Harry Potter and The Legacy of Past
Por: Andy Yogima
Capítulo 15. El Legado Potter
Abrió lentamente los ojos. Se sentía cansado y con un ligero dolor en todo el cuerpo. ¿Qué había pasado? ¿Dónde estaba? Giro ligeramente la cabeza mirando a su alrededor. Se encontraba recostado en una cama individual, muy parecida a las que había en Hogwarts, las cortinas estaban abiertas permitiéndole visualizar la habitación.
Era amplia, tenía un techo mágico como el del gran comedor, había un escritorio y un armario. Las cortinas de los ventanales estaban cerradas, había un tocador, un librero pequeño. En la cabecera estaba impreso el escudo de Gryffindor. Se incorporó lentamente, al lado de la cama había un buró, sobre el una foto mágica de… ¡James y Lily!
Se levantó de un salto, tomó la foto y trato de recordar que había pasado. Lo único que podía enfocar era la casa de Tom, él… él se había transformado en… Voldemort. Recordó haber utilizado un hechizo anti-disfraz que había aprendido en las clases de Remus. Luego se quedó inconsciente y… ahora estaba… en un lugar desconocido.
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Corría lo más rápido que le daban las piernas. Subía y bajaba escalones desesperadamente. Se sentía débil. Si alguna vez había odiado tener esa enfermedad, éste era el momento. Cruzó el último pasillo viendo la puerta del fondo cerrarse. Llegó a ella y sin tocar abrió bruscamente. Seis pares de ojos se posaron en ella, automáticamente.
-Hermione –Draco fue el primero en reaccionar, seguido por Ron, se acercaron a la chica ayudándole a entrar, se veía pálida y alarmantemente débil -Dayton y Scott le acercaron un pequeño sofá. Sirius permaneció sentando mientras Remus traía un poco de agua.
-Gracias –susurro tomando un poco del líquido, lo máximo que su cuerpo puedo aceptar.
-¿Qué te ocurrió? –pidió el rubio, la perplejidad clara en su rostro.
-¿Te sientes bien? –hablo Remus, igualmente asombrado.
-¿Qué paso en tu habitación? –dijo Sirius.
-¿Cómo saliste? –preguntó Ron. Hermione hizo un ademán con la mano para pedir silencio.
-Imagino que todos los presentes ya saben sobre mi enfermedad –Dayton y Scott asintieron por todos- bien. Hace más de un día, cuando estaba en mi habitación, la puerta se selló. Hace unas horas, cuando desperté, tenía la apariencia de un fantasma y recibí una carta que me indico buscar a Harry.
-¿Fue Vrotdlem? –intervino Scott, demasiado receloso de aquel chico como para pensar en alguien más.
-No, pero me decía que Harry estaba en problemas –continuo sin entender el porque de la interrupción- llegue a una mansión. Una gran luz blanca salió de una de las habitaciones en la parte más alta. Subí y allí estaba… –miro a Sirius y Remus- …Voldemort –un silencio sepulcral se hizo presente antes de que alguien recuperara el sentido.
-¿Harry estaba ahí? –cuestiono Sirius temiendo la respuesta.
-Un hombre encapuchado lo estaba recogiendo del suelo, inconsciente –explico Hermione- ese hombre me pidió que me acercara a ellos. Me mostró una pelota que usamos como traslador. Voldemort seguía segado por la luz plateada.
-¿Reconociste al encapuchado? –dijo Scott.
-No. Llegamos a un bosque, varios metros lejos del castillo. El hombre me explico que él cuidaría de Harry, y que era el responsable de mi estado fantasmal: separo mi alma de mi cuerpo para que pudiera llegar rápidamente a la mansión. Luego me dio la pelota-traslador me dijo que sería transportada a mi habitación en Hogwarts, una vez en el castillo mi alma regreso a su lugar –respiro mirando a sus acompañantes- ese hombre me pidió que les diera un mensaje –miro a los adultos- dijo que con eso encontraríamos a Harry.
-¿Cuál es el mensaje? –pidió Remus tranquilamente.
-"Harry tiene las cinco llaves".
Hermione miro unos segundos a Remus, luego a Sirius esperando que alguno interpretara el mensaje. Repentinamente los adultos se miraron extrañados, tras lo cual salieron corriendo. Llenos de curiosidad los cinco jóvenes los siguieron.
