Capítulo 10. El baile de Halloween.
Ron despertó con un gran bostezo estirando sus brazos. Frotó sus ojos abriendo las cortinas de un solo jalón. Encontró a Harry hincado al lado de su cama, daba la impresión de que estaba buscando algo debajo de ésta.
- ¿Qué estás haciendo? – Harry saltó ligeramente sintiéndose descubierto.
- Nada – dijo rápidamente dando media vuelta. Ron lo miro no muy convencido - ¿no… no tienes hambre?
- Si, claro. Bajemos.
Harry dio un profundo respiro de alivio. Minutos después ambos bajaron al comedor. Todos hablaban animadamente sobre los asuntos relevantes del día: el partido de Quidditch y el baile de Halloween. Harry y Ron tomaron asiento al lado de Hermione quien repentinamente parecía muy interesada en su desayuno. Vannesa reía de su amiga disimuladamente.
- Buenos días, chicos ¿cómo amanecieron? – saludo Vannesa con una gran sonrisa.
- Muy bien, gracias – respondió Ron. Harry asintió con la cabeza, sonriendo.
- ¿Listo para el partido, Harry?
- Si, creo – respondió sin poner mucha atención.
- ¿Qué le ocurre? – susurro Vannesa a Ron.
- No lo se, amaneció muy extraño.
Hermione levantó la cabeza ante el comentario de Ron. Miro a Harry quien tenía la mirada pérdida. La chica se preguntaba una y otra vez cual sería el motivo que mantenía a Harry tan distante.
- ¿Por qué no le preguntas 'qué es lo que le pasa'? Tal vez a ti si te responda – propuso Vannesa guiñando un ojo. Hermione agachó la mirada un tanto apenada.
- No… no se de que hablas – tartamudeo nerviosa.
- Si, claro – dijo dándole unas palmadas en el hombro – oye Harry deberías ir al campo, para cambiarte o sino se te hará tarde.
- Si, tienes razón – acepto. Rápidamente abandono el comedor.
- No te preocupes, Hermione. Hoy es tu día – dijo sonriente.
Minutos después, toda la escuela se encontraba en el campo. El día era perfecto, unas cuantas nubes sobre un tapiz de color azul, perfecto para jugar Quidditch. Los equipos de Gryffindor y Slytherin salían rápidamente completando la formación en el aire. La profesora Hooch arroja la Quafle dando el silbatazo inicial.
- Y comienza el juego – anuncia Mark Snyder, conocido como el "sucesor de Lee Jordán". Un chico con la misma enérgica voz y dueño de un cierto desdén por insultar a cualquier equipo que no sea Gryffindor, la casa a la que pertenece. Principalmente enemigo de Slytherin – la bella Lauren atrapa la Quafle seguida por Elaine de su mismo equipo, y pisándole los talones se encuentran Dizier y Douglas por parte de las serpientes. Lauren pasa a Elaine quien la manda a Gareth. Se acerca a los aros, está cerca, cerca, lanza y… Gourdon Wendel, el guardián de Slytherin intercepta la Quafle a último momento. Mientras tanto los buscadores siguen muy pendientes de la snitch. Ennis, uno de los golpeadores de Slytherin lanza una bludger hacia Allison quien logra esquivar la pelota pero descuida los aros y… ¡No! Malin anota. Esos Slytherin asquerosos tramposos…
- ¡Snyder! – interrumpe la profesora McGonagall sentada a su lado.
- Lo siento, profesora. En fin 10-0, favor Slytherin – dice con voz de asco – Gareth lleva rápidamente la Quafle hacia el otro extremo. Vuela, vuela, vuela. Y se acerca a los aros, la pasa a Lauren quien casi de inmediato la regresa esquivando una bludger. Elaine recibe la Quafle. Seyne se interpone impidiéndole el paso. Elaine trata de moverse pero la cazadora de Slytherin no se lo permite. ¡Ya quítate de enfrente, asquerosa serpiente tramposa!
- ¡Snyder, es la segunda llamada!
- Lo siento, profesora. No volverá a ocurrir… y ¡¡¿qué está haciendo?!! Elaine deja caer la Quafle, Gareth la atrapa antes de que caiga. ¡Excelente maniobra, Gryffindor! Gareth se la pasa a Lauren, Douglas se interpone pero esa linda chica logra atraparla, la lanza y ¡¡¡anota!!! – gritó de emoción acompañado por la ovación de la casa de los leones.
El partido continuaba muy reñido. Ambos equipos tenían elementos muy buenos. Harry, por su parte, daba vueltas buscando la pelota dorada. Aún no aparecía. Comenzaba a desesperarse al ver que el marcador de Slytherin aumentaba considerablemente. Esperaba encontrar la snitch pronto y que todo acabará. Dio una nueva vuelta. Nada. Miro a Draco, él también buscaba la snitch, sin éxito. Miro las tribunas, no lo había notado en todo el partido pero, Dumbledore no estaba presente. Era extraño. ¿Qué era lo que le estaba pasando al director? La ovación por parte de Slytherin lo sacó de sus pensamientos. Observó el marcador. 60-70 favor Gryffindor. Esto lo alarmó, obligándolo a continuar su búsqueda. De pronto algo llamó su atención. En las tribunas se encontraba un hombre cubierto con una capucha, aún así se podía ver su rostro. Harry entrecerró sus ojos tratando de enfocar al individuo ¿Acaso ese era…?
- ¡Finalmente aparece la snitch!
