¿VENGANZA O SENTIMIENTO?
(por Uialwen)
Cap. 6.
Mente de Severus Snape.
Declaimer: Los personajes no me pertenecen, todos son propiedad de JK Rowling, las editoras y organizaciones compradoras de los derechos de autor. No los utilizo con ánimo de lucro y tampoco espero ganar dinero con ello, tan sólo el disfrute y la diversión de los lectores de FF.net.
Advertency: Este fic contiene SLASH (relación CHICO/CHICO o YAOI), también ha contenido LEMON, lo cual me ha obligado a subir el ranking a R; no quisiera problemas por no avisar. Si no te gusta este género, pues sal del fic y no te dañarás la sensibilidad. Gracias.
Notas: ¡Hola!
Ya vuelvo a estar junto a todas vosotras. Este es el 6º Capítulo. ¡Al fin!
Sigo agradeciéndole a Kmy Kusanagi (¡por tu gran apoyo desde el principio!), a Meiko-Malfoy (porque sin ti, yo no estaría escribiendo este fic, como muchos otros) a Gala Snape (que estás ahí junto a los reviews apoyándome en todo momento), a Nima Jaganashi (por tu apoyo incondicional y por ser ante todo amiga y hasta podría decir como una hermana para mí, ¡Gracias quilla! .), también agradecerle a The Balrog Of Altena (¡gracias por todo!,¡ también por tu locura selectiva!).
Sin más enredos os dejo con el 6º Capítulo, ¡disfrútenlo!
Besos.
Pasaron varias semanas desde lo ocurrido en la Sala de los Menesteres, entre los dos archienemigos: Harry Potter y Draco Malfoy.
Los dos intentaban evitar cruzar la mirada y hasta se rehuían, pues sabían el deseo les podía jugar una mala pasada sin quererlo.
Ron y Hermione hacía casi una semana que habían discutido y Harry intentaba hacerles ver que se necesitaban porque se amaban y eso le hacía recordar a sí mismo que necesitaba a Draco Malfoy a su lado de nuevo. Necesitaba sentir sus labios, sus caricias, su... Todo.
Harry cogió y salió a airearse y se fue al lago, en donde se acostó y puso a pensar.
Mientras tanto, en la habitación de Draco Malfoy, el chico rubio estaba sentado en su cama mirando por la ventana, pero tenía la mirada perdida en un punto del cielo, por lo que nada veía. Sumido en sus propios pensamientos.
Recordaba cada momento que le dijo algo a Harry. La mayoría de veces, reproches y burlas. Pero también recordó el momento aquel, en la Torre de Astronomía; su primer beso, en el cual vio confusión en los ojos de su amante, pero a la vez también divisó amor.
Pero lo que mejor recordaba y uno de los mejores momentos, era la segunda vez que estuvieran en la Sala de los Menesteres. Aquello fue lo mejor y con mucha diferencia, y lo que hizo que su corazón acabara de decidir los sentimientos. Quería y deseaba que ocurriera lo mismo con el niño-que-vivió.
Draco se acercó a la ventana y vio a un chico de pelo revuelto y azabache, allí, a orillas del lago.
Corrió y bajó hacia allí, antes de que Harry se marchara.
Harry se estiró en la hierba y observó como pasaban las nubes.
- "Desde que me ocurrió aquello con Draco, no puedo evitar que mi mirada se dirija a él... ¿Qué me ocurre? No dejo de pensar en cosas que jamás hubiera imaginado antes... ¿Estaré enamorado de quien fuera mi mayor enemigo después del Lord? Pero... ¿Por qué se han complicado tanto las cosas?"- pensó Harry. Estaba absorto en aquellos pensamientos que le atormentaban. Al mismo tiempo, las incursiones de Voldemort en su mente eran más inminentes y le mostraban lo que más temía, a la vez que le enseñaban la dolorosa muerte que tuvo quien fuera su padrino, Sirius Black.
- Sirius...- susurró Harry mientras una lágrima le surcaba la cara en dirección a su oreja derecha. Se volvió a incorporar y se tapó la cara con ambas manos.
Alguien le abrazó por detrás y le susurró al oído:
- No llores Harry, me duele verte así...