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TOC, TOC
Dejo de mirar la fotografía de sus padres ante el sonido de la puerta. Se giro rápidamente suponiendo que vería a la persona que lo había salvado. Estuvo a punto de decir: 'pase', pero fue interrumpido al ver que abrían la puerta. Ingresó a la habitación un hombre casi calvo, de baja estatura y piel clara, mantuvo la cabeza agachada unos segundos, levantado la mirada lentamente, miro a Harry con inmensa tristeza portando una pequeña caja dorada con piedras de colores decorándola.
-Tú… -dijo Harry, temeroso. De un rápido movimiento tomó su varita apuntando al hombre- Pettigrew… -miro al mago fijamente sintiendo el odio hacia él corriendo por todo su cuerpo. Sostuvo la varita con fuerza logrando que la punta se llenara de una luz blanca.
-Perdóname… -susurro bajando la mirada. Lentamente abrió la caja que traía en sus manos. Una tenue luz salió de ella acompañada por una dulce melodía. Una pequeña estrella llena de colores flotó en el interior de la caja, girando al compás de la melodía.
"Nunca estarás solo…
Lo prometo
Soy capaz de romper cualquier
Barrera por ver tu felicidad
Sonríe, levántate y no te des
Por vencido.
Que yo estaré siempre a tu
Lado…
Velando tus sueños…
Cuidando tus pasos…
A tu lado, siempre…"
-Esa canción… -Harry reconoció la melodía como la que había estado escuchando durante el ciclo escolar- pero… como…
-Era de Lily –acarició la caja cerrándola con una mirada de suma tristeza- antes era una caja muggle, pero James la hechizó para que tuviera la estrella- dio un par de pasos hacia Harry- luego hizo otro hechizo para grabar la voz de Lily cuando te cantaba para dormir –llegó frente al ojiverde extendiendo la caja, algo inseguro- es tuya –Harry tomó la pieza, no muy convencido- al igual que todo lo que ves en está habitación.
Sin saber cómo o porqué, Harry sintió que el odio hacia el Pettigrew se desvanecía. Guardó la varita entornando toda su atención a la caja. Levantó la vista conectando sus ojos con los del hombre. Por extraño que pareciese, Pettigrew se veía triste y ¿arrepentido?
-¿Dónde estamos? –preguntó desviando la mirada.
-Sígueme –dio media vuelta- por favor –agregó al notar que Harry no lo seguía.
Al salir de la habitación, ingresaron a una sala más amplia, decorada con cuadros, estrellas y luces. Tenía un calor de hogar muy familiar para Harry. Había estantes llenos de libros, algunos juguetes infantiles. Una cómoda sala se hallaba al frente de la chimenea, sobre ésta pudo reconocer una fotografía de los merodeadores y Lily, con los uniformes de Hogwarts. Miro una de las ventanas, quedó estático unos segundos, frotó sus ojos y volvió a mirar. Un pez cruzo la ventana, justo frente a él. ¿Acaso estaban bajo el agua?
-¿Dónde…?
-Siéntate, por favor –invitó Peter ofreciéndole una taza de té. Harry tomó la vasija sin beber, manteniendo su cautela intacta.
-¿Recuerdas la puerta con la inscripción 'Merodeadores'? –preguntó sentándose frente a Harry quien asintió recordando las llaves- entonces: ¡Bienvenido a la guarida de los merodeadores!
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-¿Una habitación secreta? –preguntó Hermione, corriendo tras Sirius y Remus.
-Así es –respondió el licántropo- en nuestra época en Hogwarts creamos esa habitación, con una entrada bajo la cama de James que supongo ahora debe ser de Harry.
-¿Dónde están las otras entradas? –cuestionó Draco.
-Solo hay una más –intervino Sirius- en el valle de Godric.
-¿Y cómo saben que Harry estará ahí? –hablo Ron.
-Cerrábamos la habitación con 5 llaves –explico Lupin- una por cada merodeador y otra más por Lily –Scott y Dayton permanecieron callados, a pesar de que no entendían el asunto de los merodeadores intentaban mantenerse al margen del asunto.
-Pero, los padres de Harry… -comento Hermione.
-Esa es la parte que no entiendo –dijo Sirius.
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-¿Está es la habitación debajo de mi cama? –preguntó Harry mirando incrédulo a Pettigrew.
-Si, la misma que se abre con las cinco llaves que tienes en el cuello –Harry miro la cadena.
-Espera un momento… ¡tú eras la voz que me hablo sobre las llaves! –exclamo al recordar aquel suceso.
