Harry Potter and The Legacy of Past
Por: Andy Yogima.
Capítulo 13. Decisiones.
Las vacaciones marchaban a paso rápido. En casa; Harry, Remus y Sirius se preparaban para la cena de Navidad. Esa mañana cada uno había colocado sus regalos bajo el árbol navideño, prometiendo abrirlos después de la cena, mientras los adultos habían insinuado incontables veces a Harry el tema de sus sueños, pero el joven ya había tomado la decisión de hablar con ellos después de Navidad. Sirius daba los últimos 'toques navideños' a la casa, Remus preparaba la comida mientras Harry enviaba los regalos correspondientes a sus amigos, muy temprano había ayudado en la preparación de la celebración para tener tiempo de enviar los obsequios. De momento se sorprendió a si mismo enviando un regalo para Draco. Sonrío pensando que ese hecho le daría mucho gusto a Hermione.
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El gran comedor se encontraba casi vacío. La mayoría de los estudiantes habían salido para pasar las vacaciones con sus familiares. En la mesa de profesores, el director seguía haciendo gala con su ausencia, así como la mitad del personal docente. Los pocos estudiantes presentes compartían una sola mesa. Hermione, Vannesa y Draco se encontraban en una de las esquinas, junto con los otros Gryffindor. Los de Hufflepuff y Ravenclaw estaban juntos al centro, y finalmente los Slytherin se hallaban al lado opuesto de los leones. Malin miraba al rubio junto a Hermione, con algo de tristeza.
-…así que Harry regresará una semana antes que terminen las vacaciones –la castaña termino su explicación dando un sorbo a su jugo.
-¡Buenos días!
-Buenos días, Ron –saludo la joven al recién llegado quien lucía su típico suéter Weasley. Corroborando que su demora se debía a los regalos de Navidad que ya había destapado.
-Feliz Navidad –sonrío Vannesa.
-Felicidades –dijo Draco con una sencilla sonrisa.
-Igualmente –dijo algo apenado sentándose al lado de Vannesa- por cierto, gracias por los obsequios –expreso mirando significativamente a cada uno. Las chicas respondieron con un 'de nada', mientras Draco se limito a asentir con la cabeza.
-Bueno –Vannesa rompió el súbito silencio que se había formado- yo tengo que irme –tomó un par de galletas poniéndose de pie- quiero hacer mi tarea lo más pronto posible.
-Yo iré contigo –soltó el pelirrojo- digo, si necesitas ayuda –Vannesa sonrío.
-Claro –salieron del gran comedor. Vannesa sonriendo normalmente con un Ron ligeramente ruborizado que caminaba algo torpe.
-Así que Ron…
-Ni lo digas –interrumpió Hermione reprimiendo la risa- es un hecho –ambos sonrieron.
-¿Cómo te sientes? –preguntó el rubio cambiando su actitud, a una más seria.
-No muy bien –sincero mirando la mesa, con una leve sonrisa triste- yo… -suspiro- cada vez me siento peor… me es difícil levantarme por las mañanas, siempre tengo sueño, me siento débil. Los síntomas han empeorado… temo lo que pueda pasar cuando esto llegue a su fin…
-¿Cómo te ves sin el encantamiento?
-Mal. Me veo pálida –rió con ironía- si no respirara seguramente me vería como un muerto.
-Tal vez ya sea momento de buscar ayuda –propuso tratando de sonreír.
-Le dije a Sirius que preguntará a Harry sobre mi 'situación'. Es muy probable que dentro de unos días ellos se presenten para llevarme a San Mungo, o algo así –cerró los ojos débilmente.
-¿Quieres ir a dormir un rato? –Draco se puso de pie. Hermione lo siguió.
Al salir del comedor, Draco sujetaba a la chica por la cintura, caminando a paso lento. Al fondo del salón, Malin miraba a Hermione notoriamente molesta, arrojo los cubiertos bruscamente en su plato, se puso de pie y siguió a la pareja. Pero al llegar al corredor los perdió de vista, golpeo ligeramente la pared más cercana, con un par de lágrimas corriendo por su rostro.
