Parte III
Sacrificio.
"Sacriven-tu Karma ser Gîn terhüm Clamda"
"El sacrificio por lo amigos deja de ser una carga cuando compartimos el valor".
- "Crónicas del Milenio de Plata", Leo Valencia .-
La puerta rechino cuando Marina la cerro tras de si. Camino directamente al jardín donde se encontraba el lago. Ese era el lugar acordado para reunirse. Sus dos amigas ya la esperaban vestidas con sus uniformes escolares.
Lucy contemplaba como el sol ascendía lentamente detrás del lago, mostrando sus primeros rayos que anunciaban el nuevo día. Contemplaba fijamente el horizonte mientras las lagrimas fluían libremente por sus ojos, sabía que algún día regresaría pero eso no era suficiente consuelo.
La ligera brisa matutina movía suavemente los rizos dorados de Anais, sus ojos estaban hinchados y rojos, ya no lloraba, ya no podía llorar más, sus lagrimas se habían agotado. Es lo mejor...es lo mejor... es mi decisión...No dejaba de repetir en su mente.
Ella se acerco lentamente a sus amigas, no sabía como decirles, como empezar. Ya no quería irse, no se iría, se quedaría a vivir con Ascot, ahora su existencia estaba ligada a la de él por el resto de sus vidas. Era algo muy precipitado y lo sabía, pero era la mejor decisión que jamas hubiera tomado. No era un capricho, ella había elegido renunciar a su familia... a sus amigas... a sus planes futuros...a su hogar por quedarse...tenía una nueva vida, un nuevo futuro en Céfiro.
Se acerco dando pasos lentos, el silencio siguió reinando mientras la aurora brillaba en todo su esplendor frente a ellas.
Marina rompió el silencio pronunciando las palabras más difíciles de toda su vida.
Chicas...yo tengo que decirles algo...No...iré...-
¡EL LAGO!.- La pelirroja dio la alarma.
El lago burbujeaba como si estuviera hirviendo, sus aguas claras se volvieron turbias, estuvo agitándose por algunos segundos para luego calmarse. El reflejo ennegrecido les mostró a Tata, Tatra, Geo y Aska encadenados a diferentes columnas del templo de Las Arpías.
Las esperamos "Guerreras Mágicas".- Escucharon la voz de Aelo que parecía salir del lago.
Tenían muchas preguntas, pero no debían perder el tiempo en contestarlas. Sus amigos las necesitaban y eso era lo que importaba a ahora. No los iban a abandonar.
¡RAYEARHT!.-
¡CERES!
¡WINDAM!.-
Sus ropajes de Guerreras Mágicas las cubrieron y sus genios legendarios aparecieron frente a ellas.
Abandonaron Céfiro para entrar al espacio. El asteroide de las arpías no estaba demasiado lejos y lo divisaron poco después de abandonar la atmósfera. Recurrieron a la velocidad de los genios para llegar a él.
Al bajar de sus genios todo estaba en calma, no se escuchaba ningún ruido en el templo, parecía no haber nadie. Entraron sigilosamente, introduciéndose cada vez más en el extraño templo. En la tierra también era de día, pudieron darse cuenta gracias a los cristales transparentes que daban a su dimensión. De no ser por Las Arpías ahora ellas estarían ahí.
Es muy extraño. Hay demasiado silencio.- Observo Anais.
Y no tuvimos problemas para llegar aquí.-
¡Es una trampa!.- Lucy se puso en una posición defensiva, Anais y Marina hicieron lo mismo.
Exactamente, han caído en nuestra trampa.- Aelo apareció al lado de una de las columnas del templo, sus hermanas le siguieron. Las guerreras estaban rodeadas.
¡Nos engañaron, Tatra, Tata, Geo y Aska no están aquí!-
En eso estas equivocada Lucy, sus amigos si nos acompañan.- Ocipéte hizo un movimiento con su mano y la puerta del final del salón se abrió. Ahí se encontraban, atados a diferentes columnas, alrededor de una fuente.
¡Libérenlos!.- Ordeno Marina.-
¡Deberían preocuparse por ustedes!-
Aelo las envolvió en un remolino de agua oscura el ataque no pudo tocarlas, rompieron el remolino con sus espadas. Las hermanas habían nuevamente desaparecido. Las tres chicas se replegaron, espalda con espalda, para poder protegerse una a otra.