La voz de Mark lo sacó de su ensimismamiento. Miro hacia las tribunas: el hombre había desaparecido. Dio vuelta siguiendo la snitch, seguido por Draco. La pequeña pelota dio un giro brusco cambiando de dirección, provocando que los buscadores se detuvieran violentamente. Slytherin había anotado nuevamente.
- ¡Harry, cuidado! – gritó Allison desde los aros.
Harry volteo encontrándose con una bludger lanzada, segundos antes por Ennis. Por alguna extraña razón no pudo moverse. Veía la bludger acercarse peligrosamente. De pronto sintió que lo jalaban por el cuello de la túnica. Cerró los ojos, la bludger pasó a escasos centímetros de su cara. Escucho a la gente haciendo un sonoro: "Oooh". Miro detrás de él. Draco Malfoy lo había salvado de la bludger. Toda la escuela se había quedado en un profundo silencio, rotó por el silbido emitido por la snitch.
- Era verdad – dijo Harry sin poder evitar la sorpresa en su rostro – ahora estás de nuestro lado.
- Necesitabas una prueba – dijo el rubio sonriendo – la snitch está frente a ti – concluyo amablemente.
Harry giro su cabeza. La pequeña pelota dorada flotaba frente a él. Extendió el brazo lentamente tomando la snitch. Al ver que el público seguía petrificado, levantó la mano con la pelota para que todos la vieran.
- ¡¡¡Gryffindor gana 190 a 70!!! – grito Mark a todo lo que dieron sus pulmones.
Ambos equipos bajaron. La casa de Gryffindor celebraba el triunfo. Mientras Ennis Ruán, el capitán del equipo de Slytherin se acercaba a Draco con una mirada bastante molesta.
- ¡¿Qué demonios creías que estabas haciendo?! – preguntó mientras el resto del equipo se acercó al rubio.
- No creí nada, quite a Harry del camino de tu bludger – dijo mordazmente.
- ¡¿Estás loco?! – exclamo Seyne - ¡perdimos por tu culpa!
- ¡¿Desde cuando eres tan amable con Potter?! – hablo Gourdon.
- No tengo porque contestar a eso – dijo Draco tajantemente, evadiendo al equipo y regresando al castillo.
- Tal vez no se sienta bien – comento Malin inocentemente.
- Eso debe ser, Draco nunca se comportaría así – reitero Douglas - volvamos al castillo.
- Si, debemos arreglarnos para el baile – comento Dizier emocionada dando pequeños saltitos.
Ya en el castillo. Los profesores se habían encargado de decorar el gran comedor de acuerdo a la ocasión. Las mesas largas habían sido colocadas alrededor del cuarto, llenas de comida. La mesa de los profesores seguía en su lugar. Y en el centro, un gran espacio para formar la pista de baile. Las salas comunes estaban llenas por las alumnas corriendo de un lado para otro, arreglándose para el baile. En su habitación, Hermione permanecía sentada mirándose en un pequeño espejo, admirando el fruto de su trabajo. Llevaba puesta una túnica roja, ligeramente contrastada con un toque de rosa; elección hecha entre ella y Vannesa durante una visita a Hogsmeade. Traía el cabello suelto y ondulado, sujetado en los costados por unas pinzas pequeñas pero elegantes. De nueva cuenta, un sin fin de preguntas se formularon en su cabeza, con relación a su pareja de baile: Harry. ¿Qué pasaría está noche cuando viera a Harry a los ojos? ¿Se pondría nerviosa? ¿No podría hablar? El problema poco a poco se hacia más grande y más… ¿complicado? Temía que entre más lo pensará más lo creía. No podía negar que Harry era guapo, inteligente y… ¡oh no! ¿Acaso se estaba enamorando?
- ¿Ya estás listo, Harry? – preguntó Ron. El nombrado apareció tras la puerta del baño, vestido con una túnica azul marino que tenía un ligero brillo (parte de la tela) Ron lo esperaba sentado en la cama de Harry, mirando el cuadro de los merodeadores. Vestía una túnica verde esmeralda.
- Ya estoy listo – informó acercándose al pelirrojo.
- Bien – dijo sin apartar la vista del cuadro – nunca había visto de cerca este cuadro – comento - ¿cuándo lo sacaste?, no me di cuenta – colocó el cuadro en la mesa de al lado.
- Hace algunos días… - respondió consultando su reloj – ya deberíamos bajar.
- Si, por supuesto. Pero, Harry – detuvo a su amigo quien ya se encaminaba a la puerta.
- ¿Qué ocurre?
- ¿No haz notado a Hermione un poco diferente?
- ¿Diferente? – Harry se quedo callado un momento analizando la pregunta.
- Harry, ¿te gusta Hermione? – preguntó sin rodeos ante el silencio de su amigo, quien abrió los ojos ampliamente; producto de la impresión por la pregunta.
- ¿Por qué lo preguntas?
- Solo responde – sonrío ante el nerviosismo de Harry.
- Bueno, no lo había analizado detenidamente, pero ahora que lo preguntas… - miro la amplia sonrisa del pelirrojo que cada vez crecía más – bueno, pues en realidad no lo sé – desvío la mirada, algo sonrojado - ¿por qué lo preguntas? – repitió.
- No me negarás que es linda ¿o si?
- Bueno… yo… - miro de nuevo el reloj – ya es tarde, las chicas estarán esperándonos – giro la perilla de la puerta abriéndola ligeramente, pero Ron la cerró de nuevo poniendo una mano sobre ella.
- No bajaremos hasta que respondas – afirmo seriamente.
