Por: Andy Yogima
Capítulo 12. Confusiones
Despertó tranquilamente con los primeros rayos de la mañana filtrándose por la ventana hasta su cama desprovista de las cortinas. Harry se frotó los ojos adormilado. Fue cuando cayó en cuenta: su mano derecha sujetaba firmemente la llave que pendía de su cuello. Poco a poco recordó los sucesos del día anterior. Las llaves. Este pensamiento lo obligó a levantarse. Estaba decidido a obtener esas llaves como fuera, así tuviese que sacarlas del centro de la tierra. Rápidamente se puso de pie, se dio un baño ligero tras lo cual abandono la sala común.
Pensó en buscar a Remus. Pero recordó que hacia dos noches hubo luna llena, y tras haber terminado su última clase del viernes, el profesor había vuelto a casa con Sirius. Supuso entonces que ambos irían a recibirlo en la estación King Cross. Continuo su camino.
Los pasillos estaban desiertos, aún era demasiado temprano. No encontró a nadie durante su camino hacia el lago. Llegó frente a éste, saludado por el cantar de las aves y los primeros rayos de sol. Miro el castillo, lucía imponente. Recordó la cantidad de pasillos, escondites y secretos que había descubierto en el. Observo el lago. Ahora había encontrado una habitación secreta que se encontraba... ¿dónde? ¿debajo del lago? ¿o de su cama? Teniendo en cuenta esas características ¿cómo sería? ¿llena de túneles o tan grande como el castillo, enterrada bajo éste? Que extraño. Se hincó frente al lago visualizando su reflejo.
- Buenos días, Harry –una voz lo sacó de sus pensamientos. Levantó la cabeza rápidamente.
- Buenos días, Draco –saludo poniéndose de pie.
- Despierto tan temprano, ¿acaso la emoción de las vacaciones no te dejaba dormir?
- Si, eso era –tartamudeo ligeramente. Contento de tener la excusa perfecta para estar ahí.
- Viviendo con Black y Lupin, tiene sentido.
- ¿Y tú? ¿también quieres ver a tu familia? –Draco sonrío con ironía.
- No –susurro– me quedaré en el colegio.
- ¿Qué? Pero creí que...
- Digamos que no muero de ganas por ver a mis padres –sonrío– pienso no volver a su casa.
- ¿Hablas en serio?... Cada vez me parece más increíble pensar que estás dejando tu apellido y todo lo que conlleva –sincero un tanto serio.
- Lo más difícil no es dejar mi pasado, sino forjar mi presente.
- A todo esto, ¿qué dice tu padre?
- Quiere matarme –rió– aunque aún así querrá convertir mi cadáver en un cadáver mortífago.
Harry no pudo contenerse ante éste último comentario. Ambos comenzaron a reír plenamente. Aquella escena era tan extraña. Ver a los mayores enemigos de Hogwarts: Malfoy y Potter riendo juntos, no tenía precio.
Un poco más tarde. El gran comedor estaba repleto de estudiantes. Hacia poco que el desayuno había empezado. Los alumnos que se irían, partirían en cuanto terminará. Ron y Hermione se encontraban casi a la orilla de la mesa junto con Dayton que acababa de llegar.
- ¿No han visto a Scott? –preguntó, tras saludar, sentándose frente al pelirrojo quien negó con la cabeza.
- ¿Tú no haz visto a Harry? –interrogó Hermione.
- ¿También desapareció? –la chica asintió– bueno, de Scott no es raro pero de Potter...
- ¿Scott hace esto muy seguido? –indagó Ron con interés.
- No es eso –dijo tranquilamente sirviéndose un par de tostadas con mermelada– es que últimamente se siente detective.
Hermione lo miro extrañada pero no tuvo tiempo de preguntar ya que en ese momento Scott llegó al comedor. Dayton lo miro con seriedad. A paso lento Scott llegó frente al trío. Lucía cansado y muy débil, tenía la respiración agitada, acompañado de un ligero temblor que le recorría el cuerpo.