De un lugar entra las sombras salió una cadena que se enredo en el cuerpo de Anais y tiraron de ella con fuerza. La chica calló al suelo y fue arrastrada a las sombras. Marina y Lucy intentaron seguirla pero Marina fue interceptada por Aelo y su tridente, al igual que Lucy fue interceptada por Celeno y su espada pequeña, semejante a una daga. Las Guerreras y las Arpías comenzaron una batalla entre armas y magia.
Lucy se alejo persiguiendo a Celeno con dirección al patio donde se encontraban atados sus amigos. Marina y Aelo quedaron solas dentro del templo. El plan de las arpías había funcionado, ya las habían separado, ahora tenían que vencerlas y capturarlas.
La guerrera del viento peleaba contra Ocipéte, había podido librarse del primer ataque y ahora todo lo que podía hacer era huir de un lado a otro. Entre los ataques de la cadena y las ráfagas de viento negro, no tenia tiempo de atacar. Mientras tanto la guerrera roja mantenía la mayor parte del tiempo un combate cuerpo a cuerpo, pero cuando se acercaba lo suficiente para vencerla, Celeno usaba la oscuridad para escabullirse y la confundía. Aelo y Marina combatían más o menos al mismo ritmo, era como si se leyeran la mente una a otra, ambas dominaban a la perfección los ataques de agua y manejaban muy bien su arma, la pelea estaba más o menos pareja.
En un momento dado Anais ya no pudo escapar más y quedo arrinconada contra la pared. Ocipéte le lanzo de lleno el ataque de la ráfaga negra. Anais intento brincar para evitarlo, el ataque la tomo en el aire y la arrojo contra el piso.
Estas vencida guerrera.-
¡Nunca estoy vencida!.-
La chica había utilizado el viento guardián para no estrellarse contra el piso y ahora la que estaba contra la pared era Ocipéte.
¡ Huracán Verde!.-
¡Ciclón endrino!.-
Los dos poderes fueron uno contra otro, en el centro chocaron, manteniéndose en el centro, luchando para ver quien ganaría.
Por otro lado. Lucy ya estaba bastante fastidiada de correr tras Celeno, dejo de hacerlo y se concentro. Tal vez si agudizaba sus sentidos no le sería difícil encontrarla. Vio el movimiento de la daga que venía a ella, la detuvo con la mano. Celeno no se resigno y con la mano que tenía libre creo una pequeña bola oscura. El impacto mando a Lucy a estrellarse contra la pared. En cuanto volvió a ponerse en pie...
¡Rayos, rojos!.-
Celeno oscureció toda la habitación pero los rayos la encontraron, recibió el impacto de lleno. Enfureció, concentrando una gran cantidad de poder en las manos creo una bola llena de oscuridad.
¡Meteoro Negro!-
¡Flecha Fuego!.-
Los poderes se mantienen suspendidos en el aire mientras que sus creadoras aumentan la intensidad para que el ataque contrarío desapareciera.
Marina no lograba acertar en ningún ataque, pero Aelo tampoco la había herido. Era como luchar con sus sombra, mismos movimientos, mismos poderes, mismo elemento, técnicas parecidas. En algún momento determinado, alguna de las dos perdería la concentración y ese sería el error de la derrota. Solo había que esperar ese error, pero ¿Cuál de las dos lo cometería primero?
El destino quiso que fuera Aelo quien cometiera ese error: Resbaló, pudo mantener el equilibrio pero había perdido la concentración en la pelea. Marina no perdió la oportunidad.
¡Dragón de Agua!.-
El ataque salió de sus manos en dirección a Aelo, ella no podía hacerse aun lado así que lo contuvo.
¡Corriente Negra!.-
Sosteniendo el ataque en sus manos intensifico su nivel de poder, el Dragón de Agua de Marina, retrocedió. La chica dios un paso atrás e hizo más fuerte su ataque. Los dos se quedaron en el centro.
ª ª ª ª ª ª ª ª ª ª
El astro rey se asomaba completo detrás del bosque. Iniciaba la mañana en Céfiro, el castillo apenas comenzaba a despertar.
Había un hombre que ya tenía levantado cerca de dos horas, estaba sentado en una fuente interior del castillo. Valientemente había acompañado, a la chica que amaba, hasta la salida que daba al jardín. Ahí se dieron el ultimo adiós, él insistió en estar con ella hasta el ultimo momento. Verla alejarse por el pasillo, fue muy doloroso, estuvo apunto de detenerla pero no se atrevió. Ahora solo podía resignarse y tener la esperanza de que volvería a verla algún día.