- De acuerdo – suspiro resignado – si, tienes razón. Hermione me parece linda. ¿Contento? ¿Ya podemos irnos?
- Si, adelante – sonrío ampliamente abriendo la puerta. Harry salió extrañado por el comportamiento de su amigo, seguido, segundos después por éste.
Al llegar a la sala común, Vannesa y Hermione esperaban sentadas junto a la chimenea conversando animadamente. La primera traía puesta una túnica color lila, y una coleta alta llena de rizos con un par de caireles, como peinado. Ambas se levantaron al ver a sus parejas llegar.
- Disculpen la demora, pero Harry no terminaba de arreglarse – comento Ron tendiéndole su brazo a Vannesa.
- Lo siento, con el asunto del partido… - hablo Harry tendiéndole su brazo a Hermione - …bueno…
- No te preocupes, ya vámonos – interrumpió Vannesa con una sonrisa. Tras lo cual abandonaron la sala común.
Draco permanecía junto a una ventana de la sala común admirando la noche. El cielo estaba cubierto de brillantes estrellas. Todo en la habitación estaba oscuro. Solo se podía ver una ligera luz debido al fuego de la chimenea que poco a poco se extinguía.
- Buenas noches, Draco.
El rubio volteo sorprendido, ante la mención de su nombre. Se suponía que toda la escuela estaba en el gran comedor. Lentamente una pequeña silueta se acercó a él. Con ayuda de la chimenea Draco pudo descubrir de quien se trataba.
- ¿Malin? ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en el baile? – preguntó ligeramente sorprendido.
- No, me temo que no – dijo tranquilamente sentándose frente a Draco - ¿y tú? ¿Qué haces aquí… solo, en la oscuridad?
- Yo pregunté primero.
- Cierto – sonrío – bueno, pues… nadie me invitó… pero de cualquier forma no tenía muchas ganas de ir – añadió rápidamente al notar la mirada triste de su acompañante – pero no te preocupes. Espera a que aprenda conjuros de belleza y verás como me hago irresistible – ambos rieron por el comentario - ¿y tú?
- No tengo ganas de ir. Prefiero quedarme aquí… a pensar – suspiro, mirando de nuevo hacia la ventana. Malin lo observo fijamente.
- Pensar en, ¿tal vez tu comportamiento durante el partido?
- Eh, ¿a qué te refieres?
- Todos los del equipo se molestaron porque ayudaste al buscador de Gryffindor, pero… yo creo que hiciste lo correcto. Esa bludger pudo haberlo matado.
- Hasta hace 6 años, yo me comportaba de una forma muy cruel, yo era una mala persona – explico – por ello el equipo se molesto. De haberme comportado como antes, hubiera permitido que la bludger golpeara a Harry, y yo tomaría la snitch ganando el partido.
- ¿No te agrada Potter?
- Antes lo odiaba. Era mi más grande enemigo. Ahora estoy tratando de arreglar todo lo que hice.
- Entiendo. No se mucho de ti. Solo se que los Malfoy son una familia muy peculiar.
- Si, también estoy buscando deshacerme de ese apellido.
Malin se puso de pie acercándose a Draco. Tomó su rostro por la barbilla obligándolo a mirarla. Tras unos segundos mirándose fijamente en silencio, sonrío.
- Tu mirada se ve muy triste. Se nota que haz pasado por muchas situaciones dolorosas, que haz sido autor de algunas, pero que estás arrepentido.
- Eres muy observadora – sonrío ligeramente, poniéndose de pie – si me disculpas iré a caminar un rato.
La noche permanecía tranquila. El cielo oscuro y una leve brisa rodeaban el castillo. Dentro, el gran comedor estaba lleno de vida. Varias parejas bailaban al compás de una melodía emitida, aparentemente, por las paredes y el techo. Algunos profesores también bailaban. La repentina tos del director sacó a Remus de sus pensamientos, quien buscaba a Vrotdlem o a Harry.
- Albus, ¿te sientes bien? – preguntó rápidamente. Snape y McGonagall miraron al director.
- Si, Remus, tranquilo. Estoy bien – dijo con tranquilidad, lentamente se puso de pie – si no les importa, me retiro. Estoy algo cansado – Remus se levantó – no te molestes, Remus. Mejor quédate – miro a McGonagall y a Snape – ustedes también. Deben cubrir mi ausencia – momentos después abandono el comedor, saliendo por la puerta detrás de la mesa.
- No vamos a permitir que se vaya solo ¿o si? – dijo McGonagall poniéndose de pie.
- Claro que no – Snape se puso de pie dispuesto a salir.
- El resto de los profesores están bailando, sugiero que uno de nosotros se quede para informarles lo sucedido – propuso Remus – no debemos alarmar a nadie.
- Tienes razón, Remus – habló McGonagall – Severus, opino que tú te quedes – el aludido permaneció en silencio unos segundos, mirando alternadamente a sus interlocutores.
- De acuerdo – dijo finalmente cruzando los brazos mientras Remus y Minerva abandonaban el gran salón.
Todo permanecía tranquilo. Snape había bailado un par de veces pero realmente su mente no estaba en el salón. Seguía preocupado por el director. Estando Voldemort tan cerca de ellos y Dumbledore enfermo… todo podría pasar. Levantó la mirada. Harry, Hermione, Ron y Vannesa ingresaron al salón. El chico Potter seguía siendo vigilado muy de cerca por la Orden del Fénix. Agudizó su vista al notar que 'alguien' seguía a Potter y sus amigos. Era Tom Vrotdlem.
