Stronger in the End

By Dark Angel Prey (Angel of Music)

Disclaimer: "No tengo la suerte de que Erik sea mío, nada del fantasma de la Opera, tanto de la obra de Gaston Leroux como del musical por Andrew Lloyd Webber y la película de Joel Shumacher me pertenece". Sólo me pertenecen los personajes originales, que son Faith, Dayla, Marcus y Vieyra.

Clasificación: PG

Parejas: Esencialmente Erik/Faith y eventualmente Marcus/Vieyra, con agregaciones de Erik/Christine, Christine/Raoul, Dayla/Marcus y Faith/Marcus.

Resúmen: En una visita a la Casa de la Opera; Faith, una cazadora del mal, es traicionada por su mejor amiga, lo que la lleva al borde de la muerte, mientras tanto Erik regresa a las catacumbas perseguido por sus recuerdos, tratando de ver a Christine, cuando encuentra a Faith. ¿Está Erik dispuesto a abrir su corazón después de Christine?

Avisos: Faith, no es Faith de Buffy la Cazavampiros y Ángel, el nombre me encanta, así que se lo puse a este personaje, también es Cazadora pero no tiene historia aparte, más que la mostrada por mí.

Capítulo I. Almas Sobrevivientes

Después de los últimos sucesos ocurridos en la casa de la Opera de Paris, Faith y Dayla se aventuraron hasta el centro de la gran metrópolis, y habían decidido entrar para investigar a qué era a lo que se enfrentaban. Dayla había propuesto el plan, ella siempre se adelantaba a todo, estaba consciente de que Dayla había sido quien la había salvado muchas veces del oscuro filo de la muerte, Dayla era su amiga, en realidad era lo más cercano que había tenido a una familia, Dayla era como su hermana Dayla era… su única amiga.

Había sido un suceso extraño que después de lo que había pasado en Londres, siguiera hablándole, Faith había cruzado el límite entre el bien y el mal, y había escogido el mal; pero después de un doloroso arrepentimiento, había seguido cazando vampiros, demonios, y había matado todos y absolutamente a todos aquellos que pudieran lastimar a la gente.

-"Bien Faith, puede decirse que eres una asesina serial…" –dijo una vocecita en su cabeza, que parecía semejar a Marcus, su novio, amigo ¿prometido? Tal vez próximamente.

¡Al demonio! ¿A quién le importa, contestó ella mentalmente, pateando el orgullo de la primer vocecita.

Subió el último tramo de columna que quedaba para llegar al techo, se decidió a no ver hacia atrás, tanta altitud haría que cayera inevitablemente a una horrible muerte, ese era uno de sus miedos más profundos, caer… caer, y sin poder hacer nada para evitarlo. Por fin hizo un último impulso hacia delante, y aterrizó suavemente en el piso del tejado.

-"¡Llegamos! Ahora sólo hay que quitar el vidrio y bajar con las cuerdas…" –comenzó Faith, alegre como siempre que hacía algo con entusiasmo, Dayla estaba algo indiferente y pensó que podría contagiarle algo de su alegría.

-"Faith…"

-"¿Trajiste las cuerdas cierto?" –preguntó volteando hacia Dayla, quien acababa de cerrar su negro bolso.

-"No entraremos a la Opera" –contestó ella, tan fría como el hielo.

-"¡Lo sabía! ¡Yo debí haber traído todo! Bueno… tal vez si bajamos y …" –su idea fue interrumpida por un agudo dolor en el abdomen, bajó la cabeza; un athame en la mano de Dayla iba drenando su sangre hacia el exterior.

-"Dayla…" –dijo Faith en voz baja por el dolor y a la vez, tratando de explicarse qué estaba pasando.

-"No voy a dejar que una perra como tú, tan mala, tan egoísta y tan cruel siga existiendo y menos bajo el título de La Cazadora".

-"¿Qué…?"

-"¡Cállate!" –respondió alterada Dayla, enterrando más el elaborado cuchillo y al mismo tiempo golpeándola contra la pared más cercana.

-"Fue tan fácil pensar que te habías ganado un lugar en el cielo ¿no es así?" –dijo acercando su cara para ver más de cerca el dolor, la tristeza y frustración que sus ojos oscuros emitían para su puro y absoluto placer. –"Eres mala Faith, por eso tengo que matarte, no vales nada, no hay nada dentro de ti, eres oscuridad no hay dentro de ti nada humano".

-"Dayla... Yo…"- dijo en un murmullo la otra, que estaba comenzando a respirar con dificultad y a sentir que sus rodillas se doblaban, mientras el piso y su ropa se llenaban cada vez más y más.

-"Hasta nunca Faith, arde en el infierno mientras yo regresaré abatida porque el demonio en la Ópera se ha llevado a mi amiga… mi hermana…" –dijo caprichosa Dayla saboreando cada palabra y soltando una risotada que Faith correspondió con lágrimas.

