Harry Potter and The Legacy of Past

Capítulo 8. ¿Quién es Tom Vrotdlem?

Debido a su ausencia del día anterior. Harry se había visto en la necesidad de levantarse temprano y reunir rápidamente al equipo de Quidditch. Realizó una junta rápida informando el nuevo plan de juego, y explicando que pronto se realizarían las pruebas para seleccionar a los nuevos golpeadores del equipo. Entrenaron un poco algunas maniobras nuevas, así como unas cuantas tácticas que habían planeado con anterioridad. En las tribunas Scott y Dayton miraban el entrenamiento.

- ¿Es muy hábil, no? – comentó Dayton.

- ¿Quién? ¿El novato?

- Aja.

- Bueno… si… claro, bien podría competir conmigo – dijo orgullosamente.

- Competir y hasta ganarte – corrigió Dayton con una ligera risa.

- Oye, ¿de que lado estás? – interrogó ofendido.

- Sabes que soy neutral – se defendió inocentemente.

- Demasiado neutral para mí gusto.

- ¡Mira, ya terminaron! ¡Bajemos! – exclamó al ver al equipo bajar a tierra.

Llegaron al campo rápidamente. Minutos después Harry salió de los vestidores con el uniforme normal puesto.

- Buenos días, Potter – saludo Dayton.

- Buenos días chicos, ¿qué hacen aquí? – interrogó.

- Vinimos a ver el entrenamiento, eres muy hábil – alabó.

- Pero claro que no tan hábil como yo – interrumpió Scott con orgullo.

- No le hagas caso, no es tan bueno – dijo Dayton burlándose de la mirada asesina que le lanzaba su amigo.

- ¿Ya desayunaste?

Harry negó con la cabeza.

- Entonces vamos a comer, porque nosotros tampoco hemos comido – comento Scott apresurando a sus compañeros.

- Buenos días – saludo Vannesa bajando a la sala común. Por ser tan temprano estaba vacía. Encontró a Hermione recogiendo sus cosas en un morral.

- Buenos días – respondió cargando el morral.

- ¿A dónde vas?

- A desayunar, ¿vienes? – Hermione abrió el retrato de la Dama Gorda.

- Adelántate – indicó – te alcanzaré en un minuto – por un momento pensó ir, pero recordó que aún no había recogido sus libros del día.

- De acuerdo – asintió con la cabeza, tras lo cual dio media vuelta abandonando la sala común - ¡Que bueno! ya no me siento tan mal como ayer – pensaba sonriente, caminando rumbo al comedor. Tal vez ya está cesando, me alegro – suspiró – ya estaba comenzando a preocuparme y… - una repentina sensación de vacío en su pecho, hizo que detuviera su camino. Dio media vuelta encontrándose con Tom.

- Buenos días, Granger – dijo manteniendo una sonrisa desafiante en su rostro.

- Buenos días… Vrotdlem… – respondió dudosamente. De pronto un fuerte dolor que comenzó en su cabeza caminando por el estomago y que se volvió una sensación de mareo, la obligó a cerrar los ojos un momento – te… tengo que irme – dijo tratando de caminar, recargándose en la pared más cercana.

- No te ves muy bien – comento acercándose a la joven a paso lento – desde hace unos días.

- Estoy bien, es solo que… agh – detuvo sus palabras con un quejido. El dolor en la cabeza aumentaba alarmantemente a cada segundo. Sentía que iba a explotar. El dolor era tan fuerte, que algunas lágrimas comenzaron a escurrir por sus mejillas, acompañadas por el sudor de su frente.

Por su parte, Tom llegó frente a ella, viéndola desvanecerse. Hermione terminó hincada junto a una estatua sujetándose la cabeza con amabas manos. Tom la miró burlonamente hincándose para quedar a su altura.

- Entrégame a Potter y todo esto terminará – le dijo mordazmente al oído.

Hermione poco a poco perdió la noción del lugar. Sus ojos se cerraban lentamente. Hasta que finalmente perdió el conocimiento.

- ¿Dónde está Hermione? – preguntó Harry mirando a Ron. Se encontraban en el gran comedor, desayunando junto con las otras casas.

- No lo sé, tal vez siga dormida – comento el pelirrojo sin prestar mucha atención.

- Hace un rato, yo la vi – intervino Vannesa – dijo que iría a desayunar, tal vez este en la biblioteca.