- ¿Vrotdlem? – pensó alzando una ceja en actitud pensativa.
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- ¿Sabes que es lo que realmente pienso? – cuestionó Severus instalado en su despacho. Remus Lupin permanecía frente a un estante. Al escuchar la pregunta de su interlocutor dio media vuelta.
- ¿Qué?
- Que tanto tú como Minerva están haciendo éste inconveniente más grande de lo que es – dijo cortante – ese chico Vrotdlem no es un monstruo. Es solo un estudiante de transferencia con una historia muy triste, por cierto – comento seriamente cruzando los brazos.
- Severus, ese chico es realmente extraño. Pasa mucho tiempo cerca de Harry…
- Si claro, un admirador más del gran Harry Potter…
- No es solo un admirador – interrumpió Remus acercándose al escritorio – y además, Minerva ha estado buscando algún dato sobre él, pero no hay nada ¿no te parece extraño?
- No – dijo terminantemente, aunque en el fondo empezaba a dudar – tal vez el joven Vrotdlem no vive en Londres, debido al cambio de lugar no tiene sus papeles en orden ¿no crees? Deberías dejar de hacer tanto escándalo. Estás alarmando a todos con tus tontas suposiciones, a Minerva, tal vez al director y hasta a ese amigo tuyo: Black. Él no tiene nada que hacer en este colegio.
- A pesar de que puedas justificar todas las suposiciones que tenga, hay algo que no podrás cambiar y tal vez te ponga a pensar – dijo amablemente girando la perilla de la puerta – ese chico me recuerda a Tom Riddle… a Voldemort…
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En aquel momento realmente parecía una tontería pero, ahora… Vrotdlem si se parecía un poco a Riddle. Inteligente, callado, solitario, un tanto arrogante. Snape sacudió ligeramente su cabeza, tratando de alejar aquellos pensamientos. No quería tener ideas de Lupin en su cabeza. Miró de nuevo a Vrotdlem. Seguramente solo estaba ahí asistiendo al baile, como todos. Solo había un detalle curioso: no tenía pareja.
- Profesor Snape - una voz detrás de él lo sacó de sus pensamientos, obligándolo a volver a la realidad. Dirigió su mirada hacia atrás.
- Señor Malfoy, no lo había visto en toda la noche.
- Es que no vine para quedarme al baile, solo estoy aquí para decirle algo importante – dijo sonriendo ampliamente. Gesto que sorprendió notoriamente a su profesor.
- Si, dígame señor Malfoy.
- Profesor, lo he estado pensando y ya he tomado una decisión – tomó aire – he decidido ser un auror.
- ¡Si! ¡Lo sabía!, hacen una pareja encantadora – comento Vannesa juntando sus manos con una mirada brillante - ¿no lo crees? – miró a Ron quien junto con ella estaban sentados mirando a Harry y a Hermione quienes no paraban de bailar.
- Si, se ven bien juntos – dijo mordiendo una pieza de pollo.
- Por cierto, ¿le preguntaste a Harry?
- Si, claro que si.
- ¿Y? ¿Qué te dijo? – preguntó con sumo interés.
- Bueno, le insistí mucho y terminó aceptándolo. Dijo que Hermione le parece linda.
- ¿En serio? ¡Eso es grandioso! Parece que vamos por buen camino – exclamo con emoción.
- Buenas noches.
- ¿Eh? – Vannesa miro a su derecha – ah, hola Nicholls, Mckinley. No los vi entrar.
- Acabamos de llegar pero, ¿se puede saber a quien vigilan con tanto interés? – preguntó Dayton, vestía una túnica color verde botella - ¿Weasley, Batton?
- A Harry y a Hermione – dijo está última sonriendo ampliamente.
Dayton y Scott miraron a la pareja mencionada, quienes tenían grandes sonrisas en sus rostros; mirándose embelesados, mutuamente.
- Es mi imaginación o… - comento Scott, portaba una túnica color café, ni muy claro ni muy oscuro, miro fijamente a sus compañeros – no, no es mi imaginación ¿el novato y Granger son novios?
- Aún no – respondió la chica remarcando su sonrisa – pero muy pronto…
- Ya veo, ¿por eso los vigilan tanto? – preguntó Dayton.
- No los vigilamos, solo nos aseguramos de que todo salga bien – explico Ron.
- ¿Hace cuanto se conocen? – interrogó Scott.
- 7 años.
- ¡¿7 años?! Potter si que es lento – comento Dayton dando media vuelta – en fin, tenemos que ir a buscar a nuestras parejas, nos vemos luego – hizo un ademán con la mano siendo seguido por Scott.
- ¿Por qué llama a Harry "novato"? – preguntó Vannesa.
- No lo sé – levantó los hombros – lo ha hecho desde que lo conocemos.
En medio de la pista. Harry y Hermione parecían nunca cansarse. Una nueva pieza romántica había comenzado. La joven permanecía con la cabeza apoyada en el pecho de Harry quien se encontraba hundido en sus pensamientos. Al parecer Ron había formulado una pregunta que tenía al ojiverde un tanto confundido. ¿Qué era lo que sentía por Hermione? Miro a la chica unos minutos tratando de entender la situación. Si, era cierto. Hermione era muy linda, nunca le pareció fea. Y últimamente le tenía muy preocupado. Su amiga se había estado distanciando. Parecía preocupada. No le agradaba verla así, le molestaba verla triste, hacía mucho tiempo que no la veía sonreír. Eso también lo ponía triste.
- ¿No haz visto a Draco? – la voz de su pareja lo devolvió a la realidad.