De golpe retiró el athame que vino seguido de un abundante chorro de sangre, sus oscuras ropas seguían tiñéndose de color escarlata. Dayla comenzó por golpearla en la cara por lo que Faith se estrelló contra el muro, después la aventó cerca de la vidriera, y pateó justo en la herida, haciendo que Faith soltara un grito desgarrador que se prolongó hasta las catacumbas de la Opera. Dayla siguió golpeándola hasta que Faith pensó que hubiese sido mejor haber muerto ya.

-"Vamos…"

-"¿Qué dijiste?" -Dayla se detuvo en seco, Faith hablaba con la poca fuerza que le quedaba.

-"Sigue… y maltrátame y abusa de mí… Seré más fuerte al final"

Dayla se enfureció al oír estas palabras y la pateó de lleno en la cara, la levantó del piso y la arrojó contra el vitral.

Caía… y caía golpeando en su camino las estructuras de unas escaleras en caracol, y no podía hacer nada para evitarlo.

La Casa de la Opera de Paris, su hogar por tanto tiempo, tal vez no debía regresar; pero no podía seguir sin sus recuerdos, sin su música; esa música de la noche que le recordaba tanto y tan dolorosamente a su Ángel de la Música. Poniendo a un lado estos pensamientos, decidió entrar, tal vez para hacerse más daño del que Christine le había hecho al irse con ese estúpido Vizconde Chagny, tal vez…

Descendió lentamente a las catacumbas, como una sombra, sería mejor si no tenía que encontrarse con nadie, ya que medio París quería matarlo. Llegó hasta su hogar, que había extrañado tanto, una solitaria lágrima cayó de sus párpados, mientras en el silencio, podía aún oír su extraño dueto con Christine y sin más, comenzó a cantar, acompañado de su órgano, su cámara lo hacía cantar, era inevitable.

Cuando me niegas…

Me confundes

¿Qué te hace pensar que te aceptaré?

Piensa otra vez

Sigue, maltrátame, abúsame

Seré más fuerte al final…

Sus notas y sus pensamientos fueron inoportunamente turbados por un grito que rompió con violencia el silencio; de inmediato se levantó, cerró el camino que iba hasta su cámara, y tomó una antorcha para ir en busca de lo que había ocasionado el grito…

Tal vez eran los empleados de la Ópera que habían notado su silenciosa presencia, aunque las trampas los detendrían e incluso si llegaban hasta el lago, las otras cámaras despistarían su vista, una vez más.

Se acercó hasta el lago a través de un pasaje oculto, era una extrañeza que hubiese habido tanto ruido hace unos momentos, y ahora, nada… más que el suave misterio diluido en el silencio; echó una furtiva mirada al lago, no había nada ahí, el agua se deshacía en ondas en el centro, justo debajo de la escalera de caracol, cuando observó más detenidamente, vio varios trozos de vidrio ensangrentados que eran arrastrados por la suave corriente que llevaba el laberinto; Erik se extrañó ante esto, alguien había caído del techo, eso era indudable, pero indudable era que aquello podría ser una trampa, y sin embargo, decidió salir.

Mientras más se acercaba a donde se producían las ondas, el agua más se teñía de rojo, y su espada desenvainada y sostenida con tanta fuerza que casi dolía; con todo su valor y su fuerza no estaba listo para lo que vio.

Una mujer como un ángel arrancado del cielo, aunque sus ropas eran negras, éstas casi completamente empapadas -al igual que su cabello castaño- y teñidas de rojo, sobre todo en el abdomen; su cara llena de cicatrices, enrojecida, y llena de suciedad, no combinaban con lo blanco de su piel. Sus ojos estaban cerrados por la falta de fuerza, el labio superior estaba partido del lado izquierdo, sus labios gruesos se tornaban rojos por la sangre.

Erik sintió tanta pena que su corazón punzaba y sin saber la razón, la sacó del agua; pero al contacto, ella se estremeció ligeramente, ¡milagrosamente estaba viva! La llevó a su cámara, notó que respiraba sin dificultades, y la puso en su cama, sin querer recordó a Christine, pero trató de sacarse ese pensamiento para tratar de salvar a aquella misteriosa mujer.

¿Pero cómo? Él no era un aficionado a la medicina, sabía muchas cosas de ella sí, pero es distinto a atender a una mujer al borde de la muerte, así que volvió a tomarla en sus brazos y se dirigió al cuarto de una de las bailarinas estrellas, la Saint-James; para su fortuna no había nadie en el cuarto, jugó con un poco de la magia de los sonidos imitando la voz de la Saint-James, para pedir que el doctor de la Ópera popular se apareciera en el cuarto, Madame Giry que era la que pasaba por ahí en ese momento, se apresuró y trajo al doctor consigo.

Cuando llegaron, Eric estaba escondido tras un muro doble, que bien sabía que Saint-James y los demás desconocían, nadie conocía la Casa de la Opera de París como él.

-"¡Madame Giry! Le digo que esto es una broma, juro haber visto a la Saint-James entrar a escena hace unos momentos… está bien madame no se irrite… le he dicho que no se enfurezca, puedo caminar sólo… así está mejor… ¿¡Pero qué es esto?