- ¿Ella siempre ha sido así? – interrogó Scott.

- En realidad no – dijo Harry – ha cambiado…

- Yo no veo nada de malo en que pasé algún tiempo de más en la biblioteca – comento Dayton – al contrario…

- Claro que ese tiempo 'de más' suele prolongarse – interrumpió Ron seriamente.

- Cambiemos de tema – sugirió Vannesa rápidamente, al notar el silencio que se había formado - ¿alguien ya tiene pareja para el baile?

- Yo aún no – dijo Scott.

- Ni yo – habló Dayton.

Harry negó con la cabeza.

- ¿Y tú, Ron? – cuestionó la joven, ante el silencio del pelirrojo, quien mantenía la cabeza agachada con un ligero rubor en las mejillas. Lentamente movió la cabeza de lado a lado.

- ¿Y tú? – preguntó Dayton a Vannesa.

- No, nadie me ha invitado – sincero con toda tranquilidad.

Tuvo la sensación de que flotaba, sentía el movimiento de su cuerpo. Poco a poco recuperó la sensibilidad. Dejó de escuchar el zumbido hueco dentro de sus oídos, para volver a captar los sonidos a su alrededor. Escuchó pasos y una voz que repetía su nombre una y otra vez. A cada momento se escuchaba más preocupada. Finalmente una luz comenzó a cegarla, obligándola a abrir los ojos y parpadear repetidas veces para enfocar la imagen frente a ella.

- Draco… - susurro débilmente al identificar a la persona frente a ella.

- Al fin despiertas, estaba a punto de llevarte a la enfermería…

- ¡¡No!! – interrumpió exaltada tratando de ponerse de pie. Notó que estaba en suelo junto a un pilar, en medio de un pasillo desierto. Puso su mano en su cabeza tratando de recordar porque estaba ahí, pero a cambio de eso, solo logró crearse un dolor.

- ¿Estás bien? – preguntó Draco ayudando a la joven a ponerse de pie.

- Eso creo…

- ¿Por qué no quieres ir a la enfermería? – preguntó extrañado.

- No es eso, es solo que… bueno… yo…

- Hermione – dijo tranquilamente interrumpiendo las palabras de la joven, quien agachó levemente la cabeza imaginando lo que Draco le diría - ¿te parece si salimos al jardín?

- Pero, no podemos faltar a clases – se excusó sin darle mucha importancia al asunto.

- No te preocupes por eso, vamos – indicó tomando a Hermione por la muñeca y saliendo con ella del castillo.

Una silueta cerca de la puerta principal, observó a la pareja salir del colegio.

- ¿Un Malfoy? - se preguntó incrédulo – esto podría complicarse un poco – dijo con seriedad, desapareciendo en las sombras.  

Una vez en los jardines. Draco y Hermione subieron a un árbol, está última con ayuda del Slytherin.

- ¿Cómo fue que me encontraste? – preguntó Hermione tratando de sonreír.

- Si no voy a desayunar, cruzó ese pasillo para llegar a mis clases – explico.

- ¿Por qué no fuiste a desayunar? – preguntó con tono de reproche.

- Últimamente no he tenido mucho apetito – sincero con algo de nostalgia.

- ¿Por qué?

- Oye, no vinimos a hablar de mi, sino de ti – se quejó el rubio.

- Ya lo se, pero a mí también me interesa saber que es lo que te pasó – dijo tranquilamente.

- De acuerdo, si tú me dices que es lo que te pasa, yo te diré que es lo que me pasa.

- De acuerdo.

- Bien, primero: ¿por qué no quieres ir a la enfermería? – volvió a preguntar.

- Es una larga historia – suspiro.

- Hermione, ¿cómo puedo ayudarte sino me dejas hacerlo?

Hermione respiro profundamente.

- Todo comenzó en las vacaciones pasadas…

- Hermione faltó, otra vez – dijo Harry, en un susurro. Ron, a su lado, asintió con la cabeza.

Se encontraban en clase de adivinación avanzada. La profesora Trelawney les había pedido que predijeran el futuro de su compañero de equipo, a través de la típica esfera de cristal. Pero, Harry no podía concentrarse. Se la pasaba preguntándose en donde estaría Hermione. Ron, por su parte, miraba a su alrededor esperando que su amiga apareciera en cualquier momento.