- ¿A Malfoy… digo Draco? – el tono de voz de Harry denotaba claramente que la mención del Slytherin no le hacía mucha gracia - ¿por qué lo preguntas?
- No lo he visto, y me preocupa – Hermione detuvo el balseó mirando fijamente a Harry - ¿no te parece extraño que no este aquí?
- ¿De qué estás hablando, Hermione? ¿A quién le importa ese tipo ahora? – Harry no se percató de que el tono de su voz había aumentado considerablemente.
- Harry, ¿qué es lo que te pasa? ¿Por qué te comportas así?
Hermione lucía muy preocupada, la mirada que mostraba parecía haber ayudado a Harry para tranquilizarse. Le había molestado que Hermione hablara de Draco. ¿Por qué le preocupaba tanto? ¿Y por qué a él (Harry) le molestaba? Acaso estaba ¿celoso? ¡¿Celoso?! ¡¡¡Por Merlín!!! Había dado en el clavo.
- Hermione… tengo algo importante que decirte – tomó ambas manos de la chica – acabo de descubrir algo muy importante y… - de pronto miró a espaldas de la joven. Vannesa y Ron tenían amplias sonrisas con las miradas fijas en ellos – ehm ¿te parece si salimos un momento? – Hermione extrañada asintió.
- ¿A dónde van? – preguntó Ron, mirando a Vannesa.
- Tal vez ya llegó el momento tan esperado – tomó una galleta.
- ¿No vamos a seguirlos?
- ¿Uhm?
- ¡Para saber que pasa! – exclamo con emoción.
- No te preocupes, lo que sea estoy segura que nos lo dirán después – mordió la galleta – además hay que darles un poco de privacidad. Tal vez notaron que los observábamos y por eso se fueron – ante este último comentario el pelirrojo denotó un ligero rubor en sus mejillas. Agachó la cabeza, tomó aire he invito a la chica a bailar.
- Aquí está el agua – McGonagall ingreso al despacho de Dumbledore con un vaso y una jarra llena de agua. Sirvió un poco del líquido tendiéndoselo al director.
- ¿Cómo te sientes, Albus? – interrogó Remus quien se encontraba de pie junto al aludido.
- Bien, Remus tranquilo – tomó un poco de agua – Minerva ¿podrías dejarnos a solas? Necesito intercambiar un par de palabras con Remus.
- Si, claro Albus – miro a Remus quien le indico que todo estaba bien. Caminó hacia la puerta – estaré afuera, por si me necesitas.
- Gracias – habló el director. Minerva abandono la sala. Albus bebió un poco más de agua – Remus, tengo que pedirte un gran favor…
- Por supuesto, Albus. Sabes que puedes pedirme lo que sea.
- Gracias. Esto es un tanto delicado – respiro – quiero que les enseñes a los chicos de séptimo el hechizo de ocultamiento avanzado.
- ¡¿Qué cosa?!
- Tengo entendido que fuiste uno de los mejores en realizar ese encantamiento durante los entrenamientos para auror.
- Bueno, eso si pero…
- Junto con Sirius y James – tomó otro poco de agua, reprimiendo una repentina tos.
- Yo…
- Se que puedes hacerlo, Remus. Dime ¿puedo contar contigo?
- ¿Cuál es el motivo? ¿Por qué quieres que les enseñe a los chicos magia tan avanzada y que solo se aprende al estudiar para auror? – silencio – si por lo menos un alumno en toda la escuela logra la primera parte de ese hechizo, estaré asombrado… muy asombrado.
- Si ese alumno resulta ser Harry, con eso me conformaré.
- ¿Harry? ¿Esto es por Harry?
- Durante el tiempo que ha durado mi enfermedad, me he percatado de un par de cosas bastante interesantes. Entre ellas, tengo la sensación de que ese hechizo le será de mucha utilidad a Harry. Y ya que piensa ser auror, creo que le será de mucha ayuda.
- Sirius y yo, lo ayudaremos en todo lo que podamos – comento Remus ya más tranquilo.
- De eso no tengo la menor duda – tosió - ¿cuento con tu ayuda? – repitió.
- Siempre, Albus – dijo escuetamente.
- ¡Guau! Este cielo se ve tan mágico como el del techo del gran salón – comento Hermione con una gran sonrisa. Ella y Harry se encontraban en las afueras del castillo, junto a un frondoso árbol y la luz de las estrellas iluminándolos - ¿por qué salimos?
- Ron y Vannesa me ponían nervioso – Hermione lo miro extrañada - ¿no haz notado sus extrañas miradas y grandes sonrisas? – la joven se sonrojo ante el recuerdo de su amiga: "Creo que le gustas a Harry" habían sido sus palabras. Después de eso no dejaba de mirarla pícaramente.
- ¿Nos han estado mirando toda la noche? – preguntó algo temerosa.
- Si. Tengo algo importante que decirte y con ellos mirándonos así, bueno… me hacen sentir algo incomodo - sincero mirando el cielo. Hermione respiro profundamente tratando de calmarse. Se encontraba algo nerviosa.
- ¿Qué era lo que querías decirme? – preguntó en un susurro poniendo una mano sobre su pecho sintiendo los latidos de su corazón.
- Hermione, acabo de descubrir algo… que me hizo sentir muy feliz – giro sobre sus talones encarando a la chica. Tomó sus manos mirándola a los ojos, provocando un leve rubor en las mejillas de la joven – todo comenzó con una pregunta que me hizo Ron y… bueno es un sentimiento que no había notado – Hermione lo miraba con algo de preocupación. Por toda respuesta, Harry sonrío con ternura colocando su mano derecha en la mejilla de ella quien no pudo evitar sentir escalofrío ante el repentino contacto – te ves muy linda está noche.