- Dayton –susurro poniendo una mano sobre el hombro de su amigo.
- ¿Qué ocurre? –preguntó rápidamente poniéndose de pie.
Scott le indico con la cabeza que salieran. Ambos abandonaron el comedor ante las miradas confundidas de Ron y Hermione, está última volvió su mirada hacia su plato. De pronto volvió a la realidad al ver una enorme rosa roja frente a ella. Rápidamente dirigió su mirada hacia atrás.
- Buenos días, Hermione.
- B-Buenos días, Harry –saludo un tanto sonrojada. El chico le extendió la rosa mirándola con ternura tras lo cual tomó asiento a su lado. Ron los observaba sonriente.
- ¿Dónde están Dayton, Scott y Vannesa? –preguntó Harry tomando un poco de fruta.
- Veamos –hablo Ron ante el silencio de Hermione– Dayton y Scott acaban de irse. En cuanto a Vannesa, dijo que tenía que organizarse con una amiga antes de que ella se fuera.
- ¿Vannesa también se quedará?
- Si, cambio de planes a último momento.
- Por cierto –hablo Hermione- ¿dónde estabas? –miro a Harry.
- Me levanté muy temprano y salí a caminar –explico tomando un poco de jugo.
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Iba camino hacia el comedor. Se levantó un poco tarde luego de una extensa noche de arduas investigaciones, y tras un comentario de Dayton, al fin lo había descubierto. Ahora solo necesitaba pruebas que lo reafirmarán. Levantó la cabeza encontrándose con Tom quien tenía una pequeña caja plana donde al parecer acababa de guardar algo, sonrío satisfecho guardando el estuche entre los pliegues de su túnica.
- Vrotdlem –llamó Scott acercándose al chico.
- Mckinley –susurro Tom dando media vuelta encarándolo- ¿qué se te ofrece? –preguntó tranquilamente fingiendo un tono amable.
- Saber de donde proviene tu apellido -dijo mordazmente– parece no tener origen –sonrío burlón– más bien parece... inventado.
- ¿Inventado? Es una idea interesante –sonrío- ¿qué te hace pensar eso?
- Yo si acepto las ideas descabelladas. A mí parecer, entre más inverosímil suene tiene más posibilidades de ser cierto ¿no te parece?
- Si no soy Vrotdlem, ¿quién crees que soy? –preguntó altaneramente.
- Ni siquiera te esfuerzas por defenderte, eso da puntos a mi favor... Voldemort -Tom sonrío de una manera extraña, borrando todo rasgo de inocencia en su cara, rió sonoramente.
- No serás la primera ni la última persona que crea eso. ¿Acaso el parecido de mi apellido con el nombre del señor tenebroso te hizo pensar eso?
- ¿Lo negarás? –preguntó desafiante.
- Estás jugando con fuego –dijo fríamente, fulminando a Scott con la mirada- no desafíes fuerzas que no puedes comprender, chiquillo –su voz ya no era la de un adolescente sino la de un adulto. Scott retrocedió un paso ante la sensación de una poderosa aura alrededor de Tom quien levantó la mano frente a él- no te metas conmigo, no ahora que mi plan está en la fase final ¡Petrifican! –exclamo irradiando ira.
Scott cayó de rodillas apoyándose con sus manos, al recibir el impacto del conjuro. Sentía su cuerpo rígido, no podía moverse y un gran dolor. Como miles de agujas haciéndole heridas por todo el cuerpo. Respiraba cada vez con mayor dificultad. Tom sonrío satisfecho acercándose a él.
- Aléjate de mí, podrías resultar muy herido –dijo burlonamente.
- ¿El... el novato tiene... algo que ver en esto? –preguntó en un susurro.
- ¿Harry? Si, tal vez –sonrío, tras lo cual se fue.
Scott se levantó sintiendo un gran dolor y un extraño estremecimiento en todo el cuerpo. Apoyándose en la pared camino hasta el comedor.