- Malfoy tampoco está - afirmó el pelirrojo, tras revisar el salón por última vez.

- ¡¿Malfoy?! – exclamo Harry, mezcla de asombro y coraje.

- ¡Señor Potter, señor Weasley! - gritó la profesora exasperada – es la última interrupción que les pasó. Señor Potter, haga equipo con el señor Vrotdlem – ordenó notoriamente molesta.

Harry tomó su libro sentándose en la mesa de Tom.

- Y yo, ¿con quién voy a trabajar? – preguntó Ron quejosamente.

La profesora miró el salón, buscando a otra persona que no tuviera compañero de equipo, pero no había nadie.

- Mmm… yo seré su compañera – dijo felizmente sentándose junto al pelirrojo, quien en el acto puso una expresión de horror.

- ¿Haz logrado ver algo a través de eso? – preguntó Harry señalando la esfera que tenía Tom.

- Si, ya terminé de usarla – dijo tranquilamente. Harry notó que tenía su libro cerrado.

- ¿Puedes ver el futuro en la esfera… sin usar el libro? – interrogó asombrado.

Tom asintió con la cabeza.

- ¿Haz pensado en el conjuro? – interrogó seriamente.

Harry permaneció en silencio, analizando la situación. Por una parte quería acceder, pero por otro lado; tenía una sensación de que algo malo pasaría si realizaban el conjuro.

- Aún no – dijo finalmente.

- Piénsalo bien – dijo Tom – debes ver lo que te conviene.

- Eso lo se, pero…

- ¿Quieres saber tu futuro? – interrumpió acercando la esfera.

- Uhm…

- De acuerdo, solo veamos lo que te pasará cuando terminen las clases – propuso animadamente.

Harry, aún no muy convencido, optó por guardar silencio mientras Tom veía con detenimiento la esfera.

- Vas a tener una discusión con un buen amigo, si tú no te controlas, va a terminar muy mal. Recibirás una noticia desconcertante, si no es hoy, será durante está semana – miró a Harry - ¿quieres saber más?

Fuera del castillo, luego de una larga conversación, sobre un tema delicado. Hermione permanece abrazada a Draco, quien acaricia su cabello, manteniéndose en silencio. La joven lloraba silenciosamente.

- Realmente no soy bueno para esto – comento Draco tratando de sonreír.

- ¿Para qué? – preguntó Hermione, tratando de controlarse.

- Para consolar a las personas, yo… jamás lo había hecho – sincero algo nervioso.

- Gracias – dijo separándose de Draco, quien la miró extrañado – por estar aquí conmigo. Tenía que desahogarme. Pero, hay una cosa que no entiendo. Si eres tan buena persona ¿por qué antes eras tan cruel?

- Por mi padre – dijo cambiando su actitud – él siempre controlo mi vida, me decía como "debía" comportarse un Malfoy… pero, me canse de eso.

- ¿Se lo dijiste?

- Si… este verano. El regreso de Voldemort fue el detonante…

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En una de las comunidades más pacíficas, exclusiva para magos de sangre pura. Una elegante diligencia se detiene frente a la casa más grande, imponente y lujosa de la zona. Draco Malfoy es el único pasajero a bordo. Rápidamente, un elfo sale a recibirlo, hace una reverencia desplegando una alfombra.

- El señor Malfoy lo espera en la sala del segundo piso. Pidió verlo, tan pronto llegará – informó el elfo.

- Si, enseguida voy – dijo Draco, en su clásico tono arrogante.

Sin muchos deseos de ver a su padre. Draco llegó a su destino, tomó aire y resignado tocó la puerta.

- Adelante – indico su padre.

- Mandó llamar, padre – dijo cortésmente, haciendo una pequeña reverencia.

- Pasa, Draco siéntate – dijo Lucius tratando de ser amable.

- ¿Qué ocurre padre? – preguntó sentándose en el sillón frente a Lucius.

- Ya es tiempo de que hablemos sobre tu futura formación de mortífago.

- ¡¿Qué?! – exclamo ante la mirada molesta de su padre.

- Disculpa, ¿dijiste algo?

- No quiero ser mortífago – dijo terminantemente.

- ¿De qué demonios estás hablando, Draco? – dijo Lucius remarcando cada palabra con lentitud.

- No quiero ser uno más de los sirvientes de ese ser – dijo mordazmente.

- Lo harás, porque yo lo ordenó, ¿entendiste?

