La Nueva Historia de Céfiro.

Capítulo XI

Mente, Cuerpo y Corazón.

Vas a seguir evitándome.- La voz del mago sonó como un trueno. La situación ya lo estaba fastidiando.

¿A que te refieres?.- Dijo Medea con voz fría.

Poco a poco se acerco a ella para tenerla frente a frente, como un cazador que acecha a su presa.

Dime por favor ¿Qué es lo que hice? desde hace algunos días has estado muy cortante conmigo.- Dulcifico su voz, si mostraba enfado provocaría una nueva riña.

Medea estuvo apunto de arrojarse a sus brazos, su corazón no era de roca y le conmovían sus palabras, sin embargo ¿Qué derecho tenía ella de obtener la felicidad que su hermana nunca pudo tener?

No tengo nada que reprocharte. Simplemente, lo que paso el otro día fue un error, nunca debió pasar. Solo te pido que por tu bien y el mío no te me acerques.-

Su voz fue pausada pero sin matices, sin emoción. Dio la vuelta y lentamente se alejo del mago mientras apretaba los ojos para no llorar. Clef se quedo ahí mirándola alejarse. Esa escena se había repetido constantemente los últimos días. No podía entenderla.

Mientras tanto una joven de coletas y cabellos castaños recorría con sigilo los pasillos, en su mente llevaba impresas unas palabras que había escuchado por casualidad.

- "Tal vez sea hora de volver a casa".-

Empujo lentamente la puerta y descubrió a su hermana rodeada de un campo de fuerza mágico.

¿Vienes a rescatarme?.- Pregunto Celeno juguetona.

No hermana, convocaremos la prueba de los dioses para encontrar la llave.-

Me parece una excelente idea.-

Liz atraviesa sin ningún problema la barrera. En su mano lleva una corona de olivo, la sostiene sobre su cabeza y su hermana se acerca para tomar el otro extremo del semicírculo. Ambas recitan la invocación sagrada en su lengua materna.

Sus otras dos hermanas hacían lo mismo desde fuera del castillo y los olivos comenzaron a brillar inundando todo el edificio.

ª ª ª ª ª ª ª ª ª ª

De pilar a pilar a pilar iba una especie de cristal que dejaba ver ruinas de un templo griego, el lugar era sin duda extraño. Lo que se veía a través de los cristales era sin duda mundo místico, de eso estaba segura. Se levanto con cuidado, no sabía que había pasado, lo ultimo que recordaba era que se encontraba charlando con Marina y Anais en la habitación de la primera y desearon volver a casa...

¿Estamos en la tierra?.-

La chica pelirroja la miraba interrogante, vio a su alrededor, todos estaban ahí, todos sus amigos de Céfiro estaban ahí.

No estamos en nuestro asteroide, no han abandonado la dimensión donde se encontraban.-

La que así hablaba era Aelo, los demás se incorporaban lentamente. Un hombre alto y musculoso salió detrás de ella y se planto frente a los recién llegados. El tipo era aun más impresionante que Ráfaga.

¿Ustedes son los elegidos para el desafío?.- Su voz era ronca pero amable.

Así es mi señor Heracles.- Dijo Ocípete.

En ese caso comencemos con los juegos.- El hombre subió sus manos por encima de su cabeza.

¡Un momento¿Qué esta ocurriendo aquí?.- Rezongo Marina.

Es una prueba ...- Aelo no termino, no podía decirles que habían planeado esto para encontrar al dueño de la llave y si ellos se negaban a participar no podrían obligarlos.- Si logran ganarnos nosotros desistiremos de buscar la llave, pero si pierden ustedes ya no interferirán con nosotros.- Se le ocurrió a ultimo minuto pero posiblemente funcionaría.

Los cefirianos y las chicas del mundo místico se miraron los unos a los otros y la decisión fue tomada: aceptarían.

El hombre llamado Heracles hablo.

La Prueba de los Dioses es un desafío peligroso. Deberán enfrentar a los Dioses y pasar sus pruebas para que les muestren el camino al Pebetero del Fuego Sagrado, ahí tendrán que atravesar el fuego sagrado y tomar la corona de olivos. El equipo que logre obtenerla será el ganador y recibirá el favor de los Dioses. Esta prohibido usar la magia y el equipo que llegue primero será el ganador. Yo seré el juez.- Mientras hablaba hacia brillar cada vez más sus manos hasta que un destello cegó a todos. Por ultimo agrego:

¡Las trampas serán fatalmente castigadas!.-

ª ª ª ª ª ª ª ª ª ª

Por segunda vez despertó confundida en un lugar que no conocía, estaba un poco mareada, como si despertara en la parte más profunda del sueño. Rápidamente paso revista, no estaba herida, eso era bueno, y por otro lado estaba sola en medio de un bosque frío con enormes pinos y niebla, además era de noche. Un momento, no estaba sola, descubrió dos figuras tiradas a su lado.

Liz, Latis ¿Se encuentran bien?.-

Tanto el gigante como la chica se encontraban bien y a salvo. Anais paso revista con la mirada¿por qué habían quedado ellos tres juntos? Era una situación muy extraña, por lo menos para ella que no conocía a Latis, solo sabía lo que Lucy le contaba de él y con Liz apenas si había cruzado palabra en el tiempo que llevaba en el castillo, era obvio que no serían el equipo más comunicativo y animado, este sería un largo viaje. Momento ¿a dónde tenían que llegar¿dónde estaban ellos¿cómo llegarían hasta ahí?. Latis comenzó a caminar internándose en la niebla, Liz lo siguió y Anais con un gesto en la cara también los siguió¿qué no sabían que era peligroso internarse de esa manera en la bruma? Seguramente acabarían por perderse.

Espero que sepas a donde vas Latis.- Masculló entre dientes.

Si lo sabe.- Le defendió inmediatamente Liz que había alcanzado a escuchar a Anais.- No ves que hay una luz al frente, probablemente sea una antorcha o una fogata, en ambos casos seguramente encontraremos a más personas.-

Al irse acercando descubrieron que era un templo de mármol blanco en cuya entrada ardía una fogata de luz ligeramente rosada, sin embargo no encontraron a nadie en él. Un silbido corto el viento, Anais sintió el enorme peso que se le venía encima y la derribaba, una flecha se incrusto en el árbol donde segundos antes estaba recargada. Gracias a Latis no había sufrido daño alguno, él chico la ayudo a ponerse de pie, se sonrojo un poco, podría pensar cualquier cosa sobre la personalidad fría de Latis pero no podía dudar que fuera todo un caballero.

