Capitulo 4 – Proposición
Con gran dificultad trago el bocado que tenia en la boca ..
"Em.. Ho..Hola"
La gata le mostró una dulce sonrisa pero que era algo perversa a la vez…
"Dime, ¿que hace un zorrito como tu solo en el barrio de Uranus?"
Tails no sabia que decir…
"Em pues… me he escapado de casa…"
"¿De casa?" La gata se le quedo mirando absorta…
"Bueno mas o menos… no es mi casa, es la casa de un amigo mio, de Knuckles"
La gata puso una cara muy picara…
"Ah vaya… y ¿estas solo?"
Tails iba a responder pero la gata se le adelanto con otra pregunta.
"¿Cómo te llamas zorrito?"
"Me llamo Miles, pero todo el mundo me llama Tails"
La gata esbozo una sonrisa…
"Encantada de conocerte Tails, yo soy Rubi". Al decirle su nombre le guiño un ojo y Tails sonrio y se sintio seguro…
Knuckles se levanto del sofa y se desperezó mientras bostezaba… estaba hambriento e incluso algo cansado, cansado de no haber estado haciendo nada, se paso toda la tarde jugando, sus vacaciones estaban siendo muy relajadas y poco productivas… unicamente interrumpidas por su inquilino, Tails…
Knuckles se fue acercando al cuarto de Tails mientras voceaba, "Oye enano, ¿tu vas a cenar ahora o luego?"
Se quedo de pie en frente del cuarto de Tails y se dio cuenta de que no estaba alli… ni el ni su cartera…
Knuckles se quedo dubitativo por un segundo, pero sin importarle demasiado pensó…
"Bah, ya volveras enano, no tienes a donde ir, yo puedo ser mas cabezon que tu y no me voy a preocupar por ti…"
Hasta pensando sus palabras Knuckles no pudo evitar poner un gesto de tristeza y de preocupación.
Aclaro sus pensamientos y adquirio una faz seria, dirigiendose a la cocina…
…
"Jajajaja, ¿que dices? No me lo puedo creer"
La puerta de la hamburguesería se cerró mientras resonaban las risas de Tails y Rubí en las frias calles de Uranus.
"Que si te lo juro, aquel perro se cayo de golpe en medio del autobús y casi me desmayo de la risa"
Tails miraba atonito a su nueva amiga y sonreia, le encataba la manera que tenia de explicarle las cosas, ciertamente no sabia casi nada de ella… pero eso es lo que la hacia mas interesante.
Se calmaron en el ambiente las risas un rato y Tails aprovecho…
"Oye Rubi, ¿tu cuantos años tienes?"
La gata le miro con sus ojos azules de manera atrevida…
"Umm, pequeño… ¿no sabes que la edad de una dama no se pregunta?"
Tails se quedo paralizado… y sin querer se puso rojo…
"Ah.. eh.. perdona Rubi…"
Rubi se le quedo mirando y empezo a reir a carcajada abierta…
"Vamos vamos que era broma Tails…"
Tails se quedo confundido… no sabia si reir o enfadarse, asi que simplemente mostro una leve sonrisa..
Tras un breve silencio..
"Tengo 16 años, y tu, ¿cuantos tienes?"
"Yo tengo 13"
Rubi le miro con un gesto afable…
"Vaya, pues aparentas mas"
Tails sonrio un poco y se quedo en silencio en la oscura calle…
"¿..que piensas hacer Tails?"
Tails se quedo pensativo un momento…
"¿A que te refieres?"
"Pues has dicho que no piensas volver a casa…"
Tras decir estas palabras Tails se derrumbo, era extraño pero lo habia olvidado en cierta medida, el estar hablando con Rubi le habia hecho olvidar el incidente con Knuckles…
Aunque de todas formas, no sabia que responderle a Rubí…
"Pues yo… yo…"
Rubí se adelantó a la contestación…
"Tu no sabes que hacer, ¿me equivoco?"
Tails la miro con un gesto triste y asintió…
"Pues… ven conmigo…a mi casa, puedes quedarte a dormir si quieres"
Rubí le mostró una amplia sonrisa a Tails y este se ilusionó pero… prácticamente no la conocía… era mas bien una extraña aunque esas 2 horas y media que habia pasado con ella habian sido muy agradables…
"Yo… es que no quiero ser un estorbo para ti…"
Rubí le miró con el ceño fruncido…
"¿Cómo? ¿Un estorbo tu? Si eres la cosa mas linda que he visto hoy… eres alguien genial Tails"
Esas palabras hicieron hacer sentir vergüenza a Tails…
"Oh venga, no digas eso que me pongo rojo" Tails sonrió un poco y Rubí le devolvió la sonrisa…
"¡Decidido! Tu te vienes conmigo…"
Tails no estaba muy seguro de ello, pero se quedo pensativo y recordo la manera en como le habia tratado Knuckles y entonces…
"Ok Rubí iré contigo"
Rubí sonrió…