- Harry, yo… - el joven se acercó lentamente a ella. Rozando sus labios, sonrío al notar el nerviosismo de Hermione. Poco a poco profundizo el beso volviéndolo más apasionado a cada momento. Pasó su mano izquierda por la cintura de ella atrayéndola hacia si. Hermione respondió la caricia poniendo sus manos en los hombros de Harry, subiéndolas lentamente hacia su cabeza, soltando un pequeño gemido por el cúmulo de sentimientos que el chico despertaba en ella.
Cuando finalmente se separaron, Hermione agachó la cabeza notoriamente nerviosa.
- Hermione – la chica no levanto la cabeza – acabo de descubrir que me gustas… - levantó la cara de la chica con ambas manos – me gustas mucho… - de la impresión, Hermione retrocedió un par de pasos – es en serio, de verdad he llegado a comprenderlo y lo creí está noche, mientras bailábamos.
- Harry, yo… no, no estoy muy segura de lo que siento – levantó la mirada con tristeza – yo…
- No te preocupes – coloco sus manos en los hombros de Hermione – esperaré, hasta que lo hayas pensado. Solo quería que supieras lo que siento – besó su mejilla.
El aire de la noche se volvía cada vez más frío y violento. En medio de la corriente, Hermione se percató de una voz profunda y tenebrosa que al parecer solo ella podía escuchar: "Aléjate de él" escucho una y otra vez. La voz era tan atormentante que la obligó a retroceder. Harry la miraba extrañado. La chica retrocedió hasta chocar con…
- Aléjate de él, antes de que algo aún más desagradable te ocurra – escucho una voz siseante, tras ella obligándola a voltear rápidamente.
- Vrotdlem… - susurro notoriamente asustada.
- Tom, ¿qué haces aquí? – hablo Harry acercándose al nombrado.
- Vine a preguntarte ¿si haz tomado una decisión? – dijo mordazmente fulminando a Hermione con la mirada.
- Ha… Harry, yo... tengo que irme. Te veo luego – lentamente Hermione dio media vuelta, caminando de regreso al castillo. Harry notó el escalofrío que recorría el cuerpo de la joven.
- ¿Harry?
- Si, Tom ¿qué decías? – siguió mirando a espaldas de Tom, vigilando el camino de Hermione.
- ¿Haz tomado una decisión?
- ¿Qué? – miro a Tom.
- La fecha más próxima será en Diciembre – explico seriamente - ¿y bien?
- Tom yo… - hablo distraídamente mirando de reojo tras su interlocutor. Hermione se encontraba en el suelo, tratando débilmente de levantarse – Tom, no he decidido. Te veré después – corrió rumbo al castillo.
- ¡Harry Potter! – gritó Tom obligando al aludido a detenerse - ¡el tiempo se está acabando! ¡Tal vez ya sea momento de que dejes de preocuparte por los demás y pienses en ti!
Harry permaneció de espaldas escuchando el mensaje. Volteo buscando a Tom, pero éste había desaparecido. Sin darle mucha importancia volvió su atención a Hermione quien también había desaparecido. Corrió hacia el castillo, siguiendo el camino que posiblemente había tomado la chica. Finalmente en el corredor antes de llegar a la sala común de Gryffindor, se encontró con una escena que cambio su ánimo completamente. De preocupación a odio. Hermione se encontraba en el suelo, por lo visto, inconsciente. Draco Malfoy estaba ahí, hincado junto a la joven tratando de reanimarla.
- ¡Malfoy! – gritó corriendo por el pasillo. El aludido lo vio llegar.
- ¿Es... Harry? – preguntó Hermione en un susurro manteniendo los ojos cerrados.
- Si, y por lo visto aún no le haz dicho nada – dijo Draco, en ese momento se unió a ellos, Harry.
- ¿Qué es lo que...?
- Hermione, creo que ya es hora de que le expliques – habló el rubio interrumpiendo a Harry, quien al no entender lo que hablaban guardo silencio sintiendo como la ira en él disminuía – si realmente es tu amigo, deberías decirle la verdad.
- ¿De qué está hablando, Hermione? – Harry miro a la joven quien trataba inútilmente ponerse en pie. Draco la ayudo a sentarse, recargándose en la pared.
- Es... – miro a Draco – Harry, es una larga historia.
- De acuerdo – respiro – me contarás mañana – se hinco ayudando a Hermione a levantarse, con ayuda de Draco. La joven suspiro aliviada – pero hoy te llevaré a la enfermería.
- ¡¿Qué?! – exclamo alarmada – no, no puedes, Harry. No debes, estaré bien solo, ¡ahh! - Harry la levantó en brazos.
- Nada de 'peros', iremos y punto.
- Creo que sería lo mejor, Hermione – comento Draco sonriendo débilmente, alejándose un poco – yo los veré después. Y, Harry – el aludido giro la cabeza – debes acostumbrarte a confiar en mí – tras lo cual se fue en sentido contrario a la pareja.
- Harry, por favor. No puedes, no debes llevarme a la enfermería – hablo la chica, aún en brazos de él – te explicaré todo ahora, pero por favor, vámonos a la sala común. Verás que en cuanto te explique todo, entenderás porque no debo ir a la enfermería.
