felicidad. Cuando abrazo a Anais le susurro al oído.
- Despierta querida es solo un sueño.-
- Es verdad, es solo un sueño.-
Las lagrimas acudieron a sus ojos y todo comenzó a desaparecer.
La rubia susurro:
- Era un hermoso sueño.-
- Anais, ¿qué te ocurre? ¿Por qué te quedaste callada?.-
- No me pasa nada. ¿ En que estabamos? ya recuerdo.
Cuando abrí los ojos una de las chicas tenía su lanza apoyada sobre mi pecho y estaba apunto de herirme. Me incorpore rápidamente e invoque a Windon. Aelo me grito:
- Ríndete o veras la sangre de este lindo niño.-
Pregunte que le habían hecho y ellas dijeron que ese había sido su sueño, el campo de fuerza utilizaba tu sueño y te atrapaba en él, yo había logrado vencer mi pesadilla pero Paris había despertado demasiado pronto. No sabía que hacer. París mordió a su captora y corrió a esconderse. Ellas se reunieron para crear un ser maligno para enfrentar a Windon.
Al principio recibí varios golpes y mis ataques no surtían ningún efecto. Cuando estaban apunto de darme el golpe final escuche una voz en mi cabeza y realice un nuevo conjuro. Clave mi espada en la tierra y:
- Espada Air.-
Alrededor de la espada se hizo un remolino que pronto se convirtió en una tormenta que desvaneció a mi enemigo.
Por eso es que París esta así.
Le pedí al anciano Chag que lo revisara.-
- ¿Y que te dijo?-
- Que era un niño muy sano.-
Una gota apareció sobre la cabeza de Marina.
- El no le encontró nada fuera de lo normal y me aconsejo regresar a Céfiro, no quería dejar a la princesa. Estoy segura de que esas chicas todavía nos darán problemas, no creo haberlas derrotado. Sin embargo la princesa Aska insistió y así llegamos a este momento.-
- Si tiene que ver con su deseo él volverá a crecer aquí.-
Anais deposito a París en el suelo y Guru Clef se le acerco.
- Muy bien París, desea crecer.-
- Déjate de juegos y recobra tu antigua forma.-
El niño se le queda viendo, no tenía idea de lo que le decía.
- Paris, no quiero volver a pasar por esto déjate de niñerías.-
Guru Clef perdió la paciencia y le dio un golpe en la cabeza con su báculo, Caldina y Presea se le echaron encima, no iban a permitir que maltrataran al niño. Paris había ido a refugiarse en los brazos de "mama Anais".
- ¿Qué ocurre? ¿Por que no crece?-
Pregunto la rubia acercándose al mago al cual casi le estallaba la vena de la frente.
- Ocurre que este chiquillo malcriado se niega a crecer y no podemos forzarlo.-
- ¿Cuánto tiempo se va a quedar así?-
- No lo sé Marina, el tiempo que él quiera.-
Guru Clef estaba sumamente molesto por la actitud del ahora pequeño príncipe. ¿Qué había hecho él para que se le castigara de esa manera? Educar a París de niño había sido su cruz, era un niño consentido y mimado que corría a esconderse detrás de Esmeralda cuando hacia alguna travesura. ¿Y adivinen quien era el blanco favorito de Paris para sus travesuras? ¡Él!, precisamente Clef era su blanco favorito y al parecer el pequeño Paris había retrocedido precisamente a aquellos tiempos.
- ¿Te ocurre algo Clef.-
Presea y todos los demás lo observaban.
- Solo recordaba viejos tiempos.-
El mago hizo una mueca que intentaba ser una sonrisa. Ninguno de los presentes entendió su actitud. El salón se quedó en silencio.
De pronto Marina recordó que Lucy las necesitaba. Tomo a Anais de la mano y suplico de nueva cuenta a Presea que las llevara con ella.
Lucy no había sufrido ningún cambió desde que Presea la dejara, seguía dormida y ardiendo en fiebre. Las otras dos guerreras tomaron asiento sobre la cama de su amiga. Anais tomo su mano.