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Días y días acampando a las afueras del castillo, turnándose para vigilar durante la noche. Ambos sabían que el momento de partir estaba próximo, ya que el alimento escaseaba y su presencia ahí, se hacia cada vez más propensa a ser descubierta.
-Algo así –dejó la pluma, mostrando un pedazo de pergamino a su compañero. En el, había un dibujo. Era la figura de un medallón circular, en la orilla tenía un escrito en una lengua extraña. Al centro lucía una estrella de seis puntas, en cada una había seis figuras diferentes y en el centro de la estrella el símbolo del ying-yang- así es el medallón que tenía en las manos…
-¿Él te vio? –interrumpió sin prestar atención al bosquejo.
-No, Dayton –murmuro en tono cansado- él tenía éste medallón en las manos y dijo: "con esto lo lograremos".
-Bien, supongo que ya tienes lo que buscabas. ¿Podemos irnos? –dijo mirando las nubes negras sobre el castillo, amenazando con lluvia.
Scott siguió mirando su dibujo haciendo caso omiso al último comentario de Dayton. De pronto un ave negra salió de una de las ventanas, en la parte más alta del castillo. Llevaba en su pata derecha una nota enrollada. Scott se puso de pie, siguiendo al ave con la mirada.
-Va con el novato –afirmo con seriedad.
-¿De qué hablas?
-Esa nota es para el novato –repitió con un dejo de impaciencia recogiendo sus pertenencias en el morral- sé que es para él.
-No querrás que la sigamos, ¿verdad? –cuestionó, temeroso de que su amigo quisiera seguir al ave.
-No, pero debemos volver a Hogwarts –dijo rápidamente acomodando la mochila en su espalda- ¿seguro que no conoces el medallón?
-No tengo idea –musito recogiendo su mochila.
-Bien, entonces volvamos al colegio. Creo que ya es tiempo de pedir apoyo.
Dayton lo miro no muy convencido. Se abstuvo de decir una sola palabra, se coloco la mochila y siguió a Scott. Hacia mucho tiempo que lo conocía y desde ese día hasta el actual nunca había cambiado, por eso sabía que discutir sería en vano. Seguía teniendo aquel temperamento y esa terca curiosidad por descubrirlo todo. ¿De dónde había surgido? De su hermano menor, Bryan, un chico muy parecido a Harry Potter que desafortunadamente había muerto hacia ya varios años, a pesar de los esfuerzos de Scott por salvarlo…todo fue inútil.
Poco después de la muerte de Bryan, Scott se había vuelto más reservado pero poco a poco y gracias al apoyo brindado por Dayton el chico se había repuesto con una nueva 'cualidad': esa extraña necesidad de proteger personas. Ahora era el caso de Potter a quien viendo como un recuerdo de su hermano se sentía en la obligación de ayudarlo.
Y como se lo había prometido a si mismo justo en el momento de la muerte de Bryan, Dayton apoyaría siempre a Scott no importando que tan descabellada fuese su idea. Y ahí estaba ahora, apoyando a su mejor amigo en una 'aventura' que podría costarles la vida. Claro que por otra parte se sentía en obligación de acompañar a Scott dado su temperamento compulsivo. Él tenía que estar presente para hacer entrar en razón a Scott y que no cometiera una locura demasiado grande.
Eran muy unidos, y en medio de sus aventuras habían experimentado y aprendido en sobremanera, cientos de conjuros, estrategias y demás habilidades, algunas bajo la tutoría de algún mago experimentado, otras por ellos mismos, la mayoría gracias a libros muy antiguos. De ahí que su nivel académico fuese tan elevado.
Ahora todas esas habilidades les eran de suma utilidad y esperaban que siguiera siendo así.
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-¿Mejor? –preguntó sonriente, luego de arropar a Hermione, sentándose al pie de la cama.
-Gracias –susurro sonriendo débilmente.
-Duerme, me quedaré contigo hasta que te hayas dormido –dijo tranquilamente.
-No se si pueda dormir –musito- ya me da miedo, temo que no vuelva a despertar…
-Todo estará bien –sonrío acercándose para acariciar su cabello- lo prometo.
-Gracias, Draco –susurro- de verdad, gracias por todo lo que haz hecho por mí –el rubio se inclino depositando un suave beso sobre su frente.