-Si –dio un sorbo a su té mirando el techo- verás… yo… huí de el-que-no-debe-ser-nombrado…
-Lo sé –intervino bruscamente. Peter lo miro confundido- lo soñé hace unos meses –murmuro más para si.
-No entiendo muy bien eso –admitió, sabiendo que aunque preguntara, Harry lo diría nada. El que le haya perdonado la vida momentáneamente no significaba que le tuviera confianza.
-Ni yo. Pero, ¿por qué huiste de Voldemort? Si tú eres… eres un…
-No lo digas, por favor, yo… estoy arrepentido, realmente arrepentido por eso… por eso escapé… porque necesito el perdón de mis amigos –silenciosas lágrimas rodaban por su rostro- sé que el señor tenebroso me matará en cualquier momento y yo… bueno, quiero hablar con Remus y Sirius… si pudiera, también hablaría con James, pero… él… -bajo la cabeza- tú eres lo más cercano a James, y yo…
-¿De qué quieres hablar? –preguntó Harry hostilmente sin saber si confiar o no.
-Quiero explicarte el porque de mi… bueno, el porque me alíe con el señor tenebroso –respiro profundamente, tratando de no mirar a Harry- yo…
-¡Alohomora!
En cuestión de segundos, la puerta principal de la habitación se abrió dando paso a Remus y Sirius, tras ellos: Ron, Hermione y finalmente Dayton y Scott. Todos respiraban con dificultad mirando a Harry y Peter quienes se habían puesto de pie ante la repentina intromisión.
-¡¡¡TÚ!!! ¡Asquerosa rata! –exclamo Sirius levantando la varita, sintiendo la ira correr por su sangre. Por un momento visualizo la casa de los Potter hacia 17 años. Destruida, con los cadáveres de dos de sus mejores amigos y el fuerte llanto de su ahijado en medio del vacío. Pudo ver al hombre frente a él haciendo una reverencia a Voldemort jurándole lealtad eterna. Perdiendo el control de si mismo, un haz de luz verde coloreo la punta de su varita- ¡Avada Keda…!
-¡¡No, Sirius!! –exclamo Harry levantó el brazo hacia su padrino.
Sin dar mucho tiempo a pensar, la maldición imperdonable atravesó la sala hacia el corazón de Pettigrew. Al mismo tiempo un rayo blanco fluyó de la palma de Harry bloqueando el rayo verde y girando en dirección a su padrino. "Protego" dos voces sonaron al unísono emitiendo un rayo azul-plateado. El resto se quedaron paralizados. Finalmente el gran destello ceso. Harry y Sirius tenían las manos extendidas al frente, éste último con la varita y un gran escudo transparente creado por Dayton y Scott, escudo que no había sido necesario, ya que Harry había lanzado el rayo a pocos centímetros a la derecha de su padrino. Hermione tenía los ojos cerrados. Draco la protegía con su cuerpo, mientras Remus y Ron se cubrían. Peter permaneció estático mirando el suelo, a la espera de la maldición.
-Harry… ¿qué demonios…? –finalmente Sirius reacciono. Sus 'protectores' eliminaron el escudo. Harry miro su mano con temor ¿qué era lo que había hecho? Había sido una reacción casi inconsciente.
-Sirius, por favor. No lastimes a… a Colagusano –susurro evadiendo la mirada de su padrino.
-¿Có-cómo dices, Harry? –Sirius se mostraba sumamente sorprendido, Remus miraba al chico seriamente- ¡¡MALDITA RATA!! –explotó tras un par de segundos en silencio. Volvió a levantar la varita frente a Peter- ¡¿Qué diablos le hiciste a Harry?! –Peter levantó la cabeza sin entender las palabras del anímago- ¡¡Voy a matarte!! –Remus y Scott sostuvieron a Sirius quien denotaba sus deseos de asesinar a Peter.
-Sirius, cálmate –dijo el licántropo entrecortadamente.
-Pero, ¿qué es lo que está pasando aquí? –hablo Ron notoriamente confundido, sintiéndose como si se hubiese perdido una parte importante en la conversación.
-Creo, que deberíamos darle una oportunidad para hablar a Colagusano –comento Harry aún sin mirar a Sirius.
-¡¿Estás usando el imperius en Harry?! –gritó Sirius. Remus levantó una mano frente a su amigo indicándole que se callara.