En ese momento soplo una brisa fresca, fue como una caricia de ella, eso lo reconforto.
¿Paris¿Qué haces aquí tan temprano, Regularmente duermes hasta tarde.-
Lo mismo digo. No eres tan perezoso como yo, pero tampoco es tu costumbre levantarte temprano.-
Buscaba a Marina, no esta en su habitación.- El joven mago bajo la mirada un poco turbado. No sabía si contarle a su amigo lo que había acontecido la noche pasada.
Creo que no podrás encontrarla...- Paris se detuvo, trataba de encontrar la mejor manera de decirle lo que sabía. No la encontró, de cualquier forma que lo dijera, daría el mismo resultado.
¿Dónde esta Lucy!.- Latis apareció en ese preciso momento.
Ellas...ya no están aquí...regresaron a su mundo.-
Eso no es verdad.-
¿Qué!.-
Aun siento su presencia, pero es lejana. Por eso buscaba a Lucy. No las siento dentro del castillo y creo que están en peligro.-
Vamos con Guru Clef, él puede encontrarlas.-
Latis y Paris siguieron a Ascot a los aposentos de Guru Clef, si alguien podía saber donde estaban Las Guerreras Mágicas, ese era él.
ª ª ª ª ª ª ª ª ª ª
La energía de los poderes mágicos tanto de las Guerreras como de las Arpías estaban haciendo que el piso se levantara. Ni unas ni otras cedían. Cuando una de las dos aumentaba su poder, la otra también lo hacia para no perder. Ambos bandos se estaban agotando. Iris solo observaba como se enfrentaban unas a otras, no sabía porque, pero le molestaba. No quería ver pelear a las Guerreras con sus hermanas. Al fin la acumulación de la energía exploto, fueron tres detonaciones sucesivas que hicieron volar el techo. Las combatientes salieron volando a extremos contrarios.
Marina se levanto y no vio a Aelo, corrió para buscar a sus amigas. Curiosamente su contrincante que había quedado en el otro extremo penso en lo mismo corrió a buscar a sus hermanas. La explosión había sido tan intensa que gran parte del templo estaba destruido y todo era cubierto por una nube de polvo.
Al pasar a la siguiente habitación Marina escucho toser a alguien, encontró a Anais entre el polvo. Las dos escucharon gritos que las llamaban y fue así como pudieron reunirse, con Lucy, en el jardín donde se encontraban sus amigos.
Saquémoslos de aquí.-
¡No tan rápido!.- Las hermanas también se habían reunido y les habían dado alcance a las chicas. Atacaron las tres al mismo tiempo.
¡BORRASCA!.-
Todo se oscureció, escucharon truenos y comenzó a llover con fuerza. Era como una verdadera tormenta. El ataque fue dirigido ha ellas en una especie de remolino.
¡ARCOIRIS MÁGICO!.-
Hubo un resplandor, tres luces, verde, rojo y azul, se juntaron para formas un solo rayo. Uno de los ataque más fuertes, sin duda alguna, de las guerreras. Destrozo la borrasca e iba directamente a las Arpías.
. ¡BAAASTAAAAA!.- Grito Iris con todas sus fuerzas.
El grito se volvió una melodía, una canción hermosa que salía de su garganta. Su canto inundo el recinto, Iris había heredado el don de las sirenas. Su voz era un encantamiento que sumió a las tres guerreras en un profundo sueño.
ª ª ª ª ª ª ª ª ª ª
Dentro de la esfera, vieron como Lucy, Marina y Anais se desplomaban tras escuchar la canción de Iris. Latis dio la vuelta, camino a la puerta y salió. No se iba a quedar a ver, iba a rescatar a su querida Lucy. Ascot y Paris se miraron, ellos también irían. Todas las responsabilidades siempre caían sobre ellas. No era justo, no iban a tolerar más sacrificios. Irían por ellas para traerlas sanas y salvas. Mientras corrían a la salida, Guru Clef les hablo directamente a su mente.
Yo los guiare al asteroide. Tengan cuidado y traigan con bien a las niñas del mundo místico.-
ª ª ª ª ª ª ª ª ª ª
¿Te sientes bien Anais?.-
La chica abrió sus ojos, sus manos estaban atadas con grilletes a una pared y Lucy estaba aun inconsciente a su lado. Iris estaba frente a ella.