¿Qué es lo que buscan mortales¿Qué los a traído a mi bosque?- Una chica de cabellos plateados ataviada con una ligera túnica blanca que cubría su bien formado cuerpo, les apuntaba con un arco.

Somos participantes en la prueba divina.-

En ese caso disculpen mi anterior rudeza, muchos mortales vienen aquí para robarse mis ciervos, incluso los Dioses. Permítanme presentarme, yo soy Diana, la cazadora, hija de Leto.- Se notaba que estaba acostumbrada a tratar con gente de alto rango, así que ellos contestaron de la misma manera.

Mi nombre es Anais Hooji, soy la guerrera mágica del viento, es un honor conocerla.- A estas alturas ya se había dado cuenta de que se encontraban en el Olimpo: La Morada de los Dioses.

Yo soy Liz, y no puedo recordar nada de mi pasado, le pido me disculpe por no poder darle más información.- Se inclino haciendo una sencilla reverencia, ella también era una chica perfectamente educada. Sabía que eso le agradaría a la patrona de los cazadores, después de todo, hace muchos años, ella fue su doncella.

Soy Latis Shields, segundo al mando de la guardia de Céfiro y espadachín mágico.-

La Diosa de la luna sonrió, el chico le había agradado.

¿Podría decirnos como llegamos al pebetero sagrado?.- Pregunto el chico, ahora sabía como se habían sentido las Guerreras Mágicas cuando eran recién llegadas en Céfiro.

Para eso estoy aquí.- Le sonrío amablemente.- Pero antes tienen que pasar una prueba para que yo pueda indicarles el camino. -

Lo haremos.- Dijo Anais.

Tienen que vencerme con el arco. Soy la mejor tiradora del Olimpo, hasta ahora no ha habido quien me gane-

Yo lo intentare.- La rubia estaba un poco preocupada, ella era buena pero tendría que vencer a una Diosa y este lugar no era Céfiro donde con tan solo desearlo podría hacerlo.

Esta bien, comencemos.- Diana poso sus manos sobre el fuego de la entrada y de ellos saco dos arcos y dos flechas. Inmediatamente se interno en el templo y les hizo una señal para que la siguieran. El templo estaba completamente echo de mármol blanco y sostenido por columnas de estilo jónico, era muy bello pero a la vez sencillo. En el centro había un candelabro largo, con una sola vela encendida. La Diosa se detuvo a unos 50m del candelabro y le hizo entrega del arco a Anais.

Has lo que yo.- La cazadora saco un pañuelo y se vendo los ojos, tenso el arco al mismo tiempo que su cuerpo y soltó la flecha. La vela se apago al momento que la flecha pasaba exactamente por su luz sin rozar siquiera la parafina ni mover un centímetro el candelabro.

Anais suspiro aliviada, no le parecía algo sumamente difícil, tenso el arco e hizo lo mismo que la Diosa, ella misma se vendo los ojos, se concentro unos minutos y tenso su arco, la flecha salió a toda velocidad. ¡Lo logro, apago la vela sin mover un solo centímetro el candelabro.

Muy bien, eres una excelente arquera.-

Solo fue suerte.- Dijo la modesta Anais mientras se despojaba del pañuelo sobre sus ojos.- ¿Ahora nos dirá como llegar al fuego sagrado?.-

Lo siento querida, eso solo te gano el derecho ha realizar la prueba.-

Pero usted dijo...- Rezongó Liz, Latis hizo una mueca.

Yo solo dije que daríamos inicio, primero quería probar si era digna de presentar la prueba.-

- "Claro, lo había olvidado. Los Dioses que prueban la dignidad de los mortales".- Penso Iris

¡Esta es tu prueba!.- Al alzar la voz, una decena de guardias los rodeo y cuatro de ellos sujetaron a Latis y lo condujeron a un alejado pilar del templo. Anais y Liz se pusieron a la defensiva.

Tranquilas. Es solo parte de la prueba.- Dijo la Diosa con una sonrisa en los labios.-

¿Entonces que es lo que quieres que hagamos?.- Dijo Liz con tono molesto.

Tu nada querida. Ella tiene que demostrar que en realidad es una excelente arquera. Anais tiene que partir la manzana que esta en la cabeza del chico de igual manera que apago la vela, si la flecha se desvía tan solo unos centímetros será él quien sufra el daño. Es una prueba de concentración.-

Anais no dijo una palabra, volvió a taparse los ojos y levanto el arco, tenso la flecha y apunto. ¿Qué le recordaba esto¿La competencia con la princesa Aska? No, era más atrás, el bosque del silencio. Paris estaba apunto de convertirse en una criatura y la única forma de salvarlo era dispararle a una roca que estaba a más de diez metros de distancia. Apenas lo había logrado por la fuerza de su corazón. Pero esto no era Céfiro, aquí no dominaba la fuerza del corazón y no eran 10m sino 50m, no podía ver, si fallaba la flecha podría dar justamente a la cabeza de Latis. El peligro no estaba solo en que ella apuntara mal, cualquier pequeña ráfaga de viento podría cambiar el curso de la flecha. Una gota de sudor resbaló por su frente, los brazos le temblaron.

¿Qué sucede arquera¿Tienes miedo?.-

No.- Contesto Anais sosteniendo con fuerza el arco.

¡Hazlo Anais!.- Ordeno Latis y su voz hizo eco por el sagrado templo de Diana.

¿Qué no quieres llegar a al pebetero sagrado? Ahí podrás encontrar a tus amigo.-

Si, pero no ha cualquier precio.- Anais bajo el arco.

¿Estas segura?.- La tentó la bella Diosa.

Si, estoy segura. No puedo poner en peligro la vida de Latis solo por complacerla. Creo que he perdido.- Anais dejo caer el arco al piso.

No, has ganado. Has demostrado ser sabía, noble y decidida. Tienes muy buenas cualidades y no estuviste dispuesta a matar para ganar. Eso es algo que muy pocas veces he presenciado. Pueden seguir su camino.- La Diosa levanto una mano y una puerta al final del templo se abrió dejando ver un camino que parecía un rayo de luna atravesando la oscuridad. - Sigan el camino y no tendrán muchos problemas para llegar a su destino, la Luna los protegerá.-

ª ª ª ª ª ª ª ª ª ª

¡Presea¡Presea! Despierta¿qué rayos te ocurrió?.-

La morena bailarina movía la cabeza de la armera de Céfiro mientras Ráfaga la sostenía en sus brazos.