-Tranquila…
Asintió sonriente. Luego de unos minutos, en contra de su total voluntad, cayó profundamente dormida. Draco la miro con ternura y beso su mano antes de abandonar la habitación. Bajo las escaleras admirando la sala común de Gryffindor, que comparada con la de Slytherin, tenía un extraño calor de hogar. Dio gracias mentalmente porque estaba vacía, de lo contrario lo habrían echado a patadas. ¿Una serpiente en territorio Gryffindor? Sonrío con ironía abandonando el lugar, nunca creyó vivir lo suficiente para ver ese día.
Caminaba tranquilamente rumbo a la sala común. No encontró a nadie durante el trayecto. La escuela había estado muy solitaria durante el período vacacional, aunque de hecho había estado así lo que llevaban del año. Silencioso, más oscuro de lo habitual, solo. Vacío. Lo extraño era que no había profesores. Llegó a su sala común, encontrándola en el mismo estado que el resto del colegio. Se sentó frente a la chimenea.
-Draco…
-Malin –dijo girando a su derecha, la joven ya se encontraba sentada a su lado. Se veía triste- ¿qué ocurre?
-Yo… -agachó la cabeza- te vi con Granger en el comedor y luego, te fuiste con ella… -susurro sintiendo crecer dentro de si la horrible necesidad de llorar.
-Ya te había explicado mi situación con Hermione –dijo mirando el fuego- ahora, ella es una persona muy importante para mí y…
-¡No digas eso! –estallo ocultando el rostro entre sus manos- por favor… ¿qué acaso no lo entiendes? –lloro en silencio. Draco la miro fijamente sin mostrar expresión alguna en su pálido rostro- yo… tú… Draco… me gustas mucho –dijo entrecortadamente sintiendo un ligero rubor en las mejillas- pero… creo que… a ti te gusta Granger, ¿cierto?
El rubio no respondió, miro al suelo analizando la situación. En realidad no sentía que le gustase Hermione, al contrario, la veía como la hermana que nunca tuvo. Miro a Malin, apenas la conocía, no entendía como podía 'sentir' eso si ni siquiera se conocían. Apenas y eran compañeros de casa, ni amigos, ni nada. Se sintió un tanto molesto de momento, al imaginar que ella, como otras chicas, buscaba su dinero, título o… pero no lo creyó. No de Malin. Ella era una niña, no podía tener esa clase de ideas. Sonrío pensando que tal vez solo era una ilusión, algo así como su amor platónico.
-Malin, debes analizar bien está situación –puso una mano sobre su hombro sorprendiendo a la chica que dio un leve respingo- apenas nos conocemos y, bueno, no creo que estés segura de tus sentimientos –Malin levanto la cabeza dispuesta a discutir ese argumento pero Draco la interrumpió- y aunque tú estés segura de lo que sientes, yo no. Yo no puedo enamorarme tan pronto…
-Pero si de Granger –interrumpió tajante encarando al chico.
-Hermione –se puso de pie- es un asunto totalmente diferente.
-Pero…
-Buenas noches, Malin –abandono el cuarto dirigiéndose a su habitación.
La chica permaneció sentada, con las palabras de Draco dando vueltas en su cabeza. Tenía razón, realmente no se conocían. Ella acababa de entrar a Hogwarts y Draco estaba concluyendo su séptimo año, el próximo curso ya no lo vería. Respingo bruscamente sin poder retener las lágrimas, aunque él tuviese razón no dejaba de ser doloroso. Y más aún, pensar que Hermione Granger podía estar con el rubio todo el tiempo que quisiera. "Ella es muy afortunada" pensó girando su vista hacia la ventana confirmando la última frase dicha por Draco. Ya había anochecido.
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Finalmente había llegado la hora. Terminada la cena, y la amena plática sobre la juventud de los Merodeadores, Sirius, Remus y Harry se encontraban al pie del árbol navideño. Los adultos ya habían abierto sus regalos: dulces, chocolates, ropa y libros entre otros artículos fue lo que recibieron. Harry había recibido un grueso libro por parte de Hermione; dulces de Ron. Ginny le envío una bufanda tejida por ella misma, los gemelos Weasley seguían abasteciendo a su 'patrocinador', con variados artículos de su tienda. Solo quedaban cuatro regalos, uno de sus tutores, otro de los señores Weasley, uno más de Draco y un paquete pequeño envuelto muy rústicamente y sin nota.