¿Dónde esta Marina?.-
Ahí.- Iris señalo a la chica acostada justamente al centro de los tres grandes pilares del jardín (donde permanecían inconscientes, sus amigos). Sus hermanas de Iris, entonaban cánticos extraños que Anais no podía entender.
¡PIENSAN SACRIFICAR A MARINA!.-
Ella es tu amiga ¿Cierto?. ¿Tu y yo seguimos siendo amigas?.-
La chica rubia se extraño de la pregunta. Observo por unos minutos a Iris, vio que en sus ojos no tenían malicia. Era aun más inocente que Lucy, ella simplemente no entendía nada, no se daba cuenta de que lo que estaban haciendo era un asesinato, para ella todo siempre había sido un juego.
¿Cómo puedo ser tu amiga si me lastimaste y lastimaste a mis amigas?.-
Perdóname, pero no quería que lastimaran a mis hermanas. Ellas son todo lo que tengo.-
Te entiendo, Lucy y Marina son como mis hermanas. Yo también haría cualquier cosa por protegerlas. Pero ahora tu hermanas quieren hacerle daño a Marina. Iris tienes que ayudarme a salvarla.-
Por favor Iris, libéranos. Marina es muy querida para nosotras. Te prometo que no les pasara nada a tus hermanas.- Lucy también había despertado.
- Has lo que tu creas correcto.- Resonó la voz de Heracles en su cabeza.
Aelo daba pasos cortos al ritmo de los cánticos de sus hermanas. En sus manos llevaba una daga pequeña y blanca con adornos dorados. Cuando estuvo frente a Marina se arrodillo junto a ella, levanto la daga en alto...
¡FLECHA FUEGO!.-
La daga salió volando. Celeno hizo bajar una niebla oscura para poder continuar con el ritual. Anais y Lucy, intentaban desvanecerla desesperadamente. Celeno y Ocipéte las atacaron.
Aelo logro encontrar la daga a tientas, volvió a empuñarla y dio un golpe certero y limpio, justo en el corazón. Su rostro quedo desencajado al ver que la sangre corría libremente por una túnica azul cielo. Iris había querido proteger a Marina de ella, pero con la niebla, Aelo le había clavado el puñal a su pequeña hermana.
Los dueños de los sellos comenzaron a brillas, los tres pilares lanzaron una luz al cielo que se cruzo formando una pirámide. Por un rato solo se escucharon lamentos, gritos del dolor que les causaba la perdida de energía a los cuatro dueños de los sellos, los gritos de angustia de las arpías al darse cuenta de que su hermanita estaba muriendo.
Del cuerpo de Iris broto una luz increíblemente brillante, formo una esfera que floto hasta la punta de la pirámide. De ahí bajo un rayo ha la fuente que había en el centro del jardín. El agua mostró claramente la imagen de Grecia, era el atardecer en las ruinas de lo que fuera el reino heleno.
Iris siempre había sido la llave. A sus hermanas jamas se les hubiera ocurrido que su padre ocultara en ella la llave. Pero era lógico, ya que a ninguno de sus perseguidores se les ocurriría buscarla dentro de ella.
Las dos hermanas restantes corrieron al lado de Iris, Aelo no dejaba de culparse. Tomo la daga he intento quitarse la vida.
La mano de Lucy la sujeto con fuerza, no quería ver más muertes. Anais trataba de sanar a Iris con su magia pero la chica estaba cada vez más pálida. Marina despertó a la espalda de Anais, ella no sabía nada de lo que había pasado. Vio a Aelo llorando desesperadamente arrodillada junto con sus otras dos hermanas, a Lucy tratando de consolarla, a Anais usando su magia para tratar de curar a Iris.
Aelo le arrebato el puñal a Lucy y se hizo una herida en la muñeca. La sangre cayo sobre Iris, se mezclo con la magia curativa de Anais y le devolvió un poco de color a las mejillas de Iris. Celeno tomo la daga de manos de Aelo y también se hirió en la muñeca dejando chorrear más sangre, Ocipéte hizo lo mismo.
Nosotros creemos que la vida, fluye por la sangre. Iris no merece morir por nuestros pecados y no vamos a permitir que nos deje.- Les explico Aelo a las Guerreras.
La fuente circular se vació en forma de remolino, absorbió el agua, después siguió absorbiendo lo que estaba alrededor. Primero las piedras volaron, luego pedazos del templo.