Esa es su prueba mortales. Tienen que sacarla del inframundo, pero si en algún momento se atreven a voltear asía atrás sus almas jamas saldrán de aquí.-

¿Quien eres tu?.- Dijo con altanera voz Ráfaga mientras sacaba su espada y dejaba a Presea en los brazos de Caldina(La cual se cayo inmediatamente después de recibir a la chica. -U).

Soy Ades, Dios del inframundo. ¡No te conviene desafiarme mortal!. ¡Solo has lo que te digo y sigue tu camino!- Su voz era como escuchar una tormenta y resonaba por todo el lugar. Ráfaga guardo su espada y recogió a Presea para que Caldina pudiera ponerse en pie y le dieron la espalda a aquel misterioso hombre de piel blanca como la leche y ojos negros, crueles, al igual que su cabello lacio hasta los hombros, como un caballo salvaje. Por todo vestido llevaba una túnica negra. Clavo los ojos en las siluetas que se alejaban de su trono y se internaban en la caverna que solo debía servir como puerta de entrada... no de salida.

Ya volverás, todos siempre vuelven... .- Y volvió ha ocuparse de sus asuntos...

Caldina y Ráfaga corrieron por aquella oscura cueva y conforme avanzaban escuchaban voces de auxilio que provenían de detrás de ellos. Por un momento Caldina dudo y estaba apunto de volver la cabeza.

¡No lo hagas Caldina!- Ordeno Ráfaga y la bailarina no volvió siquiera a pensar en voltear. Llegaron a un lago cubierto por la niebla y tan oscuro como las noches sin luna. Una antorcha se veía a lo lejos por la orilla del lago. Caldina y Ráfaga(Con Presea en brazos) siguieron hasta encontrarse con una frágil barcaza y un curioso hombrecillo encapuchado y jorobado.

Llévanos a la otra orilla.-

Es algo inusual caballero, solo una persona a echo el viaje de regreso.-

Entonces seremos los segundos.-

Muy bien, si han llegado hasta aquí seguramente mi señor Ades a debió permitirlo. Los llevare pero como todo, mi transporte tiene un precio.-

¡Ogh¿Pagarte¿Qué no puedes solo llevarnos?.- Exclamo Caldina(todos sabemos lo que opina Caldina del dinero) mientras se agitaba enfrente de el hombre encapuchado que antes no la había notado pero al verla se quedo largo tiempo callado y luego dijo:

Los llevare a la otra orilla si me das un beso.-

Ráfaga le dedico una mirada como un par de puñales al hombrecillo, Caldina se limito a sonreír.

Creo que no tendré problema en pagarte.- Sonrío la morena, Ráfaga replico pero como siempre Caldina lo persuadió y los tres abordaron a la barca. El hombre comenzó a guiar la barcaza por las densas aguas negras. De vez en cuando alguna mano se asía a la barca y el hombrecillo encapuchado la quitaba de un golpe con el palo que remaba. No tardaron en llegar al otro lado. Ráfaga salto de la barcaza y Caldina hizo lo mismo.

Un momento. Hicimos un trato.-

Así es. Aquí tienes tu paga.- Caldina aventó un pequeño costalito con monedas doradas que cayeron en la barcaza.

Acordamos que me darías un beso.-

Jamas dije que haría tal cosa. Yo dije que estaba de acuerdo en pagarte. Ya tienes tu paga. Además "tu señor Ades" me ha prohibido voltear atrás.- Caldina y Ráfaga se alejaron corriendo.

Nunca dejaras de sorprenderme.-

¿De verdad creíste que besaría a ese hombrecillo¡Guacala!.- La bailarina se estremeció ante la idea. No tuvieron mucho tiempo de reír un escalofriante gruñido salió exactamente del lugar al que se dirigían. Los dos se detuvieron en seco.

¿Que fue eso?.-

La pregunta de Ráfaga fue contestada por un diabólico can de dos metros y tres cabezas que se le fue encima. Presea cayo al piso a un inconsciente pues Ráfaga intento mantenerlo a raya con su espada. Caldina intento ayudarlo encajando sus navajas en el lomo del animal, pero no pudo atravesar la piel y con un brusco movimiento que hizo la bestia fue a dar al piso. Inmediatamente se puso de pie para volver al ataque. Apenas alcanzo a ver como su amado Ráfaga era engullido y tragado de un solo bocado por una de las tres horribles cabezas del can Cerbero, guardián de la puerta del infierno y encargado de que nadie entrara o saliera fuera de su amo.

Caldina se puso pálida y rígida, el perro con pelos de serpiente se aproximaba a toda velocidad asía ella para devorarla. En este tipo de situaciones la adrenalina se dispara por las venas para dar la fuerza suficiente de huir, pero en Caldina no surtió efecto alguno, se quedo ahí parada, como una estatua, mientras otra de las cabezas de aquel ser infernal se disponía a comérsela.

¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU!

El lastimero aullido fue repetido por todas las negras paredes de la siniestra antesala del inframundo. El can se revolcó en el suelo y siguió dando aterradores aullidos mientras una luz emanaba de su vientre hasta que de el salió Ráfaga bañado con la sangre del animal. Eso no le importo a la bailarina que corrió a estrecharlo contra su cuerpo.

Momentos después recogieron a la armera dormida y pudieron al fin salir de las profundidades de la tierra. Fue hasta que los rayos del sol se posaran sobre su rostro cuando Presea despertó.

Ya no recordaba lo hermoso que es el sol.-

¿Qué murmuras Presea?.-

Nada Caldina, nada...- Dijo mientras sonreía de aquella forma tan picara de antaño, cuando Caldina la conoció.

ª ª ª ª ª ª ª ª ª ª

¿No habíamos pasado ya por aquí?.- Dijo Ascot con fastidio.

¿Crees que podrías ser un mejor guía que Guru Clef?- Marina poso las manos en su cadera y dio la vuelta para quedar frente a Ascot y este pudiera ver su cara molesta.