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- Llegué al salón, te busqué y aquí estamos –dijo Scott recargado en un frondoso árbol cerca del bosque prohibido.
- Glentector –exclamo Dayton por quinta vez apuntando a su amigo- es inútil –murmuro cansado- si el hechizo general de cura no funciona... –bajo la varita al no notar ningún cambio en el escalofrío que recorría el cuerpo de Scott- tenemos que ir con Madame Pomfrey, ella...
- ¡No! –interrumpió tajantemente separándose del árbol regresando a él casi de inmediato- ¿qué se supone que debo decirle cuando me pregunté que me pasó? Oh, nada. Solo le dije a Vrotdlem que él era Voldemort, creo que se molesto y me arrojó un hechizo que en vida había escuchado –argumento burlonamente, con un dejo de molestia.
- Eso también es sorprendente –comento Dayton ayudándolo a sentarse, recargado en el árbol- un hechizo que TÚ no conoces. ¡El mundo se va a acabar!
- Ah, ya cállate. Siendo Voldemort como no va a ser posible.
- Ya deja de afirmar que él es Voldemort –Dayton permaneció de pie cruzando los brazos- es una acusación muy grave y ni siquiera tienes pruebas.
- Es por eso que ahora tengo un plan –frotó su brazo izquierdo tratando de controlar el temblor en el. Dayton lo miro intrigado- he decidido vigilarlo durante las vacaciones –su interlocutor bajo los brazos con una expresión de horror e incredulidad en su rostro- digo, en algún momento debe volver a su forma original ¿no? Apuesto a que utiliza algún hechizo de ocultamiento o alguna poción.
- Scott –interrumpió ayudándole, de nueva cuenta, a ponerse en pie- es una locura y...
- ...y tú vas a ayudarme –intervino tranquilamente.
- ¡¿Qué cosa?! –exclamo deteniendo el camino de regreso al castillo.
- Lo harás, ¿cierto?
- Ehm... bueno, yo... –aclaró su garganta- mejor volvamos a la sala común, si alguien te ve así tendremos problemas.
- ¿A qué hora salen las diligencias? –preguntó mientras atravesaban el vestíbulo.
- Me parece que a las once –informó, subiendo el primer escalón hacia el segundo piso.
- ¿Y qué hora es?
- Como las... –consultó su reloj deteniendo el paso al terminarse los escalones- ...son las 10:33
- ¡¿Las 10:33?! –repitió alarmado, tratando de caminar más rápido- hay que darnos prisa, aún no se si Vrotdlem saldrá del castillo.
- ¿Quieres calmarte? –gruño un tanto exasperado tratando de disminuir el paso.
- Aunque, ahora que lo pienso... –susurro- si va tras el novato entonces si saldrá...
- ¡¿Va tras Potter?!
- Si, algo trama. Pero no se que es –comento doblando a la izquierda hacia el pasillo que conducía a la sala común- por la forma en que lo dijo, creo es algo muy grave.
El gran comedor estaba vacío. Dada la hora, en que la mayoría de los estudiantes estarían alistándose para las vacaciones. Ron y Hermione se habían quedado para despedir a Harry en cuanto terminará de empacar.
- ¿Y si te consigo una cita con él?
- Ron...
- ¿Y si te regalo unos chocolates?
- Ron.
- ¿Grageas Bertie Botts?
- …
- ¿Una nueva mascota?
- ...
- ¡Ya sé! ¡Te doy Veritaserum! –exclamo triunfante.
- ¡No! ¡Ron, ya basta por favor! –dijo Hermione con una actitud seria que se borró al instante ante la cara arrepentida del pelirrojo.
- Yo solo quiero saber...
- Igual que yo... –murmuro. Su acompañante la miro sin entender- Ron –dijo más calmada- tienes que entenderlo. No estoy muy segura de lo que siento por Harry –rió- y si yo no lo sé. ¿Cómo quieres que te explique algo que ni yo comprendo?