¡TENEMOS QUE SALIR DE AQUÍ!.- Grito la guerrera azul.
Váyanse y lleven a Iris con ustedes. Nosotros acabaremos con esto. Queríamos ser libres, pero no queremos pagar nuestra libertad, con la vida de nuestra pequeña Iris.- Dijo tristemente Celeno.
La muchacha ya se veía mejor, Anais curo las heridas de las muñecas de las Arpías. Las tres se acercaron fácilmente a la fuente, en cuyo interior se había formado un agujero negro. Recitaron un conjuro mientras juntaban su energía.
Las guerreras corrieron a liberar a sus amigos, todos estaban muy agotados pero reconocieron a sus salvadoras.
¿Todos están bien?.- Pregunto Anais que seguía al lado de Iris.
Agotados, pero estamos bien.- Contesto Geo quien cargaba a la princesa Aska mientras Lucy y Marina ayudaban a caminar a Tata y Tatra.
Iris entre abrió los ojos, estaba muy débil.
¿Dónde están mis hermanas?.-
Ellas tratan de cerrar el Triángulo del Armagedon.-
No podrán hacerlo solas...Tengo que ayudarles... solo un gran poder puede abrir el portal del Armagedon...y solo un gran poder puede cerrarlo. Por eso necesitábamos la llave y los sellos-
La chica intento ponerse de pie pero las ráfagas provocadas por el agujero negro volvieron a derribarla. El piso se sacudió violentamente, pedazos del asteroide fueron arrancados y cayeron dentro del agujero.
Las tres hermanas de Iris se habían abrazado una a cada pilar para evitar que el viento las arrojara al agujero. Su poder se manifestó en una aura entre azul y violeta que las rodeo. Sorprendentemente, una nube se formo sobres sus cabezas, los rayos que emitía eran fuertes y poderosos, la lluvia calló furiosamente contra el asteroide. Después la nube creció enormemente, hasta llegar a ser del tamaño del agujero. Descendió sobre el asteroide y por un momento todo fue confusión.
La nube estallo sobre el hoyo negro con una furia inaudita, un ruido sordo y después la calma, total calma. La oscuridad fue dispersándose.
Iris se levanto y busco a sus hermanas.
Aelo, Celeno y Ocipéte, cada una tirada al lado de un pilar, alzando las manos como si rogaran al cielo. Con los cabellos y el cuerpo blanco, todo su poder, su energía, su vida, la habían entregado para corregir el error que habían cometido y salvar a su hermana pequeña, a la cual siempre habían arrastrado con ellas. Su único deseo antes de morir, había sido que ella viviera y sanara los errores que todas habían cometido en el pasado.
Iris lloro con toda su alma, hubiera buscado la forma de reunirse con ellas, pero ellas habrían muerto en vano si lo hacia. No era justo. Ahora si se quedaría completamente sola.
Un estrepitoso ruido la hizo volver de su tristeza, el maldito hoyo negro había vuelto a abrirse la energía de sus hermanas no había sido suficiente para cerrarlo. La explosión que causo la hizo volar por lo aires. Un enorme mano la atrapo antes de que saliera volando por el espacio.
Pudo ver como el asteroide se dividía en pedazos, eso era el final de todo lo que ella conocía, era el ultimo lazo con los Olímpicos, con su padre. Y ahora sus hermanas estaban muertas.
Miro a su salvador, un enorme genio de color rojo. Lucy estaba dentro de él.
¿Por qué me salvaste?.-
Cualquier amiga de mis amigas es también mi amiga. Y tu eres amiga de Anais.- Le sonrío la siempre sencilla Lucy.
En la otra mano del genio iba Geo, más haya pudo distinguir a otros dos, uno azul y otro verde, supuso a quienes pertenecían. En las manos del genio azul iban Tata y Tatra, el verde transportaba a Aska.
Parte del asteroide fue tragado por el agujero que se hacia cada vez más grande, otros pedazos fueron arrojados fuera, lejanamente y quedaron esparcidos por el espacio. El intento de cerrarlo había provocado un choque de fuerzas dentro del asteroide. En uno de estos pedazos de asteroide, fue donde las guerreras y sus amigos aterrizaron.
Debemos cerrar de nuevo ese agujero, Guru Clef dijo que podría arrastrar a toda esta galaxia.- Recordó Lucy.
Yo lo haré...si pude abrirlo creo que también puedo cerrarlo.-
Tu dijiste que solo un gran poder puede volver a sellarlo. Tu no podrás hacerlo sola.- Dijo Anais.