¡Tal vez...!-

¡Si ni siquiera puedes encontrar la punta de tu nariz!.-

¡A SI PUES TU NO HACES NADA MAS QUE REFUNFUÑAR¡ERES UNA NIÑA CAPRICHOSA Y ENGREIDA!.-

¡PUES TU ERES UN...!-

¡ NO COMIENZEN DE NUEVO!.-

Según los cálculos de Clef ya llevaban una noche completa dando vueltas por aquel jardín en forma de laberinto. Habían pasado 50 veces por aquel paraje de rosales blancos, visto 80 veces la misma roca, caminado por el sendero de piedras una eternidad y desde más o menos la media noche Ascot y Marina comenzaban a pelear por cualquier tontería que se les ocurría cada veinte minutos. En la única cosa en la que habían estado de acuerdo había sido en dormir para esperar a que amaneciera y tal vez con la luz del día, podrían salir del laberinto. Pero ya tenían dos horas andando desde que amaneció y los dos chicos habían comenzado de nuevo con su rabietas.

¡ YA ME TIENEN CANSADO¡¡¡¡¡SOLO CIERREN LA BOCA Y SIGAN CAMINANDO!.-

En ese momento Guru Clef hubiera querido tener su amado báculo en las manos para poder darles un buen golpe a los dos.

Los dos chicos guardaron silencio como un par de niños regañados, pero como buenos niños que no escarmientan con las amonestaciones de sus mayores a los siguientes veinte minutos volvieron ha discutir.

¡YO RECORDABA QUE ERAS MÁS CABALLEROSO!.-

¡PUES YO RECORDABA QUE ERAS UNA DAMA!.-

La chica estaba a punto de darle una bofetada. Detuvo su mano en el aire. ¿Qué les estaba pasando, ellos jamas se habían llevado así. Ascot se había vuelto menos tímido y un poco agresivo. Era verdad que ella controlaba más su carácter pero no podía dejar de ser un tanto explosiva y parecía que Ascot se divertía haciéndola rabiar. Los dos habían cambiado pero no se habían dado cuenta de eso, hasta que se vieron forzados a pasar tanto tiempo juntos. Aunque era lógico que ella, Ascot y Clef estuvieran irritables después de caminar durante tantas horas sin comer.

Un extraño sonido la saco de sus meditaciones.

¿Escucharon eso?.-

¿Qué?.-

Creo que ya estas delirando.-

¡En serio Ascot, fue como un relinchido.-

Ascot y Clef se le quedaron viendo como si estuviera hablando en otro idioma.

Olvídenlo.- Marina se golpeo la sien.

Siguieron caminando y un poco más adelante Clef(que iba al frente) se detuvo.

Ahora si escuche algo.-

Yo no escuche nada. ¿Y tu Marina?.-

El chico pelirrojo giro la cabeza pero en el lugar donde debería estar la Guerrera Mágica no había nada... nada... solo unas hojas que caían suavemente al suelo.

Los dos hombres se alarmaron y comenzaron a correr llamándola.

¡Marina¡Marina!.-

¡Marina¡Marinaaaaaaa!.-

¡Aaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhh¡SUÉLTAME ANIMAL¡NO TE ATREVAS A PONERME UNA MANO ENCIMA!.-

No dudaron de que se trataba de Marina y se guiaron por los gritos. Llegaron al centro del laberinto y vieron como la chica forcejeaba con un ser con cuerpo de humano y cabeza de toro(Un Minotauro, Mino para los amigos -) que la tenía en el piso he intentaba besarla.

Esto es lo que vamos a hacer Ascot¿Ascot?.-

¡DÉJALAAAAAAAAAAAA!.-

El chico ya se había lanzado contra el Minotauro y se le había montado en el lomo. Jamas permitiría que tocaran a Marina. El era así, muy impulsivo, diferente a Clef que tomaba todo con más calma y siempre tenía un plan. Pronto el pobre Ascot fue estrellado contra un matorral e inmediatamente recibió una embestida, logro evitarlo de un salto pero el Minotauro lo agarro de los pies y lo estrello en el piso.

Marina ya se había incorporado y se encontraba al alado de Clef.

¡Tenemos que ayudarlo!-

Déjame pensar. Estamos en gran desventaja para un combate cuerpo a cuerpo-

Eso era una gran verdad, Guru Clef, nunca en su vida había levantado los puños contra nadie y su condición física al igual que la de Ascot no era precisamente atlética. Ambos eran magos y jamas se les había ocurrido que un día no podrían utilizar su magia para pelear o defenderse. Mientras todos estos razonamientos pasaban por la cabeza del mago, Ascot recibía una golpiza del Minotauro.

¡VA A MATARLO!.-

Tenemos que atraer su atención, es lo único que podemos hacer.-

¿Cómo?.-

Este...- Clef de le quedo viendo a Marina de una manera ni muy agradable.

¡Ni siquiera lo pienses¡¡¡No voy a coquetear con ese moustro!.-

Guru Clef frunció el entrecejo.

Grgrgrgrgrgrgr¡Esta bien lo haré!.-

Camino hasta quedar medio oculta en el laberinto y comenzó a llamar al Minotauro.

¡Torito, torito¿Tan pronto te olvidaste de mi?.-

El Minotauro paro las orejas para escuchar de donde venia la voz y después de estrellar a Ascot por ultima vez contra el piso lo dejo para buscar a la chica. Guru Clef llegó para auxiliar al muchacho.

¿Cómo te encuentras?.-

Creo que aun tengo entero el hueso del dedo gordo de mi pie.-

¡GURU CLEEEEF¡¡¡¡ASCOOOOT!.-

Ahora estamos como al principio --!.-

Ambos hombres se dejaron guiar nuevamente por los gritos de Marina, quien se había atorado en las ramas de un rosal y ya no podía seguir corriendo. El Minotauro se acercaba lentamente a ella como si se tratara de un juego. Ascot se adelanto para tratar de hacer algo pero cuando iba a medio camino tropezó con algo y callo de bruces en el piso.

Creo que acabo de romperme el único hueso que me quedaba entero.-

Clef se acerco y pudo observar que el joven mago había tropezado con la empuñadura de una espada. Entre los dos tiraron de ella con todas sus fuerzas y lograron sacarla de la tierra. Ascot la empuño y quiso atacar al Minotauro pero este lo rechazo con su cornamenta y lo arrojo por los aires. Al caer el chico se golpeo la cabeza con una roca y quedo inconsciente. Hecho esto el animal-humano volvió tras Marina que seguía echa un lío con el arbusto.

Esta vez Clef tomo la espada y lo ataco. El Minotauro espero a tenerlo enfrente y lo embistió, Clef soltó la espada al recibir una herida de la cornamenta.