Harry miro a la chica, analizando la situación con detenimiento. No perdía nada con esperar, y verdaderamente le interesaba saber que le ocurría a Hermione. Tal vez y le explicará el 'por qué' de su comportamiento durante los días anteriores. "Bien" fue lo único que dijo. Dio media vuelta rumbo a la sala común. Notó la tranquilidad de la joven, pero también pudo notar 'algo' que le rompió el corazón: una lágrima en la mejilla de ella. Al parecer sería una noche muy larga. Por suerte, todo el alumnado y los profesores se encontraban en el gran comedor, aún disfrutando del baile. Eso les daría tiempo para hablar a solas.
Rápidamente llegaron a la sala común. Harry colocó a la joven cuidadosamente en el sillón más grande cerca del fuego, acomodó unos cojines y la arropó con una frazada. Hermione abrió los ojos cansadamente. El joven le sonrío con ternura sentándose a su lado. Ambos miraron el fuego en silencio, unos minutos.
- ¿Y bien? – hablo Harry finalmente – te escucho.
- Es una historia muy larga – suspiro sonriendo débilmente – creo... creo que todo empezó cuando acabo el sexto año. Yo volví a casa, como siempre.Al llegar, mi mamá me informó que iríamos a Francia de vacaciones. Mi tía nos había invitado a visitarla. Al día siguiente debíamos ir al aeropuerto. Ese día, yo fui a comprar algo de ropa. Regresé a casa algo tarde. Noté que se había oscurecido antes de lo normal, me pareció extraño pero estaba tan contenta que no le di mucha importancia. Minutos después, cuando estaba probándome la ropa que compré, escuché un sonoro trueno, creí que llovería. Me asome a la ventana pero no había ni una leve llovizna, solo aire, hacia mucho viento. Escuché y vi otro trueno que llegó a la tierra. Cayó sobre un árbol, que de inmediato ardió en llamas. Observé la escena, de pronto, noté a un hombre dentro de las llamas, lentamente salió... ileso. Estaba muy asustada, di un par de pasos hacia atrás. Respire profundo y me acerque nuevamente a la ventana. No había nadie. Ni restos del árbol, ni el árbol mismo...
--------------------------------------------Flash Back-----------------------------------------------------
Un estruendoso sonido la despertó de su ensimismamiento. Rápidamente bajó al primer piso. Encontrando a sus padres afuera de la sala mirando asustados algo dentro de ella. Caminó hacia ellos muy lentamente.
- ¿Qué ocurre? – preguntó tratando inútilmente calmarse. Tenía una sensación de miedo acrecentándose a cada segundo.
- Él... – tartamudeo su madre señalando el interior de la sala. De pronto su padre, instintivamente, se colocó frente a su esposa, tratando de verse desafiante, pero el miedo parecía interponerse en sus deseos.
- Señorita Granger – una voz silbante y tenebrosa retumbaba en la casa, produciendo en la chica un miedo paralizante.
Al momento, la señora Granger abrazo a su hija reflejando el temor en su rostro. Un jarrón de porcelana estalló en pedazos.
- Voldemort – susurro Hermione, al momento de ver al ser en medio de la sala. Traía una capa negra cubriéndolo de pies a cabeza.
- ¿Él... él es Volde...?
- Si, es él – respondió la chica, evitando que su madre dijera aquel nombre.
- Buenas noches, señorita Granger – dijo Voldemort pausadamente.
- ¿Qué haces aquí? – preguntó Hermione en voz baja. Aún sentía un miedo que seguía creciendo a cada segundo.
- Estoy aquí para destruir una parte de la felicidad de Harry Potter – explico tranquila y burlonamente. La señora Granger ahogó un grito, el señor sentía la rabia crecer dentro de si; mientras que Hermione se quedo estática.
- ¿A... qué te refieres? – habló con un poco más de decisión, tratando de verse valiente.
- Vine a matarte – sonrío desafiante.
Todo pasó muy rápido. Hermione levantó su varita. Voldemort sacó la suya. Ambos gritaron "expelliarmus" al mismo tiempo. Al segundo, Voldemort lanzó el "Avada Kedavra". Hermione grito "protego" pero al tener menor poder, salió lejos arrojada por el rayo verde que, al contacto con su hechizo cambio de tonalidad a morado. Voldemort camino lentamente hacia su victima, quien yacía inconsciente contra una pared. No había muerto, pero... ¡¿Cómo era posible?! Alarmados, los señores Granger se interpusieron en el camino del Lord. Éste molesto, arrojó un segundo "Avada Kedavra" a...
- ¡¡¡No!!! – gritó horrorizada la señora Granger corriendo hacia... el cadáver de su esposo. En el suelo, con una expresión de horror en el rostro - ¡¡No!! – gritó nuevamente derramando lágrimas, mientras se aferraba al cuerpo del hombre.
Voldemort continuo su camino hacia la chica. Levantó la varita. De ésta empezaron a salir chispas rojas.
- "Carne, hueso y sangre..." – hablo firmemente, al momento un rayo rojo salió de su varita, conectándose con el cuerpo de la chica – "...separa el alma de este cuerpo... confínalo al sufrimiento eterno, acaba con toda su felicidad, que la muerte la persiga eternamente en vida"
Al escuchar el hechizo, la señora Granger se levanto encolerizada con lágrimas por todo su rostro, dispuesta a atacar a Voldemort. Pero había desaparecido. Cayó rendida de rodillas junto a su hija.
- Hermione, linda – tomó su rostro con ambas manos – por... favor, linda... abre los ojos, por favor – susurro volviendo a llorar.