-¿De quién es este? –pregunto Remus tomando el último paquete.
-No lo sé –acepto el menor dejando de lado el resto de los obsequios.
-Ábrelo –animo su padrino- regalos como ese son los interesantes –y muy a pesar del entusiasmo por el presente. Remus se mostraba dudoso, recibir un regalo de ese tipo en los tiempos en que vivían podía ser peligroso.
-¡Sirius, Remus! –un grito a espaldas del trío rompió el ambiente de misterio que se había formado.
-¿Minerva? –musito Remus acercándose a la chimenea donde la cabeza de la subdirectora de Hogwarts lucía más agitada que de costumbre, tras él Sirius se inclino acudiendo al llamado. Un poco más alejado, Harry se acerco aún con el paquete en sus manos- ¿qué ocurre, Minerva? –pidió el licántropo.
-Es… se trata de Albus –dijo nerviosamente- él me pidió que los llamará. Es importante, no se encuentra muy bien.
-Estaremos ahí enseguida –intervino Sirius. McGonagall asintió desapareciendo con un 'plop'. Giraron para salir, chocando con Harry quien los miraba en silencio- Harry, nosotros…
-No se preocupen –interrumpió- lo entiendo. Después de todo, a Dumbledore le ocurre lo mismo que a Hermione –aquellas palabras provocaron un shock en la mente de Sirius, confundiendo al licántropo.
-¡Es cierto! –exclamó- Hermione me dijo que tú explicarías esa situación –Harry asintió respirando profundamente.
-Hermione tiene la misma enfermedad que Dumbledore –resumió, lo ya obvio.
-¿Estás seguro? –pidió Remus no muy convencido del veredicto.
-Si. Ella tiene mareos, le duele el cuerpo, la cabeza. Se siente cansada y parece que la vida se le escapa a cada respiro, ¿no es eso lo que le pasa a Dumbledore? –ambos asintieron.
-No lo entiendo. Ella se ve muy saludable –comento Sirius.
-Ha estado usando un hechizo avanzado de camuflaje durante lo que va del año.
-¿Cómo ocurrió? –interrogó Remus con preocupación, sintiéndose con más dudas que antes.
-Esa es una historia aún más larga –evadió no muy seguro de revelar el hecho de que Voldemort estaba cerca- ocurrió durante las vacaciones. Se los contaré más detalladamente cuando regresen.
-Creo que sería mejor que vinieras con nosotros –propuso el licántropo notando el dejo de nerviosismo en la voz del ojiverde.
-No gracias, prefiero quedarme –sonrió inocente.
-De acuerdo, pero te llamaremos más tarde –dijo Sirius caminando hacia la chimenea. Igualmente estaba preocupado por la actitud de Harry pero no servía de nada que trataran de hablar en ese momento. Estaban perdiendo el tiempo. Dumbledore pedía que se presentaran pronto y Harry no cedería tan fácilmente.
Salieron rumbo a Hogwarts vía red flu. Harry se acerco al árbol a paso lánguido, coloco el paquete sobre la mesa de centro mirándolo como si se tratara de una bomba. Lo reviso cuidadosamente: no tenía nota, ni firma o algún símbolo que indicara su procedencia. Lentamente lo destapo, la envoltura era sencilla pero no se comparaba con el regalo. Era una caja de plata, con diseños por todo el contorno. Encontró una llave plateada del tamaño de su dedo pulgar y una nota:
"A James y Lily les hubiera gustado que entraras allí y conocieras su pasado. Feliz Navidad."
Haciendo uso de la llave plateada, abrió la caja revelando su contenido. Algo que lo dejo atónito. Dentro se encontraban dos llaves doradas idénticas a la que él tenía, la de su padre. Una tenía una "L" y la otra una "P". Instintivamente sintió la necesidad de conocer a la persona que le había enviado las llaves. ¿Quién podía tener las llaves de su madre y de… Peter Pettigrew? Sacó la cadena que colgaba de su cuello, oculta bajo su ropa. Tenía tres llaves doradas, una tenía la "J" otra la "S" y otra la "R", miro con nostalgia las últimas dos.