Marina al ver esto, tiro de su ropa con todas sus fuerzas y dejando la mitad en el arbusto, corrió a tomar la espada del piso. Furiosa se lanzo contra el Minotauro dando varias estocadas, hasta que lo hizo retroceder y posteriormente caer al piso donde apunto el filo de la espada contra el cuello de este.

Esta bien preciosa, tu ganas. Han pasado la prueba.-

¿Qué¿Puedes hablar?.-

Si.-

¿Por qué no lo hiciste antes!.-

No tenía nada que decir.-

¡Agh¡¡¡Debería cortarte la lengua por eso!.-

Ten cuidado de lo que dices. No olvides que soy hijo de un Dios.-

Genial, un toro con complejo de superioridad.- Mascullo entre dientes.

Me han vencido, así que tienen derecho al camino del fuego eterno.-

Marina ya había tirado la espada y se encontraba asegurándose de que Guru Clef solo hubiera recibido un rasguño. El Minotauro fue a ayudar a Ascot.

Fuiste muy valiente. Debes quererla mucho.-

Si, así es.-

Tu te arriesgaste mucho por ella. ¿Por qué es él quien recibe sus cuidados?.-

Así es siempre amigo...así es siempre...-

Marina, Ascot y Clef lograron salir del laberinto guiados por el Minotauro, ya afuera lograron ver el fuego sagrado al cual debían llegar y siguieron por el bosque.

ª ª ª ª ª ª ª ª ª ª

¿Dónde estamos?-

La oscuridad no permitía a Aelo, Ocípete y Celeno distinguieran el lugar al que habían llegado.

Están en casa.-

Al mismo tiempo que la voz se escucho, el lugar fue iluminado. Frente a ellas pudieron ver a un anciano de penetrantes ojos azules con una túnica azul marino bordada de hilos de oro.

¡PADRE?.-

Los tres rostros de las chicas se pusieron pálidos al reconocer a su padre en ese anciano. Estaba bastante más viejo que la ultima vez que lo habían visto, su fuerte y ancha frente era ahora surcada por arrugas, su cabello negro había desaparecido tras las canas y su cuerpo fuerte y robusto se había doblegado y adelgazado mucho. Apenas podían reconocerlo.

A pasado mucho tiempo padre.-

Así es, Aelo y ustedes no han cambiado mucho.-

A diferencia de ti.-

El tiempo no pasa en vano hijas. ¿Dónde esta Iris?.-

Cumpliendo su misión.-

Habrá que traerla, así estaremos todos juntos de nuevo.-

¿Olvidas que Hera juro matarnos?.-

Ella también ha envejecido. No se opondrá a que se queden. Ya las ha perdonado. Son hijas del Olimpo y hace siglos que abandonamos el mundo de los mortales. Nos debilitamos y todos hemos vuelto aquí. Ya no tenemos nada que hacer en otros mundos.-

Lo siento padre, tenemos otros planes.-

Aelo da la vuelta, se dirige a la salida del templo de Poseidon, Celeno y Ocípete dudan, di Iris hubiera estado con ellas, se abría arrojado a los brazos de su padre y ellas podrían acercarse a él también. Pero ella no estaba ahí.

Dieron la vuelta y siguieron a su hermana.

¡Sirenas, tengan cuidado!.-

Lo tendremos papa.-

Muchos recuerdos vinieron a la mente de las tres chicas al escuchar la recomendación. Cuando eran niñas y salían a jugar al mar su padre les hacia esa advertencia. Ahora no eran niñas, no iban a jugar al mar, eran tres mujeres que trataban de ser libres, aunque ya ninguna recordara de que querían liberarse.

ª ª ª ª ª ª ª ª ª ª

Presea, Paris. ¿Este lugar no les recuerda algo?.-

No.-

¿Algo como que?.-

Se parece al Bosque del Silencio.-

Es cierto.- Dijo el chico observando los frondosos arboles.

Creo que si, un poco.-

Medea tenía que mentir de nuevo, nunca había estado en el bosque del silencio, no le gustaba hacerlo pero ya casi se había vuelto algo cotidiano.

Ji,ji,ji,ji casi nos matas.-

¿Si¿Por qué?.-

Por que Nicona desordeno tu estudio y tu creías que habíamos sido nosotras. ¿No lo recuerdas?-

Lucy la miro con un dejo de sospecha en la mirada.

¡Oh, es cierto. ¡Pero que mala memoria!- Se golpeo la sien y siguió andando mientras los chicos la miraban un poco extrañados.

Por cierto¿Dónde podrá estar Nicona, Hace mucho que no la veo.- Dijo Paris.

Ella suela aparecer y desaparecer cuando quiere pero no la he visto desde que regrese de Autosam. ¿Tu sabes Presea?.-

No, pero pienso que regreso al bosque. Tal vez fue a visitar a Primavera.- La chica sonrió, no tenía la menor idea de donde estaba Nicona pero no quería preocupar a Lucy. Ella podría preocuparse por las dos.

Llegaron ha un paraje donde solo había pasto y en el centro un tronco cortado que servia como mesa para una manzana dorada. La manzana resplandeció y tres mujeres aparecieron detrás del tronco.

Saludos mortales. Soy la diosa Hera, madre de los Dioses.-

Soy Afrodita, Diosa de la belleza y el amor.-

Mi nombre es Atenea, Diosa de la sabiduría y las batallas.-

¿Cuáles son sus nombres mortales?.- Pregunto la Diosa Hera.

Me llamo Lucy Shido, y soy una Guerrera Mágica.-

Mi nombre es Presea y soy la armera de Céfiro.-

Yo soy Paris, futuro soberano del planeta Céfiro.-

Las tres Diosas sonrieron complacidas.

Su prueba consiste en otorgar esta manzana a la más bella de las tres.- Hablo Hera.

Resolverán así una disputa de siglos.- Agregó Atenea.

Si me nombran a mi como las más hermosa, les prometo hacerlos inmortales.- Dijo la autoritaria Hera.

Si me nombran a mi como la ganadora, los haré sabios y sus nombres quedaran gravados en la historia.-

Si yo gano, como me corresponde, les otorgare el amor del mortal más hermoso del mundo.-

Presea y Lucy decidieron que la tarea recaería en Paris. Ya que ellas como mujeres no darían un juicio justo.

¿Pero por que yo?.-

Por que eres hombre.-

Además, a mi no se me ocurre como salir de este embrollo sin enojar a dos de las tres Diosas.- Le sonrío Presea mientras lo empujaba al frente.