Pero tengo que hacerlo, se lo debo a mis hermanas.-
Entonces te ayudaremos.-
Iris miro con extrañeza a Marina, Lucy y Anais. Estuvieron de acuerdo. Podrían hacerlo juntas, no era la primera vez que enfrentaban un desastre que las ponía en peligro.
Nosotros también ayudaremos.- Geo, Aska, Tata y Tatra, también las apoyarían.
Tata y Tara llamaron a sus genios, Asca creo rápidamente una criatura para transportarse y Geo permaneció en el asteroide. Tratarían de formar el triángulo nuevamente. Las guerreras llevarían a Iris hasta el centro del triángulo, justo encima del hoyo negro que crecía cada vez más.
Geo no supo como lo hizo pero libero nuevamente ese misterioso poder que tenía dentro de él. Aska lo libero poco a poco, Tata y Tatra hicieron lo mismo, no tenían tiempo que perder.
Las guerreras se colocaron en el centro de la pirámide que se formo. Iris iba en la mano de Rayearht. Con un poco de trabajo pudo mantenerse en pie, canto una especie de alabanza, su energía se presento nuevamente. El agujero comenzó a hacerse más pequeños conforme la energía de Iris iba aumentando y la enfocaba a la punta de la pirámide.
Como si el hoyo negro se diera cuenta que corría peligro, creo un remolino que atrajo a los tres genios a su interior junto con Iris. De pronto golpearon de lleno contra algo. Era el pedazo mayor del asteroide que se había tragado.
¡Estamos dentro del agujero!.- La guerrera azul se pudo dar cuenta de ello al mirar arriba, la punta de la pirámide se veía extremadamente lejana.
Iris¿Te encuentras bien?.-
Los tres genios ocupaban la mayor parte del asteroide, Iris continuaba sobre la mano de Rayearth.
Si...tengo que seguir...- La chica se desplomo, ya no podía mantenerse en pie. Estaba en el limite de sus fuerzas.
No te preocupes, nosotras lo haremos.-
Lucy, no sabemos como hacerlo.-
Iris dijo: "Un gran poder lo abrió, un gran poder puede sellarlo" . Si hacemos explotar todo nuestro poder, podemos lograrlo. Ocuparemos el lugar de la llave.-
Al escuchar esto a Marina le corrió un escalofrío por la espalda, no le sonaba bien. Tenía un muy mal presentimiento sobre eso.
No lo hagan, podrían consumirse...como mis hermanas...dejen que yo me reúna con ellas.- Dijo Iris entre sollozos.
Se hizo un silencio, la situación era complicada. Las guerreras no dijeron nada más y abordaron sus genios. Iris siguió gritándoles que se detuvieran. Tenían temor en su corazón, temían a la muerte, temían a morir de esa forma sin despedirse, siendo tan jóvenes. Pero tenían el deber de proteger ese mundo, esa galaxia que ahora estaba en peligro y más haya de eso querían proteger a sus amigos, a las personas que amaban.
Ellas tenían el poder para hacerlo, para cerrar el portal del Armagedon, así que lo harían. Unieron sus manos, llamando al poder de los elementos sobre ellas, sintieron como entraba en sus cuerpos, un peso enorme sobre ellas. El poder era rápidamente absorbido por el agujero. La energía siguió fluyendo, sus cuerpos empezaron a dolerles, soportaban demasiada magia dentro de ellas. Al fin el hoyo negro dejo de crecer a la par que ellas aumentaban su poder y su concentración. El portal cambio su corriente poco a poco, en vez de absorber, hizo lo inverso. El asteroide donde estaba Iris voló fuera del hoyo negro. El proceso se hizo más rápido, el agujero se estaba cerrando.
¡AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHH!.-
Las tres soltaron un grito al unísono, sus cuerpos ya no podían soportar tanta energía. Brillaron intensamente, rojo, azul y verde, fueron los destellos que vieron Ascot, Laris y Paris que se acercaban, no sabían nada de lo que estaba pasando.
De pronto las chicas dejaron de sentir ese dolor y esa presión sobre sus cuerpos. Una calidez las envolvió en un destello brillante, la explosión fue silenciosa pero pudo observarse desde cada planeta de esa galaxia. Se dejaron arrastrar por una sensación de paz que las envolvía, si estaban muriendo se alegraban de estar juntas y daban las gracias a la vida, por dejarlas vivirla. Cerraron los ojos para caer en un sueño del que no despertarían.