- ¡¡No!! Dije que no. Ya estoy cansado de que tomes decisiones por mí. Toda mi vida la haz dirigido tú, y ya me canse. Si tu quieres echar a perder tu vida al lado de ese ser, ¡hazlo!, pero déjame a mi en paz…

Un golpe seco, de parte de Lucius a su primogénito, apagó las palabras de este último, quien permanecía en el suelo mirando su sangre caer.

- Espero que hayas entrado en razón – dijo Lucius acomodando elegantemente su capa.

- Claro que si – dijo poniéndose de pie - ¡¡No quiero ser mortífago!! – gritó.

- ¡Zock! - gritó Lucius en dirección a la puerta - ¡Zock!, ¡Rick!

Segundos después dos elfos aparecieron haciendo una reverencia.

- ¿Llamó, señor? – cuestionó uno de ellos.

- Llévenselo de aquí – indico señalando a Draco – llévenlo a la mazmorra más profunda que haya – miro a su hijo – te quedarás ahí hasta que decidas hacer lo correcto.

Rápida y cuidadosamente; los elfos sacaron a Draco de la sala.

- ¿Crees que sea lo correcto? – cuestiono Narcisa, apareciendo por una puerta contigua.

- Debe entenderlo – dijo Lucius terminantemente - no entiendo quien pudo meterle ideas tan absurdas en la cabeza.

- Claro, son ideas absurdas – susurro Narcisa. Lucius no pudo escuchar esto, abandonando la sala.

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- Luego de eso, permanecí en el calabozo durante las vacaciones, con una comida al día, sin poder ver la luz, ni algo del exterior. Algunas noches podía ver la luna por una pequeña rendija en la pared – explico Draco, mirando el atardecer – los calabozos de mi padre, realmente no son muy eficaces, más bien son atemorizantes. Por las noches se escuchaban lamentos, y corre un viento frío que silba.

- No puedo creer que sea tu padre y te traté así – comento Hermione con tristeza.

- Cuando llegó el primero de Septiembre, y me enviaron aquí – continuo – mi padre me dijo que cuando terminará este año, me convertiría en mortífago, estuviese o no, de acuerdo.

- Pero, ¿qué harás?

- He pensado en huir de mi casa – dijo seriamente.

- ¿A dónde irás?

- Cualquier lugar es mejor que mi casa, ¿te quedarás para navidad?

- Aún no lo se, ¿y tú?

- Me quedaré.

Hermione meditó por un momento, analizando la situación, llegando a una solución para ambos.

- Hagamos esto, si me voy, irás conmigo. Y si me quedo pasaremos la navidad juntos, ¿de acuerdo?

- ¿Y Potter y Weasley?

- Tal vez ambos se vallan. Pero en caso contrario, será una buena oportunidad para que sean amigos.

- Quien iba a decirlo, Potter y yo: amigos – dijo Draco burlonamente.

- Será mejor que volvamos, ya está empezando a oscurecer – propuso Hermione. Draco bajo del árbol, ayudando a la joven a bajar – faltamos a todas las clases – afirmo.

- No pareces muy preocupada, por ello – se burló – tengo entendido que eres la 'cerebrito' de la escuela.

- Pues tal vez deje de serlo, no es la primera vez que faltó a clases.

- Lo entiendo pero, ¿no haz hablado con algún directivo?

- Pensé hablar con el director, pero me temo que está algo ocupado.

- Ya veo… aunque también deberías decirles a Potter y a Weasley.

- No quiero preocuparlos, además Harry ha estado un tanto extraño.

- Debes intentar decirles – opino el Slytherin – y mientras lo haces, debemos averiguar que es lo que te pasa y encontrar una solución antes de que empeoré.

- Gracias – dijo Hermione mirando con ternura al joven.

- ¡Hermione!

Ambos voltearon ante el gritó que escucharon detrás de ellos. Harry se encontraba mirando a Draco con algo de rencor. Hermione permaneció algo nerviosa.

- ¿Qué hacen ustedes dos juntos? – preguntó tratando inútilmente de tranquilizarse.

- Estábamos conversando - dijo Hermione como si fuera lo más normal.

- Creí que cuando habías dicho que eras amiga de Malfoy estabas bromeando.

- Será mejor que me vaya – interrumpió Draco, llamando la atención de ambos.