El doctor había soltado un gemido seco, mientras Madame Giry -que había estado empujando al doctor hasta la puerta de la Saint-James- se tapó la boca y abrió los ojos tanto como pudo del asombro al ver a una chica herida y sucia en la cama de la Saint-James.

-"¡¿Pero qué significa esto!" –Dijo el doctor lanzando su maletín por los aires al tocador color azul perlado, -del cual se alzaba un nombre en el arco principal: "V I E Y R A"-, Erik no había conocido a nadie con ese nombre antes, ¿podría ser el reemplazo de Christine?. El doctor corrió al lado de la chica, tocó su frente y negó con la cabeza. Fiebre.

-"Madame, debe usted ayudarme, es este un caso muy grave, la chica está… ¡Oh!" –Erik supuso que el doctor había visto tanta sangre que pensó que la chica seguía desangrándose; pero había descubierto la venda con la que Erik cubrió la herida. De inmediato el doctor comenzó a coser la herida del abdomen; pero la chica no despertó. Terminando de administrarle unos medicamentos –que Erik observó con mucho cuidado- el doctor se levantó y observó a la chica.

-"Madame… me parece que esta pobre muchacha está en coma" –dijo el doctor volviéndose a Madame Giry.

-"Pero…" –musitó Madame Giry sin entender del todo, y llevándose las manos a la boca.

-"Le cosí la herida sin una gota de anestesia, nadie hubiera soportado tal dolor; pero respira y su frecuencia cardiaca al igual que la pulmonar no se afectaron. Es como si…-el doctor titubeó- por así decirlo, entre paréntesis hasta que despierte. –dijo cerrando su maletín.

-"¿Qué será de ella mientras tanto? ¿Cuándo despertará?" –Erik agradeció mentalmente a Madame Giry por realizar ella misma las preguntas que lo tenían tan consternado.

-"Es difícil de explicar, tendrá que ser alimentada con sueros y azúcar, algunos medicamentos y sobre todo, tiene que haber alguien vigilándola por el tiempo que reste por si llegara a despertar…"

-"¿Quiere decir que no es muy probable que despierte?" –dijo Madame Giry volteando hacia la chica que seguía sin inmutarse.

-"Todo depende de ella" –dijo el doctor puntualizando. –"Ahora debemos ir por los señores Richard y Moncharmin, tenemos que notificar de esto, sería bueno escuchar si la Saint-James tiene algo que decirnos..." –prosiguió el doctor saliendo del cuarto con Madame Giry.

Una vez que sus pasos sonaron distantes, Erik emergió de las sombras y cautelosamente tomó a la chica en sus brazos, como si fuera a romperse.

-"¿Con qué no despertarás hasta que quieras, eh?" –le dijo mientras iba bajando las escaleras que lo llevarían al lago, en el fondo de su corazón, sabía que ella podía escucharlo.

Llegó a su cámara por fin y puso a la chica en la cama de cisnes, que había designado para ella, se sentó a un lado y la observó por unos segundos, imaginándose el dolor y el sufrimiento por el que había pasado, sin nadie que pudiera consolarla, pasó el dorso de su mano por su mejilla.

-"¿Acaso tu podrás salvarme Ángel Negro?" –murmuró más para si mismo que para nadie más.

Los días, las semanas y los meses pasaron, Erik cuidándola y ella muriendo un poco más cada día, hasta que pasó un año. Erik sabía que moriría pronto, nadie podría resistir tanto tiempo sin comida de verdad, tanto tiempo dormida, así que a manera de despedida, decidió cantarle, sin imaginar que su voz le hacía recordar escenas del pasado…

Cuando me niegas…

-Dayla… -¡Cállate!

Me confundes

-Fue tan fácil pensar que te habías ganado un lugar en el cielo

¿Qué te hace pensar que te aceptaré?

-Eres mala Faith

Piensa otra vez

-Hasta nunca Faith…

Sigue, maltrátame, abúsame

-Vamos

Seré más fuerte al final…

Ahora simplemente era caer… caer, y sin poder hacer nada para evitarlo

-"¡NOOO!" –gritó Faith despertando violentamente del profundo sueño incorporándose, poniendo una mano en su pecho y respirando agitadamente.

Créditos

Angel Theme – Christophe Beck

Gerard Butler Eliza Dushku Emmy Rossum Patrick Wilson

Mandy Moore David Boreanaz

" Stronger in the End "

Historia basada en el libro, pelícua y musical 'El Fantasma de la Opera'. Todo el material referente a El Fantasma de la Ópera es usado sin autorización oficial; la franquicia pertenece a Gaston Leroux, Andrew Lloyd Webber y Warner Brothers.

La realización de esta serie es sujeto de copyright, favor de no copiarlo, ni re-publicarlo sin permiso explícitamente escrito de los autores

Agradecimientos Especiales

A Adahy, que siempre ha creído en mi y Richi por sus aportaciones.