Harry supo quien era. Draco Malfoy. Se quitó las manos de la cara y al girar la cabeza, unos labios le acariciaron los suyos propios. Una lengua pidió permiso acariciando su labio inferior para entrar.
La misma sensación invadió el cuerpo de Harry y dejó entrar aquella lengua que tanto había anhelado volver a sentir dentro de su boca.
Harry le pasó una mano por el rubio cabello a Draco y éste secó con ambas manos el llanto que bañaba la cara de Harry.
Draco abrazó a Harry, quien estaba algo más tranquilo, pero no deseaba arrastrar a su amante a la muerte si él moría en el enfrentamiento con Voldemort. Algo le decía que no tardaría en ocurrir.
Pero aquella mirada gris y profunda le alejó esos pensamientos que le atormentaban, y ocultó su cara en el pecho del rubio.
A Draco no le importaba si alguien les veía, no, después de haber escuchado las palabras que le dijo Dumbledore antes de salir de su despacho.
Le alzó la cabeza a su amado y le regaló su mayor sonrisa.
Harry le devolvió la sonrisa y volvió a recostar su cabeza en el pecho del Slytherin.
Estaban tan bien en aquel abrazo que no vieron llegar a Ron.
Éste, no se había percatado de ambas presencias, pero, Harry, fue quien le vio llegar. Besó a Draco, se levantó, frunció el ceño y se fue hacia su mejor amigo para dejarle las cosas claras de una vez por todas, estaba harto de ver que no se perdonaban y eso le tenía nervioso.
- ¿Pero se puede saber qué os cuesta deciros "lo siento"?- el comportamiento de ambos era de críos y ya era hora de que maduraran de una vez por todas.
- Porque me ha dejado, Harry. Lo de Hermione y mío se acabó...- dijo Ron apesadumbrado. Harry vio como unas gruesas lágrimas surcaban la cara de su mejor amigo.
- Pe-Pe-Pe... pero, ¿Por qué? ¿Qué ha ocurrido?- dijo Harry asombrado y a la vez consternado.
- Me ha dicho que lo nuestro no podía funcionar, porque somos muy distintos y, que yo... soy un crío... y, y, y, ¡Harry yo la amo! ¿Tanto le cuesta entender que no puedo perderla? ¿Qué ella es el amor de mi vida, que no puedo vivir si no está a mi lado?
- Ron- dijo Draco acercándose a donde Harry y Ron estaban derechos. Era tarde y el pelirrojo no se había dado cuenta y se sobresaltó-, eso debes decírselo a ella- Harry estaba sorprendido por la actitud de Draco.
- ¡Tú!- dijo Ron dando un paso hacia atrás.
- Ron, ¡tranquilízate! No es lo que te crees. Ron ya hablamos de esto. Ahora escúchale.
- ¿Tú... tú crees, Malfoy?- dijo Ron secándose las lágrimas con el dorso de la manga.
- Sí. Ella en realidad, lo que quiere es, que le demuestres que en realidad te importa- dijo Draco poniéndole una mano en el hombro derecho a Ron-. Ahora, ve, búscala y díselo.
- ¡Eso haré!- dijo Ron decidido-. Gra-gracias Malfoy.
- Por favor, llámame Draco- éste le extendió la mano a Ron que titubeó, pero se la extendió.
- Pues... Gracias Draco- Ron abrazó a Draco y Harry dijo entre celosa y burlonamente con el ceño fruncido:
- ¡Eh! ¡Me voy a poner celoso!- los tres se rieron con ganas y Ron partió corriendo hacia el castillo, antes de entrar se dio la vuelta y vio como Harry y Draco se abrazaban ante el sol poniente de un sábado otoñal, a orillas del lago. Entonces comprendió que se completaban el uno al otro; como el ajedrez, las negras sin las blancas no son nada, si no juegan unas con las otras.
Harry abrazó a Draco de nuevo y así estuvieron durante horas.
Sólo entonces, Harry decidió abrirle su corazón a quien, años atrás, siempre consideró su segundo enemigo después de Lord Voldemort.
