Unos horribles pajarracos volaban sobre las horrendas florecillas que
habían brotado en el fangoso suelo que rodeaba la odiosa estatua de Hokage.
O al menos así se le antojaba a Sasuke mientras esperaba que llegaran sus
dos compañeros de equipo.
Kakashi los había enviado allí sin darles explicación alguna, pero ya
estaban acostumbrados. Sasuke tenía la esperanza de que se tratara de una
misión, pero con Mr. Kakashi-cara-de-empanado-de-la-vida nunca se sabía. A
veces los llamaba para una misión, o para un entrenamiento especial, o para
que le hicieran la compra, o para que le sacaran a pasear a los perros,
etc. Incluso una vez los convenció para que se hicieran pasar por sus hijos
y así poder conseguir un descuento en el puesto de fideos nuevo de la
ciudad, donde no los conocían. El descuento consistía en que si eras
padre/madre soltero con muchos hijos (mínimo tres) te rebajaban el 15% del
precio que costarían tantos bols como hijos tuvieras (incluido el del
padre). Una ocasión perfecta que no podían desperdiciar, les había dicho
Kakashi. Naturalmente no compartió los fideos, la cual cosa enfadó mucho a
Naruto, que estuvo apunto de extraerle el sharingan a su sensei con unos
palillos chinos. Pero aquello no le importaba a Sasuke, a él no le
importaba absolutamente nada en este patético mundo que no llegaba a su
altura. O sí?
Una sola cosa: matar al capito de su hermanito.
Al recordar este pequeño, no, pequeñísimo, es más, ínfimo detalle, comenzó
a lanzar imprecaciones y exabruptos (comúnmente conocidos como tacos) al
árbol más próximo.
Era curioso como había empezado pensando en el paisaje con toda la
tranquilidad del mundo y había acabado insultando a su hermano a los cuatro
vientos, sin cortarse un pelo. Una madre ardilla escandalizada salió
corriendo del árbol agredido verbalmente con sus dos hijitos, tapándoles
las pequeñas y peludas orejitas y diciendo cosas en el idioma de las
ardillas que en nuestro idioma vendrían a significar algo así: "No
escuchéis, hijos, no escuchéis!"
—Esto...Sasuke-kun? -dijo una vocecilla detrás de él (tan detrás de él como la chica a la cual pertenecía la vocecilla)
Sasuke se giró bruscamente y gritó un "¿qué?" que habría intimidado al mismísimo King Kong. Se encontró cara a cara con una chica con el pelo rosa, bueno, con esta chica sería más adecuado decir que se encontró frente a frente con ella, pero no importa...
—Te encuentras bien? —preguntó tímidamente la chica con auténtica cara de preocupación.
A Sasuke le conmovió que su compañera se interesara tanto por su bienestar, pero no lo habría admitido ni si le hubieran amenazado con tener una visita especialmente particular al parque de atracciones de Michael Jackson en compañía del cantante. Aunque lo que en realidad pensaba la joven era: "Vaya, sabía que Sasuke no estaba muy concienciado con el medio ambiente, pero tanto como para insultar a un árbol...?"
Sasuke, recobrando su actitud imperturbablemente fría, puso cara de interesante y pose de súper modelo profesional durante un anuncio de ropa del Corte Inglés. Solo le faltaba una banda que dijera: "Mr. Konoha"
—Tranquila Sakura, estoy bien.
Unos pétalos de rosa salidos de vete a saber donde volaron alrededor de ellos y de repente los colores se suavizaron hasta adquirir el tono de la típica escena romántica en una película americana. Con brillantes estrellitas y rojos corazones alrededor de los ojos, ambos se miraron fijamente durante un largo rato, con el viento haciendo revolotear sus ropas y cabellos de manera teatral. Una musiquilla de violines y arpas sonó en la lejanía. Las tres ardillas de nuevo espectadoras esperaban que alguno de los dos dijera: "Siempre nos quedará París...". Pero evidentemente no fue así.