Él chico observo a las tres mujeres. Hera tenía un aspecto de mujer madura pero era sumamente hermosa, su piel era blanca como la leche y sus ojos azules como el cielo. Su cabello era una cascada de bucles rubios que caían graciosamente por sus hombros y su hermoso cuerpo era cubierto por una túnica gris claro con aplicaciones de oro y piedras preciosas.

Atenea era una hermosa joven de largo cabello azabache, tez morena, penetrantes y misteriosos ojos negros, alta, bien formada. Su delgada cintura era ceñida por un peto de batalla con gemas y su cuerpo era cubierto por una túnica roja claro.

Por otro lado, Afrodita era una linda muchacha de tez blanca y ojos color verde dotados de un encantador brillo, su cabello era entre rubio y castaño como el sol al atardecer. Era esbelta de buena figura, toda su persona despedía una especie de gracia encantadora en cada uno de sus movimientos.

Ciertamente era todo un problema, las tres eran realmente hermosas. Y viéndolo de la forma en la que un hombre como él podía verlo de Afrodita le atraían enormemente sus dulces ojos verdes y esa gracia que había en ella, de Atenea le gustaba su cintura y esa penetrante mirada que denotaba seguridad y sabiduría, de Hera le atraían sus bucles rubios y su piel blanca.

Él chico sonrío para si mismo. No estaba seguro de que lo que pensaba hacer funcionara, sin embargo nadie tenía otro plan mejor.

Respetables damas he decidido que la manzana tiene que ser partida en tres pedazos. La belleza de las tres no tiene comparación con ninguna otra.-

Muy listo joven príncipe, pero no estamos satisfechas.- Atena se escuchaba molesta.

Creo que lo que tu deseas es que las tres te otorguemos nuestros dones. Eres demasiado ambicioso, eso te perderá.- Dijo Hera enojada, Afrodita se limito a sonreír.

No podrían estar más equivocadas, hermosas señoras. Suena muy tentadora la sabiduría para un príncipe inexperto como yo, pero creo que la sabiduría hay que adquirirla por uno mismo, por lo menos eso es lo que me ha enseñado mi maestro y la vida misma. No deseo la inmortalidad por que me quedaría solo y vería morir a todos mis amigos y a la persona que más amo, eso sería la peor de mis torturas. No deseo el corazón de la mujer más hermosa, por que ya lo poseo y para mis ojos no hay nadie que se le compare.-

¿Acaso tratas de decir que una simple mortal es más hermosa que tres Diosas?.- Rugió Hera.

Mis queridas damas, para un hombre enamorado no existe nadie más hermosa que la mujer a la que ama y he de reconocer que los encantos que poseen cada una de ustedes me recuerda a ella. Por eso no puedo elegir a ninguna de las tres. Las tres son las más hermosas mujeres que he conocido.-

El chico hizo una reverencia ante las tres Diosas. Un destello de furia paso por los ojos de las tres, solo por un instante. Afrodita fue la primera en hablar con su dulce voz.

Veo con orgullo que nuevamente has nacido bajo mi protección. Eres encantador. Aun que no acepto que una simple mortal sea más hermosa que yo, apruebo el juicio.-

.- Yo tampoco estoy de acuerdo con que una mortal sea equiparable a una Diosa, sin embargo has actuado con inteligencia ante la respuesta que pedíamos. Auguró que tendrás un reino prospero. También estoy conforme con el juicio.- Dijo Palas-Atenea.

Muy bien. Yo también doy mi aprobación Te has hecho merecedor al camino del fuego sagrado y has logrado pasar la prueba más difícil del Olimpo, aquella en la que incluso Dioses han sucumbido. Pueden irse.-

La manzana se dividió en tres pedazos de igual tamaño que flotaron hasta las manos de las Diosas, al momento desaparecieron y en su lugar apareció un sendero sobre el follaje y seguía a través de los arboles. Los tres se pusieron en marcha pero antes de que entraran al bosque, la Diosa Afrodita se apareció nuevamente frente a Paris.

Solo quiero saber quien es la chica que ha logrado derrotar a tres Diosas por ser la única en tu corazón.-

Siento no cumplir su deseo, pero ella no viene con nosotros.-

Bien, es una lastima. Pero ¿verdad que yo soy la más hermosa de las tres?.-

Usted es la más parecida a mi ángel. Es lo único que puedo decirle.-

¿Siempre eres así con todas las damas?.-

Lucy y Presea respondieron al unísono.

¡SI!.-

Lo cual hizo sonrojarse a Paris.

Ji,ji,ji. No cabe duda de que has nacido nuevamente bajo mi protección. Eres un caballero y un pícaro a al vez. Así que escucha bien este consejo: Si alguna vez conoces a una mujer llamada Helena, no importa quien sea, dale las espalda y huye lo más pronto posible.- Le guiño el ojo mientras reía.- Adiós futuro Rey del planeta Céfiro.-

Dando un adiós con la mano volvió a desaparecer.

ª ª ª ª ª ª ª ª ª ª

El azul del cielo me recuerda el mar. Las olas golpeando contra las paredes de mármol, la escalinata que daba justamente a la costa, la arena bajo mis pies, las carreras, las rabietas, las alegrías, los juegos, mis hermanas corriendo de tras mío cuando intentaba salir a jugar con las sirenas a media noche, cuando la luna iluminaba lo suficiente para verlas cantando sobre las rocas. A Ocípete le encantaba escucharlas, por eso más de una vez huimos juntas hacia los arrecifes de coral. Aelo y Celeno solían enfadarse mucho por eso. Decían que no entendían la obsesión que sentíamos por salir al frío de la noche a escuchar aullar a los peces. En ese entonces ellas ya eran adolescentes y tenían otras cosas en que pensar, por eso nunca le decían a nuestro padre de nuestras escapadas nocturnas, ellas tenían las suyas: correteaban en el bosque con las ninfas para observar dormir a los hijos más jóvenes de los Dioses. Era nuestro secreto...

Ese era mi hogar, y ahora estando aquí no puedo ir a visitarlo ¿Cómo estará papa?.

De todas formas ese ERA mi hogar, no creo que nosotras tengamos un lugar aquí. Este lugar que alguna vez fue mi hogar ahora solo son recuerdos de mi infancia...