- Draco, yo...- dijo Harry-. Debo decirte algo, algo de suma importancia, algo que no puedo ocultar más- Harry hizo una pausa, pero al ver que el Slytherin iba a decir algo, le hizo una señal para que le dejara continuar. Cuan difícil era ya, como para que ahora, Draco, quisiera decirle algo-. Yo, desde que te viera aquella primera vez en aquella tienda de túnicas a medida en el Callejón Diagon, sentí algo diferente y a la vez tuve curiosidad por saber más de ti. Entonces, el día en el que partimos desde el Andén 9 y ¾ hacia Hogwarts, en el tren, te vi entrar en el compartimiento, pero al oírte hablar de aquella manera sobre Ron, mi opinión quedó enterrada en mi mente, pero no en mi corazón- Harry esbozó una sonrisa irónica-. No sabía nada de los sentimientos, ¡tenía 11 años! Y toda una vida por delante. Algo me inquietaba cada vez que estabas cerca de mí y mi corazón se aceleraba sin saber el verdadero motivo, pues, creía sentir odio, todo el odio que creía poseer; pero la realidad era otra no muy distinta, y, ¡vaya realidad!- esta vez a Harry le brillaban los ojos. Lágrimas pugnaban por salir de sus esmeraldas. No lo podía evitar. Le dio la espalda a Draco y prosiguió el relato-. Mi alma, a menudo me pedía a gritos que dejara mi careta de Niño que Vivió, y, que abriera mi corazón para mostrar lo que en mi interior llevaba. Ahora que lo he hecho, te puedo asegurar que me he dado cuenta de lo que siento por ti. Te amo, Draco, y ni Lord Voldemort, ni Lucius Malfoy, ni cien mil mortífagos podrán acabar con el latido de mi corazón que hoy late a tu mismo compás y mis besos, sólo serán para quien realmente me ame y esa persona, creo, que eres tú, Draco.
Draco se había quedado clavado en el suelo y por unos instantes no reaccionó. Hasta que Harry no volvió a darse la vuelta para mirar a su rubio dragón, no pudo decir ni hacer nada.
Entonces con paso lento, Draco, se acercó a Harry y cogiéndole de la cintura le besó.
Un hombre, vestido con una túnica negra, ojos negros, nariz aguileña, tez pálida y con un humor que todo Hogwarts temía, salió a los terrenos del colegio.
Draco y Harry se dieron cuenta que algo ocurría, porque el silencio que los había estado envolviendo fue interrumpido por unas fuertes pisadas en la hierba de los terrenos de Hogwarts. Se dieron la vuelta y vieron a un furioso Snape casi correr hacia donde ellos dos estaban. Se levantaron y esperaron allí lo peor.
Al llegar donde los dos estaban, Severus Snape los miró larga y peligrosamente hasta que les dijo:
- ¿Sabéis la hora qué es?- sus palabras eran peligrosamente serias y amenazadoras.
Draco miró el reloj y se ahogó el grito que estuvo a punto de soltar... Eran las doce de la noche y Snape les esperaba en su despacho a las once y no aparecieron, por eso Snape fue a buscarles él mismo.
Harry palideció, no había recordado que hoy comenzaban, ya, las clases de Oclumancy. –" Si que comenzamos bien... Madita sea, ¡reacciona Harry!".
Draco y Harry se miraron y comenzaron a caminar hacia el castillo, con Snape pisándoles los talones.
Snape, pero, no dejaba de observar a Harry de una extraña forma. No le miraba con odio, sino que le miraba con deseo, celos, pasión...
Draco se dio cuenta de la extraña mirada de Snape y le cogió a Harry la mano y éste le correspondió al gesto y miró sus manos entrelazadas y después a los grises ojos de su Draco, y ambos se sonrieron. Mientras, que Snape se carcomía de rabia y celos por dentro.
Pronto... Demasiado pronto llegaron a las mazmorras, allí sería donde tomarían las clases de Oclumancy.
Snape abrió su aula de Pociones, ya que, el despacho quedaba pequeño para tres personas practicando Oclumancy.
Los tres pasaron al aula y Snape les dijo:
- Muy bien, sacad las varitas. ¿Sabes en qué consiste la Oclumancy, Draco?- preguntó Snape a su ahijado, peligrosamente frío y amenazante.
- Sí, Severus, lo sé.
- Bien, ¿quién comenzará?- Draco estuvo apunto de adelantarse, pero Harry se le adelantó poniéndole una mano en el pecho y diciéndole:
- Déjame a mí, voy a averiguar qué es lo que le ocurre a Snape- le dijo en un susurro a Draco.