Durante su estancia en esa casa había tomado "prestadas" esas llaves a Sirius y Remus respectivamente. Lo único que quería era conocer el interior de la habitación de los Merodeadores, luego devolvería las llaves a sus respectivos dueños, ellos no se enterarían y no habría 'heridos'. Miro las llaves dentro de la caja. Ahora tenía las cinco necesarias. Se arrepintió de no haber aceptado la propuesta de Remus sobre ir a Hogwarts. Necesitaba ir, y conocer… miro la nota, conocer el pasado de sus padres.
Se puso de pie, camino hasta la chimenea, tomó los polvos flu y… repentinamente un ave negra llegó, golpeando con fuerza la ventana de la sala. Se dirigió a ella a paso lento, abrió la ventana y tomó la carta que traía, tras lo cual emprendió el vuelo de regreso.
Harry Potter:
El hechizo debe cerrarse el último día de este año, pero debemos empezar los
preparativos mañana. Debes llegar hoy a mi casa o no podremos realizar
nada.
Recuerda, está podría ser la única oportunidad en años, no lo eches a perder.
Si no llegas a las doce daré esto por perdido.
Tom Vrotdlem
P.D. Conectaré nuestras chimeneas a las doce en punto.
Camino inconscientemente hacia la chimenea. Miro las cinco llaves, ahora juntas en su cadena. Miro la carta de Tom. ¿Qué hacer?
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Todo a su alrededor eran casi penumbras. Permanecía sentado en su silla desde hacia varias horas, analizando su propio estado de salud y las posibles soluciones. Respiro profundamente. Ya había encontrando un remedio que, posiblemente lo ayudaría, pero era muy arriesgado, laborioso y con menos del 20 de posibilidades de sobrevivir. Levanto la varita apuntando a la puerta. Un destello la inundó con un 'click' indicando que la única salida y entrada a su despacho había sido clausurada.
A pesar de que había mandado llamar a Sirius y Remus, ya no podía esperarlos más; tenía intenciones de advertir a los tutores de Harry Potter sobre el peligro que corría el chico, pero ya era tarde. Si dejaba pasar un segundo más, las posibilidades de sobrevivir serían cada vez menores.
Su fiel mascota, Fawkes, emitió un chillido rompiendo el silencio, tras lo cual se incendió para renacer segundos después, de entre sus cenizas. Tomó el sombrero seleccionador, se veía como si lo hubiesen quemado. Volvió a colocarlo sobre el escritorio poniendo una mano sobre el. Un leve brillo salió del centro. Cerró los ojos recargándose en el respaldo. Había llegado la hora.
-Lo sé, amigo mío, lo sé… -Albus Dumbledore emitió una poderosa luz de su propio cuerpo, comenzando un hechizo con el que probablemente podría salvar su vida… y la de Harry Potter.
Una pequeña nota, salida del propio sombrero, descansaba sobre el escritorio, con una sencilla frase impresa. Una frase que revelaba todo lo que estaba ocurriendo en el colegio.
"Voldemort está en Hogwarts"
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Sirius y Remus llegaron al despacho de McGonagall donde ya se encontraba Snape de pie junto a la ventana, mostrándose impasible ante la presencia de los Merodeadores.
-¿Qué ocurre? –preguntó Remus tratando de mantener la calma.
-Albus… bueno, no sabemos que le pasa –hablo la profesora- no está muerto, sé que no está muerto pero…
-Hace más de una hora estuve hablando con él –intervino Snape sin apartar la vista de la ventana- lo último que menciono fue que el señor Oscuro había obtenido el Medallón Tec, luego de eso me pidió que saliera del despacho. Desde ese momento el lugar ha quedado sellado. Nada ni nadie puede entrar, ni él salir –explico. Miro alternadamente al anímago y su compañero quienes permanecieron en silencio analizando la situación.
-Hasta donde yo sabía –hablo finalmente Remus- el Medallón Tec estaba en posesión de Albus –Minerva asintió- pero entonces ¿cómo…?