¿No es hermoso?.-

¿Qué?.-

El cielo. ¿No era eso lo que observabas?.-

Si, creo que me trae recuerdos.-

¿Recuerdos?. ¡Tu memoria esta regresando!.-

Eso parece, pero son recuerdos muy vagos...de una casa.-

Debe ser tu casa. ¡Animo, pronto recuperaras tu pasado!.-

Anais¿Tu no eres de Céfiro verdad?.-

¿No lo sabes?...es verdad. Tal ves lo supieras pero ahora no puedes recordarlo. Las Guerreras Mágicas somos convocadas de otro mundo.-

Piensan regresar a su casa ¿verdad?.-

Si, eso habíamos decidido...pero ahora no se si quiero irme.-

¿Por qué?-

Bueno... en mi mundo dicen que el hogar esta donde esta el corazón y parte de mi corazón esta en Céfiro.-

¿Con el príncipe?.-

El rubor no tardo en cubrir las mejillas de Anais, se molesto un poco, esa platica se estaba volviendo demasiado intima. Esos no eran temas que discutir con una desconocida. Pero seguramente Liz no lo estaba haciendo a propósito, ella se veía realmente interesada no como si tratara de enterarse de un chisme.

Con mis amigos de Céfiro y...si...con él.-

Ustedes dos son muy unidos.-

¿Tan obvió es?.- Ahora era toda su cara la que estaba completamente roja. Latis caminaba apresuradamente delante de ellas, sin escuchar la platica(por lo menos eso aparentaba).

No. No te preocupes, solo lo sé(como todos en el castillo -). Pero no lo entiendo.-

¿No lo entiendes?.-

No. No lo entiendo, se ven tan felices, cuidan tanto el uno del otro...-

¿Nunca has estado enamorada?.-

La chica negó con la cabeza.

No te preocupes, yo tampoco lo entendía. Cuando lo sientas lo sabrás.-

¿Es como lo que sientes por tus amigas?.-

Este... si, podría decirse que si, tal vez con algunas variantes. (Vaya, esta chica me esta poniendo en más aprietos que Lucy !)

Siguieron andando por el sendero plateado sin hablar. Las dos chicas tenían muchas cosas en que pensar.

Anais¿Podría ser tu amiga?.-

Claro que si. Me encantaría.-

Anais le sonrió y Liz se abrazo a ella.

Gracias.-

¿Por qué?.-

Por platicar conmigo.-

Para eso estamos las amigas.-

Creo que hemos llegado.- Las interrumpió Latis.

Al fin estaban frente al Fuego Sagrado. Una pared circular de fuego blanco que protegía la corona de la victoria, una corona de olivos que acabaría con la batalla que estaban librando.

ª ª ª ª ª ª ª ª ª ª

¡LO VEO¡¡¡VEO EL FUEGO SAGRADO!.- La chica pelirroja comenzó a correr.

Espera Lucy, ya lo vimos.- Medea trataba de alcanzarla.

Es inútil que intentes alcanzarla. - Le grito Paris que caminaba perezosamente detrás de ellas.

¡QUE SUCEDE!.-

Lucy se detuvo en seco a unos centímetros de la flama. El panorama era desolador, Ráfaga arremetía a espadasos contra Liz que se defendía bastante bien con su lanza y en cuanto el espadachín se descuidaba un poco, atacaba en puntos que de no ser por la rapidez de Ráfaga serian estocadas mortales. Caldina corría de un lado a otro con sus navajas en mano tratando de evitar los ataques de Ocipéte que empuñaba una espada pequeña, como una especie de daga. Un poco más lejos pudo distinguir a Latis tratando de defender a Anais contra la cadena de Celeno y por ultimo observo a Marina sosteniendo una encarnizada batalla con Aelo que portaba un tridente¿Qué rayos había pasado¿Dónde estaban los demás?.

Los otros dos chicos sufrieron el mismo efecto cuando alcanzaron a Lucy, se quedaron parados observando. Tampoco entendían nada. Presea logro distinguir el cuerpo herido de Guru Clef tirado a unos metros de donde peleaban Marina y Aelo, corrió hacia él. Eso hizo reaccionar a Lucy y Paris que siguiendo su ejemplo corrieron a ayudar a Anais para sacarla del campo de batalla.

Lucy quería ayudarle a Latis a derrotar a su oponente, pero por lo pronto solo le estorbaría, no tenía una espada y no podía usar su magia. Se limito a ayudar a Paris a poner a Anais a salvo.

Presea logro llegar al lugar donde yacía Clef, su cuerpo estaba boca abajo, alguien estaba debajo de él, parecía que había intentado proteger a esa persona pero la espada lo había atravesado un poco abajo del hombro izquierdo y había herido a la otra persona también. Presea lo volteo rápidamente y reviso que estuviera respirando, lo estaba ¡Estaba vivo, ahora se preocupo de la otra persona.

Volteo su rostro ligeramente para verla pero al momento se levanto por la sorpresa, se acerco a ella. Respiraba con dificultad, se puso pálida era...era... una mujer... una mujer rubia...de cabello largo... de piel blanca...una mujer...una mujer exactamente igual a ella...

Sus ojos se pusieron en blanco y sintió como el oxigeno le faltaba, su cuerpo se sintió pesado y en unos segundos se derrumbo.

Las heridas no parecían graves, pero como dolían y sangraban. ¿Cuánto tiempo llevaba inconsciente, intento levantarse y tambaleándose un poco lo logro. No había pasado mucho tiempo de que Celeno lo atacara con su cadena y lo dejara inconsciente, pudo verlo porque Latis aun peleaba con ella. Lo siguiente que vio fue a Marina exhausta de pelear con Aelo y a Lucy y Paris auxiliando Anais, corrió hasta ellos. Realmente estaba furiosos, para Ocipéte había sido un juego de niños vencerlo y dejarlo inconsciente. No podía hacer nada para ayudar en la batalla.

¿Dónde te duele?.- Pregunto Paris.

En todos lados.- Se quejó.

Anais¿Qué esta pasando?.- Le interrogo la pelirroja.

Deja que Anais descanse, yo se los explicare.-

¡Ascot¡¡¡Tu también estas herido!.-

No te preocupes Lucy, no en tan grave como se ve.-

Entonces dinos ¿qué paso?.- Dijo Paris mientras recostaba a Anais en el suelo.