- Lucy, sé que puedes escucharme, por favor despierta.-
- Vamos amiga, nadie te ha derrotado hasta ahora.-
Luz y Lucy seguían cayendo cuando escucharon las voces que la llamaban.
- ¡Marina y Anais están aquí, me están llamando!-
- Lo vez Lucy, todavía no puedes morirte.-
- Ma rina, Ana is.-
Lucy casi había susurrado pero sus amigas la habían escuchado claramente.
- ¡Aquí estamos Lucy!.-
- Intentare curarte amiga, pero tienes que ayudarme.-
Anais invoco su poder curativo y rodeo todo el cuerpo de Lucy con él
Luz y Lucy distinguieron un delgado rayo verde.
- Anais esta intentando salvarme.-
- Vamos, te esta mostrando el camino.-
Ambas chicas pelirrojas intentaron acercarse al rayo pero no lo consiguieron. Seguían cayendo al vació y el rayo se hacia más delgado.
- Me voy a morir.-
Anais estaba tan concentrada que no escucho la exclamación de la persona que intentaba salvar. Pero Marina si la había escuchado y se abalanzo sobre Lucy.
- No digas eso. No puedes abandonarnos. Te necesitamos. Tú nos hiciste prometerlo recuerda ¡Juntas regresaremos! .
Lucha Lucy, tu corazón es fuerte.-
Del océano contenido en sus ojos, Marina dejo caer dos gruesas lagrimas sobre la frente de Lucy. La situación era tan critica que nadie ponía atención a detalles como que las lagrimas de Marina habían desaparecido al contacto con la piel de Lucy dando un pequeño destello.
El rayo comenzó a tornarse azul y a agrandarse hasta alcanzar un tamaño considerable que paro la caída de las chicas y comenzó a subirlas flotando. Lucy continuo sola.
- Recuerda que aunque pierdas todo, siempre me tienes a mí. ¡No lo olvides!.-
Lucy abrió los ojos. Marina aun la abrazaba y Anais le sonreía mientras Presea la detenía, se había esforzado mucho. El pequeño Paris se mantenía en un rincón como si entendiera la situación. La puerta estaba entre abierta y el pequeño vio una sombra detrás, se acerco a la puerta y la sombra se alejo corriendo.
Sin que ninguna de las chicas se diera cuenta el pequeño había salido detrás de la sombra internándose en los corredores del palacio.
- ¡Vaya! Si que te ves gracioso. ¿Quieres venir conmigo? Por ahora no les harás falta a las chicas.-
Los dos desaparecieron del corredor en una burbuja de luz.
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Notas de la Autora.
Lupita (Amy) este capítulo esta dedicado a ti.
¡Feliz Cumpleaños!
Espero que te gusten las pequeñas modificaciones que le hice a nuestro capitulo favorito. Creo que quedo mejor. Pásatela super en tu cumpleaños y ojalá pueda verte ese día. Ya vez que en tiempo de exámenes no nos encontramos.
Cambiando de tema. Espero que les haya gustado el capitulo aunque le haya dado, por esta ocasión, más atención a Anais. ¿Ven como se pueden sacar buenas historias de cualquier guerrera? Hablando del sueño de Anais una aclaración, como no tengo la más remota idea de cómo sean las bodas céfirianas hice el relato como las bodas que todos conocemos. Además tengan en cuenta que era el sueño de Anais y aunque en Japón las bodas tradicionales son diferentes ya es más aceptado el estilo occidental.
Por cierto, cualquier duda que tengan no duden en preguntarme. Sé que suelo
enredar mucho las historias. Cualquier duda, critica sugerencia (bueno ya se saben
mi letanía) envíenla
Si notan la historia a comenzado a girar, y va ha dar muchas vueltas
En el próximo capítulo:
Un viaje relámpago a mundo místico.
¿Qué es lo que buscan Aelo, Ocipete, Celeno e Iris?
Latis regresa a Céfiro, pero no llega solo al castillo.
Bueno, hasta pronto.
Anais.