-Estando tan débil. Quien-tu-sabes pudo quitarle el medallón fácilmente. Las barreras que protegen Hogwarts se han ido debilitando junto con el estado de Albus. Cualquier persona podría entrar al castillo en cualquier momento sin que nos percatáramos de su presencia –comento.
-Al menos ahora sabemos quien le provoco esa enfermedad al director –musito Sirius cruzando los brazos.
-Supongo que también él es el responsable de la enfermedad de Hermione –hablo Remus. Snape y McGonagall lo miraron extrañados, mientras los otros dos intercambiaron una mirada nerviosa.
-Harry dijo que ella obtuvo su enfermedad durante vacaciones –recordó Sirius- eso significa que…
-Voldemort la atacó en ese lapso de tiempo –completo Remus- Harry lo sabía, pero no quiso decirlo.
Pidiendo autorización a Minerva para el uso de una chimenea, salieron corriendo hacia el cuarto contiguo con la preocupación latente en sus ojos. Remus, naturalmente era el más calmado pero Sirius estaba que echaba fuego por los ojos, en parte por preocupación y algo de molestia al notar la mentira de Harry.
-¿Por qué lo oculto? –musito entre dientes.
-Para no preocuparnos –respondió Remus tratando de aligerar la furia que irradiaba el anímago. Arrojó un puñado de polvos flu al interior de la chimenea- ¡¡¡Fulldridge!!! –grito impaciente.
En un torbellino de luces y colores, fueron transportados de vuelta a casa. Miraron en todas direcciones registrando la casa en segundos en busca de Harry, pero ya era demasiado tarde, él ya había tomado una decisión. Quizá la más importante de su vida: sus padres.
Continuar
Notas de la autora: Ok, ¡volví! Para todos los que creyeron lo contrario, aquí estoy. Con el capítulo 13, todas mis historias actualizadas y un nuevo fic D De antemano una disculpa por el retraso, hubo causas fuera de mi control que me obligaron a alejarme de la pc por más de un mes, procuraré que no vuelva a ocurrir y mantendré un ritmo constante de actualización.
Por cierto, con el problema de mi pc todas las direcciones de msn que tenía fueron, obviamente, borradas. Así que les pido, si no es mucha molestia, a todas las personas que me dieron su msn espero pueden mandármelo de nuevo, y a a los que no estaban, también. Me gustaría tener más personas con quienes charlar P
Espero sus comentarios con relación a este cap, ya saben son bien recibidas las opiniones, quejas, sugerencias, amenazas, etc. Ya andamos cerca del final, como 4 o 5 capítulo más…
Respondo a los reviews:
Monik: Hermione es un lió en cuanto a sus sentimientos, pero ya vemos que tiene mil y un asuntos en su cabeza creo que eso no ayuda mucho. Espero que esa mala experiencia que pasaste haya terminado bien y te ayudara a crecer ) Y bueno, Harry ha dado su respuesta sin decir nada a nadie, ya veremos que pasa. Sobre la seguridad de Dumbledore, no garantizo nada ya ves que él le está echando muchas ganas pero contra el destino nadie puede. Todas le echamos porras a Draco, tiene que lograrlo P Muchas gracias por tus comentarios siempre son muy útiles sobre todo cuando la computadora se revela -- pero, en fin yo también me doy ánimos. Por cierto, me halaga mucho que te definas como 'fiel lectora', no sabes el gusto que me dio leer eso. Besos y cuídate -
Nelly Esp: Finalmente Harry dijo: "no, yo no confío en nadie y punto" a que es necio el niño, ya veremos si no se mete en más problemas. Efectivamente aquella mansión es de los Riddle. Sobre el medallón, pues no, no tiene relación con la enfermedad de Dumbledore, más bien se relaciona con esa loca encrucijada a Azkaban (no se si te acuerdes, fue al principio del fic). Por ahora, la cabeza de Harry está más centrada en sus padres y ya que Voldemort no ha dado 'indicios' de andar cerca pues nadie le pone mucha atención, ji, ji. Gracias por tus comentarios, espero seguir viéndote por acá. Besos y cuídate )
OK, haré todo lo posible por no demorarme para el cap 14. Besos.
Su amiga,
Andy Yogima.