- ¡Si, lárgate, es lo mejor que puedes hacer ahora! – gritó Harry sintiendo la ira correr por sus venas.

- Harry, por favor contrólate – pidió Hermione interponiéndose entre ambos chicos – Draco, hablaremos después – el aludido asintió, alejándose del lugar.

- ¡¿Por qué lo defiendes?! – gritó Harry, perdiendo cada vez más la paciencia.

- Harry, por favor, date cuenta que estás siendo irracional, por favor, tranquilízate.

Harry recordó lo que Tom le había dicho sobre una discusión con un amigo. Empezó a tranquilizarse al pensar que la situación pudiera empeorar como él lo había dicho.

- Solo quiero saber que es lo que está pasando – dijo Harry respirando profundamente para tranquilizarse.

- Ya se los había dicho a ti y a Ron – dijo llevando a Harry a la escalera, indicándole que se sentará – Draco a cambiado, se ha vuelto una mejor persona, es muy amable y…

- ¿Ya olvidaste todos los insultos que nos dijo? - interrumpió diciendo cada palabra con lentitud, esperando que Hermione lo entendiera - ¿ya olvidaste la forma en como nos trató durante todo este tiempo que hemos estado en Hogwarts?

- Eso lo se – dijo Hermione calmadamente - él ha cambiado, ya no es el mismo Draco Malfoy de antes… él…

- Ahora me vas a decir que existen dos Malfoy ¿no?

- Si; él que he conocido ahora y el que conocimos hace seis años, el que era manipulado por su padre.

Harry permaneció en silencio, meditando las últimas palabras de su amiga. Si lo analizaba correctamente, tenía algo de sentido. Anteriormente había tenido la oportunidad de conocer a Lucius Malfoy, quien era una persona realmente cruel, detestable, engreído, grosero y… era exactamente igual a su hijo.

- Aún así, no me da mucha confianza – dijo Harry, aunque en el fondo empezaba a pensar de otra forma.

- Eso es normal, tantos años de odiarlo y de pronto cambiar, pero… deberías hablar con él, por lo menos inténtalo – se apresuró a decir, al ver la expresión de desacuerdo que puso Harry, tras lo cual se quedo callado analizando la situación.

Miró a la nada y luego a Hermione. Finalmente dio un profundo suspiro de resignación.

- De acuerdo, lo intentaré… pero, con una condición – dijo rápidamente, al ver a Hermione alegrarse por su decisión.

- ¿Cuál? – preguntó interesada.

- Que aceptes ir al baile conmigo – propuso animadamente.

Hermione, no tuvo que pensar su decisión mucho tiempo, ya que la idea le agradaba. Aún así, se quedo callada un momento fingiendo que dudaba.

- Me encantaría ir contigo – dijo finalmente.

- ¿Lo dices en serio? – preguntó Harry incrédulo.

Hermione asintió.

- ¿Te parece si nos vamos a la sala común? – propuso la joven.

- De acuerdo – Harry se levantó en el acto, tendiéndole una mano a Hermione para ayudarlo a levantarse.

Había estado buscando a Harry por todas partes, desde hacía ya tiempo. La última vez que lo vio, su amigo se había asomado por la ventana de la sala común, y acto seguido salió corriendo del lugar murmurando palabras in-entendibles. Ron había llegado a la biblioteca, realmente no pensaba que Harry estuviera ahí, pero estaba desesperado. Los integrantes del equipo de Quidditch, lo habían estado molestando todo el día, preguntando por su capitán. Finalmente había perdido la paciencia, por lo que ahora se encontraba revisando el último lugar que se le paso por la cabeza. Caminaba entre estante y estante. Había muy pocos estudiante ahí. Al final del cuarto, encontró a Vannesa quien, al sentir que alguien la observaba, levantó la mirada, sonriéndole al pelirrojo.

- Hola, Ron – dijo animadamente.

- ¿Qué haces aquí?, es viernes.

- Eso lo se, por esa razón estoy aquí.

- No entiendo – dijo sentándose junto a la joven.

- Lo que ocurre, es que hay mucho ruido en la sala común y como ayer me enviaron este libro – señalo el ejemplar que estaba leyendo – decidí leerlo. No me puedo concentrar con tanto escándalo que arman – comento divertida.

- ¿Te gusta mucho leer?

- Si, me encanta – afirmo orgullosa.