- Solo tienes que preguntarte: ¿Lo quieres? –dijo seriamente.
Hermione bajo la cabeza mirando sus manos sobre la mesa, notoriamente nerviosa. Aquella era una pregunta tan directa que no podía responderla. Le había estado dando muchas vueltas al asunto, pero jamás lo había planteado tan concreto. Tal vez por eso era que no lo entendía. Respiro profundamente, buscando en lo más hondo de su ser, la respuesta correcta.
- Yo...
- ¡Buenos días!
Ambos voltearon encontrándose con el alegre rostro de Sirius Black quien camino hasta ellos sentándose a la derecha de Hermione. La chica desvío la mirada un segundo recuperando la compostura. Ante la intromisión tan repentina un leve rubor se había formado sobre sus mejillas.
- Hola, Sirius –saludo Ron.
- ¿Qué haces aquí? –cuestiono Hermione, una vez que recupero el control de si.
- Vine a recoger a Harry.
- Creí que lo buscarían en la estación King Cross.
- Ese era el plan original. Pero, ya que Remus tuvo una leve recaída, él decidió quedarse en casa y yo quise venir por Harry. Y de paso hablar con Dumbledore.
- ¿Cómo está? –preguntó la joven.
- ¿Quién? –cuestionó el anímago, sin saber si se refería a Remus o a Dumbledore.
- El profesor Dumbledore –Sirius permaneció en silencio, su amplia sonrisa se borró al caer en cuenta de la situación, tan comprometedora- por favor, Sirius. Todos sabemos que algo extraño le sucede al director.
- Y nosotros sospechamos que es algo más que solo cansancio –completo Ron apoyando su cabeza en la mano izquierda, sobre la mesa.
- Ustedes tienen un sentido muy agudo para este tipo de cosas –comento el adulto con una débil sonrisa- serían muy buenos aurores. Pero, aún así la situación del director es algo que solo saben los profesores.
- Y tú –concreto Ron, con ironía.
- ¡Pues claro! –sonrío elegantemente- yo soy parte de la Orden –se puso de pie.
- ¿Él Está enfermo? –asaltó Hermione mirando a Sirius con una mezcla entre preocupación y tristeza- lo sé.
- ¿Cómo...?
- Mejor pregúntale a Harry –sonrío inocente.
- ¿Puedo pedirles un favor? –ambos asintieron- avisen a Harry que estoy aquí. Iré a ver a Dumbledore para pedirle permiso de usar una chimenea –dio media vuelta evadiendo las miradas confundidas de los mejores amigos de su ahijado.
- Bueno –suspiro la castaña poniéndose de pie- vayamos al vestíbulo.
- ¿Al vestíbulo? –repitió Ron siguiendo a la chica.
- Son casi las once. Si Harry no está ahí, seguramente está en camino –explico atravesando la puerta del comedor.
Dayton permanecía sentado en su cama observando a Scott correr de un lado para otro haciendo su equipaje. La idea tan loca que tenía su amigo, no le agradaba en lo absoluto. Pero tenía que reconocer que le estaba poniendo mucho entusiasmo a aquello y definitivamente no lo dejaría ir solo, a pesar de sus opiniones.
- ¿Había mencionado antes, que esto es una locura? –comento tranquilamente.
- ¡Listo! –exclamo haciendo caso omiso al comentario anterior- ya tengo todo lo que necesito –cerró una pequeña mochila que estaba sobre su cama- llevó ropa, comida, la varita, mi kit de pociones y la capa invisible.
- Se te olvido el material de investigador –opino en tono burlón. Scott levantó una ceja en actitud confusa.
- ¿Sigues con eso? Ya te dije que esto es algo serio –silencio- ¿ya empacaste?
- ¿Debo suponer que iré? –se puso de pie.
- Pues claro –dijo sorprendido colocándose la mochila en el hombro derecho- si Vrotdlem intenta atacarme de nuevo, te usaré como escudo –rió abandonando la habitación.