- Aun no... aun no es su tiempo.-
Después de la explosión, del mismo punto donde momentos antes estaba el hoyo negro, emergieron primero un león de fuego, luego un dragón azul y por ultimo un pájaro verde. Bramaron con fuerza para luego convertirse en una sola luz que volvió a desaparecer tras un destello.
Tanto Aska como las princesas de Ziceta se precipitaron al lugar del destello, cuando llegaron ya no había nada. Solo silencio y la paz del espacio. No había ningún rastro de lo que fuera el portal del Armagedon, ni de las Guerreras Mágicas.
Dos lagrimas corrieron por las mejillas de Latis, apretó los puños con fuerza, lo hizo tan fuertemente que se saco sangre. Ya pisaban el asteroide cuando vio como emergían los símbolos de los genios, para volver a desaparecer. Sintió como la energía de las guerreras desaparecía, eso solo podía significar una cosa...
Los otros dos adivinaron lo que había sucedido pero no quisieron creerlo hasta que Latis lo dijo:
No puedo sentir su presencia... ellas han...ellas ya no están aquí...-
ª ª ª ª ª ª ª ª ª ª
El sol en Céfiro se esconde tras del lago. Es el comienzo de la noche, de una larga y oscura noche para tres hombres. No era fácil aceptarlo, no era fácil despedirse. Paris y Ascot jamas se habían vestido de negro pero esa noche lo hicieron para demostrar su infinito dolor y su tristeza.
Era un homenaje concurrido, todos los que conocieron y llegaron a querer a las "niñas del mundo místico" lloraban su muerte. Intentaban consolarse unos a otros. Guru Clef tenía que presidir la ceremonia, a lo largo del discurso tuvo que interrumpirse varias veces por que el dolor lo invadía, nunca penso que él tendría que enterrar a "Las Legendarias Guerreras Mágicas", pero más que nada jamas penso que sus queridas discípulas: Lucy, Marina y Anais también terminarían sacrificándose por Céfiro, eso le dolía más, que ella se hubieran sacrificado en la flor de su vida, por una galaxia que tal vez nunca sabría lo que ellas habían hecho. Ellas eran sus niñas...
Cuando Guru Clef termino, primero Latis, luego Paris y al ultimo Ascot, depositaron una vela flotante sobre el lago y la dejaron ir...Era la luz que guiaría el alma de sus seres más queridos a un mundo de paz...
Los demás arrojaron flores al lago, era una ofrenda del cariño que habían sentido por ellas. Un silencio respetuoso se impuso mientras contemplaban como las velas desaparecían en la oscuridad, siguieron ahí parados hasta que la ultima dejo de brillar y su luz desapareció en las tinieblas...
Esa misma noche...
Latis abandono Céfiro nuevamente, sin decir nada, sin despedirse, sin decir a donde iba, solo se eclipso...
Esa misma noche...
Paris juro consagrarse solo a Céfiro, a su pueblo, y cumplir la promesa que le había hecho a Anais...aunque no tenía la más remota idea de cómo ser feliz si ella ya no estaba...
Esa misma noche...
Ascot estuvo en el islote donde estuvo por ultima vez con Marina.
Contemplo un extraño milagro, las flores Astra seguían brillando, aun unidas, ambas aun vivas...
Entonces sintió ese invisible lazo que une a los enamorados aun latiendo fuertemente en él...
y la esperanza volvió a su corazón...
Ella estaba viva...
y algún día, en el futuro...
ellos volverían a ser uno...
Fin
Y ese es el final...
Primero que nada, muchas gracias a José Luis por apoyarme tanto como amigo como webmaster durante todo este año.
Gracias también a todos mis amigos que me han apoyado para realizar esta historia.
Y el mayor agradecimiento es a ti, que estas leyendo esto, gracias por estar ahí y animarme a seguir escribiendo.
Agradecería mucho, que contestaras estas tres preguntas:
1.- ¿Qué fue lo que más te gusto?
2.- ¿Que fue lo que te desagrado?
3.- ¿Cual fue la escena que más te gusto¿Por que?
Mandalas a mi correo, así sabre en que estuve mal y en que puedo mejorar la siguiente parte. No olvides poner tus propios comentarios.
Anais.
P.D. La continuación de esta historia se llama: "Las Leyendas Viven por Siempre"