-Harry –hablo seriamente- ¿confías en él? –señalo a Peter tratando de controlar su desprecio.
Harry siguió mirando el suelo analizando sus pensamientos. Su silencio fue una afirmación para Sirius que dejó de forcejear sintiendo como si las fuerzas se fueran de su cuerpo. Ron estaba a punto de reclamar pero Remus le pidió silencio con una mano. Finalmente, Harry levantó la cabeza, mirando a Peter y luego a su padrino.
-No, Sirius –el aludido levantó la mirada- aún no confío en él- Peter no se movió, pero Sirius brillaba de felicidad- solo… creo que deberíamos darle a Colagusano una oportunidad de hablar.
-Dame una buena razón –siseo Sirius seriamente.
-Me trajo a está habitación.
-Harry, nosotros pudimos haberte…
-¡Como sea, lo hizo! –interrumpió tratando de no sonar molesto- ¡ustedes ni siquiera me hablaron de éste lugar!
-Pero…
-¡Y no me digan que lo olvidaron! ¡Cada uno tenía una de las llaves!
-Harry –hablo Peter dejándose caer en uno de los sillones- seguramente ellos creían dos de las llaves pérdidas. Las de… tus padres –susurro.
-¡¡No necesito que TÚ me justifiques!! –exclamo Sirius. Harry respiro profundamente, tal vez fuera una locura pedirle algo como eso a su padrino, pero a él si le interesaba conocer la historia completa y sacar sus propias conclusiones.
-¿Podemos hablar? –sugirió señalando los sillones, tomando asiento frente a Peter. Los presentes lo imitaron, dejando al anímago solo en el sillón donde estaba.
-Habla rápido –ordeno Sirius cruzando los brazos sin mirar a Peter- se me está agotando la paciencia y aún tengo deseos de matarte.
-Yo… creo que todo comenzó cuando llegué a Hogwarts a cursar mi primer año –dijo Peter moviendo las manos nerviosamente.
-¿Desde ese entonces eras una rata?
-Por favor, Sirius –pidió Remus mirando al vacío.
-Antes de conocerlos. A Sirius, a Remus y a… tú padre –continuo mirando de reojo a Harry- cuando conocí a Lily…
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La estación King Cross recibía una nueva generación de jóvenes magos y brujas. Entre ellos un niño pequeño, algo corpulento y con una expresión pérdida en su sonrosado rostro. Caminó de vagón en vagón buscando un lugar donde instalarse.
-Oye, enano, quítate de mi camino –tras él, un joven el doble de grande lo empujo estrellándolo contra la pared más cercana.
-Ya no molestes, bebé. Va a llorar –mofo un segundo joven de la misma altura.
-¿Cómo te llamas? –cuestionó un tercero apoyándose en los hombros de sus amigos.
-Peter... Pettigrew –respondió temeroso apoyado en la pared.
-Oigan, el año pasado aprendimos las maldiciones imperdonables. Tal vez deberíamos practicarlas con él –comento uno de ellos sacando su varita.
-Bien –apoyó otro apuntando con su varita al pecho de Peter- cru…
-¡Expelliarmus! –las varitas de los tres individuos salieron volando a un par de metros. Una chica de la misma edad de Peter, pelirroja de tez blanca y ojos verdes, miraba desafiante al trío.
-¡Lárgate de aquí, niña! –exclamo uno de ellos ligeramente nervioso al no tener su varita.
-Ustedes son los que deberían irse. Ya llamé a un prefecto –dijo en un tono de burla y astucia. Luego de mirarse por varios segundos, murmurando frases in-entendibles, los tres jóvenes abandonaron el lugar recogiendo sus varitas- ¿Estás bien? –preguntó acercándose a Peter quien asintió nervioso.
-¿Quién eres? –cuestionó torpemente.
-Lily Evans –dijo orgullosa- toma –le dio una rana de chocolate.
-¿Y esto?
-Mi madre dice que el chocolate es bueno para quitar los sustos –explico dándole una gran sonrisa al chico. Llena de bondad y calma- nos vemos luego –desapareció en un abrir y cerrar de ojos.
-Gracias –susurro mirando el chocolate como si fuera un tesoro invaluable.
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-Desde ese momento hice todo lo posible por agradarle. Yo… sentía un gran cariño por Lily. Un cariño que fue creciendo a cada día.