Sakura se sonrojó ante el indudable estilo y buen gusto por la ropa fashion de su querido Sasuke. Cruzó las manos a la altura del corazón y, más colorada que el pintalabios que se quería comprar Orochimaru y que Kabuto le regaló por San Valentín, se imaginó la escena en la que le declaraba su amor a Sasuke y este le correspondía...Totalmente ensimismada en sus propias fantasías y sin conciencia de la realidad, se dejó caer hacia delante esperando que unos fuertes brazos la sostuvieran. Pero se dio de morros contra el árbol. Pobre árbol, ya había tenido suficiente por aquel día.
—Mira Sakura, por ahí viene Kakashi. Que extraño... Naruto no ha llegado aún, y lo es más extraño todavía....el sensei no llega tarde...Sakura, tú que cre... Sakura? Sakura! Sakura, que haces en el suelo? Estás aplastando a las pobres ardillas!
—Mira quien habla....el amante de la naturaleza...¡Hay! Mis Hijos, mis pobres hijos...—dijo lastimeramente la madre ardilla en el idioma de las ardillas.
Sasuke ayudó a levantarse a la chica, que sangraba por la nariz, se había roto un par de uñas y tenía cara de estupefacción.
—Ehh...Te encuentras bien Sakura?
—Que? Ehh...yo? Esto....si, si. Muy bien. —rió tontamente mientras se tambaleaba. Parecía estar borracha—Claro que si....muy bien...Que bonito es el amor...
—Como dices?
—Eh? Nada, nada...Que me he tropezado con la ardilla...
Sasuke asintió y se retiró a saludar a Kakashi, que ya llegaba caminando alegremente por la colina. Sakura estuvo a punto de ponerse a llorar, pero en vez de eso se puso a reír histéricamente. Que estúpida que he sido, pensó. Por un momento había pensado que le gustaba a Sasuke. Rió en silencio. Decidió que jamás volvería a llorar por un hombre. Sacó un pañuelo blanco del bolsillo de su vestido y se limpió la sangre. Su orgullo femenino no iba a permitir que su sensei la viera en tal estado. Se colocó bien el vestido y aguardó a que Sasuke y Kakashi llegaran hasta donde se encontraba ella (junto al árbol agredido verbalmente y ahora físicamente). —"De hecho..." —pensó—"...Kakashi es bastante mono..."
Los dos ninjas llegaron.
—Hola. —saludó alegremente Kakashi, entonces se fijó más— Dios Santo, por lo cómics de Come Come Paradise, Sakura, qué...?
Sakura abrió mucho los ojos esperanzadamente, se preocupaba Kakashi por ella? Iba a preguntarle por aquellas horribles heridas en la cara? Iba a cogerla entre sus brazos y a decirle que no pasaba nada? Los mismos colores pastel, brillantes estrellitas y rojos corazones de antes reaparecieron. Un coro celestial y música de violines y arpas se oyó en la lejanía...
—Sakura, qué...qué le has hecho a las ardillas? —Kakashi corrió a socorrer a los animales.
Sakura, con las mandíbulas apretadas y con cara de estar pensando: "me lo imaginaba... un tío así de friki es imposible que tenga algo de tacto y sensibilidad...", se giró lentamente como un asesino en una película de terror y observó la escena. Kakashi le estaba haciendo el boca a boca a una de las pequeñas ardillas mientras Sasuke ventilaba con una hoja ancha a la desmayada madre ardilla. —"¿Pero qué les pasa a los hombres con las ardillas?"
—Esto...Sasuke-kun? -dijo una vocecilla detrás de él (tan detrás de él como la chica a la cual pertenecía la vocecilla)
Sasuke se giró bruscamente y gritó un "¿qué?" que habría intimidado al mismísimo King Kong. Se encontró cara a cara con una chica con el pelo rosa, bueno, con esta chica sería más adecuado decir que se encontró frente a frente con ella, pero no importa...
—Te encuentras bien? —preguntó tímidamente la chica con auténtica cara de preocupación.
A Sasuke le conmovió que su compañera se interesara tanto por su bienestar, pero no lo habría admitido ni si le hubieran amenazado con tener una visita especialmente particular al parque de atracciones de Michael Jackson en compañía del cantante. Aunque lo que en realidad pensaba la joven era: "Vaya, sabía que Sasuke no estaba muy concienciado con el medio ambiente, pero tanto como para insultar a un árbol...?"