Cuando nosotros llegamos la batalla ya había comenzado. Creo que Anais y Latis llegaron al mismo tiempo que Las Arpías y estas los atacaron para impedir que atravesarán el fuego sagrado. Nosotros llegamos después de Caldina, Ráfaga y Presea.-

¿Por qué Liz esta con ellas¿Esta hechizada?.-

No Lucy, Liz era una espía, ella es Iris, la hermana menor de Las Arpías.-

Ahora veo, por eso se me hacia conocida, la vi en Fahren con las demás.-

Bien, hay que atravesar el Fuego Sagrado y obtener la corona de olivos. Así pararemos esto.-

No... es... tan... sencillo.- Anais articulo estas palabras con mucha dificultad.

Me temo que tiene razón, Minos nos advirtió que solo puede atravesar el Fuego Sagrado y tomar la corona aquel que tenga un cuerpo, una mente y un corazón nobles. Tiene que haber un completo equilibrio en todo su ser para poder atravesar el fuego, si no caerá fulminado.-

¡No importa, yo lo intentare¡¡¡NO PUEDO QUEDARME AQUÍ MIENTRAS TODOS COMBATEN!.-

Lucy salió corriendo directo al fuego sagrado, odiaba ver como otros peleaban cuando ella no podía hacer nada por ayudarlos. Paris y Ascot vieron como se alejaba, los había tomado por sorpresa.

Paris...ve por ella...no podrá hacerlo. Es demasiado intrépida.-

Al principio Ascot y Paris no entendieron la petición de Anais¿Acaso no era Lucy la más poderosa de las Guerreras¿No era ella la que tenía la fuerza de voluntad que había abolido el sistema del pilar, conociendo a Lucy lo lograría, siempre lo hacia. Seguramente tenía el equilibrio necesario para pasar el fuego sagrado¿equilibrio, equilibrio entre el control sobre su cuerpo, su mente y su corazón...su corazón sus emociones... ella se dejaba llevar fácilmente por sus emociones. ¡No podría pasar, ambos chicos se miraron.

Yo iré por ella, tu cuida a Anais.-

Cuando Paris quiso cambiar los papeles por la lógica de que Ascot estaba herido y él no, ya era muy tarde. El chico ya pasaba por lo que parecía un campo de batalla tratando de darle alcance a Lucy.

Entonces, todo paso vertiginosamente, apenas en unos segundos...

La batalla de Aelo y Marina era implacable, la guerrera no se iba a dejar vencer y Aelo estaba decidida a llevarla al limite, solo así podían descubrir al dueño de la llave. Cuando su arma choco con la espada de Marina hizo fuerza para derribarla al igual que la chica de cabello azul, entonces alcanzo a ver que una chica pelirroja intentaba llegar a la corona de olivos, si lo lograba jamas sabrían quien era la llave, porque la prueba terminaría antes de eso. Dando un empujón al mismo tiempo que ponía su pie detrás logro derribar a Marina y corrió en dirección donde se encontraba Lucy.

La guerrera se incorporo y al darse cuenta de lo que estaba pasando le dio alcance a Aelo y la rebaso, Aelo lanzo su tridente en contra Lucy quien estaba a punto de entrar al fuego sagrado, Marina la aventó antes de que diera el paso y quedo en su lugar, el tridente con sus afiladas puntas se dirigía directamente a ella ahora, cerro los ojos y espero el impacto...

Lo primero que sintió fue como su cuerpo era empujado con fuerza, caía pesadamente, luego un ligero calor la envolvió y por ultimo sintió como una sustancia pegajosa corría por su pecho. Se sentía muy pesada, como si hubiera algo sobre ella. Lo extraño es que no sentía ningún dolor. Abrió los ojos y se encontró con el fuego sagrado a su alrededor, la dichosa corona de olivos estaba sobre una columna de estilo jónico, justo sobre ella. Intento levantarse pero fue hasta entonces que se dio cuenta de que había un cuerpo sobre ella.

Se espanto.

Lo empujo y se sentó con el mismos impulso.

Descubrió que una vez más, le debía su vida a su amigo, a Ascot que ahora se desangraba frente a ella...

- Duele...si...si... duele.

Mi cuerpo pierde fuerza...ya no siento mis miembros...están entumecidos...mis labios no me obedecen...no quieren moverse...Si tan solo pudiera decírselo...ya no temería a la muerte...

Ella esta diciendo algo...no logro escucharla...no entiendo lo que dice...

Estoy entre sus brazos y eso es lo que importa ahora...su rostro será lo ultimo que vea...entonces puedo morir feliz...esta bien...puedo morir en paz...

Ya no me duelen mis heridas...creo que estoy flotando...la veo... esta abrazando mi cuerpo sin vida... mi cuerpo inerte...

Veo a mis amigos...la batalla sea detenido... todos esperan para saber lo que pasa...

Mis amigos... me hubiera gustado darles las gracias por estar conmigo siempre...me hubiera gustado poder decirles adiós...

Siento un suave calor por todo mi cuerpo... un luminoso túnel se ha abierto ante mi...

Creo que es hora de partir... no estoy triste ni arrepentido... valió la pena la vida... solo por conocerla a ella... mis recuerdos vienen a mi mente... muchos son muy tristes y duele recordarlos... otros son alegres y es agradable volver a vivirlos de nuevo...

El túnel me succiona...quiero verla por ultima vez... quiero llevarme como ultimo recuerdo a ella... a ella por quien he dado mi vida...

Lo sostenía entre sus brazos, no podía creerlo, él no le respondía. Se apoyo contra su pecho y escucho, nada, no escuchaba nada...su corazón no latía...su corazón se había detenido...eso quería decir que estaba muerto...

Su corazón no late...esta muerto.-

Su mirada se perdió, su mente viajaba trayendo a ella todos los momentos que había pasado con su amigo... él siempre había estado ahí... para cuidarla... para protegerla... cuando más lo necesitaba...

Pero ya no estaría nunca... nunca más...

¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!.-

Grito con todo el dolor de su alma desgarrada, mientras abrazaba contra si el cuerpo ensangrentado y frío de Ascot.

Una lagrima tras otra brotaron de sus ojos y cayeron sobre el rostro de Ascot. A ambos los envolvió una cálida energía azul que comenzó a expandirse y apago el fuego sagrado.

Todos los otros estaban parados observando. La energía de Marina siguió expandiéndose tocando ha todos sus amigos, cuando todos estuvieron dentro de ella, centelló y aparecieron en Céfiro.

ª ª ª ª ª ª ª ª ª ª

Continuara...