Dayton termino de acomodar su ropa en una mochila, cerrándola y colocándosela en el hombro. Levantó la vista mirando el dormitorio. La cama al frente de la suya era la de Tom. "Si realmente es Voldemort... estamos en grandes problemas" pensó abandonando la habitación. Tras su salida, una pequeña serpiente salió por debajo de la cama de Tom, atravesó el cuarto hasta llegar a la ventana, por donde salió rápidamente. Afuera, la nieve empezaba a caer. Durante el mes, el clima invernal había estado muy cambiante. La noche anterior no hubo nieve, solo brisas congelantes. Esa mañana había estado despejado pero ahora, pequeños copos de nieve volvían a llenar los alrededores de color blanco.
- ¿Qué estás haciendo aquí, Sirius? –el aludido volteo rápidamente ante la mención de su nombre encontrándose con la subdirectora del colegio que lucía apurada.
- Buenos días, profesora McGonagall –saludo cortésmente- ya veo que esta algo atareada.
- Si, dada la condición en que se encuentra Albus... –respiro- el trabajo se me está saliendo de control. Es bueno que ya sean vacaciones, así podré relajarme un par de semanas.
- Ánimo, usted es muy hábil para este tipo de cosas -sonrío. Caminando rumbo al despacho de la profesora.
- Gracias, Sirius. Pero no haz respondido a mi pregunta. ¿Todo está bien? –Sirius la miro un segundo. Comprendió que se refería al estado de Remus, debido a la luna llena del día anterior.
- Si, solo una pequeña recaída. Lo normal –explico tranquilamente- ¿cómo sigue el director?
- Remus me recomendó que no fuera pesimista, pero su estado... digamos que no es el mejor –miro a Sirius- cada día lo veo más débil.
- Es importante mantener la calma, Minerva.
- Lo sé –abrió la puerta de su despacho invitando al anímago a entrar- ¿te ofrezco un té?
- No, gracias. En realidad vine a recoger a Harry. Pensaba pedirle autorización al director para utilizar una chimenea.
- Claro, Sirius puedes utilizar la que gustes.
- Muchas gracias, me retiro entonces –abrió la puerta- por cierto, dele mis saludos a Dumbledore.
- Por supuesto –dijo sonriente. Sirius abandono el despacho.
Para las once y quince, las diligencias ya habían partido llevándose a Tom, Dayton y Scott. Ron y Hermione alcanzaron a Harry a tiempo, antes que abordará una de las diligencias. Ahora el trío esperaba en el gran comedor, al regreso de Sirius, que llegó cinco minutos después.
- Disculpen el retraso, estaba hablando con la profesora McGonagall –se excuso sonriendo.
- ¿Por qué no me avisaste que vendrías? –preguntó Harry con una sonrisa.
- Lo siento, fue una decisión de último momento –rió- a decir verdad es culpa de Remus. Estos últimos días se le han metido ideas muy locas a la cabeza –Harry lo miro extrañado- bueno, no importa. ¿Nos vamos?
- Claro –tomó su equipaje, permitiendo que su padrino lo encogiera.
- Usaremos está chimenea –informó acercándose a la chimenea señalada, al lado de la mesa de Ravenclaw.
Entraron a la chimenea. Sirius sacó una bolsita de polvos flu. Luego de las despedidas y el recordatorio de Ron a su amigo acerca de cumplir su promesa, a lo que Sirius los miro extrañado. En segundos fueron transportados a Fulldridge, donde Remus ya los esperaba sonriente sentado en la sala.
Harry examino la casa, asombrado. Lucía genial. Ya estaba decorada de acuerdo a la época, había un enorme árbol de Navidad que llegaba hasta el techo. Se respiraba un ambiente tranquilo. Aún más tranquilo que la primera que Harry estuvo ahí.
- ¡Guau! Es impresionante –alabó el más joven recorriendo la casa. A sus espaldas, Remus pidió a Sirius que subiera el equipaje del chico, mientras él preparaba el almuerzo.