- Ya veo, por cierto ¿no haz visto a Harry? – preguntó, recordando el motivo por el que se encontraba en la biblioteca.

- No – sincero – aunque… hace poco vinieron unas chicas, que dijeron ser parte del equipo de Quidditch. Me preguntaron por tu amigo, dijeron que era urgente – explico.

- Si, lo he estado buscando por todo el castillo, pero… en fin, tiene que llegar para la hora de la comida ¿no tienes hambre?

- Ahora que lo mencionas, si tengo un poco de hambre, vamos al comedor – dijo Vannesa, recogiendo su libro.

Ambos se encaminaron al gran comedor, conversando animadamente. Vannesa reía con las ocurrencias de Ron para alegría de este, quien se sentía muy a gusto con la joven.

- Vannesa…

- Dime.

- Quería preguntarte si, bueno si ¿ya tienes pareja para el baile? – dijo tímidamente.

- No, aún no – respondió Vannesa tranquilamente.

- ¿En serio?, bueno… entonces ¿te gustaría ir al baile conmigo? – preguntó mirando a Vannesa a los ojos con un leve rubor en sus mejillas.

- Por supuesto que si, Ron – exclamo emocionada – me alegra que me invitarás. Por un momento creí que iría sola al baile. Con eso de que Hermione ya tiene pareja…

- ¿Ya tiene pareja? ¿Quién? – preguntó Ron, extrañado de que Hermione no hubiera mencionado nada antes.

- Bueno, en realidad aún no tiene, bueno aún no se lo han pedido – dijo en tono pícaro, sonriendo a más no poder.

- ¿Quién es?

- ¿No te haz dado cuenta, quien está enamorado de Hermione?

Ron abrió los ojos ampliamente, quedándose sin habla.

- ¿Cómo?, ¿no lo sabes?, pero si es tu mejor amigo – dijo Vannesa fingiendo impresión.

- ¿Mi mejor amigo? - repitió confundido tratando de entender el mensaje - mi mejor amigo… mi mejor amigo… ¡¿te refieres a Harry?! – exclamó, ante el asentimiento de la joven.

- ¿Qué no te haz dado cuenta, de cómo mira a Hermione?

- Ahora que lo mencionas… ¡si!, tal vez por eso ha estado tan extraño últimamente – meditó.

- ¿Extraño?

- Si, bueno. Tu no conociste a Harry antes pero, él no era así… era más alegre, no parecía tan preocupado – explico.

- Tal vez este así por el señor tenebroso – opino la joven.

- También pensé eso, pero…

- Ser Harry Potter no es lo mejor que le pudo haber pasado ¿cierto? – indagó.

- Su vida no es perfecta – concluyó el pelirrojo, antes de que llegarán al gran comedor. Donde todos comían tranquilamente.

Ni Dayton, Tom, Harry o Hermione se encontraban en la mesa.

Dayton caminaba a paso rápido, por los corredores rumbo al gran comedor. Luego de horas de hacer los deberes, finalmente había terminado. Dio vuelta en una esquina, siguió caminando, cuando algo llamó su atención. Regresó encontrando un aula que tenía la puerta ligeramente abierta. Una luz proveniente del interior lo obligó a entrar. Empujo lentamente la puerta, entró lo más silencio que pudo, encontrando a Tom sentado en torno a una mesa repleta de libros. Por una ventana, la luz de la luna, que apenas se formaba, entraba dando un destello de misterio, y dando vida a unas cuantas sombras dentro de la habitación.

- ¿Vrotdlem? – dijo en un susurro.

El aludido levantó la mirada, al ver de quien se trataba regreso su atención al libro que tenía en frente.

- ¿Qué estás haciendo? – interrogó mirando a su alrededor.

- Un trabajo pendiente – dijo Tom con tono serio.

Dayton se acerco a la mesa, hecho una ojeada a los libros, y luego miro la luna.

- ¿Es de alguna materia? – preguntó tratando de mantener la conversación.

- No, es un proyecto pendiente que tenemos Harry y yo – explico.

- ¿Harry tiene que ver en esto? – repitió, algo sorprendido.

- Si, esto es muy importante para él – comentó.

- ¿Ya vas a terminar?

- Aún faltan algunos detalles.

- ¿Vendrás a comer?

- No, prefiero terminar esto.