Sasuke, recobrando su actitud imperturbablemente fría, puso cara de interesante y pose de súper modelo profesional durante un anuncio de ropa del Corte Inglés. Solo le faltaba una banda que dijera: "Mr. Konoha"
—Tranquila Sakura, estoy bien.
Unos pétalos de rosa salidos de vete a saber donde volaron alrededor de ellos y de repente los colores se suavizaron hasta adquirir el tono de la típica escena romántica en una película americana. Con brillantes estrellitas y rojos corazones alrededor de los ojos, ambos se miraron fijamente durante un largo rato, con el viento haciendo revolotear sus ropas y cabellos de manera teatral. Una musiquilla de violines y arpas sonó en la lejanía. Las tres ardillas de nuevo espectadoras esperaban que alguno de los dos dijera: "Siempre nos quedará París...". Pero evidentemente no fue así.
Sakura se sonrojó ante el indudable estilo y buen gusto por la ropa fashion de su querido Sasuke. Cruzó las manos a la altura del corazón y, más colorada que el pintalabios que se quería comprar Orochimaru y que Kabuto le regaló por San Valentín, se imaginó la escena en la que le declaraba su amor a Sasuke y este le correspondía...Totalmente ensimismada en sus propias fantasías y sin conciencia de la realidad, se dejó caer hacia delante esperando que unos fuertes brazos la sostuvieran. Pero se dio de morros contra el árbol. Pobre árbol, ya había tenido suficiente por aquel día.
—Mira Sakura, por ahí viene Kakashi. Que extraño... Naruto no ha llegado aún, y lo es más extraño todavía....el sensei no llega tarde...Sakura, tú que cre... Sakura? Sakura! Sakura, que haces en el suelo? Estás aplastando a las pobres ardillas!
—Mira quien habla....el amante de la naturaleza...¡Hay! Mis Hijos, mis pobres hijos...—dijo lastimeramente la madre ardilla en el idioma de las ardillas.
Sasuke ayudó a levantarse a la chica, que sangraba por la nariz, se había roto un par de uñas y tenía cara de estupefacción.
—Ehh...Te encuentras bien Sakura?
—Que? Ehh...yo? Esto....si, si. Muy bien. —rió tontamente mientras se tambaleaba. Parecía estar borracha—Claro que si....muy bien...Que bonito es el amor...
—Como dices?
—Eh? Nada, nada...Que me he tropezado con la ardilla...
Sasuke asintió y se retiró a saludar a Kakashi, que ya llegaba caminando alegremente por la colina. Sakura estuvo a punto de ponerse a llorar, pero en vez de eso se puso a reír histéricamente. Que estúpida que he sido, pensó. Por un momento había pensado que le gustaba a Sasuke. Rió en silencio. Decidió que jamás volvería a llorar por un hombre. Sacó un pañuelo blanco del bolsillo de su vestido y se limpió la sangre. Su orgullo femenino no iba a permitir que su sensei la viera en tal estado. Se colocó bien el vestido y aguardó a que Sasuke y Kakashi llegaran hasta donde se encontraba ella (junto al árbol agredido verbalmente y ahora físicamente). —"De hecho..." —pensó—"...Kakashi es bastante mono..."
Los dos ninjas llegaron.
—Hola. —saludó alegremente Kakashi, entonces se fijó más— Dios Santo, por lo cómics de Come Come Paradise, Sakura, qué...?
Sakura abrió mucho los ojos esperanzadamente, se preocupaba Kakashi por ella? Iba a preguntarle por aquellas horribles heridas en la cara? Iba a cogerla entre sus brazos y a decirle que no pasaba nada? Los mismos colores pastel, brillantes estrellitas y rojos corazones de antes reaparecieron. Un coro celestial y música de violines y arpas se oyó en la lejanía...
—Sakura, qué...qué le has hecho a las ardillas? —Kakashi corrió a socorrer a los animales.
Sakura, con las mandíbulas apretadas y con cara de estar pensando: "me lo imaginaba... un tío así de friki es imposible que tenga algo de tacto y sensibilidad...", se giró lentamente como un asesino en una película de terror y observó la escena. Kakashi le estaba haciendo el boca a boca a una de las pequeñas ardillas mientras Sasuke ventilaba con una hoja ancha a la desmayada madre ardilla. —"¿Pero qué les pasa a los hombres con las ardillas?"