- ¿Cómo haz estado? –preguntó Remus, una vez que Sirius abandono el primer piso. Harry se encontraba de pie frente a la ventana.
- Bien –respondió por inercia sin cambiar su postura, por un segundo creyó suponer a lo que se refería el adulto, pero prefirió no sacar conclusiones. Remus llegó a su lado.
- Me refiero a los sueños.
- Remus, no te molestes pero estoy algo cansado –dijo rápidamente evadiendo el tema que, ya suponía, el licántropo querría saber. Sonrío fingidamente ante la mirada calculadora del hombre.
- Lo entiendo –puso una mano sobre su hombro- ve a descansar, más tarde hablaremos -Harry asintió con la cabeza, dio media vuelta caminando hacia la escalera- Harry –se detuvo- ¿no quieres comer?
- Más tarde –tras lo cual desapareció de su vista. Remus suspiro con preocupación y cansancio.
Permaneció de pie frente a su ventana unos minutos. Había logrado evadir lo que serían constantes preguntas de Remus pero, tal vez ya sería momento de ensayar la respuesta que le daría a él y a su padrino.
Dio media vuelta encontrando su equipaje ya instalado en la habitación, seguramente Sirius lo había hecho. Sonrío amargamente sentándose en su cama. Respiro hondo tirándose sobre el edredón con la vista al techo.
Todos sus sueños se basaban en una enorme casa. Una mansión pérdida en un bosque, aún más profundo que el bosque prohibido. Veía personas muertas, no alcanzaba a distinguir sus rostros pero tenía la sensación de conocer a dos de ellos. También podía ver a un chico de su edad que...
Una repentina punzada de dolor en su cicatriz lo obligó a alejar aquellos pensamientos de su mente. Todo era muy confuso, tal vez si lo comentaba con sus tutores, ellos podrían ayudarlo, tal vez explicarían esos sueños. ¿Eran exactamente sueños?
Dio un profundo bostezo sintiendo que el cansancio lo vencía. Dentro de un par de días sería Navidad. No quería importunar a los adultos con problemas antes de Noche Buena. Hablaría con ellos una vez que pasarán las fiestas. Sonrío para si mismo con lo que cayó profundamente dormido.
Luego de exhaustivas horas de camino. Atravesando bosques y pequeños poblados. Dayton y Scott habían hecho todo lo posible por seguirle el paso a Tom quien parecía estar perdido. Daba vueltas por todos los rincones, como si buscara algo. Pero finalmente había llegado a su destino. Una enorme mansión escondida en las profundidades de un enorme bosque aún más tenebroso que el bosque prohibido de Hogwarts.
La mansión tenía un número incontable de habitaciones, pero su apariencia era bastante tétrica. Tom ingreso al lugar siendo recibido por un par de hombres encapuchados que lo saludaron con una reverencia, mientras los chicos se ocultaban tras unos arbustos.
Dayton miro pensativo a su amigo, mientras éste sacaba la capa de invisibilidad de su mochila.
- Scott, si realmente ese tipo es Voldemort… nos estamos metiendo en la boca del lobo –comento ligeramente asustado.
- Lo sé, por eso ten lista la varita –dijo sin mirar a su interlocutor.
- Scott –detuvo con un brazo al chico antes que se levantará- esto no es un juego, ningún mago experto a derrotado a Voldemort y aunque seas muy bueno en duelos, no creo que…
- Bueno, pero aquí y ahora somos dos expertos en duelo –interrumpió mirando en todas direcciones asegurándose que nadie los seguía- además, solo buscamos respuestas. No llamaremos a la puerta pidiendo un duelo contra él –comento mostrando su típica sonrisa burlona.
Dayton asintió, no muy seguro de la situación. Tras lo cual, se adentraron en la mansión acompañados por el silencio del oscuro lugar, y de lamentos que se perdían con el viento.