- Bien… entonces, suerte – dijo Dayton, tras lo cual salió del aula, no sin antes echar una última mirada al lugar. Por un momento creyó ver siluetas blancas caminando alrededor de Tom, parpadeo un par de veces, enfocando la imagen. Las siluetas desaparecieron. Cerró la puerta, permaneciendo recargado frente a ella.

- Nicholls - el nombrado volteo a su derecha, de donde provenía la voz.

- Profesor Lupin… ¿Qué se le ofrece?

- ¿Estás bien? – preguntó al ver a Dayton un poco fuera de si.

- Si claro, estoy bien.

- ¿Haz visto a Vrotdlem?

- Si, está en este salón – dijo señalando la puerta detrás de él - ¿para qué lo necesita?

- Bueno, lo que ocurre es…

- ¡Remus! – se escuchó un gritó detrás del nombrado – te dije que me esperarás, no puedes irte paseando por la escuela como si nada.

- Disculpa, Sirius – dijo en tono de culpa – estaba buscando a Vrotdlem.

- ¿Lo encontraste?

- Si, está ahí – señalo la puerta detrás de Dayton.

- ¿Sirius Black? – cuestiono Dayton mirando al recién llegado.

- Si, yo soy.

- El famoso Sirius Black – repitió pintorescamente.

- Oh, claro ese soy yo, Sirius Black el mejor – dijo orgullosamente.

- No le digas eso, va a terminar creyéndoselo – comento Remus.

- No me ayudes tanto, Lunático – se quejo el aludido con una mirada ofendida.

- ¿Por qué es famoso? – preguntó Remus mirando a Dayton.

- Harry habla mucho sobre usted, es su padrino ¿cierto?

Sirius asintió con la cabeza.

- ¿Conoces a Vrotdlem? – interrogó Sirius al joven frente a él.

- No muy bien – sincero.

- ¿A qué te refieres? – cuestiono Remus.

- Es una persona algo confusa – explico Dayton – él… no habla mucho sobre su familia, o sobre él mismo. Últimamente se ha vuelto algo… misterioso. Estuve hablando con él hace un momento. Me dijo que está trabajando con Harry en un proyecto que no quiso decirme… dijo que es muy importante para Harry.

- ¿Es de alguna materia? – preguntó Remus.

- No – negó con la cabeza – dijo que es algo ajeno a la escuela.

- Iré a hablar con él – intervino Sirius caminando hacia la puerta designada.

- De acuerdo, yo me tengo que ir. Con permiso profesor, hasta luego señor Black – Dayton se despidió con la mano, regresando a su camino rumbo al comedor.

Sirius entró al aula, todo estaba muy oscuro. Solo se veía un pequeño destello de la luna que empezaba a formarse. Todo en la sala estaba en completa calma, no se veía una sola alma. Todos los libros e instrumentos estaban en orden. Sirius encendió las antorchas, iluminando el lugar: no había nadie.

- Lunático, debiste decirme que Vrotdlem era tu amigo imaginario – comento Sirius regresando al corredor, junto a Remus quien lo miro extrañado.

- ¿De qué estás hablando?

- De que ahí adentro no hay nadie – dijo terminantemente señalando el interior del salón.

Remus entró al aula, revisó el lugar con la mirada, y regresó al corredor.

- No lo entiendo, Dayton salió de aquí, dijo que había hablado con Vrotdlem – Remus se recargó débilmente en la puerta.

- ¿Te encuentras bien? – preguntó Sirius ayudando a su amigo a caminar.

- Creo que ya es hora, Canuto

- De acuerdo, vámonos.

Ambos caminaron en dirección al vestíbulo. A cada paso que daban, Remus se veía más débil y cansado. Salieron del castillo, caminando hasta llegar al sauce boxeador.

- Falta la poción – dijo Remus en un susurro.

- Aquí está – dijo Sirius con una amplia sonrisa mostrando una botella mediana, cuyo contenido era de color grisáceo.

- Pero…

- Madame Pomfrey me la entregó, cuando salimos de la enfermería, creo que sus cálculos no estuvieron tan mal – comento arrojando una piedra al tronco del árbol, el cual se quedó inmóvil.

Siguieron caminando al interior del tronco, desapareciendo en la oscuridad.

