Los personajes no me pertenecen, solo los uso por entretenimiento.
EL PEOR CUMPLEAÑOS / DOS EXTRAÑOS SE CONOCEN.
Para Harry aquel era sin duda el peor cumpleaños que había tenido en su vida.
Los Dursley se olvidaron por completo (como no) y las cartas y regalos de Hermione, Tonks, Lupin etc. no lo animaron en absoluto.
Echaba demasiado de menos a Sirius y el hecho de no poder pasar el resto de sus vacaciones con Ron y que este ni siquiera le hubiera mandado una felicitación en condiciones no ayudaba demasiado a animarlo.
Además - pensó - el que haya pasado algo importante no es motivo para dejarme aquí marginado, seguro que ha sido idea de Dumbledore, porque como yo soy un maldito mocoso que no tiene ni idea de nada... ¿Para qué molestarse en contarme las cosas? ¡Es mejor esperar a que muera alguien y no halla marcha atrás! Si me hubiera contado lo de la profecía, Sirius no se hubiera ido. Pero como yo era demasiado joven...
¿Qué culpa tengo yo de ser la única esperanza del mundo mágico desde antes de nacer?
Un mocoso así es como él me ve ¡JA! Si yo soy un mocoso ¿los demás chicos de mi edad qué son?
Pero claro, me consideraba demasiado joven para enterarme de lo que trama un viejo loco al que se le ha metido entre ceja y ceja el tener que matarme, demasiado joven para saber el futuro que me espera, ser asesino o asesinado, y, sin embargo, sí soy lo bastante mayor para afrontar completamente solo la... desaparición de Sirius, por mucho que digan yo sé que el no está muerto, sé que está vivo, tiene que estarlo, además, no tienen pruebas, después de todo solo atravesó ese estúpido velo lleno de mugre, yo le oí llamarme y no fui el único, Luna también lo escuchó. - Estuvo un rato sin pensar en nada cuando murmuró- Me pregunto si aquel chico era real... desde luego lo parecía. –
Dicho esto se tumbó en la cama, para, al instante, quedarse profundamente dormido.
Oscuridad, oscuridad era lo único que se vislumbraba en aquel momento, después de
despertar, una inmóvil figura.
Poco a poco, a medida que sus ojos se iban acostumbrando a la poca iluminación reinante en el lugar en que se encontraba, el chico no sabia si alegrarse o preocuparse por seguir con vida.
¡ Magius, piensa, piensa un poco para variar.
Con un poco de suerte ese mal nacido esta en este putrefacto lugar perdido de la mano de dios y así poder ajustar ciertas deudas familiares.
Después de todo, aquellos cuatro, se consideraban hermanos . Magius empezaba a notar cierta relajación y calma además, la esperanza es lo ultimo que se pierde, o eso dicen .
El muchacho se puso de pie y empezó a tantearse con cuidado la herida que le atravesaba el hombro izquierdo.
Le habían cauterizado la herida de tal manera que tenia todo el brazo izquierdo inutilizado. Desde el hombro hasta la mano.
Esa parte de su cuerpo estaba muerta.
Tras la comprobación se dejo caer al suelo y empezó a reírse como un maniaco, por pura desesperación.
Solo me falta que el propio Voldemort venga a torturarme en persona – murmura después de un rato con tristeza.
Al poco tiempo la puerta de la celda se abre, dejando ver una figura. Sin pensarlo dos veces se lanza hacia la puerta, con la cabeza por delante, cuando de repente dos bazos le retienen por detrás sobresaltándole y esforzándose por reprimir un grito de sorpresa e indignación.
A menos que quieras suicidarte, te recomiendo que te quedes quieto y sin hacer ruido – le susurran al oído mientras le atrae a un rincón oscuro de la celda.
Magius supuso que ahí era donde había estado su compañero de prisión todo el rato y por eso no se percato antes de su presencia. Lo cual hacia que se sintiera confuso y avergonzado por no haberse dado cuenta hasta ese mismo momento.
Desde su escondite, vieron como la silueta depositaba en el mugriento suelo de la celda, dos platos y salía de esta cerrando la puerta detrás de si.
Momento que aprovecho su compañero de celda para soltarle y correr hacia los platos mientras miraba hacia ellos. Al llegar a los platos se detuvo de repente y le dijo con voz una voz suave – Puedes comerte mi parte si quieres -.
Magius se sorprendió, no era un hombre, su compañero de infortunio era una chica.
Se sorprendió a si mismo diciendo – Gracias, no hace falta, no tengo hambre, pero... – después de meditarlo un rato – Me puedes hacer un favor -.
¿ Cual? -.
Podrías hablarme, cualquier cosa, cuando acabes -.
Umm ... , de acuerdo¿ porque? -.
Me gusta tu voz – la respondió ruborizándose – y me llamo Magius.
Yo me llamo Jean – acto seguido se volvió y comenzó a comer con gran rapidez.
La puerta se volvió a abrir lanzando un bulto a la celda.
Jean se acercó todo lo rápido que fue capaz a auxiliar a su compañero de celda.
Desde que llego hace dos semanas era la misma rutina.
Al amanecer se lo llevaban para que los nuevos reclutas practicaran con el la maldición cruciatus y por si fuera poco se empeñaba en llamar Voldi al líder de los Mortífagos.
Lo que desbocaba en una nueva sesión de entrenamiento, una demostración practica del propio Voldemort y un día de ayuno forzoso, por lo que la muchacha se veía en la obligación de compartir su alimento con el, al cual le tenia que obligar a ingerir los alimentos por calecer de las fuerzas suficientes para ello.
Su único momento de paz, era cuando conversaban antes de quedarse dormidos.
Aunque quisiera negarlo, el muchacho empezaba a gustarle y ese era el único secreto que le ocultaba mientras pensaba Ojala fuéramos libres y pudiéramos estar juntos por propia voluntad.
Por lo menos estamos juntos .
Jeaa...n – dice el en un quejido y con voz débil.
Tranquilo Magius, estoy a tu lado – mientras una silenciosa lagrima cae por su cara – no te dejare solo -.
El muchacho intenta sonreír ante sus palabras pelo solo lograba formar una forzosa mueca, que por la oscuridad reinante en el lugar, ella no ve – Sabes, estoy harto, harto de todo esto... – murmura.
Tranquilo, lo se -.
Tras un momento de silencio Jean nota que Magius esta temblando.
Tras lo cual ella comienza a abrazarlo y acariciarle el pelo.
Jean si pudiéramos escapar de aquí... – en ese momento se produce otro escalofrío
en el muchacho y empieza a toser y a escupir sangre.
Ella intenta hacer que pare de hablar mientras sigue meciéndole con ternura, pero el no la hace caso y después de conseguir respirar con cierta facilidad a pesar del dolor continua – Saldrías conmigo -.
Jean como única respuesta le besa dulcemente en los labios, gesto que el corresponde, en ese momento sus corazones laten desbocados.
Me alegra saberlo, porque después de esto mi madre me va ha matar – Magius coge aire con dificultad y grita - ¡ Fawkes ! – en ese momento aparece ante ellos un impresionante ejemplar de ave fénix.
Llévanos con el abuelo – dice el muchacho casi sin fuerzas y con cara de odio, lo cual le sorprende a Jean aunque no la extraña por que sabe la causa, así que lo único que hace es abrazarle con mas fuerza mientras que el levanta su brazo sano y agarra al fénix, por la cola, para acto seguido, mientras besa con pasión a Jean, desaparecer.