Un incómodo silencio se formo en la sala borrando todo rastro de que hubiese personas en la habitación. Nadie se movió, ni parecía respirar, solo miraban a Peter con distintas expresiones: tristeza, furia, ternura… Para casi todos los presentes, aquella explicación lo decía todo: Peter Pettigrew se había enamorado de Lily Evans pero, ¿qué significaba eso? Solo existía una teoría, que debía ser fundamentada cuando el anímago terminara su historia.
-Pero al final, fue James quien consiguió el amor de Lily. Y ¿qué podía hacer? James era el guapo, inteligente, jugador de Quidditch, anímago, líder de los Merodeadores, conocido en todo Hogwarts como el mejor y… ¿yo, qué era? Nada…
----------------------------------------------Flash Back----------------------------------------------
Peter Pettigrew se encontraba sentado junto a la ventana en medio de las penumbras mirando con melancolía el papel en sus manos:
"Está cordialmente invitado al enlace matrimonial de James Potter y Lily Evans…"
Una silenciosa lágrima rodó por su mejilla al leer el encabezado. Tantos años amando a Lily, y ahora James se casaba con ella. Lentamente arrugó la hoja en su puño sintiendo odio nacer dentro de él.
-No te la mereces –susurro sintiendo deseos de matar a James y hacer feliz a Lily.
Recordó con tristeza las sonrisas que le dedicaba la pelirroja. Siempre tan alegre, tan llena de vida, amable y hermosa. Sintió nauseas, odio, impotencia…
-Únete a mí -se levantó repentinamente al escuchar una voz profunda, siseante y tenebrosa.
-¿Qui-quién eres? –preguntó sudando frío.
-Lord Voldemort...
Peter se dejo caer acurrucándose en una esquina, temblando y sudando sin control. El miedo lo invadió. Por interminables segundos no pudo moverse más allá del temblor involuntario de su cuerpo, no podía pensar algo coherente o hablar siquiera.
-Tengo un lugar disponible entre mis seguidores. Un lugar especial para ti –Peter negó frenéticamente sin levantar la cabeza protegida por sus piernas y brazos- ¿no lo harás? –volvió a negar está vez con menos veracidad- ni siquiera por… venganza –Peter levantó la cabeza- venganza hacia… James Potter…
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-El resto de la historia ya la conocen –suspiro analizando las expresiones de los presentes.
-Sabía que estabas interesado en Lily –hablo Remus recibiendo la mirada perpleja de Sirius- pero nunca creí que se volvería una obsesión tan grande.
-Lo siento… -susurro casi inaudible- perdónenme… para cuando abrí los ojos… estaba frente a la casa de los Potter, luego de que quien-ustedes-saben se fue…
-¡¡Estás loco si crees que YO voy a perdonarte!! –exclamo Sirius poniéndose de pie.
-Yo lo haré… –intervino Remus. Sirius se quedo mudo- si Harry lo hace.
Instantáneamente Peter giro hacia el ojiverde esperando una respuesta. Sirius y Remus permanecieron serios tratando de imaginar los pensamientos del chico. Por una parte, Hermione esperaba que lo perdonara pero por otra… Ron estaba a punto de gritar, tanto silencio lo ponía nervioso. Draco no tenía expresión en su rostro, su lado Malfoy sentía recelo hacia Pettigrew, pero a la vez se identificaba con ese hombre: se había presentado con Hermione, Harry y Ron pidiendo perdón por sus acciones, y una oportunidad para ser diferente. Dayton y Scott, a pesar de no entender nada al principio, poco a poco ataron cabos, no por nada habían sido los mejores en su antigua escuela.
-Antes de responder –Harry finalmente hablo, evadiendo el tema- quiero que me digas lo que sabes sobre el Legado Potter.
-Es una larga historia –dijo tras segundos de silencios. Repentinamente aparecieron varias tazas de chocolate y un gran tazón de galletas sobre la mesa central. Los presentes, excepto Harry, contuvieron una exclamación producto del asombro.
-Supongo que tiene algo que ver con esto –comento el ojiverde tranquilamente. Peter asintió sin apartar la mirada de los bocadillos.
-¿Cómo hiciste eso? –preguntó Ron atónito.
-Descubrí que podía hacer magia sin usar mi varita –explico sin darle mucha importancia.
-¿Desde hace cuanto? –intervino Sirius.
-Desde que estuve en el castillo de Voldemort –tomó una taza y una galleta dejando mudos a todos por la revelación, excepto a Peter- ya que tenemos esto, deberíamos aprovecharlo ¿no? –sonrío con la clara intención de que no le hicieran preguntas sobre Voldemort.