- Vale... Ten cuidado Harr...- comenzó a decir éste, pero unos labios le impidieron hablar más.
Harry se puso en guardia, enfrente de Snape, quien ya estaba preparado para dar comienzo a la clase.
- ¡Legeremens!- gritó Snape, y Harry aún no estaba preparado para recibir aquel hechizo. La habitación comenzó a dar vueltas y las imágenes comenzaron a pasar como una película, pero, casi enseguida, una fuerza de resistencia comenzó a obrar en Harry y la Legeremancy comenzó a invertirse hacia la mente de Snape.
Entonces comenzó a ver las imágenes de la vida, los recuerdos y sentimientos de Snape.
"Estaba en el Callejón Diagon, allí estaba él con una mujer alta, de pelo negro rizado, largo y grasiento. Snape se aferró a un escaparate, observando a un bonito gato de color negro con unos pelos en la barriga: blancos, y en la parte del cuello a modo de pajarita. Su madre se lo compró, a pesar de que ya tenía uno.
" Su madre le dijo que necesitaba algo que debía ir a comprar, le dejó algo de dinero mágico para que la esperara en Flourean Fortescau y comprara un helado. Le dijo que allí y con calma le eligiera un nombre al gato.
" Snape pidió un helado de merengue con sirope de arándanos, cerezas y fresas y se fue a sentar a la mesa más apartada de todas. Allí colocó al gato dentro de la cesta y se dispuso a comerse el helado, cuando... aparecieron de repente, Black, Lupin y Pettegrew.
" - ¡Mirad! Mirad quien está aquí. ¡pero, si es Quejicus!- dijo Black riéndose con ganas. Peter se comenzó a morder las uñas nervioso por lo que pudiera ocurrir con ese encuentro, mientras que Lupin miraba seriamente tanto a Sirius como a Severus, pero miraba más a Sirius y lo hacía de manera muy severa.
" - ¡Déjame en paz, Black!- dijo Snape amenazadoramente.
" - ¿Qué? ¿Me das ordenes, Quejicus?- una sonrisa irónica apareció en los labios de Sirius Black.
" Sirius sacó la varita. Snape estaba colérico".
Las imágenes pasaron deprisa a otra escena. Esta vez, parecía que Snape era un adolescente de no más de trece años de edad.
" Era un día de tormenta y Snape estaba agazapado en un rincón de la cocina, mientras que una mujer de pelo rizado, negro, largo y grasiento estaba delante suya intentando protegerle de un alto hombre, empapado; llevaba la túnica rasgada en varias partes y estaba apuntando con la varita a la mujer, ella también empuñaba la suya propia.
" – Emyl, deja que el niño venga conmigo.
" - ¡Jamás! ¡No quiero que lo convirtáis en uno más! ¡Es demasiado joven! ¡No quiero que pase lo mismo que tú, Jack!- decía la mujer amenazadora. Severus se tapaba los oídos, mientras gruesas lágrimas resbalaban por sus mejillas.
" – Emyl, no me obligues a...- decía Jack Snape perdiendo la paciencia.
" - ¡Que no te obligue a qué, Jack Snape! ¿A matarme? ¿Serías capaz, delante de nuestro hijo?- dijo ella, su voz quería sonar segura, pero era ronca y había algo de temor en ella, ya que, sabía que era capaz de eso o de algo peor.
" – ¡Tú lo has dicho!- dijo Jack Snape que estaba fuera de sus casillas.
" - ¡Ah!- gritó por fin Severus, que comenzó a balancearse de delante a atrás en unas tremendas convulsiones.
" - ¡Por Merlín! ¡Estás asustando al niño!- dijo Emyl desesperada.
" – Deja de quejarte Severus, lo hago por tu bien- dijo Jack furioso.
" - ¡No, no lo haces por su bien, sino por el Señor Tenebroso, Jack!- dijo Emyl amenazante.
" – ¡Tú calla, traidora!- le espetó mordazmente Jack a su esposa.
" - ¡Por favor! ¡Parad de discutir!- dijo Severus poniéndose en pie.