Tom llegó a su habitación, sentándose en su escritorio. Sacó de entre sus ropas un medallón. Era grande y dorado. Todo el borde tenía signos extraños, parecía un mensaje. En el centro era de color plateado, tenía el símbolo del Ying Yang rodeado por una estrella de seis puntas. En cada una de éstas tenía símbolos diferentes.
Sonrío triunfante cerrando los ojos, confiado. De pronto, una tormenta se desató, golpeando con fuerza los alrededores de la mansión. Fuertes vientos movían las copas de los árboles, silbando con horror. Casi instantáneamente, todo terminó. Un silencio abrumador lleno cada rincón de la zona.
- Pronto, muy pronto… -resonó por toda la mansión, con fuerza y terror.
Continuar
Notas de la autora: OK. Suspenso, la cosa se pone cada vez más fea... Vrotdlem en medio de un asunto muy delicado. Harry y Hermione... como notarán cada vez los veremos más juntitos. Por otra parte, me da gusto haber publicado tan pronto - Quiero consentirlos porque tal vez publique dos historias más y tengo que aprovechar todo el tiempo posible, aunado a que ya me llegaron mis vacaciones como niñera.
Ahora si a lo importante, y fuente indispensable para la creación de está historia: ¡¡Los reviews!! D
Sacralo: Muchas gracias por tu apoyo - y me da gusto que te haya gustado el capítulo. Espero que sigas de cerca la historia, ya estamos cerca del final. Besos y cuídate )
Monik: Exacto, tarde o temprano Harry tendrá que tomar su decisión. De hecho será en el próximo capítulo, Tom insistirá con un argumento que Harry no podrá rehuir, ello cambiará su vida por completo. ¿Te imaginas si logran revivir a James y Lily? No te preocupes, yo espero que quienes me dejan review expresen sus opiniones. Cierto los malentendidos siempre afectan, pero como todo tiene su razón de ser... ya veremos que pasa entre Draco y Malin. A cada momento Dumbledore empeora ¿crees que sobreviva? Hermione no se queda atrás, y en el capítulo 13 llegará el 'desenlace' a su enfermedad. Espero no haber tardado tanto en la actualización, ¿tú que opinas? Gracias y cuídate )
Sandokan: Paciencia, paciencia pronto descubriremos quien se esconde tras el nombre de Tom Vrotdlem. Uyy, sobre lo del dormitorio, no estoy muy segura... pero es un hecho que Harry y Hermione se volverán más unidos. Ya veremos que pasa. Besos )
Grim Black: Ánimo sigue leyendo para que te enteres de todo lo que es necesario Gracias por tus comentarios, cuídate )
Nelly Esp: ¡Me alegra tenerte por acá de nuevo! Siempre dejó con dudas al final de los capítulos ¿no? Esa es la idea... OK, comencemos: desafortunadamente Dumbledore y Hermione tendrán que seguir sufriendo otro rato con la enfermedad, por ahora no van a encontrar la solución, pero ya veremos que pasa. Tal vez sobrevivan, tal vez no... Efectivamente, Harry a cada momento duda más de la 'confianza' con Tom, pero no puede evitar el interés en revivir a sus padres. Ron se nos anda separando un poco por su asunto con Vannesa... aún así siempre apoyará a su mejor amigo, casi hermano ) Creo que está vez no me tardé tanto en actualizar ¿no crees? - Me alegra que hayas concluido tu servicio como niñera, ya ves yo sigo en eso pero ya me dieron mis vacaciones de dos semanas. Besos y cuídate -
Lizzyblack: El asunto entre los Merodeadores, las llaves y aquella linda canción son parte fundamental en la trama. Ya veremos más sobre eso, por supuesto también sobre aquel 'ser' que entró al cuarto de Harry. Gracias por tu apoyo, siempre me esmeró con mis historias y espero seguir así. Besos )
Eso es todo por ahora, muchas gracias a los que se molestaron en dejarme su opinión. No se olviden de los review, siempre son una buena fuente de aliento y apoyo para continuar )
Besos y nos vemos en el próximo capítulo.
Su amiga,
Andy Yogima.