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- Desperté a los tres días, lo primero que vi fue a mi madre – miro el fuego en la chimenea sintiendo como las lágrimas se formaban en sus ojos – se veía mal, triste y con todo el rostro bañado en lágrimas. Me preguntó como me sentía. Y, era extraño, pero no me dolía nada. Jamás entendí el porque. Digo, recibí una maldición imperdonable, la maldición mortal y... aquí estoy. Realizamos el funeral de mi padre. Luego mi madre se fue a Francia, le dije que iría a Hogwarts, pero me dio miedo, no quería hablar con nadie de la situación... yo, realmente me sentía mal... – se le quebró la voz, tapándose la boca con una mano. Harry pasó un brazo sobre sus hombros con el rostro triste, cerró los ojos – luego empezaron los síntomas; mareos, nauseas, dolores en el cuerpo... alucinaciones. Fue entonces cuando descubrí mi condición. Tenía una extraña enfermedad. Nadie la conocía y parecía empeorar. Y aquí estoy. En Hogwarts, cursando mi séptimo año y tratando de lidiar con está enfermedad... esa es la historia, Harry – suspiro agachando la cabeza. Silenciosas lágrimas resbalaban por sus mejillas lentamente. No miro al chico. Harry la abrazo acariciando su cabello.
- Lo siento, Hermione. Todo esto es por mi culpa – la chica negó, abrazando con fuerza a Harry, hundiendo el rostro en su pecho.
- No fue justo, Harry... no fue justo – respingó – él... mi padre, no tenía nada que ver en éste asunto, él... era una buena persona y...
- Shhh, tranquila, Hermione. Todo estará bien... todo estará bien, lo prometo – besó su frente.
Permanecieron abrazados en el sofá hasta que Hermione, de tanto llorar, se quedo dormida. Harry le dio un pequeño beso en los labios dándole las buenas noches. Con un largo suspiro cayo profundamente dormido, abrazando con fuerza a la chica, en un intento por protegerla hasta en sus sueños.
Continuará...
Notas de la autora: OK Lo prometido es deuda = ) aquí está el capítulo 10, el más largo de la historia. Había pensado en dividirlo en dos, pero hubiera perdido sentido. En fin, con respecto a la trama, está es la mitad del fic. Algo así como un intermedio. Espero que les haya gustado y no se olviden de darme una opinión. Avances del próximo capítulo... no, no les doy. No se enojen pero es posible que me tardé un poco, es que se me ha ocurrido una nueva idea para otro fic y... snif, no pude evitarlo ya lo comencé, así que ya me metí en otro problema - - No se preocupen = D ya saben que yo salgo de todos los problemas. Y dado que tendré un par de semanas de vacaciones, pues me pondré las pilas para aprovechar ese valioso tiempo.
Ahora si, respondo a sus comentarios, ¡muchas gracias!, no se olviden de escribir más = p
Nelly Esp: Ahora si te sorprendí, con el asunto 'Colagusano', ya verás es solo el comienzo. No te diré el paradero de Peter pero... si digamos que anda cerca. Desafortunadamente Harry no confiará en sus tutores, (por ahora) tiene un mar de dudas en su cabeza y se ha bloqueado de la ayuda. Anda en su propio mundo y tomará un poco de tiempo antes de que regresé a la realidad. El secreto de todo esto se resolverá hasta el final, mientras tanto nuestro trío fantástico deberá andar por un muy largo y peligroso sendero. Gracias por tus comentarios, ideas como esas son las que me ayudan a continuar = ) No te preocupes por el tiempo, yo esperaré tu review, tómate todo el que necesites. Por cierto, tu vas a ser niñera de la tercera edad y a mí ya me andan consiguiendo trabajo de niñera, pero para bebés. Imagínate, ya voy a ser 'mami adoptiva' ji, ji, ji. Nos vemos en el próximo capítulo. Gracias y cuídate = D
Claudio-Potter: Gracias por tus comentarios, espero que sigas leyendo mi fic. Ya está entrando en la mejor etapa. Gracias y cuídate = )
Lizzyblack: Lo siento, lo siento = ( prometo que no volverá a pasar. Pero como ves, ¡sigo viva! Eso si, ni por mi vida dejaría sin terminar alguna historia, sobre todo está, es que le tengo un cariño especial = ) Gracias por tus comentarios, créeme son de mucha ayuda. En cuanto a tu duda, efectivamente Harry no sabe de la presencia de Sirius, él cree que su padrino está tranquilamente descansando en su nuevo hogar. Y Remus, al igual que Sirius, andan muy preocupados por Harry. Últimamente han pasado sucesos muy extraños en Hogwarts y la mayoría (si no es que todos) están relacionado con Harry, de ahí tanta protección al chico = ) No te preocupes, cualquier duda que tengas yo la responderé, encantada. Saludos y gracias = )
Flor: Claro, siendo la novia de James, Lily merecía un lugar entre los Merodeadores (de eso hablaremos en futuros capítulos) Que bueno que siga gustándote el fic, y ya verás cada vez se pondrá más misterioso, interesante... romántico, pero eso más adelante. Gracias por tus comentarios, espero que sigas leyendo. Actualizaré lo más pronto que pueda. Besos y suerte = )
Muchas gracias a todos los que se tomaron la molestia de dejar un review, espero recibir más y nos vemos en el próximo capítulo. Besos y cuídense = )
"He descubierto la enfermedad más mortal existente. Produce alucinaciones, un vacío en el estómago y mucha felicidad... es el amor"