" – Hijo no te interpongas en esto. Es algo que nos incumbe a tu madre y a mí- le espetó Jack a su hijo. Entonces, dirigiéndose a su mujer le dijo-. Te reto, Emyl, a un duelo a muerte. Si ganas tú te quedas con él, pero si gano yo: algo evidente; me quedo con el chico.
" Severus se llevó las manos a la boca horrorizado.
" Emyl sonrió por lo bajo y aceptó el duelo. Apartó a Severus, quien se había aferrado a ella frenéticamente y ambos se pusieron en guardia.
" Mas, Jack fue a traición y el primer maleficio que lanzó fue un Avada Kedavra que se llevó la vida de Emyl.
" Severus comenzó a llorar aferrándose frenéticamente al cuerpo inerte de su amada madre, la única que le comprendía de veras y a quien amaba. Ahora odiaba a su padre más que a nadie en el mundo por su cometido".
Las imágenes volvieron a pasar como una película pasada a cámara rápida y se pararon en una escena, en una casa que parecía abandonada. Harry conocía bastante bien aquel lugar, pues en cuarto curso, se había inmiscuido en uno de los pensamientos de Voldemort. Era la Mansión Riddle.
" En medio de la sala estaba ubicado un sillón raído y sucio, de un color negro. Una serpiente estaba enroscada a pocos metros de ahí, encima de una mugrienta alfombra.
" Allí, alrededor del sillón, había muchos encapuchados. Y en un lugar del centro estaba una figura alta, pálida, de cabellos largos (hasta los hombros) y grasientos. Era guapo y tenía los puños apretados a ambos lados de los brazos caídos, pero tensos.
" El sillón se dio la vuelta, dejando ver a una figura, con ojos rojos, boca fina y morada y nariz (si a dos rendijas que parecían de serpiente se le podía llamar nariz) y con una capucha sobre la cabeza le dio la cara a esa alta figura que estaba allí, delante de él, en pie.
" Severus Snape se arrodilló ante aquella imperiosa figura. Ese era Lord Voldemort y Severus Snape había acudido a recibir la marca".
Fue entonces cuando consiguió resistirse a la Oclumancy, pero demasiado tarde. Harry había visto demasiado de él. Tanto Snape como Harry cayeron de rodillas. Draco fue a aguantar a Harry, pero éste le dijo que no y poniéndose en pie fue a coger a Snape antes de que cayera al suelo.
El profesor de Pociones estaba inconsciente y Harry le estiró en el suelo. Ahora comenzó a tener unas tremendas convulsiones. Draco llegó a su lado, le alzó la cabeza, impidiendo así que quedara dañada y le cogió la lengua para que no se atragantara con ella.
Mientras, Harry fue hasta el despacho de Snape y con unos pocos polvos "flu" llamó a la Señora Pomfrey. Pocos minutos después llegó y Harry y ella entraron al aula, en donde la Señora Pomfrey le administró dos pociones al profesor de Pociones. Snape se pudo incorporar y le dio las gracias a Poppy.
- Muchas gracias, Poppy.
- De nada, Severus. Debes cuidarte más, Merlín sabe cuantas veces te lo he dicho. Todo el curso llevo diciéndote lo mismo- dijo ella que le advertía con un dedo.
- Lo sé, Poppy, lo sé- dijo Snape acompañándola hasta la puerta. A la vez, les dijo a Harry y a Draco que ya seguirían el martes-. A las nueve aquí. No os retraséis ni un minuto.
- Sí, profesor- dijeron ambos. Harry y Draco se despidieron con un apasionado beso y se fueron a sus casas para descansar.
Harry le daba vueltas a todo lo que había visto en la mente de Snape y con esos pensamientos turbadores llegó al cuadro. Dio la contraseña y entró.
La sala estaba vacía, pues eran las tres de la madrugada. Harry subió a su dormitorio y se cambió la túnica por el pijama y se metió en la cama. Estaba agotado y casi sin darse cuenta se durmió.
Hola a todas de nuevo,
Espero que no me hayáis extrañado mucho.
Jeje. Espero que os haya gustado el cap.
Aclaraciones:
En fin, como véis el fic promete mucho, así que, ¡espero que seáis fieles a él y que me mandéis muchos reviews!
Gracias a todas.
Besos,