La luna, ahora blanca, se posaba imponente en el firmamento. Dando un aire majestuoso al castillo. Los rayos de luz blancos, iluminaban el lago al frente del colegio. Un gran destello se vislumbraba en la profundidad de este. Se parecía a una enorme estrella atrapada en el fondo. El viento corría entre los árboles, de pronto se transformó en un silbido y finalmente en una canción. Era la voz de una mujer, tal vez joven, tenía un tono dulce y armonioso. Parecía una madre cantando a su bebé para arrullarlo.

Nunca estarás solo…

lo prometo

Soy capaz de romper

cualquier barrera,

por ver tu felicidad

Sonríe, levántate

y no te des por vencido

Que yo estaré siempre

a tu lado…

velando tus sueños…

cuidando tus pasos…

a tu lado siempre…

a tu lado siempre…

Notas de la autora: OK. Ahora si me pase del limite ¿verdad? Lamento mucho la demora... es que... es que... snif, snif   = ( De verdad lo siento, no fue mi intención pero... ahí les va mi triste historia. Cuando por fin me curé de mi extraña enfermedad, yo creí que nada peor me podía pasar, pero ¡tómala! Que se vienen los exámenes. Al fin, hoy se terminaron, pero eso no quita todo el tiempo que perdí. Aunado a eso, toneladas de trabajos, exposiciones, tareas, tareas y más tareas. Y por fin, me libre de todo eso. Uff, espero que no vuelva a ocurrir. Podría volverme loca.

Aunque a todo esto, les tengo una mala noticia: Posiblemente los próximos capítulos me tomen como mínimo una semana para actualizar (cada uno), ello se debe a que estoy en medio de un par de historias más y debo ponerle atención a todas. Además de que este fic se está poniendo MUY interesante. Ya que estamos por llegar a la ¡recta final! O sea, que se descubrirán más secretos, habrá más misterios y se revelarán otros. Así que por favor, paciencia = )

Ahora si, respondo review:

Nelly Esp: Una disculpa por el retraso, pero ya vez, hubo causas de fuerza mayor - - Gracias por preocuparte por mí = ) Ya me siento mejor y espero no recaer de nuevo, se siente horrible estar enferma. Afortunadamente no llegue al hospital y me han contado unas historias horribles sobre llegar a esos extremos, que ¡no! Mejor no le buscó. Hablando de cosas más alegres, gracias por tus comentarios sobre el fic. Que se pondrá cada vez mejor. Ya me emocioné porque he pensado en los próximos capítulos y... mejor espéralos. No te preocupes por tus preguntas, al contrario me agrada responder dudas, así que empecemos = D La relación de amistad entre Harry, Ron y Draco se tomará un poco de tiempo, ya sabes eso de odiarse seis años y de pronto olvidarlo... Tanto así como enfrentamientos entre Harry y Tom, pues no... por ahora. Digamos que la salud de Dumbledore es un misterio como el de Hermione, pero al final resultará en 'algo' muy interesante. Sirius y Remus están tan ocupados con Dumbledore y Tom que han descuidado a Harry, y si puede que alguien se les adelante. Tal vez Harry ya no tenga tantas pesadillas dormido, tal vez empiece a tenerlas despierto. Dayton, Scott, Tom y los chicos de transferencia, duermen en habitaciones extras, dentro de cada sala común. No mencioné eso, pero lo haré muy ligeramente en próximos capítulos. El sombrero seleccionador, ahora está, algo así como muerto, pero Dumbledore sabe que algo extraño ocurre en Hogwarts. Sobre ser animagos, tampoco te diré, será una sorpresa. Ya sabes, Harry está más centrado en otros aspectos, que en experimentar con su cuerpo. Efectivamente, el fénix que Hagrid mostró en su clase es el de Dumbledore, creo que eso de encontrar un fénix debe ser difícil, y más uno domesticado. Finalmente, Harry tiene la esperanza de recuperar a sus padres por ello le interesa la idea de Tom, aunque aún no confía mucho en él. El tener que conseguir un medallón que está 'prohibido' le hace recordar sobre las reglas y hacer lo correcto. Disculpa por no poder decirte mucho sobre futuros capítulos, pero es que me haces preguntas muy comprometedoras, y créeme, la historia tomará un rumbo, en donde será mejor que descubras los sucesos poco a poco. Besos, y cuídate.  

Continuar

"El tesoro más grande del mundo… no cuesta nada… es sumamente valioso… te hace sentir feliz… y es fácil de adquirir…El tesoro más grande del mundo es… UN AMIGO"