Deseo una larga y próspera vida a todos aquellos que me dejaron o que me dejarán reviews...Y ya que he citado la frase de Spock, aprovecho para decir que en este capítulo y en los siguientes (y posiblemente en los anteriores solo que no me acuerdo) encontréis guiños a otros libros o películas que son del agrado de la escritora.

Y si vos fuerais tan amable, gentil damisela o damiselo, de dejarme una notita al final...haríais feliz a esta humilde y pobre desesperada que espera que Orochi aparezca por su puerta con un anillo de matrimonio...

XDD

Después de haber comido con Kakashi-sensei, Sakura fue a dar un paseo por la ciudad. La verdad es que se sentía un poco culpable por haber estado tanto tiempo pensando cosas malas de él, ya que ahora había descubierto que en realidad era una bellísima persona, además de un excelente actor...pero eso era otro cuento.

¿Se estaría enamorando, se preguntó. "Oliolioolihuuuu". Felizmente, la chica iba dando saltironcitos calle abajo, tatareando la canción de aquella famosa e inocente chiquilla de mofletes rojos que tenía una ovejita, quería mucho a su abuelo y conocía a un tal Pablo, aunque la inocente chiquilla acabó trabajando de bailarina de striptis (versión castiza de la palabra) en un bar de villa del sonido, pero eso también era otro cuento...(sin duda Orochimaru la contrató para su show)

Frentuda iba absorta en sus pensamientos cuando se chocó con alguien, abrió los ojos y con toda la amabilidad de la que fue capaz, dijo:

— Eh, tú! Gi-----as! Querrías hacer el favor de mirar por dónde vas!

Un chico de pelo negro azabache, totalmente despeinado, con gafas redondas y horrendas, ojos color verde y una cicatriz en forma de rayo en la frente, se levantó del suelo con dificultad y se colocó bien las lentes.

—Eh...Esto...Yo...Perdona...No quería...

—Sí, si... —"seguro que se ha tropezado conmigo apropósito, deslumbrando por mi belleza" — No tiene importancia.

Entonces Sakura se percató de las extrañas vestiduras del joven, que tendría unos 15 años. Llevaba una túnica negra con adornos de color rojo y amarillo y un pequeño emblema en el que ponía "Griffindor". Eso además de que en la mano sujetaba un palo de madera.

—Oye...

—Si? —la chica se comportaba ahora de forma algo más agradable.

—Me puedes decir donde está el callejón Diagon?

Sakura se quedó unos instantes desconcertada..."Eing? El callejón qué?"

—Pues esto...no sabría decirte...mejor ve a preguntar a casa de la Hokage, ella te sabrá decir mejor que yo.

El chico sonrió con amabilidad y le dio las gracias. En ese instante su cara se tornó en expresión de dolor y se llevó la mano a la frente.

— ¡Mie--a! Será mejor que me vaya rápido... —Y tras dar de nuevo las gracias, el chico se fue presuroso.

—Vaya...que tío más raro...Qué le pasa? Es que se ha cruzado con un fantasma o con Marilyn Manson o algo? Podía haberme invitado a tomar algo, no? Vamos, digo yo...

Pero unas voces llamándola la sacaron de sus profundas meditaciones (que a este paso pronto la llevarían al Nirvana)

—Sakuraaaaaa!

—Sakura-chaaaaan!

La rubia de bote y Espinete en su traje naranja de los domingos se acercaban a toda velocidad por la calle, apartando a codazos a la gente.

Entre paseos y pensamientos morbosos, Sakura no se había dado cuenta de que estaba anocheciendo, y la calle estaba abarrotada de gente, comprando en las tiendas o paseando.

Llegaron hasta ella el rubio y la rubia, que a estas alturas supongo que habréis adivinado que eran Naruto e Ino.

—Hola chicos! Vosotros por aquí! Que cosas...

—Sí, eh? Salí de la peluquería un rato para venir a fastidiarte un poquitín... —dijo Ino.

—Jajajaja...que maja...la muy cerda...

—Bueno chicas, ya basta, no? No tenéis por que pelearos por mí! Hay Naruto para todas...jejejeej

Las dos chicas lo miraron y en aquél momento les hubiera gustado ser Darth Vader para estrangularlo sin necesidad de acercarse mucho.

—Antes me acostaría con Chewbacca que contigo... —dijo Sakura con gesto altivo.

—Y yo antes me haría el peinado de Leia... —competía Ino con Sakura por ver cuál de ellas despreciaba más a Naruto.

Después de unos cuantos lagrimones por parte del chico que superaban los de Nobita , el trío siguió caminando calle abajo, tan felices que eclipsaban el sol. No llevaban más de cinco minutos discutiendo cuando alguien los paró. Un tío raro vestido con otra túnica negra (esta más larga, ancha, completamente negra y, en definitiva, más siniestra) se acercaba con rapidez. Tenía la piel completamente blanca, por lo que los ninjas lo tomaron en primer lugar por Orochimaru, opción descartada al comentar Sakura que Orochimaru no se iría tapando con una capucha e iría luciendo peinado Loreal. Tomaron, entonces, la decisión de esperar a que el desconocido los alcanzara y, en situación de peligro, salir corriendo por patas.

El individuo, que tardaba tanto porque se tubo que quitar de encima a una vieja que le intentaba vender unos panecillos en forma de corazón (tras poner cara de horror, sacó un palo de madera y le lanzó a la mujer un rayo verde, la cual cayó fulminada), finalmente llegó.

—¡Eh, tú, Frentuda! Tienes pintas de haber visto un estúpido de pelo negro y una cicatriz en forma de rayo en la frente. Me equivoco?

Sakura, que tardó en darse por aludida, se fijó en que los ojos del hombre desprendían un fulgor rojo y su nariz eran dos meras rendijas. Asombrada por el rostro serpentino del hombre, no supo muy bien qué contestar, tenía la impresión de que le estaba leyendo la mente.

—Eeee...pues...no. No se equivoca. Y la verdad es que sí era un poco estu...

—Fantástico. —la cortó, en tono desganado— Por dónde se ha ido?

—Mmm...Por ahí.

El tipo se largó tan rápido como había venido (se topó con dos viejas más) tras apartarlos de un empujón.

—Qué mosca le ha picado a este?

—No sé, pero se ha cargado a dos viejecitas...

—Y parece que no guardaba muy buenas intenciones hacia ese chico...

Los tres se quedaron hacia la lontananza con expresión solemne, como pensando: "Somos héroes, tenemos que salvar el mundo otra vez". Sonaba la canción del Señor de los Anillos cuando sale Aragorn. El viento soplaba fuertemente y agitaba sus cabellos.

—Vamos a comer algo?

—Venga.