-Cuando escape del señor tenebroso –hablo Peter dejando su taza vacía sobre la mesa- comencé una búsqueda por el pasado de James. Descubrí que los Potter albergan un legado de magia y oro que se hereda entre los hombres. El oro se hereda generación tras generación, pero la magia se hereda cada determinado tiempo. Cuando surge un individuo con poderes sobrenaturales, éste absorbe la magia contenida en un libro escrito por Godric Gryffindor desde hace millones de años. Tus poderes irán surgiendo poco a poco a partir de ahora –se puso de pie caminando hacia uno de los estantes, tomó un pequeño libro negro con marco dorado. Regresó a su lugar tendiéndole el libro a Harry- James explica este asunto aquí. Parece ser que escribió éste libro desde que Lily se embarazó.
Harry abrió el libro en la primera hoja, desprendiendo un suave aroma a dulce, leyó rápidamente las primeras líneas, en silencio:
"Lily acaba de darme una GRAN noticia: ¡¡Está embarazada!! Me he pasado la mañana entera
enviando la noticia a todos mis amigos, familiares y conocidos. ¡Quiero que todo el mundo lo
sepa! Lily dice que parezco un niño pequeño, brincando de felicidad, pero es que no puedo
evitarlo. No puedo esperar a que nazca..."
Cerró el libro de golpe. Por un momento creyó escuchar la voz de su padre diciendo lo que estaba escrito en el libro. Tuvo la necesidad de seguir leyendo hasta la última página, pero sabía que no era el momento.
-Voldemort busca este Legado ¿cierto? –cuestionó mirando a Peter.
-Supongo que lo sabes por la misma razón que te puso al tanto de que huí de él –Harry asintió- así es, el Lord quiere ese Legado. Como apenas liberaste algunos de tus poderes, aún es posible que él te robe toda tu magia. Hasta que el proceso de transferencia de magia termine, notarás que eres dueño de un poder inimaginablemente grande.
-¿Por qué James nunca nos lo dijo? –se preguntó Remus en voz alta.
-Creo que él tampoco lo sabía –respondió Peter- no mientras estuvo soltero.
-Ahora que Voldemort tiene una razón más para perseguir a Harry, deberíamos escondernos en otra parte –opino Ron poniéndose de pie.
-Este es un lugar seguro –intervino Sirius seriamente.
-Aunado a los encantamientos de protección que tiene el castillo, nosotros pusimos algunos más –completo Peter.
-Solo hay un problema –hablo Draco- si Dumbledore está enfermo eso reduce las barreras de seguridad.
-No importa –dijo Sirius- no hay nada en el mundo más poderoso que el hechizo que realizamos.
-Pero, Sirius –Remus lo miro notoriamente asustado- sin James y Lily, ese hechizo…
-¡No sirve!
Una voz siseante y burlona retumbo en toda la sala destruyendo las antorchas, dejando el lugar sumido en sombras. Una ráfaga de viento venida de ningún lugar atravesó la chimenea apagándola y dando paso a una explosión de luces, de la que emergió Lord Voldemort.
Continuará…
Notas de la autora: Ok, ya estoy de vuelta. Según yo, no me tarde mucho, espero que no sea solo una impresión mía. Comencemos: este capítulo tuvo de todo, desde la explicación de Peter hasta la llegada (o más bien regreso) de Voldy. Y ahora, tal y como lo prometí: estamos a dos capítulos del final. Espero sus reviews para está última etapa, digamos que es como el final de la carrera y se requiere del 'último empujón', espero contar con su apoyo D
Respondo a los reviews:
Remus-lupin-black-darkq: Efectivamente, Harry se desmayó por el medallón, es que aquella pieza tan pequeñita contiene una fuerza muy grande y negativa así que… demos gracias que nuestro héroe favorito vivió para contarlo… Gracias por tus review, espero verte por acá el próximo capítulo.
Jacky: Aquí tienes la actualización, espero que haya sido de tu agrado. Creo que es uno de los cap más completos del fic. Gracias por tus comentarios. Besos y cuídate )
Espero de corazón que todos se la hayan pasado muy bien en las pasadas vacaciones Navideñas: ¡¡¡Felicidades!!! (aunque sea atrasado ;) y que este año sea mejor que el anterior. Besos.
Su amiga,
Andy Yogima.
